El movimiento que transformó la Facultad de Arquitectura

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Rabe Rendón, Byron Alfredo

El movimiento que transformó la Facultad de Arquitectura. CRA. Guatemala: Facultad de Arquitectura, DIFA, USAC, 2022. 430 p. ; 25.4 cm

ISBN 1. Educación superior 2.Historia de la Facultad de Arquitectura 3. Desarrollo académico 4. Plan de Estudios de Arquitectura 5. Modelos educativos. 6. Movimientos estudiantiles.

Agradecimiento

A las Maestras Amanda López, Diana Rosales, Ingrid Molina y miembros del Archivo General de la USAC que facilitaron el acceso a la información. A mi hija Karla por su tesonero trabajo y dedicación en el diseño, diagra mación e impresión. A quienes proporcionaron fotografías, mención especial a las históricas imágenes de Jorge Rousselin y a las obtenidas del archivo de Oscar Eduardo Barillas por conducto del Dr. Edgar Barillas, así como las valiosas caricaturas de Ramiro García (†) y Sergio Duarte. A quienes ayudaron a identificar a las personas en las fotografías. A los entrevistados (todos identificados al final del libro) que me permitieron complementar la información documental obtenida y, a todos aquellos que de una forma u otra, aportaron a este proceso.

2022

El movimiento que transformó la Facultad de Arquitectura. CRA

Dr. Arq. Byron Alfredo Rabe Rendón

Dirección de Investigación de la Facultad de Arquitectura Universidad de San Carlos de Guatemala

Contenido

Presentación 1 Introducción 11

01. Antecedentes 19

El origen 21 Fundación de la Facultad 25 Inician los años sesenta 29 Los Estudios Generales 31 Se suspenden los Estudios Generales 36 Los acomodos urgentes 40

02. Preámbulo 49

El nuevo contexto universitario 50 El escenario interno 52 El cerco político académico 55 Un acelerante para el rompimiento 59 Un plan de cambio acompaña la toma del edificio 65 El espaldarazo del Consejo Superior Universitario 70 Las causas del rompimiento 72

03. Un vehemente inicio 79

La instalación del CRA 82 Renuncia el Decano 91

Reacciones ante el rechazo de la renuncia 95 La búsqueda del retorno a la normalidad 104 La toma de rectoría y el cambio de decisión 107 La negativa ante otra decisión del CSU 110 Rechazo a la exhortación de renuncia 113 Entre estira y encoge 115

04. Las Propuestas 119

El Proyecto de Reestructuración de Arquitectura 124 Reinician las clases y el movimiento avanza 128 El CSU aprueba el Plan de Estudios 132 El modelo de autogobierno 134 El Plan de Estudios 1972 137

05. Acciones para consolidar el CRA 149

El inicio del nuevo Plan se retrasa 151 Dificultosas convocatorias a elecciones 153 Dos permisos que aturden 156 Una cuestionada evaluación docente 157 Sustitución de los cuadros docentes 166 Cambio de la directiva del Claustro 169 El bloqueo de las elecciones 171 Se cierra el cerco 176

06. La desintegración 181

La decisión sobre el sistema de gobierno 183 Reclamos, anulaciones y renuncias 188 El CSU toma el control de la Facultad 190 Insatisfacciones y alternativa 192

07. La intervención 197

Asume la Comisión de Dirección y Administración 198 Los permisos de los catedráticos titulares 203 Nuevos cambios a nivel nacional y universitario 205 La purga de los catedráticos titulares 207 Reorganización académica 210 Las nuevas elecciones 213 Con el camino despejado 218

08. Retomando el rumbo 223

Tábano 226 Inicia la nueva gestión 231 La Unidad Técnico-Académica de Arquitectura 235 Reacondicionamiento del currículo 236 Nuevas contradicciones 239

09. Fisuras en el nuevo paradigma 247

La renuncia del Consejo de Facultad 248 Primer CONEVAL 256 Los reclamos estudiantiles 266 Un paradigma en crisis 269

10. El sismo abrió una senda alterna 275

Las primeras acciones de Arquitectura 278 El Plan de integración Académica 1976 281 Las dificultades para implementar el PIA 76 283 El Plan de Integración para el segundo semestre 286 Exigencias y tambaleos 290 Las grietas que dejó el sismo 292

11. Discordia y desencanto 299

Los conflictos internos se incrementan 300 El rompimiento con la línea directiva del CRA 302 El desmantelamiento de la base del CRA 306 El modelo transformador se desploma 307

12. Postrimerías de una época 313

Recurso de Amparo 315 La opinión de otros actores 319 Investigación y dictamen de la Comisión 321 Una cruda realidad 325

Hacia el final de una difícil gestión 327 La segunda purga y sus consecuencias 333

13. Escenarios inciertos 339

Las nuevas vinculaciones de Tábano 342 Asumen nuevas autoridades 344 La represión se intensifica 345 Un oscuro panorama 347

14. El afán por la reestructura 351

Asume el Decano para el período 1979-1982 353 La evaluación del CRA 355 El Plan de Trabajo 1979-1983 359 La reforma curricular de 1980 363 Otro frustrado Coneval 366 Un freno al acelerado arranque 368

15. Entre el asedio y la barbarie 373

Inicia otro año de delirio y muerte 374 Tras la Semana Santa no se hizo la calma 375 Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil 377 Las secuelas de una masacre 379 Las resistencias se asfixian 382

16. Del sueño al letargo 387

Una escalada de ausencias, permisos y renuncias 388 La rebelión del Decano 392 Las respuestas del CSU y la Junta Directiva 400 La definitiva salida del Rector 402 El retorno que no llegaría 404

Reflexiones 411 Referencias 422 Bibliografía 424 Entrevistas 429

Índice de Figuras

Figura. 1.1

Inauguración de la Facultad de Arquitectura, 5 de septiembre de 1958.

Figura 1.2

Arq. Roberto Aycinena, Decano agosto 1958 - marzo 1965.

Figura 1.3

Arq. Jorge Montes Córdova, Decano marzo 1965-mayo 1969.

Figura 1.4

Arq. Carlos Asensio Wunderlich, Decano 1969-1973.

Figura 1.5

Primer Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura, 1969.

Figura 2.1

Julio Fonseca, representante estudiantil ante el CSU 1972.

Figura 2.2

Durante la toma del a Facultad en la mañana del 22 de abril de 1972.

Figura 2.3

Titular de prensa, toma de la Facultad de Arquitectura de la USAC. Primera plana de Diario El Gráfico, abril de 1972.

Figura 2.4

Asamblea General de Estudiantes, 1972. Figura 2.5

Preparando carteles de protesta. 1972.

Figura 2.6

El entierro de las estructuras, abril de 1972.

Figura 3.1

Acto de instalación del CRA en el Salón de Actos de Ingeniería. Mayo de 1972.

Figura 3.2

Trabajo de análisis y discusión por un grupo de estudiantes 1972.

Figura 3.3

Reunión de asesoría al proceso de renovación curricular. 1972.

Figura 3.4

Asamblea General de Estudiantes para solicitar la renuncia del decano. Julio de 1972.

Figura 4.1

Grupos de trabajo, 1972. Figura 4.2 Reuniones de trabajo, 1972. Figura 4.3 Reunión resolutiva del CRA. 1972. Figura 4.4 Reunión resolutiva del CRA. 1972. Figura 4.5

Portada del Proyecto de Reestructuración, producto del CRA, 1972. Figura 4.6 Integrantes del directorio del CRA. Figura 4.7 Reunión en aula. 1972. Figura 4.8 Red curricular del Plan 1972. Figura 5.1 Trabajo de procesamiento de información, 1972. Figura 5.2 En espera del reinicio, 1972. Figura 5.3 Panfleto de crítica a un precandidato a decano, 1973. Autor: Sergio Duarte. Figura 5.4

Profesores y líderes estudiantiles en proceso de organización. Figura 5.5

Panfleto de crítica al Claustro de catedráticos, 1973. Figura 6.1

Presentación ante el CSU. 1972 Figura 7.1

Reunión de trabajo. 1972 Figura 7.2

Estudiantes reunidos en un salón de dibujo. Figura 7.3

Plan de Estudios 1972. Figura 7.4

Arq. Lionel Méndez Dávila, Decano 19741979. Figura. 8.1

Mural: Los gorilas al zoológico, los hombres al poder. En Ciudad Universitaria, zona12.

Figura 8.2

Mural: Estudiante sospecho que te vas a graduar de explotador. En Ciudad Universitaria, zona12.

Figura 8.3a

Sección oeste del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

Figura 8.3b

Sección norte del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

Figura 8.3c

Sección este del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

Figura 8.3d

Sección sur del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

Figura 8.4

Portada y directorio de la Revista Tábano No. 2, mayo de 1975.

Figura 8.5

Grupo de teatro experimental de arquitectura, 1973.

Figura 8.6 Organización por niveles para la Unidad 3.2.

Figura 9.1

El reino de la oportunidad, crítica a las autoridades de la Farusac.

Figura 9.2

La loba, crítica a las autoridades de la Farusac.

Figura. 9.3

Cartel promocional del Primer Coneval, programado inicialmente para mayo de 1975.

Figura 9.4a / 9.4b

Primer carnaval, crítica al primer Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura, Coneval.

Figura 9.5a /9.5b

Primer carnaval. Crítica al primer Coneval.

Figura 9.6a / 9.6b

Primer carnaval. Crítica al primer Coneval.

Figura 9.7a /9.7b

Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. Figura 9.8 Miembros de la constituyente de AEDA, 1975. Figura 10.1

Un descanso durante las tareas de descombramiento en Santiago Sacatepéquez, 1976. Figura 11.1

Sátira con los personajes que integraban parte del cuerpo administrativo y académico de la facultad, la mayoría de ellos renunció a sus cargos directivo. Figura 12.1

Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Figura 12.2

Huelga estudiantil en la Facultad de Arquitectura, mayo de 1978. Figura 12.3

Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Figura 12.4

Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Figura 12.5

Huelga estudiantil en la Facultad de Arquitectura, mayo de 1978.

Figura 14.1

Arq. Gilberto Castañeda, Decano 19791980.

Figura 16.1

Mural: Hay un camino que recorrer, la revolución. En Ciudad Universitaria, zona12.

Figura 16.2

Mural: No era tras la muerte a lo que fuimos. !Es tras la vida!

Índice de tablas

Tabla 1.1

Opiniones sobre los estudios básicos en la EEG.

Tabla 2.1

Opiniones sobre las causas que llevaron al movimiento.

Tabla 3.1

La percepción sobre el tema político ideológico.

Tabla 4.1

La percepción sobre los aportes sociales del CRA.

Tabla 4.2

Plan de Estudios 1972 por ciclo, asignaturas y prerrequisitos.

Tabla 4.3

La percepción sobre los aportes académicos y las nuevas relaciones.

Tabla 5.1

Catedráticos contratados que iniciaron el ciclo lectivo de 1972 con el Plan 1969 según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Tabla 5.2

Catedráticos Titulares que iniciaron en 1972 según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Tabla 5.3

Catedráticos contratados en el ciclo lectivo de 1973 (Planes 69 y 72)según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Tabla 7.1

Nómina de catedráticos que iniciaron el ciclo lectivo de 1974 por Áreas de conocimientos.

Tabla 7.2 Organización por Áreas y Unidades de conocimiento.

Tabla 7.3 Coordinación Académica a partir de junio de 1974.

Tabla 8.1 Integrantes de los órganos paritarios de la Facultad de Arquitectura en 1975.

Tabla 8.2

Nómina de catedráticos de 1975 por Áreas y Unidades.

Tabla 8.3 Algunas críticas a los actores y el proceso.

Tabla 10.1 Nómina de catedráticos de 1976 por Áreas y Unidades.

Tabla 11.1 Descripción cronológica de los hechos que en 1976 llevaron a las renuncias de los directivos e interrupción del proceso.

Tabla 12.1 Nómina de catedráticos y ayudantes de cátedra de 1977 por Áreas y Unidades.

Tabla 12.2 Percepción sobre los resultados académicos del CRA

Siglas

AEDA

Asociación de Estudiantes de Arquitectura AEU

Asociación de Estudiantes Universitarios CDA

Comisión de Dirección y Administración CF Consejo de Facultad COLARQ

Colegio de Arquitectos de Guatemala CONEVAL

Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura CRA

Congreso de Reestructuración de Arquitectura CSU

Consejo Superior Universitario CUDA

Centro Universitario de Diseño y Arquitectura DC

Democracia Cristiana EDA

Grupo Estudiantes de Arquitectura EEG

Escuela de Estudios Generales EGP

Ejército Guerrillero de los Pobres EPS

Ejercicio Profesional Supervisado FAR

Fuerzas Armadas Rebeldes

FARUSAC

Facultad de Arquitectura de la USAC FCEA

Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura GT

Grupo técnico JD Junta Directiva MDN

Movimiento Democrático Nacionalista MLN

Movimiento de Liberación Nacional PIA

Plan de Integración Académica MR13

Movimiento 13 de noviembre P69

Plan de Estudios de 1969 PGT

Partido Guatemalteco del Trabajo PR Partido Revolucionario SNA

Seminario Nacional de Arquitectura UES Universidad de El Salvador UNAM

Universidad Nacional Autónoma de México USAC Universidad de San Carlos de Guatemala

Palabras clave: Educación superior, historia de la Facultad de Arquitectura, reestructura académica, Plan de Estudios de Arquitectura, movimientos estudiantiles.

Resumen

En 1972 se realizó el Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura que se convertiría en el movimiento conocido por las siglas CRA.

El movimiento fue producto de un paulatino proceso que desencadenó en el revolucionario cambio de las bases político-académicas establecidas desde la fundación de la carrera de Arquitectura. Sus antecedentes se remontan a las gestas estudiantiles de los años sesenta y llegaría a principio de los ochenta. El fenómeno del CRA se convertiría en un referente de inspiración para otros movimientos universitarios y sería un impulso para el proceso de Reforma en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Medio siglo después el tema todavía despierta pasiones y sigue siendo polémico. Al margen de las fogosas luchas de entonces y desde una perspectiva distinta, se identifican propuestas, se documenta su desarrollo y se evidencia el tortuoso vaivén de logros y conflictos dentro de un confrontativo escenario definido por uno de los ciclos más oscuros de la historia de la universidad pública y de Guatemala.

El libro se enmarca en el conflictivo contexto mundial y na cional e invita a reflexionar sobre las repercusiones que este movimiento tuvo para el desarrollo universitario y la enseñanza de la arquitectura en Guatemala.

Keywords: Higher education, history of the Faculty of Architecture, academic development, Architecture Curriculum, educational models.

Abstract

In 1972, the Restructuring Congress of the Faculty of Architecture was held, which would become the movement known by the acronym CRA.

The movement was the product of a gradual process that triggered the revolutionary change of the political-academic bases established since the foundation of the Architecture career. Its antecedents go back to the student deeds of the sixties and would arrive at the beginning of the eighties. The CRA phenomenon would become an inspirational reference for other university movements and would be a boost for the Reform process at the University of San Carlos de Guatemala.

Half a century later the issue still arouses passions and remains controversial. Apart from the fiery struggles of that time and from a different perspective, proposals are identified, their development is documented, and the tortuous swing of achievements and conflicts is evidenced within a confrontational scenario defined by one of the darkest cycles in the history of the public university and Guatemala.

The book is framed in the conflictive world and national context and invites us to reflect on the repercussions that this move ment had for university development and the teaching of architecture in Guatemala.

Presentación

En la medida en que los movimientos sociales avanzan, las personas se expresan y, en esa medida, se logra también la unidad en la respuesta en las resistencias. Se llevan a cabo cambios profundos que paulatinamente van dejando atrás formas viejas y decadentes que han obstaculizado la evolución de nuevas conveniencias para involucrar y favorecer a las mayorías y grandes sectores deprimidos.

Esta premisa totalizadora de cambio abarca la amplia esfera cultural y, por consiguiente, una de las más elaboradas, sistemáticas y profundas: la Academia. La que Platón concibió como el centro del aprendizaje en donde confluyen las ciencias, las artes y la política, conocimientos que hacen posible que los seres humanos experimenten uno de los más altos niveles en su evolución: la reflexión filosófica y el pensamiento crítico, características distintivas y esenciales que hacen que su existencia sea trascendente. Es oportuno aludir a la Academia, fundada por Platón para reflexionar sobre la enseñanza de distintas materias: música, matemática, astronomía, medicina, filosofía. En muchos países del mundo están desapareciendo las humanidades para dar paso al emprendedurismo, la tecnología y la productividad. Ahora, mientras el mundo tiene una inmensa crisis de valores, en el que lo más importante es tener y acumular a costa de lo que sea, sin cultivar la parte espiritual del ser. En una era en la que hay tanta necesidad de la poesía, de la música, de la filosofía y del arte, empiezan a mutilarse las áreas del ser humano que lo harían perpetuarse, trascender y tender puentes hacia las demás personas.

Si bien la academia ha ido cambiando, parte de su esencia ha permanecido en las universidades públicas latinoamericanas en donde el entendimiento profundo, sistemático, riguroso y congruente, ha permitido comprender que los cambios en los pueblos son auténticos si se hacen por y a favor de los grandes conglomerados.

De esta cuenta, la universidad es una institución que dialécticamente promueve las transformaciones, marca los pasos, traza los caminos, proporciona las guías y aporta luces para que los recorridos sean más certeros, menos dramáticos y más humanos.

Presentación 2

De acuerdo con esta concepción de academia y de universidad, constituye una feliz coyuntura la aparición de la obra El movimiento que transformó a la Facultad de arquitectura, CRA, que surge en un momento de la vida universitaria y ciudadana que está marcando una época que sin duda, definirá un antes y un después en la vida nacional.

Esta obra es un aporte que irradia información que más allá de ser un referente de lo que aconteció, constituye un documento imprescindible para conocer y esclarecer un pasado inmediato de la historia institucional de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El Congreso de Reestructuración de Arqutectura, CRA, se convirtió en un movimiento, una corriente, una tendencia de cambio promovido por un fuerte sector de estudiantes, docentes e investigadores de la Facultad de Arquitectura, quienes conscientes del rol que debía desempeñar la universidad durante el llamado conflicto armado interno en los años setenta, asumieron un papel de compromiso con la universidad, la academia y el pueblo. De esta manera, los aportes que se hacen a la comunidad sancarlista, a la cultura científica y bibliográfica del pueblo de Guatemala no tienen parangón alguno. La estructura de los contenidos, las metodologías de indagación, la objetiva y creativa forma de abordar la trama, denotan la gran experiencia del autor en el tema investigativo.

Esta contribución del doctor Byron Rabé, se centra en documentar, conocer, analizar y explicar los cambios que al interior de la Facultad promovía y consolidaba el CRA, frente a la concepción de una arquitectura elitista y distanciada de la realidad que había permanecido aislada desde su creación y fundación y que era cuestionada por los grupos que consideraban que no respondía a las necesidades del contexto nacional.

La reestructuración expresaba, además, una reacción a un momento de crisis nacional que repercutía de manera directa en la universidad. Así, cambios administrativos, entre otros, gravitaban alrededor de la transformación de un pensum de estudios, concebido para formar arquitectos conocedores y compenetrados con la realidad nacional, profesionales con un alto sentido social que ejercieran su profesión promoviendo proyectos con impacto e incidencia en sectores populares.

Presentación 3

En este contexto, el contenido de la obra nos incita a pensar que el CRA no fue un movimiento aislado, ya que en esos mismos años, algunas unidades académicas llevaban a cabo movimientos que confluyeron en la separación de varios departamentos de la Facultad de Humanidades, a tal grado que, se crearon y fundaron escuelas no facultativas, que enarbolaron banderas académicas críticas, entre las que podemos mencionar: Historia, Psicología y Ciencias de la Comunicación.

Ante tales antecedentes, la obra del doctor Rabé mueve a la reflexión acerca de la importancia de construir una renovada y actualizada historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, que se distancie de los discursos complacientes y legitimadores del poder y se desmarque y aleje también de las decadentes posturas memorísticas que se reducen a las acciones descriptivas, fundamentalmente administrativas de personas que han figurado sucesivamente en el gobierno universitario.

El Movimiento que transformó a la Facultad de Arquitectura se enfoca y entiende desde los dinámicos actores colectivos que, permiten acceder a nuevos conocimientos y elaborar incluso, nuevas periodizaciones.

La riqueza de fuentes históricas de primer orden permite crear y recrear las escenas, recuperar los pormenores y, a la vez, integrarlos a los análisis y las síntesis que explican paso a paso lo sucedido antes, durante y después del CRA. Una importante cantidad de actas del Consejo Superior Universitario, de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, notas, cartas, bibliografía, documentos hemerográficos de archivos públicos y fondos privados que, aunados a la oralidad, se entrelazan dando origen a una interpretación rigurosa y, a la vez, fresca, compuesta por datos objetivos expuestos de manera singular. El material escrito se enriquece y complementa con fotografías que, a tono con el discurso, muestran indistintamente a personajes individuales y colectivos como protagónicos de la reestructura.

Otra particularidad evidente en el abordaje de la obra se refleja en los niveles de conocimiento e interpretación que nos ofrece el autor, transitando de lo acontecido en escenarios internacionales exponiendo lo que pasaba en el mundo y América Latina, para adentrarse en Guatemala,

Presentación 4

en la universidad y concretamente en la Facultad de Arquitectura; esta concepción articulada de los fenómenos contextuales admite relacionar factores externos e internos que, a la vez, promueven la posibilidad de una historia holística.

Y, como todo buen texto, la obra también nos permite acercarnos, conocer y adentrarnos al autor por medio de la simbiosis que hace con la obra. Por un lado, un vigoroso movimiento renovador y, por el otro el autor, conocedor, promotor y partícipe de una realidad facultativa que aún en la actualidad mantiene vigente el espíritu social a través de la incidencia en la resolución de los problemas estructurales del país. Las capacidades intelectuales del autor, una vez más, ponen de manifiesto una formación excelsa y el manejo de su disciplina. Su inclinación por la historia y las ciencias sociales críticas lo llevan a romper y rebasar fronteras cuando todo confluye en expresiones como esta publicación que requiere de talento y creatividad, elementos estos que refuerzan la faceta del arquitecto-artista y, a la vez, manifiestan su sensibilidad social y compromiso desde la academia y con la academia.

Con títulos sugerentes, la obra no sólo tiene la capacidad de introducirnos a los capítulos propios de la historia reciente de la Facultad, sino también de recrear en cada momento, las acciones, las controversias, los enfrentamientos, las luchas y batallas, las pérdidas, los logros y los alcances. El autor con un lenguaje puntual, limpio y depurado capta y mantiene la atención de principio a fin. El interés no desmaya y cada escena nos permite imaginar y ser parte de las acciones y esfuerzos llevados a cabo por los sectores progresistas, en función de una Facultad de Arquitectura compenetrada con la realidad universitaria y nacional.

Las historias verdaderas, como las generadas por el Congreso de Reestructuración de Arquitectura, se construyen cuando se retoma el papel de los sujetos colectivos en sus dinámicas, tiempos y escenarios. Es así como la obra que ahora se presenta e incorpora en el acervo académico cultural, reivindica y dignifica a todos aquellos estudiantes, docentes, in vestigadores y trabajadores que, arriesgándose, aun ofrendando su propia vida valientemente, se despojaron y continúan despojándose del miedo

Presentación 5

para enfrentar obstáculos que limitan y entorpecen el avance de una academia crítica, ética, honesta y progresista que vela por los intereses y el bien colectivo.

Una Facultad de Arquitectura que en los años setenta se centró en los cambios que demandaba el Pueblo de Guatemala, una universidad que con algunas honrosas autoridades hacían frente a las acciones mezquinas y violentas de un Estado defensor y protector de intereses elitistas, que, históricamente, ha sido y sigue siendo represivo, clasista, racista, discriminativo y dictatorial.

Con relación a esto último, el autor nos alerta de cómo en esos años se perfilaban dos enemigos de la universidad. Por un lado, la economía de mercado que pretendía influir con visiones en donde los conocimientos y la ciencia fueran campos científicos especializados a tal grado que, reducían los conocimientos aportados por la filosofía, las humanidades y las ciencias sociales. Esa perspectiva en donde lo más importante es la producción, el lucro y las ganancias que consideraban en un futuro a la universidad y la educación superior como un negocio en donde como ya lo señaló Nuccio Ordine en su ensayo, La utilidad de lo inútil, la universidad deja su esencia y pasa a ser otra cosa: una empresa en donde los profesores se burocratizan y los estudiantes son los clientes. Por otro lado, el Estado, un enemigo que, con base en persecución, hostigamiento y represión, asesinaba a universitarios e implementaba el pánico y el terror.

Secuencialmente, con fraudes y procesos dudosos de elecciones, ejercieron el poder figuras presidenciales predominantemente militares, defensores y proclives de los intereses minoritarios de élites conservadoras y antidemocráticas que consideraban y veían en la universidad un espacio peligroso en donde el pensamiento libre y contestatario se convertía en una crítica constante, promotora de importantes movimientos de cambio y en donde las organizaciones encontraban eco y respaldo para llevar a cabo acciones concretas que cambiaran al país.

Junto a esa advertencia que nos hace el autor, incorpora un buen análisis de los daños que la represión hizo al interno de la Facultad de

Presentación 6

Artemis Torres: Es licenciada en Historia y doctora en Filosfía, fue Directora de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala y la primera guatemalteca en ser incluida en la Galería de historiadores y geógrafos del Instituto Panamericano de Geografía e Historia de México.

Arquitectura, de la Universidad de San Carlos, del movimiento estudiantil y de las organizaciones sociales en general. Las amenazas, los exilios y las muertes, golpearon fuertemente al Pueblo de Guatemala. Sin embargo, los cambios que se llevaron a cabo dentro de estas instancias y en las mismas organizaciones tuvieron logros que, aún hoy en día se manifiestan en voces claras que entre otras reivindicaciones, claman libertad y justicia para todos.

El legado que nos deja el doctor Rabé, cobra mayor importancia en esta época en que el país y la universidad atraviesan momentos caóticos. Estas páginas se hacen muy valiosas, nos impulsan a llevar a cabo una auténtica y genuina Reforma Universitaria que tenga como punto de referencia la autonomía y, a la vez, nos recuerdan, advierten e iluminan con el ejemplo concreto del Congreso de Reestructuración de Arquitectura, así como del proceso a seguir: la resistencia, el fortalecimiento de los movimientos estudiantiles y sociales, las luchas, las huelgas, los paros, las tomas, los espacios de diálogo como medios para lograr cambios que vayan consolidando el ejercicio democrático en función de una vida digna, cada vez más humana, libre y plena.

Para finalizar, me complace expresar al doctor Byron Rabé, mi enhorabuena, mi alegría, mi satisfacción; un brindis por esta obra, como lo manda la tradición, con un buen vino porque sin duda, dará a conocer a las nuevas y venideras generaciones parte de la historia de la Facultad de Arquitectura y de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Enfatizo que, de esta manera, el autor contribuye a edificar y consolidar una de las instituciones más importantes y nobles del país, bastión de la ciencia y la cultura, reserva moral y ética, gloriosa herencia de los gobiernos revolucionarios.

¡Que viva la Facultad de Arquitectura!

¡Que viva la Autonomía!

¡Que viva hoy y siempre la Universidad de San Carlos de Guatemala!

Nueva Guatemala de la Asunción, octubre 2022

Presentación 7
Artemis Torres Valenzueala

INTRODUCCIÓN

La dinámica de transformación política a lo interno de la universidad comenzó a fortalecerse en los años 60. Gradualmente la participación estudiantil en los movimientos sociales se ampliaba y la actitud crítica y contestataria hacia el statu quo se hacía más fuerte.

El triunfo de la revolución cubana influyó en una serie de cambios de los movimientos sociales y estudiantiles en Latinoamérica. Se fueron afianzando las posiciones de izquierda democrática y fortaleciendo los movimientos armados que buscaban un cambio en las estructuras de poder que tuvieron como respuesta, violentas reacciones de los gobiernos.

En la universidad se mantendría una lucha ideológica que, durante los años 60 y 70, favorecería los pensamientos hacia la izquierda que serían robustecidos con los mismos fines de la Carolingia. Una serie de sucesos irían creando condiciones y vigorizando la participación estudiantil en los procesos políticos sociales que derivarían en planteamientos, tanto académico y políticos, como revolucionarios.

Durante los primeros años en la Facultad había prevalecido el concepto de una enseñanza tradicional marcada por la visión academista que perseguía la excelencia en el proceso de enseñanza sobre la base de repetir los criterios que los profesores exponían. El pensamiento crítico y las actitudes hacia la realidad social que vivía el país no era un referente que se priorizara. Lo que se consideraba determinante era formar profesionales que, de acuerdo con los criterios y experiencias de los arquitectos de entonces, pudieran insertarse en el escenario profesional que ese momento demandaba. La carrera de Arquitectura era considerada como una profesión al servicio de las élites y quienes contrataban a un arquitecto debían contar con los recursos necesarios para llevar a cabo sus proyectos.

Desde los años sesenta los estudiantes comenzaron a denunciar un paulatino malestar respecto del proceso de formación del arquitecto. Eran años de rebeldía que fueron promoviendo poco a poco la participación

Introducción 11

del estudiante en los movimientos sociales y pronto, en los movimientos revolucionarios que se impulsaban en Latinoamérica. Los cambios en la visión de la educación superior pública hicieron desencajar el concepto elitista de la profesión y comenzó a plantearse otra arquitectura que fuera más orientada hacia las necesidades sociales.

Para inicios de los años 70, era obvio que esa nueva orientación no sería impulsada por la visión conservadora de la enseñanza de la arquitectura y que serían las posturas progresistas las que se encargarían de buscar las modificaciones. Los estudiantes que habían estado al margen durante la primera etapa de la facultad serían los nuevos protagonistas y tomarían la iniciativa para impulsar la reestructura académica. Poco a poco, los directivos de la Escuela irían perdiendo el control y observando como un proyecto por el cual habían trabajado desde los años cincuenta se escurría, entre propuestas y acciones, fuera de su dominio.

El nivel de anulación de la gestión y de presión hacia las autoridades fue tal, que los estudiantes harían renunciar a los principales directivos del nivel académico, lo que posteriormente llevaría también a la dimisión del Decano, a la desarticulación de los cuadros docentes y a la desintegración de la Junta Directiva y la administración de la Facultad.

En este trabajo se acompaña cada momento que tuvo que ver con el movimiento de transformación estudiado, se analiza el trascendental período en la historia de la Facultad de Arquitectura de la USAC que se propició con el Congreso de Reestructuración de Arquitectura y se identifican los aspectos, acciones y sucesos que definieron un reconocido movimiento estudiantil visiblemente influido por las condiciones del contexto.

Para realizar el análisis se hizo un breve recorrido histórico que comienza con la fundación de la carrera, incluye una concisa descripción de lo sucedido en los primeros años que fue llevando al surgimiento del movimiento. Se evalúan los diferentes criterios, postulados y acciones para la aprobación de la reestructura. Posteriormente se analizan los esfuerzos dentro de una etapa institucionalizada del proceso, para finalmente, revisar las condiciones que llevaron a la caída del modelo.

Introducción 12

El tipo de investigación se enfoca en lo cualitativo, se prioriza la reflexión y la interpretación de una fase de la historia universitaria que provocó un quiebre importante en el desarrollo universitario y que proporciona ingredientes para reflexionar sobre los fenómenos que afectan la realidad académica actual. El proceso ha requerido ubicar el objeto de estudio dentro de contextos externos e internos que influyeron en los distintos eventos que se desencadenaron.

Para hacer una investigación objetiva, dado las posiciones encontradas que generó el proceso y, a en virtud de que el autor no vivió directamente el evento, se trató de desvincularse de cualquier prejuicio y profundizar lo que fuera necesario para ir encontrando los datos que corroboraran lo que iba escribiendo.

Es por eso por lo que la información se sustenta, especialmente, en el análisis de las Actas de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura y del Consejo Superior Universitario, así como en reportes históricos, documentos y periódicos. Para triangular la investigación se buscó realizar entrevistas con los principales actores, considerar las distintas opiniones y posturas y contrastar información. La mayoría de ellos respondió a nuestro llamado, algunos no fueron localizados o ya fallecieron, otros indicaron que no recordaban los sucesos de hace medio siglo y hubo quienes declinaron hacer comentarios, también se acudió a otras fuentes para obtener entrevistas de personajes ya fallecidos. Además, se incluyen dibujos y fotografías que se fueron obteniendo a lo largo de la investigación.

Debe acotarse que el libro se deriva de una investigación histórica, que el autor se encuentra realizando, relacionada con el desarrollo curricular de la Facultad de Arquitectura, en la que, hasta el momento se ha avanzado en tres volúmenes que abarcan de 1953 a 1972, de 1972 a 1980 y de 1981 a 1993. El primero, ya publicado por medios electrónicos y el segundo, en proceso de revisión, han sido la fuente principal para la elaboración de esta obra, a tal punto que se han extraído segmentos y, en algunos casos secciones completas, que se incluyen con ligeros cambios para apegarse al objetivo central del libro. Asimismo, se han incorporado artículos publicados en la revista Avance de la Facultad de Arquitectura también elaborados por el propio autor del libro.

Introducción 13

Se hace una narración cronológica para facilitar la lectura o escoger períodos específicos del proceso. En los primeros dos capítulos se esbozan los antecedentes que llevaron de la creación de la carrera, los principales sucesos que se dieron durante los años sesenta hasta el momento que inician las protestas que finalmente llevarían al planteamiento de la reestructura. Se marca el preámbulo que desencadenó en la rebelión estudiantil, la suspensión de actividades y la generación de apoyos políticos que fueron facilitando la consolidación del movimiento estudiantil.

Del capítulo 3 al 7, se muestran los enfrentamientos internos y el intento de renuncia del Decano. Se conoce la propuesta del CRA y se repara en el posterior reinicio de las actividades académicas y las distintas acciones para consolidar el proceso; se observa la caída del modelo conservador y se conocen las decisiones finales sobre el autogobierno, las manipulaciones políticas ante las elecciones a Decano, la desintegración de la Junta Directiva y la decisión del CSU de tomar el control de la Facultad de Arquitectura por medio de la Comisión de Dirección y Administración. Posteriormente se analiza la destitución y las renuncias reactivas de los catedráticos titulares; las convocatorias a concursos de oposición y las elecciones de los miembros de Junta Directiva.

Del capítulo 8 al 12, se examina la gestión del primer Decano post CRA. Se repara en el aparecimiento de un nuevo grupo revolucionario surgido en arquitectura, así como, las acciones ejecutadas y los reacondicionamientos iniciales al currículo. Se advierten algunas fisuras entre el bloque del CRA, los conflictos con el Consejo de Facultad, los tibios resultados del primer Coneval y los crecientes reclamos hacia la administración. Especial atención se procura al papel que jugó la Facultad durante el terremoto de 1976, el Plan de respuesta y desarrollo académico que se formula ante la crisis surgida por el sismo, las dificultades que tuvo para su implementación, los apremios que se generaron y las grietas que subsistieron en la unidad académica. Se repara en la intensificación de las hostilidades, el rompimiento del decano con los integrantes y directivos que impulsaban la transformación. Se describe el período en el que el rumbo parece perderse y se narran las últimas disputas entre los actores principales del proceso.

Introducción 14

A partir del capítulo 13 se revisan los inciertos escenarios afectados por la llegada de nuevas autoridades a nivel nacional y universitario, así como el alarmante incremento de la represión hacia la Universidad. Se subrayan los esfuerzos por retomar los principios del CRA y algunas acciones que comienzan a impulsarse ante nuevos obstáculos para continuar con el proceso transformador. También se deplora la amenaza y la muerte que rondan la universidad y que influyen para que el modelo quede a la deriva. Se expone la violenta y represiva situación que afecta a la comunidad universitaria, que amenaza con el cierre de la Universidad y obligaría a un giro en las políticas institucionales con un fuerte impacto en la Facultad de Arquitectura que llevaría al Decano a tomar medidas extremas que sellarían una época. Finalmente, en las reflexiones, se recapitula, analiza y se hace una síntesis de todo el proceso.

Es importante subrayar que no se persigue juzgar el desempeñó o las acciones de los distintos actores de este conflictivo asunto y se evitó emitir juicios morales o ideológicos. Esencialmente se realizó una apreciación reflexiva sobre los sucesos de un período que presentó condiciones para modificar las estructuras de la Facultad de Arquitectura.

Quizás a medio siglo de distancia se puedan observar de manera objetiva los esfuerzos que unos y otros hicieron para el desarrollo de la enseñanza de la arquitectura, los aciertos y errores y, las repercusiones y grietas que se formaron, algunas de ellas todavía pendientes de cerrar.

Introducción 15
Antecedentes 18

ANTECEDENTES

1. Facultad de Arquitectura. Proyecto de Reestructuración, producto del CRA, 1972.

2. Entre los arquitectos que estudiaron en el extranjero y se incorporaron a la práctica profesional en Guatemala a partir de 1940, se identifican, con estudios en Francia, Rafael Pérez de León, Joaquín Olivares, Enrique Riera Isern y Juan Domergue; en Alemania, Roberto Hoegg, Erick Kuba, Guillermo Krebs, René Larrave A., Gustavo Jacobstal y Antonio Holzheu; en EEUU, Jaime Willard, Roberto Cordón, Alberto Novella, Roberto Irigoyen, Carlos Asensio Wunderlich, Carlos Fazhen Peláez y Jorge Montes Córdova; en México, Gabriel Damico, Luis Ángel Rodas, Manlio Ballerin, Roberto Aycinena Echeverría, Carlos Haeussler Uribio y José Asturias. Retornaron también, los arquitectos Pelayo Llarena Murúa, Raúl Minondo Herrera y Roberto Irigoyen Arzú,y se dedicaron al libre ejercicio de su profesión.

A principios de la década de 1950 el mundo se recuperaba de un terrible enfrentamiento entre distintas naciones del orbe. Las secuelas de la guerra estaban todavía presentes. Comenzaban a resaltar las diferencias ideológicas que aportaban a una peligrosa guerra fría que amenazaría persistentemente la paz mundial y que también tendría consecuencias en varios países de Latinoamérica. Desde mediados de los años cincuenta hasta comienzos de los sesenta hubo varios momentos caóticos en el mundo, pero sería la crisis de los misiles soviéticos en Cuba la que favorecería la consolidación de la revolución de este país y posteriormente el fortalecimiento de la confrontación ideológica en la región latinoamericana.

En Guatemala el proceso revolucionario se había iniciado en octubre de 1944 en plena segunda guerra mundial. Un año después en 1945, se fundó el Centro de Arquitectos de Guatemala. Más adelante delegados guatemaltecos asistirían al VII y VIII Congresos Panamericanos de Arquitectura celebrados en Cuba en 1949 y en México en 1951.1 Estos sucesos fueron propiciando el interés por crear estudios de Arquitectura en Guatemala en donde ya había arquitectos graduados en distintos países. 2

El 15 de marzo de 1951, Juan Jacobo Árbenz Guzmán recibió la presidencia del país de manos del Dr. Juan José Arévalo Bermejo. Parecía que la revolución se estaba consolidando, pero se vería seriamente afectada durante ese segundo gobierno. Muchas decisiones estaban teniendo repercusiones en distintos grupos de poder de la sociedad guatemalteca y algunas también afectaban intereses extranjeros. Era un momento en que el escenario geopolítico se recomponía y el poderío adquirido por Estados Unidos se hacía presente en distintas latitudes de la tierra. Guatemala lo comprobaría muy pronto.

Antecedentes 19

3. Entrevista a Jorge Montes en: Aracely Avendaño, Historia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos de Guatemala, (Guatemala: 2008) 62.

4. El No Nos Tientes es una publicación que acompaña las tradicionales actividades de la Huelga de Dolores

En 1952 la Federación Panamericana de Arquitectos realizó un congreso en México al que asistieron varios arquitectos guatemaltecos entre ellos, Jorge Montes, Raúl Minondo, Pelayo Llarena, Alberto Novella y Carlos Asensio. Montes comentó que durante su estadía tuvieron un encuentro fortuito con Frank Lloyd Wright quien hizo algunos comentarios a los guatemaltecos. En una entrevista a Jorge Montes este indicó que uno fue muy significativo: «No copien teniendo ustedes allá mucho más en que inspirarse para hacer su arquitectura propia». Montes comentó: «… al volver de ese congreso nos hicimos el propósito de fundar la Facultad de Arquitectura, las reuniones se realizaban en Obras Públicas donde yo trabajaba». 3

Durante los años de la revolución, en la dirección universitaria había existido una actitud indolente y desvinculada de la actividad política del país, se apreciaba poca disposición para apoyar al ejecutivo, aunque muchos de los cuadros del gobierno revolucionario habían surgido de la universidad. En el No Nos Tientes 4 se criticaba abiertamente al régimen de Árbenz. En 1952 se había consolidado el Comité de Estudiantes Universitarios Anticomunistas, CEUA, que tenía entre sus principales dirigentes a Mario Sandoval Alarcón, Oscar Cóbar, Mario López Villatoro y Lionel Sisniega Otero, futuros dirigentes de la extrema derecha guatemalteca. Sin embargo, en 1953 llegaría una nueva junta directiva a la AEU, que estaría presidida por Roberto Díaz Castillo, que sería marcadamente proclive al gobierno de la revolución.

Antecedentes 20

El origen

La fase de creación de la carrera de Arquitectura en Guatemala se dio en medio del convulsionado período de sucesos políticos que, de una u otra manera, influyeron en el proceso. Poco antes de la caída del presidente Árbenz se aprobó la carrera en el departamento de Arquitectura, anexo a la Facultad de Ingeniería. El seguimiento para crearla como Facultad se haría durante el gobierno contrarrevolucionario del coronel Castillo Armas y sería aprobada el año en que asumió como presidente de Guatemala el general Miguel Ydígoras Fuentes.

La profesión había nacido con el enfoque conservador de la época, con una perspectiva eminentemente académica, una visión acoplada al modernismo que tendría claras influencias de la Bauhaus y tendencias esteticistas que demandaban el desarrollo de habilidades en el dibujo y de conocimientos teóricos, filosóficos e históricos sobre el diseño y la arquitectura.

La formación del Departamento de Arquitectura fue un estratégico esfuerzo realizado inicialmente por Jorge Montes que logró el apoyo de la Facultad de Ingeniería y la aprobación por parte del CSU en 1953. Desde el inicio se fueron diferenciando los ámbitos de las profesiones de Arquitectura e ingeniería y generando interés por la nueva disciplina. Algunos estudiantes de ingeniería decidirían cambiar de carrera y se abrió la puerta para que muchos aspirantes que nunca hubieran podido estudiar arquitectura en el extranjero, tuvieran la opción de hacerlo en el país.

En ese departamento se impartieron los cursos pertinentes a la Arquitectura, complementados con los técnicos y científicos propios de la Ingeniería. El arquitecto Pelayo Llarena era catedrático de Dibujo Constructivo. Los catedráticos de Arquitectura fueron Jorge Montes, Roberto Aycinena y Carlos Haeussler. Se sumaron varios cursos de la Facultad de Humanidades y la Escuela Nacional de Artes Plásticas, contando con la participación de los licenciados Hugo Cerezo Dardón, Guillermo Putzeys Álvarez y José Matta Gavidia. La

Antecedentes 21

5. Castañeda, entrevista de B. Rabe, (9 y 10 de agosto de 2022) Por Zoom, desde México..

6. Guido Ricci, entrevista de B. Rabe (11 y 12 de agosto de 2022).

cátedra de Psicología del Arte la impartió el licenciado Jaime Barrios Peña y la de Historia del Arte la doctora Josefina Alonso de Rodríguez. Los cursos de dibujo natural, figura humana y modelado estuvieron a cargo de los maestros Roberto González Goyri, Dagoberto Vásquez, Rodolfo Galeotti Torres y Guillermo Grajeda Mena, haciendo realidad la influencia de la Bauhaus en los nuevos estudios y la relación que entre arquitectos, ingenieros y artistas venía desarrollándose, por ejemplo, en la Dirección General de Obras Públicas y la Municipalidad de Guatemala. Baste recordar, además, la integración entre la plástica y la arquitectura que se dio en el Centro Cívico de la capital, construido en los años 1960. También participaron en aquel departamento los arquitectos Jorge Molina Sinibaldi, Roberto Ogarrio, Jorge Mario Mencos, Hugo Bendfeldt, Joaquín Olivares, Rafael Pérez de León, Roberto Cordón, Raúl Minondo y Carlos Asencio Wunderlich. Por su parte, Alberto Novella y Julio Lowenthal Foncea donaron los tableros de dibujo. De los estudiantes de Ingeniería que se inscribieron en el nuevo departamento estuvieron Guido Ricci, Hermes Marroquín, Virgilio García, Rubén Bailey, Arturo Molina, Fabio González, Rafael Sabbagh y Diógenes Toledo. Se les sumó Víctor del Valle, quien había cursado dos años de Arquitectura en la UNAM. 5

Guido Ricci, refiere que entró a estudiar ingeniería porque no había arquitectura, pero, gracias al esfuerzo de arquitectos e ingenieros y alumnos y al apoyo del decano, Ing. Jorge Erdmenger se creó el Departamento de Arquitectura. Ante la falta de claridad durante los esfuerzos iniciales de la carrera comenta que «Entre 1954 y 1958 estuvimos en un gallo gallina entre ingeniería y arquitectura […] Durante esos cuatro años, cada año se hacían modificaciones al pensum con el objeto de irlo mejorando, en esto participábamos docentes y estudiantes». 6

Pocos meses después del inicio de los estudios en el Departamento de Arquitectura, sería interrumpida la revolución que llevaba diez años tratando de consolidarse. Jacobo Árbenz se encontró en una situación que consideró insostenible y renunció a la Presidencia el 27 de junio de 1954. Los anticomunistas tomarían la conducción de la nación y se iniciaría una era distinta para los guatemaltecos.

Antecedentes 22

7. Propuesta de Plan de Estudios para la creación de la Facultad de Arquitectura, dirigida al CSU. 4 de enero de 1957.

Las consideraciones para continuar con la nueva carrera y fundar la Facultad de Arquitectura se fueron haciendo cuando el proceso contrarrevolucionario de Liberación Nacional planteaba un giro político ideológico en el país. En un período en que la universidad se había mantenido alejada de los temas sociopolíticos y evitaba la radicalización ideológica de la institución.

Para favorecer el proceso se fueron planteando diversas estrategias como lograr la presencia de un arquitecto dentro del CSU, lo que fue alcanzado cuando el Colegio de Ingenieros y Arquitectos eligió al Arq. Roberto Aycinena como su representante. La creciente vinculación de arquitectos en los procesos para la creación del Centro Cívico de Guatemala y la Ciudad Universitaria y sus edificios se convirtieron en una oportuna muestra de la trascendencia de la arquitectura. Otro aspecto favorable fue el apoyo de otras unidades académicas que facilitaban a los estudiantes llevar materias que eran comunes a las que se impartían en las Facultades de Humanidades, Ingeniería y la Escuela de Bellas Artes.

En enero de 1957 el CSU recibió el planteamiento de siete arquitectos catedráticos del Departamento de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería, en que solicitaban la creación de la nueva Facultad de Arquitectura. Los arquitectos que presentaron la propuesta fueron Jorge Montes, Carlos Haeussler, Roberto Aycinena, Joaquín Olivares, Francisco Ferrús, Jorge Passarelli y José López Toledo.7

Varios meses después se informó a los promotores de la propuesta que, el 26 de julio en el Paraninfo Universitario en la zona 1, el Consejo Superior Universitario conocería la solicitud de creación de la Facultad de Arquitectura. Pero la sesión se suspendería sorpresivamente al conocerse el asesinato del presidente Carlos Castillo Armas. El magnicidio generaría otra crisis política a nivel nacional y la anhelada aprobación de la nueva unidad académica debería seguir esperando.

Antecedentes 23

8. Facultad de Arquitectura. Proyecto de Reestructuración, producto del CRA, 1972.

A pesar de la situación política, todavía era difícil percibir cómo las luchas ideológicas que se estaban mostrando con la guerra fría, afectarían la realidad académica universitaria. El planteamiento de la carrera se haría desde un plano puramente académico que no incluía una visión ideológico-política, como la que proliferaría en los años sesenta y setenta.

Según se describió 12 años después, en el proyecto de reestructuración para la formación académica de la nueva facultad, se contó con la buena voluntad de los profesionales y estudiantes que habían propiciado su fundación. No tuvieron asesoría adecuada y las instalaciones y demás medios de enseñanza fueron escasos. Por base curricular se adoptó el plan de estudios procurado hacía ya casi 10 años antes de la fundación en el séptimo Congreso de Arquitectura celebrado en Cuba; contando con 49 cursos que a lo largo de seis años otorgaría el título de arquitecto. Tales cursos fueron tan sólo es descritos en cinco o seis párrafos. 8

Antecedentes 24

Fundación de la Facultad de Arquitectura9

9. Para información más detallada ver: B. Rabe. El impacto del contexto sociopolítico en la evolución curricular de la Facultad de Arquitectura. 1953-1972. Guatemala: DIFA, USAC, 2021.

Tres meses después de que el Dr. Carlos Martínez Durán asumiera su segundo período como Rector, el 7 de junio de 1958, llegaría el beneplácito para la creación de la Facultad de Arquitectura. Concluían de esta manera, más de cinco años de trámites y esfuerzos de varios arquitectos. Pero aún faltaba consolidar la nueva unidad académica y darle una estructura que garantizara su futuro.

La designación de un Decano interino y la formación de la Junta Asesora favorecieron las circunstancias para institucionalizar a la Facultad y encauzarla por la ruta académico-administrativa que la universidad establecía. De acuerdo con lo resuelto por el CSU, el Colegio de Ingenieros y Arquitectos propuso una terna integrada por los arquitectos Carlos Haeussler, Jorge Montes y Roberto Aycinena, de la que sería seleccionado como Decano éste último.

Antecedentes 25
Figura 1.1. Inauguración de la Facultad de Arquitectura, 5 de septiembre de 1958. Víctor del Valle, estudiante; Coronel Rubén González Siguí, Ministro de la Defensa; General Miguel Ydígoras Fuentes, Presidente de la República; Dr. Carlos Martínez Durán, Rector de la USAC; Arq. Roberto Aycnena, Decano interino de la Facultad de Arquitectura. Foto Archivos de la Farusac.

10. Facultad de Arquitectura, FARUSAC. Junta Asesora. Acta 1/1958 de 7 de agosto.

El 7 de agosto de 1958, el nuevo Decano daría posesión a los miembros de la Junta Asesora de la Facultad de Arquitectura. Estos fueron designados por elección del gremio de arquitectos. Integraron la Junta Asesora los arquitectos Jorge Montes, Carlos Haeussler, Joaquín Olivares, Frank Robinson y Francisco Ferrús, todos habían participado en la propuesta de creación. Ese mismo día, a propuesta del Decano, se elegiría al arquitecto Roberto Ogarrio como Secretario. La Junta Administradora regiría los destinos de la Facultad en tanto se elegían las autoridades conforme a los cánones universitarios.10

La nueva Facultad se inauguró formalmente el 5 de septiembre de ese año. En enero de 1959, la carrera de Arquitectura iniciaría actividades académicas con el nuevo estatus. Al mismo tiempo se fundaría la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, AEDA.

Los primeros catedráticos titulares fueron, además de Montes, Haeussler y Aycinena, los artistas Guillermo Grajeda Mena y Dagoberto Vásquez, los arquitectos Frank Robinson, Antonio Sandoval, Gustavo Jacobsthal, Max Holzheu, Roberto Ogarrio y el Ing. Adolfo Álvarez.

En poco más de un año se crearon las condiciones para convocar a las elecciones de las autoridades de acuerdo con los Estatutos y Normas Universitarias. Durante el período de transición que abarcó de agosto 1958 a diciembre de 1960 se actualizó el Plan de Estudios, se realizaron exámenes de oposición de Catedráticos Titulares y se favoreció la representación estudiantil ante la Junta Asesora y ante el Consejo Superior Universitario.

El Plan de Estudios de 1959 se enfocaba en el tema de diseño, mostraba una orientación artística y teórica, aunque no descuidaba la parte estructural y constructiva. Había poca atención a los componentes que podrían contribuir a la arquitectura social y al desarrollo urbano de las comunidades guatemaltecas.

El estilo de gestión denotaba agilidad, orientación al logro y priorizaba la parte académica y los valores tradicionales. Son diversos los indicios sobre el modelo jerárquico y ético que prevalecía, desde la repetida insistencia por el nivel académico, la creación del tribunal de honor, el seguimiento tutelar a la huelga de dolores y las normas básicas de convivencia y respeto hacia las autoridades.

Antecedentes 26

Figura 1.2. Arq. Roberto Aycinena, Decano agosto 1958 - marzo 1965. Foto: archivos Farusac.

Antecedentes 27

En cuanto las condiciones estuvieron dadas, se convocó a elecciones, se aceleró el proceso de transición y se realizaron las convocatorias a concursos de oposición para contar con catedráticos titulares y hacer factible una elección en el menor tiempo posible. El Arq. Roberto Aycinena sería el primer Decano electo de la Facultad de Arquitectura. (Figura 1.2)

El modelo educativo mostraba una marcada tendencia al paternalismo y al control por parte del docente y la administración; la mayor preocupación estaba en la búsqueda de la eficiencia académica según las pautas acostumbradas en la época. De tal forma que se orientaba a la enseñanza tradicional que buscaba transmitir valores y saberes. Prevalecía la disciplina y el maestro era el modelo por imitar y generalmente tenía la última palabra.

