¿Existe relación entre la comunicación, el canto y las cosmogonías? » Por sergio MorAl del Hoyo
Educador de museos, especialista en divulgación sobre evolución humana (Grupo Evento)
CERCOPITECOS
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Algunas de las preguntas más controvertidas y debatidas en el mundo de la paleontología y la arqueología actual son cuándo y cómo surgió el lenguaje. El primer problema al que nos enfrentamos con ellas es las diferentes maneras que cada uno de nosotros tenemos a la hora de definir la palabra “lenguaje”. Si por lenguaje entendemos cualquier sistema de comunicación entre dos o más individuos, el lenguaje surgió en época muy temprana, anterior a nuestro propio origen como seres humanos. No en vano son muchos los estudios que han demostrado la capacidad de comunicación que poseen los animales. Por poner un ejemplo cercano a nosotros, nuestros parientes los cercopitecos emiten diferentes tipos de sonido para alertar de peligro en función de si este procede del suelo (leopardo) o del cielo (águila). Cada uno de ellos suscita un determinado tipo de conducta en quienes lo escuchan, el más adecuado para enfrentarse al problema que se avecina. Sin embargo, si por lenguaje entendemos un sistema con doble articulación, con reglas gramaticales, dinámico y sobre todo simbólico, para el cual son necesarias ciertas adquisiciones en el cerebro, el cuerpo y la voz, entonces las fechas se reducen mucho más, apuntando a algún momento en torno al último medio millón de años. La música, sin embargo, posiblemente surgiera en un momento anterior al lenguaje. Elementos clave para la música como son el ritmo o la melodía están presentes en muchos seres vivos. Basta con escuchar los sonidos emitidos por otros primates como los gelada o los gibones para darnos cuenta de su musicalidad. No resulta por tanto difícil imaginarnos a los primeros representantes del género Homo, o quizás antes, en un primer momento silbando, tarareando o simplemente imitando esos sonidos de la naturaleza que escuchaban con frecuencia y resonaban en sus todavía pequeños cerebros. Incluso a partir de esos momentos, dichos sonidos pudieron haber adquirido un tipo de información, sensación o emoción concretas, y que nuestros antepasados emplearan dichos sonidos para comunicarlo, en lo que sería uno de los primeros pasos en la adquisición de nuestro complejo lenguaje. El propio Darwin llegó a decir que, antes de adquirir el poder de expresar