La baya del laurel Una mujer casada, que no lograba tener familia., pidió á Dios en sus oraciones le concediera un hijo, aunque fuese en forma de baya de laurel, y escuchando Dios su súplica, parió después de algún tiempo una baya de laurel. Tomaron las criadas la ropa de la parida, y al lavarla cayó la baya y se convirtió en un hermoso laurel de oro, cuyas ramas resplandecían como el sol. Tuvieron los príncipes noticia de este suceso y salieron de sus reinos para ver el caso. Uno de ellos fijó su tienda de campaña, quedando en medio la raid del laurel, y un día se fué de paseo con los otros príncipes: su compañero arregló la comida y se fué también. Entonces ella salió del laurel diciendo: −«Mi laurel arriba, mi laurel abajo; ábreme para que entre». Comió de todos los alimentos, y echó un gran puñado de sal en el resto de la comida. Llegó el príncipe y al encontrar la comida tan salada quiso matar al cocinero, quien exclamaba: −«Señor, yo no lo he hecho», y lo perdonó por intercesión de los otros príncipes. El siguiente día el cocinero hizo la comida completamente insípida. Sucedió lo mismo y al encontrarla salada, el príncipe comprendí que no debía ser culpable el cocinero, y así le dijo: −«Mañana te vas después de arreglar la comida, y yo me quedaré para ver quién hace esto». Se ocultó detrás del laurel y oyó una voz que salía del centro del laurel que decía: −«Mi laurel arriba, mi laurel abajo; ábreme Para que entre». Y saliendo del laurel comenzó á 115