La influencia de la Bauhaus incidió en algunos aspectos como la preeminencia de las artes integradas, la relación entre técnica y arte, la búsqueda de la racionalidad y la función, la visión esteticista, los talleres, incluso la contratación de artistas para impartir docencia. Todos estos criterios eran muestra de la orientación que se manifestaba en la carrera. El modernismo fue una constante, no sólo dentro de la Facultad, también en la arquitectura nacional.

Este modelo prevalecería por varios años. Pero los 60 serían años de cambios y confrontaciones que afectarían el contexto mundial y latinoamericano y los preceptos de las universidades públicas. Nuevos actores y nuevas visiones entrarían en escena.

Había terminado 1960 y todavía se celebraba que el sueño de fundar una Facultad de Arquitectura en Guatemala había sido alcanzado. Sería la última Facultad aprobada por la Universidad de San Carlos de Guatemala y los senderos de una nueva época le llevarían por rutas no imaginadas por los fundadores.

Antecedentes 28

11. Marta Harnecker. Haciendo posible lo imposible. La izquierda en el umbral del siglo XXI. (México: Siglo XXI. 1999) 34.

Inician los años 60

La década traería nuevas formas de rebeldía estudiantil y de violencia social. Las vanguardias revolucionarias de izquierda comenzarían a radicalizarse y se mostraría un creciente fenómeno de movilización de los sectores sociales. Los grupos estudiantiles verían la oportunidad de tomar un papel más protagónico en la sociedad.

El triunfo de la Revolución cubana había influido en las nuevas vanguardias. Además, las progresivas protestas contra los gobiernos de los países de la región, así como, en contra de la intervención norteamericana, generaban un particular sentido de pertenencia ideológica. A eso se agregaban las luchas por la defensa de los derechos fundamentales, en contra de la discriminación racial y a favor de la liberación femenina que se daba a lo interno de los Estados Unidos y repercutía en diversos países.

En Guatemala, el movimiento del 13 de noviembre que había dado origen a la guerrilla comenzaba a reorganizarse y establecía las bases para la insurrección. La revolución cubana fue un motivante para la incipiente organización guerrillera y contribuyó a afianzar sus criterios ideológicos y estratégicos. Marta Harnecker comenta «El impacto de la revolución cubana fue tal que muchos jóvenes de izquierda de los sesenta pensamos que íbamos a poder contemplar relativamente pronto una transformación social profunda en nuestros propios países».11

La reorganización de la guerrilla y las jornadas de marzo y abril del 62 abrieron nuevos frentes y simpatías de estudiantes hacia los movimientos revolucionarios. En este período comenzaron a observarse cambios conductuales en pequeños grupos que poco a poco irían asumiendo un nuevo rol de protagonismo. Surgieron molestias entre los estudiantes por la poca atención que se daba a sus opiniones y peticiones, así como, protestas de docentes arquitectos por su limitada participación política.

Desde ese entonces, estudiantes como Hermes Marroquín (el primer graduado en 1963) que luego se dedicó a la planeación urbana y regional, iniciaba una corriente que demandaba una mayor correspondencia entre la formación de arquitectos y la realidad nacional.

Antecedentes 29

12. Rodolfo Córdoba Gálvez. “Enfoque al problema arquitectónico de Guatemala”. (Guatemala: Tesis de licenciatura en Arquitectura. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1967).

13. Castañeda, entrevista de B. Rabe, (9 y 10 de agosto de 2022).

Se sumó a ese planteamiento Rodolfo Córdova, quién dedicaría su tesis al tema social de la arquitectura, rompiendo con el predominio del desarrollo de proyectos arquitectónicos entendidos como edificación.12 También lo planteó Lionel Méndez con su interés por la teoría e historia de la arquitectura y la difusión del movimiento de renovación de la plástica guatemalteca, que fue encabezado por el Grupo Vértebra integrado por el Arq. Elmar René Rojas y los artistas Carlos Cabrera y Marco Augusto Quiroa.

En 1962, la AEDA presentó a la Junta Directiva un pliego de sugerencias para modificar el Plan. Lamentablemente, tal como fue la constante hasta el estallido del conflicto diez años después, no se obtuvo respuesta positiva. Al parecer, según reflexiona Castañeda, desde entonces dominaba entre las autoridades de la Facultad y la mayoría de sus profesores, la idea de que los estudiantes no tenían nada que decir al respecto. 13

No obstante, en esa época se dieron modificaciones por condicionantes externas que no alteraron la esencia del modelo que se implementaba. La primera fue en 1962 cuando se trasladó el régimen anual a semestral, la segunda, concebida en 1964, sería para acoplarse a la Escuela de Estudios Generales.

Conforme avanzaban los tiempos se fueron presentando crecientes inconformidades estudiantiles que fueron ignoradas. Durante algunos años se mantendría la estabilidad sin mayores contrariedades en un centro académico que se seguía caracterizando por su control administrativo y como mandaba la educación conservadora, con poca participación estudiantil.

Antecedentes 30

14. Extraído de: Byron Rabe, La Escuela de Estudios Generales y su relación con los cambios curriculares en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Avance, Vol 17, No. 2. (2020) 121-143.

15. Actas del Consejo Superior Universitario CSU 856 y 858/1964 de 7 y 25 de enero.

16. Gilberto Castañeda. “La formación de Arquitectos en Guatemala. Consideraciones académico-pedagógicas”

(México: Tesis de Maestría en Docencia e Investigación. Universidad Nacional Autónoma de México. 1990) 8.

Los estudios generales14

En la década de los sesenta los movimientos estudiantiles y laborales se incrementaron. Se fueron consolidando posiciones de izquierda democrática y fortaleciendo movimientos armados que buscaban una transformación en las estructuras de poder. Pero también hubo violentas reacciones de los gobiernos para aplacar posibles insurrecciones.

En 1963 anticipando un posible retorno al poder del Dr. Juan José Arévalo, el general Peralta Azurdia había derrocado al presidente Ydígoras y establecido un gobierno de facto que bloquearía la participación de partidos políticos considerados comunistas, limitaría la acción de los movimientos sociales e incluso, condicionaría la acción universitaria. A pesar de las restricciones, la lucha ideológica iría creciendo y permeando los pensamientos hacia la izquierda con base en el sustento filosófico institucional planteado en los fines de la USAC.

Varias estrategias se concibieron para evitar el avance de la izquierda en el continente. No todas incluían acciones armadas. Surgió el Programa de Alianza para el Progreso que buscaba una solución democrática para evitar los movimientos guerrilleros en la región por medio de programas de cooperación en distintos temas. Uno de ellos era la educación.

En ese contexto, durante 1963, se presentó la propuesta del Programa de Estudios Básicos de integración universitaria. Las autoridades pretendían fortalecer la formación de los estudiantes que querían ingresar a cualquier carrera universitaria. Esta iniciativa establecía un año de área común para todos los estudiantes que quisieran entrar a la Universidad y otro año de materias básicas relacionadas con las correspondientes carreras.

La propuesta no fue bien recibida por la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU, que solicitó que se revisara el acuerdo, pero el CSU no aceptó entrar a discutir el planteamiento de esa entidad estudiantil.15 El sector opositor a los estudios básicos argumentaba que estos eran producto de propuestas de los tecnócratas de la Alianza para el Progreso. El proyecto era criticado «…por su raíz contrainsurgente, como parte de las medidas reformistas que impulsaba en ese entonces la administración Kennedy -junto a la llamada doctrina de la seguridad nacional- frente a las perspectivas revolucionarias abiertas por el triunfo de la Revolución Cubana en 1959».16

Antecedentes 31

17. CSU 856/1964 de 7 de enero.

18. Facultad de Arquitectura de la USAC FARUSAC Acta 115/1963 de 18 de octubre.

19. FARUSAC 13/1959 de 30 de abril.

20. FARUSAC 120, 3/1964 de 14 de febrero.

21. Al momento de tomar posesión Jorge Montes, integraban la Junta Directiva el Ing. José Luis Robles Vocal 1; la vocalía 2 estaba vacante, el Arq. Federico Fahsen era el Vocal 3, los vocales 4 y 5 eran los estudiantes Jorge Maldonado y Horacio Landa, el Secretario era el Arq. Felipe Valenzuela que sería sustituido por el Dr. Eduardo Suger.

Las condiciones que prevalecían en 1963 durante un gobierno de facto, además de un aporte extraordinario del Estado, exclusivo para este programa, facilitaron que el CSU aprobara la creación del Programa de Estudios Básicos. La oposición inicial que hizo la AEU no fue atendida por el Consejo y el proyecto se echó a andar en enero de 1964.17

En la Facultad de Arquitectura no se vio con buenos ojos que se alterara el plan de estudios que estaba en pleno proceso de desarrollo, incluso una comisión elaboró un dictamen que fue categórico: «era inadecuado e inadmisible para la Facultad.»18 Debe considerarse que la Facultad desde diciembre de 1958 había establecido requisitos de ingreso, pruebas psicobiológicas y exámenes de admisión a la carrera, que incluían: matemáticas, dibujo del natural con modelo, dibujo sin modelo sobre un tema dado, prueba de capacidad de observación y un cuestionario de cultura general.19 Además, estaba implementando un nuevo Plan de Estudios que se había trasladado del régimen anual a semestral. Pero el CSU no estaba sometiendo a discusión la decisión, todas las unidades debían acogerse al nuevo programa.

El Departamento de Estudios Básicos comenzó a funcionar para todas las carreras en 1964. En arquitectura ese año se registró que 70 estudiantes aspiraban a seguir la carrera, en tanto que se habían inscritos un total de 208 alumnos de reingreso.20 Durante los siguientes dos años la Facultad no vería afectada su estructura académico-administrativa ya que la primera promoción de estudiantes de estudios generales ingresaría a la carrera hasta 1966.

Desde diciembre de 1958 se habían establecido, pruebas psico-biológicas y exámenes de admisión, que incluían: matemáticas, dibujo del natural con modelo, dibujo sin modelo sobre un tema dado, prueba de capacidad de observación y un cuestionario de cultura general.

A principio de 1965 tomaría posesión el segundo Decano electo, el Arq. Jorge Montes quien sería el responsable de dar seguimiento a los estudios generales en la Facultad.21 (Figura 1.3)

Entre tanto las agrupaciones estudiantiles de Arquitectura ya mostraban discrepancias con las autoridades de la Facultad. La organización estudiantil y la inserción de nuevas visiones ideológicas y políticas fortalecidas a partir de las jornadas estudiantiles estaban generando comportamientos de mayor agresividad y crítica hacia el poder formal.

Antecedentes 32

Figura 1.3. Arq. Jorge Montes Córdova, Decano marzo 1965-mayo 1969.

Foto: archivos Farusac.

Antecedentes 33

22. Gilberto Castañeda. “La formación de Arquitectos en Guatemala. Consideraciones académico-pedagógicas” (México: Tesis de Maestría en Docencia e Investigación. Universidad Nacional Autónoma de México. 1990) 19.

23. FARUSAC 124, 1/1964 de 24 de abril.

24. Asociación de Estudiantes de Arquitectura. 1er Seminario: El estudiante de Arquitectura. Su medio, su problema, su necesidad. Memoria. Guatemala 1966. Mimeografiado.

El sector estudiantil hizo planteamientos para que se revisara el Plan de Estudios de la Facultad y el Plan de materias básicas en vigor. También pidió eliminar prerrequisitos a ciertos cursos e integrar asignaturas como Composición Arquitectónica y Taller de Edificación. 22 Con base en un dictamen favorable de la Asesoría Jurídica de la Universidad, promovido por la Vocal 4, Edna Ramírez, lograron que se cambiara el curso de Composición Arquitectónica 10, por la Tesis de graduación. 23

Para poner en funcionamiento el Plan 66 se había necesitado crear más cursos con el objeto de cubrir los contenidos del plan anterior. Pero los cambios en la concepción curricular fueron mínimos. En el nuevo Plan se incluyeron dos asignaturas de servicio social, con lo que se buscaba responder a la demanda de vinculación social que el sector estudiantil y las políticas universitarias estaban reclamando.

La llegada del llamado tercer gobierno de la Revolución en 1966, dirigido por el el Lic. Julio César Méndez Montenegro, no llenó las expectativas de distintos sectores de la población. Un famoso pacto establecido con el ejército había limitado la capacidad de acción y decisión del nuevo Presidente. Durante ese gobierno no solo se incrementó la violencia política, también los ataques contra la universidad y los universitarios.

Los estudiantes de Arquitectura, en concordancia con los movimientos y planteamientos sociales de esos tiempos, estaban tomando conciencia de la relevancia de que la Facultad tuviera una clara filosofía de enseñanza de la arquitectura que respondiera al medio social.

El interés de los estudiantes en involucrarse en los aspectos curriculares fue creciendo. En 1966 la AEDA convocó al 1er. Seminario “El estudiante de Arquitectura” en el que se argumentó que, como resultado de la falta de una orientación clara de la enseñanza, se requería de conceptos filosóficos de Arquitectura. También emergió la necesidad del conocimiento de la realidad social, así como la preocupación por la actividad creativa y técnica de la obra arquitectónica que respondiera al medio social. 24 Las discusiones iniciadas en este seminario fueron tejiéndose con conceptos y experiencias que la propia dinámica y confrontación social fueron introduciendo en la universidad. En la Facultad se iba madurando un cambio en congruencia con las tendencias y demandas sociales.

Antecedentes 34

25. Rodolfo Córdoba Gálvez. “Enfoque al problema arquitectónico de Guatemala”. (Tesis de licenciatura en Arquitectura. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1967).

26. FARUSAC 185/1968 de 15 de julio.

Para 1967 Rodolfo Córdoba afirmaba, en un polémico planteamiento en su tesis de grado que se adelantó a lo que vendría pocos años después, que, la más fuerte necesidad de la arquitectura provenía de los sectores más bajos y numerosos. Esto estaba en contraposición a la labor del arquitecto que se orienta a los estratos más altos que planteaban una demanda mucho menos significativa, carecía de vinculación con el conjunto y no estaba encaminada a resolver el problema de la arquitectura nacional. Además, la investigación en torno al problema de la arquitectura en Guatemala había sido nula. Afirmaba: «Al concluir la carrera de arquitectura me he encontrado ante el conflicto sumamente serio, de que desconozco a pesar de mi formación profesional cuál es el camino que al capacitarme la escuela trazó para mí. Dicho conflicto, motivó el interés por revisar la estructura de nuestra formación y con toda sinceridad me encuentro ante la desilusionante realidad de que no hay mayor cosa que oriente hacia donde encaminar los pasos». 25

Entre tanto, la estructura vigente que relacionaba los Estudios Generales con la estructura curricular propia de Arquitectura estaba padeciendo de una serie de inconvenientes para que algunos aspirantes lograran integrarse en el tercer año de la carrera. En algunos casos no habían aprobado uno o dos cursos del plan básico. Para solventar esta situación la Junta Directiva acordó autorizar a los alumnos que tenían pendiente una sola materia del segundo semestre del segundo año, que continuaran con sus estudios de Arquitectura siempre que aprobaran, antes de finalizar el ciclo académico, el curso correspondiente en el Plan de Estudios Generales. La Junta Directiva también autorizó a la Comisión de Docencia para estudiar y resolver casos individualmente. 26

Pero el problema iba más allá de las aulas de Arquitectura. Algunos estudiantes de la Escuela de Estudios Generales habían comenzado un movimiento para eliminar los estudios básicos.

Antecedentes 35

Se suspenden los estudios básicos

27. Adalberto Santana, “1968 en la memoria de América Latina y el mundo,” Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Año LXIII, No. 234 (México, 2018): 178-185.

28. CSU 982, 4/1968 de 3 de agosto.

29. CSU 982, 7/1968 de 3 de agosto.

30. Ídem.

En 1968 se estaban dando distintos movimientos estudiantiles y sociales alrededor del mundo. Entre ellos, el mayo francés, la primavera de Praga, las protestas de Berlín, Varsovia y Yugoslavia. El movimiento estudiantil italiano que convergió en la lucha contra la Reforma Universitaria y llevó a la ocupación de las Facultades de Arquitectura, Filosofía y Letras, y Estadística en La Sapienza. En México las protestas estudiantiles llegaron a su punto máximo con la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en octubre.27

Los movimientos de ese año afectaban la concepción de la educación, la cultura y la política, también repercutieron en la Universidad de San Carlos de Guatemala. El 2 de agosto de 1968 estudiantes de la Escuela de Estudios Generales obligaron en forma violenta a los profesores y estudiantes que recibían clases a suspender actividades y abandonar las aulas.

Al día siguiente, el CSU realizó una sesión para tratar la problemática, en tanto que un grupo de aproximadamente doscientos cincuenta estudiantes manifestaban en la Plaza Mayor, lo que hizo que el Consejo suspendiera la sesión. Los estudiantes ocuparon los dos primeros niveles del edificio de Rectoría, luego pidieron que fuera escuchado el presidente de la AEU quien demandó suprimir la EEG. 28

Para tratar de racionalizar la decisión se pidió a los Decanos un informe sobre los resultados que se había obtenido con los estudios generales y luego de escuchar las opiniones de los miembros del Consejo, el Rector, Lic. Edmundo Vásquez Martínez, sometió a deliberación la propuesta de la supresión de la Escuela de Estudios Generales presentada por la Asociación de Estudiantes Universitarios. Como resultado se obtuvo 10 votos a favor y 23 en contra. 29

A pesar de la oposición el Consejo consideró necesaria la revisión y reforma de la organización docente y administrativa de la EEG y efectuar modificaciones que le permitiera realizar mejor su función educativa. Acordó reducir a un año los estudios generales en el entendido que el segundo año se impartiría por las Facultades, que implementarían sus propios planes de estudio. Las regulaciones deberían estar aprobadas por el consejo antes del 1 de enero de 1969. Sobre esta propuesta 25 votaron a favor y 8 en contra. 30

Antecedentes 36

31. CSU 982/1968 de 3 de agosto. Voto razonado.

La decisión originó varios razonamientos, entre ellos el realizado de manera conjunta por el propio Rector, Edmundo Vázquez Martínez, Rafael Cuevas Del Cid y Arturo Soto Avendaño, que sostenían que, si bien la Escuela de Estudios Generales debería suprimirse en un futuro, eso dependería de un sustancial mejoramiento de la enseñanza media. Consideraban que en ese momento debía subsistir, con las sustanciales reformas propuestas en el proyecto presentado por la rectoría, por la que votaron como una solución provisional. Reafirmaban ese criterio, especialmente, por la imposibilidad material en que se encontrarían las Facultades para absorber, en el siguiente ciclo, la población estudiantil de estudios generales. 31

Pero poco duraría la decisión tomada por el CSU. Era 1968. Ya no existía el gobierno de facto en Guatemala, los movimientos estudiantiles hacían presencia en muchas partes del mundo y los estudiantes, que habían asumido un mayor posicionamiento, no estuvieron satisfechos con la resolución.

Durante la siguiente sesión los integrantes del movimiento nuevamente tomaron el edificio de la Rectoría, con los miembros del Consejo adentro, para obligar a revisar el punto en conflicto. Era 9 de agosto cuando el Rector declaró abierta la sesión extraordinaria para revisar punto resolutivo de la sesión anterior. Informó sobre una nueva propuesta presentada por el presidente de la AEU, el vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de Estudios Generales y dos profesionales. Ante la presión ejercida por los estudiantes, la decisión tomada el 3 de agosto no sólo sería revisada, a pesar de una serie de protestas, también sería sustancialmente modificada.

Durante la discusión se plantearon censuras por la forma poco comedida y antidemocrática que se presionó al CSU para violentar decisiones que afectaban cambios fundamentales en la estructura de la universidad. Se expresó que suprimir totalmente la Escuela de Estudios Generales representaría dar un paso atrás en la superación de la universidad. Hubo quienes hicieron constar que habían votado en favor de la ponencia, pero “bajo la coacción de fuerzas insospechadas, que intervienen en la autonomía universitaria”.

Antecedentes 37

32. CSU 983/1968 de 9 de agosto.

33. CSU 983, 5/1968 de 9 de agosto.

34. FARUSAC, 188, 8/1968 de 16 de agosto.

Otros consejeros opinaron a favor, consideraban que con la cancelación de la EEG la universidad había dado un paso definitivo hacia su democratización; denunciaban que la escuela había servido para tamizar a los estudiantes, pretendiendo crear una universidad de elites privilegiadas y al suprimirla se abrían las puertas de la universidad al pueblo. 32

Según la decisión del Consejo, la Escuela de Estudios Generales, dejaría de existir a partir del 1 de enero de 1969. Como agregado a esa decisión se estableció que ninguna Facultad realizaría exámenes de admisión. 33

La EEG, dejaría de existir a partir del 1 de enero de 1969 y ninguna Facultad realizaría exámenes de admisión.

La Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura consideró que el cambio de decisión había sido precipitado y podía llevar a la universidad a una situación más difícil. Indicaba también que las fallas en los Estudios Generales fueron de orden administrativo más que académico. Sin embargo, estaba obligada a realizar los ajustes correspondientes al Plan de Estudios. 34

En la Tabla 1.1, se incluyen opiniones de algunos de los entrevistados que tuvieron relación con los estudios básicos y posteriormente con el CRA.

Antecedentes 38

Tabla 1.1 Opiniones sobre los estudios básicos en la EEG

◊ Daban una base académica homogénea que per mitía tomar decisiones para tu profesión de una manera más acertada. Yo iba a estudiar inge niería y allí tome la decisión de orientarme hacia arquitectura. Teníamos profesores de muy buena calidad con verdadera vocación docente y había una preparación sistemática de los cursos que permitía, no solo recibir una educación adecua da, sino además homogenizar la educación en toda la generación que estaba estudiando estu dios básicos. (Ramiro Soria)

◊ Eran relativamente pocos cursos por semestre pero de una calidad extraordinaria que genera ban una muy buena base conceptual. Cuando entrabas a la Facultad de Arquitectura entrabas al tercer año, ya había aprendido dibujo técnico, dibujo natural, principios de biología, principios de química una buena base filosófica y cultura general. Una vez graduado tenías relación con profesionales de una amplia gama que había sido tus compañeros. Pienso que el cierre de EEG fue lamentable. (Ramiro Soria)

◊ Muy buena base. Todos eran excelentes docen tes, el Lic. Menchú, el Ing. Roberto Masaya, Montano, Luz Méndez, Margarita Carrera, Josefina Antillón, el Ing. Fernández, Roberto Díaz Castillo, Amílcar Echeverria. Fue muy in teresante habíamos de todas las edades, era un crisol de gentes. (Glenda Rodríguez)

◊ En el primer año (área común general), los estu diantes nos movíamos entre distintos cursos y no había un grupo permanente que pudiera generar lazos y afinidades. Se generaba aislamiento de la facultad a la que ibas a llegar. El hecho de llegar a la facultad desligado de la dinámica facultativa nos causó problemas. En segundo año, (área téc nico-científica), comenzamos a tener más comu nicación con estudiantes que iban a ingeniería y arquitectura, y empezó a haber más convivencia. (Gilberto Castañeda)

◊ Me dio la oportunidad de mejorar mi forma ción académica debido fundamentalmente al nivel de los profesores. Por ejemplo: Mario Dary en Biología, Eduardo Suger y Goyzueta en Matemáticas y en Teoría Espacial, el Maestro Gonzales Goyri, Margarita Carrera, Salvador Aguado, Luz Méndez de la Vega y Cabarruz en Lengua Española, en Filosofía Rigoberto Juárez Paz, entre muchos otros. Creo que salí fortaleci do académicamente de esta etapa universitaria. (Jorge Cordón)

◊ Políticamente, empezamos a cuestionarnos sobre la situación de nuestro país y nuestro rol como futuros profesionales, todo esto, gracias participar en las actividades de la AEU. Otro aspecto interesante fue estar en comunicación con otros estudiantes con intereses en diferentes disciplinas, además de las diferentes corrientes de pensamiento. (Jorge Cordón)

◊ La enseñanza era muy buena. Catedráticos ex celsos como el Dr. Aguado Andreu, filósofos como Ortiz Amiel, Alberto Santizo, Suger impulsó la teoría de conjuntos que no veíamos en básicos. había muy buenos. Era una formación integral útil para arquitectura. (Julio Fonseca)

◊ Se pudo utilizar ese período para estudiar la carrera. Fue un programa muy inteligente de la USAC para racionalizar los recursos. Había muy buenos profesores, pero la masificación es tudiantil no ayudaba. Era como un bachillerato más avanzado. Perdimos dos años en los que pudimos ahondar en la arquitectura. (Eduardo Aguirre)

◊ Ingresó en 1963, previo a que existieran los estu dios generales pero, como dirigente de la AEDA recibía a los estudiantes, veía que los estudios básicos tenían cosas muy buenas, convivir con estudiantes en materias conjuntas era positivo.

Fuente: Comentarios obtenidos en diversas entrevistas, según se especifica al final de cada párrafo.

Antecedentes 39

35. FARUSAC, 189, 2 /1968 de 29 de agosto.

36. FARUSAC, 207/1969 de 30 de abril. Al inicio de la gestión de Asensio integraban la Junta Directiva el Arq. Augusto Vela Secretario, el Arq. Víctor del Valle, Vocal 1; el Arq. Mario Flores, Vocal 3; los representantes estudiantiles eran Mario Roca Sermeño, Vocal 4 y Guillermo Gomar Vocal 5. El 9 de mayo sería electo Vocal 2 de Junta Directiva el Físico Eduardo Suger. Los vocales 4 y 5 serían sustituidos por los bachilleres Santiago Tizón y Justo Chang, respectivamente.

37. FARUSAC, 212, 10/1969 de 18 de junio.

Los acomodos urgentes

Las decisiones de crear los Estudios Generales en 1964 y luego, años después, de suspenderlos, incidieron directamente en la estructura curricular de Arquitectura. El cierre obligado de los estudios básicos demostraría la efectividad de las medidas de presión para influir en las decisiones de las autoridades universitarias y el efecto que la organización estudiantil podría tener en la forma de orientar y entender el quehacer de la academia. Esta estrategia, que había demostrado su efectividad, seguiría siendo utilizada en el futuro.

Para agosto de 1968 estudiantes de Arquitectura habían presentado un memorial en el que solicitaban la reestructura del Plan de Equivalencias y la supresión de algunas materias del Plan de Estudios vigente en ese momento. La Junta Directiva delegó a la Comisión de Docencia, al Decano y al Secretario para que durante septiembre decidiera sobre los cambios que se pudieran introducir al pensum de estudios debido a los problemas de orden interno y externo que se afrontarían con las inscripciones del siguiente año como consecuencia de la eliminación de los estudios generales. 35

En los inicios de octubre se conoció la propuesta de los jefes de Departamento en relación con el nuevo Plan de Estudios. Esta vez las modificaciones del plan de estudios de Arquitectura, debido a la desaparición de los estudios generales, fueron más notorias. Se debían reestructurar rápidamente los dos primeros ciclos del Plan de Estudios para atender la problemática inmediata que se daría a inicio del siguiente año.

En 1969 los estudiantes ingresarían directamente a la carrera sin estudios generales y sin examen de admisión. Para ese momento se había resuelto la emergencia de diseñar los cursos para los dos primeros años, pero todavía se mantenía la necesidad de completar el nuevo Plan de Estudios. Esta tarea correspondería al nuevo Decano el Arquitecto Carlos Asensio Wunderlich que asumiría en abril de 1969. 36 (Figura 1.4)

De acuerdo con un nuevo organigrama se nombró Jefes de Departamento a los arquitectos: Roberto Aycinena en Teoría e Historia; Roberto Ogarrio en Composición Arquitectónica; Federico Fahsen en Planeamiento; Guido Ricci en Edificación y Arturo Molina en Ciencias Aplicadas. 37

Antecedentes 40

Figura 1.4. Arq. Carlos Asensio Wunderlich, Decano 1969-1973. Foto: archivos Farusac.

Antecedentes 41

38. Castañeda, “La formación”, 21, 22.

39. Conclusiones del Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura. Del 1 al 7 de septiembre de 1969.

40. Pedro Asturias, Entrevista personal, 3 de agosto de 2022.

41. FARUSAC, 217, 5, 6 y 7/1969 de 6 de noviembre y 223, 4/1970 de 23 de enero.

Del 1 al 7 de septiembre de 1969 se realizaría en Guatemala el Primer Congreso centroamericano de estudiantes de Arquitectura con un temario que incluía la arquitectura, el urbanismo y el medio social centroamericano; la formación de los estudiantes de Arquitectura en Centroamérica, y la constitución de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura. Con algunas divergencias de opinión se aprobaría por mayoría que el congreso llevara el nombre de Rogelia Cruz la estudiante de Arquitectura que apareció asesinada a principios de 1968 y que se convertiría en símbolo de la mujer universitaria en el futuro. Los resultados del congreso profundizaron las divergencias en el cuerpo estudiantil, las cuales cobrarían cuerpo definitivo en 1970 con la crisis en que entraría la AEDA. 38

Durante el Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura se dio un rechazo explícito hacia la formación del arquitecto que se consideraba orientada hacia la obra aislada y personal, desligado de una obra orgánica y social que pudiera favorecer el desarrollo humanosocial. Por eso se planteó la premisa de que el arquitecto así entrenado conspiraba en cada proyecto contra la realidad social y económica de su país y la necesidad de que las escuelas de arquitectura incorporaran la investigación, la docencia y el servicio a la sociedad. 39

Mientras se daban esas reflexiones a nivel estudiantil, a finales de 1969, la Junta Directiva de la Facultad envió al CSU el Nuevo Plan de Estudios para su aprobación. Según los estudiantes la propuesta mantenía la misma orientación y contenidos, así como fallas en la enseñanza, pero además incluía criterios de evaluación y de prerrequisitos curriculares que estos consideraban lesivos a sus intereses. Además, reiteraban que la propuesta no había sido conocida por ellos. Según refiere Pedro Asturias, presidente de la AEDA, en ese momento estalló el primer conflicto y se suspendieron actividades. Se reunieron con las autoridades para exponerles la problemática: «Les pedimos que trabajáramos juntos, a lo que accedieron, por lo que se suspendió el movimiento. Pero no cumplieron». 40

Les pedimos que trabajáramos juntos, a lo que accedieron, por lo que se suspendió el movimiento. Pero no cumplieron.

Pedro Asturias

Los reclamos estudiantiles se acrecentaron. La molestia fue tal que incluso solicitaron la renuncia de los vocales estudiantiles que habían avalado la propuesta. La AEDA también solicitó revisión de la aprobación del nuevo Plan de Estudios. Sin embargo, la Junta Directiva respondió que, «consciente del proceso de elaboración del plan, que culminó en un pensum de estudios adecuado a la formación integral, ratificaba la aprobación del plan en su totalidad». No obstante, apuntó, «para garantizar el buen funcionamiento de este y para darle la dinámica necesaria» se crearía una Comisión Específica integrada por representantes del claustro, la Comisión de Docencia, de la Junta Directiva y estudiantes de la Facultad. 41

Antecedentes 42

El plan 69 contaba con 76 cursos, de los cuales 5 eran electivos. Se había eliminado los cursos de biología y química del área básica, pero se agregaron dos cursos de ecología. Los cursos de filosofía se mantenían al igual que los de lenguaje, parecía que se había identificado la importancia que estos cursos tenían en la formación integral ya que no estaban en el Plan 62. Los demás cursos del área común se habían distribuido dentro de los contenidos del nuevo pensum. También se agregaron dos cursos sobre historia de Guatemala, dos cursos de sociología, se mantenía una asignatura sobre servicio social y cuatro materias referidas a la planificación urbana y regional.

Figura 1.5. Primer Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura, 1969. En el patio central del Edificio T2 Ciudad Universitaria. Se identifican primera fila abajo: 1 Rosalinda de la Vega, 2 Glenda Rodríguez, 3 Argentina Díaz, 4 Julia Toledo, 5 Rodolfo Gándara, 6 Aura Rosa González, 7 María del Carmen Araujo, 8 Gerardo Soto, 9 Olivia Chang, 10 Haydé Álvarez, 11 N/I, 12 Fernando Pepió, 13 Ramiro Soria, 14 N/I, 15 Gilberto Castañeda, 16 Juanita García, 17 Pedro Asturias, 18 Arturo Iglesias, 19 N/I, 20 Maiko de la Cerda, 21, 22 N/I. Segunda fila: 23 Roberto “el pollo” Flores, 24 N/I, 25 Edgar Ibarra, 26 N/I, 27 Roberto Búrbano , 28, 29 N/I, 30 Zoemia Prado, 31 Emilio Calderón, 32 Ana María Sosa, 33 Chino Midence, 34 José Monzón, 35 Luis Estrada, 36 Antonio Vásquez, 37 Jorge Escobar, 38 N/I. Tercera fila: 39 José Acevedo, 40, 41 N/I, 42 N/I, 43 Erwin “el canche” Furlán, 44 Benítez Bathen, 45, Alfredo Chaluleu, 46 N/I, 47 Raúl Anguiano, 48 Erwin Reynoso, 49 Jorge Martínez, 50 Víctor Mejía, 51, 52 N/I, Echeverría, 53 Jorge Figueroa, 54 Pineda Rueda. Hasta atrás: 55 N/I, 56 Roberto Tovar, 57, 58 N/I. En la parte de arriba: 1 García Sologaistoa, 2 Ana Beatriz Granados, 3, 4 N/I, 5 Olga Valle, 6 Bernardo del Valle, 7, 8, 9 N/I, 10 Odette Hasburn, los demás no identificados (N/I), varios de ellos eran extranjeros. Foto: Jorge Rousselin.

Antecedentes 43

42. Darío Menéndez, entrevista de B. Rabe, 26 de julio de 2022.

43. José Asturias, entrevista de B. Rabe, 9 de agosto de 2022.

44. Ramiro Soria, entrevista de B. Rabe, 30 de julio de 2022.

En el nuevo Plan se procuraba mostrar una mayor atención hacia la problemática nacional, pero el sector estudiantil seguiría insistiendo que, en esencia, persistía el mismo modelo desde el inicio de la carrera de Arquitectura. según refiere Darío Menéndez, «Sí, queríamos aprender de diseño, pero en sociología urbana se hablaba de Europa y en historia de arquitectura maya se hacía un enfoque descriptivo».42

Se mantenía la crítica sobre los proyectos suntuosos desvinculados de la realidad nacional, la falta de coordinación e integración entre las asignaturas y la falta de respuestas por parte de las autoridades a los requerimientos estudiantiles. Se rechazaba la marcada visión esteticista y formal, que si bien, favorecía el desarrollo de la creatividad artística, no vinculaba al estudiante con su propia realidad social, parte medular que la universidad debía atender para contribuir a la solución de la problemática nacional.

José Asturias Rudeke que se había graduado y realizado una importante práctica profesional en México, ingresó a lo docencia en la Facultad durante la gestión de Carlos Asensio. Sería partícipe del proceso de transformación. En entrevista Asturias observó que existía una visión intuicionista de la arquitectura que planteaba que el arquitecto nace, no se hace. Enfatizó en que no existían procesos para diseñar y se partía de la repetición de patrones previamente definidos, lo que él llama el método del fusilamiento (referido a la copia de proyectos existentes). Por eso, para obtener ideas se recurría a las revistas de arquitectura, que muy pocos podían pagar. Las asesorías de los docentes eran totalmente subjetivas y no aportaban al crecimiento académico.43

...la escuela de arquitectura la fundó un grupo de brillantes arquitectos, realmente no creo que haya habido uno que no fuera capaz. Pero veían una escuela de élite que dentro del contexto de una universidad nacional no encajaba.

Ramiro Soria

En congruencia con lo dicho por Asturias, Ramiro Soria expone: nunca me explicaron qué era forma, función, circulaciones, proporciones, espacios. Eso nunca nos lo enseñaron, aprendíamos de manera muy empírica, pero con evaluaciones muy exigentes. No obstante, refirió, la escuela de arquitectura la fundó un grupo de brillantes arquitectos, realmente no creo que haya habido uno que no fuera capaz. Pero veían una escuela de élite que dentro del contexto de una universidad nacional no encajaba.44

En su tesis de grado, Darío Menéndez proponía antes del CRA, que la Universidad de San Carlos, en conjunto con organismos económicos regionales, especializados, y organizaciones nacionales y regionales de

Antecedentes 44

45. Darío Menéndez. “La Arquitectura como un aporte al desarrollo de Guatemala.”

Tesis de licenciatura. USAC, 1970. 150.

46. Hermes Marroquín en la presentación de la tesis “La Arquitectura como un aporte al desarrollo de Guatemala.”, 1970.

vivienda, llevaran a cabo amplios programas de investigación acerca de los problemas ecológicos, tecnológicos, sociales, económicos, sanitarios, de diseño y de procesos de diseño, para programas de vivienda y desarrollo Urbano. 45

La dinámica social fue haciendo más notoria la necesidad de atender el problema de la vivienda social a partir de un parámetro más amplio que tomara en cuenta la cuestión urbana como tema de atención del arquitecto. El problema de la migración campo ciudad se estaba agudizando con el crecimiento industrial y también debía ser atendido. Del mismo modo se hacía evidente la necesidad de planificación de los municipios y de los asentamientos que estaban proliferando. Los temas de diseño debían responder a las necesidades propias de la población desde el marco filosófico que la misma universidad establecía. Además, el crecimiento del Estado presentaba, en ese momento, una coyuntura favorable para la inserción laboral de profesionales preparados en estos campos.

En agosto de 1970 el primer egresado de la Facultad de Arquitectura, Arq. Hermes Marroquín planteaba que la formación del futuro arquitecto debía contemplar además de todas las técnicas propias del diseño, una adecuada formación que le permitiera contribuir positivamente al desarrollo nacional, identificando el ejercicio de su profesión con la problemática de nuestra sociedad, de manera que el producto de ese mismo ejercicio profesional, fuera instrumento de desarrollo y, el profesional en sí, un agente de transformación de las estructuras que impedían o retrasaban el avance económico, social, político y cultural.46

La creciente toma de conciencia del estudiantado de arquitectura sobre sus capacidades para intervenir en su propio desarrollo académico y del compromiso social que tenía la USAC, fue el resultado lógico de una dinámica que pronto lograría una importante cohesión.

Era evidente que el contexto no era el mismo que durante la fundación. Los parámetros de la carrera necesitaban ajustes para responder a las nuevas necesidades y enfoques sociales dentro del marco de la única universidad pública. A esas alturas la mesa estaba servida para un cambio sustancial y las autoridades, lamentablemente, no pudieron o no quisieron atenderlo.

Antecedentes 45
Preámbulo 48

PREÁMBULO

47. Rodolfo Córdoba Gálvez. “Enfoque al problema arquitectónico de Guatemala”. Tesis de licenciatura en Arquitectura. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1967.

48. Juan Carlos Ocaña. Historia de las Relaciones Internacionales durante el Siglo XX. La guerra de Vietnam. 2003. Disponible en http://www. historiasiglo20.org/GLOS/ vietnam.htm. Consultado en línea, mayo 2020.

49. Felipe Victoriano Serrano. Estado, golpes de Estado y militarización en América Latina: una reflexión histórico política. Dossier. Repensar el Estado. Argumentos (Méx.) vol.23 no.64 México sep./dic. 2010.

50. Oklahoma University Press, Norman. La tercera ola: democratización a finales del siglo XX, Paidós, Buenos Aires, 1994.

Frecuentemente se comete lo que pudiera calificarse de transgresiones al verdadero sentido del hacer arquitectónico. Es decir, en busca de logros arquitectónicos no falta quien se lance desembarazándose de la serie de restricciones lógicas y necesarias, a montar escenográficos conjuntos, logrando además de arquitectura bonita, efectos momentáneos, A costa a veces, de recursos casi inexistentes en países miserables como los nuestros. 47

La década de los setenta también estaría llena de conflictos y movimientos políticos y militares en diferentes partes del mundo. Para 1972 Nixon ya había retirado dos tercios de las tropas norteamericanas de Vietnam, en 1973 se firmarían los Acuerdos de París, pero el conflicto continuaría en menor intensidad hasta finales de abril de 1975 cuando los comunistas tomarían Saigón dando fin a la guerra y dejando a los Estados Unidos derrotado y humillado. 48

El proceso de militarización que vivía el Estado y la sociedad civil tuvo la particularidad de ser epocal, describía no sólo un fenómeno de coincidencias geográficas, sino, sobre todo, un estado de época que encontró su originalidad en los golpes “cívico militares” que irrumpieron cronológica y sintomáticamente en la primera mitad de la década de 1970.49

En Latinoamérica los golpes militares al Estado comenzaron a registrarse desde 1964 en Brasil y se extendieron hasta mediados de la década de 1970, marcarían un periodo de grandes transformaciones en la estructura política y económica de la región. En agosto de 1971 se iniciarían una nueva serie de golpes de Estado que cambiarían el rumbo de varias naciones, el primero sería en Bolivia; en febrero de 1972 sería en Ecuador; luego en junio y septiembre de 1973 en Uruguay y Chile y, en 1976, en Argentina.

En otros países como Guatemala el acceso de los militares al poder sería por medio de elecciones democráticas, pero su continuidad estaría señalada de fraudes. La característica central de los gobiernos militares incluía severas reformas al Estado y el despliegue de una política represiva sobre amplios sectores de la sociedad civil. Con las primeras intervenciones militares de ese período comenzaría a gestarse un nuevo tipo de violencia política que buscaba intervenir el Estado y reorientar la sociedad civil en torno a un paradigma de dominación hasta entonces inédito. «Se inauguraba así un proyecto de dominación continental, de naturaleza hegemónica». 50

Preámbulo 49

51. Roberto Díaz Castillo. Las redes de la memoria, 136.

52. Castañeda, “La formación”, 14.

53. CSU 1051, 7/1970 de 11 de junio.

El nuevo contexto universitario

En febrero de 1970 asumió como Rector el Dr. Rafael Cuevas del Cid. Para algunos sectores se iniciaba la apertura de una nueva conciencia del papel social de la universidad, de su responsabilidad en el estudio de la realidad nacional para contribuir a la solución de los problemas nacionales según el mandato de la Constitución de la República.

Roberto Díaz Castillo describe a Cuevas del Cid como un doctor en derecho, académico notable, hombre progresista y honesto. «Si el término “izquierda” explica algunas cosas, su campaña electoral y su rectorado agruparon a la izquierda revolucionaria, incluidos los comunistas». 51

La llegada de Cuevas del Cid sería una coyuntura favorable para fortalecer la acción estudiantil dentro de la Facultad de Arquitectura. Para los promotores de la reestructura curricular el rectorado de Cuevas del Cid era descrito como «la primera y más acabada expresión del compromiso que adquirió la Universidad Nacional con la transformación de Guatemala. Fue el resultado de la conjugación cada vez más armónica entre la naturaleza científica y autónoma de la universidad, institución con la mayor fortaleza y madurez del pueblo organizado y sus consiguientes efectos dentro de amplios sectores universitarios». 52

En junio de 1970, en los finales del gobierno de Méndez Montenegro, hubo diversos actos de intimidación hacia la USAC. Como respuesta el CSU convocó a la formación del Frente Nacional contra la Violencia, que se integraría con representantes de la Universidad, Colegios Profesionales, Asociaciones Estudiantiles, Iglesias, Partidos Políticos, sindicatos y otras entidades. 53

El 1 de julio de 1970 tomó posesión de la presidencia de la República el Coronel Carlos Arana Osorio, lo que generaría un escenario de mucha tensión. Por un lado, un presidente militar anticomunista y por el otro, un Rector que apoyaba las causas y los movimientos sociales y era acusado de simpatizar con el comunismo.

En su toma de posesión Arana hizo una alusión a la Universidad al enfatizar que no era legítimo que la subversión estableciera santuarios para protegerse. Muy pronto se iniciaría una nueva etapa de violencia contra la institución, sería más sistemática, con asesinatos selectivos y distintos hechos que perseguirían silenciar a la familia sancarlista.

Preámbulo 50

54. Cazali, 389.

55. Harnecker, Haciendo posible, 45.

56. Eric Hobsbawm. La historia del Siglo XX, 443.

El 13 de noviembre de 1970, con el argumento de que se había iniciado una nueva rebelión, Arana decretó el estado de sitio e iniciaría una escalada de represión. El 27 de noviembre a partir de las 4 de la mañana, un fuerte despliegue militar, acompañado de tanques, helicópteros, camiones y tropas fuertemente armadas, rodearon y ocuparon la Ciudad Universitaria. Fueron incautados documentos, correspondencia y libros. El Rector y otros funcionarios se hicieron presentes de inmediato y dejaron constancia de su protesta. Los invasores no encontraron nada que justificara el atropello. El CSU emitió una fuerte condena por aquel abuso de poder. 54

La crisis social y política que afectó a Guatemala durante esos años tuvo profundas repercusiones en la USAC. Con el cierre de la Escuela de Estudios Generales, la mayoría de los estudiantes de ese entonces provenían de las capas medias y bajas, estaban conscientes de la realidad que vivían y fácilmente podrían sumarse a las luchas por las reivindicaciones sociales. El estudiante universitario estaba en un momento favorable para replantearse su papel protagónico en las luchas populares.

El 27 de noviembre a partir de las 4 de la mañana, un fuerte despliegue militar, acompañado de tanques, helicópteros, camiones y tropas fuertemente armadas, rodearon y ocuparon la Ciudad Universitaria.

Como resultado de los procesos de resistencia estudiantil y las tendencias de reforma universitaria, la izquierda latinoamericana iba conquistando más espacios universitarios. En ellos se hacía una crítica al sistema imperante y se proponían alternativas que nutrían a los partidos de izquierda. 55

Se introducirían, por primera vez, los estudios sistemáticos de marxismo en los programas universitarios. Según Hobsbawm era un marxismo peculiar, de orientación marcadamente universitaria, nacía de las aulas y no de la práctica política. 56 Esta visión también estaría presente en las propuestas que vendrían para la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Preámbulo 51

57. Castañeda, “La formación”, 22.

58. FARUSAC, 222/1970 de 16 de enero.

59. FARUSAC, 230 y 231/1970 de 14 de agosto y 3 de septiembre.

El escenario interno

El contenido de los programas no corresponde, en absoluto, a dos hechos irrefutables: el momento -1970- y el lugar -Guatemala-, un país en desarrollo. Hechos que en una aparente contradicción exigen dominar lo más adelantado en cuanto a técnica y lo más primitivo en cuanto a recursos.

Al inicio de 1970, la AEDA convocó a elección de su nueva junta directiva, pero no se presentó ninguna propuesta electoral. Para enfrentar la crisis que esto reflejaba, entre el 7 y 11 de septiembre se realizó el segundo Seminario “El estudiante de Arquitectura”. El seminario se enfocó directamente en la problemática de la asociación. La apatía estudiantil, la tendencia de ver a la asociación como la Junta Directiva y no como el conglomerado estudiantil que la integra, las dificultades de relación entre los directivos y la base estudiantil. En todos los casos, el análisis se hizo en el contexto facultativo, universitario y nacional. El resultado fue una reestructuración a fondo. 57 El 25 de septiembre de ese año se instaló la nueva Junta Directiva de AEDA, presidida por Gilberto Castañeda.

Ese año se darían una serie de cambios en los puestos por elección. El Vocal 2, el Físico Eduardo Suger, renunció a su cargo en Junta Directiva en enero, debido a que continuaría estudios de especialización en el exterior. 58 A mediados de abril lo sustituiría el Arq. Carlos de León. El Arq. Víctor Cohen, electo por el Colegio de Arquitectos asumiría como Vocal 3. En agosto se realizarían las elecciones de vocales estudiantiles ante Junta Directiva. Los nominados que posteriormente se integrarían en el bloque de la reestructura incluían a Pedro José Asturias, Arturo Villagrán, Juan Zea y Héctor Jiménez. Serían electos Arturo Villagrán y Juan Zea como vocales 4 y 5 y tomarían posesión en la primera sesión de septiembre de 1970. 59

El arquitecto actual orienta su acción en obras aisladas y personales, no respondiendo así a una obra orgánica y social que favorezca el desarrollo del hombre y de la comunidad. (FCEA)

La dinámica organizativa y la progresiva movilización del estudiantado contribuiría a fortalecer una posición a favor de un cambio en la orientación de los estudios de Arquitectura. Un hecho significativo, que ayudó a marcar la ruta, fue la confluencia de planteamientos que se fue orientando a la búsqueda de compromisos para lograr una transformación social, esto se observa en el pronunciamiento que la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura (FCEA) hiciera en noviembre de 1970, en el que se resalta:

Preámbulo 52

60. Manifiesto de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura. Emitido en Managua, el 27 de noviembre de 1970.

1.[...] nuestras instituciones y organizaciones, bajo cuyo control inicia Centroamérica la década de los 70, son obsoletas, corruptas, e inadecuadas a las necesidades y aspiraciones de las nuevas generaciones [...] merced a la incompetencia de los líderes que han perdido de vista sus responsabilidades políticas, económicas y sociales en una era de explosivos cambios. 2. Los estudiantes de Arquitectura de Centroamérica, conscientes de la realidad anterior que se traduce a nuestra arquitectura de la manera siguiente: a) El grueso de nuestros arquitectos son elementos que se apartan de la realidad de nuestro medio, dedicándose enteramente al lucro, haciendo de la arquitectura una actividad comercial con lo que se pone en desacuerdo total con la formación del arquitecto como agente de cambio; b) El arquitecto actual orienta su acción en obras aisladas y personales, no respondiendo así a una obra orgánica y social que favorezca el desarrollo del hombre y de la comunidad; c) La pretensión de la arquitectura en Centro América es el logro de realizaciones estéticas cuando fundamentalmente deben buscarse logros sociales. Creemos que el arte así entrenado conspira en cada proyecto contra la realidad social y económica de su país. 3. Creemos, además, que las escuelas de Arquitectura deben ser con la sociedad una unidad dialéctica de promoción cultural con una triple función: investigación, docencia y servicio, por lo tanto, deben suministrar a la sociedad el elemento humano capacitado para lograr una organización del ambiente que ayude a la solución de los problemas inherentes a cada pueblo y nación. Las escuelas de Arquitectura deben suministrar profesionales capaces de apreciar nuestros valores auténticos y vemos con preocupación que todo esto no ocurre en nuestras escuelas. 60

Otro documento que enriquece el análisis de lo que sucedía en ese momento se muestra en la evaluación del pensum de Arquitectura elaborada por el Arq. Roberto Morales Juárez. En su planteamiento expuso que, durante los 12 años de vida de la Facultad de Arquitectura, la enseñanza se había caracterizado por una marcada rigidez, manifiesta en la estrechez del campo y tipo de trabajo a que orientaba a sus estudiantes. El contenido del pensum correspondía a un modelo predominante de Beaux Arts, enriquecido con cursos de cultura general y algunos cursos técnicos, pero impartidos de forma predominantemente teórica. Se ofrecía una carrera poco técnica y nada científica. Con un pensum de pretensión enciclopédica, que había conducido a una carga exagerada en cursos y horas de asistencia de los estudiantes a la escuela, que daban por resultado superficialidad y pérdida de interés en los estudios.

Preámbulo 53

61. Roberto Morales Juárez, “El Arquitecto y la práctica profesional en Guatemala”, (Documento mimeografiado, abril de 1970).

62. Ídem.

63. Luis Estrada, entrevista de B. Rabe, 11 septiembre 2022.

La enseñanza se caracterizaba por un predominio en la transmisión de conocimientos y no a la formación que actitudes y el desarrollo de capacidades necesarias para impulsar la profesión fuera de los marcos de la época. La Facultad como un todo carecía de una consciencia clara de la importancia de su participación en el desarrollo nacional, aceptaba tácitamente que se le ubicara como parte de las superestructuras sociales y no manifestaba una vocación de servicio. En ese ambiente, no se permitía el desarrollo pleno de la vocación creativa total de los estudiantes y profesores. 61

Morales sostenía que el contenido de los programas no correspondía, en absoluto, a dos hechos irrefutables: el momento -1970- y el lugar -Guatemala-, un país en desarrollo. Hechos que en una aparente contradicción exigían dominar lo más adelantado en cuanto a técnica y lo más primitivo en cuanto a recursos. El método pedagógico utilizado en la enseñanza no correspondía tampoco al momento ni al tamaño de la escuela, en cuanto a los estudiantes (un total de 550 estudiantes para 1970 según el Boletín Estadístico Universitario) no se motivaba la participación del estudiante ni el aprendizaje individual asignándole una actitud pasiva en el aula. En el caso de los cursos de composición arquitectónica se usaba el clásico attelier pero sin una verdadera comunicación entre profesores y estudiantes. Para Morales era evidente que todos los factores enumerados contribuían a reforzar las características de rigidez de la oferta de servicios que, con el incremento del número de graduados, tendería a hacerse mayor.62

Luis Estrada que pronto sería miembro de Junta Directiva y tendría una importante participación dentro del movimiento, resalta la necesidad de que los contenidos de los cursos se acercaran a conocer la realidad del país y de que los estudiantes participaran en el aprendizaje:

Teníamos un sistema de educación bancaria, llegabas, te depositaban los contenidos, te los aprendías, a ganar el curso y seguir igual.

