¿Qué es la tecnología? » Por sergio MorAl del Hoyo
Educador de museos especialista en divulgación sobre evolución humana (Grupo Evento)
Según la Academia Argentina de Letras, una de las acepciones de tecnología es “el conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico” o, lo que es lo mismo llevado a nuestro ámbito de la evolución humana, la modificación y/o el empleo de un elemento de la naturaleza para obtener un beneficio propio con ayuda del mismo. Pero ¿cuál es realmente la relación entre nuestra propia evolución y el desarrollo de la tecnología? Para responder esta pregunta hemos de volver nuestra mirada al continente africano, donde se encuentran los primeros homininos, las primeras muestras de tecnología y los primeros representantes de nuestro género Homo. La tecnología más antigua que ha llegado hasta nosotros está realizada en piedra y data de hace unos 3,3 millones de años en las proximidades del Lago Turkana, en Kenia. Hoy en día aún no está del todo claro quién pudo realizarla, pues su tradicional candidato, el Homo habilis, parece que no existía en esos momentos. Representantes del género Australopithecus o quizás Kenyanthropus son otros de los posibles candidatos. Las herramientas halladas en este yacimiento, conocido como Lomekwi 3, son muy rudimentarias y se han realizado golpeando una piedra contra otra hasta obtener un filo. Estos filos fueron empleados en distintas tareas relacionadas con el consumo de alimentos, entre ellos la carne. A la vista de estos últimos hallazgos, podríamos decir que son las propias herramientas las que hacen al género Homo; y no al revés, como se había pensado hasta ahora. A pesar de que su influencia en el proceso de hominización es clara, hoy en día sabemos que la tecnología no es una característica exclusiva de nuestros antepasados más directos. Basta con buscar un poco por internet para ver una multitud de videos de otros animales, como los chimpancés, cuervos, nutrias, elefantes, etcétera, usando o incluso realizando rudimentarias herramientas. La única y no pequeña diferencia es que solo nosotros, los homininos, empleamos una herramienta con el fin de crear otra. Su producción marca el inicio de una nueva estrategia en el comportamiento que transforma los sistemas sociales y la propia cultura de los humanos a través de su
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