ABRAHAM RUIZ RUIZ & & WILLIAM ABRAHAM WILLIAM BRUCKMAN BRUCKMAN Probabilidad de impactos de Super Tunguskas (200MT) con la Tierra Exégesis 3 Segunda Época
Probabilidad de impactos de Super Tunguskas (200MT) con la Tierra
Introducción l 15 de febrero de 2013 una roca de unos 17 metros de diámetro penetró la atmósfera a una velocidad de 18km/seg. y explotó a unos 20 km de altura sobre la ciudad rusa Cheliabinsk en los Urales. La potencia de la explosión fue de unos 500 Kilotones (KT), 25 veces mayor a las bombas de Hiroshima y Nagasaki. La onda expansiva rompió ventanas y vidrios, e hizo colapsar algunos techos. Más de un millar de personas tuvieron que recibir atención médica. https://es.wikipedia.org/wiki/ B%C3%B3lido_de_Cheli%C3%A1binsk. El bólido de Cheliabinsk nos hizo recordar que el medio interplanetario es un sitio peligroso. La humanidad es vulnerable a impactos de asteroides y cometas. Lo ha sido en el pasado y lo será en el futuro. También se puso de manifiesto que las tazas de impacto de objetos como ese o mayores, están subestimadas. Al día siguiente del evento Paul Chodas del programa Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) del “Jet Propulsional Lab” de NASA señaló: “Un evento de tal magnitud ocurre una vez en 100 años como promedio”. En abril de 2019 Jim Bridenstine, administrador de NASA en una conferencia en la Universidad de Maryland dijo: “los modelos indican que
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eventos como de Cheliabisk o de mayor energía se producen uno cada 60 años en nuestro planeta”. Ambos se equivocan. Si vamos a los datos, el conteo de bólidos de 500KT o más, desde Tunguska en 1908 hasta 2018, encontramos 7 eventos en los últimos 110 años (Johnston, 2018). http://www.johnstonsarchive.net/astro/impacts.html. Una recurrencia de un evento como ese o mayor cada 16 años, como flujo mínimo. Recordemos que antes de la década del 60 no era posible detectar dichos bólidos a menos que llegaran a Tierra o cerca de poblaciones que diesen cuenta de él. Todo bólido como el de Cheliabinsk o Tunguska sobre los océanos y lejos de las costas era muy poco probable su registro. Solo 1/3 del área del planeta tuvo la posibilidad de registrar esos eventos hasta la puesta en marcha de los sensores de infrasonidos a mediados de los 60. Si tomamos eso en consideración la taza de impacto aumenta a uno cada 8 años con energía mayor a 500KT. Casi un orden de magnitud más alta que los valores propuestos por NASA y otros grupos. Hay modelos como el de Poveda et al. (1999), Bruckman et al. (2012), Ortiz et al. (2014) que son consistentes con tasas de un evento de 500kT, cada 8 años. Estos tres modelos se basan
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