Luis Estrada

Había necesidad de que se adquirieran herramientas teóricas para interpretar la realidad del país y poder encontrar propuestas de so lución o propuestas que contribuyeran a solucionar parte de los pro blemas que la población padecía en cuanto a vivienda, equipamiento, servicios, problemática urbana y otros. Nunca se hablaba del papel del arquitecto en la sociedad. El tema del contenido de los cursos y la participación estudiantil fue difícil de tratar y de que se comprendie ra. Teníamos un sistema de educación bancaria, llegabas te deposita ban los contenidos, te los aprendías y a ganar el curso y seguir igual. Había poca participación en el aprendizaje y en las decisiones que afectaban a los mismos estudiantes. 63

Preámbulo 54

64. Castañeda, entrevista.

65. FARUSAC, 241/1971 de 19 de mayo.

66. Varios de los integrantes de esta planilla destacarían en diversas actividades en el futuro. La integraron: Luis Benítez, Aura Rosa González, Jorge Rousselin, Víctor Mejía, Eduardo Sosa, Gilberto Castañeda, Eduardo Aguirre, Pedro Asturias, José Sánchez, Arnoldo Ramírez Amaya, Armando Lau, Rodolfo Gándara, Julio Fonseca, Sergio Búcaro, Gerardo Soto y Fernando Pepió.

67. En el punto 13 del Acta 243 el Ing. Rony Sarmiento hizo constar los méritos y cualidades de Claudio Olivares y manifestó su protesta al considerar injusto que se le hubiera eliminado de la votación. Sobre todo, porque existía el precedente de que el Vocal 1, en ese momento, no era catedrático titular cuando fue electo y solicitó que la Facultad pidiera una aclaración al CSU.

El cerco político académico

La participación en las movilizaciones y los paros realizados en 1971 contra la represión y el Estado de sitio del gobierno de Arana Osorio, el cual era encabezados por el movimiento sindical y popular. Fueron momentos que alimentaron una toma creciente de conciencia del papel de los estudiantes en su propia formación y del valor de sus planteamientos, al tiempo que se rompía la imagen elitista que teníamos como Facultad. Como resultado de ese proceso, los estudiantes de arquitectura dispusimos cada vez más de condiciones y herramientas que después demostrarían su importancia y su fuerza con el desarrollo y desenlace de la crisis que llevó al CRA.64

Otro ciclo de elecciones se daría durante el primer semestre de 1971. Las nuevas autoridades electas jugarían un papel preponderante ante la crisis que se aproximaba. Se presentaron cuatro candidatos para representante estudiantil ante el CSU, Jorge Rousselin, Julio Fonseca, Arnoldo Ramírez Amaya y Roberto Aguilar. Luego de dos votaciones fue electo Julio Fonseca que apoyaría fuertemente el movimiento estudiantil de Arquitectura. 65

También se realizó la elección de 17 estudiantes que integrarían el Cuerpo Electoral para elegir al Vocal 1 en representación de los catedráticos, pero se presentó una sola planilla.66 En una discutida elección, que se realizaría una semana después, se elegiría al Vocal 1 ante Junta Directiva. Se nominaron dos candidatos, los arquitectos Lionel Méndez Dávila y José Claudio Olivares. El primero, afín al movimiento estudiantil que se gestaba y, el segundo, simpatizante de las autoridades de ese entonces. El bachiller Gilberto Castañeda objetó la nominación de Olivares por no ser catedrático titular, tema que generó discrepancias entre los asistentes. Ante esta dificultad y para obviar la discusión se retiró la nominación de Olivares. 67 Méndez Dávila tomaría posesión del cargo a principios de agosto de 1971. Los estudiantes buscaban colocar las piezas que aportaran a los procesos que se acercaban y el nuevo Vocal 1 sería un aliado determinante.

La AEDA convocó al tercer seminario “El estudiante de Arquitectura” que se realizó del 29 de septiembre al 1 de octubre de 1971. Su tema central fue el “Plan de estudios y su proyección al medio nacional”. Aquí se trataría la falta de respuesta de la Comisión Paritaria creada para evaluar el Plan 69 y se respondería al reiterado incumplimiento de la Comisión de Docencia de la Facultad que, con el aval de las autoridades académicas, habían dado largas al tema para diluir las exigencias estudiantiles. En el seminario se alimentó la toma de conciencia y la decisión de los estudiantes y de algunos profesores que compartían sus inquietudes.

Preámbulo 55

68. Castañeda, “La formación”, 25.

69. Memoria del III

Seminario El Estudiante de Arquitectura, 1971.

70. Memoria del III

Seminario El Estudiante de Arquitectura, 1971.

La demandada evaluación del pensum partía de una preocupación de carácter gremial, que se relacionaba con el estrechamiento del mercado de la construcción, un fenómeno que empezaba a darse en el marco de la crisis capitalista mundial en ascenso. Hasta ese momento, la exigencia de cambio del plan de estudios aún no calaba tan hondo como ocurriría más adelante, al ligar la formación profesional con el aporte a la solución de los problemas nacionales en los que se ve involucrada la Arquitectura. Por ese entonces, la preocupación se centraba en el creciente estrechamiento del mercado de la construcción en el marco de la crisis del Mercado Común Centroamericano (MCCA), torpedeado por los intereses de las nacientes empresas transnacionales, y del propio capitalismo en curso, crisis que estallaría en el decenio de 1970, en torno al mercado petrolero y el ascenso imparable de los precios de los hidrocarburos. 68

El plan 69 sería sometido a un escrutinio total, varios de los cuestiona mientos expresados en distintos documentos serían reiterados. Se criticó la distancia entre los contenidos de la enseñanza en relación con el medio social guatemalteco; la ausencia de objetivos claros en cuanto al tipo de arquitecto que se deseaba formar y su papel dentro de la práctica profe sional que demandaba la realidad guatemalteca; la falta de investigación y contacto con el medio social. Se censuró la falta de formación didáctica y pedagógica de los profesores, su aislamiento de los estudiantes y en la mayoría de los casos, su imposición jerárquica sin correspondencia con sus conocimientos y capacidades y, se señaló, la falta de profesores de carrera, algunos eran de medio tiempo y la mayoría por asignatura. Se planteó la falta de criterios evaluativos y su aplicación sistemática, así como la falta de coordinación entre las distintas asignaturas y áreas de conocimiento. 69

Se señaló que el currículo era el resultado de dos sistemas contrapuestos en lo básico: «El de Beaux Arts y la Bauhaus. Del de beaux arts viene la idea de la secuencia de proyectar, en la cual al estudiante se le pide resolver una serie ascendente de problemas complejos de Arquitectura, desde una casa para un escultor hasta un grupo de edificios para el gobierno. La Bauhaus contribuyó al concepto de que el estudiante nunca debe copiar, sino trabajar sus ideas desde el principio». Opinaban que ambos currículos dieron poco énfasis a los libros de clases y le dieron primera importancia al maestro y que, si habían funcionado, era porque en el caso de beaux arts no se esperaba que el estudiante fuera original porque “los principios de la composición arquitectónica estaban establecidos” en tanto que, en el sistema de la Bauhaus “los problemas dados no eran complejos”.70

Preámbulo 56

71. Castañeda, “La formación”, 27.

72. Ramiro Soria, entrevista de B. Rabe, (30 de julio de 2022).

73. FARUSAC, 251/1971 de 21 de octubre.

74. FARUSAC, 260 y 261/1972 de 1 de marzo y 7 de abril.

De alguna manera, el tercer seminario reflejo las disparidades que más tarde se darían en el bloque de la reestructura. Dicho bloque estaría marcado por contradicciones entre quienes participarían motivados por preocupaciones de orden gremial estricta y quienes lo harían buscando lograr un compromiso de los arquitectos con las mayorías desposeídas. También algunos participarían por motivos personales, de figuración o de ascenso social.71

En esa época no entendíamos que debía haber un contenido. Aprendíamos lo que el profesor buenamente nos daba. Normalmente los profesores eran profesionales que casi regalaban su tiempo porque no ganaban lo suficiente como para dedicarse solo a la docencia. La ley del profesor era la que se mantenía y la tendencia académica de las autoridades era de apoyarlo al 100%, aunque no tuviese la razón. Había muy poca asesoría y la transmisión y comunicación entre el maestro y alumno era insuficiente, pero era lo que había y había que aceptarlo. Los profesores calificaban con pura apreciación personal. Nunca sabias por qué tenías esa nota, no sabías porque habías sacado 85, 60 o 51 y mucho menos por qué habías perdido el problema. Pero también había buenos docentes como Adolfo Lau, Manuel Sandoval y Roberto Aycinena. 72

En octubre la Junta Directiva conoció un memorándum presentado por AEDA en el que se planteaban una serie de denuncias sobre algunos docentes y cursos, así como sobre los procesos de Evaluación del Pensum de Estudios. La Junta Directiva acordó dar respuesta punto por punto, pero en el acta no se incluye la nota, no se detallan los puntos ni las respuestas indicadas.73

Para marzo de 1972 se haría la elección de los vocales 4 y 5. Serían electos Jorge Rousselin y Luis Estrada. Se les daría posesión a principios de abril, justo días antes de que la Comisión de Docencia presentara una polémica propuesta ante la Junta Directiva.74 La participación del Vocal 1 y de los nuevos vocales estudiantiles cambiaría totalmente el panorama a lo interno de la Junta Directiva y en las decisiones que se acercaban. El proyecto estudiantil se reforzaría y la dirección de la Facultad tendría una serie de reveses y oposiciones.

Preámbulo 57

75. Castañeda. “La formación”, 35.

76. Castañeda, entrevista.

Luego de tres años de esfuerzos infructuosos por hacer efectiva la evaluación del Plan de Estudios de Arquitectura, la parte estudiantil de la Comisión Paritaria presentaría su renuncia. Pero, además, denunció la inoperancia que esta comisión había tenido y el desinterés de los docentes representados por los jefes de los cinco departamentos que integraban de la Comisión de Docencia.75 Sería el inicio de las acciones que llevarían a la toma del edificio unos días después.

«La cohesión de lo que más adelante sería el “bloque de la reestructura” fue el resultado, principalmente, de la confrontación entre la evidencia y la necesidad de evaluar y modificar un Plan de Estudios anquilosado y la incapacidad de la mayoría de la Junta Directiva y del Claustro para captar esta realidad y proponer algún camino en busca de solución consensuada a lo que pronto derivó en un conflicto de grandes proporciones».76

Preámbulo 58

Un acelerante para el rompimiento

Participamos en la elección de la Junta Directiva de la AEDA contra Juan Zea, pero empatamos varias veces hasta que acor damos un tercer candidato y quedó Héctor Jiménez. Con Héctor empezó la presión del CRA con consignas como los profesores son anticuados, no tienen la calidad, no conocen el contexto...

Eduardo Aguirre

El bajo nivel académico que, según criterio de las autoridades de la Facultad, comenzó a presentarse luego de la cancelación de la Escuela de Estudios Generales, llevó a que la Junta Directiva nombrara una comisión para estudiar el tema y hacer propuestas para mejorar el rendimiento. La comisión fue integrada por los jefes de Departamento, los arquitectos Roberto Aycinena en Teoría e Historia; Roberto Ogarrio en Composición Arquitectónica; René Minera en Planeamiento; Guido Ricci en Edificación y Arturo Molina en Materias Técnicas.

El 7 de abril la Junta Directiva recibiría el documento presentado por la Comisión de docencia de la Facultad, en el que se solicitaba que fueran tomadas en consideración sus sugerencias para elaborar la nueva reglamentación de exámenes de la Facultad. Los miembros de la comisión manifestaron que la propuesta contaba con un amplio respaldo de los catedráticos de la Facultad. Según consta en el acta, el Decano sugirió que era necesario obtener la opinión estudiantil antes de discutir el documento y que se solicitara presentarlo en la próxima asamblea general de estudiantes. La propuesta contenía los siguientes aspectos:

a) la calificación final se integraría con el 80% de zona y el 20% de examen final. b) los estudiantes debían cumplir con el 80% de asistencia en los cursos. c) Un máximo de dos exámenes de retrasadas. d) Todos los cursos se aprobarían con una nota mínima de 60 puntos. e) Los estudiantes podrían cursar un máximo de 2 veces los cursos teóricos y 3 veces los cursos prácticos, se propuso que estos últimos pudiera impartirse en escuela de vacaciones y se recuperara el 33%. f) A partir de 1972 no se aceptaría en un nuevo ciclo a estudiantes con materias retrasadas del ciclo anterior. 77

77. FARUSAC 261/1972 de 7 de abril. La mayoría de las propuestas hechas por la comisión en ese entonces, son vigentes en la actualidad.

Según se refiere en las actas el planteamiento se había presentado como propuesta, pero se filtró. En un denso ambiente los estudiantes estaban esperando encender una mecha, y la propuesta de normas de evaluación, la puso disponible, estaba impregnada de un acelerante que haría estallar el combustible acumulado. De ahí en adelante el fuego carcomería las estructuras originales de la Facultad y no habría extintor que lo apagara.

Preámbulo 59

78. Héctor Jiménez, entrevista en A. Avendaño, Historia..., 35.

79. Varios de los entrevistados señalan que se hizo una asamblea en la que se planteó que la nota para aprobar sería de 70 puntos y que trató de consensuarse. Sin embargo, no se encontró un registro escrito al respecto. Castañeda observa: El propio decano Carlos Asensio mantuvo hasta el último momento una idea equivocada de la autoridad como don incuestionable. Por eso, en la Asamblea General estudiantil en la que se interpeló a la Junta Directiva sobre la falta de consulta y de búsqueda del consenso en la modificación del sistema de evaluación, pudo contestar con toda tranquilidad y sin medir sus consecuencias: “No lo consideré necesario.”

80. AEDA, “Carta la comunidad universitaria”, Guatemala, 14 de abril de 1972.

81. Claustro de Arquitectura, “Comunicado público. Guatemala”, 14 de abril de 1972.

Héctor Jiménez sostenía que la génesis del asunto no fue política partidista, sino académica, y que lo que puso el dedo en la llaga, para que terminara de explotar toda esa angustia que se traía, fueron las normas de evaluación que se propusieron.

... se hizo una asamblea para discutir las nuevas normas de evaluación y desde ese día permanecimos en asamblea general, ya no entramos a clases y después de Semana Santa en la asamblea general se resuelve pedir la renuncia de los cinco coordinadores de área de la facultad, los únicos que la presentan son René Minera y Guido Richi, los otros no quisieron presentarla, en ese impase se plantea la posibilidad de hacer un congreso de restructuración de toda la facultad... 78

Desde la óptica estudiantil la propuesta incluía criterios de evaluación y prerrequisitos curriculares que resultaban lesivos, esta situación adquiría mayores proporciones en el marco de las fallas que los estudiantes habían señalado sobre la orientación de la enseñanza en los últimos años. Desde la óptica de la administración académica, ignorando totalmente la problemática y el malestar que se estaba acumulando, había que mantener la calidad que luego del cierre de la Escuela de Estudios Generales había disminuido. Consideraron que una forma de hacerlo era por medio de criterios de evaluación que permitieran controlar de mejor manera el desempeño. 79

El 14 de abril se realizó una Asamblea General de Estudiantes. Como resultado se publicó una Carta a la Comunidad Universitaria que contenía planteamientos discutidos en varios eventos, se tomó de un comunicado de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura, la frase que sería permanente en el movimiento: Entendemos por nuevo arquitecto aquel que orienta su acción no a la obra aislada y personal sino a la obra orgánica y social. 80

Entendemos por nuevo arquitecto aquel que orienta su acción no a la obra aislada y personal sino a la obra orgánica y social.

Ese mismo día se hizo otro comunicado público en el que se exponía: «El Claustro compromete y declara unánimemente, su concurso y decisión irrestricta, para llegar a soluciones y estructuras que estén acordes con nuestro tiempo y cumplan con las aspiraciones sociales, intelectuales y culturales que nuestro pueblo demanda». 81

Preámbulo 60

82. FARUSAC 262/1972 de 14 y 17 de abril.

Del viernes 14 al lunes 17 de abril la Junta Directiva realizaría una sesión extraordinaria cuyo punto único a tratar era la situación de la Facultad. La propuesta de criterios de evaluación generada por la Comisión de Docencia había facilitado la oportunidad de armar una fuerte protesta y generar serias reacciones estudiantiles que ya no tendrían marcha atrás. Se conoció la copia de la resolución de AEDA que fuera comunicada un día antes a los jefes de Departamento en la que los estudiantes rechazaban la propuesta de la comisión de docencia y solicitaban la renuncia de los integrantes de dicha comisión; también se revisó el pronunciamiento del Claustro que no tomaría ninguna determinación hasta contar con más información.

Como resultado de la crisis presentaron su renuncia los primeros dos jefes de Departamento, el Arq. Ricci lo hizo de manera irrevocable y el Arq. Minera, indicó que no estuvo cuando se elaboró la propuesta, expresó: «comparto la posición estudiantil que señala que en la Facultad se confronta una grave crisis que involucra los niveles docentes, administrativos y directivos. Los signos de esta realidad lamentable son patentes en todos los aspectos de nuestra vida académica…» La Junta Directiva acordaría no tomar ninguna decisión en ese momento hasta reunir más elementos de juicio; también acordó suspender clases y exámenes hasta nueva orden y declararse en sesión permanente. 82

Figura 2.1 Julio Fonseca, representante estudiantil ante el CSU 1972.

Preámbulo 61

83. CSU 1148, 6.5/1972 de 15 de abril.

84. Declaración de la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura al Honorable Consejo Superior Universitario del 14 de abril de 1972. Incluida en el inciso 6.5 del Acta del CSU 1148 del 15 de abril de 1972.

85. Declaración de la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura al Honorable Consejo Superior Universitario. 12 de abril de 1972.

En sesión del sábado 15 de abril, el representante de los estudiantes de Arquitectura, Julio Fonseca (Figura 2.1), hizo entrega al Consejo Superior Universitario de dos documentos, el primero era la declaración de la Asamblea General de estudiantes de Arquitectura en la que daba a conocer «la grave e inconveniente situación que existe en la Facultad de Arquitectura provocada por actitudes asumidas por elementos del cuerpo docente de nuestra Casa de Estudios que la Asamblea General había considerado inadmisibles, razón por la cual, sumado a múltiples antecedentes ha hecho tomar la determinación de pedir la renuncia irrevocable, como titulares y jefes de departamento, a los miembros de la Comisión de docencia de nuestra Facultad». 83

Lo que se presentó como hechos y antecedentes fue: Primero, la elaboración de criterios para el reglamento de evaluación de la Facultad de Arquitectura elaborados por la Comisión de Docencia. Segundo, la Asamblea conoció estos elementos y tomando en cuenta que se «produjo una deleznable información verbal por parte de la Comisión de Docencia concluyó que se había actuado errónea y superficialmente con la orientación de este problema confirmando el desconocimiento y poca preocupación que le merece a esa comisión los asuntos de su competencia». Tercero, la asamblea «elaboró un documento amplio de consideraciones doctrinarias que tiene como finalidad evidenciar las razones profundas de la crisis por la que se atraviesa». Cuarto, el movimiento estudiantil denunció esta crítica situación y señaló «los métodos conocidos y repudiables que grupos de interés están intentando poner en práctica para tratar de burlar la voluntad estudiantil y advierte que se mantiene firme y unido frente a estas posiciones irresponsables y provocadoras y les responsabiliza de las consecuencias que pueda producirse si no renuncian inmediatamente». 84

De igual manera adjuntaron la carta a la comunidad universitaria en la que expusieron haber analizado las «condiciones del descalabro académico que subsisten dentro de la Facultad, entre ellas: las “sugerencias” elaboradas y firmadas por la Comisión de docencia sobre nuevas normas de evaluación que revelan nuevamente la improvisación, irresponsabilidad y falta de criterio -incapacidad- en el planteamiento de medidas de esta naturaleza por parte de un Cuerpo Técnico que representa el máximo organismo de orientación docente de nuestra Facultad […] Se coarta sistemáticamente en el proceso integral de la conformación de la vida facultativa la participación estudiantil». 85

Asimismo, incluyeron el análisis de la problemática y fijaron objetivos que estaban dispuestos a alcanzar y prestos a defender:

Preámbulo 62

86. Declaración Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura al Honorable Consejo Superior Universitario. 12 de abril de 1972.

Entendemos por nuevo arquitecto, aquel que orienta su acción, no a la obra aislada y personal, sino la obra orgánica y social. El profesional, cuya preparación es producto de una universidad financiada por el pueblo, se debe a este. En el caso particular del Arquitecto, se sirve a una fracción reducida de la sociedad constituida por la élite capaz de pagarse el lujo que representa la profesión como actualmente está orientada. Constituimos un país cuyas condiciones son particulares, sin embargo, usamos conceptos de Arquitectura tomados de cánones extranjeros que son completamente inoperantes dentro de nuestro estatus económico y social. La estructura misma de los criterios profesionales ha impedido planteamientos de orden gremial que lleven a la solución de los problemas nacionales, evidenciando la falta de proyección al medio, todo ello consecuencia de una formación totalmente fragmentaria y parcial. Este esquema, desenfocado de su realidad, no brinda objetivos comunes. El arquitecto no llega a tomar conciencia de su ser. Sumada a esta orientación inadecuada, se encuentra, además, la falta de una preparación técnica humanística propicia a nuestra realidad, con lo que, cuando se tiene inclinación hacia la solución de problemas nacionales y a la orientación de nuestro pueblo, se debe buscar en otros ámbitos la formación necesaria para realizar dicha acción. Se carece de una preparación adecuada porque: aún cuando nuestro campo de acción es Guatemala, desconocemos la sustancia y esencia que le ha dado forma a su situación actual. Además, estamos en un país con graves problemas que resolver y con escasos recursos que invertir, por lo que las soluciones técnicamente adecuadas, aunadas a la conciencia de la necesaria liberación del hombre, son urgentes y, sin embargo, no estamos Facultados para responder a ellas. La crisis externa evidenciada anteriormente, también se hace presente día a día […] en el discurrir de una docencia con falta de contenido y orientación. El pensum actual niega la unidad científica que debe de existir entre la teoría y la práctica, de manera que resulta una mera “calistenia” mental. La docencia debe revelar nuestra realidad y hacernos conscientes de nuestra condición como individuos integrantes de una sociedad urgente de transformaciones y no lo hace. Esta misma conciencia debe llevarnos al compromiso ineludible de ser impulsores de tales cambios. El estado de incongruencia entre las aspiraciones -el deber ser del arquitecto y la “formación” que recibe, es pues, evidente producto de su circunstancia académica. Finalmente, […] la administración viene a hacer más patético el panorama facultativo […] reconocemos que la organización inicial de nuestra Facultad no ha sido revisada, ni ha respondido a una planificación previa. Además, sólo ha existido una ejecución parcial y nunca se ha dado lugar a la evaluación y el control. Planteada esta problemática, dejamos constancia de que nuestro objetivo no es solamente la remoción de un grupo de catedráticos, Sino que, fundamentalmente, lograr la participación efectiva del estudiante en la conformación de nuestra vida facultativa, como medio de superar la problemática denunciada. Queremos ser sujetos de nuestra formación, no objetos.86

Preámbulo 63

87. FARUSAC 263/1972 de 18 de abril.

88. Avendaño, “Historia de la Facultad”, 29.

El lunes 17 la Junta Directiva continuó con la sesión permanente. Conoció la nota de la AEDA en que solicitaba información sobre la petición efectuada por la Asamblea General, respecto de la solicitud de renuncia de los jefes de Departamento. La Junta Directiva respondió transcribiendo la resolución de la sesión anterior en la que acordó no tomar decisión al respecto hasta contar con más elementos de juicio.

También conoció el pronunciamiento de la Asamblea General de estudiantes en el que solicitaban la realización de un Congreso de Reestructuración para determinar los nuevos objetivos, contenidos de los cursos y profesores que los impartirían, asimismo propusieron la integración de un directorio para dicho congreso que sería integrado por tres profesionales y tres alumnos. Una junta de administración de dicho congreso integrada por cinco personas que serán asesores y participarían en el congreso. Solicitaron la suspensión del semestre y la congelación de las notas obtenidas que continuarían vigentes cuando las actividades se reanudaran. Para el directorio propusieron a los estudiantes Pedro Asturias Montenegro, Gilberto Castañeda Sandoval y Mario René Villagrán, y para la junta de administración a los estudiantes Ramiro Soria, Silvia Morales, Gerardo Soto, Federico Jiménez y Luis Estrada. 87

El 18 de abril se conoció también el pronunciamiento de la Asamblea general del Claustro en el que exponía que los problemas de la Facultad no eran de ese momento, expresaba su decisión para que se realizara un estudio exhaustivo de los problemas de la Facultad, que tenía conocimiento de que el origen del conflicto había sido la propuesta de la comisión docente la cual fue considerada por los estudiantes como lesiva a sus intereses y fue por eso que se solicitó la renuncia de los catedráticos que hicieron la propuesta. Pero consideró que los términos de la solicitud fueron indecorosos.

En tal sentido se planteó que ambos documentos fueran suspendidos simultáneamente. Y propuso que para tener mejor entendimiento entre las partes fueran representados por los arquitectos Mario Roca Sermeño, Mario Flores Ortiz y el ingeniero Rony Sarmiento. También se declaró desde esa fecha en sesión permanente. 88

Preámbulo 64

Un plan de cambio acompaña la toma del edificio

89. AEDA, “Plan de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura”, Guatemala, 19 de abril de 1972. Mimeografiado.

90. FARUSAC 264, 2/1972 de 20 de abril.

91. FARUSAC 264, 4/1972 de 20 de abril.

92. FARUSAC 264, 5/1972 de 20 de abril.

El 19 de abril, la AEDA aprobó e hizo pública su propuesta de Plan de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura. En el primer párrafo se expresaba: «Los estudiantes de Arquitectura, conscientes de la responsabilidad que nos compete y del paso definitivo que hemos dado en busca de la realización de nuestras aspiraciones, tomamos hoy a nuestro cargo y dirección la ineludible tarea de reestructurar nuestra ya caduca escuela». 89

El 20 de abril la Junta Directiva conoció el documento presentado por los vocales estudiantiles y elaborado por la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura referente a la reestructura de la Facultad.90 En esa misma reunión presentarían su renuncia a las jefaturas de los departamentos de Materias Técnicas y de Teoría e Historia, los arquitectos Arturo Molina y Roberto Aycinena.91

Se conocería también la nota de AEDA fechada 20 de abril de 1972, referente al problema de las renuncias: «Señores miembros de la Junta Directiva: se les solicita que notifique a los catedráticos a quienes se les pidió la renuncia que, si no la presentan de inmediato, el estudiantado exigirá a esa Junta, que cumpla con el deber [...] de dar cuenta al Consejo Superior Universitario, para que imponga la sanción de separación del cargo».92

El viernes 21 sería decisivo. La Junta Directiva iniciaría su sesión a las 16 horas. Previamente la Junta había acordado solicitar al Asesor Jurídico, que informara el camino legal a seguir para resolver el problema de las renuncias que se venían considerando desde hacía varias sesiones. Luego de las consultas y tomando en cuenta los documentos recibidos de parte de los estudiantes, se indicó que se recabaría toda la información posible sobre la situación de los catedráticos a los que se pidió su renuncia para poder determinar los extremos de lo aseverado. Para tal efecto, acordaría iniciar una investigación exhaustiva para atender, por una parte, las demandas estudiantiles, y por otra, el resguardo de los intereses de los catedráticos. El Decano informó sobre la renuncia del Arq. Roberto Ogarrio al cargo de jefe del Departamento de Composición. Con esta se completaban las renuncias de los cinco jefes de Departamento.

Preámbulo 65

93. FARUSAC 265, 4/1972 de 21 de abril.

94. FARUSAC 265, 8, 9 y 10/1972 de 21 de abril.

95. FARUSAC 265, 14/1972 de 21 de abril.

Ese mismo día los estudiantes habían llegado a otra decisión. Los vocales estudiantiles informaron sobre la resolución de Asamblea General de AEDA. Declararon que los estudiantes tomarían posesión del edificio de la Facultad a las 18:00 horas. Los vocales plantearon a la Junta Directiva dos opciones: Podrían continuar la sesión dentro del edificio, pero no podrían salir después de la hora fijada, o podrían retirarse y continuar la sesión fuera del edificio. La Junta Directiva acordó continuar la sesión en el edificio de Rectoría e informar al Rector y al Secretario sobre lo acontecido.93

La Junta Directiva aceptó la renuncia de los jefes del Departamento. Los cinco miembros profesionales de la Junta indicaron que aprobaron estas renuncias «como una medida que tiende a la solución de las circunstancias concretas presentes en la Facultad». Los dos vocales estudiantiles indicaron que aceptaban estas renuncias «porque en lo que corresponde a la Comisión de Docencia con responsabilidades en la vida académica de la Facultad y formada por los cinco jefes de Departamento, no han realizado en todo lo que tiene de funcionar, ninguna labor significativa en lo que a superación docente se refiere y su concurso ha sido prácticamente nulo». 94

Según consta en el punto 14 del acta, se conoció el documento presentado por la Asamblea General de Estudiantes, en el que informaban que se habían declarado sesión permanente y que, tomarían el edificio para exigir la definición por parte de la Junta Directiva, a la que demandaban:

3. ...la aprobación e institucionalización del Congreso de Reestruc turación de Arquitectura (C.R.A.) y su trámite legal ante el Consejo Superior Universitario. 4. Que el Directorio del Congreso de Rees tructuración de Arquitectura (C.R.A.) esté autorizado para establecer juntamente con la Junta Directiva las modificaciones presupuestarias necesarias para la realización de dicho evento. 5. Se apruebe la con gelación de notas y la suspensión de clases, en tanto sea reestructu rada la Facultad de Arquitectura. 6. Que el personal no docente de la Facultad preste su servicio al evento de reestructuración, al igual que todos los recursos de la misma. […] (f) Héctor Jiménez, Presidente A.E.D.A.95

Preámbulo 66

96.

La Junta Directiva acordó aceptar los puntos 4, 5 y 6, siempre y cuando el CSU autorizara la solicitud de la Junta Directiva de transformar la docencia en otras formas de docencia. Aceptar el punto 3, salvo en lo referente al sistema planteado para la elección de los miembros profesionales del directorio, que quedó condicionado a estudio previo a aceptación final. Sobre esto último los representantes estudiantiles se abstuvieron de votar y razonaron su voto, señalando que no era razón suficiente herir la susceptibilidad del Claustro, que hasta ese momento no existía ningún planteamiento claro y ordenando del sector docente para programar un nuevo Plan de Estudios y se deseaba garantizar los resultados del Congreso por medio de la moción presentada.96

Preámbulo 67
FARUSAC 265, 14/1972 de 21 de abril. Figura 2.2. Durante la toma del a Facultad en la mañana del 22 de abril de 1972. Al fondo Roberto Archila, Virgilio Ramírez, Danilo Vera, Felipe Hidalgo y Mario Sánchez. Foto: Jorge Rousselin.

Figura 2.3.

97. FARUSAC 265, 16/1972 de 21 de abril.

La Junta Directiva tomando en cuenta el documento de reestructuración que la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura presentó, así como el planteamiento que en igual sentido presentó el Claustro de Catedráticos en esa misma fecha, acordó hacer la solicitud al CSU. Los vocales estudiantiles solicitaron incluir una constancia en el acta: «Consideramos que la Junta Directiva no ha tomado todas las acciones que tuvo en sus manos para solucionar el problema como el estudiante lo pide.

(f) Jorge Rousselin Vocal 4 y Luis Estrada, Vocal 5». 97

Preámbulo 68
Titular de prensa dando a conocer la toma de la Facultad de Arquitectura de la USAC. Primera plana de Diario El Gráfico del 22 de abril de 1972.

98. Castañeda, entrevista.

«...el estudiantado había alcanzado un grado de cohesión tal que le permitió suspender clases durante un semestre y que quienes estábamos por graduarnos aceptáramos retrasar nuestra titulación en pro del CRA, junto a los cambios propicios que se habían operado en la organización de la AEDA y la dinámica estudiantil».98

Preámbulo 69
Figura 2.4. Asamblea General de Estudiantes, 1972. Entre los asistentes se puede identificar a Fernando Pepió al frente, atrás de él, Marco Antonio Girón, José María Magaña y Eduardo Aguirre. En los planos intermedios Virgilio Ramírez, Olivia Chang, Olga González, Ana María Cruz, María Esther Aquino, Carlos Quan, Alfredo Palmieri. En las últimas filas Mario Tello, Antonio Soto Rizzo, Anne Arévalo, Brenda Penados, Raúl Anguiano y el Chino Cifuentes, entre otros. Foto: Jorge Rousselin.

El espaldarazo del Consejo Superior Universitario

99. CSU 1149, 3.1/1972 de 22 de abril.

100. La comisión estaba integrada por los estudiantes Héctor Jiménez, Gilberto Castañeda, Mario René Villagrán, Pedro José Asturias, Zoemia Prado y Juan Zea.

En sesión del 22 de abril el CSU trataría la nota enviada por la Junta Directiva según punto 15 del Acta 265 del 21 de abril que literalmente dice:

La Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, acuerda solicitar al Consejo Superior Universitario que apruebe, a partir del martes 18 del presente mes, que se transforme la docencia directa en actividades de distintos órdenes, dentro de la misma docencia, a través del Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura, que se convoque, y se dedique a los trabajos de seminario e investigación en los distintos aspectos que requiere la reforma. La Junta Directiva ha tomado en cuenta para esta solicitud el documento “Plan de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura”, que la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura presentó a su consideración, y también el planteamiento que en igual sentido ha presentado el claustro de catedráticos en su documento de esta misma fecha. [...] La asistencia y puntualidad de catedráticos y alumnos de la Facultad permanecerá igual en exigencias y responsabilidades de trabajo. 99

A solicitud del Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Dr. Cesar A. Vargas y con apoyo del representante estudiantil de Arquitectura, Julio Fonseca, el Consejo acordó dar audiencia a una comisión de estudiantes de la Facultad de Arquitectura.100 Estos hicieron una síntesis del conflicto que motivó su presencia y dieron lectura a un documento en que solicitaban se diera cumplimiento a las exigencias de renuncia a los cargos de jefe del departamento y catedráticos de acuerdo con los siguientes elementos de juicio:

1. La Comisión de Docencia no ha realizado a la fecha en todo lo que lleva el presente decanato, ningún trabajo que responda a su alta responsabilidad docente. 2. Como ejemplo de la incapacidad con que ha enfrentado su labor, citamos el reciente pliego de “sugerencias” sobre normas de evaluación presentado ante la junta directiva de nuestra Facultad, el cual carece de base pedagógica ya que, aun cuando podía constituir sugerencias, ameritaba al menos la previa elaboración de los objetivos buscados. Hecho no realizado y evidenciar ante Asamblea General de Estudiantes al ser interrogados sobre este aspecto y algunos otros relacionados sobre el particular, por ejemplo la relación de algunas de estas normas de evaluación con la tendencia de la corriente educativa moderna hacia el currículum flexible. 3. Súmese a esto la crisis que ha vivido nuestra Facultad durante varios años, ejemplos de los cuales han sido conocidos por las autoridades universitarias, tales como el rechazo a la aplicación de un nuevo plan de estudios a finales

Preámbulo 70

101. Nota de la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura al Honorable Consejo Superior Universitario, por acuerdo del 12 de abril de 1972.

102. CSU 1149, 3.1.4(I)/1972 de 22 de abril.

103. CSU 1149, 3.1.4(II)/1972 de 22 de abril.

104. Jorge Escobar, entrevista (en A. Avendaño, Historia..., 34).

del año 1969 que quedara sujeto a una evaluación para dictamen final. Esto no se ha dado. Además, esta crisis ha sido reconocida por el Claustro de Catedráticos en documento del 14 del presente mes, punto uno del mismo. 4. En cuanto a su actuación personal, es decir, como catedráticos titulares, podemos señalar la ausencia de un interés permanente hacia las inquietudes estudiantiles y los problemas docentes de la Facultad como lo manifiesta su inasistencia a las diversas actividades estudiantiles, especialmente seminarios tendientes a la evaluación de nuestra Facultad y reestructuración de la misma, a pesar de ser invitados especialmente. 5. Cabe señalar finalmente, que su renuncia a los cargos que como jefes de Departamento han presentado, lleva implícito su reconocimiento a los argumentos estudiantiles. No entendemos, entonces, su negativa a renunciar como catedráticos titulares.101

El Consejo vio con beneplácito que el camino escogido para hacer la reforma fuera el congreso acordado por autoridades y estudiantes de Arquitectura y resolvió apoyar el proceso de reestructuración de la Facultad de Arquitectura, el cual era congruente con la política de la Reforma que la universidad impulsaba. Autorizar a la junta directiva de la Facultad de Arquitectura para que, desde el 18 de abril transformara la docencia directa en actividades de distintos órdenes, dentro de la misma docencia, a través del congreso de reestructuración que se convocaba, y se dedicara a los trabajos de seminario de investigación en los distintos aspectos que la reforma requiriera.102

En cuanto a la petición de renuncia a los cinco catedráticos jefes de departamento, el CSU autorizó los permisos por licencias por el resto del año concedidos por la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura. En relación con los cargos formulados por los estudiantes a algunos profesores, el CSU nombró una comisión para realizar la investigación pertinente y rendir el informe respectivo.103

Para algunos se había sobredimensionado el tema que encendió la chispa, Jorge Escobar que sería secretario de la Facultad durante el Decanato de Lionel Méndez, opinaba: «se politizó el asunto, había intereses oscuros de otras corrientes que aprovecharon la oportunidad, porque los cambios del reglamento de calificaciones no eran para tanto. Los directores de área renunciaron y con eso se hubiera resuelto el problema. Considero que muy solapadamente el problema político nacional influyó».104

Preámbulo 71

El fenómeno iba a pasar con nosotros o sin nosotros porque el contexto ya no daba para más.

Las causas del rompimiento

Para inicio de los años 70 las condiciones habían cambiado, no era el mismo escenario del despuntar de los 60. Los movimientos estudiantiles estaban fortaleciéndose en el mundo y tomaban un papel preponderante en la lucha por las reivindicaciones sociales. La organización estudiantil se había consolidado y el posicionamiento político dentro de la estructura académica se consideraba clave para el logro de los objetivos de grupo.

La academia necesitaba adaptarse a las nuevas realidades, pero no lo hizo con la prontitud necesaria, para algunos, parecía que era un tema que ni siquiera se había considerado.

Se fueron dando indicios sobre la situación que se podría afrontar a lo interno de la Facultad de Arquitectura y serían varios los acontecimientos que llevarían al rompimiento del modelo original. Entre ellos la poca disposición para hacer cambios de enfoque en el pensum de estudios, la baja participación dada a los estudiantes, la vinculación de algunos actores con los movimientos sociales, el fortalecimiento de la organización estudiantil, la llegada de un nuevo Rector con orientación hacia el desarrollo social y, el apoyo político que se había ido tejiendo al interior de la Junta Directiva y dentro del CSU.

También favoreció el proceso el cierre de la Escuela de Estudios Generales que generó un considerable incremento de estudiantes que provenían de familias de escasos o medianos recursos económicos.

Preámbulo 72
Ramiro Soria Figura 2.5. Preparando carteles de protesta. Dirige la mesa el “Chino” Cifuentes. 1972. Foto: Jorge Rousselin.

Las autoridades, la mayoría de ellas fundadoras de la Facultad, no habían dimensionado los grandes cambios en los escenarios y actores de la Facultad.

Los seminarios y eventos estudiantiles que irían dotando de diferentes marcos conceptuales y contextuales que justificarían y fundamentarían los pronunciamientos y propuestas que estaban por venir.

Se sumaría el disgusto generado por el nuevo pensum en el que no se les dio participación, al que señalaban de mantener la mayoría de los criterios académicos tradicionales y de no reconocer la importancia de la facultad en el desarrollo social. Si a ello sumamos el sentimiento estudiantil de que no se daba respuestas a sus propuestas e inquietudes, la percepción de estar en una carrera elitista y poco participativa, la forma poco efectiva en que las autoridades afrontaban la problemática y, para finalizar, la inoportuna propuesta de normas de evaluación impopulares era más que probable que explotara una crisis.

Las autoridades, la mayoría de ellas fundadoras de la Facultad, no habían dimensionado los grandes cambios en los escenarios y actores de la Facultad. Los directivos y muchos de los profesores eran arquitectos de renombre, provenían de familias con holgados recursos que les permitieron ir a estudiar al extranjero, poseían una gran proyección dentro de la práctica de la arquitectura y gozaban de mucho respeto en los ámbitos profesionales y sociales, pero tenían posiciones que diferían de las nuevas aspiraciones y perspectivas estudiantiles. Pertenecían a una vieja guardia con patrones de conducta orientados a valores como el respeto hacia la autoridad y a los mayores. Su disposición era tradicionalmente academista y no advirtieron la magnitud de las reacciones estudiantiles. Su conservadora visión no les permitió anticipar las luchas político-ideológicas que no formaban parte de la realidad profesional que conocían y que se había mantenido dentro de la joven Facultad, y no priorizaron estrategias o respuestas conciliatorias para afrontarlas.

Debió ser muy doloroso para quienes lucharon tenazmente por la fundación de la Facultad que muchachos empoderados los acusaran de improvisación, ineficiencia, irresponsabilidad e incapacidad, y además les exigieran su renuncia. Pero hubo una clara desatención a las señales que se habían dado y a esas alturas del desarrollo de la Facultad todo había cambiado.

Para el momento del quiebre habían pasado 14 años desde la fundación. Las condiciones y aspiraciones de los miembros de esta nueva generación eran muy distintas a la de los primeros estudiantes que vieron realizado el sueño de sus maestros de formar una Facultad de Arquitectura en Guatemala. Muchos estudiantes no conocían a los fundadores y sus antecedentes, además sus modelos de conducta eran muy diferentes. Pero en ese momento y contexto, ya poco importaba.

Preámbulo 73

Entre ópticas tan disímiles se fueron revelando diversas posturas ideológicas y diferentes pretensiones. Se gestaba una lucha doctrinaria entre quienes querían mantener la orientación de la Escuela, los que aspiraban a un mejor posicionamiento económico social por medio de los estudios universitarios y quienes creían que la función del estudiante era contribuir al desarrollo y ser agentes de cambio social.

El asunto es que fueron múltiples las razones que llevaron a ese momento, el tema de las nuevas normas fue sólo la excusa, bastante efectiva, para llevar al rompimiento del modelo y fue utilizado para encender a la masa. Algunos de los entrevistados dieron su opinión sobre lo que llevó al movimiento. (Tabla 2.1)

En fin, parecía que había un cúmulo de situaciones por atender, los escenarios eran hostiles y los nuevos actores que entraron en escena tenían opuestos criterios, inclinaciones y valores influidos por las nuevas corrientes que afectaban a los estudiantes de las universidades públicas latinoamericanas. Era inevitable que en ese contexto existieran ajustes para responder a la nueva realidad que se estaba gestando. El estallido que se estaba dando en la Facultad era sólo el primer paso de un proceso de transformación que iniciaría con el Congreso de Reestructuración de Arquitectura.

Preámbulo 74
Figura 2.6. El entierro de las estructuras, desfile realizado en la Ciudad Universitaria para simbolizar el cambio que se aproximaba, abril de 1972. Foto: Jorge Rousselin.

Tabla 2.1

Opiniones sobre las causas que llevaron al movimiento

◊ Los sesentas y setentas, fueron años en que se dieron ideas que impactaron en las sociedades y cambiaron en alguna forma al mundo. (Luis Estrada)

◊ Queríamos que se cambiara el pensum que venía de la Habana y que estaba trasnochado. (Enrique Matheu)

◊ La facultad se encontraba desligada de la rea lidad nacional, formando profesionales indivi dualistas y con capacidades de diseño orientadas hacia productos puramente estéticos. (Sergio Duarte)

◊ Había un sentimiento de dejar lo tradicional por algo nuevo que fuera más participativo donde el estudiante decidiera y que eso respondiera a las necesidades que la pobreza del país presentaba. (Luis Estrada)

◊ No teníamos noción de lo que sucedía en nuestro país, porque estábamos muy alejados de nuestra Realidad Nacional. (Jorge Cordón)

◊ Necesidad de que los contenidos de los cursos se acercaran a conocer la realidad del país, de acercar el ejercicio de la arquitectura a la pobla ción pobre, tanto de áreas urbanas como rurales. (Luis Estrada)

◊ Había una inconformidad generalizada con el comportamiento de los profesores, quienes tra taban a los alumnos de mala manera.(Sergio Duarte)

◊ La ley del profesor era la que prevalecía y la tendencia de las autoridades era de apoyarlo al 100%, aunque no tuviese la razón. (Ramiro Soria)

◊ Había discriminación, trato grosero (usted mejor vaya a vender papas) y machista (qué está ha ciendo aquí). A las mujeres las intimidaban. Se sentía la carga. (Glenda Rodríguez)

Había autoridades y docentes con comporta mientos elitistas, que decían que el arquitecto nace y no se hace. (José Asturias)

Los extremos son malos, los profesores eran abu sivos con los estudiantes y decidían quien podía y quien no. (Julio Corea)

◊ Había cursos, pero no programas, el docente hacía lo que quería y contestaban que eso era libertad de cátedra. (Pedro Asturias)

◊ Teníamos un sistema de educación bancaria (llegabas te depositaban los contenidos, te los aprendías y a ganar el curso y seguir igual).(Luis Estrada)

◊ En sociología urbana se hablaba de Europa, en historia de arquitectura maya se hacía un enfoque descriptivo, no interpretativo. (Darío Menéndez)

◊ No había sistematización de la evaluación, las calificaciones eran subjetivas. Había caos y dis crecionalidad para pasar los cursos. Un desorden organizado. (Glenda Rodríguez)

◊ No enseñaban a realizar el diseño, no había me todologías y se partía de referentes como revistas de arquitectura a las que no todos tenían acceso. (José Asturias)

◊ La crítica era despiadada y no te daban insu mos. Las cosas eran poco claras, muy selectivas. (Glenda Rodríguez)

◊ No tenían sistematizada la enseñanza del dise ño. Nos pusieron como problema, la casa de un pianista y su esposa que era pintora Solo daban el listado de necesidades y todo derivaba de la creatividad. (Glenda Rodríguez)

◊ Queríamos aprender de diseño, pero no nos ubica ban en la realidad nacional. Se hacían proyectos irreales, no se diseñaban escuelas, hospitales, etc. (Darío Menéndez)

◊ Consideraba que no era justo que al estudiantado en general se le tratara de esa manera. (Ramiro Soria)

◊ Se buscaba más democracia, menos autoritarismo y una mayor libertad de decisión sobre el pensum de los mismos estudiantes. (P. Pablo Palma)

◊ Les pedimos que evaluáramos juntos el Plan 69 y acordamos parar el movimiento, pero no cumplie ron. (Pedro Asturias)

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas, según se identifica al final de cada párrafo.

Preámbulo 75
Un vehemente inicio 78

UN VEHEMENTE INICIO

105. Ministerio de Educación. Historia de El Salvador. Tomo 2. (El Salvador: Mined, 2009), 206. 106. CSU 1161, 3.1./1972 de 19 de julio.

En 1972 Nixon autorizaría el aumento de bombardeos a las tropas de Vietnam del Norte, esto provocaría que a lo largo de Estados Unidos se realizaran demostraciones pacifistas y que cientos de manifestantes fueran arrestados. A pesar de que durante ese año se continuaron las negociaciones para lograr un acuerdo de paz, las acciones se recrudecerían a finales de año después de la reelección de Nixon en noviembre. En enero del siguiente año Vietnam del Norte propondría la reanudación de las conversaciones de paz. En mayo los dirigentes de Estados Unidos, Richard Nixon y de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev firmaron un Tratado de Coexistencia Pacífica. Para junio del 72 se había destapado el caso conocido como Watergate que desestabilizaría al gobierno republicano y llevaría a una crisis gubernamental sin precedentes. El debilitamiento del gobierno de Nixon coincidiría con un repunte en las actividades revolucionarias en Latinoamérica, la violencia se institucionalizaba y las confrontaciones ideológicas y políticas afectaban el orbe.

En Latinoamérica se revelaron varios movimientos políticos. En febrero el ejército derrocó al presidente ecuatoriano, José María Velasco Ibarra. En El Salvador, ante las acusaciones de fraude en las elecciones presidenciales, un grupo proclamado como la “Juventud Militar” trató de dar un golpe, pero no lo logró. El coronel Arturo Armando Molina asumió la presidencia y comenzaría su período bajo un Estado de Sitio a partir del 1 de julio de 1972. Esto desató un proceso de radicalización social y favorecería el engrosamiento de las filas guerrilleras.105

Ese mismo mes la Universidad de El Salvador fue ocupada por el ejército salvadoreño. La Secretaría General de la Confederación Universitaria Centroamericana había comunicado sobre la intervención militar de la Universidad de El Salvador (UES) al Consejo Superior Universitario de la USAC, el cual acordó expresar su protesta por ese hecho que vulneraba la autonomía universitaria y a la vez manifestar su solidaridad a las autoridades de la Universidad de El Salvador,106 pero la UES seguiría intervenida hasta 1978.

Un vehemente inicio 79

107. Virgilio Álvarez. Conventos, aulas y trincheras. Universidad y movimiento estudiantil en Guatemala, Volumen 2, (Guatemala: Editorial Universitaria, 2014), 43. 108. Carlos Sabino, Guatemala la Historia silenciada (1944-1989), Tomo II, El dominó que no cayó. (Guatemala: Grafiaetc. 2018), 160. 109. Álvarez, Conventos, 19. 110. Ídem.

En Guatemala, luego de seis años, estaba disminuyendo la violencia generalizada. En marzo de 1972 el PGT había afirmado que la lucha armada se encontraba, en esos momentos “estancada y en buena medida desacreditada.” Años antes el PGT se había separado de las FAR por diferencias estratégicas en la forma de enfrentar el proceso, en especial, debido a que aquellos no compartían las acciones armadas. Sin embargo, el 15 de septiembre de 1972 el PGT y las FAR hicieron pública su voluntad unitaria: «tenían el deber y la responsabilidad de desarrollar, orientar y organizar el esfuerzo del pueblo hacia la conquista del poder político mediante la derrota de las clases reaccionarias del país y lograr la independencia nacional, la democracia y el bienestar popular».107

Las posiciones universitarias se consolidaban para una mayor participación social, crear las bases académicas que propiciaran una mayor conciencia social y articular acciones para mejorar las condiciones de la mayoría.

El gobierno de Arana continuaría con la lucha armada y promovería una represión selectiva en la lucha contra los revolucionarios. Los ataques hacia el PGT de los años anteriores habían sido poco comparados con el sucedido el 26 de septiembre de 1972. Ese día fueron detenidos varios dirigentes de la agrupación. Según reportes de prensa fueron capturados ocho personas. El gobierno negó reiteradamente toda responsabilidad. Carlos Sabino afirma que dichos dirigentes no abrazaban el camino de la lucha armada y su desaparición pudo servir para otorgar importancia, dentro de la izquierda, a los partidarios de métodos de lucha más radicales.108 Pero de acuerdo con Álvarez los desaparecidos eran viejos militantes «todos comprometidos con el impulso de la lucha armada que consideraban el único medio para alcanzar la revolución».109

Las autoridades universitarias levantaron su voz en protesta junto a los dirigentes de la AEU y de las distintas asociaciones estudiantiles «como la única opción que les quedaba a los sectores de oposición para mostrar su descontento, ira y repulsa».110 Pero los dirigentes nunca aparecerían.

Un vehemente inicio 80

111. Harnecker, Haciendo posible, 39. 112. Ídem.

Las dos tendencias principales de los grupos de izquierda eran claras. Una se orientaba por un proceso democrático y de participación y organización de la masa social y la otra se inclinaba hacia la lucha por medio de las armas. Los grupos que surgían optando por el camino de la lucha armada se autodenominaban izquierda revolucionaria, para diferenciarse del resto de la izquierda a la que tildaban de reformista (partidos comunistas pro-soviéticos, partidos socialistas, etcétera).111

La izquierda revolucionaria, de origen urbano y preponderantemente universitario, tuvo escasa penetración en el movimiento obrero, tanto por la oposición que recibió de los aparatos sindicales de los partidos comunistas y socialdemócratas o populistas que dominaban ese espacio, como por el propio desinterés de sus militantes, que preferían abocarse a las tareas de la preparación militar. […] Esta nueva izquierda, idealista, llena de ímpetu e impaciencia juvenil, no sólo se declara partidaria de la lucha armada, sino que asume en la práctica esta forma de lucha y se lanza a crear organizaciones guerrilleras. 112

En las luchas universitarias y estudiantiles de igual manera se perfilaban dos corrientes. La primera consideraba que la acción política pasaba necesariamente por el proceso de consolidación de la institución universitaria, en el cumplimiento efectivo de sus funciones docentes. Esto suponía que el movimiento estudiantil iniciara un proceso de reconstrucción a partir de las acciones y demandas propiamente estudiantiles. La otra defendía que la institución y el movimiento estudiantil sólo tenían sentido si se incorporaban, lo más pronto posible, al proceso revolucionario. Los estudiantes que dirigían el movimiento de cambio en arquitectura pertenecían al primer grupo y sus acciones estaban orientadas al plano académico político.

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113. Rafael Cuevas del Cid, Discursos Universitarios 1970-1974. (Guatemala: Editorial Universitaria, 1974) 69.

