es de un toro estrella que le llamamos «El Avión», bisnieto de “El Avión” de San Mateo. Así le decían con cariño ya que embiste “planeando”. - Lac asa cuanta con 320 vacas en De Santiago, 220 en Pepe Garfias y 200 en Santa Isabel, y con ellas quince sementales. Capítulo Treinta y uno JOSÉ CHAFIK HAMDAM
C
anta la copla que, cuando un amigo se va, vuelven a nosotros, con su partida, recuerdos maravillosos. Así sucedió con la muerte de José Chafik Hamdan, y extraordinario ser humano que, entre sus muchos logros llegó a ser apoderado de Manolo Martínez. Llevó al belcebú del toreo por aquellos infernales caminos de la vida luego de Álvaro Garza, a su vez relevo de Pepe Luis Méndez que diera por terminada la difícil relación que era encargarse de Manolo Martínez. No era difícil, tampoco fácil complicada porque el torero de Monterrey fue una persona genialmente incomprensible en el trato, aunque un genio del espectáculo taurino mexicano y un mandón en la fiesta de los toros de su México. Chafik, cuando se inició su apoderamiento crecía como exitoso ganadero de San Martín Las gana-
dería que le compró al picador de toros Juan Aguirre “El Conejo”, un histórico personaje muy cercano a don Antonio y don Julián Llaguno propietarios de San Mateo Torrecilla. Los antecedentes de Chafik Hamdan están retratados en su nombre. Orígenes libaneses, aunque no conozco a nadie más fiel a la mexicana que Pepe Chafik. Nació en México en julio de 1938. Quiere decir que al momento de su partida contaba Pepe Chafik con 75 años de edad. Le vimos por última vez en Ciudad de México con motivo del Cincuentenario de la Plaza de Toros Monumental. Lo habíamos conocido a Chafik gracias a Rafael Báez, apoderado de Eloy Cavazos. Era la terna, Báez, Chafik y Raúl Acha Rovira la más preciada de apoderados taurinos en el mundo: un venezolano, un árabe y un argentino. A este “turco” le nació la afición a los toros desde niño y en su época juvenil la encausó formándose en la Escuela Taurina del Puente de Nonucleo donde hizo amistad con Rogelio Palafox, novillero puntero en el México de los años cincuenta, y que con quien más tarde sería su amigo entrañable: Toño Obregón. Su amistad con Obregón le relacionó con don Luis Obregón SantaciJavier Garfias 217