eugenio garcía cuevas Cuadrivium 13un Año 20 en Hispanoamérica La poesía sorprendida dominicana, olvido
La poesía sorprendida dominicana, un olvido en Hispanoamérica
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e conoce con la sinécdoque de “La Poesía Sorprendida” a los poetas do‑ minicanos que fundan, junto a varios extranjeros, la revista La Poesía Sorprendida, proyecto editorial y poético que abarca desde octubre de 1943 a mayo de 1947, periodo durante el cual sus editores publi‑ can 21 unidades de su revista, más varios cuadernos poéticos como complemento al proyecto. A nivel local, la revista tiene como contexto la dictadura de Trujillo y en el plano internacional su trasfondo literario y estético lo constituyen las vanguardias, las posvanguardias y las grandes crisis exis‑ tenciales y sociales de la cultura occidental, instaladas en los paisajes de la Segunda Guerra Mundial. Parto de la premisa de que La Poesía Sorprendida, tanto la revista como sus poetas, no han sido situados ni estudiados en su justa perspectiva por la crítica e his‑ toriografía literaria dominicana e hispano‑ americana de las últimas cinco décadas que se han ocupado de construir los cánones poéticos territoriales y extraterritoriales en sus conexiones con la tradición de la poesía cccidental que viene desde el Renacimiento, pasando por el Barroco, el Romanticismo, el Simbolismo, el Modernismo, las Van‑ guardias y las Posvanguardias, hasta sus momentos más radiantes y fervorosos que se extienden hasta los primeros 50 años del Siglo XX.
Exceptuando el tomo II de la Historia de la literatura hispanoamericana (1954), de En‑ rique Anderson, Breve historia de la literatura antillana, de Otto Olivera (1957); Antología de la poesía hispanoamericana (1959), de Alberto Baeza Flores; Antología de la poesía surrealista latinoamericana (1974), de Stefan Baciu; Vanguardia Latinoamericana (2002), de Gilberto Mendonca Teles y Las vanguardias hispanoamericanas (2006) de Trinidad Barrera, entre otras menciones sesgadas ‑plagadas muchas veces de errores‑ incluso de fechas, son muy escasas las inserciones y alusiones, por no decir comentarios, en lo que atañe a La Poesía Sorprendida, e inclu‑ so dominicana en general, vista esta como parte del corpus global del canon poético hispanoamericano. La más somera exploración sobre estas ausencias, producidas la mayoría de las veces por ignorancia, y en otras ocasiones porque se privilegian otras genealogías poéticas que se nuclean en los centros culturales hispa‑ noamericanos, comprueban un vacío muy notable en los textos historiográficos, filo‑ lógicos y críticos de presunciones generales de la poesía hispanoamericana. Por sólo aludir a algunas muestras de estas exclusiones de críticos e investigadores de renombres internacionales a manera de muestrario, mencionemos a Hellen Ferro, Historia de poesía hispanoamericana (1964); del mismo autor: Antología comentada de la
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