REFLEXIONS I ESTUDIS
Julio M. Fernández Chinchilla
DETALLES
E
n esas tardes de otoño, donde los olores de Sagunto impregnan su Judería, voy paseando despacio, recorriendo sus calles, sus sonidos y sus silencios, una ligera brisa, hace el camino más suave y da quietud al espíritu, en este momento me siento cómplice de este Sagunto, de sus personajes, de sus historias…Las primeras sombras caen por la Judería, sus colores rojos al atardecer, entre casas encaladas y desordenadas, en espacios imposibles, me obligan a detener mis pasos en este punto, que intento guardar en mi memoria, el arco medieval, la torre de la muralla judía, con piedras que hacen equilibrios en el espacio, para poder seguir vivas. En su pared sur, su reloj de sol, tímido y sencillo, marcó el tiempo de los tiempos de la Judería, es nuestro testigo en la historia, desde su mirada todo se vió, como notario de muchos siglos y ¡ahí! lo tenemos, sigue contemplando todo lo que acontece en una tarde de otoño. Una plaza triangular se adivina a la derecha, una plaza con tres fachadas impactada entre las calles, callada, en silencio observa y en el fondo la Ermita.Pero,comienza a llover cada vez más fuerte, como siempre, el tiempo acaba con todo, el sol se inclina definitivamente, poco a poco, la lluvia sigue cayendo, quizá sea el tiempo para ver la lluvia…y esperar… truena a lo lejos y decido refugiarme lo antes posible, ¡allí! en la Ermita de la Sangre. Ya estoy en su interior, pienso hacer un descanso y una breve visita, intentaré verlo todo desde un buen punto de vista, con buen ánimo, todo lo que vea es lo mejor que puede acontecerme hoy. Comienzo a pasear por sus naves, observo las rocas incrustada en el suelo de la Ermita, que rezuma agua cuando llueve, allí es posible existiera alguna mezquita que debido a la pétrea naturaleza de Sagunto no nos permite seguir su huella, ni tampoco la del templo de la parroquia de San Bartolomé, que también existió sobre este barrio y en estas piedras. Vuelvo sobre mis pasos y desde la escalera miro hacia arriba, la cúpula, las bóvedas blancas, simples, sencillas, de estilo renacentista, siguiendo el estilo del Patriarca, al pie de la letra, como así quiso S. Juan de Ribera, cuando decide que el Colegio del Corpus Cristi sea el modelo a seguir en el futuro. Observe el lector que esto ocurre tras la visita y estancia de S. Juan de Ribera en Sagunto en la Semana Santa de 1599,cuando el rey Felipe III se casa en Valencia con Margarita
Setmana Santa Saguntina 2020
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