La instalación del CRA

Luego de la resolución del CSU de apoyar el Plan de restructuración de Arquitectura, los promotores del proceso procedieron con las acciones programadas. El 2 de mayo quedó integrado el directorio del CRA: por la Junta Directiva el arquitecto Lionel Méndez Dávila; por el claustro el arquitecto Mario Rodas del Valle; por el Colegio de Arquitectos el arquitecto José Asturias Rudeke; por los estudiantes Pedro Asturias, Gilberto Castañeda y Mario René Villagrán. El Directorio convocó a la realización del Congreso de Reestructuración de Arquitectura que sería inaugurado el 10 de mayo por el Rector Cuevas del Cid:

En ese entonces yo no tenía conciencia de la Importancia que la juventud tenía en la vida política de los países y no estaba de acuerdo con manejar consignas.

Enrique

El Rector quiere expresar en este momento preliminar del congreso, que comparte, con profundo entusiasmo y con profunda fe, la confianza que la juventud tiene el cambio de las estructuras universitarias. […] hay en la juventud de hoy una afirmación que lleva al cambio de valores, al cambio de mentalidad -a la sustitución de lo viejo por nuevo-. Es una actitud que es ahora universal. Por todas partes, las organizaciones universitarias son organizaciones cuestionadas, no solamente en cuanto al cumplimiento de sus funciones sino en cuanto a la prevalencia misma de sus funciones tradicionales. Podemos decir, entonces, que la juventud y quienes luchamos por el cambio tenemos siempre claro lo que queremos de la institución universitaria, -sin que siempre esté claro lo que esperamos de ella en el futuro-. Consecuencia de ello es una natural angustia por los resultados finales de nuestro trabajo. La meditación serena pudiera hacernos detener por esa angustia -pero no debe ser así-. Los grandes cambios que ha sufrido la humanidad no han estado siempre precedidos ni de una planificación exhaustiva ni de una visión clara y concreta de nuestras nuevas aspiraciones. […] el camino está lleno obstáculos. La formación de nuestros profesionales y de gran sector de nuestro propio estudiantado hace difícil la realización de cambios positivos. Pero esos obstáculos no deben arredrarnos. Como Rector de la Universidad deseo repetir lo que tantas veces he dicho: mi apoyo irrestricto a la reestructuración como forma de encontrar mejores caminos vitales, mi respeto por la juventud en cuya madurez y sensatez creo, unida a su entusiasmo y a su buena fe. […] mis fervientes votos porque de este cónclave salga una Facultad de Arquitectura más completa, más digna, más universitaria y más consciente de su responsabilidad frente a Guatemala. 113

Un
inicio 82
vehemente

114. Luis Estrada, entrevista.

Fue evidente el apoyo que el Rector concedía al proceso. Las acciones que impulsaría luego de este discurso serían determinantes para los resultados. Luis Estrada se refiere a este tema: «el Consejo Superior Universitario apoyó este proceso de cambio en la Facultad y la figura emblemática de ese apoyo, fue el Rector Rafael Cuevas del Cid».114

Un vehemente inicio 83
Figura 3.1. Acto de instalación del CRA en el Salón de Actos de Ingeniería. Gilberto Castañeda Sandoval, representante estudiantil ante el Directorio del CRA; Lionel Méndez Dávila, representante de la Junta Directiva en el Directorio; Héctor Jiménez Martínez, Presidente de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura (AEDA); Carlos Asencio Wunderlich, Decano de la Facultad; Rafael Cuevas del Cid, Rector de la Universidad; Roberto Diaz Castillo, Secretario General de la Universidad; José Asturias Rudeke, representante del Colegio de Arquitectos ante el Directorio; Mario Rodas del Valle, representante de los profesores ante el Directorio; Mario René Villagrán y Pedro Asturias Montenegro, representantes estudiantiles ante el Directorio. Mayo de 1972. Foto: Jorge Rousselin.

115. Castañeda, “La formación”, 37.

El CRA planteó para su desarrollo cinco etapas: La primera fue la de investigación que cubría cuatro grandes temas: la realidad nacional, la práctica profesional, la Facultad de Arquitectura y los campos del diseño. La segunda comprendía las resoluciones y recomendaciones que se elaborarían sobre los resultados alcanzados en la primera etapa. Se incluirían los nuevos objetivos de la Facultad, las bases curriculares y los criterios básicos para la constitución del nuevo sistema de gobierno y para el seguimiento del plan de reestructuración. La tercera perseguía la elaboración del proyecto de reestructuración, para lo cual se integró un grupo técnico con los arquitectos José Asturias, por el directorio; Manuel Pinelo, Hermes Marroquín y Carlos Brichaux, por los profesores; Los estudiantes Gilberto Castañeda por el Directorio, Fernando Pepió, Silvia morales y Luis Estrada por la AEDA; quienes trabajarían durante julio de 1972. La cuarta etapa consideraba la sanción final por medio de la convocatoria a un Seminario Nacional de Arquitectura -SNA- que debería realizarse durante la segunda semana de agosto. Aquí se aprobaría el proyecto de reestructuración el cual sería enviado al Consejo Superior Universitario para su sanción final. La quinta etapa la constituía la aprobación final y la ejecución del Plan.

Según Castañeda «los estudiantes lograron que el directorio estableciera relación de trabajo con la Comisión de Planificación en la Universidad para que lo asesorara en la elaboración del Plan General de desarrollo del Congreso. Se buscaba contar con su opinión favorable cuando fuera el momento de aprobar la reestructuración de la Facultad al nivel del Consejo Superior Universitario. […] el directorio fue un factor muy dinámico y efectivo, pero paulatinamente se fue separando de su base, alejándose cada vez más de ella y, por tanto, propiciando la atomización y las divergencias, así como las dinámicas particulares en el seno del estudiantado».115 Esta situación convertiría al directorio, en la cabeza visible del bloque de la reestructura, lo que lo puso en el blanco de las críticas y ataques que conforme avanzaba el proceso fueron proliferando cada vez más. Aun así, el proceso se fue desarrollando.

Inicialmente se había logrado la aceptación de hacer el Congreso de Reestructura, la participación del decano en la inauguración avizoraba una apertura para este proceso. Pero pronto, a algunos docentes y estudiantes, no les parecería el rumbo que estaba tomando. Varios profesores titulares que no comulgaban con las nuevas ideas comenzarían a solicitar permiso.

Un vehemente inicio 84

Figura 3.2. Trabajo de análisis y discusión por un grupo de estudiantes. 1972. Foto: Jorge Rousselin.

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Otro grupo de estudiantes consideró que estaba tomando un tinte ideológico y comenzaron a cuestionar el proceso. Destacó la participación de la denominada organización de Estudiantes de Arquitectura, conocido como grupo EDA. Sobre esa visión se refiere Enrique Matheu:

En un inicio participamos en la toma de la Facultad. Estábamos peleando porque se cambiara el pensum que venía de la Habana y que estaba trasnochado. El congreso se fue implementando con conferencistas de gran categoría; entre ellos Julio Hernández Sifontes, Severo Martínez y otras personalidades. Pero comenzó a tomar otro giro, en el sentido que ya no hablaban de la arquitectura que habíamos llegado a estudiar, sino que hablaban de otra esfera de estudios que incluían bastante más el tema humanístico con orientación social. A mi juicio lo que estaba pasando ya no era sólo sobre la facultad,

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Figura 3.3. Reunión de asesoría al proceso de renovación curricular. 1972. Foto: Jorge Rousselin.

116. Enrique Matheu, entrevista de B. Rabe, (16 de agosto de 2022).

117. Ramiro Soria, entrevista.

118. Edmond Mulet, «Re-estructuración de Arquitectura», Alerta. 18 de junio de 1972. 17.

Los temas tratados en las pláticas y en las mesas redondas y los libros que se “invita” a leer a los alumnos son todos de tendencias socialistas. Los mismos sociólogos, humanistas y ciencia-políticos invitados al Congreso, son conocidos por esa misma y desgraciada característica.

había una agenda oculta, una agenda política que estaba poniendo en peligro la autonomía de la universidad. En ese entonces yo no estaba de acuerdo en que nos involucraran en temas políticos. Pronto ya no estábamos en línea, y poco a poco fuimos integrando un grupo que quería seguir estudiando arquitectura, el grupo EDA. Los términos que antes eran amistosos se fueron modificando y llevaron a una polarización. 116

En la interpretación que hace Ramiro Soria menciona algunas situaciones que contribuyeron, en ese momento, con la polarización del movimiento:

Yo nunca asumí ninguna posición política, pero si era combativo. Lu chaba por mis derechos y, en lo personal, consideraba que no era justo que al estudiantado en general se le tratara de esa manera. En cier to momento comenzamos a recibir mensajes peyorativos como: son los que no vienen a estudiar, vienen a pelear, a hacer lucha social. El movimiento, además de crear consecuencias académicas, distanció las relaciones entre los que nos estábamos formando. Los del CRA fuimos etiquetados como los malos de la película. 117

Algunos medios de comunicación estaban siguiendo la noticia, unos divulgaban las acciones estudiantiles y otros comentaban que el movimiento estaba tomando un giro hacia la izquierda. Quizás uno de los comentarios más opuestos al movimiento estudiantil fue el de Edmund Mulet-Lesieur, que hizo serios señalamientos hacia lo que rotulaba como la peligrosa posición que estaba tomando el Congreso de reestructuración de Arquitectura. Cuestionaba que en el evento: «Los temas tratados en las pláticas y en las mesas redondas y los libros que se “invita” a leer a los alumnos son todos de tendencias socialistas. Los mismos sociólogos, humanistas y ciencia-políticos invitados al Congreso, son conocidos por esa misma y desgraciada característica». Indicaba que para probar lo que afirmaba, reproducía un párrafo de un boletín publicado oficialmente por la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, en la que ésta, refiriéndose al “imperialismo” de Estados Unidos, sostenía: «Por eso la estrategia para un verdadero desarrollo de los pueblos oprimidos del mundo es la estrategia revolucionaria: la liberación, frente a la violencia reaccionaria del imperialismo y sus lacayos, la violencia revolucionaria de los condenados de la tierra». Para Mulet a todas luces ese párrafo invitaba abiertamente a la subversión. «Sólo un guerrillero podría escribir algo así, o por lo menos, alguien que está de acuerdo con las guerrillas».118

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119. Mulet. «Reestructuración de Arquitectura». 17. 120. ïdem..

121. Pedro Pablo Palma, entrevista.

Mulet continuaba: «Así, con este material que denunciamos, se está desenvolviendo la “re-estructuración” de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Mesas redondas, conferencias, pláticas, textos distribuidos, todo encaminado a lavar el cerebro de los estudiantes, para hacerles perder la noción de lo lógico. Los catedráticos que intervienen son comunistas (conocemos a uno) y los son los que llevan las riendas de este congreso». Después de estas serias acusaciones, Mulet hace un alarmante llamado:

La Cámara de Comercio y la Cámara de Industria de Guatemala, así como las asociaciones de productores, que son los que pagan impuestos al fisco, debieran reunirse en sesión permanente y enviar un memorándum al Ejecutivo para que, de alguna u otra forma, éste tome cartas en el asunto e intervenga, coarte, suspenda o algo parecido a la Universidad de San Carlos, sobre todo a las facultades “revolucionarias”, que, como la de Arquitectura, no están cumpliendo con una de sus principales funciones: la formación de buenos profesionales. De no atenderse el memorándum, no se pagarían impuestos hasta ver atendidas las justas reclamaciones de los que los pagamos»119

Mulet en su artículo también se refirió a un boletín que se adjudicaba a Pedro Pablo Palma en el que este afirmaba «una orientación popular de Arquitectura sólo será posible con una destrucción total del actual sistema establecido y con la toma del poder, económico y político por el pueblo».120 Al consultar en entrevista personal a Pedro Pablo Palma sobre lo anterior, dijo:

Publiqué un escrito titulado La encrucijada de Arquitectura en el que hacía ver mi posición sobre la situación que se vivía en la Facultad y en la que, además, dije otras cosas como que a lo que podía aspirar un estudiante era a ser dibujante de las empresas monopólicas de la construcción arquitectónica en Guatemala que ya estaban distribuidas en manos de la clase dominante. Que había que despertar la enorme capacidad creativa en el diseño que llevábamos en la sangre los guatemaltecos, después de haber construido ciudades magnificentes como Tikal, pero para ello había que romper con la costumbre de edificar con copias de los diseños y los planos de arquitectura de los estadounidenses. A lo más que se podría aspirar a construir como arquitecto, fuera de estas grandes empresas, era como maestro de obra de casas particulares. Lo cual todavía tiene cierta vigencia.121

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122. P. P. Palma, entrevista.

123. Ídem.

Palma expuso que los directivos del CRA sacaron un comunicado en el que decían que su escrito era una posición personal y que nada tenían que ver con el movimiento. En efecto, «fue un planteamiento personal que me trajo bastantes problemas, yo no tenía ninguna incidencia en el panorama del CRA y en ese momento todavía no me había integrado al movimiento guerrillero».122

Palma Lau recalcó que no estuvo vinculado con ningún movimiento estudiantil de la Facultad, que la única vinculación como estudiante en la política universitaria fue cuando su hermano participó para presidente de la AEU en 1972, y ganó en contra de la candidatura del estudiante de arquitectura Mario René Villagrán que era dirigente del movimiento del CRA. Finalmente recalca que quienes decidieron vincularse con el movimiento guerrillero fue por convicción personal y no por medio del movimiento de reestructura. 123

Aquí se hace evidente los que ya se ha señalado, los movimientos revolucionarios estudiantiles tenían dos formas de proyectarse, la primera insistía en la participación armada, pero estaba la que consideraban que la acción política debía pasar necesariamente por el proceso de consolidación de la institución universitaria en el cumplimiento efectivo de sus funciones académicas y este fue el caso del CRA.

No se puede negar que la orientación del modelo de restauración social que se aplicaba tenía sólidos fundamentos ideológicos de la izquierda. Pero de eso, a sostener que había una vinculación con el movimiento guerrillero, había mucha distancia. En esa época muchos no pudieron establecer la diferencia, especialmente los movimientos contrainsurgentes que terminaron afectando a intelectuales y académicos que no tenían nada que ver con la violencia política.

El movimiento armado no tuvo nada que ver con el CRA.

La lucha ideológica y el conflicto por separar los aspectos políticos de la academia serían aspectos que afectarían el desarrollo futuro de Arquitectura. La mayoría de los que se irían durante el conflicto dentro de la facultad, insistieron en que no había problema para que la Facultad se actualizara y respondiera a la realidad nacional. Con lo que no estuvieron de acuerdo fue en la forma como este proceso de transformación se realizó y el rumbo político que tomó. En la Tabla 3,1 se resumen algunas interpretaciones que varios actores hicieron sobre este tema.

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Pedro Pablo Palma

La génesis del asunto no fue política partidista, sino académica, lo que puso el dedo en la llaga para que explotara toda esa angustia fueron las normas de evaluación que se propusieron. (Héctor Jiménez)

◊ Yo nunca asumí ninguna posición política, pero si era combativo. Luchaba por mis derechos. (Ramiro Soria)

La propuesta de revisar el pensum y acoplarlo a las necesidades de Guatemala era correcta y buena, lo que no me pareció fue la forma. (Mario Flores)

◊ Hay grupos que tienen intenciones sinceras de mejorar las cosas, pero hay otros que por su na turaleza política desvirtuaron el objetivo de la facultad. (Víctor Cohen)

◊ Yo creía que se merecía un cambio de planes, pero desde el punto puramente académico. El proble ma es que tomó un cariz político. (Guido Ricci)

◊ Lo que estaba pasando ya no era sólo de la fa cultad, había una agenda política, se estaba po niendo en peligro la autonomía de la universidad. (Enrique Matheu)

◊ Lo malo era la percepción de que se dejaba muy por el borde el concepto académico y se enfocaba más en el concepto político. (Víctor Cohen)

◊ Había buenas intenciones, pero los estudiantes lo llevaron extremos políticos. La política marxista se involucró. (Augusto Vela)

◊ En mi opinión se politizó el asunto, había inte reses oscuros de otras corrientes que aprove charon la oportunidad, porque los cambios del reglamento de calificaciones no eran para tanto. (Jorge Escobar)

◊ El CRA se contaminó con líderes estudiantiles de la Usac comprometidos en política nacional. (Augusto Vela)

◊ Recibíamos un adoctrinamiento de pensamien to de izquierda y muchos buenos arquitectos se retiraron porque no les parecía ese enfoque. (Fernando Salazar)

◊ El ambiente era muy molesto, hubo muchos abu sos, pues se había asentado en la universidad un movimiento del PGT. (Roberto Aycinena)

◊ El CRA no fue un problema académico, fue un problema político que estuvo influenciado por la política de la universidad y la política nacional. (Julio Corea)

◊ La posición de la derecha veía la subversión hasta debajo del colchón. Ellos creían que el movimiento era manipulado por la subversión. (Pedro Pablo Palma)

◊ Los temas tratados en las pláticas y en las me sas redondas y los libros que se “invita” a leer a los alumnos son todos de tendencias socialistas. (Edmund Mulet-Lesieur)

◊ El CRA no tenía ninguna incidencia ni relación con el movimiento guerrillero, yo me incorporé a la guerrilla por decisión propia, al igual que lo hicieron otros compañeros. (Pedro Pablo Palma)

◊ Que el Ejecutivo de una u otra forma, tome car tas en el asunto e intervenga, coarte, suspenda o algo parecido a la Universidad, sobre todo a las facultades “revolucionarias” como la de Arquitectura. (Edmund Mulet-Lesieur)

◊ Pienso que había que restructurar la facultad, pero no a trancazos. (Augusto Vela)

En medio de las discusiones sobre la vinculación política del proceso, se presentaría ante el CSU una polémica renuncia que resaltaría las serias diferencias que iban marcando las posiciones entre varios sectores.

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Tabla: 3.1. La percepción sobre el tema político ideológico
Fuente: Comentarios obtenidos en diversas entrevistas y recortes de prensa.

124. Extraído de: B. Rabe, La renuncia del decano en las luchas por la reestructura de la Facultad de Arquitectura USAC. Avance, Vol 18, No. 1. (2021) 46-74.

125. Jorge Montes. Entrevista en Avendaño, 34.

Renuncia el Decano124

Le había dicho a Carlos Asensio que la falta de comunicación podía ser perjudicial, si uno está permanentemente abierto a discutir con quien quiera cualquier cosa y el tiempo que sea, encuentra solución, si se pierde esa comunicación, eso que se dice por terceras personas se desquicia. Jorge Montes. 125

El 28 de junio de 1972, el Arq. Carlos Asensio Wunderlich, presentó ante el Consejo Superior Universitario su renuncia al cargo de Decano que ocupaba desde abril de 1969. Según él mismo estableció, lo hizo “sin presiones y en completa libertad”. El documento, que sería distribuido a los diferentes órganos facultativos, en su parte central expresaba:

No es ocasión esta para descargarme, justificarme o acusar. Es realmente ocasión de profunda meditación para razonar, serenamente, los motivos que me impulsan a presentar, en este momento, mi renuncia como Decano.

Hoy, casi al final del período para el que fui electo, hago un examen retrospectivo y considero que, a la medida de mis capacidades, sí he cumplido con ese juramento. Sin embargo, también hoy siento que, en vez de poder yo seguir sirviéndola, se pretende servirse de mi como instrumento legalizador de los actos y decisiones tomados por otros y con los que, las más de las veces, ni estoy ni puedo estar de acuerdo. […] Entiéndase bien: mi actitud es de dar paso, libremente a ese ímpetu de renovación. No quiero significar empecinamiento ni apego a un cargo que, por voluntad de la mayoría de la comunidad universitaria de la Facultad, se me entregara. Quiero en vez, significar consecuencia con los tiempos y con las justas aspiraciones, deseando fervientemente que estas nobles inquietudes no se empañen con las sombras del sectarismo y del confinamiento político que amenaza a nuestra Carolingia Universidad. Proclamo una vez más, a los cuatro vientos, que la búsqueda de la verdad por la que propugnamos, sea en un clima de libertad responsable en donde florezca y fructifique, concretada en realizaciones que lleven a nuestra Nación al feliz término de sus aspiraciones. Mas, ante mi conciencia universitaria, no pueden pasar inadvertidos los últimos acontecimientos que han convulsionado la vida institucional y académica de nuestra Facultad de Arquitectura. Tampoco, ni como Autoridad Universitaria ni como hombre, puedo permanecer en la indiferencia ante hechos tan singulares que cambiarán, espero que para bien, los derroteros por los que discurría nuestra Casa de Estudios. […] Hoy, voces estudiantiles reclaman el derecho a una reforma de nuestra Facultad y, por ende, de nuestra Universidad. Pero junto a las gargantas y los corazones nobles de la mayoría del estudiantado, se aúnan también voces más amargas, recriminadoras, que arrastran -con el ímpetu de la juventud- a valores justos y a hombres honestos que han tenido para con esta universidad, sólo la postura académica de la sinceridad y del amor […] No necesito adivinar o interpretar los marcados signos que señalan ya el término de

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126. CSU 1159, 7/1972 de 28 de junio.

127. CSU 1159, 8/1972 de 28 de junio.

128. Asamblea General de AEDA, Acta 98, 1.3/1972 de 3 de julio.

129. La delegación estudiantil que asistió a la audiencia estuvo integrada por Héctor Jiménez, presidente de AEDA, Pedro Asturias, Miembro del Directorio del CRA, Víctor Mejía Rodas, delegado al Congreso por AEDA, Jorge Rousselin y Luis Estrada vocales 4 y 5 de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura.

130. CSU 1160, 5/1972 de 5 de julio.

mi mandato como Autoridad y sólo me resta colmar mis aspiraciones docentes de toda la vida, desde la cátedra de donde fui llamado. No es ocasión esta para descargarme, justificarme o acusar. Es realmente ocasión de profunda meditación para razonar, serenamente, los motivos que me impulsan a presentar, en este momento, mi renuncia como Decano de la Facultad de Arquitectura ante este Honorable Consejo. (f) Arq. Carlos Asensio Wunderlich, Decano. 126

La sorpresiva renuncia de Asensio propició un amplio debate en el Consejo. Luego de la discusión, se acordó no pronunciarse en la sesión en que el tema se conoció.127 En ese momento no se pudo prever la repercusión que la decisión a tomar podría generar y que, en efecto, crearía una de las crisis universitarias más delicadas de la época.

La noticia de la renuncia produciría inquietud en la comunidad de Arquitectura. Las principales e inmediatas reacciones se darían en el sector estudiantil. El 3 de julio la AEDA realizó una Asamblea General en la que se analizó la carta en mención. La Asamblea acordó nombrar una comisión que redactara la posición sobre la renuncia y un escrito en el cual se pidiera prórroga por el tiempo que se considerara necesario para realizar el proceso electoral para el nuevo Decano.128

El 5 de julio el CSU continuó con la discusión. Ese día en el recinto sería escuchada la AEDA por primera vez. 129 El presidente de la asociación dio lectura a un primer documento que planteaba: «Consideramos que el documento en mención no define claramente los fundamentos categóricos o argumentaciones precisas, por las cuales se tome esta determinación de renuncia, encontrándose en dicho documento algunas acusaciones veladas y sentimientos frustrados, los cuales no justifican, en ningún momento, el abandono del cargo. No entendemos por qué motivo el señor Decano tomó en este momento esta decisión, cuando el trabajo de la reestructura exige la mayor responsabilidad y seriedad. Creemos que esta actitud es una evasión más. Rehúye el enfrentamiento que amerita el momento actual de nuestra Facultad».130

Hasta ahí se reclama la responsabilidad en el proceso, se señalan “las acusaciones veladas” y se muestra la molestia que generó la renuncia. Pero la nota continúa: «Como coartífices del movimiento de reestructura de nuestra Escuela y enmarcados dentro de los más altos ideales y fines de

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131. CSU 1160, 5/1972 de 5 de julio.

132. Castañeda, 35.

133. CSU 1160, 5/1972

la Universidad de San Carlos de Guatemala, rechazamos enérgicamente y, desde todo punto de vista, los señalamientos contenidos en forma sugerida en el documento en mención, y, principalmente, en cuanto a confinamiento de tipo político se refiere; de la misma manera, cualquier otra opinión antojadiza, ya que, nuestra actividad, es estrictamente académica».131

Aunque no existieron señalamientos puntuales si pudo observarse en la renuncia comentarios como «…se pretende servirse de mi como instrumento legalizador de los actos y decisiones tomados por otros y con los que, las más de las veces, ni estoy ni puedo estar de acuerdo». O el párrafo en que se intuyen sus sospechas de que pueda haber otras intenciones detrás del proceso «…deseando fervientemente que estas nobles inquietudes no se empañen con las sombras del sectarismo y del confinamiento político que amenaza a nuestra Carolingia Universidad». Debe considerarse que previamente, la AEDA había considerado pedir la renuncia del Decano juntamente con los cinco jefes de departamento «pero viendo necesaria la unanimidad de la decisión, terminó conformándose esta solución de compromiso».132

Sin embargo, los comentarios del Decano sumaban argumentos para que los estudiantes urgieran que se aceptara la renuncia según se expresa: «Por lo anteriormente expuesto solicitamos al Honorable Consejo Superior Universitario, se le dé inmediatamente el trámite correspondiente a la renuncia presentada por el Arquitecto Carlos Asensio W. al cargo de Decano de la Facultad de Arquitectura, como medio para poner término feliz a la delicada actividad en que estamos empeñados: la que vemos nosotros con toda responsabilidad».133

La postura de la AEDA trataría de fortalecerse con una segunda nota en la que se buscaba ampliar el planteamiento de la anterior. Se mostraban indicios de que los estudiantes temían que la renuncia no fuera aprobada. En esta nota se alega: «Los estudiantes tuvimos conocimientos de la renuncia como un hecho, y no como una iniciativa, actitud que en sí demuestra un alto grado de irresponsabilidad ante esta casa de estudios, máxime si se considera la situación que confrontamos y las repercusiones que una medida de esta naturaleza conlleva, […] nosotros, los estudiantes, no podemos pedir otra cosa que la aceptación de la misma y tomar las medidas que permitan salvar la situación».

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134. CSU 1160, 5/1972 de 5 de julio.

135. Ídem.

136. Ídem.

Indicaban, además, que hicieron un análisis de la renuncia en que «se encontraron abundantes motivos de índole estrictamente académica que se harán constar oportunamente y de deficiencias administrativas por parte del renunciante». Agregaron: «en dicha renuncia se manifiestan motivos carentes de fundamento, que ponen en duda la honestidad de la actividad académica de esta Facultad, realizada por estudiantes, profesionales y catedráticos». La nota concluye en que confían en que el CSU atenderá su solicitud.134

Pero la organización estudiantil presentaría una nota más, esta vez con varios considerandos. El primero referido a la decisión del 22 de abril en la que el CSU aprobó transformar la docencia directa en otras formas de docencia dentro de la Facultad; el segundo aludía a que el CRA estaba a punto de finalizar; el tercero apuntaba a que se hacía necesario un período de elaboración final de acuerdos y resoluciones para dicho congreso; en el cuarto se preveía una posible convocatoria para elecciones de Decano. Luego de estos criterios acordaron: «Solicitar al Honorable CSU que deposite en la Junta Directiva de la Facultad, la potestad de fijar el plazo para realizar la elección de Decano, según los resultados y condiciones que se presenten a través del Congreso de Reestructuración de Arquitectura».135

El Consejo luego de escuchar a los estudiantes y de hacer distintas consideraciones acordó: «En vista de los hechos trascendentales que para la vida académica de la Facultad de Arquitectura se está llevando a cabo en la misma, con motivo del Congreso de Reestructuración, no aceptar la renuncia que presenta el señor Decano, demandándole que se reincorpore a sus labores a la mayor brevedad posible».136

El Consejo acordó no aceptar la renuncia del Decano, demandándole que se reincorporara a sus labores a la mayor brevedad posible.

En poco tiempo los miembros del Consejo recordarían ese momento. La decisión iniciaría una intensa lucha de poderes que se enfocaría más en el plano político que en el académico. Demandaría horas de discusión, llevaría al análisis de documentos, toma de edificios, presiones, pronunciamientos, revisiones, cambios en las decisiones y un enorme desgaste para quienes se vieron involucrados en el proceso. La confrontación se agudizaría y se irían sumando otros sectores en una creciente crisis que llevaría al Consejo a declararse en sesión permanente y tomar decisiones que serían cuestionadas por unos y por otros.

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Reacciones ante el rechazo de la renuncia

137. FARUSAC 276, 13/1972 de 6 de julio.

138. CSU 1116, 3.3.j/1872 de 19 de julio. Denuncia presentada por miembros de la Junta Directiva de la FARUSAC.

Era claro que el grupo estudiantil no estaba satisfecho con la decisión y que buscaría otros medios para lograr la salida del Decano. Las primeras acciones se dieron un día después de la resolución del CSU.

Cuando la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura realizaba su sesión ordinaria del 6 de julio, se hizo presente una comisión de la Asamblea del CRA para invitar a los miembros a trasladarse y participar en la plenaria. El Decano preguntó sobre los temas a tratar y se le indicó que se trataría la renuncia que él había presentado ante el CSU. El Decano agradeció la invitación, pero la declinó.137

La comisión se retiró, pero el Vocal 1, Arq. Méndez Dávila, como miembro del Directorio, fue convocado para recibir información. Al poco tiempo volvió para comunicar que la Asamblea Plenaria del CRA reiteraba la solicitud a la Junta Directiva para que se hiciera presente. Los miembros de Junta Directiva, a excepción del Decano, accedieron. En la Asamblea se presentarían varios incidentes que propiciarían molestias en algunos de los directivos y docentes.

Lo sucedido llevó a que los arquitectos Carlos de León, Víctor Cohen y Augusto Vela miembros de Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura que asistieron a la Asamblea Plenaria de ese 6 de julio, presentaran una denuncia ante el CSU.

En su denuncia los tres arquitectos expresaron que acudieron con buena voluntad a la asamblea, pero pronto se vieron sometidos a un interrogatorio que, dada la situación, respondieron con cortesía y amplitud. Informaron que la Junta Directiva no se había pronunciado sobre la renuncia del señor Decano ya que la resolución competía al CSU. La Asamblea estaba constituida por unas 45 personas que procedieron a una votación para hacer una sesión conjunta entre Junta Directiva y la Asamblea Plenaria del Congreso para pronunciarse sobre la renuncia del Decano. No obstante, el Vocal 2, Arq. De León Peláez, sugirió que la Junta Directiva se retirara a deliberar para decidir la calidad con la que participarían en el seno de esa asamblea. Esto generó la reacción de los vocales estudiantiles y del Vocal 1, que de “manera exabrupta” comenzaron a ejercer presión sobre ellos, señalándoles que tenían «temor de discutir y tomar decisiones frente a los miembros de congreso y argumentando que, dentro de la nueva estructura de gobierno que se deseaba implantar, las juntas directivas deberían sesionar en forma de cabildo abierto».138

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139. CSU 1116, 3.3.j/1872 de 19 de julio. Denuncia presentada por miembros de la Junta Directiva de la FARUSAC.

140. FARUSAC 277,15/1972 de 13 de julio.

En ese momento intervino el Arq. Alfonso Yurrita, solicitando al Vocal 1, Arq. Méndez que, como cuestión previa aclarara, que clase de sesión podría celebrar la Junta Directiva en tales condiciones, debido a las implicaciones legales que la resolución podría tener. El Vocal 1 expuso que sería una sesión extraordinaria. Pero Yurrita advirtió que de acuerdo con el artículo 29 de los Estatutos de la Universidad, una sesión de este tipo debería ser convocada con anterioridad por el Decano. Intervino entonces el estudiante Mario René Villagrán, miembro del Directorio del CRA que señaló que «si se busca una nueva estructura, no deberíamos atenernos a las leyes actuales, que nada importaban en esas circunstancias».

Bajo la presión que se estaba ejerciendo, procedieron a votar frente a la asamblea. Por solicitud del Vocal 1 debieron hacerlo de manera nominal. Los vocales 2 y 3 y el Secretario, votaron por participar en la Asamblea, pero no como Junta Directiva. En tanto que los dos vocales estudiantiles y el Vocal 1 pretendían participar como Junta Directiva. Ante este resultado el Arq. Méndez «intensificó innecesariamente el ambiente de hostilidad, manifestando que, aunque él tendría doble voto (lo cual no es cierto) nosotros nos retiraríamos rompiendo el quórum, y lamentaba que los estimables colegas en Junta Directiva no tomarán una actitud honesta y franca para discutir los problemas abiertamente». Participó nuevamente el estudiante Villagrán, refiriéndose a ellos «en términos rudamente ofensivos, entre otras cosas como “ambivalentes y mediocres” sin respeto alguno a la calidad de autoridades universitarias, ni a las mismas normas de disciplina del CRA». Ante esa conducta tanto los miembros de Junta Directiva como los docentes que se encontraban presentes se retiraron del salón.139 Aquí se redujeron las posibilidades de conciliación y comenzaron a hacerse más notorias las diferencias entre los distintos sectores.

Si se busca una nueva estructura, no deberíamos atenernos a las leyes actuales, que nada importan en esas circunstancias.

En la siguiente sesión de Junta Directiva, se conocería una nota del directorio del CRA, fechada 7 de julio, en la que se expresaba: «Considerando que a solicitud de esta Asamblea General se hizo presente la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura con excepción del Decano, así como los acontecimientos en que derivara la misma, Acuerda: 1. Lamentar la forma en que fuera suspendida dicha reunión y 2. Presentar esa junta directiva sus excusas por los incidentes que se suscitaron en la misma. (f.) Gilberto Castañeda, Secretario Ejecutivo».140

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141. Comunicado: Posición del Directorio del Congreso de Reestructuración de Arquitectura frente a la situación creada por la renuncia que el señor Decano de la Facultad de Arquitectura presentará ante el Honorable Consejo Superior Universitario.” 7 de julio de 1972.

142. ïdem

En la misma fecha, otros miembros del directorio divulgarían un comunicado con el encabezado: Posición del Directorio del Congreso de Reestructuración de Arquitectura frente a la situación creada por la renuncia que el señor Decano de la Facultad de Arquitectura presentara ante el Honorable Consejo Superior Universitario. Era un extenso escrito, calzado con las firmas del Arq. Lionel Méndez y del estudiante Pedro Asturias, en el que se resalta que la renuncia no había sido presentada como irrevocable y que no fue redactada en términos claros y categóricos, lo que no permitía juzgar con exactitud las razones para tomar tal determinación. Esa decisión por su mismo carácter y actitud arrojaron, en mala hora, sombras de duda sobre el Congreso de Reestructuración, la Facultad y la Universidad. La renuncia les planteó varias interrogantes:

¿Es posible que la máxima autoridad facultativa no meditará estas consecuencias extremas? ¿Podría esta actitud, en alguna forma, beneficiar al Congreso de reestructuración? y, al no hacerlo, ¿Qué razones de fondo podría existir para agitar la quietud penosamente lograda que se pretende servir? ¿A dónde pueden conducir alusiones de supuestos confinamientos políticos? ¿Es que un cambio tan ambicionado debe de quedar servilmente inscripto dentro el mismo sentido del tradicionalismo y caducidad que, precisamente, motivaron el movimiento de reestructuración? ¿no es que aquellos con invocar fantasmas y aparecidos es porque viven de noche, sin decidirse por la claridad de la mañana que ya se presenta? 141

En la nota se acentuaba que el Congreso había sido puesto en peligro y que eran inciertas las posibilidades de una propicia colaboración con una autoridad que ya no pareciera dispuesta a servir a tan nobles aspiraciones de la comunidad universitaria de Arquitectura. Señalaban que el congreso era el medio para la conquista de la nueva realidad académica de nuestra casa de estudios; de la nueva proyección de la arquitectura de Guatemala; de nuestra más acendrada esperanza. Finalmente, “para disipar todas las dudas y temores” el Directorio del CRA, demandó del Decano: «1. Que aclare, inmediatamente, ante la Facultad, la Universidad y el Medio Nacional, aportando pruebas, los aspectos del congreso que, desde su punto de vista, le parecen incorrectos o le merecen reserva. 2. Que haga un esfuerzo por servir a nuestra casa de estudios, en estos momentos cruciales, comprometiéndose, sin cortapisas, a colaborar en la consecución de los altos fines universitarios que se persiguen o que, dé paso abierto a la transformación en que estamos empeñados, tomando una clara y definitiva decisión». 142

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143. FARUSAC 277, 21/1972 de 13 de julio. Nota de AEDA, del 12 de julio de 1972, firmada por el Secretario General Jorge Ramírez.

En la siguiente sesión de Junta Directiva se conoció nota de la AEDA, en la que se expresaba que la Asamblea General de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura en sesión celebrada este día (Figura 3.4), había acordado hacer del conocimiento de ese honorable organismo la decisión tomada con respecto de la postura del Arq. Carlos Asensio ante la exigencia de renuncia que dicha asamblea le planteara con un plazo perentorio de 24 horas. Y comunicaban que la presencia del Arq. Carlos Asensio era non grata y había sido desconocido por la Asamblea General como Decano de la Facultad de Arquitectura.143

La Junta Directiva acordó hacer del conocimiento del Decano el planteamiento y discutirlo en la siguiente sesión. Pero este envió una nota en la que expresaba que tratar este asunto no era competencia de la Junta Directiva de la Facultad, por lo que se abstendría de estar presente.

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Figura 3.4. Asamblea General de Estudiantes para solicitar la renuncia del decano. Julio de 1972. Foto: Salvador Revolorio, Diario El Gráfico.

144. FARUSAC 278, 5/1972 de 17 de julio.

145. FARUSAC 278, 1/1972 de 17 de julio.

146. FARUSAC 279, 14/1972 de 19 de julio.

147. En un inicio estuvieron presentes en la sesión el Decano Carlos Asensio; el Vocal 2, Arq. Carlos de León Peláez; el Vocal 3, Arq. Víctor Cohen y, el Secretario, Arq. Augusto Vela Mena. Posteriormente se presentaron el Vocal 1, Arq. Méndez; el Vocal 4, Prof. Rousselin y el Vocal 5, Br. Estrada.

La sesión se llevaría a cabo sin el Decano y el representante del Colegio de Arquitectos, Arq. Víctor Cohen, que había solicitado que se trasladara la fecha de la sesión a otra fecha porque estaría fuera del país. Pero la sesión se realizaría con la participación mayoritaria de adversarios del Decano. La Junta Directiva procedería a dar lectura a la nota enviada por AEDA. Luego se leyó otra nota enviada por el Directorio del CRA referido a la renuncia del Decano, en la que resaltaban que, después de un sereno análisis y con base en los planteamiento dados en el Comunicado del 7 de julio y considerando la imperativa necesidad de reencauzar la actividad académica y de encontrar una solución inmediata de la situación para alcanzar efectivamente la Reestructuración de la Facultad de Arquitectura, había resuelto solicitar al Decano, su renuncia irrevocable al cargo y «Solicitar a la Honorable junta Directiva de la Facultad de Arquitectura que pida al Arq. Carlos Asensio Wunderlich, presente ante esta, a la mayor brevedad, su renuncia irrevocable al cargo de Decano de la Facultad de Arquitectura. (f.) Gilberto Castañeda S., Secretario Ejecutivo». 144

La Junta Directiva discutió el tema y sometió a votación la solicitud relativa a solicitar al Decano su renuncia. Con el voto favorable de los vocales 1, 4 y 5, la abstención del Vocal 2 y el voto en contra, del Secretario, se acordó comunicar la resolución de solicitar la renuncia al Decano. El Secretario incluyó un razonamiento de su voto en el que expresó que era competencia del CSU y no de la Junta Directiva de la Facultad resolver al respecto de la situación del Decano y ese máximo organismo de la Universidad ya se había pronunciado al respecto.145

Se iniciaría un juego de acciones y reacciones en el que las resoluciones de Junta Directiva serían modificadas en función de los miembros que asistieran a las sesiones. La decisión del 17 de julio llevó a que, el martes 19, la Junta Directiva realizara una nueva sesión en la que se pretendía la revisión del acuerdo sobre la solicitud de la renuncia. La petición dirigida al Decano fue presentada por el Arq. Víctor Cohen, Vocal 3 que literalmente decía: «… ruego a usted se sirva convocar a sesión extraordinaria de la Junta Directiva de la Facultad para solicitar revisión de lo actuado en la última sesión, referente a la petición hecha por el Directorio del CRA en la que solicita a la Junta Directiva que le pida su renuncia.146

Durante la sesión del 19 de julio el Decano sometió a votación la revisión del punto 5 del acta anterior con la presencia de toda la Junta Directiva.147 Como respuesta los vocales 1, 4 y 5, solicitaron que como cuestión previa se retirara el señor Decano. Pero este indicó que permanecería en la sesión.

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La Junta Directiva acordó solicitar la renuncia al Decano.

148. FARUSAC 279, 19/1972 de 19 de julio.

149. CSU 1161, 3.3.a/1972 de19 de julio. Ausencia que se hacía inminente debido a la necesidad del Dr. Cuevas del Cid de someterse a una intervención quirúrgica.

150. CSU 1161, 3.3.b y 3.3.c /1972 de19 de julio.

Ante esta respuesta el Arq. Méndez indicó al Decano que si él no se retiraba lo harían ellos y levantarían un acta notarial en la que constaría la posición razonada del retiro de esta sesión y solicitaron que constara en acta. Los referidos vocales, consideraron que cualquier decisión que se tomara sobre la solicitud de renuncia después de su retiro de la sesión con la participación del Decano daría nulidad a la resolución por tratarse de su propio caso y procedieron a retirarse de la sesión. Seguidamente se sometió a votación la revisión planteada por el Vocal 3 y se aprobó con 3 votos a favor y la abstención del Decano, por lo que se procedió a revisar el punto 5 del acta anterior. Junta Directiva acordó:

a) Declarar sin efecto todo lo acordado en el punto 5 del acta 278 del lunes 17 del presente. b) Rechazar la petición del Directorio del CRA referente a que la Junta Directiva pida al Arq. Asensio que presente su renuncia ante esta; considerando que el Directorio del CRA ha sido nombrado para dirigir el Congreso de Reestructuración y nunca para abrogarse el derecho de romper el orden institucional Universitario, no aceptando y pretendiendo contravenir las decisiones del Consejo Superior Universitario. c) Manifestar que es exclusivamente al CSU a quien compete conocer y decidir libremente sobre este asunto, como en efecto lo hizo ya en una oportunidad. 148

El mismo 19 de julio el CSU realizaría una nueva sesión en la que seguiría conociendo varios planteamientos referidos a la calidad del Decano de Arquitectura, a quien por ser el más antiguo le correspondía sustituir al Rector en su ausencia. La AEU solicitó que en tanto no se resolviera la solicitud de renuncia planteada por la AEDA, no se le diera posesión del cargo de Rector interino.149

La Junta Directiva reviso el punto y eliminó la solicitud de renuncia al Decano

Los vocales 1, 4 y 5 de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura presentaron ante el CSU la protesta por la revisión del punto 5 de sesión de 17 de julio en donde Junta Directiva acordó solicitar la renuncia al Decano, acuerdo que fue anulado en la sesión del 19 de julio.150

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151. CSU 1161, 3.3.d/1972 de19 de julio.

152. CSU 1161, 3.3.e/1972 de19 de julio.

Pero en el tablero se presentarían las posturas de otras organizaciones estudiantiles y profesionales. A nivel grupal Los Estudiantes de Arquitectura -EDA-, expusieron situaciones de marginamiento en las decisiones tomadas por la AEDA y suponían que el CRA pretendía ser sectorizado, lo que los llevó a resolver en Asamblea General: «Retirarse inmediatamente de AEDA, desconociendo a la misma como representativa del sentir general de nuestro estudiantado. Constituirse en una asociación libre de sectarismos e influencias extrañas al interés universitario. Declararse en apoyo de la auténtica reestructuración de la Facultad de Arquitectura. Respaldar la autoridad legítimamente constituida en la persona del Arq. Carlos Asensio, autoridad confirmada por la decisión del Honorable CSU de no aceptar la renuncia presentada por el Decano de la Facultad de Arquitectura».151 En una nota adicional los miembros de EDA, declararon:

1. Defendemos los derechos universitarios de los estudiantes de la Facultad de Arquitectura. 2. No representamos sectarismos políticos de ninguna especie. 3. El hecho de que mantengamos una postura digna de universitarios no ha de ser mal interpretada como signo de sumisión y flaqueza, antes bien, estamos defendiendo nuestros derechos y la honorabilidad de nuestra Facultad. 4. Propugnamos por una reestructuración auténtica de nuestra Facultad, para que ésta sirva mejor a Guatemala, y a la vez que no se eche a perder el trabajo efectuado en el CRA. Por tanto en Asamblea General de 18 de julio, acordamos: reconocer y respetar la decisión emanada del CSU en la no aceptación de la renuncia presentada por el Decano Carlos Asensio, reconociendo además la legítima autoridad que representa. Rechazar el documento del congreso constituyente de la AEU del 13 el corriente y asimismo rechazar dicho congreso. Cancelar la asamblea General permanente de AEDA. Declarar non gratos y desconocer públicamente al presidente de la AEDA, profesor Héctor Jiménez y al Secretario de la Junta Directiva y Ejecutiva de ese organismo Profesor Jorge Ramírez. 152

A nivel profesional también se manifestó ante el CSU, el Colegio de Arquitectos de Guatemala, que comunicó el acuerdo al que por mayoría absoluta se llegó en sesión de Asamblea General el 17 de julio de 1972:

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153. CSU 1161, 3.3.f /1972 de19 de julio.

154. CSU 1161, 3.3.g /1972 de19 de julio.

155. CSU 1161, 3.3.j /1972 de19 de julio. El CSU no entraría a conocer la solicitud planteada.

Repudiar, la forma como se intentó presionar a la Junta Directiva, el día 6 de julio, y en particular a tres de sus vocales, por parte de la Asamblea del CRA, para tomar decisiones prefabricadas y mal intencionados que pretendían orillar a la Junta Directiva a plegarse a la supuesta condena el arquitecto Asensio y al documento de su renuncia. Protestar y condenar los insultos vertidos en esa Asamblea General, por parte el profesor Mario René Villagrán en contra de tres miembros de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura y pedir al honorable Consejo Superior Universitario que condene y sancione al responsable según los estatutos de la universidad. 153

La AEDA incluiría una nota enviada al Decano en la que le comunicaban que estaban enterados de la próxima ausencia del Rector de la Universidad y que, de acuerdo con los estatutos universitarios le correspondería asumir la rectoría en funciones de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Por lo que le solicitaban «presentar sus excusas al honorable Consejo Superior Universitario, por no poder asumir la rectoría, debido al desconocimiento de que usted es objeto como como Decano de la Facultad de Arquitectura». 154

También se incluyó el planteamiento de los arquitectos Carlos de León, Víctor Cohen y Augusto Vela miembros de Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, que se sintieron afectados en la Asamblea Plenaria del 6 de julio a la que fueron invitados para tratar la renuncia del Decano, la que en su parte final indicaba:

Sometemos el caso a consideración del Honorable Consejo Superior Universitario, no sólo con nuestra enérgica protesta contra la actitud del estudiante profesor Villagrán, y demás personas que propiciaron en el que las ofensas se produjeran, sino demandando que los hechos sean formalmente investigados y deducida la responsabilidad correspondiente para aplicar las sanciones del caso a quienes corresponda. Se presenta directamente esta querella al Consejo Superior Universitario por hallarse implicados en los hechos miembros de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, de modo que no podría considerarse en el seno de ésta con la imparcialidad y objetividad debidas. […] Reiteramos al honorable Consejo nuestra solicitud a efecto de que se inicie inmediatamente la investigación de los hechos denunciados, se reciba y recabe la prueba que se estime pertinente y se sancione conforme a la ley y Estatutos de la Universidad el problema del estudiante Villagrán y a las demás personas que resulten responsables.155

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156. CSU 1161, 3.3.1/1972 de19 de julio.

157. CSU 1161, 3.4 /1972 de19 de julio.

158. CSU 1161, 4 y 4.1/1972 de19 de julio.

Luego de escuchar los informes el Consejo se acordó discutir previamente el problema de fondo, de manera global, para tratar después los aspectos particulares.156 El consejo aprobó por unanimidad el siguiente texto:

Considerando: que la situación conflictiva por la cual atraviesa la Fa cultad de Arquitectura ha generado una crisis que amerita la atención de la máxima autoridad universitaria; Considerando: que es necesa rio que el proceso de reestructuración continúe y finalice a la mayor brevedad posible, y que, para ello, es indispensable buscar la armonía entre los diferentes sectores de esa Facultad […] Acuerda: Primero: designar una delegación integrada por el Dr. Francisco Villagrán Muñoz, coordinador, Lic. Celso Cerezo Dardón y Br. Edgar Alvarado Méndez, con el objeto de buscar soluciones a la crisis planteada, y someterlas a posterior consideración del Consejo; Segundo: Declarar al propio Consejo en sesión permanente en tanto subsista la aludida crisis; Tercero: fijar un plazo de tres semanas para que el Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura presente las con clusiones definitivas al fin de que éstas puedan ser consideradas por los organismos competentes de la Universidad. Dado en la Ciudad de Guatemala a 19 días del mes de julio de 1972.157

Debido a la crisis existente y el problema de la sucesión en el cargo, el Rec tor informó que la operación quirúrgica que tenía prevista para el 22 de julio sería cancelada de manera irrevocable hasta que fueran resueltos los graves problemas que afrontaba el Alma Mater.158

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La búsqueda del retorno a la normalidad

159. CSU 1163, 6.2.2/1972 de 2 de agosto.

160. Propuesta de la delegación del Consejo Superior Universitario para lograr el retorno a la normalidad en la Facultad de Arquitectura. Julio 1972.

El Secretario de la Universidad, Lic. Roberto Díaz Castillo, informó que el lunes 31 de julio, aproximadamente a las 20 horas, fue visitado es su casa de habitación por un grupo de estudiantes de Arquitectura, que le manifestaron que actuaban como representantes de un numeroso sector de esa Facultad que, en ese momento, había ocupado el edificio de la Rectoría para demandar del Consejo Superior Universitario una reunión inmediata con el propósito de tratar los problemas de dicha unidad académica. El Secretario les informo que para el miércoles 2 de agosto el alto organismo universitario había sido citado, por lo que consideraba conveniente esperar a ese día para que el Consejo los escuchara. Al finalizar la reunión el Secretario se trasladó al edificio de Rectoría y ante las explicaciones, los estudiantes abandonaron el edificio. El Secretario informó al Rector en funciones, que en ese momento era el Arq. Carlos Asensio, sobre el incidente.159

En la sesión del CSU del 2 de agosto, la delegación designada para conocer el conflicto en la Facultad de Arquitectura presentó el informe solicitado. Informaron que para cumplir con la asignación partieron de un texto denominado Propuesta de la delegación del Consejo Superior Universitario para lograr el retorno a la normalidad en la Facultad de Arquitectura, que contenía seis puntos:

I. Cese de toda aquella actividad que tienda a crear conflicto entre y en los organismos de la Facultad. II. Suspender la circulación y publicación de toda clase de documentos que contengan censuras y acusaciones que continúen conduciendo a una mayor división en la Facultad. III declinar toda actitud personal y facilitar el diálogo constructivo entre todos los sectores. IV. Acatar la resolución del CSU que fija un plazo de tres semanas para que el CRA presente las conclusiones definitivas a fin de que estas puedan ser consideradas por los organismos competentes de la universidad, y para ello observar una actitud ponderada y de respeto en la fase final del desarrollo del evento. V. Considerar necesaria la presencia de la Delegación del CSU, en las sesiones de la Junta Directiva de la Facultad, en que se traten asuntos que han dado lugar a conflictos internos, debiendo la delegación ser invitada, cuando así se considere conveniente. VI. Integrar todos los organismos de la Facultad de Arquitectura, para que cada uno de ellos pueda cumplir a cabalidad con las funciones que les corresponde. 160

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161. CSU 1163, 6.5/1972 de 2 de agosto. Los representantes de este grupo fueron los estudiantes Luis Estrada, Mario René Villagrán, Jorge Ramírez, Jorge Rousselin, Gilberto Castañeda, Héctor Jiménez, Pedro Asturias y el Arq. Lionel Méndez.

162. CSU 1163, 6.5/1972 de 2 de agosto. El grupo estaba constituido por los arquitectos Mario Flores, Claudio Olivares, Augusto Vela, Víctor del Valle, Carlos Rigalt y el Ing. Ronny Sarmiento.

163. CSU 1163, 6.5/1972 de 2 de agosto.

164. CSU 1163, 6.5/1972 de 2 de agosto. Por AEDA La delegación estaba integrada por Gilberto Castañeda, Luis Estrada, César Vera, Anee Arévalo, Eugenia García, Juan Zea, Víctor Mejía, Pedro Asturias, Héctor Jiménez, Mario René Villagrán y Jorge Rousselin. Por el Consejo superior estudiantil: Ángel Sánchez (medicina), Eduardo Sacayón (humanidades), Mario Rivas (económicas), Percy Vega (ciencia política) y Raúl Eduardo Ovando (agronomía). Por la comisión reestructuradora de AEU: Ronald Villagrán (Secretario General), Mirna Mack (secretaria de actas) y Rosario Vega.

