SEMANA SANTA OSUNA 2018
Los retablos itinerantes de Nuestro Padre Jesús Caído y de Nuestra Señora y Madre de los Dolores “Una mirada al pasado patrimonial de la Hermandad de Jesús Caído y puesta en valor del estilo procesional ursaonense” El objeto del paso procesional en los cortejos de las cofradías, viene a ser el mismo que el del retablo que alberga una imagen en el templo. Por un lado, el retablo de una capilla podría denominarse como una “máquina de oración” que sustenta la iconografía y estética de la imagen devocional. A su vez, muy a menudo cumplen con una función catequética de cara a las persona que los contemplan; por otra parte, el paso procesional, otrora denominado urna o parihuela, cumpliendo las mismas funciones, viene a sustituir la figura del retablo estático para ser portado por las calles en las procesiones de penitencia o gloria de las diferentes hermandades.
en 1873, cuando de nuevo tenemos referencia a los pasos que la cofradía ponía en la calle, esta vez gracias a la información contenida en un inventario redactado ese mismo año y que dice así: Paso nuebo de Jesús: un trono nuebo con dos cuerpos, el primero calado y dorado con visos encarnados de terciopelo de lana, el segundo liso dorado y blanco, con una columna y un reclinatorio en la misma forma. Cuatro candelabros de hierro de cinco bombas cada uno. Un banco de madera para colocar el paso para que lo conduzcan hombres por debajo con una caída de damasco encarnado de lana para cubrir dicho banco. Y provisto todo
el paso de sus correspondientes tornillos. El texto del inventario continúa así: Paso nuebo de la Virgen: Un trono nuebo calado blanco y dorado con visos para los calados de felpa azul. Cuatro candelabros dorados y blancos de hierro, forjados de madera para cinco bombas cada uno higuales a los de el trono de Jesús Caido. El palio de terciopelo azul con cuarenta y ocho estrellas de plata, seis remates de las varas de el palio. Un banco de madera para colocar el trono para que lo conduzcan hombres por debajo con caídas de damasco azul de lana que lo cubre todo. Y provisto todo de sus correspondientes tornillos.4
Ya en los estatutos fundacionales, redactados por Don Manuel de Ávalos y Pimentel en 1705, se recogían dos procesiones de la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús Caído: una claustral el último domingo del novenario, con los hermanos delante de la Comunidad (de Padres mercedarios), con sus cirios o hachas y las hermanas irán detrás de la Imagen, todos vestidos con sus túnicas negras1 de manera que el Fundador y la Junta nombrarán los Hermanos que han de llevar al Señor en la procesión de los novenarios para que no haya competencia alguna2. La otra salida procesional, esta vez externa, tenía lugar el Domingo de Ramos, especificándose que los pasos que han de salir en esta procesión han de ser el de Nuestro P. Jesús Caído, Nuestra Señora de la Soledad y San Pedro llorando llevados a ombros por Hermanos de esta Humilde Hermandad dando la limosna que convenga3 Desconocemos en qué tipo de peana procesional o parihuela sería llevado por aquel entonces Nuestro Amantísimo Titular por las calles de Osuna o en el interior de la nave de la iglesia de la Merced. Será
Nuestro Padre Jesús Caído. Jueves Santo en los años 20
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