FUMANDO ESPERO El tango, fue otra de las expresiones populares que recogió imágenes vinculadas al vicio de fumar. Tal como apreciamos en la partitura musical, el cigarrillo remplaza a los afectos, es el compañero insustituible en el momento de abandono y soledad. La lista de tangos alusivos al cigarrillo no solo es extensa en títulos, sino también en contenido: “Sobre el pucho”, “Tabaco”, “Fumando espero”, “Nubes de humo”, etc. El cigarrillo, en el tango, más que un compañero o un amigo, es también motivo de vehículo publicitario desprovisto de todo prejuicio y, tal como lo observamos en la publicidad gráfica de principio de siglo XX, en muchos casos carece del más elemental decoro. Si bien la ética no era obviamente un problema que inquietara a quienes diseñaron la portada del tango “Carbonilla”, la situación que se plantea ante la utilización de criaturas, excede los límites de lo tolerable. Teniendo en cuenta la nefasta influencia que ejerció sobre la niñez la publicidad desenfadada de niños fumando o estimulados y gratificados por sus padres, no se justifica la insistencia en mostrar a las criaturas con un cigarrillo en los labios, con una expresión entre pícara y placentera. Es harto conocida la figura de Gardel con un cigarrillo en la mano, al punto que es posible observar en el monumento que corona su tumba en el cementerio de Chacarita, que más de una vez alquien coloca un cigarrillo entre los dedos de la estatua. Asimismo, 199