A pesar de los esfuerzos para conciliar, no se pudo llegar a un acuerdo por lo que cada sector hizo su propio planteamiento. El grupo que solicitaba la renuncia del Decano sostuvo que había asistido con la mejor voluntad y decisión para normalizar la conflictiva situación que priva en la Facultad de Arquitectura y que una actitud constructiva y conciliatoria los llevó a aceptar los puntos planteados en el documento de la delegación, del uno al seis inclusive. Pero que habían solicitado al arquitecto Asensio que se excusara de asumir la rectoría ya que ello acarrearía una crisis de imprevisibles consecuencias, esta condición debía ser previamente aceptada por el arquitecto Carlos Asensio. Sin embargo, ante la negativa de Asensio, consideraron que no podía haber, de momento, ningún acuerdo. 161

El segundo grupo que rechazaba la renuncia, por su parte expresó que estaban de acuerdo en todos los puntos propuestos por la delegación; que reconocían la legítima autoridad de la Junta Directiva de la Facultad y la de su Decano y lamentaban profundamente, que la fórmula conciliatoria propuesta por la delegación no hubiera fructificado en la solución necesaria y positiva de los problemas que afronta nuestra casa de estudios.162 Por su parte el Decano había expresado que estaba en completo acuerdo con lo expuesto y se comprometía a poner todo su empeño y esfuerzo para lograr sus fines.163

El tema se abrió a discusión entre los miembros del Consejo y, luego de distintas intervenciones, el Rector indicó que se presentó una solicitud de audiencia por los delegados la Comisión administradora y reestructuradora de la Asociación de Estudiantes Universitarios y de la Junta Directiva de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura. La delegación entregó documentación en la que se insistía en exigir la renuncia del Decano de Arquitectura.164

La posición del Decano sería dada a conocer por el representante del Colegio de Arquitectos, Arq. e Ing. Claudio Olivares, quien entregó un documento signado por el Arq. Carlos Asensio que, en su parte central exponía que, el 28 de junio había presentado al Consejo su renuncia como Decano de la Facultad de Arquitectura.

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165. CSU 1163, 6.6.1/1972 de 2 de agosto.

166. CSU 1163, 6.2.1/1972 de 2 de agosto.

Esa decisión la había tomado libremente y sin estar sujeto a presiones y el Consejo libremente y sin presiones, decidió no aceptar la renuncia y demandarle que se reintegrara al trabajo. Tomando en cuenta lo resuelto por ese honorable Consejo, lo resuelto también por el Claustro de Arquitectura en su sesión de asamblea general del 19 de julio y lo manifestado por el grupo considerable de estudiantes agrupados en EDA y por los vocales 2 y 3 y el Secretario de la Junta Directiva, por este medio y con todo respeto manifestaba que, en lo personal consideraba el asunto de la renuncia como un caso concluido.165

El Consejo acordó no reconsiderar el tema de la renuncia del Decano Arquitectura.

El CSU procedió a discutir las peticiones. Se presentaron tres mociones, todas orientadas a aceptar la renuncia del Decano, sin embargo, ninguna fue aprobada por el Consejo. En el acta se muestran distintos razonamientos con las divergencias de opiniones y la preocupación creciente a lo interno del CSU. En general se expone la preocupación por la crisis que se estaba generando y el impase en que se encontraba la Facultad.166 La decisión de no considerar el tema de la renuncia traería como consecuencia una nueva toma del edificio de la rectoría.

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La toma de rectoría y el cambio de decisión

167. CSU 1163, 8/1972 de 2 de agosto. Hicieron uso de la palabra los estudiantes Héctor Jiménez, Mario Villagrán, Gilberto Castañeda y Jorge Rousselin. 168. Ídem.

169. CSU 1164, 2/1972 de 3 de agosto.

170. CSU 1164, 3.1 y 3.2/1972 de 3 de agosto.

Luego de conocer la decisión del CSU la AEDA solicitó nueva audiencia. Los representantes expresaron su más categórica y enérgica protesta por la resolución adoptada entorno a las peticiones de renuncia del Decano de Arquitectura. Asimismo, que, a partir de ese momento, el edificio de Rectoría sería ocupado y que esa situación se mantendría hasta que el Consejo resolviera favorablemente las peticiones planteadas.167

El Rector después de escuchar a los estudiantes «les hizo un llamado a la cordura y a la madurez y anunció la inmediata designación, por parte de la Rectoría, de una comisión encargada de mantener un diálogo permanente con los estudiantes a fin de garantizar, sobre este conflicto, una solución satisfactoria para los más altos intereses de la universidad». Seguidamente anunció la integración de varias comisiones, entre ellas, una para sostener un diálogo permanente con los estudiantes que ocupaban el edificio y otra para solicitar la opinión jurídica sobre la posibilidad de revisar lo resuelto por el Consejo cuando este trató la renuncia presentada por el Decano. La conflictiva sesión se cerró cuando eran las cuatro horas y cuarenta y cinco minutos del 3 de agosto de 1972 con un llamado del Rector para observar la mayor cordura y vigilancia ante los peligros con que pudiera ser amenazada la autonomía universitaria.168

Ese mismo día, pasadas las 20 horas, se continuó con la sesión permanente con el propósito de informar sobre los actuado por las comisiones nombradas. La comisión para realizar las consultas jurídicas informó que no había posibilidades legales de revisar los resuelto por el Consejo al considerar la renuncia planteada por el Decano de la Facultad de Arquitectura. Por su parte la comisión encargada de dialogar con los estudiantes que ocupan el edificio de rectoría informó que los estudiantes reiteraron su irrevocable decisión de insistir en su petición de renuncia al Decano de la Facultad de Arquitectura y de someter al Consejo, esa misma noche, una solicitud de revisión a lo actuado en la última sesión.169

...los estudiantes reiteraron su irrevocable decisión de insistir en su petición de renuncia al Decano de la Facultad de Arquitectura

El Rector sometió a la consideración del Consejo hacer la revisión de la renuncia del Decano. Previo a discutir el tema se declaró un receso para que los Decanos dicutieran sobre una unificación de criterios. Al reiniciar la sesión se indicó que los Decanos no pudieron ponerse de acuerdo por lo que debería procederse a la discusión sobre la revisión.170

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171. CSU 1164, 3.3/1972 de 3 de agosto.

172. Ídem.

En vista de la gravedad que había tomado el conflicto de la Facultad de Arquitectura, y de haberse agotado todas las medidas para un arreglo amistoso y, «estando en juego el riesgo de que se resquebraje el régimen constitucional de autonomía conquistado por los universitarios en 1944, apelando a su alto espíritu universitario y a su deseo de que salga avante el proceso de reforma de la Facultad -invocado en diverso actos suyos» el Consejo exhortó al Decano de Arquitectura, a que haciendo abstracción de su situación personal, presentara su renuncia. También exhortó al sector estudiantil, a que ejecutara su derecho de petición de forma adecuada y que procediera con responsabilidad y cordura para no poner en peligro el régimen constitucional de autonomía. 171

Esta trascendental decisión marcó al órgano máximo universitario que había mostrado una cambiante posición en sus decisiones. Había cedido nuevamente ante la presión estudiantil, en un tema que afectaba directamente los procesos de elección dentro de la universidad, y que dejaría una serie de votos razonados que mostraban criterios a favor y en contra.172

Quienes razonaron a favor de solicitar la renuncia, sustentaban que fue el Decano quien originalmente había dimitido, con lo que demostró que ya no tenía interés en continuar en su cargo ni tampoco para afrontar los problemas de la reforma de la Facultad de Arquitectura. Que los involucrados en el problema no habían contribuido a la solución y en ese momento lo más adecuado era exhortar a la renuncia. Que si bien, una persona no podía ser la única causa de condiciones como las generadas, sí podía ser un factor precipitante y provocador de ellas al actuar, voluntaria o involuntariamente, para mantener o estimular las tensiones.

El Consejo exhortó al Decano de Arquitectura a que presentara su renuncia.

Por su parte quienes hicieron razonamientos en contra de solicitar la renuncia, cuestionaron que no se había ofrecido ningún nuevo elemento de juicio para variar la resolución adoptada en la sesión anterior. Reiteraron que debía respetarse la institucionalidad de la Universidad, sus fundamentos legales y estatuarios y evitar tomar decisiones que, eventualmente, podrían poner en peligro la autonomía de la universidad.

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173. CSU 1164, 3.3/1972 de 3 de agosto.

También se argumentó que el Decano era un funcionario de la USAC, que se estaba lesionando la voluntad de los sectores que legalmente lo eligieron y que contaba con el apoyo del claustro de catedráticos, de la mayoría del Colegio de Arquitectos y de un grupo de estudiantes de la misma casa de estudios. Que al CSU le competía velar por el cumplimiento de la ley orgánica que, en ese caso, había sido violada al atender sólo a una parte de los tres sectores que eligieron al Decano. Se reclamó que la resolución se había adoptado por la presión ante la ocupación de la Rectoría, que se consideraba poco democrático el procedimiento de coaccionar al Consejo Superior Universitario, para que “exhorte” a uno de sus miembros a presentar su renuncia.

Hubo también posiciones que indicaban que no se habían sentido presionados por las demandas estudiantiles, sino por la situación conflictiva que se han creado innecesariamente. Hubo abstenciones porque la votación iba en contra de lo resuelto por el Consejo y que textualmente establecía que, no se conocería ningún asunto cuando el Consejo Superior Universitario se encontrara bajo presión.173

Se cuestionó la inestabilidad de las decisiones. En una sesión el Consejo no aceptó la renuncia voluntaria presentada por el Arq. Asensio y en otra no aceptó la petición del sector estudiantil. Ahora nuevamente se modificaba la decisión exhortando al Decano a que presentara su renuncia.

Las serias confrontaciones y discusiones que llevaron a modificar la decisión del CSU, salvo por las diferencias generadas y el nivel de desgaste sufrido, no cambiaría las cosas, pero dejaría en claro la vulnerabilidad del Consejo.

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La negativa ante otra decisión del CSU

174. CSU 1164, 3.3/1972 de 3 de agosto.

175. FARUSAC 280, 2/1972 de 10 de agosto.

Para recuperar la estabilidad en la Facultad de Arquitectura el Consejo también resolvió solicitar a los organismos de esta unidad:

1) El cese de toda aquella actividad que tienda a crear conflictos en tre y en los organismo de la Facultad; 2) Los exhorta a suspender la circulación y publicación de toda clase de documentos que contengan censuras y acusaciones que continúen conduciendo a una mayor di visión de la Facultad; 3) Los invita a declinar toda actitud personal y a facilitar el diálogo constructivo entre todos los sectores; 4) Les re cuerda que el Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arqui tectura debe presentar las conclusiones definitivas dentro del plazo fijado, a fin de que éstas puedan ser consideradas por los organismo competentes de la Universidad, y que en este lapso se debe observar una actitud ponderada y de respeto en la fase final del desarrollo del evento; 5) Les comunica que nombró una Delegación para participar en las sesiones de la Junta Directiva de la Facultad que debe ser invi tada con derecho a voz pero sin voto; 6) Les ordena integrar todos los organismos de la Facultad de Arquitectura, para que cada uno de ellos pueda cumplir a cabalidad con las funciones que le corresponde.174

El numeral 5, citado en el párrafo anterior, ocasionaría otro tema de desacuerdo y sería motivo de revisiones y discusiones.

El Consejo nombró una Delegación para que participara en las sesiones de JD de la Farusac, con voz, pero sin voto.

La Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura programaría una sesión para el 10 de agosto, pero no invitó a la Delegación nombrada por el CSU. El Vocal 1, Arq. Méndez Dávila, objetó que, en vista de que dicha delegación no estaba presente en la Sesión, la reunión debería ser suspendida hasta que el CSU decidiera si procedía o no la intervención de esta comisión en Junta Directiva. Se realizaron una serie de argumentaciones con las distintas posturas sobre la intervención de la comisión en Junta Directiva en la que se discutía su validez y legalidad. El Vocal 3 indicó que el Colegio de Arquitectos al cual representa, en Asamblea General Extraordinaria acordó pedir a la Junta Directiva que no aceptara la Comisión nombrada por el CSU para participar en las sesiones. De igual manera el Vocal 2 pidió que constara que representaba al Claustro de Catedráticos que había solicitado a la Junta Directiva que no aceptara la participación de dicha Comisión. La discusión generó una votación que determinó por 4 votos a favor y 3 en contra que no se suspendería la sesión. Los vocales 1, 4 y 5 se retiraron de la sesión y dejaron su voto razonado.175

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176. FARUSAC 280, 4/1972 de 10 de agosto.

177. Ídem.

178. CSU 1165, 6/1972 de 16 de agosto.

179. CSU 1165, 6.4/1972 de 16 de agosto.

180. CSU 1165, 6/1972 de 16 de agosto.

Posteriormente se dio lectura al acuerdo del CSU del 3 de agosto, referente al punto de la Delegación nombrada por el honorable Consejo para participar en sus sesiones, sobre este tema la Junta Directiva acordó: «Considerar ilegal que una comisión como la nombrada se incorpore a la Junta Directiva formando parte de ella de hecho, al concedérsele el derecho a voz dentro de la misma. Ello viola el artículo 29 de la Ley Orgánica de la Universidad, que señala cómo está integrada la Junta Directiva de una Facultad». 176

En la resolución también se solicitó que la Comisión de Asuntos Jurídicos emitiera un dictamen sobre la legalidad de lo acordado e hizo énfasis en que la resolución planteada no implicaba desacato hacia el honorable CSU ni duda alguna sobre la idoneidad de los nombrados. 177

Miembros de la JD y de otros sectores no aceptaron la participación de una delegación dentro de la JD.

El CSU volvió a reunirse el 16 de agosto con el objeto de continuar con la sesión permanente. En esta oportunidad se presentaron varios memoriales, algunos fueron acompañados de solicitudes de audiencia. Entre ellos uno del Colegio de Arquitectos y otro del Claustro de Arquitectura, también se presentaron dos notas una firmada por los vocales 2 y 3 y del Secretario de la Facultad de Arquitectura y la otra por los vocales 1, 4 y 5. El Arq. Asensio presentó el memorial que respondía a la exhortación de renuncia.178

El Rector preguntó a los miembros del CSU si deseaban emitir algún comentario. El único comentario fue sobre la delegación nombrada para participar en las sesiones de Junta Directiva, la cual no se consideraba interventora, porque había sido nombrada «con el propósito de contribuir a resolver los problemas de la Facultad y no para intervenir o interferir en sus asuntos» por esta razón el CSU indicó que mantenía la decisión pero con una modificación: «es potestad de la Junta Directiva de esa Facultad el requerir o no su concurso».179 En virtud de que no hubo más comentarios sobre los documentos presentados el Consejo resolvió avisar recibo y agregarlos a sus antecedentes. Aunque algunos serían considerados nuevamente durante las audiencias.180

El Consejo estableció que era potestad de la Junta Directiva requerir o no el concurso de la delegación.

La secretaría dio lectura al documento del Colegio de Arquitectos de Guatemala en el que se transcribía la moción aprobada por mayoría absoluta en la Sesión de Asamblea General de ese Colegio en la que se acordó, entre varios temas, hacer saber al Honorable Consejo Superior Universitario y a la opinión pública, su posición contenida en los siguientes puntos:

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181. Memorial del Colegio de Arquitectos de Guatemala dirigido al CSU, del 9 de agosto de 1972.

182. Integraron la delegación los arquitectos José Asturias Rudeke, Presidente; Adolfo Lau, Tesorero; Ernesto Porras, Secretario; Augusto Vela y Guillermo Gomar.

183. CSU 1165, 6.4/1972 de 16 de agosto. «es potestad de la Junta Directiva de esa Facultad el requerir o no su concurso».

Condenar las acciones anti universitarias que impiden el correcto desarrollo de las actividades de la Universidad, principalmente la toma de la Rectoría y de la Facultad de Arquitectura, así como la intimidación de la máxima autoridad del Alma Mater por un sector del grupo estudiantil. Exigir el respeto y cumplimiento de todas las leyes y reglamentos universitarios, exhortando a las autoridades a no volver a tomar resolución alguna bajo presión, ya que esto deforma por completo las decisiones tomadas y pone en peligro el buen funcionamiento de toda la universidad. Manifestar extrañeza de que el Honorable Consejo Superior Universitario no haya condenado la toma de sus instalaciones por un reducido número de estudiantes de la Facultad de Arquitectura, así como permitir que varios de sus miembros fueran sometidos a identificación y revisión, previo a su ingreso a la sesión de fecha 3 de agosto de 1972. Dejar constancia de su respaldo al Decano de la Facultad de Arquitectura, Arq. Carlos Asensio Wunderlich, y pedir al Honorable Consejo Superior Universitario revisar la precipitada resolución tomada y escuchar a todos los sectores para tratar de resolver verdaderamente el problema. Cancelar la comisión que en la misma sesión nombró para intervenir a la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, por considerarla inaceptable, innecesaria e inoperante. (f.) p/ Colegio de Arquitectos, Arq. Ernesto Porras C. Secretario. 181

El Secretario del Consejo informó sobre la solicitud de audiencia de la delegación del Colegio de Arquitectos, la cual fue autorizada. 182 Luego de leer la nota descrita, los miembros del Consejo procedieron a hacer una serie de preguntas que fueron respondidas y registradas en el Acta. Posteriormente a la salida de la comitiva, el CSU entró a discutir las peticiones planteadas por el Colegio de Arquitectos y resolvió: 1. Sobre la exhortación al Decano de Arquitectura para renunciar a ese cargo, el consejo no acepto para su discusión este punto petitorio. 2. Sobre cancelar la delegación enviada a la Facultad de Arquitectura, el Consejo acordó informar al colegio de arquitectos acerca de lo resuelto en el numeral 6.4 de esa acta.183

Un vehemente inicio 112

Rechazo a la exhortación de renuncia

184. Nota del Decano de Arquitectura del 10 de agosto de 1972 dirigida al CSU.

La respuesta del Decano de Arquitectura ante la decisión del CSU de exhortarlo a presentar su renuncia fue categórica. Para argumentar su decisión presentó un extenso memorial con distintos criterios entre los que se comparten los más relevantes. 184

Resaltó que el CSU debía dirigir su política académica y administrativa con respeto a las leyes y a los valores éticos. Que el hecho de afectar los principios morales y por tanto la dignidad humana «era un síntoma de desquiciamiento interno, con resultados graves e imprevisibles». Señaló que la exhortación que le había sido dirigida era ni más ni menos, una coacción moral en la que el Consejo, aduciendo un derecho de petición de los estudiantes, presionaba a uno de sus miembros, para que prescindiera de sus legítimos derechos. Agregó que esa coacción moral subía de punto cuando se justificaba arguyendo pretender evitar el resquebrajamiento de la autonomía universitaria, haber agotado las posibilidades de arreglos amistosos y buscar que saliera avante el proceso de reforma de la Facultad de Arquitectura.

Asensio subrayó que era buena hora para que el CSU y todos los universitarios conscientes hicieran el análisis sereno y justo, respecto a si los peligros que está enfrentada la autonomía devenían del Decano de la Facultad de Arquitectura o si tal situación estaba siendo provocada por otros factores internos y externos, a los cuales era absolutamente ajeno. Además, agregó, que ninguna autonomía se perdía por la voluntad de una persona y más aún si tal persona, como en su caso, había sido un universitario digno e intachable.

Rechazo terminante mente la exhortación a renunciar por razones éticas, de dignidad humana, universitarias, profesionales y jurídicas.

Carlos Asensio

En relación con haberse agotado los arreglos amistosos, a la delegación del Consejo Superior Universitario le constaba que, habían sido los directivos de la AEDA, el Vocal 1 y los vocales estudiantiles de la Junta Directiva y algunos miembros del directorio del CRA, los que haciendo caso omiso de los seis puntos que pudieron conducir a la conciliación, pretendieron como única salida que declinara asumir la rectoría en caso de ausencia del Rector, cerrando toda otra posibilidad de entendimiento. En este punto advirtió una nueva injusticia ya que el honorable Consejo Superior Universitario debió apelar, en todo caso, al alto espíritu universitario de quienes obstaculizaron el cabal cumplimiento de la misión encomendada por él mismo.

Un vehemente inicio 113

185. Memorial del Decano de Arquitectura del 10 de agosto de 1972 dirigida al Consejo Superior Universitario conocida en sesión del 16 de agosto de 1972.

Para Asensio los motivos expuestos eran suficientes para no presentar su renuncia. Pero agregó que había otros que, en esta situación, habían puesto en entredicho su honor y dignidad, que eran de carácter jurídico y que estaba obligado a expresar. La opinión de varios juristas que consideraron profundas dudas sobre los apoyos legales del Consejo Superior Universitario para exhortarlo a renunciar, pues vulneraba de hecho el orden institucional de la universidad, también señalaba que la exhortación no contenía un solo cargo válido y de peso en contra de su ejercicio como Decano.

Agregó que por asuntos de menor importancia el Consejo Superior había nombrado comisiones para investigar y obtener criterios que apoyaran sus decisiones, pero esto, no lo había merecido un Decano universitario. El Consejo ni siquiera consideró oírlo previo a tomar su decisión. Pero lo que para él no tenía duda legal, era que había sido electo por tres cuerpos, estudiantes, catedráticos y profesionales, y sólo se atendieron las muy debatidas razones de una parte de los estudiantes, pero los otros sectores no fueron atendidos en ningún momento lo cual falseaba de hecho y de derecho, el acuerdo adoptado por ese alto Organismo.

Asensio consideró que lo que hacía aún más vulnerable la decisión, fue que esta hubiera sido tomada con ostensible presión de un grupo estudiantil. El Consejo ya había resuelto, pero debido a la presión, lo que se había acordado previamente se revisó horas después cuando el edificio del rectorado fue ocupado por grupos de estudiantes, que llegaron al extremo de paralizar las funciones administrativas. Al margen de muchas consideraciones que podrían expresarse Asensio catalogó como deplorable el hecho, señaló que valía la pena preguntarse ¿es legal o moral adoptar decisiones bajo un clima semejante? Agregó que este señalamiento, aparte de su opinión fue secundado en muchos de los puntos razonados del Acta 1164.

Para finalizar recalcó que no aceptaba la coactiva exhortación para renunciar de su cargo y a todos los derechos que esto conllevaba, porque simultáneamente a la del Consejo Superior recibió otras exhortaciones más dignas y universitarias: la de los catedráticos, profesionales y numerosos estudiantes, que le respaldaban y le exigían concluir su decanato. En todo caso cerró: «manifiesto al honorable Consejo Superior Universitario que continúo en la mejor disposición de entablar un nuevo diálogo con todos los componentes de mi Facultad, bajo bases honestas, jurídicas y académicas, y espero que esta actitud sea compartida por los miembros de ese alto Organismo».185

La nota del Decano no fue discutida y, al igual que varios documentos de la Facultad de Arquitectura de ese día, se resolvió avisar recibo y agregarlos a los antecedentes en los Anexos del Acta.

Un vehemente inicio 114

186. Víctor Cohen, Vocal 3 de JD de 1970 a 1973, entrevista en Avendaño, 35.

Entre estira y encoge

Yo representaba a los profesionales Arquitectos de Guatemala, tenía que ser imparcial. Empezaba a haber conflictos filosóficos de lo que debía ser. Lo malo era la percepción de que se dejaba muy por el borde el concepto académico y se enfocaba más en el concepto político.

Para mayo de 1972, a más de tres años de haber asumido, el equipo y proyecto de gestión del Decano había sido desarticulado. Sin sus principales colaboradores y en un ambiente de permanente confrontación se aferraba a sus aliados en una dividida Junta Directiva para continuar en la conducción de la Facultad. Era notorio que el bloque de la reestructura estaba limpiando la mesa para dar paso de manera más fluida, a la reforma académica y administrativa que se perseguía. Para ello había ido colocando representantes en puestos claves, tal el caso de los vocales 1, 4 y 5, y el representante estudiantil ante el CSU. También sus propuestas habían ido obteniendo el concurso de simpatizantes, lo cual favorecería el proceso que se esperaba implementar, especialmente en el Consejo, la administración central y por parte del mismo Rector.

Era perceptible que el Decano no era partidario de la reforma ni sería parte de una posible transformación. Se estaba impulsando un movimiento que no compartía y que denunciaba podría estar apoyado por intereses externos a la Facultad.

Así las cosas, el Decano presentó su renuncia. Además, a pesar de sus sospechas de intervenciones políticas en el proceso, expuso que con su dimisión daría mayor libertad al ímpetu de renovación de la juventud estudiantil. Los estudiantes lo acusaban de no presentar una renuncia irrevocable y de que su nota carecía de fundamentos. Le recriminaban las acusaciones veladas y contradictoriamente de tratar de abandonar el cargo cuando el trabajo le exigía la mayor responsabilidad.

De manera inexplicable para algunos, el Consejo instruyó al decano para que se reincorporara a sus labores. Con esto destapó una olla de grillos que ya no sería posible acallar y, ante presiones estudiantiles, haría acuerdos y contra acuerdos que dejarían muy malparado al organismo directivo y no cambiaría la situación.

Carlos Asensio Wunderlich, obtendría una fugaz y contradictoria victoria, no sólo no renunciaría, sino que, argumentando razones éticas, de dignidad y jurídicas, rechazaría terminantemente la exhortación a presentar su renuncia en ese momento. Reclamó al CSU y a los universitarios que hicieran el análisis justo sobre si los peligros a los que se enfrentaba la autonomía provenían del Decano o si estaba siendo provocada por otros factores a los cuales era absolutamente ajeno.

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Las propuestas 118

LAS PROPUESTAS

La influencia de la revolución cubana, la llegada de Allende a la presidencia de Chile por vías democráticas, el debilitamiento de Estados Unidos en la guerra de Vietnam y las luchas revolucionarias que se estaban dando a lo interno de diversos países latinoamericanos, favorecían movimientos de izquierda que podían incidir en las estructuras políticas de la región y estimulaban las visiones idealistas de los jóvenes estudiantes que apuntaban a reformas, no sólo universitarias, también sociales.

Las tendencias de la época coincidían con la renacida visión de que las universidades públicas participaran más abiertamente en la solución de los problemas nacionales. Para avanzar en las transformaciones había muchas barreras por superar. La toma del poder de diversos gobiernos militares presentaba una seria oposición a las intenciones de los grupos revolucionarios. Esto marcaba las acciones de los gobiernos contra diversas universidades públicas, tal el caso de la Universidad de El Salvador y la misma Universidad de San Carlos de Guatemala.

En Guatemala las posiciones claramente encontradas entre el gobierno de derecha de Carlos Arana y la visión de izquierda de Cuevas del Cid, revelaban un tenso escenario. El gobierno universitario mostraba una clara disposición para hacer reformas que aportaran en la lucha y participación social de la universidad y el gobierno militar no tenía la remota intención de facilitárselo.

Los estudiantes de arquitectura habían tomado la vanguardia en la lucha académico-ideológica, en una clara alineación con la vinculación social y en contraposición con la arraigada visión que la carrera había tenido desde su fundación. El paulatino movimiento, se revelaba en medio de un cambio institucional por demás oportuno. Se había ido gestando con una serie de principios y condiciones que, finalmente, favorecerían la reestructuración.

Los hechos suscitados a partir de abril de 1972 habían convulsionado la esencia académica y administrativa de la Facultad. Varios de los fundadores habían sido cuestionados por un sector estudiantil. La concepción con que la Facultad había sido creada y se había desarrollado desde sus inicios era tildada de conservadora y elitista, estaba siendo juzgada con nuevos ojos, nuevos actores y en nuevos escenarios.

Las
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propuestas
Las propuestas 120
Figura 4.1. Grupos de trabajo, 1972. Zoemia Prado Barrascout, de corbata Ing. Antonio Contreras, Roberto Zuchinni. Hasta atrás Raul Anguiano. De espaldas Arq. Carlos Brichaux, y a su lado de traje, el Arq. de La Riva, atrás de negro y sin bigote el compañero Velázquez. Foto: Jorge Rousselin Figura 4.2. Reuniones de trabajo, 1972. En la imagen de la izquierda, al centro, el Arq. Víctor Quan, en la siguiente imagen a la derecha, Carlos Martini y el Arq. Carlos Brichaux. Foto: Jorge Rousselin

La evaluación del Pensum 69 no se había realizado según lo ofrecido por las autoridades y, para sumar a esta situación académica, quienes conducían los departamentos académicos habían sido señalados por decisiones poco populares que los estudiantes rechazaron y por las que finalmente fueron obligados a renunciar. Esta situación también había llevado al Decano a presentar su malograda renuncia.

Con un Decano que se encontraba a disgusto y con las manos atadas y, gracias al posicionamiento de las distintas piezas político-académicas en diversas instancias, el proceso iría caminando, pero no estaría libre de oposiciones.

El bloque del CRA había superado los primeros obstáculos. El principal, integrar el directorio e impulsar el esperado Congreso y, para ello, además de la base estudiantil y de algunos docentes, contaba con el apoyo de varios miembros de la Junta Directiva, del Rector y de una consolidada participación de simpatizantes a lo interno de la administración central y del propio CSU.

A pesar de las confrontaciones, en especial, las surgidas a raíz de la frustrada renuncia del Decano, el bloque del CRA seguiría apuntalándose. Todas las discrepancias y acciones en contra no fueron lo suficientemente fuertes, para impedir los avances de un movimiento que se fue cocinando desde años atrás, a fuego lento. Para ese momento el proceso había encontrado su dinámica, los esfuerzos iniciales y sostenidos, así como el apoyo político logrado durante las distintas etapas estaban dando resultados concretos. (Ver Figuras 4.1 a 4.4)

En un inicio, los planteamientos fueron de carácter general y parecían contar con el apoyo de la mayoría, en especial el criterio de hacer cambios importantes en el currículum y actualizar la enseñanza. Pero conforme el congreso fue progresando se empezó a perfilar una corriente que sobrepasaba los planteamientos académicos, se había introducido la discusión política en cuanto al papel del arquitecto y la sociedad guatemalteca y la cuestión del gobierno académico. A pesar de esas grietas en los criterios sobre el paradigma, se fueron estableciendo acciones para afianzar la propuesta del nuevo Plan de Estudios.

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propuestas

La suspensión de actividades académicas iniciada en abril y reiniciada parcialmente, a finales de septiembre de 1972, permitió la realización del Congreso de Reestructura de Arquitectura. Durante el evento se generarían una serie de propuestas que modificarían sustantivamente la formación del arquitecto. Pero esto era el inicio, el movimiento del CRA continuaría con la batalla por mantener el control político y lograr el cambio académico.

Las propuestas 122
Figura 4.3. Reunión resolutiva del CRA. Segunda fila: Jorge Solares, Gilberto Castañeda, en la misma línea tres escritorios atrás, el Lic. Hugo Recinos y detrás de él, Eduardo Aguirre, 1972. Archivo Fotográfico: Gilberto Castañeda.

Figura 4.4. Reunión resolutiva del CRA. En primer plano el Arq. Ricardo Alonso, en playera negra de perfil Domingo Valle. 1972. Archivo Fotográfico: Gilberto Castañeda.

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El Proyecto de Reestructuración de Arquitectura

187. Los planteamientos que se describen en esta sección fueron tomados del proyecto de Reestructuración. Para la elaboración de este proyecto se integró el grupo técnico formado por los arquitectos José Asturias, Manuel Pinelo, Hermes Marroquín y Carlos Brichaux, así como, los estudiantes Silvia morales, Luis Fernando Pepió, Luis Estrada y Gilberto Castañeda. Se tuvo como asesores y colaboradores a los arquitectos Guillermo Gomar, Ricardo Alonso, Lionel Méndez y Roberto Morales, a los ingenieros Pablo Gutiérrez, Hugo Quan Ma, Rafael Santiago y Rony Sarmiento, al doctor Carlos González y a los licenciados Julio Hernández y Ricardo Castañeda. En el documento se resalta la asesoría permanente del Arq. Adolfo Lau y se menciona la colaboración estudiantil de Ana María López, María Eugenia Sueiras, Regina Rivera y Glenda Rodríguez.

El 9 de agosto de 1972, el Grupo Técnico electo en asamblea General del Congreso de Reestructuración, haría entrega a los miembros del directorio el Proyecto de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura.187

El documento incluyó los lineamientos que abarcaba el diagnóstico de los estudios de arquitectura, el plan de reestructuración que abarcaba los ob jetivos, la estructura de docencia, el currículo, el contenido y actividades de integración, así como criterios de evaluación. Comprendía también el esquema de organización y gobierno, y se discutían los aspectos sobre los recursos financieros para la restructuración y para darle seguimiento.

El CRA se había concebido como una actividad diseñada para obtener, con la participación de estudiantes, catedráticos y profesionales de arquitectu ra y la participación también de otros sectores universitarios y nacionales, en diversas etapas de la programación de trabajo, los criterios que habrían de permitir y hacer efectiva la reforma.

Se estableció que la inscripción y participación sería obligatoria en todas las actividades que constituyeran el congreso, habida cuenta que el Con sejo superior Universitario había acordado que la actividad académica de la facultad de arquitectura se transformaría en otras formas de docencia para efectuar la restructuración de la facultad.

La propuesta que se hacía sobre el currículum pretendía establecer un sistema flexible que permitiera a cada estudiante conformar un esquema particular según sus propias inclinaciones. Sin embargo, ante la responsabilidad que representaba entregar un título que autorizar el ejercicio de la profesión, se estableció un tronco común de conocimientos fundamentales. Según la selección de los conocimientos adicionales, dado por las disciplinas selectivas que hiciera cada estudiante, así sería la orientación que tendría su licenciatura.

Del total de conocimientos requeridos se planteó para la formación general 35%, para el análisis 25%, para el diseño 25% y para las tecnologías 15%.

Debido a las condiciones sociopolíticas del país se debía resolver los problemas con las tecnologías más justificadas y con los recursos más primitivos y, debido a que la tecnología sufre cambios continuos, se consideraba prudente pensar en un profesional altamente capacitado para resolver problemas nuevos. En el planteamiento se consideró que para la formación general se debía exigir un 35% del total de los conocimientos requeridos, para el análisis en un 25%, para el diseño en un 25% y para las tecnologías el 15%.

Las
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propuestas

En el documento se especifica que el currículum tendría una duración mínima de cinco años y que el número de cursos continuaría siendo el mismo en relación con una carrera de seis años, pero se había incrementado con otros cursos de tipo electivo, seminarios y materias optativas. Dentro de los cursos y la reducción de los años de la carrera, se había llegado a una concentración de 8 o 9 cursos promedios en la mayoría de los semestres. Sin embargo, se proponía que mediante una adecuada distribución del tiempo se lograría que cada estudiante no atendiera más allá de cinco materias fundamentales simultáneamente y que la carga académica no sobrepasara los 25 períodos semanales, con un margen de más o menos tres períodos en la mayoría de los casos.

Los aspectos de investigación serían tratados como una forma de docencia. Se buscaría que una parte de las cargas indicadas como estudio supervisado y estudio independiente pudiera realizarse como trabajos de investigación y desarrollo. Además, se tomaría especial énfasis en los trabajos específicamente programados como seminarios.

Las propuestas 125
Figura 4.5. Portada del Proyecto de Reestructuración, producto del CRA, 1972.

188. Este tema se trata con mayor profundidad más adelante en este mismo capítulo, en la sección El modelo de autogobierno.

En cuanto a la evaluación se planteaba que sería objetiva y ponderada por factores, cuando fuera posible, según la naturaleza del conocimiento a evaluar. La autoevaluación sería aplicada en forma gradual enseñándose sus técnicas y limitándose según los criterios y estrategias establecidos. Las calificaciones en taller síntesis sería acumulativas y autónomas. La nota de promoción y los mecanismos de evaluación dada la naturaleza diversa de los métodos didácticos a aplicarse en las distintas asignaturas, sería motivo de estudio particular de parte de la junta evaluación docente y administrativa. En los casos que se consideraba necesario el examen final se recomendaba que la zona correspondiente fuera fijada por los catedráticos de cada asignatura de acuerdo con el grupo de estudiantes correspondientes. Resaltaban también que, en caso de existir zona y examen final, el estudiante que alcanzara el 80% de la zona fuera exonerado de presentar obligatoriamente examen final. Se recomendaba que la nota de promoción fuera de 60%.

De acuerdo con el documento el nuevo plan de estudios incluía mucha flexibilidad al estudiante para escoger su currículo según su interés principal y aspiraciones. Asimismo, el nuevo concepto educativo contemplaba una participación efectiva de todos los sectores la docencia en todos los niveles, que decididamente necesitaba un nuevo planteamiento en el sistema de gobierno, teniendo como imperativo pedagógico la paridad de la representación.

Se establecieron varias premisas dictadas por la Asamblea General del CRA: establecer la paridad en todos los niveles de dirección y administración de la unidad académica. Dar una mayor participación estudiantil en los organismos de decisión académica y administrativa. Resolver una nueva estructura académica que sirviera de base para una auténtica reforma de la Universidad de San Carlos. Esto último estaba establecido en la propuesta para un nuevo gobierno académico que incluía un Consejo de Facultad para coordinar todas las actividades y que estaría integrado por seis personas de representación paritaria entre estudiantes y profesionales. Un estudiante electo por Asamblea General de los estudiantes, un profesional elegido por el colegio de arquitectos, el resto de los profesionales y estudiantes serían elegidos por medio de un colegio elector de cada uno de los sectores.188

Las
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propuestas

189. Proyecto de Reestructuración de Arquitectura. 1972.

En el pronóstico que se incluyó se hicieron consideraciones de corte cuantitativo y cualitativo. En lo cuantitativo se hacía notar un aumento desproporcionado en relación con la capacidad financiera y académica. En 15 años se había pasado de una población de 60 estudiantes a 876 en ese momento. Se consideraba que el número de docentes ya era inadecuado, sobre todo para atender a los primeros años de la carrera, esto según se preveía, sería más crítico en el futuro y podía llegar a imposibilitar una enseñanza efectiva. A nivel cualitativo se sostenía:

El sistema educativo existente, responde a solicitudes cuantitativas no críticas que precedieron el estado actual. Es por ello, que en la actualidad se hacen más evidentes sus fallas y se acusan sus impropiedades. Ese, sin embargo, es tan sólo un hecho formal […] el currículum de estudios está radicado en una formulación teórica poco contemporánea, es decir, absoluta. La ausencia de cursos de moderna tecnología como la coordinación modular, la teoría de sistemas y el diseño sistematizado a la par de adecuadas técnicas de laboratorio para el estudio de materiales procesos de ventilación e iluminación; la ausencia, por otra parte de las disciplinas sociales, de análisis y conocimiento del hombre y la sociedad, como lo son la antropología, la sociología, la psicología y la economía; presenta la no-contemporaneidad del profesional actualmente formado y de consiguiente, su limitación como propiciador del desarrollo nacional, amén de su propia limitación lucrativa. Si las deficiencias científico-humanistas y la tecnología hacen precaria la praxis del profesional actualmente formado; la ausencia de cualquier interpretación crítico-histórica del entorno que lleva al actual desinterés por resolver y responder a las solicitudes de tal entorno por estudiantes ya graduados. Es decir, si ya en la actualidad existe un divorcio por “ineptum” entre la formación del estudiante y la realidad cultural y social, el futuro no hará sino aumentar tal diferencia. Aún más, si la cualificación docente es impropia se agrava el hecho ante la ausencia de cualquier norma aceptable de pedagogía en la impartida de tal docencia.189

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propuestas

Reinician las clases y el movimiento avanza

190. CSU 1165, 6.5/1972, de 16 de agosto.

191. FARUSAC 281, 16/1972 de 12 de septiembre.

El 16 de agosto el Secretario del CSU informó que el Directorio del Congreso de Reestructuración de la Facultad había hecho entrega, del Proyecto de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura.190 Pero el documento no había sido conocido por la Junta Directiva de Arquitectura, por lo que el Decano solicitó declarar su rechazo a la pretensión del Directorio de pasar sobre la autorización y trámite de la Junta Directiva sin que esta lo conociera.191

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Figura 4.6. Integrantes del directorio del CRA (sentados atrás). Por los estudiantes: Mario René Villagrán, Gilberto Castañeda y Pedro Asturias. Por los profesores: Mario Rodas, Lionel Méndez y José Asturias. Foto (segmento): Jorge Rousselin.

192. FARUSAC 282, 7/1972 de 19 de septiembre. 193. Ídem.

El CSU devolvió a la Junta Directiva de Arquitectura el plan de recuperación aprobado y recibido de la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura, con el propósito de que fuera conocido dentro del término máximo de cinco días. El Consejo reiteró a la comunidad de Arquitectura que debía presentar las conclusiones definitivas dentro del plazo fijado, avaladas por los organismos competentes de la Universidad y que debía observar una actitud ponderada y de respeto.

El martes 19 de septiembre en sesión de Junta Directiva se dio lectura a la nota del presidente del Claustro, Arq. Víctor del Valle en la que solicitaba ser recibido para entregar el análisis realizado sobre el proyecto de Reestructuración. Formaron parte de la delegación, además del solicitante, los docentes Mario Roca Sermeño, Héctor Quezada, Alfonso Yurrita y Rafael Santiago, quienes hicieron entrega de un documento con el análisis planteado. También se recibió una nota del grupo de Estudiantes de Arquitectura -EDA-, para que se recibieran las observaciones hechas al informe del Grupo Técnico -GT- del CRA. La solicitud que fue sometida a discusión y se aprobó por cuatro a tres, con varios razonamientos. En la misma fecha la Junta Directiva entró a discutir el Proyecto de Reestructuración, las modificaciones hechas por el grupo técnico después del Seminario Nacional de Arquitectura -SNA-, el Plan de Estudios y la carga académica que representaba para el alumno promedio de la Facultad. 192

Finalmente, la Junta Directiva acordó aprobar el pensum, con la recomendación de que el Grupo Técnico tomara en cuenta las opiniones presentadas por el Claustro de Catedráticos.193

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Ya concluido el trabajo central de Congreso, se reiniciaron las clases a finales de septiembre. Se buscaba ordenar los procesos académicos pendientes, lo que demandaba finalizar y evaluar el primer semestre que había sido suspendido por el movimiento. En cada curso el profesor y los alumnos establecerían la mecánica a seguir para finalizar y hacer la evaluación dentro de un periodo que no excediera de un mes, los cursos debían finalizarse y evaluarse durante octubre. La Junta Directiva aprobaría que, durante diciembre y enero, se impartieran los cursos de nivelación que hicieran falta y que la Facultad cubriera el monto que se determinara por cada inscripción en la Escuela de Vacaciones.

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propuestas
Figura 4.7. Reunión en aula. Se identificó a Wolfang Gómez a la izquierda frente al casco, Danilo Vera dirigiéndose a los estudiantes y Jorge Ramírez sentado a su izquierda. 1972. Foto: Jorge Rousselin.

194. FARUSAC 285, 7,8/1972 de 18 de octubre.

En octubre se discutirían los preparativos para el inicio del siguiente ciclo y arrancar con el nuevo pensum. Para tal efecto se acordó nombrar una comisión integrada por cuatro docentes y cuatro estudiantes, que realizarían los estudios pertinentes. Los nombrados en votación de dos planillas fueron los catedráticos: Adolfo Lau, José Asturias, Hermes Marroquín y Augusto Vela; y, por los estudiantes Gilberto Castañeda, Fernando Pepió, Luis Estrada y Silvia Morales, a quienes se acordó comunicarles la decisión.194

Pero a los estudiantes no les habían consultado previamente y no aceptaron la nominación lo que no permitió integrar la comisión. La Junta Directiva dejaría sin efecto la comisión nombrada y asumiría la responsabilidad de efectuar todos los preparativos para el ciclo académico de 1973. Sin embargo, como se comprueba más adelante, ese seguimiento no se dio con el mismo ahínco que se observaba con la participación del bloque estudiantil, por lo que en enero no estarían listas las condiciones para iniciar con el nuevo pensum y el inicio se retrasaría varios meses.

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propuestas

El CSU aprueba el Plan de Estudios

195. CSU 1175, 6.2/1972 de 8 de noviembre.

196. Ibid.

197. FARUSAC 287, 3/1972 de 16 de noviembre.

198. CSU 1177, 3.2/1972 de 21 de noviembre.

Para el 8 de noviembre el CSU había conocido el informe de la Comisión de Planificación sobre la reestructuración de la Facultad de Arquitectura, para lo cual resolvió que la Junta Directiva de la Farusac presentara en forma unificada y definitiva el nuevo plan de estudios y que se diera prioridad en las discusiones próximas al tema de la reestructuración.195

El Consejo también instruyó a la Junta Directiva para que se pronunciara sobre los temas pendientes como los objetivos generales, el plan de financiamiento, la estructura de la docencia, el contenido integral actividades de integración, la evaluación, los recursos financieros, las etapas de reestructuración y el diagnóstico. En lo referente a la forma de gobierno que se estaba proponiendo, debido a la diferencia de criterios que generaba serias confrontaciones, se dejaría fuera de la decisión en ese momento.196

El 16 de noviembre la Junta Directiva acordó aprobar el currículum, prerrequisitos, créditos y las áreas en que se agruparían los cursos. Con esta aprobación el Plan del CRA tomaba forma y, previa aprobación final del CSU, podría comenzar a considerarse su implementación.197

La propuesta de un nuevo plan de estudios había superado todos los obstáculos. La tenacidad y la presión ejercida por el directorio del CRA llevaría, finalmente, a que el máximo organismo universitario lo aprobara a finales de noviembre.198

Las propuestas 132

199. CSU 1177, 3.2/1972 de 21 de noviembre. Constancias.

Sin embargo, hubo algunos razonamientos como el del representante del Colegio de Humanidades que consideró: «que todo asunto que se relacione con currículum debe ser conocido, previo a discusión en el consejo por la Comisión de Docencia e Investigación ya que de obviarse este procedimiento la Comisión en referencia es inoperante. Por lo tanto, no debe tomarse como precedente. (f) Ricardo Peña Pinto». También hubo otra consideración, esta vez de varios integrantes del Consejo: «El hecho de que apoyemos y estemos de acuerdo en la aprobación del Pensum de estudios de la Facultad de Arquitectura, no implica que se olvide la “forma de gobierno” propuesta por el CRA, que debe imperar en dicha Facultad, y exigimos que tan pronto como sea posible, se incluya en la respectiva orden del día para su discusión. Finalmente consideramos que esta aprobación no es más que una de las conquistas de la meta fijada por los estudiantes de Arquitectura. (ff) Julio Fonseca, Edgar Alvarado, Mario Robles, Carlos Humberto Castillo».199

No quedaba duda del apoyo político obtenido por el CRA, el Plan de Estudios había sido aprobado el 21 de noviembre, por unanimidad sin contar con el dictamen de la Comisión respectiva. No obstante, aún faltaba ponerse de acuerdo sobre el sistema de gobierno.

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El modelo de autogobierno

Se buscaba una forma de gobierno en la que desapareciera la figura del Decano.

La base política del CRA perseguía una nueva forma de gobierno paritario para impulsar efectivamente la reestructura de Arquitectura, en esta desaparecía la figura del Decano. El argumento central era la búsqueda de una paridad real. Argumentaban que, si no existía esta paridad, difícilmente serían puestos en marcha los acuerdos logrados en el CRA. Pero la propuesta tenía el inconveniente de que rompía con las estructuras tradicionales y legales establecidas para la universidad.

La universidad, de acuerdo con su estructura legal, cuenta con un régimen interno para el gobierno de la Facultades integrado por el Decano, el Secretario, dos vocales catedráticos, dos vocales estudiantes y un vocal que representaba al gremio profesional.

Debido a que la estructura de una Facultad no permitía la eliminación de la figura del decano se propuso la creación del Centro Universitario de Diseño y Arquitectura, CUDA.

Con la propuesta principal originada en el Seminario Nacional de Arquitectura, SNA, se pretendía romper esa estructura y sustituirla por un Consejo Directivo integrado por tres estudiantes, dos profesores y un profesional no catedrático. El procedimiento para la elección establecía que uno de los estudiantes sería electo por la Asamblea General Estudiantil, el profesional por la Asamblea del Colegio de Arquitectos y los otros dos estudiantes y los dos profesores mediante voto directo, con pesos compartidos, es decir el 50% para cada sector (profesores y estudiantes). Como se observa desaparecía la figura del Decano, pero se proponía un coordinador nombrado por el mismo Consejo Directivo para un período de dos años. Lo que se buscaba era «romper con la jerarquía y el personalismo que imponía el Decano al ser electo por todos los sectores facultativos y como resultado de las atribuciones que le asigna la Ley Orgánica y los Estatutos de la Universidad; sobre todo, se trataba de lograr la paridad directa en la representación y en las decisiones». 200

200. Castañeda. “La formación”, 38.

Como la Ley Orgánica establecía que las Facultades debían tener una estructura directiva que incluyera al Decano, proponían que la Facultad se convirtiera en un Centro Universitario, ente que no tenía las limitaciones de organización normada para las Facultades.

Las propuestas 134

201. FARUSAC 282, 8/1972 de 19 de septiembre.

Con base en ese criterio se perseguía crear el Centro Universitario de Diseño y Arquitectura, CUDA, para no contravenir la Ley Orgánica.

Se presentaron dos propuestas más, la del GT que hacía cambios, pero no tan radicales y, la presentada por el Claustro de Catedráticos, que básicamente mantenía la concepción organizativa existente. La Junta Directiva entró a discutir sobre las tres propuestas.

La primera propuesta, que transformaba a la Facultad de Arquitectura en un Centro Universitario, fue rechazada por 4 votos a 3. El voto razo nado de los vocales 2 y 3 y del Secretario indicaban: «Votamos en con tra […] porque nos oponemos totalmente a la desaparición de nuestra Facultad como tal y somos consecuentes con la opinión del Colegio de Arquitectos, del Claustro de Catedráticos y de grupos estudiantiles que lo han manifestado claramente. […] Consideramos además que es im procedente, ya que implicaría una inmediata reforma a la Ley Orgánica y a los Estatutos de la Universidad, con las consecuencias que pudiera ocasionar dicho cambio».

La segunda propuesta también fue rechazada por cuatro votos a tres. Los vocales 4 y 5 razonaron su voto: «hemos votado en favor de esta se gunda propuesta de gobierno, emanada del SNA, porque consideramos que con ella se descalifican los argumentos sostenidos en las amena zas evidentes que se han hecho desde algunas posiciones respecto a propiciar los medios de intervención a nuestra Alma Mater, ya que en esta alternativa de gobierno se mantienen los puestos definidos tradi cionalmente mientras que se logra un grado de participación estudian til paritaria aceptable, como medio de transición y proceso del cambio que nuestra unidad pedagógica necesita». Pero, agregaron: «Hacemos constar que sostenemos nuestro irrestricto apoyo a la propuesta ini cial emanada del SNA por considerar que sólo con un grado completo de participación paritaria, se lograrían los propósitos de la Universidad incluyendo una educación integral y verdadera». 201

Las
135
propuestas

202. Ibid.

203. CSU 1181, 3.1/1973 de 24 de enero.

La tercera propuesta, esta vez presentada por el Claustro de Catedráti cos, fue aprobada por cuatro votos a favor y tres en contra. El Vocal 2 y el Secretario razonaron su voto indicando: «Votamos a favor porque consideramos […] se ajusta más a la realidad de la Facultad, sin lesionar el estatus actual, y mantiene el espíritu universitario y la paridad de decisión catedrático-estudiante, en el nivel docente es donde corres ponde, siendo una solución positiva a los graves problemas que afronta nuestra Facultad». 202

La propuesta original del Sistema de Gobierno del CRA no fue la apro bada por la Junta Directiva, pero esto no tendría ninguna relevancia ya que debido a la presión que se ejercería sería evaluada y considerada por el CSU.

La urgencia para que fuera conocida la propuesta se patentizó desde el 18 de octubre, cuando la AEDA envió una nota al CSU solicitando se apresurara el conocimiento y aprobación del Plan de Reestructuración de Arquitectura y se resolviera en definitiva lo atinente al currículum y al sistema de gobierno. Pero, el 8 de noviembre, previo a resolver, el CSU acordó que la Comisión de Política Universitaria y de Asuntos Jurídicos del Consejo dictaminara acerca de la “forma de gobierno” propuesta en el Congreso de Reestructuración. En enero se insistiría nuevamente con el tema y se comenzaría a presionar para que, previo a la elección de Decano, fuera aprobado el sistema de gobierno. 203 Pero el sistema de go bierno quedaría en un impase que afectaría los procesos eleccionarios y sería revisado hasta junio de 1973, no obstante, había sido aprobado que el Plan de Estudios iniciara en enero.

Las propuestas 136

204. Citado por Castañeda. “La formación”, 40.

El Plan de Estudios 1972

El nuevo plan consideraba dos conceptos fundamentales: El diseño, que se planteaba como un proceso lógico que resuelve un conjunto determinado de necesidades, que tiende a la optimación de las soluciones de acuerdo con la disponibilidad de recursos y conduce a la modificación de la realidad en función del hombre, y la arquitectura, considerada como una actividad que conforma el espacio en función de las necesidades humanas, controla las relaciones entre el medio ambiente y el hombre y las formaciones y actividades sociales que se realizan en su seno. Se concebía a la obra arquitectónica como un fenómeno sensible, por tanto, con posibilidades de tener propiedades estéticas, que conforma el medio espacial específico en donde se desarrolla la actividad humana. 204

La propuesta se orientaba a hacer cambios que buscaban romper con la concepción academista y con los objetivos que la Facultad había tenido previamente. Los nuevos objetivos perseguían lograr la formación integral de un profesional del diseño y la arquitectura con voluntad de transformación del entorno, particularmente nacional, y en cuya formación se involucrara el conocimiento del medio nacional, por medio del estudio sistemático mediante el empleo de métodos de investigación adecuados; la preparación tecnológica, científica y humanista (teóricopráctica) que implicaba un mayor grado de preparación docente para garantizar tal formación; también se pretendía que los estudiantes tuvieran mayor participación activa y mayor grado de decisiones en la dirección, administración, organización y orientación de la Facultad.

