josé alcántara almánzar Cuadrivium Año Manuel Rueda y el13arte del20 soneto
Manuel Rueda y el arte del soneto1
A
los quince años, Manuel Rueda (1921-1999) recibió el título de Profesor de Piano en el Liceo Musical. A los dieciocho, el gobierno dominicano le otorgó una beca para proseguir sus estudios en Chile, bajo la tutela de su maestra, la afamada Rosita Renard (1894-1949). En ese país permaneció varios lustros que fueron decisivos en su formación musical y literaria, pues allí comenzó a escribir y publicó a los veintiocho su primer libro: los treinta sonetos agrupados bajo el título de Las noches (1949). Es importante señalar la elección del soneto para ese primer libro, una forma concisa y epigramática. De origen italiano, el soneto adquirió su mayor esplendor en manos de Dante (1265-1321) y Petrarca (1304-1374) y tuvo siempre una gran relación con la música; de hecho se cantaban. Petrarca incluso ha tenido repercusiones en los maravillosos Tres sonetos del Petrarca de Franz Liszt (18111886), y se conservan las partituras de la música correspondiente a los célebres sonetos de William Shakespeare (15641616). A España el soneto llegó en el siglo XV y tuvo a sus mejores exponentes en el Siglo de Oro, en las obras de Garcilaso (1501-1536), Góngora (1561-1626), Lope de Vega (1562-1635) y Quevedo (15801645), entre otros.
Se trata, pues, de un género renacentista, una forma ortodoxa de estructura métrica definida, medida exacta y rima consonantada. Si Rueda escogió el soneto para su primer libro es porque conocía sus secretos, porque tenía un oído musical absoluto y un dominio rítmico que se evidencia en cada texto de ese cuaderno cuya segunda edición tuvo lugar en Santo Domingo, tras su regreso al país, que fue incluido en la colección de La Isla Necesaria en 1953. Aunque compartía los postulados de La Poesía Sorprendida, su contacto con sus integrantes fue en cierto modo tangencial y la esporádica colaboración en los cuadernos de los sorprendidos fue mucho menor (cuatro colaboraciones en total) que la de los otros poetas del grupo, ya que permaneció en Chile muchos años, inmerso en su especialización musical, salvo el viaje que realizó a Santo Domingo en 1944, para unos conciertos y recitales en el Centenario de la República, en compañía de Rosita Renard y el pianista chileno Armando Palacios (1904-1974). Las noches es un libro autobiográfico, escrito en una etapa de descubrimiento y de exploración interior en la que el artista asumió abiertamente su identidad homosexual. Así lo consigné en el ensayo sobre su obra incluido en mi libro Estudios de poesía dominicana (1979). Las noches, presenta un conjunto de sonetos con los
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