Rodolfo del Rodolfo del hoyo Hoyo 13 Año Duermevela o Cuadrivium arder en el propio fuego20de Carlos Vitale
Duermevela o arder en el propio fuego de Carlos Vitale*
A
ntes de empezar a hacer la reseña de Duermevela, me podría acoger a una de las frases poéticas del libro: “El mejor ponente, el ausente”. Podría ausentarme y el trabajo ya estaba hecho, quizá por aquello de que la poesía tiene tantas lecturas como lectores, y que hay quien dice que la poesía no debe ser explicada. También podría hacer como el reseñista que aparece en otra de sus frases: El reseñista prudente. “El mejor libro que he leído en los últimos minutos”. Pero no haré ni una cosa ni la otra. He leído el libro varias veces porque Carlos Vitale es un gran poeta y leerlo enriquece, y hablar de su obra, también. Vayamos, pues, al asunto. El libro está estructurado en dos partes. La primera se titula “Duermevela”, como el conjunto, y, a su vez, está dividida en otras tres partes: “Duermevela”, “La parte por el todo” y “Jornada”. La segunda se titula “Alrededores”. Las dos partes son muy distintas tanto en la forma como en el contenido, pero ambas tienen un punto en común referido a la forma: la brevedad. Hay otros aspectos relativos al tono y al estilo, a la voz del poeta, que atraviesan todo el conjunto de Duermevela y que me atrevería a decir que toda su obra: la ironía, el humor, la melancolía, la accesibilidad. La poesía de Vitale es accesible a cualquier lector. A partir de aquí todo es posible.
Hay dos actitudes ante la lectura: la de los leedores y la de los lectores. Los leedores se quedan en la superficie, no profundizan, no elaboran sus propias conclusiones. Los lectores, por el contrario, están llamados a la interpretación, a la lentitud de la duda crítica y a los merodeos de la imaginación. Un lector se puede quedar en la superficie. Leer y quedarse con el significado justo de las palabras. O bien ir más allá, mucho más allá, porque la poesía de Carlos Vitale nos ofrece en bandeja muchísimos estímulos para pensar y para ir más allá de las palabras. Muchas veces, la belleza de la poesía está en lo que no dice, en aquello que vemos cuando sus versos nos abren la puerta de la imaginación, del pensamiento, de las emociones, de los sentidos, del deseo, de las esperanzas, de las amarguras. El 2012 asistí a la presentación de su libro Fuera de casa en versión bilingüe italiano / castellano, en Gallinaro, un pueblecito en un paraje precioso de los Apeninos al sur de Roma, patria del poeta Gerardo Vacana. Vacana dijo en el acto de presentación que la poesía de Carlos Vitale tenía “una brizna de verdad misteriosa”. Porque la verdad que contiene la poesía nunca se alcanza: la poesía es el temblor del espíritu del poeta frente al misterio de la existencia y su papel en este mundo que nos ha tocado vivir. Cada cual con su circunstancia.
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