DANIEL TORRES TORRES RODRÍGUEZ DANIEL RODRÍGUEZ Dos poetas boricuas: Dinorah Cortés-Vélez Exégesis 3 Segunda Épocay Lourdes Vázquez
Recuerdo, memoria y posmemoria en dos poetas boricuas: Dinorah Cortés-Vélez y Lourdes Vázquez
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La literatura transmite uma experiencia condensada incontrovertible de generación en generación. De esta manera, la literatura se convierte en la memoria viva de una nación. –Aleksandr Solzhentisyn
oemas de la soledad en Wisconsin (2015), de Dinorah Cortés-Vélez, publicado en la colección de cuadernos “La cólera de las Erinias” de Indómita Editores (San Sebastián, Puerto Rico) es una filigrana. La poeta rememora la Isla desde los momentos gélidos del invierno, en lo que llama la “ruta del hielo” del Midwest americano, muy cerca de los lagos Michigan y Superior: “’Wisconsin’./ Última glaciación/ que conoció la tierra:/ beringia gesta del desasosiego,/ pisada inciática de siberiano afán”. Escribe tanto en español como en inglés: “On New Year’s Day/ I celebrate anew/ Among the dust labyrinths/ Of ages bygone” con esa angustia del boricua que no puede pasar las Navidades en la Isla y desde la tortura del frío del Norte rememora el hilo de Ariadna del viaje al terruño por medio de la nostalgia: “Like an Ariadne in mourning/ The fragile beauty/ Of all the objects”. Se rememora y se celebra la memoria y los sentidos, pero también se apaga el olvido y se “burla la cruel herida de la distancia”, como rezan las palabras de contraportada. Hay en este
poemario un aire a viejo, a poemas antiguos que se han desempolvado del tiempo para conectarse con toda la literatura boricua de la diáspora, aunque la de Cortés-Vélez es la de la fuga de cerebros de los 80, como nos etiquetó Magali García Ramis. Fuimos estudiantes universitarios que dejamos la Isla buscando otros horizontes académicos en el Norte, para quedarnos a dar clases en universidades gringas. Dinorah, “profesora universitaria y crítica literaria puertorriqueña”, como reza otra vez el comentario de contraportada, reflexiona en Poemas de la soledad en Wisconsin acerca de esa diáspora intelectual de (re) conectarse con el país en el que se vive, pero donde no se ha nacido, para beber también de su tradición cultural y fusionar discursos como los de García Lorca o Cernuda en sus viajes neoyorquinos con poetas estadounidenses, como Walt Whitman o Robert Bly, cuyos versos usa como epígrafe del libro: “It is not our job to remain unbroken./Our task is to lose our leaves/ And be born again, as trees” (Bly, “A Home in Dark Grass”). Como la imagen de Enrique Laguerre de “la ceiba en el tiesto”,
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