nina bruni Nina Año 20 De la palabra a lo trascendente:Cuadrivium En La voz del13silencio de Jit Manuel Castillo de la Cruz
De la palabra a lo trascendente: En la voz del silencio de Jit Manuel Castillo de la Cruz1
L
a presencia y el impacto de la Biblia en la literatura de la República Dominicana no es novedad como tampoco lo son las reapropiaciones de sus imaginarios y símbolos que los poetas y narradores dominicanos amalgamaron para manifestarse –o rebelarse– de maneras diversas y no siempre sobre temas espirituales. Una de las pocas cronologías sobre el tema destaca, a partir del año 2000, la presencia del grupo de sacerdotes católicos dominicanos que escriben poesía mística, algunos de los cuales forman parte del movimiento literario Interiorismo fundado y liderado por el crítico Bruno Rosario Candelier.2 A este elenco de sacerdotes, se debe incorporar el nombre de Jit Manuel Castillo de la Cruz quien vuelve a agitar la literatura dominicana con En la voz del silencio, su primera obra poética publicada en España, con cuidada edición, a principios de 2017, y ganadora por unanimidad en junio de 2018 del Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez, otorgado por el Ministerio de Cultura de la República Dominicana. En el contexto de la narrativa y de la ensayística del autor, la inclusión de epígrafes para la mayoría de los setenta y cinco poemas breves que componen En la voz del silencio, traza directrices cardinales con su pensamiento filosófico, teológico y sociocultural mientras, sin duda alguna,
hace pedagogía con el lector para que se abra a nuevas lecturas de diversas fuentes que enriquecen, a su vez, la del propio poemario.3 Al mismo tiempo manifiestan el ejercicio de un pensamiento y de unas prácticas interculturales, antes establecidas en su estudio La interculturalidad, un nuevo paradigma de evangelización para un mundo postmoderno, plural y multiétnico, que derivan en el concepto de lo múltiple en lo Uno y viceversa, muy presente en el poemario. En este marco, también se establece una profunda intertextualidad entre los epígrafes del poemario y los personajes y temas de su novela Apócrifo de Judas Izcariote.4 En consecuencia, se deben considerar los epígrafes de José Saramago y de Hildegarda de Bingen con los cuales se abre el poemario; tampoco ha de soslayarse el entramado de estos con el primer poema “La totalidad de las Palabras” (Castillo de la Cruz, En la voz 22, 23). Impacta comenzar la lectura de En la voz del silencio con el epígrafe de Saramago: “Dios es el silencio del universo y el hombre el grito que da sentido a ese silencio” porque establece el tono teológico/ filosófico del poemario que ubica al ser humano –y fundamentalmente al poeta– en una comunicación casi de igual a igual con lo divino; una relación dolorosa donde se sugiere que Dios necesita al Hombre para poder seguir existiendo.5 Las correspon-
207