PLAN DE GOBIERNO | 2013-2016
CULTURA SOMOS PUERTO RICO Nuestra cultura es el recuerdo viviente de donde vinimos, de lo que juntos hemos logrado, y de todo lo que podemos alcanzar. La historia de Puerto Rico ha sido escrita, construida, tallada, pintada, cantada y bailada por generaciones de puertorriqueños orgullosos de sus raíces y su identidad. Nuestros artistas llevan el nombre de nuestra patria en alto y llenan nuestras vidas, ya sea desde una plaza pública o desde los escenarios más importantes del mundo. El talento, la disciplina y la dedicación de nuestros niños y jóvenes artistas nos prometen un futuro lleno de esperanza. El compromiso con nuestra cultura se tornó apremiante ante la falta de iniciativa de la pasada administración y la ausencia de programas, estímulos y recursos efectivos para gestar el quehacer cultural en todo nuestro pueblo. Encontramos al Fondo Puertorriqueño para el Financiamiento del Quehacer Cultural inoperante desde el 2005 sin otorgar dineros a las entidades culturales, artísticas y humanistas – a pesar de contar con recursos suficientes asignados por la legislatura. Encontramos una falta de atención gubernamental a nuestras entidades artísticas sin fines de lucro, y poco apoyo al desarrollo de su programación y oferta cultural y artística. Encontramos estructuras de gran valor para los puertorriqueños totalmente abandonadas y cerradas al público, y nuestro principal patrimonio de estructuras históricas, incluyendo facilidades centenarias como el Palacio Santa Catalina (La Fortaleza), la Casa Blanca y el Cuartel de Ballajá, en grave estado de deterioro. Encontramos las salas de nuestro Centro de Bellas Artes en condiciones deterioradas con butacas desgastadas y rotas y con el equipo técnico dañado u obsoleto. El quehacer cultural no estuvo exento de la incapacidad administrativa de la pasada administración. Las corporaciones públicas dedicadas al fomento de las artes arrastraban déficits operacionales y carecían de controles internos, lo que permitía contrataciones irregulares y favoritismo que en nada aportaba al desarrollo cultural de Puerto Rico. Entidades como la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública operaban de manera altamente ineficiente, manteniendo costos de producción, programación y administración irrazonables en vez de utilizar sus recursos para expandir oportunidades para nuestro talento artístico y nuestros profesionales técnicos. La falta de visión y compromiso de la administración anterior causó además una ausencia de proyectos de desarrollo de las artes y la cultura para contribuir al desarrollo económico, social y cultural de nuestras comunidades. No fomentaron el potencial que ofrece nuestra cultura y nuestro arte como recursos de desarrollo y empleo. Ignoraron a la mayoría de nuestros artistas, humanistas y técnicos, importantes sectores laborales de nuestra economía. La administración anterior no fomentó la colaboración para crear proyectos educativos de artes, que tanto bien hacen en la formación de nuestros niños y jóvenes, además de fomentar el valor de la responsabilidad y el trabajo. Tampoco existían estrategias para llevar la experiencia cultural y artística puertorriqueña a nuevos públicos y mercados dentro y fuera de Puerto Rico. Nuestra administración, consciente del valor de nuestra cultura, ha apoyado programas de educación, promoción y expansión de nuestro quehacer cultural a pesar de las dificultades económicas en las que encontramos el gobierno. No era aceptable continuar con las políticas erradas e irresponsables del pasado que limitaban la gesta cultura y en nada beneficiaban a
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