DAMARIS CASTRO OSPINO SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, COLOMBIA
Lucidez No imaginas cuántas páginas quedaron en ese libro de [cuentos. Ya no queda nada las luciérnagas se apagaron las chicharras silenciaron el mugir del ganado es escaso los arroyos cambiaron su rumbo los gatos no esperan la noche el búho no canta Y los amores fraternos del alma se fueron a la tumba. Apenas queda el verdor de las montañas Una paz inventada Una reconciliación acomodada Un olvido encasillado que a veces deambula Tocando las puertas Para mojarte la cara. No tengo los sentidos cerrados Creo que con el hecho de adaptarme a una nueva vida amasando con sencillez lo desconocido alcanzo la coherencia que parece dormida.
Damaris Castro Ospino
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