PLAN DE GOBIERNO | 2013-2016
NUESTRA INFRAESTRUCTURA CONSTRUYENDO PUERTO RICO
“Cuando invertimos en la infraestructura de nuestra Isla, invertimos en el futuro de Puerto Rico. Mejores carreteras y autopistas significa menos tiempo en el tapón y más tiempo con la familia y amistades; el acceso a un servicio de agua limpio y confiable representa salud para miles de puertorriqueños; y escuelas modernas propician una mejor educación para nuestros niños. De eso se trata este plan de inversión en Puerto Rico, de mejorar nuestra calidad de vida.” Gobernador Luis G. Fortuño, 29 de abril de 2012
En la historia de Puerto Rico las grandes obras de infraestructura han sido parte esencial para promover el desarrollo económico y social de nuestra Isla. Estas obras, además de ser una importante fuente de empleo para miles de puertorriqueños, proveen un entorno de calidad para todos los puertorriqueños y garantizan la competitividad de Puerto Rico, a nivel mundial, como lugar seguro para hacer negocios. Desafortunadamente la pasada administración abandonó su responsabilidad por la infraestructura de Puerto Rico. Descuidaron la salud fiscal de nuestras agencias y corporaciones públicas que, en conjunto con el sector privado, construyen y atienden nuestras grandes obras de infraestructura. Su falta de responsabilidad y atención detuvo la inversión pública y privada en nuevas obras, creando deficiencias en nuestros puertos, carreteras y sistemas de transportación. El estancamiento de nuestra infraestructura nos afectó a todos, impactando de manera negativa la calidad, servicio y costo de nuestra agua y energía. El estado de abandono en que mantuvieron a nuestra infraestructura durante la Década Perdida presentaba grandes retos. Encontramos entidades públicas quebradas, con millonarios déficits operacionales en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, la Autoridad de Energía Eléctrica, la Autoridad de Carreteras y Transportación y la Autoridad de los Puertos. Enfrentamos una burocracia en nuestro sistema de evaluación y otorgación de permisos y una falta de planificación urbana. Nuestros puertos aéreos y marítimos se habían quedado rezagados por falta de obra de modernización y mantenimiento. Nuestras calles y carreteras estaban completamente deterioradas y plagadas de deficiencias al no haberse planificado para los cambios demográficos en nuestra sociedad. La credibilidad de Puerto Rico como plaza para la inversión privada en infraestructura estaba lacerada por los intentos mal estructurados y fracasados del pasado.
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