ELBAEXÉGESIS TORRES CRUZ Exégesis 3Dossier Segunda Época
Sentido y significación de Los condenados, drama de René Marqués
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¡Cuánto duele crecer, ¡cuán hondo es el dolor de alzarse en puntillas y observar con temblores de angustia, esa cosa tremenda que es la vida del hombre! –René Marqués
os condenados, drama inédito1 de corte religioso-filosófico, es probablemente la primera obra de teatro de René Marqués.2 Esta se desarrolla durante la época actual en una zona desierta de América del Sur, lugar donde casi todos los personajes masculinos –Miguel, Pedro, José y Rodrigo– se han aislado del mundo por diferentes razones. Miguel abandonó el ministerio tras ser expulsado de este por conducta herética. Pedro, por su parte, es el antiguo criado del padre de Miguel y decidió acompañarle en su reclusión en el páramo, lugar donde Miguel lleva cinco años purgando su pecado y “por donde pasan los seres que el mundo arroja al desierto: ladrones, asesinos, enfermos incurables del alma y del cuerpo” (Marqués, Los condenados 31). José, por su parte, es un alcohólico, a quien luego de un ataque de “delirio tremendo”, Miguel decide albergar en la cabaña. Rodrigo, sobrino de Miguel y “un despojo de la guerra” (Marqués, Los condenados 16) en palabras de José, llega al páramo en busca de la herencia que este le ha guardado intacta. Miguel le solicita que se quede unos meses con el fin de descansar y él accede, aunque sabe que este desea lograr lo que no pudo su madre: instruirlo en la doctrina de la fe católica. Rodrigo resume lo que significa en ese
momento el páramo para él: “Esta tierra sin límites; este cielo tan alto dan una sensación obsesionante de proyección hacia lo infinito. Y empecé a temerle al mundo, al otro, al de los hombres” (Marqués, Los condenados 25). Además de los que habitan la cabaña, aparece al inicio del primer acto un quinto personaje masculino: el llanero. Se trata de un personaje silueta que entra al escenario a dejar una carta. Representa el mundo de afuera, un mundo nuevo, dinámico mientras que el páramo es estático y monótono, pleno de aridez, sufrimiento y angustia. Acción dramática y personajes En el desarrollo de la acción dramática de Los condenados, los personajes dan vida al conflicto metafísico-religioso que aborda la obra. La acción que transcurre desde el mediodía hasta la noche en la cabaña del páramo exhibe una atmósfera angustiante en la que los personajes viven vidas sin sentido en busca del camino de la paz o como lo designa Pedro del “Gran Sueño de Dios” (Marqués, Los condenados 33). Según el hablante básico dramático, Miguel, el protagonista, proyecta una dulzura infinita. Es el eje alrededor del cual giran los demás habitantes de la cabaña, quienes lo perciben de diferentes maneras: para José,
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