Ahn’ilma jgelgel de Oliver Friggieri
Somos agua viva Nuestra historia debe terminar algún día como agua de manantial que al remanso llega o piedra que rueda hasta pararse, como un péndulo de reloj que al fin se detiene. Cada día al anochecer en nuestras casas cuando nuestros hijos preguntan qué está pasando cambiamos de tema al no tener respuesta y cantamos el extraño himno de nuestra edad: «Somos agua viva y nadie la bebe porque en las olas se encuentra la sal de la destrucción. Somos piedras eliminadas de los altares de dioses enfermos que han muerto desesperados en una lucha contra ellos mismos. Somos péndulo a punto de agotar su vigor».
Traducción: Alfredo Cauchi.
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