Otros objetivos eran fomentar, durante la formación profesional, actitudes que permitieran interpretar en forma critica nuestro proceso histórico y crear valores y objetivos propios; adecuarse a las condiciones socioeconómicas del país para obtener soluciones acordes a la cultura, los recursos y las tecnologías disponibles; utilizar los valores culturales que requiriera la transformación de nuestra sociedad; trabajar en equipos multiprofesionales y ser sujeto de su propia formación que continuarla fuera de las condiciones facultativas establecidas.

Las propuestas 137

Tabla: 4.1.

La percepción sobre los aportes sociales del CRA

El logro más importante fue que la Facultad de Arquitectura empezó a ver hacia la Realidad Nacional y a discutir cuál era el rol que el pro fesional de la Arquitectura debía jugar para la transformación del País. (Jorge Cordón)

◊ Se integró un pénsum que estaba vinculado por años y con la figura de un arquitecto para el me dio guatemalteco. (Pedro Asturias)

◊ Puedo dar el testimonio que nos preparó, a toda esa generación, para afrontar el desafío que represento para Guatemala la emergencia Nacional del terremoto de 1976. (Jorge Cordón)

◊ Se comprobó la capacidad de los estudiantes de conducir un proceso de transformación univer sitaria. (Sergio Duarte)

◊ Ponerle atención a la responsabilidad del gua temalteco, se buscó soluciones para las clases más necesitadas y se abrió el aprendizaje a más sectores. (Ramiro Soria)

◊ La visión que consideraba la realidad social y nacional. Y que ya no fue una facultad de élite. (Julio Fonseca)

◊ Se estableció una visión de servicio para la for mación profesional. (Sergio Duarte)

◊ Entró la oleada de cambio. Se necesitaba una facultad con mas fundamento social, pero no debió perderse la esencia de la arquitectura. (Eduardo Aguirre)

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas según se identifica al final de cada párrafo.

Se buscaba construir no sólo una entidad educativa, sino un centro de investigación, análisis e interpretación del medio ambiente y sus necesidades, convirtiéndose en el organismo máximo de evaluación, dictamen, divulgación y asesoría de los campos de su competencia. Finalmente se buscaba promover la creación de grupos multiprofesionales de trabajo, coordinando la investigación, la docencia y la extensión con otras Facultades y universidades.

El Plan de 1972 contaba un total de 99 cursos y había sido diseñado con una estructura para 10 semestres, es decir un año menos que cualquiera de los planes anteriores. Del total de cursos disponibles, se necesitaban aproximadamente 79 para cerrar pensum. La cantidad final dependería de los cursos electivos escogidos, pues unos tenían asignados más créditos que otros. Se había estructurado un pensum abierto que se guiaba por las líneas lógicas de prerrequisitos. En promedio se escogían 17 cursos electivos entre 30 disponibles. Esto sumado a los cursos fundamentales significaba un promedio de 7.9 cursos por semestre. La gran cantidad de materias ocasionaría que más del 60% de los cursos se convirtieran en trimestrales para reducir la alta carga académica que ocasionaba la nueva estructura.

Las
138
propuestas

205. Castañeda, 34.

206. Byron Rabe. “Análisis de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del diseño y la creatividad.” Tesis doctoral, Universidad de San Carlos de Guatemala, 2017. 78.

La estructura del Pensum había variado notablemente. En ese momento la preocupación principal era responder al enfoque ideológico y a la vinculación con la realidad social. El saldo final, en este sentido, fue favorable al movimiento y condujo a la Facultad a un nuevo Plan de Estudios con un enfoque marxista.

…se introdujeron, entre otros, los estudios de las ciencias sociales, del urbanismo, de la teoría del diseño y la arquitectura, básicamente con un enfoque marxista; y además se sentaron las bases para el establecimiento que programas de investigación, extensión y servicios social hasta entonces prácticamente inexistentes; pero, principalmente, se crearon las condiciones políticas y legales para iniciar un Proceso de Reestructuración de la Facultad, entendido como un esfuerzo global, de largo alcance, que permitiría aproximarse a la formación de un tipo particular de arquitecto cuya práctica, anteponiéndose a la práctica tradicional, los condujera “no a la obra aislada y personal” sino a “la obra orgánica y social”, tal como lo postulara el manifiesto de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura, en noviembre de 1970. 205

Hubo dos grupos de materias que tuvieron cambios cuantitativos notorios, los de Contexto y los relacionados con el Dibujo. En los relacionados con las ciencias sociales y desarrollo hubo un incremento de más del 100%, de 10 pasó a 21 (de estos, 3 cursos eran optativos). En los cursos de Dibujo se observa una marcada disminución que iba de siete cursos en el plan anterior a tres cursos obligatorios en el nuevo: Dibujo natural, Dibujo técnico y Presentación que además se convertirían en trimestrales. La visión del papel del dibujo cambiaría sustantivamente en el nuevo plan.

Debido al nuevo enfoque era lógico el cambio de énfasis porque el pensum se encuadraba en el modelo de restauración social que concibe al estudiante como un agente de cambio social y requiere de las herramientas propicias para generar dicho cambio. Se pretendía el desarrollo de habilidades crítico-reflexivas para modificar la sociedad, se centra en el grupo, en la comunidad y en estimular el pensamiento reflexivo con la intención de transformar la sociedad. Busca desarrollar la creatividad colectiva como uno de los mecanismos para la formulación de proyectos de interés social. 206 Pero el nuevo modelo debía ser implementado y a pesar de las condiciones favorables del medio y la época, generaría inconformidades y protestas.

Las
propuestas 139

Primer ciclo

Tabla 4.2 Plan de

Estudios

1972

por

ciclo,

Tercer ciclo

Lógica

Estética (T)

Psicología 1 (T)

Dibujo Natural 1 (T)

Dibujo Técnico 1 (T)

Ecología 1

Matemática 1

Física 1

asignaturas y prerrequisitos Segundo ciclo

Lenguaje 1 (1) (T)

Teoría de la Arquitectura 1 (T)

Sociología 2 (T)

Economía (T)

Matemática 3

Geometría Descriptiva (T)

Materiales de construcción (T)

Taller Síntesis 2 (2)

Comunicación Arq. 2 (1) (T)

Maquetas (1)

Geometría 2 (1) (T)

10 12 1 13 14 15 16 11 11 14

20. Séptimo ciclo Décimo ciclo Octavo ciclo Noveno ciclo

30 30 21 33 35 36 27 11 39

Cuarto ciclo

2 4, 5 6 7 8 3 4 5 40. Teoría del diseño 2 41. Historia del Arte y Arquitectura 1 (T) 42. Urbanismo (T) 43. Análisis Estructural 2 44. Sistemas y Métodos Construcción 2 45. Taller Síntesis 4 (2) 46. Comunicación Arq. 3 (1) 47. Fotografía (3) (T) 48.Teoría de Juegos (1) 49. Realidad nacional 1 (4) (T)

Dibujo técnico 2 (1) (T) 70 71 73 74 77 72

30. Teoría de la Arq. 2 (T) 31. Estadística (T) 32. Resistencia de Materiales (T) 33. Análisis Estructural 1 34. Topografía 1 (T) 35. Sist. y Mét. Construcción 1 36. Taller Síntesis 3 (2) 37. Geografía (T) 38. Ecología 2 39. Matemática 4

20 23 25 25 24 25 26 22 21 23

62.

19. 89

60 62 64 64 65 66 61 67 63 63 80. Historia del Arte y la Arq. Guate. 1 (T) 81. Diseño estructural 3 82. Control ambiental 2 (T) 83. Taller síntesis 8 (2) 84. Planificación urbana y regional 1 (T) 85. Prefabricación (1) (T) 86. Especificaciones (1) (T) 87. Supervisión de obras 2 (1)

(1) (T)

Arq. del paisaje (1) (T)

50 51 52 53 54 55 39 37 52 53 90. Práctica profesional (T) 91. Taller síntesis 9 (2) 92. Historia del A y la Arq. Guate.2 (4) (T) 93. Conservación de monumentos (1) 94. Laboratorio de modelos (1) 95. Diseño estructural 4 (1) 96. Planificación urbana y regional 2 (1) (T) 97. Construcciones futuras (4) (T) 98. Acústica (1) (T) 99. Control ambiental 3 (1) (T)

63 83 80 80 81 81 84 72 72 82

63 79 64 73 Fuente: Punto 3 del Acta 287 de sesión de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura del 16 de noviembre de 1972. Confirmada por el CSU en Acta 1177 de sesión del 21 de noviembre de 1972. El nuevo plan regiría a partir de 1973. Los cursos que se definieron como trimestrales se obtuvieron del Catálogo de Estudios 74-75 de la USAC . Referencias: (1) Asignatura electiva. (2) Integración de asignaturas. (3) Asignatura optativa. (4) Seminario. (T) Trimestrales. 100. Ejercicio Profesional Supervisado EPS Cierre

Las propuestas 140
Quinto ciclo Sexto ciclo
50. Historia del Arte y la Arquitectura 2 (T) 51. Análisis urbano (T) 52. Análisis estructural 3 53. Organización y adm. de proy.1 (T) 54. Instalaciones sanitarias e hidráulicas (T) 55. Taller síntesis 5 (2) 56. Cinematografía (1) (T) 57. Ciencias políticas (1) (T) 58. Topografía 2 (1) (T) 59. Realidad nacional 2 (4) (T)
41 42 43 44 45 47 21 34 49
10. Teoría del diseño 1 (T) 11. Presentación (Com. Arq. 1) (T) 12. Sociología 1 (T) 13. Matemática 2 14. Geometría 1 (T) 15. Física 2 16. Taller Síntesis 1 (2) 17. Psicología 2 (T) 18. Dibujo Natural 2 (1) (T) 88. Luminotecnia
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Ninguno 60. Historia del Arte y la Arquitectura 3 (T) 61. Diseño urbano 1 (T)
Diseño estructural 1 63. Prog., presupuestos y costos 1 (T) 64. Instalaciones eléctricas (T) 65. Taller síntesis 6 (2) 66. Análisis de sistemas 1 (1) (T) 67. Teoría de la planificación 1 (T) 68. Análisis estructural 4 (1) 69. Organización y adm. de proy.2 (1) (T)
70. Historia del Arte y la Arquitectura 4 (T) 71. Diseño estructural 2 72. Instalaciones especiales (T) 73. Control ambiental 1 (T) 74. Taller síntesis 7 (2) 75. Análisis de sistemas 2 (1) (T) 76. Diseño urbano 2 (1) (T) 77. Teoría de la planificación 2 (1) (T) 78. Prog., presupuestos y costos 2 (1) (T) 79. Supervisión de obras 1 (1)

207. Leonel Méndez Dávila, Teorías de la arquitectura. 25 autores. Universidad de San Carlos de Guatemala: Editorial Universitaria, (1975), iii.

La reestructura impulsada por el CRA, contenía fundamentos teóricos respaldados en una visión crítica de la arquitectura, que trataría de fortalecerse en los siguientes años. Dicha visión argumentaba sobre la necesidad de una explicación científica de la realidad y sus manifestaciones y ocultamientos. Se concebía a la arquitectura como fenómeno, como objeto de conocimiento, que sólo podía ser penetrada por medio de las ciencias sociales. 207 Se sostenía la necesidad de impulsar la formación de un arquitecto con sólidos conocimientos teóricosociales. La red de cursos del plan original aprobado se construyó según se muestra en la Tabla 4.2 y la Figura 4.9.

Varias condiciones habían favorecido la aprobación del Plan, ente ellas, la organización estudiantil, las luchas sociales congruentes con los fines perseguidos, la pérdida de control de las autoridades facultativas y la visión de las autoridades universitarias que vieron una oportunidad de reenfocar y fortalecer la filosofía de la USAC. Además, era evidente la necesidad de hacer una actualización en función del contexto y el momento que se vivía.

La lucha central se había vigorizado por los diferentes valores ideológicos y políticos de la época. La posición progresista enfocada en el concepto de arquitectura social y funcional desafió la visión tradicional centrada en la arquitectura trascendental e individualista.

Con el nuevo enfoque se pretendía que los proyectos de diseño se enmarcaran en las necesidades sociales de las comunidades; se haría énfasis en el método científico, fundamentados en el racionalismo histórico y en el marxismo. Por consiguiente, se pretendía el estudio del método, las metodologías y el diseño funcional basado en la racionalidad y en el conocimiento de una realidad socioeconómica que había que investigar previo a diseñar.

Las propuestas 141

4.8.

figura 7.3)

Las propuestas 142
Figura Red curricular del Plan 1972. Elaboración propia según aprobación en Acta 287 de Junta directiva del 16 de noviembre de 1972 y confirmación del en Acta del CSU1177 del 21 de noviembre de 1972. Posteriormente se publicaría una red para asignaciones que se muestra en la
Las propuestas 143

208. José Asturias, entrevista de B. Rabe, (9 de agosto 2022).

Según comparte José Asturias fue muy valioso el surgimiento de métodos científicos para el diseño como los propuestos por Cristopher Alexander, la inversión de matrices y diagramas de funcionamiento y dejar por un lado la intuición que se impulsaba anteriormente. Pero cuestionaba la paridad que surgía de una premisa falsa en la que se asumía que todo el mundo sabía un tema y, aunque no lo supiera, podía decidir sobre él. Por ejemplo, a alguien se le ocurrió que estaba de moda la teoría de juegos y en el programa de cursos se incluyó como un curso y nunca hubo un profesor que pudiera impartirlo. 208

La Facultad de Arquitectura había iniciado en 1959 con un total de 50 cursos en un régimen anual que se cubría en 6 años, es decir un promedio de 8.3 por año. Al llegar a 1972 la carrera había sido reducida a cinco años, tenía una centena de cursos disponibles y aproximadamente 79 para cerrar el pénsum, lo que daba como resultado un promedio de 15.8 cursos por año con más del 60% de materias en régimen trimestral. Lo que no había reducido la problemática, pronto se tendrían nuevamente quejas de sobrecarga académica. Sería muy difícil cerrar en los cinco años, en especial para los trabajadores estudiantes.

La estructura curricular había sido modificada sustantivamente, el pensum abierto que se guiaba por las líneas lógicas de prerrequisitos permitía que los estudiantes pudieran llevar cursos de cualquier semestre. Esta apertura pronto daría muestras del desorden secuencial que se generaría y que afectaría el principio de integración planteado originalmente, y que tendría repercusiones contrarias a las esperadas de graduar a los estudiantes en menos tiempo.

El modelo del pensum derivado del CRA seguiría durante casi diez años, en este período se darían una serie de hechos que afectarían su desarrollo, pero la influencia de sus principios de servicio y desarrollo social se mantendría hasta la actualidad.

Las propuestas 144

Tabla: 4.3.

La percepción sobre los aportes académicos y las nuevas relaciones

A cada clase se le dio su contenido, que antes no existía. Se integró la investigación extensión. La evaluación y crítica abierta del diseño. (Pedro Asturias)

Haber salido de una visión tradicional gringa o inglesa, a una más adaptada a la realidad guate malteca y abrir el pensum. (Julio Fonseca)

◊ La arquitectura era un trabajo, una práctica téc nica, no un arte, porque esto era un subproducto que depende de la capacidad estética e intelec tual del arquitecto. Debimos avanzar más en esto. (Gilberto Castañeda)

◊ Habernos bajado de las nubes y poner los pies sobre la tierra. Sobre falsas expectativas de las grandezas de los arquitectos, que estaban fuera de la realidad de la mayoría. (Glenda Rodríguez)

◊ Se mejoraron los enfoques metodológicos, nuevas formas de investigación y de enfrentar los pro blemas nacionales. (Miguel Ángel Santa Cruz)

◊ La llegada de las metodologías del diseño, que eran especialmente útiles con temas nuevos. (Gilberto Castañeda)

◊ El surgimiento de métodos científicos para el di seño, tales como, los propuestos por Alexander. La inversión de matrices diagramas de funcio namiento y dejar por un lado la intuición que se impulsaba anteriormente. (José Asturias)

◊ Había investigaciones más fundamentadas, especialmente en las tesis. Se creo más base y sustento a las propuestas. (Miguel Santa Cruz)

◊ Lo mejor del CRA fue el taller vertical que nos permitía aprender de los compañeros que iban en los años superiores. (Fernando Salazar)

◊ La integración vertical era una fortaleza, el pro blema fue que no era simple impulsarla. (Gilberto Castañeda)

◊ Se fueron las autoridades que decían que el ar quitecto nace no se hace y propiciaban el elitismo en la carrera. (José Asturias)

◊ Se incrementó la participación estudiantil, se observó más entusiasmo por participar y se res petaba más la opinión del estudiante. (Miguel Santa Cruz)

Cuando entramos los profesores eran arquitectos que tenían un estatus distinto y debían tener un trato especial. Los que llegaron se volvieron más accesibles. (Fernando Salazar)

◊ Se generó una interacción intergeneracional en tre los diversos niveles en que se encontraban los estudiantes. Interrelacionar las actividades de formación en todos los niveles y ámbitos (Sergio Duarte)

Llegaron buenos profesores como Carlos Lobos, Guillermo Gomar, Regresaron de Francia Darío Menéndez y Rodolfo Portillo con nuevas ideas. (Fernando Salazar)

◊ Se contó con profesores que no pertenecían a los grupos cerrados y elitistas, como Rubén Bayley, que se dedicaba a la topgrafía y llevaba sus ins trumentos personales con los que aprendimos. (Fernando Salazar)

◊ Hubo buenos profesores como Adolfo Lau o Augusto de Leon que estaban orientado a la sis tematización del diseño. (Gilberto Castañeda)

La incorporación de profesionales jóvenes de mente abierta que se especializaron fuera. (Julio Fonseca)

Una de las virtudes del CRA es que se abrió el monopolio de arquitectura de USAC y se formó en la URL y UFM. (Eduardo Aguirre)

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas, según se identifica al final de cada párrafo.

Las propuestas 145

Acciones para consolidar el CRA 148

ACCIONES PARA CONSOLIDAR EL CRA

209. Carlos Sabino. Guatemala, la historia silenciada (1944-1989), Tomo II, El dominó que no cayó. (Guatemala: Grafiaetc, 2018) 161.

210. Este movimiento duraría setenta y cinco días, hasta que fueron concedidos los aumentos salariales negados desde inicios del gobierno de Arana.

211. Virgilio Álvarez. Conventos, aulas y trincheras, 28.

En el tema de la guerra interna, las emboscadas y los enfrentamientos en el campo disminuyeron notablemente a partir de 1973. Pero, en ese relativo silencio se fraguaba una etapa de reagrupamiento y definición de nuevas tácticas y estrategias de dispersión y de reencuentro que culminarían con la creación de las más importantes organizaciones guerrilleras que existieron en Guatemala, el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA). El EGP se organizó en México con exiliados que habían pertenecido a las FAR y que comenzaría a operar oficialmente el 19 de enero de 1972 y la ORPA iniciaría una lenta fase de preparación y penetración en el occidente del país a partir de 1973. 209

Durante ese período se estaba realizando una aproximación entre la oposición legal, las fuerzas democráticas y populares y el movimiento armado, además surgirían acciones de protesta social. El gobierno se resistía a la organización popular por lo que no autorizaría la realización del desfile del 1 de mayo de 1973. El ministro de Gobernación había advertido que reprimiría, con toda la fuerza de la ley, cualquier intento de llevar a cabo el desfile. Como respuesta las organizaciones gremiales y las asociaciones estudiantiles realizaron mítines relámpago en distintas zonas de la ciudad. La acción popular que tendría mayor impacto fue la que se inició el 2 de mayo con la detonación de la huelga de los trabajadores del Estado. 210 El movimiento popular estaba creciendo y se comenzaba a construir un nuevo ciclo en el que, simpatizantes de diferentes sectores de la izquierda, tratarían de producir acciones conjuntas para que las movilizaciones continuaran. 211

Acciones para consolidar el CRA 149

212. Roberto Díaz Castillo.

Memoria de Labores: Rafael Cuevas del Cid. (Guatemala: Editorial Universitaria. 1974) 12.

Según refiere Roberto Díaz Castillo, el gobierno nuevamente amenazó a las autoridades universitarias bajo el pretexto de que se estaba urdiendo un nuevo complot comunista. El viceministro de Gobernación advirtió a las autoridades universitarias que se abstuvieran de participar. 212 Pero la Universidad mantuvo el apoyo institucional a las movilizaciones y las agitaciones sociales continuarían. Al interior del centro de estudios, la convulsión mostraba matices político-ideológicos congruentes con las aspiraciones de los movimientos sociales.

En la Facultad de Arquitectura se esperaba que a principios de 1973 se pudiera contar con un plan de trabajo que orientara el cambio de pensum y las actividades para el ciclo académico. El bloque del CRA seguiría demandando la aprobación del nuevo sistema de gobierno e intentaría poner a la cabeza de la Facultad a dirigentes y docentes que facilitaran su impulso por lo que se entablaría una lucha en torno a las elecciones de Decano.

Aunque para ese entonces la presión para las autoridades se había vuelto determinante e intensa, la lucha al interior de la Junta Directiva había mantenido una correlación de fuerza que todavía permitía mediar en las decisiones. Paradójicamente los bloqueos a las elecciones mantendrían a un Decano que ansiaba entregar su cargo al concluir su período y que los propios estudiantes habían querido hacer renunciar.

Acciones para consolidar el CRA 150

El inicio del nuevo Plan se retrasa

En la Facultad se ubicaron tres grupos de docentes, los de orientación social como Hermes Marroquín, Mario Rojas y Leonel Méndez Dávila; los tecnócratas como Augusto de León, José Asturias y Adolfo Lau y, los de derecha, que incluían a Claudio Olivares, Mario Flores y a la mayoría de los catedráticos titulares de ese entonces. 213

Al ponerse en marcha

1973 había comenzado con la presentación de una planificación que contenía medidas para el cambio de pensum y para la programación de las actividades para el nuevo ciclo académico. Se necesitaría de varias sesiones para lograr el consenso y la aprobación del Plan de trabajo en la Junta Directiva. Castañeda afirmaba que al ponerse en marcha el plan «predominaba el sabotaje de las autoridades de la Facultad y de la mayoría de los profesores», pero también remarcaba que se manifestaban diferencias y contradicciones entre los mismos estudiantes.214

213.

214. Castañeda, “La formación”, 41.

El Plan de Trabajo había sido presentado a Junta Directiva por las nuevas autoridades académicas de la Facultad, el 5 de febrero. Para hacerlo efectivo se planteó la integración de varias comisiones. La Comisión 1 (C1), se encargaría de hacer el estudio de equivalencias entre los planes de estudio.

Acciones para consolidar el CRA 151

el plan predominaba el sabotaje de las autoridades de la Facultad y de la mayoría de los profesores. G. Castañeda Figura 5.1. Trabajo de procesamiento de información, 1972. Sentados: Glenda Rodríguez, Argentina del Rosario Díaz, Julia Toledo y Wolfang Gómez. Foto (segmento): Jorge Rousselin. José Asturias, entrevista.

215. FARUSAC 294, 7/1973 de 14 de febrero.

216. Los informes de cada comisión se encuentran en los anexos de diferentes actas. Para la C1 en Acta 309/1973 de 26 de abril. De la C2 en Acta 298/1973 de 6 de febrero. De la C3 en Acta 304/1973 de 10 de abril. Y de la C4 en Acta 309/1973 de 26 de abril.

217. Nota de AEDA del 8 de marzo de 1973 dirigida a la Junta Directiva.

La comisión 2 (C2) se encargaría de definir los horarios y espacios para impartir las clases. La comisión 3 (C3) tendría a su cargo el presupuesto y la contratación de docentes. La comisión 4 (C4) se encargaría de revisar los contenidos y programas de los cursos.215

Con la formación de las comisiones se buscaba acelerar el inicio de actividades, pero el semestre académico se seguía retrasando por la falta de definición de diversos aspectos, en especial, los relacionados con la aprobación de la nómina de docentes y los avances de las comisiones. 216

Desde dos meses antes se habían presentado protestas estudiantiles por la falta de clases. La AEDA convocaría a una Asamblea general para que Junta Directiva brindara la información relativa al inicio del nuevo plan de estudios y diera al estudiante una panorámica total de la situación. 217 La Junta Directiva informaría que las clases se iniciarían a finales de abril.

Acciones para consolidar el CRA 152

Figura 5.2. En espera del reinicio, 1972. Izq. Aida Toledo, Frank Burmester, Sergio Barrios, Argentina Diaz, Rosalinda de la Vega, Glenda Rodríguez platicando con Mirtala Gutierrez, Alberic de Suremain Mombiela, hasta atrás Felipe Hidalgo. Primer plano Silvia Morales y frente a ella Eugenia García. Foto: Jorge Rousselin.

Dificultosas convocatorias a elecciones

218. FARUSAC 289, 6/1973 de 22 de enero.

219. Ídem.

220. CSU 1181, 3.1/1973 de 24 de enero.

221. FARUSAC 293, 15/1973 de 8 de febrero.

222. FARUSAC 294, 21/1973 de 14 de febrero.

El Decano Carlos Asensio debía concluir el período de la gestión a mediados de abril de 1973. En la primera sesión de la Junta Directiva de ese año avisó que, de acuerdo con la Ley, debía informarse al CSU para que se hiciera la convocatoria respectiva. Sin embargo los vocales estudiantiles propusieron que no se solicitara la convocatoria, sino que se pidiera al Consejo un pronunciamiento sobre la forma de gobierno para la Facultad de Arquitectura que había sido planteado en el marco del CRA.218 El Secretario recordó que en sesión del 19 de septiembre del año anterior, la Junta Directiva había aprobado una de las tres propuestas y que dicha forma de gobierno mantenía el status actual en lo que al Decano se refería. El Decano propuso que se votara sobre la solicitud de convocatoria de elecciones al CSU y que luego se discutiera sobre la petición de que el Consejo se pronunciara sobre la forma de gobierno. Pero los vocales 1, 4 y 5 no aceptaron y se retiraron rompiendo el quorum. 219

En la sesión del Consejo Superior Universitario del 24 de enero, el Decano de Arquitectura informó sobre lo sucedido. Sentenció que respaldado y, en cumplimiento de los artículos 39 de la ley orgánica y 31 y 82 de los Estatutos de la Universidad, solicitaba se procediera a convocar a la elección en referencia. El Consejo resolvió que de conformidad con los artículos citados se hiciera la convocatoria y encargó a la Junta Directiva que procediera a la integración del Cuerpo Electoral respectivo señalando el lugar, fecha y hora de la elección.220

El CSU definió el programa electoral según el cual el cambio de Decano debía realizarse el 10 de abril de 1972.

En la sesión de Junta Directiva del 8 de febrero se incluiría la resolución del CSU, pero los vocales estudiantiles insistieron en que se conociera en la siguiente sesión.221 El 14 de febrero se discutió nuevamente el tema. El Vocal 5 planteó como cosa previa: «Que la Junta Directiva pida al CSU que se pronuncie a la mayor brevedad posible sobre las formas de gobierno para la Facultad y que, en tanto el Consejo no defina esta situación, no se convoque a elecciones». La Junta Directiva aprobaría (con tres votos a favor uno en contra y una abstención), solicitar al CSU que se pronunciara sobre las formas de gobierno para la Facultad a la mayor brevedad e insistir en que la Junta Directiva no fijara fechas para las elecciones en tanto el Consejo no definiera la forma de gobierno de la Facultad de Arquitectura. 222

Acciones para consolidar el CRA 153

223. CSU 1187, 6.4/1973 de 21 de febrero.

224. FARUSAC 296/1973 de 28 de febrero.

225. FARUSAC 297/1973 de 5 de marzo.

226. FARUSAC 300, 4/1973 de 13 de marzo.

227. Ídem. Los Vocales 1, 4 y 5, consideraron el proceso ilegítimo por lo que solicitaron que el proceso fuera interrumpido y se fijara nueva fecha.

El Decano llevó nuevamente el tema al CSU. El Consejo con base en la opinión de la Asesoría Jurídica y en vista de la situación, resolvió definir el programa electoral fijando las fechas para la elección. Para delegados profesionales sería el 16 de marzo y para delegados estudiantiles el 23 de marzo. La reunión del Cuerpo Electoral se estableció para el 2 de abril. El Acta debería ser conocida el 4 de abril y de aprobarse, se procedería al cambio de Decano el 10 del mismo mes, de acuerdo con el programa específico. 223

El 28 de febrero en reunión de Junta Directiva el Secretario planteó como cuestión previa, dar a conocer la transcripción recibida de la sesión del CSU del 21 de febrero. El Secretario dio lectura a la transcripción en donde se fijaban las fechas para las elecciones. 224 El 5 de marzo el Decano intentó incluir como primer punto de agenda la resolución del CSU sobre las elecciones y sometió a votación el orden de la agenda, finalmente, el tema quedó en el último punto de la agenda y no fue tratado. 225 Sin embargo, aún sin la resolución de Junta Directiva, se procedería con la convocatoria.

En la sesión del 13 de marzo se presentó una fuerte discusión sobre el tema de las elecciones con la que los vocales 1, 4 y 5 manifestaron estar en desacuerdo. Los principales argumentos eran que hasta ese día se estaba tratando y no había sido aprobado por Junta Directiva, que se había pedido que previamente se revisara el tema del sistema de gobierno, que se había tenido falta de información, y que la fecha fijada era en un período en que no había actividades académicas normales dentro de la Facultad. Además, consideraban que el proceso eleccionario sería ilegítimo por lo que solicitaban que el proceso fuera interrumpido y se fijara nueva fecha. 226

Pero la respuesta del Vocal 2 y del Secretario fue que no era cierto que la Junta Directiva se hubiera enterado hasta eses día. El Secretario agregó que según constaba en el Acta 296 del 28 de febrero, le había preguntado al Vocal 5 por qué razón se oponían y la respuesta fue «que no tenían interés en que se realizara el proceso eleccionario». El Secretario insistió en que todo lo actuado se enmarcaba en la Ley Universitaria. 227

Acciones para consolidar el CRA 154

Para ese momento se presentaría la opción de varios precandidatos a decano, se mencionan los nombres de José Asturias, Hermes Marroquín y Francisco Piloña, sin embargo, no llegarían a concretar sus candidaturas ante la difícil situación para realizar las elecciones, pero no dejarían de ser blanco de la crítica de los estudiantes. (Figura 5.3).

Acciones para consolidar el CRA 155

Figura 5.3 Panfleto de crítica a un precandidato a decano, 1973. Autor: Sergio Duarte.

228. FARUSAC 303, 4/1973 de 2 de abril.

229. CSU 1193, 5/1973 de 4 de abril.

Dos permisos que aturden

La relativa estabilidad en la Junta Directiva se alteraría cuando se acercaban importantes decisiones ante la solicitud de permiso de dos de sus miembros. El Vocal 2, Carlos de León solicitó licencia para finales de abril y el Decano Carlos Asensio, lo haría a partir mediados de abril. El permiso del primero fue aprobado por unanimidad, pero el del Decano se aprobó con la mínima mayoría. Los votos en contra fueron de los vocales estudiantiles quienes expusieron que no encontraban ninguna razón para conceder el permiso que el Decano solicitaba. Que habían observado que el permiso era a partir de la fecha en la que se vencía el período para el que el Decano había sido electo. Argumentaban que frente a las particulares circunstancia que afrontaba la Facultad, era necesario contar con la participación decidida de todos y con mayor razón de las autoridades administrativas.228 Sin embargo, dos días más tarde la licencia solicitada por el Decano sería validada por el CSU 229 con la única oposición del Ing. y Arq. Claudio Olivares representante del Colegio de Arquitectos que, como representante del sector profesional, aparentemente percibió lo que podía suceder.

En ese momento ni los estudiantes ni el mismo Decano se habían percatado de la trascendencia de esa decisión. Él mismo había abierto las puertas para ampliar el nivel de influencia de sus opositores, a la vez que disminuiría sus posibilidades futuras. Al salir prematuramente del tablero estaba perdiendo la oportunidad, no solo de defender algunas de sus ideas, también de incidir en el movimiento de las piezas, pero, sobre todo, de velar por que se respetara a los profesores.

El Vocal 1, sustituiría al Decano y no dejaría pasar la oportunidad para encauzar los procesos que se aproximaban y ampliar su presencia entre docentes y estudiantes. El bloque del CRA necesitaba consolidar el proceso y sus impulsores aprovecharían las circunstancias para tomar una serie de decisiones y ejecutar diversas acciones que aseguraran los resultados previstos con el mínimo de oposición. Entre ellas buscarían fortalecer el funcionamiento el nuevo pensum, impedir las elecciones a Decano, evitar la contratación de docentes que no apoyaron el CRA, reducir el número de titulares contrarios al proyecto, propiciar el sistema de autogobierno y convocar a elecciones en condiciones favorables. La lucha para impulsar el nuevo modelo iniciaría un nuevo ciclo de batallas.

Acciones para consolidar el CRA 156

Una cuestionada evaluación docente

230. Castañeda, “La formación”, 42.

231. Los criterios de evaluación docente que había utilizado la comisión incluían 6 aspectos: Grado académico, experiencia docente, servicios universitarios y estudiantiles, participación en el CRA y en el Seminario Nacional de Arquitectura (SNA), investigación y realidad nacional. Cada uno se evaluaba con literales que tenían valores numéricos: A 5; B 4; C 3; D 2; E 1, y F 0. El máximo por obtener era de 30 puntos. (Ver anexo Acta 304).

232. FARUSAC 304/1973 de 10 de abril.

Luego de la forzada renuncia de las anteriores autoridades académicas en 1972, el panorama se fue facilitando para el bloque del CRA, pero todavía aspiraban a eliminar o reducir cualquier oposición al proyecto. Quedaban algunos profesores contratados por semestre que eran afines al bloque conservador y la mayoría de los catedráticos titulares que no sólo podrían obstaculizar el proceso, sino influir en las elecciones pendientes.

Según expone Castañeda «a partir de la salida de las autoridades, profesores y estudiantes, las complicaciones fueron otras; había que enfrentar los propios límites e insuficiencias del proyecto y del bloque de la restructura. Ante todo, en un primer momento, era necesario sustituir casi por completo el plantel de profesores».230

La posible sustitución docente iniciaría con una discutida evaluación realizada por la C3 con la que se perseguía justificar la nueva propuesta para la contratación de docentes.231 Dicha propuesta generaría diversas protestas, tanto a lo interno de la Junta Directiva como por parte de algunos docentes afectados. El informe inicial fue presentado el 10 de abril. La Junta Directiva solicitaría aclaración y citó a la comisión para la siguiente sesión.232

En un primer momento, era necesario sustituir casi por completo el plantel de profesores.

G. Castañeda

Figura 5.4. Profesores y líderes estudiantiles en proceso de organización. Sergio Duarte, Ing. Rony Sarmiento y Arq. Mario de la Roca, se comunican Héctor Jiménez y Jorge Ramírez de la AEDA y Jorge Rousselin. Foto Archivos FARUSAC.

Acciones para consolidar el CRA 157

Había buenos profesores, pero los sacaron porque no tenían el pensamiento congruente con el CRA. Eduardo Aguirre

233. FARUSAC 307/1973 de 12 de abril. En esta sesión ya no tuvo participación el Decano Asensio que volvería a inicios de junio al concluir su permiso.

234. FARUSAC 307/1973 de 12 de abril.

El 12 de abril la Junta Directiva tuvo una reunión con los miembros de la C3 quienes expusieron distintos puntos: el Ing. Rony Sarmiento informó que «no tuvo ninguna participación en la calificación de profesionales […] y que ni siquiera le informaron que el trabajo había sido entregado». El estudiante Héctor Jiménez leyó varios artículos de los Estatutos de la Universidad e indicó que «debido al tiempo, no se pudo efectuar la selección totalmente de acuerdo con esos estatutos». El estudiante Edgardo Cuevas creía «que el trabajo podrá tener defectos, pero que cumple con la finalidad de contar ya con catedráticos y poder iniciar las clases». El Vocal 4, Jorge Rousselin indicó que «aunque haya fallas, el trabajo es muy bueno y que debe resolverse la situación, ya que los profesores propuestos fueron citados y se encuentran presente ya en la Facultad». Héctor Jiménez indicó que «si se retarda la aprobación de la nómina de catedráticos se retardará el inicio de clases y entonces ellos tomarán cartas en el asunto, ya que la situación del estudiante es angustiosa». Cuevas resaltó que «la propuesta de la nómina de catedráticos es provisional, ya que tendrá que haber oposiciones y que, si hay errores, esto fue inevitable y pide que se apruebe para poder iniciar las clases». Finalmente, Héctor Jiménez sentenció «que no incumbía a ellos la realización del trabajo y que, sin embargo, lo hicieron gustosos, pero que la responsabilidad del inicio de clases es de la Junta Directiva y que si no se logra ahora habrá problemas serios y que espera que, en bien de la Facultad, se resuelva en el menor tiempo posible».233

La Junta Directiva continuó con la discusión sobre la nómina propuesta. El Secretario dejó constancia de «su reserva ante la calificación de profesionales realizada por la comisión ya que no fueron aclaradas muchas dudas al respecto y considera que la calificación todavía es motivo de revisión». El Vocal 1, ahora decano en funciones, manifestó que «la nómina de catedráticos debiera aprobarse inmediatamente o los catedráticos propuestos, que fueron citados y están presentes, se retirarán sin que pueda prepararse el inicio de clases para el 24 de abril». El Vocal 2, manifestó «que él no puede aprobar esto, así como está, porque tiene errores que deben corregirse, ya que en todo caso deberá tomarse la responsabilidad de buscar alguna solución al inicio de clases». Finalmente, a propuesta del Arq. Méndez, Decano en funciones, se aprobó la nómina presentada por la C3, con tres votos a favor, dos abstenciones y el voto razonado del Secretario.234

Acciones para consolidar el CRA 158

235. Estuvieron presentes el Decano en funciones Arq. Méndez Dávila, el Vocal 2 Arq. Carlos de León, el Vocal 4 Luis Estrada y el Secretario Arq. Augusto Vela por Junta Directiva. Por la Comisión No 3 el Arq. René Minera, el Ing. Rony Sarmiento, los estudiantes Héctor Jiménez y el Edgardo Cuevas. A la reunión se presentaron los catedráticos titulares y por contratar, convocados para el efecto, pero en el acta no aparecen sus nombres.

La decisión repercutió y la protesta llevó a que el 23 de abril se realizara una reunión entre la Junta Directiva y los catedráticos que expusieron sus molestias y argumentos. 235 A petición de los docentes se levantó un acta de la reunión. El Ing. Ronny Sarmiento reiteró que él fue marginado de la Comisión y que, si bien participó en un principio, posteriormente ya no fue citado ni informado. La Doctora Josefina Alonzo pidió que constara que varios profesores se ofrecieron a trabajar en las comisiones y que a muchos no se les tomó en cuenta. El Arq. René Minera explicó cómo se integró la comisión y las dificultades con que tropezaron por la documentación incompleta. El bachiller Edgardo Cuevas pidió disculpas por los errores cometidos, pero indicó que en seis meses se arreglaría con las oposiciones.

Acciones para consolidar el CRA 159

Figura 5.5. Panfleto de crítica al Claustro de catedráticos, 1973. Autor: Sergio Duarte

236. Acta única punto 17 del 23 de abril anexa al Acta 309/1973 de 26 de abril.

237. Acta única punto 19 del 23 de abril anexa al Acta 309/1973 de 26 de abril.

238. Acta única punto 22 del 23 de abril anexa al Acta 309/1973 de 26 de abril.

239. FARUSAC 309, 11/1973 de 26 de abril.

240. Héctor Jiménez, entrevista (en A. Avendaño, Historia..., 35)

El Arq. Mario Flores preguntó por qué la Junta Directiva aprobó las nóminas de catedráticos si existían tantas dudas sobre la evaluación e incluso los miembros de la comisión habían reconocido sus propios errores. Flores especificó varias situaciones, entre ellas que la organización de la comisión no fue adecuada y no se integró en su totalidad; que los miembros de la comisión habían reconocido que hubo errores en la calificación y en la ubicación de los catedráticos; que la Junta Directiva no consideró que los catedráticos antiguos fueran consultados; que el estudiante Jiménez se auto evaluó y se auto nombró catedrático sin que se hubiera esclarecido las calidades requeridas por la Universidad. Flores también expuso que el mismo Jiménez, que estaba presente en dicha reunión, «se permitió en anterior oportunidad, en un acto público universitario, mencionar que “se había dado el primer paso para echar a los elementos nocivos, profesionales y estudiantes de la Facultad”. Esta situación plantea la duda sobre la imparcialidad con que pudo actuar el profesor Jiménez al evaluar a los catedráticos y como podría actuar como catedrático». 236

La doctora Josefina Alonzo preguntó al estudiante Jiménez a qué artículos de los estatutos de la Universidad se ciñeron para la evaluación. Este le explicó los artículos y por qué no se ciñeron completamente a ellos. La doctora Alonzo señaló que si se citaba un artículo de ley debía respetarse íntegramente, o en todo caso, no se hubiera citado el artículo, sino que se hubiera elaborado un reglamento. Añadió que el haber citado artículos de la ley y no haberlos respetado íntegramente, era ilegal. 237

Uno de los desaciertos fue la gente que llegó a dar docencia, pues se tuvo que recurrir a docentes no graduados porque los catedráticos luego de la evaluación docente decidieron irse.

Héctor Jiménez1

Por último, el Arq. Méndez Dávila convocó a los catedráticos que habían aceptado su ubicación y contratación, para que asistieran el siguiente martes y miércoles a recibir la documentación referente a los programas de clases, siempre sujeto a lo que resolviera la Junta Directiva. 238 Esta acordaría que, «previo a resolver esta situación, se remitiera el acta de la sesión con los catedráticos a la Comisión No. 3 para que informara sobre los puntos que aludían a su trabajo». 239 El Acta levantada sería conocida en la sesión de JD del 26 de abril.

Años después, en una entrevista, Jiménez enfatizó que uno de los desaciertos del procesos sería la gente que llegó a dar docencia, pues se tuvo que recurrir a docentes no graduados porque los catedráticos luego de la evaluación docente decidieron irse. 240

Acciones para consolidar el CRA 160

241. FARUSAC 309/1973 de 26 de abril. Nota anexa.

242. FARUSAC 309/1973 de 26 de abril. Nota anexa dirigida a la C3. En el punto 6, Realidad Nacional, se le había asignado nota con la literal F.

243. FARUSAC 309/1973 de 26 de abril. Nota anexa dirigida a Junta Directiva. En el punto 3, participación en el CRA y el SNA se le había asignado nota con la literal F.

244. FARUSAC 309 12/1973 de 26 de abril.

Al iniciar las clases el tema no se había resuelto y seguían las protestas y las solicitudes de revisión sobre las evaluaciones docentes y las contrataciones aprobadas. En la sesión de Junta Directiva del 26 de abril varios profesores presentaron o reiteraron su protesta.

La Doctora Josefina Alonzo expuso su inconformidad y rechazo de la evaluación de Catedráticos realizada por la C3 «en particular en lo referente a mi currículum y a la calificación dada por la antedicha comisión al mismo. […] pido asimismo a esa honorable Junta Directiva, se sirva ordenar la revisión de los expedientes presentados por todos los profesionales que fueron designado dentro del área Teoría-Historia». 241

Alonzo compartió a Junta Directiva una nota enviada a la C3: «…deseo respetuosamente manifestar a esa Honorable Comisión mi inconformidad por dicha evaluación, especialmente en lo que respecta a los puntos 2, 3, 4, y 6, enfáticamente mi extrañeza ante la calificación de este punto 6, Realidad Nacional» Alonzo continúa: «vengo por este medio a solicitar, con el derecho que me asiste, la revisión de dicha evaluación». 242

Por su parte el Lic. Luis Luján expuso en nota dirigida a Junta Directiva: «…que el no haber asistido al Congreso de reestructuración de la Facultad, obedeció a estar ausente del país, en misión de la propia Universidad de San Carlos y consiguientemente con permiso de la Facultad de Arquitectura». 243

No me explico en qué forma se habrá evaluado el renglón de la “realidad nacional” y si en todo caso el hecho de mi experiencia como supervisor de estudios, en todo el interior de la República, así como el de haber dedicado casi la totalidad de mi ejercicio profesional al problema de la vivienda de interés social no fue significativa para la calificación.

Augusto de la Riva

A pesar de los puntos que se les había restado, ambos profesores, Alonzo y Luján, habían sido de los mejores evaluados. Pero la Comisión había dispuesto que sólo uno de ellos se reintegraría a la docencia. 244

El Arq. Augusto de la Riva también envió una misiva en la que exponía: «No me explico en qué forma se habrá evaluado el renglón de la “realidad nacional” y si en todo caso el hecho de mi experiencia como supervisor de estudios, en todo el interior de la República, así como el de haber dedicado casi la totalidad de mi ejercicio profesional al problema de la vivienda de interés social no fue significativa para la calificación». No comprendo como un arquitecto graduado recientemente y que nunca ha sido catedrático de la Facultad, logró mayor experiencia docente que un servidor que ha sido catedrático desde 1970. De la Riva concluyó: «Creo que podría ahondarse más en el asunto, pero no lo considero necesario

Acciones para consolidar el CRA 161

245. FARUSAC 309/1973 de 26 de abril. Nota anexa dirigida a Junta Directiva.

246. Nota de AEDA del 11 de mayo de 1973 dirigida a la Junta Directiva conocida por Junta Directiva en sesión de 14 de mayo, según consta en Acta 314.

247. Nota del Arq. Claudio Olivares del 30 de abril de 1973 dirigida a la Junta Directiva conocida por Junta Directiva en sesión de 14 de mayo, según consta en Acta 314.

248. FARUSAC 314, 6/1973 de 14 de mayo.

por el momento ya que las razones anteriores son suficientes para formar mi más enérgica protesta ante esa Junta Directiva por la forma en que hemos sido evaluados». 245

Las peticiones de los profesores fueron cursadas a la C3 para que fueran conocidas. No obstante, como se estaba realizando simultáneamente el proceso de elecciones a Decano, el tema no se trataría de inmediato y luego perdería vigencia, además la AEDA se opuso categóricamente a hacer una revisión. 246

Posteriormente el Arq. e Ing. Claudio Olivares dirigió una nota a Junta Directiva en la que renunciaba al nombramiento como docente, debido a que había sido sorprendido al asignarse los cursos de Instalaciones Eléctricas y Luminotecnia, que eran materias que no había impartido con anterioridad y «lamento confesarlo, no está en mi proceder la capacidad de improvisación tan en boga, al parecer en otras esferas, hoy en día […] después de haber analizado con detenimiento los contenidos programáticos elaborados al efecto, he considerado que me es absolutamente necesario contar con un tiempo prudencial para prepararme y preparar un programa que cubra extensa e intensivamente los tópicos señalados, a menos de hacerme copartícipe de otro -permítaseme llamarlo así- “fraude didáctico”». 247 Por lo que declinaba, por ese semestre únicamente, la impartición de los cursos señalados. La Junta Directiva acordó anexar dicha nota al acta y comunicarle al Arq. Olivares que, en vista de que no respondió en el tiempo prudencial, se nombró a otro profesor y que su nota ya era extemporánea. 248

El presidente del Claustro, Arq. Víctor del Valle, presentó una nota a Junta Directiva que expresaba:

Como catedrático titular de la Facultad de Arquitectura, como miembro de la Comisión No. 4 que elaboró los planes de estudio para el nuevo Pensum de estudios y como presidente de la Junta Directiva del Claustro de Catedráticos de la Facultad; presento formalmente mi inconformidad y mi absoluto desacuerdo por la improvisada y errónea calificación y ubicación de los profesores seleccionados por la Comisión No. 3 que, además, operó desintegrada. En mi

Acciones para consolidar el CRA 162

249. Nota del Arq. Víctor del Valle del 25 de abril de 1973 dirigida a la Junta Directiva. Esta nota serviría de referencia para el Recurso de Apelación que presentaría ante el CSU el 26 de abril.

250. FARUSAC 309, 15/1973 de 26 de abril.

251. CSU 1200, 5/1973 de 23 de mayo. Este recurso provocaría que el CSU solicitara a la Asesoría Jurídica elaborar un reglamento para estos procesos.

252. CSU 1205, 5/1973 de 13 de junio. La comisión se integró por el Lic. Mario Dary, el Ing. Edgar Ibarra y el profesor Edwin Mejía.

nombre propio y en el de los catedráticos que pueda representar, no me es posible aceptar tan descabellada proposición, rogándoles, encarecidamente a la honorable Junta Directiva, tenga a bien enmendar los errores cometidos. […] La premura del tiempo y la necesidad de normalizar las actividades académicas de la Facultad, no pueden servir de pretexto para improvisar clases y profesores con el consiguiente engaño a la población estudiantil y el descalabro académico a nuestra casa de estudios, el que una vez más, se pondría de manifiesto en poco tiempo. […] No me corresponde señalar los deberes que competen a la honorable Junta Directiva pero sí deberé señalar las responsabilidades a que se hacen acreedores de todos los sucesos que se deduzcan de tan desatinada selección y ubicación de Catedráticos en caso de no ser enmendada. 249

El Decano en funciones indicó que la generalización que hacía el Arq. del Valle «ofendía la dignidad de todos los profesores que fueron seleccionados para integrar el cuadro de catedráticos, ya que, si bien podía haber algunos reajustes, la mayoría estaba correctamente ubicada y no merecía tal consideración». En tal sentido propuso que se rechazaran los conceptos de la nota y no se entrara a conocer. Por su parte el Secretario, Arq. Vela, solicitó que se tomara en cuenta la petición de revisión del Arq. del Valle junto con las otras peticiones de revisión para dictaminar al respecto. El punto fue sometido a votación y se aprobó la propuesta del Arq. Méndez por tres votos a favor y dos en contra. 250 Del Valle se había confrontado directamente al Decano en funciones y había hecho señalamientos que pronto tendrían repercusiones.

Presento formalmente mi inconformidad y mi absoluto desacuerdo por la improvisada y errónea calificación y ubicación de los profesores seleccionados por la Comisión No. 3 que, además, operó desintegrada.

Víctor del Valle

El presidente del claustro había presentado una apelación al CSU en la que incluía similares argumentaciones y otras más. 251 El CSU decidió trasladarla a Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura para que en el plazo de cinco días respondiera a las acusaciones. El 13 de junio el CSU acordaría nombrar una comisión investigadora para mejor resolver. 252

El caso de las contrataciones llegó hasta las instancias del Colegio de Arquitectos que en sesión del 25 de abril acordó hacer una publicación en la que «…lamenta profundamente la situación anómala que vive la Facultad de Arquitectura, ya que desde hace un año no se realiza normalmente la labor académico docente, lesionando en primer término

Acciones para consolidar el CRA 163

253. FARUSAC 314, 5/1973 de 14 de mayo.

254. Pronunciamiento público de la Junta Directiva del Colegio de Arquitectos, acordado el 25 de abril de 1973.

255. FARUSAC 314, 5/1973 de 14 de mayo.

los intereses estudiantiles en su búsqueda de superación, cuyos núcleos familiares en su mayoría, contribuyen con grandes sacrificios al logro de este afán, y segundo, privando al país de los técnicos necesarios para su desarrollo y bienestar del pueblo». 253

Lamentaba también que la Junta Directiva de la Facultad hubiera dejado al margen al cuerpo docente y no hubieran renovado sus contratos desde enero o les hubieran comunicado las razones pertinentes de su despido, lo que colocaba a la Universidad en una delicada posición laboral. A esa situación irregular se sumaba una pretendida evaluación hecha por una comisión nombrada por Junta Directiva que obró de forma desintegrada y con marcada improvisación. Condenaba que uno de los miembros de esa semicomisión se hubiera auto evaluado y asignado cátedras, dejando al margen una actuación desinteresada e imparcial. Consideraban lamentable también, «que aduciendo actuar para evitar nueva pérdida de tiempo se estén aportando los instrumentos para el inicio de una actividad académica a todas luces apresurada y que podían originar otra crisis similar a la que es causa de los problemas actuales». […] «La Junta Directiva del Colegio de Arquitectos de Guatemala, deja constancia pública, de su condena a la forma de actuar del señor Decano de la Facultad de Arquitectura, que, en los momentos más difíciles para nuestra casa de estudios, se ausentó de su cargo sin haber sido electo aún su sucesor». 254

La Junta Directiva conoció copia del pronunciamiento del Colegio y acordó «que los miembros de Junta Directiva que quisieran aclarar al Colegio sobre su actuación a este respecto emitieran su opinión y redactaran una nota, a más tardar el jueves 16 de mayo, para poder enviar dichas aclaraciones al Colegio de Arquitectos». 255

Acciones para consolidar el CRA 164

Tabla 5.1

Catedráticos contratados que iniciaron el ciclo lectivo de 1972 con el Plan 1969 según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Dra. Esc. Ing. Ing. Ing. Ing. Ing. Ing. Ing. Lic. Lic.

