marca país Argentina | Capítulo 03
3.1 Identidad nacional Uno de los conceptos que nos interesa introducir en la presente investigación es el desarrollado por el sociólogo Manuel Castells (1999) en su libro “El poder de la identidad”. El autor define el concepto de identidad como la «construcción del sentido atendiendo a un atributo cultural o un conjunto relacionado de atributos culturales [...]» (Castells, 1999: p.28). Asimismo, esta construcción cultural requiere de material histórico, geográfico, biológico, entre otros aspectos, para su articulación, pero se convierten en identidades sólo si los integrantes de la sociedad poseen la capacidad de apropiarlas y construir un sentido en base a ellas. Desde este punto, el politólogo Felipe Justo Cervera (2002) en su libro “Identidad Nacional Argentina”, toma a la identidad como una comunidad de sentido «referida ésta a todo grupo unido por valores de alto grado de aceptación y vigencia, que le otorgan una persistente coherencia cultural y generan sólidos sentimientos de pertenencia.» (Cervera, 2002: p.13). De este modo, entendemos que la identidad se trata de una construcción simbólica desarrollada en un espacio y tiempo, resultado de una serie de valores existentes en una cultura determinada amalgamada con atributos históricos. Asimismo Cervera sostiene que la identidad se expresa por medio del arte, de los símbolos, la literatura, los ritos y tradiciones, es decir, formas de manifestar la vida, «Porque lo estético hace a todas las expresiones de sensibilidad; expresiones que crean formas a través de las cuales uno se reconoce y los demás lo reconocen.» (Cervera, 2002: p.14). La definición de este concepto nos permite aproximarnos a la identidad nacional y cómo se proyecta en la marca país como signo visual, ya que uno de sus principales objetivos es representar la identidad del país junto con su idiosincrasia. Retomando el concepto de identidad nacional, Cervera (2002) explica que el proceso de nacionalización y a su vez, de generación de una identidad nacional, constituye un permanente hacer y rehacer sobre un pasado en común, con un programa a realizar bajo la organización en un Estado. Asimismo, el autor concluye que «[...] la identidad se convierte en nacional cuando en una sociedad surge un sentimiento común de pertenencia que supera las meras lealtades locales; cuando las costumbres y valores, las diversiones y expectativas, los proyectos y los símbolos, los héroes y los muertos, se vuelven propiedad querida de la sensibilidad de todos; y fundamentalmente cuando se siente un orgullo común por los hechos y elementos que articulan y hacen a la nación.» (Cervera, 2002: s/p). La existencia de orgullos cívicos se manifiestan en gran medida a partir del grado de sinergia y compromiso que logre la nación entre la población (a nivel material, social y espiritual) y los beneficios sociales (trabajo, educación, vivienda y salud).
3.1.1 Territorio Para estudiar la identidad de un país consideramos oportuno analizar la influencia del concepto de territorio, y para ello tomamos el abordaje realizado por Cervera (2002) quien sostiene que a partir de evidencia histórica, el territorio fortalece el sentimiento de pertenencia nacional ya que el proceso de territorialización consiste en su apropiación, dándole identidad a partir de las costumbres y los vínculos que se generan mediante el trabajo, las re-
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