UN GOLPE DE TIMÓN Las agencias publicitarias representan la etapa intermedia entre la producción y el destinatario de esta. Las diversas variantes que aceleran o desaceleran la promoción, están estrictamente condicionadas por las circunstancias que movilizan el mercado. En el caso del tabaco, la publicidad, tal cual lo dijimos en páginas anteriores, manejó sumas siderales. Solamente en los Estados Unidos, según un artículo publicado en el diario La Razón (1), se movilizan 45 000 000 000 millones de dólares por año en la industria del tabaco. Evidentemente el porcentaje publicitario es lo suficientemente sustancioso como para interesar sobremanera a las agencias publicitarias. Lo mismo ocurría en nuestro país aunque en menor proporción, así lo informaba la revista Descubrir (2): “Se calcula que los argentinos, en todo el año 1992, fumaron cerca de 360 000 millones de cigarrillos, algo así como 580 paquetes por habitante”, lo cual indicaría que la suma de dinero empleada tanto en su fabricación como en la comercialización –publicidad incluida– fue muy importante. Se sabe que aumentó notablemente el consumo de tabaco entre los jóvenes, público cautivo de hábiles publicistas que responden a los intereses de los fabricantes. Decimos esto, porque la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC), comunicó que: “A pesar de todas las campañas que durante los
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