necesario. Según las últimas investigaciones el control del fuego parece generalizarse hace unos 350.000 años, o al menos esto es lo que se desprende de un estudio llevado a cabo en la cueva de Tabun en Israel. Las consecuencias de aplicar el fuego a la comida también son muy numerosas, empezando por facilitar la digestión, lo que a su vez se traduce en un menor gasto de energía. Nuestros dientes reducen su tamaño al no tener que morder alimentos tan duros. También cambia el sabor de la comida, de modo que algunos alimentos sean comestibles y otros, mucho más apetecibles. Además, el fuego elimina algunos patógenos existentes en los alimentos crudos, lo que hace a la dieta humana más saludable.
¿La tecnología potencia o destruye la naturaleza humana? » Por dArío sztAjnszrAjBer Filósofo
Puestos a considerar la naturaleza humana en términos del impacto de la tecnología, resulta fundamental poder diferenciar posiciones. En general, predomina la idea tradicional y conservadora de una naturaleza humana cerrada, definitiva. Se trata de una concepción que nos tranquiliza y nos ordena pero que, al mismo tiempo, entra en conflicto, sobre todo, con nuestra propia concepción de la naturaleza como algo cambiante. Concebimos la naturaleza como algo que se transforma permanentemente y, sin embargo, al mismo tiempo, se nos presenta la necesidad de fijarla en límites precisos. Así, por ejemplo, tenemos la idea de que existe una naturaleza humana –delimitada, precisa– y que la tecnología funcionaría como un accesorio exterior, que facilita o destruye la naturaleza en cuestión. Dicho de otro modo, por un lado, pareciera que pensamos desde lo que podríamos llamar una postura optimista, sustentada en la confianza de que la tecnología viene a mejorar y potenciar funciones humanas ya existentes. Esta perspectiva está presente en ideas como la de que una computadora es un cerebro ilimitado; o que un martillo es un puño que no sangra; o que una bicicleta o un automóvil son dos piernas que corren rápido. La noción que subyace es la de una exacerbación de las capacidades humanas a partir de la tecnología, que las pule y les hace explotar su mayor magnitud.
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