Ni c o l e B e r n e x
Exp l or ac i on es y vi aj es c i en t íf i c os a f i n al es d el s i g l o XVI I I y en el s i g l o XI X
“Tan infinit o es ell oorizon z t e que se a re r en caa a escu e u rimien r t o, que una pregunt a responn i a crea mult it u
e int errogant es más”. Joaquín García
Discurrieron los siglos XVI, XVII y XVIII. Aquel territorio virgen, de tierras desconocidas comenzaba a desdibujarse con los aportes invalorables de los conquistadores, cronistas, misioneros, piratas y aventureros, quienes por motivos muy distintos perseguían el mítico El Dorado. Las entradas precursoras de Alonso de Alvarado y de Alonso Mercadillo desde Chachapoyas a la región de los Chupachos en 1535 y 1536 habrían quedado completamente en el olvido, si no hubiera sido por don Jiménez de la Espada. Los relatos del propio Alvarado denunciaban con claridad el contacto principal del fundador de Chachapoyas con la Amazonía, como lo destaca Raúl Porras Barrenechea (1993: 25)1. Hallazgos y enigmas se conjugaron a menudo alentando exploraciones y expediciones, a la vez que se afinaban los mapas de los cosmógrafos y de los misioneros. Se puede afirmar con Mendes Dos Santos que “la Amazonía, por su exotismo, diversidad y riqueza, es lugar privilegiado para descubrimientos, estudios y aventuras. Siempre atrajo y continúa atrayendo la curiosidad de mucha gente, y evidentemente los expedicionarios no fueron excepción”2. Ya, desde mediados del siglo XVIII, la expedición de Charles-Marie La Condamine despertó un decidido interés científico por la región amazónica al atreverse a “decir que la multitud y diversidad de árboles y de plantas que se encuentran en las márgenes del río Amazonas, en toda la extensión de su curso desde la cordillera de los Andes hasta el mar, y en las orillas de diversos ríos sus tributarios,… por la gran utilidad de… la quinina,…
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