Los gemelos Erase un pescador acaudalado, pero sin sucesión. Cierto día fué una vieja encontrar á su mujer y le dijo: −«¿Para qué quieres los bienes que posees, si no tienes hijos?» −«Así lo quiso Dios, señora mia, le contestó la mujer del pescador. −«No lo ha querido Dios, hija mía, le replicó la vieja, pues si tu marido pescara un pez dorado, tendríais familia; así cuando venga le dices que vaya á pescarlo y lo hacéis seis pedazos: tú y tu marido os coméis uno cada uno y tendréis dos hijos; otro la perra y tendrá dos perros; otro la yegua y tendrá dos pollinos; otro lo arrojáis á un mojón, y otro á otro mojón y brotarán dos cipreses». Díjolo á su marido, quien fué al m mentó á pescar el pez dorado, y al cabo de algún tiempo tuvo dos niños tan parecidos, que no se distinguían; la perra parió también dos perritos muy iguales, la yegua dos pollinos también iguales de los mojones nacieron dos cipreses. Cuando los hijos fueron mayores, no contentos con sus bienes i fortuna, deseaban adquirir fama, y así solicitaron el permiso de padre para viajar. El padre no accedió á que los dos se ausentaran y únicamente consintió en que marchara uno, y cuando volviera, otro. Tomó pues uno de ellos un caballo y un perro, y al marchar advirtió á su hermano que mientras los cipreses se conservasen verdes lo creyese vivo, pero si se secaba uno de ellos, que fuese en busca. Anduvo, anduvo muy lejos de su lugar y se hospedó en casa de una vieja. Al anochecer hubo de salir á orinar y preguntó á vieja: 101