marca país Argentina | Capítulo 05
5.3.1.1 Legibilidad La legibilidad es el factor más importante en una tipografía ya que se relaciona con la eficacia a la hora de comunicar el mensaje. Para que una tipografía sea legible debe adoptar ciertas características y formas en cuanto al diseño, para que el ojo no deba esforzarse en el intento de comprender el mensaje. A su vez, un condicionante a la hora de pensar en la legibilidad de un signo es el público receptor, ya que es muy diferente diseñar un texto para un niño, una adolescente o un adulto, ya que para cada uno de ellos se esta blecerá una estrategia de diseño diferente. Otro parámetro a tener en cuenta es la cultura a la que pertenece el público receptor, ya que la alfabetización de las personas no es igual en todo el mundo y existen tantos alfabetos como idiomas. Asimismo el soporte es otro de los factores fundamentales que determinan el nivel de legibilidad, por ejemplo, al momento de elegir un papel para la impresión de textos, no se recomienda utilizar papeles ilustración ya que los reflejos rompen con el trazado de las letras. Dentro del soporte existe una subdivisión en cuanto a familias tipográficas para uso en pantalla (soporte digital) y familias tipográficas para usos impresos (soportes tangibles). Por último hay que tener en cuenta la costumbres como parámetro que modifican la legibilidad ya que el ser humano tiene la particularidad de ser capaz de acostumbrarse rápidamente a cualquier situación en particular y por más difícil que sean los signos, si estamos acostumbrados, los naturalizaremos.
5.3.2 Gama cromática, el color institucional Entendemos, como mencionamos anteriormente, que el color se encuentra dentro de los signos identificadores no verbales de una identidad institucional, ya que refuerza y complementa su identidad «el color, [...] identificador corporativo potentísimo» (Chaves; Belluccia, 2008: p.31), pero no es suficiente como identificador primario ya que carece de la capacidad de independizarse y definirse como tal. Sin embargo, el color como identificador adopta una gama cromática determinada que funciona como valor diferenciador y estable, y a su vez aporta personalidad y estilo. Además, el color puede ser utilizado en los soportes, «es tan potente el color en su dimensión identificadora y de atractivo visual que en determinadas situaciones la propia marca gráfica “pierde” el color y se lo cede a la superficie donde actúa para ganar en reconocimiento y llamado de atención» (Chaves y Belluccia, 2008: p.32). La gama cromática es una forma de comunicación no verbal y la elección de la misma requiere de una serie de decisiones previas relacionadas a los valores que se quieren transmitir, el contexto socio cultural en el cual se inscribe y el público al cual se le quiere dirigir el mensaje. Asimismo, Dondis (2017) sostiene que «el color está cargado de información y es una de las experiencias visuales más penetrantes que todos tenemos en común. Por tanto, constituye una valiosísima fuente de comunicadores visuales.» (Dondis, 2017: s.p). Es decir que cada color tiene un amplio número de significados asociativos y simbólicos, y es por ello que nos permite tener un extenso campo en el vocabulario de la comunicación visual. Como establecimos anteriormente, el color funciona como un transmisor de emociones en la comunicación visual, tiene el poder de expresar y reforzar la
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