VERSOS Y ESTROFAS (SUELTAS), DEL RELOJ SUELTO
Chema Sánchez
uena el ¡don!, ¡don! del reloj suelto sonido mágico de advertencia; algo está ocurriendo, o va a ocurrir. Estos versos, estas estrofas, a veces palabras inconexas, poso de viejas experiencias, o recuerdos imborrables de juveniles vivencias. El torito en el Registro tiene patas volanderas, los mozos buscan refugio saltando hasta la barrera tras una veloz carrera. Un recorte sobre el ruedo, un suspiro en el tendido, un brindis enardecido a unos ojos azul cielo.
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Un mozo que se resbala, un toro que hace por él, un barullo en la arena angustia en el redondel. Cholas era un taurino, toreaba con su gabardina y si tomaba dos vinos se adorna por chicuelinas, que es un toreo muy fino según el público opina. Tirichi llegó de Madrid y toreó con su pijama. De nuevo ha triunfado aquí en la prueba, cada mañana. Torea desde el burladero, tiene detalles de artista; pero Cortés es dentista, nunca un torero puntero. Al Guta lo empitonó un toro negro zaíno.
Él dice que se coló, hay quien dice que fue el vino. Conrado siempre torea de paisano y con jersey, y donde nadie lo iguala es cuando juega al giley. La muleta de Conrado traza naturales hondos,