Adolfo Lau Chang

Alfonso Yurrita Cuesta

Carlos Brichaux

Carlos Corado

Carlos Rigalt

Claudio Olivares

Eduardo Ruata

Elmar René Rojas

Fernando Schwank

Francisco Ferrús Guillermo Pemueller

Héctor Quezada José Asturias Rudeke

Luis Arroyave

Luis Cáceres

Manuel Sandoval Cofiño

Mario Flores Ortiz

Mario Roca Sermeño

Mario Rodas del Valle

Mario Schoenstedt

Max Holzheu

Peter Giesseman

Rafael de la Riva Ricardo Alonso del Valle Santiago Tizón

Víctor Quan Chú Josefina Alonzo Dagoberto Vásquez Hugo Masaya Jacinto Quan Chú

Jaime Cáceres Knox

Jorge Gebhardt

José Antonio Contreras

José Godoy Flores

Rafael Santiago Luis Lara Roche

Luis Luján Muñoz

Composición y edificación Servicio Social Geometría descriptiva Edificación Diseño Fund. Dibujos y Composición Edificación

Dibujo, educación visual, Diseño F. Pintura

Dibujo constructivo Edificación Composición Edificación Composición Dibujo y educación visual Dibujo y educación visual Composición Composición

Dibujo, educ. visual, composición Dibujo, educ. visual, Dib. Constr. Diseño Fundamental y Composición Composición Composición Edificación

Dibujo y educación visual Edificación

Dibujo y educación visual Historia del Arte Escultura Matemáticas Edificación Matemática y mecánica Edificación Matemáticas Resistencia de Materiales Física

Técnicas y estudios de investigación Historia de la Arquitectura

IT Massachusetts USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC U. de Barcelona IT Georgia USAC UNAM USAC USAC U. de Roma USAC USAC

USAC Arq. deportiva USAC

I. Politécnico Suiza U. de Harvard USAC USAC USAC USAC USAC ENAP USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC

Acciones para consolidar el CRA 165

Fuente: Plan de Estudios 1969 en Catálogo de Estudios 1972 de la Universidad de San Carlos de Guatemala. No se incluyen los titulares que se especifican en la Tabla 5.2

Sustitución de los cuadros docentes

Para 1972, el Plan 1969 había iniciado el cuarto año de su implementación. La composición del cuadro docente incluía a profesores graduados en el exterior que habían integrado la Facultad desde los primeros años y también graduados en la USAC que se habían ido incorporando poco a poco dentro del modelo vigente. El registro de profesores para el inicio de ese ciclo se muestra en la Tabla 5.1.

Tabla 5.2

Catedráticos Titulares que iniciaron en 1972 según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Dr. Ing. Ing. Ing.

Arturo Molina Augusto Vela Carlos Asensio Carlos de León Peláez Carlos Haeussler Federico Fahsen (Urbanista) Guido Ricci Hermes Marroquín Lionel Méndez Dávila Pelayo Llerena René Minera

Roberto Aycinena Roberto Ogarrio Víctor del Valle Eduardo Suger Ernesto Rosales Gonzalo Pelarea Ronny Sarmiento

Composición y edificación Secretario Decano Composición y Dibujo constructivo Composición Planeamiento y composición Arq. Composición y edificación Planeamiento

Historia de la Arq. y análisis arq. Edificación Investigación

Teoría y análisis arq. y composición Diseño Fundamental Historia de la Arq. y composición Física y matemática Física y matemática Estructuras y edificación Estructuras y edificación

USAC USAC EE.UU. USAC UNAM U. de California. USAC USAC USAC U. de Illinois USAC UNAM U. de Tulane USAC USAC USAC USAC USAC

Fuente: Plan de Estudios 1969 en Catálogo de Estudios 1972 de la Universidad de San Carlos de Guatemala y Actas FARUSAC 347, 368 y 374.

De 1972 a 1973 cambiaría totalmente la nómina de docentes, sólo quedaban unos pocos que apoyaron el CRA y los catedráticos titulares.

Los catedráticos titulares mantuvieron su categoría lo que les permitió protección para continuar en su cargo, (Tabla 5.2). La mayoría pidió permiso para dejar la docencia durante el período del CRA, entre ellos hubo quienes no completarían los procesos o esperarían a tener la confirmación de la autorización. Las repercusiones por no concluir los trámites administrativos tendrían serias consecuencias.

Acciones para consolidar el CRA 166

Tabla 5.3

Catedráticos contratados en el ciclo lectivo de 1973 (Planes 69 y 72) según materias impartidas y centro educativo de graduación.

Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Arq. Dr. Ing. Ing. Ing. Ing. Ing. Lic. Lic. Lic. Lic.

Adolfo Lau

Carlos Brichaux

Carlos Lobos

Claudio Villatoro Eduardo Aguirre

Elmar Rojas

Francisco Chavarría

Francisco Méndez D.

Francisco Piloña Gilberto Castañeda

Guillermo Gomar

Jorge Lara José Asturias R. José María Magaña

Luis Eskenasy

Luis Fernando Pepió

Manuel Pinelo

Marcelino González

Mario Ceballos

Miguel Ángel Imeri

Miguel Ángel Santa Cruz

Sergio Flores

Víctor Hugo Hernández

Víctor Quan René de León

Alfredo Rivera Erwin Solórzano

Jorge solares Amadeo García Hugo Cabrera Hugo Galindo Raúl morales

Vicente Mazariegos

Antonio Vera

Fernando Noriega

Luis Luján Muñoz

Francisco leal

Construcción Integración Medios de comunicación Construcción Integración Medios de comunicación y Teoría Planeamiento Integración Integración Teoría e historia Integración Construcción Inter Áreas Integración Construcción Integración Integración Teoría e historia Integración Medios de comunicación Planeamiento Instalaciones y control ambiental Instalaciones y control ambiental Medios comunicación e integración Instalaciones y control ambiental Medios de comunicación Investigador Planeamiento Instalaciones y control ambiental Instalaciones y control ambiental Estructuras Estructuras Estructuras Estructuras Estructuras Teoría e historia Estructuras

I. T. Massachusetts USAC USAC USAC USAC USAC USAC Esp. en Perú USAC USAC USAC USAC USAC UNAM Esp. México USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC Esp. en Chile USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC USAC E. de Ing. y Arq. México USAC USAC USAC USAC USAC USAC

Fuente: Acta 340 /1973 de 11 de septiembre (Anexo). Contratos del 15 de abril al 31 de agosto ampliados al 30 de septiembre. No se incluyen a los docentes de cátedras integradas de la Facultad de Humanidades, Lics. Hugo Ruano, Helen Umaña y Ma. del Carmen Meléndez, y de la Facultad de Ingeniería, Ings. Jaime Cáceres, Antonio Contreras, Rafael Santiago y Hugo Masaya.

Acciones para consolidar el CRA 167

256. J. Fonseca, entrevista.

Al iniciar el nuevo Plan de Estudios en 1973, la configuración de la estructura administrativa y académica se modificaría. De acuerdo con el nuevo organigrama los jefes de área eran: para Teoría e historia el Arq. Lionel Méndez Dávila, para Medios de comunicación el Arq. Carlos Lobos, para Planeamiento el Arq. René Minera, para Estructuras el Ing. Hugo Galindo, para Construcción el Arq. Adolfo Lau, en Instalaciones y control ambiental se ubicaba el Arq. Sergio Flores y la Coordinación Académica y de Interáreas estaba a cargo del Arq. José Asturias. Para entonces, el cuerpo docente había cambiado sustantivamente. (Ver Tabla 5.3)

De los docentes registrados que impartían docencia en el Plan 69 durante 1972 (Tabla 5.1), se mantuvieron cinco en la nómina de contrataciones para 1973 (Tabla 5.3). Algunos habían iniciado en 1972 (Brichaux, Rojas y Quan) y habían apoyado el trabajo del CRA (Lau, Brichaux y Asturias). La mayoría de los titulares se encontraban con permiso.

Según indica Julio fonseca, posteriormente se logró la incorporación de «profesionales jóvenes de mente abierta que se especializaron en el exterior, como Darío Menéndez y Rodolfo Portillo en Francia, Miguel Ángel Santa Cruz en Chile, Francisco Chavarría en Perú; y otros que tenían práctica como Carlos Brichaux que era muy buen diseñador y Carlos Lobos Klemp que tenía mucha práctica y a la vez entusiasmaba». 256

Acciones para consolidar el CRA 168

Cambio de la directiva del Claustro

Las diferencias que se estaban dando entre los sectores fueron arreciando el pulso entre la vieja y la nueva guardia. El papel que habían ido asumiendo los estudiantes les había dado niveles de empoderamiento que no hubieran imaginado seis meses antes. La influencia estudiantil llegaría hasta la organización docente a la que se le exigiría la definición de posiciones durante ese período crítico en el que se avizoraban más cambios. Así las cosas, durante la segunda semana de mayo, la AEDA dirigió una nota a la Junta Directiva de la Facultad, en la que expuso:

257. Nota de AEDA del 11 de mayo de 1973 conocida por Junta Directiva en sesión de 14 de mayo, según consta en Acta 314.

1. Que conoce de lo actuado por un grupo profesional que se ampara con el nombre de “claustro de catedráticos”, y hace recordar que con este mismo nombre se ampararon estas mismas personas para ejecutar todo el boicot de que fue objeto el Congreso de Reestructuración de Arquitectura y el Seminario Nacional de Arquitectura. 2. Que califica de mal intencionado lo actuado por este grupo al pretender que se destituya al cuerpo docente que en este momento está sirviendo en la Facultad con carácter interino. 3. Que no teniendo vigencia como catedráticos, se advierte que estas personas detentan esos cargos con el fin de consolidarse gremialmente y defender sus intereses personales y prestigio. Y se advierte que detentan los cargos irreales de un “Claustro” que no existe y cuyas acciones se encaminan a crear caos dentro de un proceso real de normalización de la Facultad de Arquitectura. 4. Que esa Junta Directiva sin vigencia la que estas personas integran desde el momento que su calidad como tal dejó de existir al modificarse la integración del cuerpo docente de esta Facultad y no existe ninguna elección que califique al nuevo cuadro directivo del mencionado cuerpo. 5. Que todas estas maniobras van encaminadas en perjuicio del conglomerado estudiantil y por lo cual no podemos dejar pasar por alto esta inmoralidad. 7. Que esta Junta Directiva y ejecutiva manifiesta su voto de confianza a lo actuado por la Comisión No. 3 de implementación el Plan de Estudios, al verificar que la escogencia de los actuales catedráticos fue realizada con toda objetividad y buena voluntad. 8. Que por mayoría absoluta de amplio margen, la Asamblea General de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura -AEDA- denegó la creación de una comisión que investigara lo actuado por la comisión No. 3 y que por tanto se considera de general aceptación al actual Claustro. Por tanto, y en base a las anteriores consideraciones, calificamos de contrario a los intereses generales del estudiantado, lo que estas personas pretenden hacer valer. Que además, estas acciones no conducen si no a que se suspendan las clases y a que surja el caos dentro de esta casa de estudios que apenas empieza a laborar con normalidad.257

Acciones para consolidar el CRA 169

258. Sesión del Decano en funciones con el Claustro. 11 de mayo de 1972. Estuvieron presentes el Decano en funciones Leonel Méndez Dávila los coordinadores de área Carlos Brichaux, Carlos Lobos Klemp, René Minera, Rony Sarmiento, Adolfo Lau y Sergio Flores. Los catedráticos: Augusto de León, Guillermo Gomar, Eduardo Aguirre, Mario Bendfeldt, Hermes Marroquín, Elmar Rojas, Marcelino González, Carlos de León, Miguel Ángel Imeri, Francisco Chavarría, Miguel Ángel Santa Cruz, Jorge Solares, Eduardo Aguilera, Jaime Cáceres, Antonio Contreras, Rafael Santiago, Claudio Villatoro, Víctor del Valle, Jorge Lara, Amadeo García, René de León y los estudiantes Francisco Leal y Antonio Vera. De los ausentes únicamente se excusó Augusto Vela, Secretario de la Facultad.

259. Acta 1, 3/1973 de 11 de mayo. Levantada por el Decano en funciones en reunión con el Claustro de Arquitectura. Fue conocida en sesión de Junta Directiva del 21 de mayo de 1973.

260. Ídem.

En la sesión de Junta Directiva del 21 de mayo se conocería la declaración del Claustro de Catedráticos derivada de una sesión convocada por el Decano en la que estuvieron presentes docentes activos de la Facultad. 258 En la reunión se darían una serie de argumentaciones y toma de decisiones trascendentales para la organización del claustro. En el Acta se observa que el Decano en funciones expuso que, a sugerencia de algunos catedráticos, se incluía el punto de organización del claustro en la agenda del día. Planteó la contradicción que representaba la aparente existencia de dos claustros y que el claustro lo constituían los catedráticos presentes nombrados y activos dentro de la docencia y no aquellos que ya no tenían relación laboral dentro de la Facultad. 259

El Arq. Guillermo Gomar expuso que el documento remitido por el arquitecto Víctor del Valle, en nombre del claustro, no había sido consultado por lo que se solicitaba que quedara constancia del rechazo hacia dicho escrito. El arquitecto del Valle explico que él representaba al claustro que lo eligió presidente. Por su parte el Arq. Elmar Rojas pidió que se dejará constancia de que no se había pedido su opinión para la publicación que del Valle dijo hacer el nombre del claustro. El arquitecto Méndez Dávila pidió aunarse a esa constancia ya que tampoco fue consultado. El Arq. Lobos Klemp pidió dejar constancia de que se había hecho una generalización que ofendía a los profesionales que estaban en ese momento trabajando en la docencia de Arquitectura.

Los arquitectos Carlos Brichaux y Guillermo Gomar unificaron una mo ción que incluía dos puntos: 1. Que se procediera a la elección de Junta Directiva del claustro de catedráticos y 2. Que se hiciera una aclaración pública y ante el Consejo Superior Universitario del rechazo a la nota sus crita en nombre del claustro.

Finalmente se despojaría a del Valle de la presidencia del Claustro por medio de la nominación de una única planilla para la dirección del Claus tro de Catedráticos. Se eligieron a los arquitectos Guillermo Gomar como presidente, Marcelino González como Secretario y Eduardo Aguirre como Vocal 1. 260 Los dos últimos serían Decanos de la Facultad en los años 80.

Acciones para consolidar el CRA 170

261. FARUSAC 302/1973 de 23 de marzo.

262. Audiencia a Cesar Vera Presidente de AEDA y Jorge Rousselin.

263. Audiencia a estudiantes Rodolfo Sinibaldi, Enrique Matheu y Guillermo Alejos.

264. CSU 1192, 2.1 y 2.2/1973 de 28 de marzo.

265. FARUSAC 305/1973 de 11 de abril. Los electos fueron: Silvia Morales, Erick Yllescas, Héctor Jiménez, Luis Estrada, Maritza Vásquez, Cesar Vera, Armando Lau, Virgilio Ramírez, Ma. Teresa Montenegro, Carlos Garrido, Roberto Palomo, Roberto Godoy, Pedro Arce, Jorge Ocheita, Víctor Cordón, Anne Arévalo y Edgardo Cuevas.

266. FARUSAC 306/1973 de 11 de abril.

El bloqueo de las elecciones

Las elecciones de profesionales y estudiantes para conformar el cuerpo electoral que elegiría al próximo Decano se desarrollaron según lo establecido por el CSU. La elección estudiantil se realizó el 23 de marzo con la intervención de 156 estudiantes. Participaron 3 planillas integradas por 17 estudiantes cada una. En una primera vuelta la planilla 1 obtuvo 77 votos; la planilla 2, 67 votos y, la planilla 3, 12 votos. Por lo que, al no haber mayoría se realizó una nueva votación. En la segunda oportunidad la Planilla 1 obtuvo 81 votos y la planilla 2, 73, y un voto nulo. Habiéndose comprobado la calidad de los estudiantes electos de la Planilla 1 se acordó enviar copia del Acta al CSU.261 La planilla ganadora era proclive a la candidatura del Arq. Mario Flores. Pero la elección sería impugnada.

En sesión del 28 de marzo el CSU recibió un dictamen de la Asesoría Jurídica, sobre el recurso de nulidad interpuesto contra la elección estudiantil para Decano de Arquitectura. El CSU corrió audiencia a los recurrentes quienes argumentaron que no se hizo uso de la Boleta Electoral creada por el Consejo, que no se exigió identificación personal a los estudiantes que participaron; que se vedó el derecho de voto a algunos estudiantes que tenían las calidades; que el acta se levantó después del evento electoral; que un estudiante emitió su voto sin haber aprobado en su totalidad el primer año y a otro que si cumplía los requisitos no se le permitió votar. 262 También se corrió audiencia a los estudiantes que adversaban la impugnación.263 Finalmente, el CSU, considerando que había argumentos suficientes instruyó a la Facultad de Arquitectura a fijar nueva fecha para la elección. En la misma fecha el CSU recibiría del Colegio de Arquitectos los resultados de la elección del cuerpo electoral profesional.264

La Junta Directiva estableció nuevas elecciones para el 11 de abril. En esta oportunidad participaron las dos planillas que habían obtenido mayoría, pero los resultados serían diferentes. En esta votación participaron 232 estudiantes. La Planilla 1 obtuvo 109 votos y la planilla 2, 122, por lo que se le declaró electa. Esta planilla estuvo integrada en su mayoría, por impulsores o simpatizantes del proceso de reestructuración. 265

Inmediatamente después de realizada la elección la Junta Directiva se reunió en una nueva sesión para fijar la fecha en la que el cuerpo electoral se reuniría para elegir nuevo Decano. Se estableció que sería el viernes 27 de abril.266

Acciones para consolidar el CRA 171

267. FARUSAC 310/1973 de 27 de abril.

268. FARUSAC 311/1973 de 2 de mayo.

269. FARUSAC 311 /1973 de 2 de mayo. Debe considerarse que, en ese momento, la norma establecía que la elección debía repetirse el día siguiente manteniendo el criterio de las dos terceras partes. No había la opción de que en una tercera oportunidad se eligiera con los electores presentes, por eso la estrategia de los estudiantes de no presentarse y por eso la interpretación que haría el abogado. Según este las dos terceras partes del quorum se refería a grupos, de acuerdo con esta lógica estaban presentes representantes del cuerpo de catedráticos y de profesionales, es decir dos de tres cuerpos, las dos terceras partes que formaban el quorum de Ley. (Ver anexo del Acta 311).

270. Mario Flores. Entrevista personal, 15 de agosto de 2022.

En la fecha establecida se reunió el cuerpo electoral. La sesión sería dirigida por el Vocal 1, Arq. Lionel Méndez en ausencia del Decano; el Vocal 2, Arq. Carlos de León; el Vocal 3, Arq. Víctor Cohen; el Vocal 4, Prof. Jorge Rousselin y el Secretario Arq. Augusto Vela. A la sesión se presentaron los Electores Catedráticos y Profesionales, pero ningún estudiante, lo que evitó la integración del quorum de las dos terceras partes y ocasionó que se repitiera el proceso de elección. 267

El miércoles 2 de mayo era el día para realizar el otro intento de votación. A partir de este evento comenzarían a darse una serie de discutidas decisiones. En primera instancia, al abrir la elección sólo se encontraban presentes tres miembros de Junta Directiva: El Decano en funciones; el Vocal 3, y el Secretario. De acuerdo con lo expresado en el acta: «considerando que dos de sus miembros, Decano y Vocal 2, se encuentran con licencia fuera del país, lo cual ha reducido temporalmente el número de miembros de la Junta Directiva a cinco, y que el Vocal 4, se excusó de asistir, decidieron presidir el acto electoral convocado para el día de hoy, a las 18 horas, sujeto a la aprobación del Honorable CSU». 268 Con base en este razonamiento el Decano en funciones declaró abierto el acto electoral. A solicitud de la Junta Directiva del Colegio de Arquitectos, se invitó a un abogado para que estuviera presente y levantara el acta notarial de lo acontecido.

El Decano en funciones pasó lista de los electores y constató que había 31 miembros del cuerpo electoral, ninguno era representante estudiantil. Hizo constar que de acuerdo con el artículo 51 de la Ley Orgánica de la Universidad, no había quorum para realizar la elección ya que deberían ser 34 electores, en consecuencia, no procedía la votación. Sin embargo, la interpretación del abogado presente sobre los artículos 80 de los Estatutos y 51 de la Ley orgánica, dio pie a que por “mayoría” de Junta Directiva (2 a 1) el Vocal 3 y el Secretario aprobaran que procediera la elección. 269

Tomada la decisión el Decano en funciones solicitó que se nominaran candidatos. Según observa Mario Flores, previo a ese momento se habían manifestado otras cuatro candidaturas, las de José Asturias Rudeke, Arturo Molina, Federico Fahsen y Lionel Méndez. 270 Sin embargo, al solicitar propuestas únicamente se propuso a Mario Flores Ortiz.

Acciones para consolidar el CRA 172

271. FARUSAC 311, 7, 8, 9 y 10/1973 de 2 de mayo.

272. FARUSAC 312/1973 de 5 de mayo.

273. FARUSAC 312/1973 de 5 de mayo.

274. Ídem.

275. FARUSAC 313, 13/1973 de 8 de mayo.

Luego se procedió con la votación. El Arq. Flores obtuvo 29 votos. Hubo una abstención manifiesta del Arq. Méndez Dávila quien dejó constancia que no estaba de acuerdo con la votación porque no se cumplió con el quorum de ley. No obstante, se consideró que el Arq. Flores había obtenido la mayoría absoluta por lo que se acordó dar cuenta de dicho resultado al CSU para su conocimiento y aprobación. 271

El viernes 4 de mayo a solicitud de los vocales estudiantiles se celebró una nueva sesión de Junta Directiva. Estuvieron presentes el Decano en funciones y los dos vocales estudiantiles. El Secretario no se hizo presente. En vista de la ausencia del Secretario, los presentes decidieron nombrar Secretario accidental para esta sesión al Arq. René Minera, coordinador del Área de Planeamiento. Utilizando la misma lógica del quorum de Junta Directiva durante la reciente elección, esta vez con representación del grupo contrario. 272

El Arq. Mario Flores obtuvo 29 votos de 30 electores presentes de los cuerpos electorales de Catedráticos y Profesionales, por lo que provisionalmente le declararon ganador.

Los asistentes procedieron a la lectura de las actas anteriores. Antes de entrar a considerar el Acta 311 (de la última elección) se presentó una Cuestión Previa en la que los vocales estudiantiles señalaban la ilegalidad de la elección de Decano y la mala interpretación hecha sobre el Artículo 51 de la Ley Orgánica. Concluyeron: «Finalmente, dejamos constancia de que esta elección, que debe anularse por su comprobada ilegalidad, no vendría a resolver concretamente nada positivo en beneficio de la Facultad ya que está implicada por un sentido de imposición y marginamiento al sector estudiantil, hecho que sólo puede contribuir a un mayor conflicto dentro de la Facultad de Arquitectura que busca a estas alturas superar un año de crisis». 273 Se aceptó la Cuestión Previa para su discusión. El Vocal 5, Br. Luis Estrada, propuso que se anulara el Acta 311 por registrar una elección ilegal que incumplía con la Ley Orgánica de la Universidad y amenazaba lesionar la autonomía Universitaria y se informara de inmediato de estas resoluciones al CSU. La moción fue aprobada por los tres miembros presentes. 274

Pero en la siguiente sesión del 8 de mayo se revisaría el Acta 312 de la sesión anterior. El Acta fue aprobada con tres votos a favor y dos en contra. El Vocal 3 y el Secretario presentaron un voto razonado en el que expresaban que esa sesión fue ilegal y que la anulación del acta era una medida que consideraban absurda. 275

Acciones para consolidar el CRA 173

El CSU acordó anular la elección.

El CSU conocería el problema de la elección a Decano en sesión del 9 de mayo y, por unanimidad de votos, acordó declarar con lugar el recurso de nulidad y convocar a nueva elección por medio de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura. 276

La situación creada en arquitectura puso en evidencia los vacíos que tenía el proceso eleccionario. El entorpecimiento del proceso y el atolladero generado hizo que se propusiera modificar algunas normas para facilitar la conclusión de los procesos electorales.

Los estudiantes de la AEDA argumentaron que el Artículo 51 de la Ley Orgánica de la Universidad, fijaba un quorum mínimo de dos terceras partes de los electores para efectuar el acto eleccionario, cuyo espíritu implícitamente era un veto que evitaba que no se tomara en consideración la voluntad del estudiante en una elección. 277 Sin embargo, el CSU acordó modificar los Artículos 75 y 80 con lo que se abría la oportunidad de que en caso de no integrarse las dos terceras partes en una segunda oportunidad, en la tercera se hiciera la elección con los que estuvieran presentes. 278

No obstante, hubo planteamientos de que no podría tener efecto retroactivo por lo que no podría aplicarse para el caso de la Facultad de Arquitectura. De cualquier forma la crisis eleccionaria surgida en Arquitectura serviría para enfrentar problemas similares en el futuro por medio de los cambios a las normas universitarias.

276. CSU 1198, 2.2/1973 de 9 de mayo.

277. CSU 1202, 5.1/1973 de 30 de mayo.

278. CSU 1202, 5.4/1973 de 30 de mayo.

279. FARUSAC 317, 5/1973 de 1 de junio.

280. FARUSAC 318, 5/1973 de 8 de junio.

En sesión del 1 de junio, la Junta Directiva acordó convocar a elecciones de Decano el viernes 8 de junio. En caso de no integrarse el quorum de dos tercios de los electores, la elección se realizará el lunes 11 y si nuevamente no se estableciera el quorum, según las nuevas normas, la elección se realizaría el 12 de junio con los electores presentes. 279 Parecía que esta oportunidad podría llevar a un nuevo Decano electo.

El 8 de junio se declaró abierto el proceso eleccionario. Nuevamente se presentaron únicamente los electores catedráticos y profesionales, pero ningún estudiante, lo que evitó la integración del quorum de las dos terceras partes. 280

Acciones para consolidar el CRA 174

281. FARUSAC 319, 5/1973 de 11 de junio.

282. FARUSAC 320, 6/1973 de 12 de junio.

El lunes 11 sucedió lo mismo, con la diferencia de que en la apertura del evento sólo estaban presentes tres miembros de Junta Directiva, el Decano (esta vez el titular), el Vocal 3 y el Secretario. El Vocal 2 estaba fuera del país y los vocales 1, 4 y 5 presentaron nota en la que expresaban que no asistirían al acto eleccionario. No obstante, no logró obtenerse el quorum de electores necesario. Por consiguiente, se convocó para el día siguiente. 281

El Arq. Flores esta vez obtuvo 28 votos de los cuerpos electorales de Catedráticos y Profesionales nuevamente sin la participación del cuerpo estudiantil. Con la mayoría obtenida se le declaró provisionalmente electo.

El 12 de junio, de acuerdo con las modificaciones hechas al marco norma tivo universitario, se realizó el tercer evento electoral con los electores que estuvieron presentes. Pero nuevamente sólo conducirían el even to 3 miembros de Junta Directiva, el Decano, el Vocal 3 y el Secretario. Sin existir posibilidad de que asistiera un miembro más, los miembros de Junta Directiva presentes procedieron con el acto eleccionario. Hubo un quorum de 28 electores. El Decano pidió que se nominaran candida tos y nuevamente se propuso a Arq. Mario Fernando Flores Ortiz. Al no proponerse más candidatos se procedió a elegir. El resultado fue de 28 votos a favor del Arq. Flores. Por consiguiente, se le declaró electo, previa aprobación del CSU. 282

Acciones para consolidar el CRA 175

Se cierra el cerco

El bloque del CRA había logrado sus objetivos académico-políticos más importantes, la Facultad contaba con un nuevo pensum y un enfoque curricular orientado a la vinculación social de la arquitectura. Ahora debía consolidar esos logros y para ello apuntaría a relevantes objetivos político-estratégicos. Las prioridades, que se consideraba determinantes para el éxito de la reestructura, eran que el CSU aprobara el sistema de gobierno propuesto y eliminar cualquier fuerza que no fuera congruente con sus planes.

El inicio del nuevo plan de estudios se había demorado, las principales causas fueron la falta de preparación durante el año anterior y la discordia por la contratación de docentes. Se aprovechó la oportunidad para integrar nuevos cuadros de profesores y dejar fuera a quienes no habían apoyado el CRA. El proceso de evaluación para la contratación de docentes fue muy cuestionado y, a pesar de los errores confesos de la comisión, opiniones en contra y abstenciones, la Junta Directiva conducida por el Decano en funciones, aprobó la nómina de docentes propuestas por la comisión. Sobre esta nómina caerían una serie de reclamos que finalmente ya no serían atendidos y, entre amenazas de nuevos problemas, el semestre iniciaría.

El Decano cometió un error estratégico al solicitar permiso en un período que inició cuando se cumplían los cuatro años de su gestión. Cedió un importante espacio para que sus principales adversarios pudieran tomar el control total de la Facultad en un período de relevante importancia. Su ausencia dejaría desamparados a quienes apoyaron su gestión y contribuiría a acelerar la caída del modelo vigente y la salida los profesores que no avalaron la nueva propuesta. El Vocal 1 supo aprovechar la coyuntura al asumir como Decano en funciones y facilitar, de manera efectiva, diversas acciones para obtener los objetivos políticos del CRA.

Acciones para consolidar el CRA 176

Los estudiantes habían solicitado desde años atrás mayor participación y, en ese momento, el proceso los había llevado a empoderarse totalmente. Nada se hacía sin su consentimiento, pocos se atrevían a manifestar opiniones en su contra.

Una muestra de ese nuevo poder se reflejó en contra el presidente del Claustro, quien sin el apoyo de los profesores anteriores y con el Decano interino conduciendo la ofensiva, sería prácticamente destituido de su cargo. Con la salida de la anterior directiva del claustro, se obstruirían definitivamente las acciones del grupo opositor de docentes al interior de la Facultad.

Simultáneamente se estaba dando un irregular proceso de elección a Decano. La consigna era bloquear la elección a toda costa hasta que se readecuaran las fuerzas políticas y se aprobara el nuevo sistema de gobierno. La lucha por evitar que se realizaran las elecciones de Decano era intensa y todavía no había terminado. Se usarían todos los recursos, ya fuera para impulsarla como para frenarla. La insistencia por realizar la elección sin cumplir con los procedimientos legales abriría nuevos frentes en las fuerzas docentes y profesionales que estarían al pendiente de las nuevas acciones.

Quienes estaban a cargo del movimiento sabían la importancia de los po sicionamientos políticos y ya habían experimentado el poder que daba la organización y los medios de presión para lograr objetivos dentro de la Universidad. Además, consideraban importante eliminar de tajo, cual quier vestigio del pasado que pudiera interponerse en sus proyectos de cambio. La acometida contra el sector docente y profesional e incluso ha cia estudiantes opositores, por parte de la AEDA y del bloque del CRA, se ría sistemática y contundente. Sus principales obstáculos seguían siendo algunas autoridades, docentes titulares y estudiantes. Atender este tema sería el paso siguiente.

Acciones para consolidar el CRA 177

La Desintegración 180

LA DESINTEGRACIÓN

En septiembre de 1973, en Argentina, retornó al poder Juan Domingo Perón a quien la izquierda radicalizada apoyaba de manera casi incondicional, según decían sus simpatizantes era la puerta para la revolución argentina.

Pero, ese mismo mes en Chile, un presidente de izquierda que había llegado al poder por medio de elecciones, sería derrocado. El gobierno de Allende se había convertido en el referente de las posibilidades democráticas que la izquierda podía tener para alcanzar el poder en los países de Latinoamérica. El golpe en Chile fue un serio tropezón para la izquierda democrática latinoamericana y sería un argumento para que el sector más beligerante de la izquierda guatemalteca insistiera en la necesidad de que la lucha armada se fortaleciera.

Entre tanto, el cambio iniciado en Facultad de Arquitectura era irreversible. El posicionamiento estudiantil, que se hacía cada vez más fuerte, perseguía una revolución total dentro de la estructura facultativa y, para lograrla, se había demostrado que no tendrían contemplación alguna.

A esas alturas el concepto que había dado inicio a la Facultad de Arquitectura hacía más de una década, había sido anulado y sus fundadores estaban siendo inhabilitados o desplazados. La batalla interna dentro de la unidad académica era una réplica, a menor escala y con menos violencia, de las confrontaciones políticas que afectaban al país.

La Desintegración 181

283.

Las condiciones se habían ido construyendo gradualmente, se habían alineado los distintos recursos, planes y aliados para continuar con el proceso de reestructura de manera efectiva. Pero aún quedaban decisiones finales que salían del campo de acción del bloque y que dependían fundamentalmente del Consejo Superior Universitario. El conglomerado mantenía la expectativa sobre dos decisiones que consideraban primordiales, la aprobación del sistema de autogobierno y la elección de Decano. La decisión final sobre estos temas arrastraría serias repercusiones. El sistema de gobierno, la continuidad de los titulares, las continuas trifulcas y los fallidos intentos de colocar un nuevo Decano, estaban aportando al agotamiento y desintegración de la Junta Directiva.

Muchos profesores y estudiantes descontentos con la forma como se impulsaba el proyecto de reestructura, comenzaban a reflexionar sobre la opción de abandonar la Facultad. Quienes consideraban salir del escenario abordarían su propia agenda para crear una nueva Facultad de Arquitectura fuera de la USAC.

Después de eso decidimos irnos de la Facultad y comenzamos a hablar con otras universidades. Primero fuimos con la Mariano Gálvez, luego con la Marroquín y la Rafael Landívar (URL). Quien más nos ofrecía fue la URL. Entonces el Rector era el Padre Santos Pérez. Era una gran oportunidad llegarían muchos estudiantes y además tenían salones desocupados entre las 2 y las 5:30 de la tarde. Algunos padres apoyarían con becas a los estudiantes de pocos recursos y los profesores estaban de acuerdo con iniciar ad honorem. Estábamos aliados con los arquitectos que se habían opuesto cuando se tomó la Facultad. Pero no queríamos lo contrario de lo que estaba pasando en la San Carlos. 283

La Desintegración 182
Enrique Matheu, entrevista personal.

La decisión sobre el sistema de gobierno

284. CSU 1203, 4.2/1973 de 6 de junio.

Durante varios meses se estuvo a la espera del dictamen de las comisiones nombradas por el CSU para el análisis el sistema de gobierno. El 6 de junio de 1973, tras el complicado proceso de elección a Decano, la Comisión de Política Universitaria y de Asuntos Jurídicos, proporcionó su dictamen y presentó una propuesta alternativa considerando los planteamientos hechos en el CRA.284

La Desintegración 183
Figura 6.1. Presentación ante el CSU. Gilberto Castañeda, Héctor Jiménez, Pedro Asturias, Mario René Villagrán. Foto Jorge Rousselin.

285. CSU 1203, 4.2/1973 de 6 de junio.

La evaluación partía de que, en el contexto general de la Facultad, de la universidad y del medio nacional no se daban las condiciones para concretar la transformación deseada en las propuestas originales. Sin embargo, sobre la base de las propuestas elaboradas por el Grupo Técnico del CRA y con la idea de que era posible cumplir con los objetivos esenciales del Congreso de Reestructuración, la Comisión presentó una alternativa que incluía la creación de un Consejo de Facultad (CF) con capacidad de decisión paritaria en todo lo concerniente a lo académico. El Decano de la Facultad sería parte, tanto de la Junta Directiva, como del CF y presidiría ambos. El Consejo de Facultad se concebía como un organismo paralelo a la Junta Directiva y estaría integrado por el Decano, dos profesores y tres estudiantes todos con voz y voto. Formarían parte del Consejo, con voz, pero sin voto, el planificador académico y el Secretario de la Facultad, quien actuaría como Secretario del Consejo. 285

La propuesta describía las funciones y atribuciones del CF y algunas disposiciones complementarias que deberían agregarse a los Estatutos de la Universidad. Las decisiones tomadas tenían carácter experimental y los resultados serían evaluados en un plazo no mayor de un año. No se había logrado eliminar la figura del Decano, que era el objetivo principal del bloque del CRA, es más, se le había otorgado el poder para dirigir los dos entes directivos. Pero se había obtenido una amplia participación estudiantil en las decisiones académicas.

Tras un extenso debate el CSU aprobó, con 17 votos a favor y 12 en contra, crear el Consejo de Facultad de Arquitectura de conformidad con las consideraciones hechas por la Comisión nombrada. La decisión ocasionaría diversas reacciones en esa misma sesión que quedaron plasmadas en los razonamientos en el acta.

El Rector Cuevas del Cid, solicitó que además del razonamiento a favor de la creación del Consejo de Facultad en Arquitectura quedará constancia de que lamentaba que algunos miembros del Consejo no se hubieran percatado de que, al negar la posibilidad de existencia jurídica

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286. Puede leerse el texto completo en el Acta del CSU 1203 del 6 de junio de 1973.

de un Consejo Paritario de Facultad, no sólo no hacían uso de la amplia autonomía de la Universidad, sino que autolimitaban tal autonomía. Confirmó que era cierto que la creación del Centro Universitario de Diseño y Arquitectura plantearía serias implicaciones jurídicas por cuanto limitaría el derecho de representación de autoridades, profesores, profesionales y estudiantes, tanto ante el CSU, como ante cuerpo electoral universitario. En cuanto a las implicaciones que tendría para el Colegio de Arquitectos estaba parcialmente de acuerdo ya que podría aplicarse, por analogía, la disposición que permitiría agremiarse al colegio más afín. Pero que estaba en desacuerdo con la afirmación de que al transformarse la Facultad en Centro habría duda sobre si el grado académico sería equivalente al que otorga la Universidad a través de sus Facultades. Al respecto de la creación de un Consejo de Facultad de naturaleza paritaria y con carácter decisorio, la ley orgánica no decía en parte alguna cuáles son las atribuciones que debía tener la Junta Directiva; tales atribuciones estaban enumeradas en el artículo 30 de los Estatutos de la Universidad y por ser normas emanadas del propio Consejo podían ser reformadas por este mismo organismo. No creía válida la afirmación de la Comisión de Asuntos Jurídicos cuando sostenía que crear una nueva estructura dentro de la Facultad, no se ajustaba a la organización que de las Facultades se establecía la ley orgánica de la Universidad. Esta ley únicamente decía que cada Facultad tendrá una Junta Directiva pero no le fijaba atribuciones. De las consideraciones de la Comisión de asuntos jurídicos sobre las eventuales dificultades que acarrearía la existencia de dos centros de poder, Cuevas del Cid opinó que en rigor escapaban a la competencia de la Comisión de asuntos jurídicos, por ser una apreciación de política universitaria y que cualquier conflicto de esta naturaleza podía ser resuelto a nivel de normas reglamentarias del propio Consejo de Facultad y de la Junta Directiva. Concluyó que la Universidad de San Carlos gozaba de la autonomía más plena en el régimen jurídico guatemalteco, lo cual significa capacidad de auto normarse en el más amplio sentido de la palabra. 286

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287. CSU 1203/1973 de 6 de junio.

Por su parte el Decano de Ciencias Jurídicas y Sociales, Mario López Larrave, replicó que de acuerdo con el dictamen de la Comisión de Asuntos Jurídicos se había analizado si las alternativas de gobierno propuestas para arquitectura se ajustaban a las normas vigentes y que de ninguna manera esto implicaba que, ante la problemática de la reforma universitaria, se defendiera el mantenimiento incondicional de las normas positivas si estas normas congelaran o impidieran el desarrollo del proceso reestructurador. Destacó que si se llegara a la conclusión de qué las normas que regulan a la Universidad constituían una estructura caduca que impidiera profundizar en la reforma que deseaban, resultaba evidente que había que modificar o romper esa estructura de algún modo. En todo caso, López Larrave opinó que, para tomar una decisión de política universitaria de tal envergadura, sería preferible hacer un planteamiento a nivel general de la Universidad y no en torno al problema o problemas particulares de cada Facultad. Opinaba que el riesgo era grande y ameritaba que la responsabilidad fuera compartida por todas las Facultades que integraban la Universidad de San Carlos. Insistió en que el asunto debía estudiarse con cuidado, realismo y objetividad y finalizó su argumentación apuntando que el congreso de reforma universitaria aprobado en la sesión del 22 de abril de 1972 podrías ser el cauce idóneo para el planteamiento de la problemática general de la Universidad. 287

En virtud de que en la sesión se expusieron opiniones en contra del dictamen referido, Celso Cerezo Dardón y Roderico Segura, miembros de la Comisión de Asuntos Jurídicos, presentaron sus razonamientos indicando que no compartían la opinión de crear otro órgano de dirección porque el artículo 29 de la ley orgánica, sin reservas, establecía que cada Facultad tendría una Junta Directiva. Este precepto debía interpretarse en el sentido de que a las juntas directivas por naturaleza les corresponde dirigir a sus respectivas Facultades, por lo que no tendría sentido la existencia de una Junta Directiva que no dirigiera. El argumento de que la ley orgánica no establecía las atribuciones de las juntas directivas no significaba que tales atribuciones pudieran adjudicarse a otros organismos. La Comisión afirmaba que el Consejo no podía crear nuevos organismos que tendieran a abolir o desnaturalizar a los que ya se encontraban establecidos en la propia Ley.

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288. CSU 1203/1973

Su potestad reglamentaria podía extenderse a modificar normas estatutarias, pero no las de naturaleza ordinaria emitidas por el Congreso de la República y las juntas directivas estaban creadas en la ley orgánica. Resaltaron que el Consejo podría crear órganos a los cuales se les delegara funciones, pero que eso era diferente a crear un órgano que disminuyera o anulara las Facultades de otro. Finalizaron resaltando que, en efecto el artículo 29 de la ley orgánica creaba un solo organismo con poder de dirección para mantener la unidad de mando, indispensable en cualquier ente ya fuera público o privado. 288

Se manifestaron otra serie de opiniones, a favor y en contra, que quedaron registradas en el Acta. La propuesta original había sido cercenada y era evidente que el resultado final no satisfacía completamente a ninguno de los dos sectores en pugna.

Un modelo en el que desapareciera la figura del Decano era difícil de impulsar. A pesar de la insistencia del Rector, esta meta propuesta por el CRA no pudo ser alcanzada. No obstante, la creación del Consejo Académico si fue aprobada pero no sería integrado inmediatamente y cuando por fin se hiciera, las condiciones serían diferentes y otras luchas surgirían.

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Reclamos, anulaciones y renuncias

289. CSU 1205, 5/1973 de 13 de junio. Dictamen de Asesoría Jurídica.

290. CSU 1205, 5, 5.2/1973 de 13 de junio.

El 13 de junio, antes de conocer la elección de Decano, el CSU consideró el Dictamen de la Asesoría Jurídica. Entre las consideraciones legales se refirió al quorum para integrar el órgano de dirección:

…no se integró la Junta Directiva porque los vocales 1, 4 y 5 decidieron motu proprio no asistir a los eventos electorales en virtud de que consideraron que el señor Decano no se ajustaba a los procedimientos adecuados. A esta asesoría le preocupa la forma de proceder de los señores vocales puesto que de hecho tomaron una actitud irreverente ante el CSU, ya que el Decano en la realización de los eventos electorales se concretó a ajustarse a los procedimientos establecidos por el Consejo y a los resuelto por el mismo Organismo en el modo de proceder a la elección final. Cabe señalar que si los señores vocales no estaban de acuerdo con las disposiciones del CSU tenían expedita la vía administrativa para pedir la revisión o anulación de lo resuelto por dicho organismo, pero nunca tomar decisiones unilaterales como las que se han hecho constar. Por otro lado es de observar que el cargo que ostentan es un cargo de elección y de naturaleza pública, por consiguiente, están en la obligación de integrar el órgano colegiado de Junta Directiva y exponer o hacer valer sus puntos de vista, pero no retirarse, así por así, con el objeto de entorpecer la marcha de los asuntos públicos de la Universidad, so pretexto de invocar una ilegalidad. Para alguien que ha aceptado un cargo como el de vocal, sólo queda un camino: defender los intereses comunitarios dentro del marco de la legalidad. Pero nunca tomar medidas de hecho que están totalmente reñidas con la altura académica, con el sentido ético y de responsabilidad. […] De ahí que esta Asesoría vea con suma preocupación el desarrollo de los acontecimientos electorales como el presente, en el que quedan a merced de criterios muy discrecionales los mandatos del alto organismo del Alma Mater, socavando, si se quiere, los cimientos de la propia institución. 289

Luego de las consideraciones anteriores la Asesoría opinó: «1) En las elecciones practicadas los días 11 y 12 del corriente mes no estuvo integrada la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura. 2) Por consiguiente, son nulas las elecciones practicadas en dichas fechas, del cuerpo electoral para elegir Decano». El Consejo aprobó el dictamen, declarando la nulidad de las elecciones realizadas. 290 Según esta decisión el bloque del CRA había logrado que no hubiera elecciones hasta después de que se conociera el sistema de gobierno propuesto.

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291. CSU 1205, 5, 5.2/1973 de 13 de junio.

292. FARUSAC 316, 2 y 3/1973 de 22 de mayo.

293. Mario Flores. Entrevista personal, 15 de agosto de 2022.

A continuación, el Decano Arq. Carlos Asensio se dirigió por escrito al CSU: «Ante las resoluciones de este Alto Organismo con respecto a los problemas de la Facultad de Arquitectura que culminan con las de esta noche, comunico a ustedes, en este momento, mi decisión irrevocable de retirarme del seno de este Consejo y del cargo de Decano para el que fui electo el 12 de marzo de 1969 y cuyo período finalizó el 17 de abril del año en curso, el cual entrego de inmediato y en este acto al Honorable Consejo Superior Universitario». 291

Habían pasado más de diez meses desde la exhortación a renunciar, ahora a meses del vencimiento de su período, finalmente renunciaría al cargo de Decano, pero no al de catedrático titular.

De inmediato la Junta Directiva se desintegraría totalmente. El 22 de mayo, tanto los vocales estudiantiles como el representante estudiantil ante el CSU habían solicitado que se convocara a las elecciones para definir a sus sucesores ya que había vencido el período para el que fueran electos y la Junta Directiva solicitó convocar al CSU. 292 Pasaría más de un año cuando el contexto y los actores fueran diferentes, para que se convocara nuevamente a elecciones.

Mario flores, candidato en ese proceso de elección a decano, expresa «a partir de ahí ya no se convocó a otra elección porque sabían que yo iba a ganar. Lo que a mí se me hizo fue totalmente anómalo y dio como resultado que Lionel se quedara de decano en funciones casi un año, mientras se encargaba de sacar a los profesores titulares para limpiar el camino de su elección y luego convocar con nuevos titulares, porque él sabía que el Colegio nunca lo iba a ganar». 293

La
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El CSU toma el control de la Facultad

294. CSU 1205, 5, 5.3/1973 de 13 de junio.

La situación soportada en la Facultad de Arquitectura había ido deteriorando las relaciones internas. El cansancio, la frustración y el empeño de los grupos llevaban a una situación en que no se avizoraba posibilidades de consenso. La junta Directiva se había desgranado totalmente. A mediados de 1973, la situación administrativo docente se hizo insostenible.

Debido a esta problemática se presentó una moción para que el CSU asumiera transitoriamente la dirección y administración de la Facultad de Arquitectura. Luego de las consideraciones legales y administrativas el Consejo acordó:

Disponer que asumirá transitoriamente la dirección y administración de la Facultad de Arquitectura y nombrar una comisión integrada por el Lic. Mario López Larrave, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales; el Dr. José Quiñónez Amado, representante de los catedráticos de la Facultad de Ciencias Médicas y el Br. Carlos Castillo y Castillo, representante de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales para que dicte las normas tendientes a implementar esta resolución y las presente al Consejo en sesión del 20 de los presentes. Mientras se hace efectiva esta resolución, las autoridades actuales de la Facultad de Arquitectura continuarán en el normal desempeño de sus funciones. 294

Casi todos los miembros de Junta Directiva habían renunciado, el único que permanecería activo era el Vocal 1, Arq. Lionel Méndez Dávila, que se mantendría como Decano en funciones durante el período en el que no hubo autoridades electas.

El 20 de junio de 1973 el CSU planteó varios considerandos sobre la situación de Arquitectura. Entre ellos, que la comisión específica nombrada había presentado el Proyecto de Normas que le fuera encomendado para hacer efectiva la dirección y administración de la Facultad de Arquitectura por parte del CSU; que el Decano de la Facultad de Arquitectura presentó su renuncia irrevocable; que el Vocal tercero representante del Colegio de Arquitectos presentó también su renuncia; que los vocales cuarto y quinto de la Junta Directiva manifestaron por escrito en esa sesión su formal renuncia y que, con

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295. CSU 1206, 4/1973 de 20 de junio.

296. CSU 1210, 5.1.2/1973 de 11 de julio. En esa misma fecha el Consejo conoció la renuncia irrevocable del Secretario de la Facultad de Arquitectura, Arq. Augusto Vela.

motivo de los hechos a que se refieren las consideraciones anteriores, la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura está desintegrada y en situación notoriamente anormal. Por tanto, acordó: «Integrar una comisión que nombrará el Rector Cuevas del Cid, con el propósito de dirigir y administrar la Facultad de Arquitectura, transitoriamente y mientras se regulariza la situación. Esta comisión estará integrada por tres miembros que, de preferencia, formen parte del Consejo Superior Universitario. El Rector podrá sin embargo, designarla con personas ajenas a este organismo». 295

En sesión del 11 de julio de 1973 el Rector Cuevas del Cid, informó al CSU que la Comisión de Dirección y Administración de la Facultad de Arquitectura (CDA), estaría integrada por el Dr. Jorge Rosales como coordinador y como vocales, el Dr. Arturo Soto y el Br. Luis Zurita. 296 Los dos profesionales había formado parte de la reestructuración de la Facultad de Medicina. El estudiante era representante de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia ante el CSU. Era un grupo que comprendería y compartiría las visiones de transformación que impulsaba el CRA.

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Insatisfacciones y alternativa

Durante un largo período se había mantenido la expectativa de que el modelo sin Decano pudiera ser aprobado. Después de meses de insistencia, el tema fue finalmente resuelto por el Consejo. La propuesta generó una reñida lucha en el seno del CSU en la que el Rector fue el principal defensor de la propuesta original. Pero a pesar de los argumentos de Cuevas del Cid, el sistema propuesto no sería autorizado. No obstante, sí se autorizaría la creación del Consejo Académico con paridad absoluta con los estudiantes. La decisión no satisfizo ni al bloque del CRA, ni al bloque conservador; por consiguiente, tampoco al Decano ni al Rector.

Como corolario de las luchas internas, el proceso de elección a Decano sería anulado en definitiva y, tal como esperaban los partidarios del CRA, no se volvería a convocar hasta después de un año cuando se hubiera organizado y fortalecido el movimiento y se contara con una estructura política que asegurara una elección conveniente para el proceso.

La decisión sobre el sistema de gobierno y la anulación de la elección a Decano fueron los últimos estocadas para que el Decano renunciara definitivamente. El Vocal 1 quedaría en solitario, ocupando el cargo de Decano en funciones, un espacio que aprovecharía efectivamente para acompañar las acciones pendientes, favorecer al bloque del CRA e impulsar su candidatura a Decano.

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Para mediados de 1973 la Facultad contaba con un nuevo pensum y un proyecto de reestructura, pero no tenía cabeza. Administrativamente se encontraba en el limbo, la Junta Directiva se había desarticulado y el CSU había tomado la decisión de intervenir para limpiar el ambiente de enfrentamiento y agilizar los procesos para facilitar el impulso de los proyectos del CRA y la elección de las nuevas autoridades.

Quizás en esta última fase los estudiantes que impulsaron el movimiento no lograron todo lo que esperaban, pero fue mucho más de lo que los docentes que habían dirigido la Facultad, hasta ese entonces, hubieran deseado.

En medio de ese escenario un grupo de estudiantes y profesores de Arquitectura de la USAC plantearon la creación de una Facultad de Arquitectura en un centro de estudios superiores dirigido por jesuitas, la Universidad Rafael Landívar. El Rector, Dr. Santos Pérez evaluó la propuesta y en julio presentó un informe que recomendaba la apertura de dicha carrera. La creación de los nuevos estudios fue prácticamente inmediata. El 10 de agosto de 1973 se estableció formalmente el Departamento de Arquitectura como parte de la Facultad de Ingeniería. Ese mismo mes se iniciarían las clases de la licenciatura en Arquitectura con cerca de 180 estudiantes distribuidos en todos los ciclos. La mayoría de quienes se trasladaros eran integrantes del grupo de Estudiantes de Arquitectura, EDA. El siguiente año otro grupo de profesores fundaría la Facultad de Arquitectura en la Universidad Francisco Marroquín, una entidad de tendencia neoliberal ligada con el sector empresarial.

La Desintegración 193
La Intervención 196

LA INTERVENCIÓN

297. CSU 1206, 4/1973 de 20 de junio.

Con el nombramiento de la Comisión de Dirección y Administración (CDA), se iniciaría una etapa para la reactivación administrativa de arquitectura. Se impulsaba un proceso de transición que incluía muchas decisiones y cambios con los que se buscaba contener los continuos enfrentamientos, apoyar el desarrollo de la reestructuración y fortalecer las condiciones para realizar las elecciones pendientes.

