El cuentο del dragón Vivía en cierta ocasión un hombre, el cual, paseándose, encοntró un garbanzο, y dijo para sus adentros: −«Sembraré este garbanzo, que se convertirá en una mata, y ésta producirá muchas, y de este modo, andando el tiempo, podré cargar algún navío, y tal vez los doce de propiedad del rey». Animado con este razonamiento se decidió á presentarse en palacio, y, admitido en audiencia, solicitó del rey los doce barcos para cargarlos con los garbanzos que nacerían de la siembra del que llevaba en la babucha. Admirado el rey de tal discurso, dijo al joven: −«Si quieres casarte, te concedo la mano de mi hija, pues por tu ingenio te considero digno de ella». He omitido decirte, lector, que al dirigirse este hombre á palacio encontró á un dragón que le preguntó dónde iba. −«Voy en busca de mi fortuna», le contestó. −«La fortuna porque suspiras, repuso el dragón, la lograrás si eres capaz de contestar á diez preguntas que te haré, pues entonces serás dueño de este palacio que tienes á la vista y de todos los campos y jardines del contorno. Si las contestas, yo moriré reventado, y si no, tú morirás». Dejemos por ahora al dragón y volvamos á la entrevista del joven Penteclemas, que así lo llamaban, con el rey. De pronto no supo qué responder, pero reflexionando que si se negaba á ser su yerno no le concedería los navíos, se decidió á aceptar 249