vida en ese mismo escenario. Ése es su secreto, ésa es su estrategia que le hace ser distinto a los demás y la base, muy posiblemente de su éxito. Tuvo que venir un señor casi sexagenario para sacar a a la luz las vergüenzas de la totalidad del escalafón taurino mejicano actual, esperemos sea este el comienzo de una nueva era en los ruedos de ese país” Capítulo Veintiocho JORGE GUTIÉRREZ
U
n trono y muchos espacios abiertos dejaron Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera y Mariano Ramos al cortarse la coleta. Ahí quedaron, repletos de virtudes, Miguel Espinosa y David Silveti que en vida fueron rivales y amigos, y con ellos Jorge Gutiérrez que completó la tercia de la baraja de ases en una época en la que él fue figura y cuyo marco se vistió con los colores de las divisas de los Garfias. Miguel, David y Jorge pertenecen a una generación de toreros desarrollada inspirada en grandes toreros que les antecedieron. Se dieron a conocer como “los juniors”, los hijos de Fermín Espinosa “Armillita Chico”, Lorenzo Garza, Carlos Arruza, Juan Silveti, El Calesero, Chucho Solórzano, Manuel Capetillo … 204 Javier Garfias
Con la muerte de Miguel, David Silveti también habría sentido lo que sintió Miguel cuando se fue David. Contemporáneos, David mayor que Miguel, pertenecieron a un grupo de jóvenes hijos de figuras de la Fiesta mexicana, integrantes de una casta que llenó de orgullo a toreros ya grandes, en edad y en historia. El caso de Jorge Gutiérrez, que no es miembro de dinastía taurina alguna, ha sido diferente. El de Hidalgo ha sido uno de los toreros mexicanos más importantes de la última parte del siglo XX y principios del XXI cara a México y muy especialmente cara a España. Nació en Tula, Hidalgo, donde Gutiérrez vio la luz en febrero de 1957. Se hizo como novillero en temporadas de la plaza “La Florecita” de Ciudad Satélite, Estado de México, y el 15 de febrero de 1976 se presentó en la Plaza México la tarde del 26 de junio de 1977, matando una novillada de Santoyo a lado de Francisco Acosta “Paquiro” y Alfredo Gómez “El Brillante”. Toreó mucho de novillero en Venezuela, en Caracas y Maracay alcanzó triunfos muy importantes que despertaron la atención de empresas mexicanas. Destacó el Trofeo 2001 otorgado al de Tula por la Empresa Editorial del Bloque De armas, y luego tomó