Estas contracciones pueden ocurrir en los dedos o en la planta de los pies, lo que impide o dificulta la movilidad para seguir nadando. Esto resulta muy peligroso, sobre todo si estás lejos de la orilla. El también llamado ‘calambre del nadador’, es una contractura muscular que afecta principalmente a los miembros inferiores, es benigna, pero riesgosa. Estas contracciones involuntarias pueden producirse antes, durante o después de la práctica deportiva. Causas Excesiva carga en los músculos y tendones. Falta de progresión en la intensidad del ejercicio. Alta duración del ejercicio. Insuficiencia en el riego sanguíneo del músculo. En cuanto a los calambres en los miembros inferiores, las causas pueden ser: Deshidratación. Falta de elasticidad. Estiramiento violento. Dieta inadecuada. Cambio de temperatura. Charles Kim, especialista en rehabilitación de trastornos músculo esquelético en Rusk Rehabilitation del NYU Langone, explica: “Si has estado haciendo mucho ejercicio, has hecho mucho esfuerzo o has entrenado demasiado, los calambres en los dedos de los pies no son más que tus músculos diciéndote que bajes el ritmo, porque no aguantan”. La edad Un factor que es importante a considerar es la edad. Debemos tener en cuenta que mientras envejecemos, nuestros músculos y tendones van perdiendo flexibilidad y ganando rigidez, por lo que estas contracturas pueden ser más comunes en personas adultas. Al nadar o hacer cualquier otra disciplina física, es mejor ir aumentado
¿Falta de minerales?
plantar o dorsiflexión del tobillo puede ocasionar que se inflamen los tendones extensores, que son responsables del movimiento de los miembros inferiores.
“Los calambres en los dedos del pie también pueden deberse a una deficiencia de minerales en el organismo, principalmente potasio, calcio y magnesio”, explica Charles Kim. Estos son claves en el control de la relajación y la contracción de los músculos.
Ten en cuenta Para evitar estas contracturas, lo más recomendable es realizar varios ejercicios de calentamiento y estiramiento en los pies y dedos antes de empezar a nadar. Con estos suaves movimientos, se evitarán los calambres.
Al hacer ejercicio, sudamos minerales o electrolitos, nutrientes esenciales que los músculos necesitan para funcionar correctamente y que tenemos que reponer correctamente a través de bebidas isotónicas para una mejor recuperación. Para impedir la deshidratación, debes beber al menos 2.5 litros de agua, jugos e infusiones diarias.
el nivel de exigencia poco a poco, así se conseguirá una mejor adaptación de todo el organismo. Lesiones más comunes De acuerdo con el Colegio Oficial de Podólogos de Valencia (España), los nadadores, además de sufrir calambres, también padecen de parestesias. Éstas son causadas por un cambio en la posición anatómica del pie, el cual pasa de estar de 90 grados a una hiperextensión de 180 grados aproximadamente, haciendo que los músculos se tensen y se produzcan estas contracciones. Durante esta práctica, los nadadores también utilizan mucho la flexión plantar del tobillo. Por ejemplo, los que nadan al estilo de pecho, deben flexionar el tobillo por lo que el ángulo entre el pie y éste disminuye. Los tobillos también se utilizan en gran medida cuando se impulsan en las paredes de una piscina o saltan en un trampolín para aumentar el impulso. Si un atleta realiza una repetitiva flexión
Así como los pies, también debes estirar los músculos unos 30 segundos antes de entrar a la piscina. Esto ayudará a alargarlos y, por ende, a que sean menos propensos a contraerse. Una vez hayas terminado de nadar, repite una vez más los estiramientos y flexiones de los miembros para evitar la rigidez inmediata. Si se te presenta una contracción en el pie mientras nadas, lo mejor que puedes hacer es tratar de llegar a la orilla lo antes posible con la ayuda de los brazos. Permanece calmada, sin ponerte muy nerviosa. No intentes hacer ningún movimiento con los pies. A medida que el dolor vaya desapareciendo (que lo hará), comienza a estirar un poco los dedos de los pies hacia ti para tratar de liberar un poco la presión. Reincidencias Si tienes contracturas en el pie de forma constante, a pesar de que realices los estiramientos recomendados, lo mejor que puedes hacer es realizarte una revisión médica para detectar causas metabólicas o vasculares. Según sea el caso, el tratamiento preventivo puede basarse en: La ingesta de vitaminas C, B1, B2, B3 y B6. Prescripción de diferentes medicamentos, como vasodilatadores, antiespasmódicos o descontracturantes. en forma & saludable 21