Holbox El ANP no impidió, de hecho, se usó a favor de, que intereses económicos ajenos a los ejidatarios los despojaran de su patrimonio (Isla Holbox: Crónica de un despojo); Caballero (2014), reportaba: “…La isla quintanarroense de Holbox es el centro de un conflicto entre ejidatarios y un consorcio que pretende establecer ahí un desarrollo turístico de altos vuelos. Península Maya Developments ha recurrido a jugadas sucias: con engaños se apoderó de la asamblea ejidal y despojó de derechos agrarios y de parcelas a los tenedores originales de la tierra; con violencia evitó que los comuneros se defendieran del saqueo y para rematar acusó a algunos de ellos de delitos ambientales, cuando el complejo hotelero se asentará en un área natural protegida. Y las autoridades no acudieron en auxilio de los holboxeños, sino al contrario…” En su investigación López-Santillán (2014), muestra como Holbox continúa en una espiral de crisis ambiental, a pesar de contar con un ANP, algunas notas periodísticas refuerzan lo investigado: Holbox, el paraíso mexicano amenazado por contaminación y falta de agua, Profepa interviene en Holbox por contaminación de la isla, Holbox, paraíso del Caribe, en riesgo. En su nota periodística de 2017, Darinka Rodríguez hace una extensa investigación sobre cómo funciona la corrupción en torno a los permisos para embarcaciones que la CONANP otorga a los prestadores de servicios en Holbox. Cita: “…Las actividades turísticas derivadas del nado con el tiburón ballena dejaron una derrama de 1.4 millones de dólares tan sólo en 2014, motivo suficiente para que empresas extranjeras compitan contra los prestadores de servicios de la zona, quienes se encuentran en una lucha constante por los permisos otorgados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), así como el número de turistas que trasladan a la zona protegida… En otro punto de la isla, “Ramón”, que lo mismo ofrece paseos con tiburones ballena o vende llaveros y recuerdos a los paseantes, reconoce que este año el turismo fue mucho más abundante, pero a él cada vez le cuesta más trabajo obtener los permisos de la Conanp, pues acusó que el director de la reserva da preferencia a las empresas más grandes…Cada permiso son 30 mil pesos, además de que tener la lancha como la piden las autoridades sale muy caro. Yo y varios de aquí cada año tenemos que pelearnos los permisos…” 98