PLAN DE GOBIERNO | 2013-2016
AGRICULTURA SIEMBRA FUTURO
“No hay mejores manos que las puertorriqueñas que cosechan nuestros productos, por eso les brindaremos las mejores herramientas para que las próximas generaciones vean los frutos que se están cosechando hoy” Gobernador Luis G. Fortuño, 8 de junio de 2012
Estamos convencidos que el sector agrícola le ofrece a Puerto Rico una extraordinaria herramienta de desarrollo económico si aprovechamos las oportunidades de mercado disponibles y mantenemos un alto nivel de competitividad. Logramos esto facilitando a nuestros agricultores el conocimiento, la tecnología y el capital necesarios para completar la transición de una agricultura tradicional a una agricultura empresarial. Logramos esto promoviendo un desarrollo rural sustentable que fomente un ambiente de inversión a largo plazo. Logramos esto convirtiendo al Gobierno en un ente facilitador de aquellas iniciativas privadas que redundan en un abasto de alimentos sanos y saludables, así como de otros productos agrícolas de utilidad para el consumidor. Desafortunadamente, las pasadas administraciones abandonaron la agricultura como vehículo de desarrollo y la sustituyeron por un modelo agrario basado en la dependencia. Peor aún, sus falsas promesas, engaños e incompetencia administrativa provocaron el derroche irresponsable de los recursos públicos asignados para este sector. Esas nefastas administraciones del Partido Popular Democrático adoptaron posturas que restringían la libre empresa, mientras drenaban el fisco. Fuimos todos testigos de cómo en menos de una década el sector agrícola disminuyó un 20 por ciento en su aportación de agricultura al Producto Bruto de Puerto Rico, gracias a la pérdida de cuerdas cultivadas y número de agricultores como resultado de las políticas desacertadas del PPD, tal como lo reflejaron los Censos Agrícolas realizados por el Departamento de Agricultura federal del 2002 al 2007. Encontramos a un Departamento de Agricultura con un nivel de endeudamiento histórico de sobre $230 millones como resultado de gastos administrativos excesivos, de atrasos en los pagos de incentivos y servicios a los agricultores, que en ocasiones eran de hasta un año, y de emisiones de cheques sin fondos. Nuestros agricultores estaban totalmente desmotivados. Habían perdido por completo la confianza en las iniciativas gubernamentales y, peor aún, en la capacidad de un Puerto Rico productivo. Nos topamos con un departamento arcaico, con sistemas de administración obsoletos que no lograban maximizar el capital humano y demás activos de la agencia. No existían procesos de control de calidad para supervisar los inventarios de equipos y materiales, ni vigilar su estado. De igual forma, descubrimos una falta de controles, contabilidad y visibilidad en torno a los proyectos de infraestructura rural de la Corporación de Desarrollo Rural de Puerto Rico.
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