¿Cómo era el tamaño y la organización social de los Australopithecus y de los primeros Homo? » Por sergio MorAl del Hoyo
Educador de museos, especialista en divulgación sobre evolución humana (Grupo Evento)
El escaso registro paleontológico con el que contamos hoy en día hace imposible que podamos dar una respuesta concreta. Sin embargo, dada nuestra proximidad genética, y por lo tanto evolutiva, con los grandes simios antropomorfos (chimpancés, gorilas, bonobos y orangutanes), podemos tratar de acercarnos a la respuesta a través del estudio de sus estructuras sociales. Desde el punto de vista de la organización social (tamaño, composición, cohesión y estructura genética de una unidad social), los primatólogos distinguen tres categorías básicas: vida solitaria, vida en pareja o vida en grupo. A excepción de los orangutanes, cuyos machos disfrutan de grandes períodos de soledad, los chimpancés, los gorilas y los bonobos muestran una organización social muy compleja en su vida comunal. Basándose en estas observaciones, tradicionalmente se ha pensado en pequeños grupos de australopitecos y de Homo habilis, formados por unos quince a cuarenta individuos, donde los machos adultos desempeñarían un papel dominante respecto a otros machos, hembras y crías. Dentro de la complejidad social que implican grupos tan numerosos, su misión, al estilo de la de los machos dominantes de chimpancés y gorilas, consistiría en mostrar una gran capacidad de lucha, reproducción y liderazgo para proteger a los suyos y lograr la supervivencia del grupo.
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Sin embargo, hoy en día podemos ver que existe un amplio rango de comportamientos posibles. Sin ir más lejos, el rol masculino de supremacía en la organización social de los primates está siendo ampliamente cuestionado debido al estudio de la organización social de los bonobos. Estos simios –a nivel evolutivo tanto o más próximos a los seres humanos actuales que los chimpancés– muestran una estructura social basada en el liderazgo femenino. El comportamiento del grupo pasa a ser fundamentalmente cooperativo, con una clara reducción de la tensión social y la violencia a favor de otro tipo de comportamientos –como el sexo– empleados para la resolución de conflictos. ¿Quién sabe si fueron Lucy o la señora Ples quienes guiaron el destino de nuestros primeros antepasados a través de la peligrosa sabana africana?
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