El tiñoso Vivían en cierta ocasión un rey y una reina, los cuales tenían tres hijos y una hija. Durante la velada dijo un día el rey á los hijos: −«Os acostaréis esta noche, y mañana de madrugada vendréis á referirme el sueño que cada cual hayáis tenido». −«Está bien, padre», contestaron. Fuéronse á dormir separados, como acostumbraban, y los tres soñaron. Despiértase muy temprano el rey, se viste y espera con impaciencia oír los sueños de sus hijos, pues por ellos pretendía saber el destino de cada uno. Llega el primogénito y le saluda: −«Buenos días, padre». −«Buenos los tengas, hijo mío. ¿Has tenido algún sueño?» −«Ciertamente lo he tenido, padre». −«¿Y qué has visto?» −«He visto que era dueño de territorios, ciudades, esclavos, esclavas y cosas por el estilo. −«Bien, hijo mío». Y en seguida le separa su parte. Se retira y viene el segundo, que también le da los días. Le pregunta y resulta haber tenido igual sueño que su hermano, y le da también su tanto de herencia. Vamos ahora al menor, el cual vió en sueños que su padre le sostenía una palangana con la toalla en la espalda y le echaba agua para lavarse. Como era astuto, discurrió y se dijo: −«Vaya, si digo yo que mi padre me servía el agua para lavarme, pensará que yo seré más que él y puede hacerme 213