1/ Fundamentos ecológicos
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Dependen del nivel técnico, de los equipos a disposición de los grupos humanos y de las formas y modalidades en la utilización del espacio. Se toman ejemplos en dos campos: el de los movimientos sísmicos y de masas, y el de los cambios climáticos. Movimientos sísmicos y movimientos de masa Los Andes pertenecen al cinturón sísmico del Pacífico. En el Ecuador, en la Cordillera Central en Colombia, al sur del Perú y norte de Chile el vulcanismo permanece activo, por lo menos en escala histórica. Sus efectos son limitados en tiempo y espacio. En el Ecuador las erupciones volcánicas, con proyección de cenizas, fosilizaron establecimientos humanos en los primeros siglos de nuestra era. El agrisamiento de los depósitos por la ceniza ocasionalmente permite su fechado y es un elemento de datación absoluta, mediante medidas radiométricas. Por el contrario, las consecuencias, directas e indirectas, de los movimientos telúricos son mucho más importantes. Basta recordar los terremotos que desde la Conquista han afectado Lima, Arequipa, Cusco o Huaraz. No pueden dejar de considerarse las consecuencias producidas por los terremotos: a la orilla del Pacífico, el maremoto (tsunami) que destruyó el Callao en 1749 o las lavas torrenciales o glacio-torrenciales que destruyeron Yungay (Ancash) al ocurrir el terremoto del 30 de mayo de 1970. Las consecuencias de los grandes terremotos son tanto más terribles cuanto la sociedad está técnicamente mejor equipada y dispone de redes fijas de infraestructura. Aparte del miedo cósmico que entre cazadores y pastores pueden provocar el ruido y las sacudidas, los daños causados eran reducidos, pese a que en el terremoto de Ancash de 1945 se señalaron vacunos que fueron lanzados al aire y muertos por las sacudidas. Entre los agricultores los efectos de los sismos, aunque sensibles, son limitados: a veces el deslizamiento de terrazas de cultivo o la ruptura de un canal de riego; también es posible la destrucción de construcciones de adobe. Estos daños pueden repararse en algunos días o semanas recurriendo al trabajo doméstico. Entre las poblaciones urbanas los daños son mucho más considerables: miles de muertos enterrados bajo los escombros de los inmuebles, como en