El CSU había establecido distintos criterios sobre las atribuciones y remuneraciones de los miembros de la comisión de dirección y administración de la Facultad de Arquitectura; también había establecido que el Decano en funciones debería conservar únicamente la representación de la Facultad en actos públicos, la firma de títulos y otros similares que no implicarán toma de decisión en asuntos administrativos y docentes. La comisión debería rendir al Consejo un informe quincenal de actividades y también convocar a elecciones de Decano y vocales, así como de representantes de catedráticos y estudiantes ante el CSU. 297

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Asume la Comisión de Dirección y Administración

298. FARUSAC 321, 1 y 2/1973 de 30 de julio.

299. FARUSAC 322, 1 y 2/1973 de 2 de agosto.

300. FARUSAC 326, 2b/1973 de 9 de agosto.

301. Integrada por: Rafael de la Riva, Presidente; Rolando Bonilla, Secretario; Francisco Chavarría, Pro Secretario; Miguel Ángel Santa Cruz, Tesorero y, Héctor Quezada, Vocal segundo.

302. FARUSAC 328, 2,3 y 4/1973 de 16 de agosto.

El 30 de julio los miembros de la comisión comunicaron oficialmente al Decano en funciones que, a partir de ese día, por instrucción expresa del Rector, asumirían la dirección de la Facultad. Según lo acordado por el Consejo deberían cumplir con la convocatoria a concursos de oposición, elección de autoridades y otras que mandare el Consejo o que según la ley fueran de su competencia. 298

El 2 de agosto ya se había establecido la importancia de nombrar a un Secretario de Facultad. Para tomar la decisión se solicitó la opinión de diferentes sectores. El nuevo presidente del Claustro, arquitecto Guillermo Gomar, propuso a los arquitectos Gilberto Castañeda y Carlos Lobos para el cargo. Por su parte la AEDA respaldaba la propuesta del arquitecto Gilberto Castañeda quien se había graduado recientemente. Los miembros de la CDA acordaron nombrar a Castañeda quien tomaría posesión del cargo el viernes 3 de agosto. 299

El cerco directivo se consolidaba, dos de los más activos defensores del CRA, Lionel Méndez y Gilberto Castañeda, participaban con la CDA nombrada por el Rector, que también apoyaba el proceso, lo que facilitaría orientar sus objetivos de manera más fluida.

Con todo respeto a su memoria creo que Lionel Méndez no fue un ideólogo, pero si un político articulador dentro de los estudiantes cercanos a él y un puente importante de comunicación ante el CSU y el Rector.

Luis Estrada

Para el 9 de agosto ya se analizaba el traslado de los Planes antiguos al Plan nuevo. Se acordó integrar una comisión paritaria para que se hiciera el estudio correspondiente y se delegó al arquitecto Marcelino González para elaborar un plan de trabajo que debería presentar el 15 de agosto en la reunión de la comisión con el coordinador académico y los jefes de área. 300

A mediados de agosto de 1973 la CDA se reunió con la nueva Junta Directiva del Colegio de Arquitectos de Guatemala. 301 Conversaron sobre la normalización de la situación facultativa, en especial de la necesidad de integrar el cuerpo electoral para elección de Decano. Para lo que era preciso establecer la situación de los catedráticos titulares existentes y determinar las plazas que debían sacarse a oposición. La Junta Directiva del colegio manifestó su anuencia a prestar la colaboración en los procesos de oposición. 302

La Intervención 198

303. Según nota del 21 de septiembre, anexa al Acta 342, los designados fueron: Humberto Domínguez, Aida Toledo, Wolfang Gómez, Fernando Masaya, Roberto Archila, René Ramos, Julio Fonseca y Edgar Ibarra.

A finales de agosto se creó la Junta de Evaluación de Docencia y Administración, la cual estaría presidida por el Coordinador Académico e integrada por los siete jefes de Área y ocho estudiantes electos según normas fijadas por la Asociación de Estudiantes. En el caso de que variara el número de jefes de área se variaría el número de estudiantes para mantener la paridad. Los representantes de los estudiantes serían nominados por la AEDA. 303

La Intervención 199
Figura 7.1. Reunión de trabajo. Arq. Mario Rodas, Gilberto Castañeda, Pedro Asturias, Mario René Villagrán, N/I. Foto Jorge Rousselin.

En los inicios de septiembre de 1973 comenzaron a darse problemas académicos, en especial se mostrarían algunas protestas sobre la forma de implementar el Taller síntesis. En una nota dirigida al Decano en funciones un grupo de estudiantes expuso:

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Figura 7.2. Estudiantes reunidos en un salón de dibujo. Foto Jorge Rousselin.

304. Nota al Decano en funciones, del 7 de septiembre de 1973. Anexo Acta 337 de la misma fecha.

305. FARUSAC 337, 2/1973 de 7 de septiembre.

306. FARUSAC 345 /1973 de 3 de octubre.

El taller síntesis se imparte en todos sus niveles de manera poco pensada, desorganizada y mal desarrollada. Haciendo comparaciones, con relación al sistema anterior al CRA, encontramos que se ha vuelto la materia más absorbente en lo relativo al trabajo y exigencias, con un fin poco concreto y poco adecuado a la verdadera REALIDAD NACIONAL, tema este último, muy recalcado en el CRA para poder dar una nueva imagen y proyección de la Facultad de Arquitectura. […] En lo relativo a las evaluaciones, son pocos los que saben alguna calificación a pesar de que hemos entregado varios trabajos. Es también notorio y criticable la falta de asistencia de los catedráticos, en esta materia como en otras. Se ha observado también, que en ellas se dejan excesivos trabajos, en muchos de ellos debe incurrirse en numerosos gastos que antes no se hacían. Comprendemos que hay que ir a la vanguardia, pero nuestros presupuestos y situación económica no es del todo estable y holgada como quisiéramos. POR UNA VERDADERA REVOLUCIÓN EN MATERIA DE DOCENCIA Y APRENDIZAJE DE LA ARQUITECTURA, CON PROYECCIÓN AL PUEBLO.304

En esta nota se observa el surgimiento de los conflictos que se presentarían en los siguientes meses y que se harían más espinoso en los años posteriores. El papel crítico de los estudiantes se mantenía y pronto haría acopio de los planteamientos que fundaron el proceso de reestructura. La CDA envió copia de la nota al coordinador académico y a la AEDA para que tomara en consideración el planteamiento y la pronta integración de la Junta de Evaluación de Docencia y Administración. 305

La asignación de cursos para el segundo semestre de 1973 requirió una serie de acciones para enfrentar las distintas situaciones que podrían presentarse. Se hicieron cuadros de equivalencias del nuevo pensum con los planes de 1966 y 1969, también se formaron mesas de inscripción y solución de problemas. Para mejorar la asignación de cursos se elaboró por primera vez, un diagrama de prerrequisitos y carga académica del Plan 72 (ver figura 7.3), que a partir de entonces serviría como modelo para los planes y modificaciones que se realizarían en el futuro. 306

La Intervención 201

Figura 7.3. Plan de Estudios 1972. Utilizado para las asignaciones del segundo semestre de 1973 realizadas en octubre. Fuente: Anexo al Acta 345 del 3 de octubre de 1973.

Para septiembre de 1973 ya se trabajaba en el proceso del Ejercicio Profesional Supervisado -EPS-. El coordinador académico informó que el arquitecto Eduar do Aguirre estaba elaborando un reglamento preliminar y que la intención era practicarlo, en fase experimental, durante el segundo semestre de 1973 y hacer una propuesta definitiva aplicable a partir del primer semestre de 1974.307

307. FARUSAC 343, 1.3/1973 de 24 de septiembre.

308. Eduardo Aguirre, entrevista.

«Me llamaron para impulsar el EPS. Estaba muy emocionado de abrir el EPS. Para ese mismo año presenté el reglamento y la propuesta para una práctica experimental durante el segundo semestre de 1973. El EPS daría inicio al principio de 1974. Cuando fui a los pueblos ni sabían qué era un arquitecto y no tuvimos una buena recepción. Hasta que los curas de Chajul y de Santiago Atitlán nos dijeron que querían que les restauraran la iglesia. Los primeros en entrar al pro grama fueron Carlos Martini en Chajul y Roberto Palomo en Santiago Atitlán». 308

La Intervención 202

Los permisos de los catedráticos titulares

309. Comisión de Dirección y Administración de la Facultad de Arquitectura. Informe No. 7 para el CSU del 6 de mayo de 1974. 4.

310. FARUSAC 347, 3/1973 de 11 de octubre.

311. Ídem.

312. FARUSAC 348, 1.3 y 1.8/1973 de 16 de octubre.

El 11 de septiembre de 1973 la CDA en reunión con el Decano en funciones y el Secretario de Facultad y, debido a que se había prolongado el primer semestre de clases, acordó prorrogar las contrataciones de los docentes interinos hasta el 30 de septiembre. Para ese entonces muchos de los docentes anteriores habían sido reemplazados. El nombramiento de los catedráticos titulares seguía vigente, aunque la mayoría no estaba impartiendo clases. Sustituir a los docentes temporales había sido relativamente sencillo. Otra cosa sería cambiar a los titulares.

Para entender el proceso que se desarrollaba, hay que recordar que durante el Congreso de reestructuración varios profesores titulares pidieron permiso para ausentarse. Sin embargo, había denuncias de que algunos no habían completado los procesos administrativos necesarios. La CDA estudió el caso de cada uno de ellos. En octubre se entregaron los informes sobre la situación administrativo docente de los catedráticos titulares que se habían separado de su actividad académica y se originarían acciones administrativas en contra de quienes no habían seguido adecuadamente, los procesos para ausentarse de la Facultad. Según la CDA, «en ese entonces, la Facultad de Arquitectura tenía 17 catedráticos de oposición, de los cuales sólo dos desempeñaba sus labores docentes, nueve catedráticos faltaban con licencia y seis, faltaban sin licencia». 309

En correspondencia con las evaluaciones de los permisos solicitados se acordó que los arquitectos Roberto Aycinena, Arturo Molina y Carlos de León Peláez se reintegraran a sus labores a partir del 1 de octubre de 1973. Que los arquitectos Roberto Ogarrio, Guido Ricci y el Ing. Ernesto Rosales se reintegraran el 1 de enero de 1974. Que los arquitectos Federico Fahsen y Augusto Vela y el Ing. Rony Sarmiento se reintegraran a partir del 1 de marzo de 1974. 310

Pero también la CDA acordó separar de sus cargos como Catedráticos Titulares a los arquitectos Carlos Asensio, Pelayo Llarena, Víctor del Valle y Hermes Marroquín, al Dr. Eduardo Suger y al Ing. Gonzalo Palarea Mayorga, por no haber presentado constancias de los permisos para ausentarse. 311 Se informó que previo a tomar la decisión se había recibido la opinión de la AEDA y que la disposición de separar a los catedráticos titulares sería comunicada al CSU. 312

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313. CSU 1218, 6/1973, de 24 de octubre.

314. CSU 1220, 7/1973, de 7 de noviembre.

315. FARUSAC 368 y 369/1974 de 8 y 9 de enero.

316. FARUSAC 374 /1974 de 18 de enero.

317. Guido Ricci, entrevista.

El CSU conoció el informe de la CDA y, en virtud de una cuestión previa presentada por el Lic., Roderico Segura Trujillo, resolvió solicitar al Asesor Laboral que examinara la documentación relacionada con el caso.313

El asesor respondió en la sesión del 7 de noviembre que la CDA de la Facultad de Arquitectura decidió llevar una investigación acerca de la situación administrativo-docente de los diecisiete catedráticos por oposición de dicha Facultad, especialmente referida a su asistencia tanto como a sus ausencias y los motivos. (Ver en Tabla 5.2 la nómina de catedrático Titulares).

Luego de haber analizado el contenido del texto transcrito, consideró que la Comisión no tenía suficientes potestades para decidir la separación de los catedráticos de sus cargos, por lo que esta decisión no podía surtir efectos. Concluyó en que para definir con toda claridad la situación, era conveniente que el Consejo revocara ese punto del acuerdo de la Comisión. El CSU acordó aprobar el Dictamen del Asesor Jurídico-laboral y dar audiencia por un término de diez días, a los catedráticos señalados. Pero el caso se trasladaría para el siguiente año. 314

A finales de 1973 concluirían los permisos concedidos a los arquitectos Guido Ricci y Roberto Ogarrio y al Ing. Ernesto Rosales. También debían reintegrarse a principios del siguiente año los arquitectos Arturo Molina, Roberto Aycinena y Carlos de León. A Molina y Aycinena se les reubicaría en sus actividades docentes, sin embargo, tanto el Decano en funciones, como el Secretario dejarían un voto razonado en el que se oponían a esta decisión debido los «antecedentes que existen en el proceso de reestructuración».315

En ese momento los 17 catedráticos titulares podían participar en la elección de representantes catedráticos del cuerpo electoral universitario que elegiría al siguiente Rector. La única planilla que participó y fue electa estuvo integrada por profesores opuestos al movimiento del CRA: Augusto Vela, Carlos de León, Víctor del Valle, Ernesto Rosales y Rony Sarmiento. 316

En entrevista realizada a Guido Ricci describe: «Tenía un amigo en la Comisión interventora, el Dr. Jorge Rosales. Pero no me trató como esperaba, me dejaba esperando sentado en una silla sin darme ninguna asignación, me decían siéntese y descanse y cuando termine su período de contratación puede irse. Hablé con Jorge y le dije que tenía que renunciar ante la forma que se me estaba tratando, el argumentaba que cómo iba a perder mi categoría de titular. Pero me fui por la humillación que me hizo, yo nunca irrespeté a ningún alumno o colega».317

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Nuevos cambios a nivel nacional y universitario

318. CSU 1238, 5/1974, de 6 de marzo.

319. CSU 1238, 6/1974, de 6 de marzo.

La gestión de Cuevas del Cid estaba por terminar. La lucha por la rectoría de la Universidad de San Carlos esta vez era entre el Decano de la Facultad de Humanidades, Guillermo Putzeys Álvarez y el Dr. Roberto Valdeavellano Pinot. El 28 de febrero de 1974, este último tomaría posesión como nuevo Rector en tanto que Putzeys sería nombrado Ministro de Educación del gobierno que asumiría a medio año.

El 5 de marzo se realizarían las elecciones presidenciales en las que participaron los generales Laugerud García y Efraín Ríos Mont. El primero fue declarado ganador en medio de serias acusaciones de fraude. La Asociación de Estudiantes Universitarios, en audiencia ante el Consejo solicitó un pronunciamiento público con «una protesta por el fraude electoral, condena de los crímenes ocurridos con motivo de las elecciones y un llamamiento a la huelga general». 318

El CSU emitió un pronunciamiento en el que expresaba su más enérgica protesta, condenaba el empleo de cualquier medio con que se intentara burlar el libre ejercicio de la voluntad mayoritaria del pueblo; exigía el inmediato esclarecimiento de los crímenes durante el reciente evento electoral y dar cuenta a los ciudadanos sobre el resultado; la inmediata reapertura de las radioemisoras clausuradas ese día; que se guardaran tres días de duelo e izar la bandera de la Universidad a media asta y declararse en sesión permanente. 319

El Congreso confirmaría a Laugerud García como presidente de la República y Efraín Ríos Mont aceptaría la designación de agregado militar de Guatemala en España.

La AEU protesta por el fraude electoral, condena los crímenes ocurridos con motivo de las elecciones nacionales y hace un llamamiento a la huelga general.

Algunos de los denunciantes del fraude en el proceso eleccionario y opositores del régimen serían reprimidos. El 12 de marzo, Edmundo Guerra Teilheimer fue asesinado en el interior del Bufete Universitario. El estudiante había publicado días antes un campo pagado con el título La extrema izquierda, en función de su posición definida repudia la farsa electoral de la burguesía y de los tres partidos que la representan

La Intervención 205

320. CSU 1239, 1.1/1974, de 15 de marzo.

321. CSU 1239, 1.2/1974, de 15 de marzo.

322. Juan Zea sería asesinado el 20 de junio de 1981.

Nuevamente el CSU expresaría su protesta ante el gobierno de la República por la continuada e impune acción de grupos represivos que atentaban contra personas e instituciones y por la ausencia de garantías para quienes se dedicaban a actividades lícitas; demandaba que se esclarecieran ese y otros hechos criminales; condenaba el asesinato que se agravaba por haber ocurrido en un recinto universitario constituyéndose en una franca y abierta forma de provocación y una clara muestra de terrorismo y amedrentamiento. 320

Dos días después la Facultad de Ciencias Médicas sería objeto de un cerco policial que inició en la mañana del jueves 14. La policía había obligado a los estudiantes a desalojar el edificio luego de lanzar bombas lacrimógenas e impidió el ingreso de cualquier persona. El Rector, Dr. Roberto Valdeavellano se hizo presente al lugar, pero también le bloquearon el paso. Inmediatamente redactó un telegrama al presidente de la República General Carlos Arana Osorio, en el que expresaba su enérgica protesta ante esos hechos que interferían en las actividades académicas, constituían una violación a la autonomía universitaria y transgredían los derechos constitucionales plenamente vigentes. Le demandó la restitución inmediata de las garantías a la Universidad. La policía sería retirada alrededor de las 18.30 horas.321

La policía obligó a los estudiantes a desalojar el edificio de medicina luego de lanzar bombas lacrimógenas.

Entre estos hechos en 1974 sería electo como presidente de la AEU el estudiante de Arquitectura Juan Zea. 322 Había sido uno de los dirigentes que apoyaron el movimiento estudiantil del CRA, por lo que se sumaba otro frente a favor de la organización estudiantil para la continuidad de la reestructuración de Arquitectura. A finales de ese año, luego de una cuestionada purga de docentes y en un escenario favorable al CRA, se completarían todas las elecciones y la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura sería reinstaurada con nuevos miembros que, al parecer, eran afines al proceso de cambio.

La Intervención 206

La purga de los catedráticos titulares

323. CSU 1230A, /1974, de 13 de febrero.

324. CSU 1240, 6/1974, de 20 de marzo. Informe de Asesor Jurídico Laboral.

325. CSU 1240, 6 /1974, de 20 de marzo.

El proceso para destituir a los docentes titulares continuaría durante 1974. El CSU aprobó una cuestión previa presentada por el Lic. Hugo Cerezo Dardón para que el asunto relacionado con los Catedráticos de la Facultad de Arquitectura volviera al Asesor Laboral de la Universidad y emitiera «un dictamen de fondo sobre el problema, en el que indicara expresamente si existían causales para tomar las medidas disciplinarias que correspondían en cada caso. 323

El 20 de marzo de 1974 en el CSU se daría lectura al dictamen del Asesor Jurídico Laboral, que contenía un desglose del caso de cada profesor que la CDA pretendía separa del cargo. Indicó que si bien, los profesionales referidos habían solicitado licencia, estas no habían sido concedidas. Asentó que, aunque se hubiera solicitado la licencia era requisito indispensable que la concediera la autoridad respectiva. De su análisis el asesor dedujo: «si el Consejo Superior Universitario con base en los hechos relatados y que están consignados en el expediente, decidiera imponer alguna de las sanciones cuya competencia le corresponde, […] tal decisión seria a mi juicio justificada y por consiguiente no haría incurrir a la Universidad en responsabilidad. […] finalmente debo indicar que en todo caso la imposición de sanciones es una atribución meramente potestativa, es decir, que se trata de un acto que libremente se puede hacer u omitir». 324

El Consejo aprobó el dictamen y acordó «la separación del cargo de Catedráticos Titulares de la indicada Facultad». 325 Finalmente se lograba separar del espacio facultativo a algunos de los docentes que se consideraba opositores al proceso del CRA.

El CSU acordó la separación del cargo de Catedráticos Titulares de la Facultad de Arquitectura.

Carlos Asensio terminaba una pesadilla, que había iniciado con un sueño de hacía más de dos décadas en aquel Congreso en México en 1952, en el que, acompañado de varios arquitectos, entre ellos Pelayo Llarena que también fue cesado ese día, habían decidido fundar una Facultad de Arquitectura en Guatemala. Más de veinte años después se encontrarían fuera del espacio que habían iniciado.

La Intervención 207

326. CSU 1240, 6 /1974, de 20 de marzo.

327. Ídem

328. José Asturias, entrevista.

Luego de la decisión del CSU hubo varias constancias y votos razonados. Uno de los más controversiales fue del representante del Colegio de Arquitectos, Arq. e Ing. Claudio Olivares, que exponía que el “caso de los catedráticos de Arquitectura” no debía ser visto «simplemente como una cuestión de relación laboral sino como un paso más, dado hacia la purga de catedráticos que se inició con la no renovación de contratos, del inicio de 1973, medida que obviamente, no podía tomarse con los catedráticos titulares y a los cuales había que aplicar otras medidas con el mismo propósito». Consideraba que el problema había dejado de ser académico laboral y había caído en el campo de la política universitaria, específicamente el relativo a la futura elección de Decano de Arquitectura.326

Las destituciones de Titulares provocarían la renuncia de otros catedráticos de la misma categoría.

Hubo otros razonamientos, por ejemplo: «…en cuanto al problema de la Facultad de Arquitectura ME ABSTUVE DE VOTAR, porque siendo un problema surgido el 2 de abril de 1972 -como se expresó por […] miembros de este cuerpo- la resolución tomada hasta hoy ES TOTALMENTE TARDÍA y como consecuencia INOPERANTE E INJUSTA. (f) Rubén Homero López Mijangos» […] «que se incluyan el acta mi voto en contra de que se sancionara a los señores catedráticos de la Facultad de Arquitectura, por considerar que el caso no fue resuelto de conformidad con los antecedentes reales que lo motivaron. (f.) Celso Cerezo».327

Se hubiera escuchado más cabezas como Adolfo Lau y José Asturias. Se perdió gente valiosa como Claudio Olivares, que era muy bueno, aunque enojado, o como Guido Richi que la gente quería, pero se fue.

Julio Fonseca

Pero la decisión estaba tomada y no variaría. No obstante, sí provocaría la renuncia de otros catedráticos. A la separación obligada de Pelayo LLarena, Gonzalo Palarea, Hermes Marroquín, Víctor del Valle, Carlos Asensio y Eduardo Suger. Se sumarían las renuncias de Federico Fahsen, Guido Ricci Pontac, Rony Sarmiento y Augusto Vela. También renunciaría el primer Decano electo y el último que quedaba de los fundadores de la Facultad de Arquitectura, el Arq. Roberto Aycinena, luego el Arq. Arturo Molina y finalmente lo haría el Ing. Ernesto Rosales.

En ese momento tomé la decisión de retirarme porque “me harté” estaba cansado de la desorganización que se hacía presente.

José Asturias

Posteriormente se iría José Asturias, que no era titular, pero fue un fuerte apoyo para el Proyecto de Reestructura y era un importante directivo de la Facultad. «Cuando todavía era coordinador académico hice la programación de exámenes y cuando llegué a la Facultad lo que encontré fue una fiesta. Pregunté a las autoridades y me dijeron que habían convocado en esos días porque si no nadie llegaba. En ese momento tomé la decisión de retirarme porque “me harté” estaba cansado de la desorganización que se hacía presente. Esto fue durante el periodo de intervención de la Facultad».328

Para el bloque del CRA, las condiciones esperadas a lo largo de un año eran favorables y los vientos políticos brindaban las facilidades para convocar a elecciones. Para ello se hacía necesario contar con nuevos catedráticos titulares.

La Intervención 208

Teoría e Historia

Arq. Marcelino González Arq. Gilberto Castañeda Arq. Manuel Pinelo Arq. José María Magaña Arq. Rodolfo Portillo*

Medios de Comunicación

Arq. Carlos Lobos Arq. Alfredo Rivera Arq. Elmar Rojas Arq. Claudio Villatoro

Planeamiento

Arq. René minera Arq. Miguel Ángel Santa Cruz Dr. Jorge solares Arq. Francisco Chavarría Arq. Mario Hugo Rosal*

Construcción

Arq. Adolfo Lau Arq. Luis Eskenasy Arq. René de León Ing. Amadeo García Arq. Víctor Hugo Hernández Arq. Inf. Rubén Bailey*

Matemática y Estructuras

Ing. Hugo Galindo Lic. Fernando Noriega Prof. Francisco leal Lic. Inf Antonio Vera Ing. Miguel Herrera* Ing. Antonio Contreras* Ing. Rafael Santiago* Ing. Vicente Mazariegos Arq. Eduardo Aguilar* Prof. Héctor Jiménez

Integración

Arq. Carlos Brichaux Arq. Eduardo Aguirre Arq. Guillermo Gomar Arq. Luis Fernando Pepió Arq. Francisco Méndez D. Arq. Inf. Luis Benítez* Arq. Ricardo Alonso* Arq. Inf. Héctor Díaz* Arq. Francisco Piloña Arq. Mario Ceballos Arq. Erwin Solórzano Investigador

Coordinador Interáreas

Arq. José Asturias R.

Fuente: Acta 369 /1974 de 9 de enero (Anexo). * Aparecen en los anexos por primera vez.

329. FARUSAC 365, 1.9/1973 de 7 de diciembre.

En la última sesión de 1973, se había convocado a los concursos de oposición para Catedráticos Titulares Adjuntos en diversas plazas disponibles: tres para Matemáticas o Estadística, cuatro para Física o Estructuras, cinco para Tecnología de la construcción, tres para Teoría e historia de Arquitectura o Teoría del diseño, cinco para las Ciencias sociales o Planeamiento, dos para Medios de comunicación arquitectónica, cinco para Taller Síntesis y una para el Ejercicio Profesional Supervisado. 329

La Intervención 209
Tabla 7.1 Nómina de catedráticos que iniciaron el ciclo lectivo de 1974 por Áreas de conocimientos

330. Comisión de Dirección y Administración de la Facultad de Arquitectura. Informe No. 7 para el CSU del 6 de mayo de 1974. 7.

331. FARUSAC 333 3.2/1973 de 30 de agosto.

332. FARUSAC 410 2.2/1974 de 2 de mayo.

Reorganización académica

Desde el inicio del nuevo Plan se observaron algunas dificultades. El desempeño académico se vio afectado por la ausencia y el retiro de la mayor parte de profesores de la Facultad que demandaba de un nuevo grupo de docentes. Se tuvo que prorrogar las actividades académicas de 1973 hasta el 15 de marzo de 1974 e iniciar el nuevo año lectivo el 18 de marzo. 330 También existían dificultades para que los estudiantes se adaptaran al nuevo pensum.

A partir de agosto del anterior año se había definido la creación de un organismo paritario para poder realizar los diferentes proyectos del CRA. Se hizo énfasis en la figura de la Junta evaluadora de docencia y administración, con carácter paritario, que debía crearse de manera inmediata para la evaluación permanente de las actividades docentes y administrativas y asesoraría a la Junta Directiva. La Junta evaluadora la presidiría el coordinador académico y se integraba por los jefes de las siete áreas académicas, a ellos se sumarían ocho estudiantes electos de acuerdo con el procedimiento que estableciera la AEDA. 331

Pero la Junta evaluadora fue perdiendo el empuje y empezó a afrontar dificultades que la llevaron a una paulatina desintegración que fue total a principios de 1974. La CDA concluyó que buena parte del problema radicaba en el tamaño de dicho organismo, que dificultaba una organización efectiva y la integración del proceso educativo.

Al analizar la situación, se determinó la conveniencia de una reorganización administrativo docente de la Facultad. La reorganización académica integró, la estructura anterior de siete áreas (constituidas por estructuras, construcción, instalaciones y control ambiental, teoría e historia, planeamiento, medios de comunicación y taller síntesis), a tres áreas subdivididas en ocho unidades, según se había planteado en la propuesta original. (Tabla 7.2)

Esto llevaría a modificar la estructura de la Junta evaluadora de docencia y administración que fue replanteada como Coordinación Académica. 332 La nueva distribución cobró vigencia el 27 de mayo de 1974.

La Intervención 210

Tabla: 7.2. Organización por Áreas y Unidades de conocimiento

UNIDAD 1.1 Matemática y estadística

UNIDAD 1.2 Física y estructuras

UNIDAD 1.3 Tecnología de la construcción

UNIDAD 2.1 Teoría e Historia de la Arq. y Teoría del diseño

UNIDAD 2.2 Ciencias Sociales y planeamiento

ÁREA 1 Con énfasis científico tecnológico (instrumental) ÁREA 2 Con énfasis teórico conceptual (formativa) ÁREA 3 Con énfasis expresivo creativo (integradora)

UNIDAD 3.1 Medios de comunicación arquitectónica

UNIDAD 3.2 Taller Síntesis

UNIDAD 3.3 Ejercicio Profesional Supervisado EPS

Fuente: Informe de la Comisión de Dirección y Administración CDA para el CSU. 6 de mayo de 1974.

Cada área y unidad se encontraban bajo la responsabilidad de un coordinador. El nivel de área correspondía al de la política educativa y su consiguiente ejecución a través del personal docente, mediante la supervisión y control de los coordinadores de unidad. El nivel de Unidad administraría la docencia.

333. Coordinación

Académica FARUSAC.

Memoria de Labores 19741975, 3.

Los coordinadores de área, junto con el Decano e igual número de estudiantes electos integraban la coordinación académica que tenía como funciones principales coordinar e implementar la aplicación de las políticas educativas definidas por el Consejo de Facultad buscando la integración de los conocimientos, (en tanto se integraba el CF le correspondía a la coordinación académica la fijación de dichas políticas) y, constituirse en la Junta evaluadora de docencia y administración, (mientras se integraba el Comité de evaluación contemplado en el Estatuto de la carrera docente).333

La Intervención 211

Los coordinadores de unidad junto a cada coordinador de área e igual número de estudiantes electos integraban el Comité de Área. El coordinador de unidad con el personal docente (catedráticos y ayudantes de cátedra) constituían el Consejo de unidad cuyas funciones se enmarcaban en los lineamientos emanados del Comité de Área, de la Coordinación Académica o de los organismos competentes. Los coordinadores de área y de unidad serían electos por un cuerpo electoral paritario para el término de un año prorrogable las veces que así lo considerara el cuerpo electoral. También podían ser removidos de sus cargos cuando algún sector docente o estudiantil los solicitara previa comprobación de motivos. Según los criterios de paridad establecidos durante el CRA. En la Circular General de la CDA del 3 de junio de 1974, se establecía la integración de la Coordinación Académica (Tabla 7.3).

Tabla: 7.3.

Coordinación Académica a partir de junio de 1974

Sector docente

Arq. Lionel Méndez

Arq. Erwin Solórzano

Arq. Marcelino González

Arq. Ricardo Alonso

Decano en funciones

Coordinador Área 1 Coordinador Área 2 Coordinador Área 3

Sector estudiantil

Br. Anne Arévalo Br. Danilo Veras Br. Sergio Duarte Br. Oscar López

Fuente: Punto 2.2, del Acta 414 de Junta Directiva, del 23 de mayo de 1974

Representante estudiantil Representante estudiantil Representante estudiantil Representante estudiantil

La coordinación académica tendría como funciones principales coordinar e implementar la aplicación de las políticas educativas definidas por el Consejo de Facultad buscando la integración de conocimientos. En ese momento le correspondía la fijación de dichas políticas, la evaluación de la docencia y la administración, e integrarse como comité de biblioteca.

La Intervención 212

334. El Dr. Arturo Soto Avendaño sería asesinado en mayo de 1981.

335. Comisión de Dirección y Administración de la Facultad de Arquitectura. Informe No. 7 para el CSU del 6 de mayo de 1974. 10.

336. CSU 1244, 7/1974, de 29 de mayo.

337. Ídem.

Las nuevas elecciones

El panorama político académico de la Facultad se había alterado, pero a esas alturas se iba aclarando. La mayoría de los catedráticos titulares que habían mantenido una oposición al cambio habían sido separados de sus cargos o renunciado. En ese momento sólo cuatro catedráticos titulares antiguos estaban desempeñando sus labores docentes. Los jurados de los concursos de oposición habían adjudicado dieciséis plazas de nuevos catedráticos titulares, que sumados a los que habían permanecido hacían un cuerpo electoral docente de veinte electores. Todo ello según la CDA, integrada por el Dr. Jorge Rosales, el Dr. Arturo Soto Avendaño334 y el estudiante Luis Zurita, hacía que se estuviera «integrando un cuerpo electoral más aceptable a los intereses de la Facultad, sus profesores y sus estudiantes». 335

La Comisión de Dirección y Administración de la Facultad de Arquitectura presentó su informe al CSU y, como resultado, el Consejo resolvió aprobar el procedimiento seguido para la realización de los concursos de oposición que se había acordado el 7 de diciembre de 1973. También aprobaría la convocatoria a elecciones de vocales y la elección de Decano de la Facultad de Arquitectura, que debía realizarse después de haber sido declarados electos a los vocales. 336

Diversas constancias y comentarios se dieron ante las decisiones tomadas por el CSU. Héctor Jiménez, representante estudiantil de la Facultad de Arquitectura, resaltó: «el conglomerado estudiantil a que represento ve con profunda satisfacción y expresa por este medio su agradecimiento a los miembros de este honorable CSU, las disposiciones tomadas en esta sesión que marcan una línea congruente con las actitudes tomadas anteriormente por el mismo, línea de verdadera reforma y democratización de la educación universitaria».

Otros miembros opinaron de manera adversa: «deseo que quede constancia en acta de que el cuadro de profesores titulares de la Facultad de Arquitectura no fue aprobado por el Consejo Superior Universitario. Además, que el cuadro de profesores que finalmente se sacó a oposición no está dentro de los parámetros de relación titulares-principales, titularesadjuntos establecido por la Comisión de planificación y aprobado por el Consejo Superior Universitario. (f) Víctor Manuel Aguilar». Se agregó: «deseamos que conste en acta que no votamos a favor de las propuestas relativas a lo actuado por la Comisión de Arquitectura, en virtud de las serias dudas sobre la legitimidad de la misma y la validez de lo actuado por dicha Comisión. (ff) Guillermo Putzeys, Hugo Cerezo y Ricardo Peña Pinto».337

La Intervención 213

338. FARUSAC 422 2.2/1974, de 19 de junio. Se puede ver la convocatoria en anexo.

339. CSU 1247, 3.1/1974, de 10 de julio. Los estudiantes que aparecen electos fueron: Cesar Vera, Héctor Jiménez, Jorge Ramírez, Oscar Milián, Víctor Mejía, Danilo Veras, Mario Sánchez, Humberto Domínguez, Edgar Muralles, Luis Estrada, Leonor Hurtado, Otto Spinelli, Sergio Duarte, Roberto Palomo, Manuel Coronado, Edgar Estrada, Oscar López, Luz Solórzano y Arturo Iglesias.

340. CSU 1248, 3.1/1974, de 24 de julio.

341. CSU 1254, 3.2/1974, de 25 de septiembre. Los estudiantes electos fueron: Fernando Burmester, Rolando Camacho, Marco Tulio Ordoñez, Oscar López, Víctor Mejía, Marco Antonio Rivera, Adolfo Sánchez Ulloa, Carlos Raúl González, Wolfang Gómez, Aída Toledo, Manolo Coronado, Baltasar García, Fernando Rodríguez, Jorge Rousselin, Conhé Escobar, Edgar Arana, Arturo Iglesias y Magally Soto. Los arquitectos electos fueron Carlos Haeussler, Luis Arroyave, Héctor Quezada, Augusto de la Riva, Juan Antonio Monterroso, Virgilio García, Fabio González, Mario Flores, Rodolfo Solares, Alejandro Fahsen, Leopoldo Guillioli, Eduardo Ruata, Ramón Álvarez,

El 19 de julio se aprobaría publicar el programa de elecciones convocadas por el CSU en su sesión del 29 de mayo. Se convocó inicialmente a la elección de 20 estudiantes para integrar el cuerpo electoral que debería elegir al Vocal 2 el martes 2 de julio de 1974 y luego, se continuaría con las distintas elecciones pendientes. 338

El 10 de julio el CSU aprobaría la elección realizada en el Colegio de Arquitectos a favor del Arq. Ricardo Mendía Paredes como Vocal 3 de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura. También aprobaría la de los vocales 4 y 5 que recayó en los bachilleres Julio Fonseca y Francisco Anleu. De igual manera se aprobarían a los electores estudiantiles para elegir al Vocal 2 de Junta Directiva. 339

El 24 de julio se aprobarían dos elecciones más, la de Vocal 2 que recayó en el Arq. Francisco Chavarría Smeaton y la del representante de los Catedráticos de Arquitectura ante el CSU que se adjudicó al Arq. Francisco Piloña. 340

A finales de septiembre se aprobó el cuerpo electoral estudiantil y el de profesionales no catedráticos que integrarían el cuerpo electoral para la elección de Decano de la Facultad de Arquitectura. 341

La elección de Decano se abrió el 27 de septiembre, era conducida por el Arq. Méndez, Decano en funciones; y los nuevos representantes electos, vocales 3, 4 y 5 y el Secretario Arq. Castañeda. Al verificar se estableció que no se cumplía con el quorum, por lo que se repetiría la elección el lunes 30 de septiembre. 342 A los profesores titulares se habían integrado nuevos actores, el listado de la elección reportaba 14 electores catedráticos presentes. 343

Los representantes de los profesionales presentarían en esa misma fecha (27 de septiembre) una nota al CSU en el que planteaban las razones por las cuales no se presentarían al acto eleccionario:

La Intervención 214

Arturo Madriz, Rafael de la Riva, Augusto Vela, Jorge Montes y Henry Carroll.

342. FARUSAC 443 /1974 de 27 de septiembre.

343. Los catedráticos titulares registrados para el evento fueron, Rafael Santiago, Lionel Méndez, René Minera, Jorge Peláez, Julio Corea, Mario Rosal, Jorge Solares, Miguel Ángel Santacruz, Ricardo Alonso, Francisco Piloña, Guillermo Gomar, Darío Menéndez y Gilberto Castañeda. Los miembros del grupo anterior de titulares que asistieron fueron Lionel Méndez y René Minera.

344. Nota de los representantes profesionales electos, al Consejo Superior Universitario. 27 de septiembre de 1974.

345. FARUSAC 446 /1974 de 2 de octubre.

346. Es relevante indicar que, si bien el CSU no entró a conocer el recurso, ya el Asesor Jurídico había opinado en su dictamen que era improcedente.

1. La elección se está dando hasta que se ha garantizado una situación de candidato único al Arquitecto Lionel Méndez D., purgando con anterioridad a los catedráticos que podían oponerse a su elección. 2. Declaramos nuestro absoluto rechazo a la candidatura para Decano del arquitecto Méndez, no considerándolo idóneo para este alto cargo ya que sus anteriores actuaciones en la administración universitaria han demostrado incapacidad e irresponsabilidad como consta al Honorable Consejo. 3. Su actuación profesional ha sido intrascendente y sus actitudes han motivado división dentro del gremio y la Universidad. Por las razones anteriores y en uso de nuestros derechos, no queriendo ser partícipes de la pretendida imposición, optamos por vetar la elección. 344

Los representantes del Colegio querían usar el mismo razonamiento que habían usado los estudiantes un año atrás: el veto. Pero la norma había cambiado y ahora, en una tercera oportunidad, se votaría con los que asistieran. Además, en esta elección la Junta Directiva sí contaría con el quórum establecido.

El 1 de octubre, la Junta Directiva con la presencia del Decano en funciones, los vocales 3, 4 y 5 y el Secretario; acompañados de un asesor laboral enviado por el Rector para la observación del evento, realizaría la tercera elección con los electores presentes. Habiéndose cumplido con los requisitos, el Decano en funciones procedió a la nominación e inscripción de candidatos, inscribiéndose como tal al Arq. Lionel Méndez Dávila sin que existiera otra propuesta. Por su calidad de candidato Méndez se excusó y pasó a presidir el acto el Vocal 3. De los 60 electores que debían integrar el cuerpo electoral, según la convocatoria, habían asistido 32. Lionel Méndez obtendría 31 votos y con esto, podría declarársele Decano electo, sujeto a las prescripciones establecidas en la Ley. 345

El 2 de octubre, previo a conocer las elecciones a Decano de la Facultad de Arquitectura, el CSU recibió del Arq. Rolando Bonilla, representante del Colegio de Arquitectos, un recurso de nulidad suscrito por el Arq. Mario René Roca Sermeño. El CSU lo declaró improcedente debido a que todavía no había sido aprobada la elección. 346

La Intervención 215

Figura 7.4. Arq. Lionel Méndez Dávila, Decano 1974-1979. Foto: archivos Farusac.

La Intervención 216

347. CSU 1255, 3.2.5/1974, de 1 de octubre.

348. Castañeda, “La formación”, 40.

Acto seguido procedió a conocer y aprobar la elección y «por haberse llenado los requisitos legales declaró electo Decano de Arquitectura al Arq. Lionel Méndez Dávila para el período 1974-78». 347 (Figura 7.4)

Finalmente, la Facultad de Arquitectura había electo como Decano a un catedrático que había sido parte del proceso de reestructura y que había fungido como Decano en funciones durante el último año. Se entendía que apoyaría el Plan gestado por el bloque estudiantil del CRA e impulsaría el pénsum con un nuevo cuerpo de docentes afines al proyecto.

Se auguraban condiciones para concretar el esfuerzo realizado y para que los cambios planificados pudieran seguir su curso sin mayor obstáculo. Pero el siguiente comentario muestra un anticipo de lo que vendría:

…es necesario señalar que las bases teóricas del planteamiento del plan de estudios eran insuficientes. Además, en la confrontación, dada la enorme polarización que se dio, “tiramos al niño con el agua sucia” al unilateralizar el enfoque de la arquitectura y de proceso de enseñanza aprendizaje; esto ocurrió particularmente durante los años de 1973 a 1975. Este fue uno de los problemas académicos principales del proceso que, combinado con los conflictos en el interior del bloque de la restructura, significaron importantes tropiezos para el desarrollo del proyecto. 348

La Intervención 217

Con el camino despejado

La batalla al interior de la Facultad replicaba las posiciones políticas que afectaban al país, los movimientos sociales se estaban convirtiendo en acompañantes de los procesos académicos. Las visiones ideológicas estaban claramente presentes y las prácticas de confrontación, presión y anulación del oponente se hicieron evidentes.

El apoyo político logrado para el bloque del CRA fue indiscutible. El soporte más fuerte había sido el Rector que, con la aprobación del CSU, había nombrado la Comisión de Dirección y Administración de la Facultad. Esta Comisión designaría a uno de los principales estrategas del CRA como Secretario de la Facultad. A eso se sumaría que el Decano en funciones que pronto estaría ocupando una silla dentro de la CDA con lo que incrementó su capacidad de influencia.

Los estudiantes se habían adueñado del control de la Facultad y trabajaban por una revolución total dentro de la estructura facultativa y, sin el Decano conservador, sin los miembros de la Junta Directiva que lo respaldaban y sin los líderes del claustro que hacía continuos cuestionamientos al proceso, la posibilidad de accionar se había fortalecido. Para alcanzar el ansiado cambio no se tuvo contemplación hacia quienes no lo habían apoyado y mucho menos hacia quienes se opusieron. Se pondría especial atención en evitar que quedara cualquier vestigio de la anterior Facultad que pudiera amenazar el avance de la reestructura.

La Intervención 218

Se prescindiría de todos los docentes de la época anterior para evitar cualquier oposición que pudiera quedar. En el caso de los catedráticos titulares, varios de ellos, al no concluir los trámites de permisos durante el proceso del CRA, dieron la oportunidad a sus adversarios para que los separaran de sus cargos. Esto no hubiera sido problema si se mantenían las mismas autoridades o afines, que podrían haber concluído los procesos. La misma asesoría declaró que el Consejo tenía la potestad de sancionar o no a los señalados, pero el mapa político de entonces era claro y los despidos eran inminentes.

La indignación que las destituciones ocasionaron llevó a renuncias adicionales de la mayoría de los Titulares que dejarían el escenario libre de oposiciones. El destino de la Facultad estaba sellado y la reestructura podría seguir su camino sin mayor obstáculo.

Luego de las distintas elecciones facultativas, se había alcanzado las condiciones esperadas para continuar con la reestructura. Pero, por más favorable que se pintara el panorama, por más planes que se hicieran, se enfrentarían nuevos obstáculos, se cometerían errores y se obtendrían desencantos no previstos. Pronto se constataría la sabiduría popular, no hay peor cuña que la del mismo palo.

La Intervención 219
Retomando
el rumbo 222
Figura 8.1 Mural: Los gorilas al zoológico, los hombres al poder. En Ciudad Universitaria, zona12. Diseñado por Arnoldo Ramírez Amaya. Archivo fotográfico de Oscar Eduardo Barillas.

RETOMANDO EL RUMBO

En 1973 el gobierno estadounidense de Nixon había jugado un papel preponderante en apoyo a la caída del gobierno chileno de Salvador Allende y la llegada de Augusto Pinochet al poder. Un año después, luego del escándalo de Watergate, Nixon sería obligado a dimitir y sería sustituido por Gerald Ford.

En un nuevo orden la administración Ford se uniría a 35 países para abordar el tema de los derechos humanos, reducir las tensiones de la guerra fría y firmar los Acuerdos de Helsinki y de esta manera mejorar las relaciones entre los gobiernos comunistas y occidente. Con estas acciones comenzaba a mostrarse un cambio en la política estadounidense que sería fortalecida con el gobierno sucesor.

El 30 de abril de 1975 se puso fin definitivo a una guerra que había tenido serias implicaciones políticas y sociales y generado un implacable desgaste al gobierno estadounidense. El desenlace de la guerra de Vietnam se interpretó como una derrota política y militar que afectaba la percepción del balance geopolítico. Algunos vieron la oportunidad de que distintos movimientos comunistas pudieran triunfar en el continente americano, entre ellos en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, en donde se procuraba un reacomodamiento de la guerrilla y se advertían nuevas acciones para fortalecer la organización social.

349. Asociación de Investigación y Asuntos Sociales, Compendio de Historia de Guatemala (1944-2000). Guatemala: ASIES. 2004. 52.

En Guatemala, el presidente electo en 1974 había sido señalado de llegar al poder por medio de un fraude, por lo que necesitaba ganar legitimidad. El nuevo gobierno decidió abrir espacios a la oposición y al movimiento popular, los que serían aprovechados por diversos grupos sociales. Surgieron organizaciones como la Central Nacional de Trabajadores (CNT), la Federación de Trabajadores de Guatemala (FTG), el Comité Nacional de Unidad Sindical (CNUS). En una relativa libertad, los estudiantes de educación media fundaron una coordinadora y también, luego del asesinato de Robin García, un sector de estudiantes universitarios organizaría el combativo Frente Estudiantil Revolucionario Robin García (FERG). 349

Retomando el rumbo 223

350. El primer ciclo había sido entre 1962 y 1967 y este segundo ciclo se había iniciado en 1973.

351. Figueroa, Guatemala: historia reciente, 295.

352. CSU 4/1975 de 2 de febrero.

353. Jorge Solares. “Conflictos de poder en la Universidad de San Carlos: Elección del actual Rector (1978-1982)”. Estudios Centroamericanos, San Salvador: EDUCA. (1978), 495

354. CSU 1, 7/1975 de 15 de enero.

355. CSU 29/1975 de 17 de marzo.

356. Luis Pedro Taracena. Reflexiones y vivencias dentro del movimiento estudiantil universitario guatemalteco. (Guatemala: Asociación de Estudiantes de Ciencia Política. USAC, 2000),18.

Después de la derrota en los años sesenta la guerrilla había iniciado un proceso de reorganización y elaborado una nueva visión estratégica. Guatemala se encontraba en el segundo gran ciclo insurgente que surgió al final del gobierno de Arana Osorio y duraría hasta 1982. 350 Durante este período se mostraría un creciente movimiento popular que había empezado con la huelga magisterial de 1973 y terminaría con la marcha de mineros en Ixtahuacán a finales de 1977. 351

En medio de este proceso de reacomodo, el Rector, informó al CSU que el 23 de enero de 1975 la guardia nacional de la República de Nicaragua había allanado el recinto universitario “Rubén Darío” de la Universidad Nacional Autónoma de dicho país en un evidente acto de violación de la autonomía universitaria. 352 Esto se identificaría posteriormente, como un preámbulo del fortalecimiento de la lucha armada en Nicaragua. La acción generaría reacciones de prevención del gobierno guatemalteco que afectarían a la Universidad nacional.

En la Universidad de San Carlos se fundarían nuevas escuelas. Según indica Jorge Solares, luego de una serie de conflictos «al no encontrar una solución a sus diferencias, y con el visto bueno del Rector, en 1975 los programas como Psicología, Historia y Ciencias de la Comunicación se convirtieron en escuelas, con una marcada independencia administrativa. En los años posteriores, estas escuelas se contarían entre las más militantes de la Universidad». 353 El CSU aprobaría la creación de la Escuela de Trabajo Social 354 y la Escuela de Ciencias de la Comunicación, que comenzarían a funcionar a partir de enero. 355

Entre 1971 y 1976 las luchas estudiantiles giraban en torno a las demandas de autonomía para tener mayor capacidad de vincularse con el pueblo. Se impulsaba la consigna de democratización de la enseñanza a la que se añadió la necesidad de fortalecer la extensión universitaria, concebida tanto a nivel de diversificación educativa, como de expansión regional hacia los departamentos. 356

Retomando el rumbo 224

En la Facultad de Arquitectura, la mitad del decenio se estaba iniciando con un Decano electo, del que se esperaba un efectivo seguimiento y fortalecimiento de la transformación académico-administrativa. Se confiaba en que el proceso mantuviera las bases comunes con la organización social que se estaban fortificando tanto a nivel nacional como a lo interno de la Universidad.

Los artífices del CRA habían ido tejiendo el escenario político académico y colocando sus piezas en las posiciones claves para lograr el apoyo de las instancias necesarias y eliminar del escenario a la mayoría de los catedráticos y estudiantes antagonistas. Se aseguraron de estos cambios para impulsar un proyecto que rompió con los patrones universitarios tradicionales.

Los docentes opositores y los estudiantes que no comulgaban con el nuevo proyecto se habían separado de la USAC y habían logrado la creación de una nueva carrera de Arquitectura en una universidad privada a la que se trasladaron.

Los resultados de la lucha por la aprobación del CRA habían sido bastante fructíferos, pero en los siguientes meses se constataría que no era lo mismo impulsar aguerridamente un ideal y lograr que se aprobara un innovador proyecto, que implementarlo. La transformación se enfrentaría a una serie de obstáculos e intereses que obstaculizarían los propósitos iniciales.

En medio de este panorama surgirían organizaciones estudiantiles que vincularían el arte, la academia y la política y tendrían amplia participación en los hechos que se aproximaban.

Retomando
225
el rumbo

357. El término fue utilizado por Platón en la Apología para describir la actuación molesta de Sócrates como un incómodo aguijón para la escena política ateniense. También es el seudónimo utilizado por un subversivo protagonista de la novela El Tábano de Ethel Voynich que fue llevada a la pantalla grande haciéndose muy popular en la URSS y la China comunista.

358. Vázquez, Militantes clandestinos, 146.

359. Vázquez, Militantes clandestinos, 147.

Tábano

Tábano es un insecto que pica caballos, bueyes y mulas. Se le llama así a alguien molesto o impertinente que interfiere con el statu quo.

Durante el primer lustro de los años setenta se inició el trabajo de una peculiar organización que se denominaría Tábano. 357 Este grupo fue integrado por un sector estudiantil reaccionario, que combinaría la crítica política con el arte. El grupo se haría reconocido en el espacio universitario por el uso de recursos artísticos novedosos y baratos en sus campañas de divulgación política y se caracterizaría por ser uno de los colectivos más radicales de la USAC.

En un inicio el grupo estaba vinculado con el artista plástico Arnoldo Ramírez Amaya “el tecolote” y promovió la muralización de la ciudad universitaria que se realizó en 1973 y que se plasmó en diferentes edificios del campus. 358 Arnoldo Ramírez era estudiante de Arquitectura y ya había tratado de incursionar en el ámbito político en 1971 cuando participó como candidato a representante estudiantil ante el CSU y como elector estudiantil para Vocal 1.

La convocatoria de los tábanos concentró a jóvenes creadores y críticos de la problemática nacional, que expresaron sus ideas a través de medios visuales que se usaban en la Universidad, tales como panfletos, revistas y los propios muros del campus universitario. Tábano creó un aparato de propaganda que utilizó la gráfica como su principal recurso para transmitir el ideario de la organización con un matiz popular y contestatario que fue una característica del colectivo.

En la consolidación del grupo tuvieron un papel relevante Mario Baltazar García, Conrado Leal y Edgar Leonel Meléndez que buscaban una participación más activa en los procesos políticos de la Universidad. Según relata Vázquez Medeles, «fueron contactados por Ramírez Amaya con Gilberto Morales Trujillo para hacer una revista que expusiera sus intereses y su crítica. La aparición de esta publicación derivó en la conformación del grupo Tábano, en el que la conjunción del quehacer estudiantil con la crítica política y el trabajo artístico propició que el grupo tuviera cada vez más miembros y se llegara al interés creciente del estudiantado y de la planta docente de la Universidad». 359

Retomando el rumbo 226

Figura 8.2 Mural: Estudiante sospecho que te vas a graduar de explotador. En Ciudad Universitaria, zona12. De Arnoldo Ramírez Amaya. Archivo Fotográfico de Oscar Eduardo Barillas.

el rumbo 227

Retomando

El mural más representativo para arquitectura es el que se encuentra en el edificio central de la Facultad. En este se identifica la metamorfosis de una rana. Se observa el proceso de crecimiento de un tepocate que llegaría a alcanzar su meta de convertirse en una rana profesional.

Figura 8.3a. Sección oeste del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura. Diseñado por Arnoldo Ramírez Amaya y pintado por un grupo de estudiantes de dicha Facultad.

Al llegar a la graduación, se activa el disparador que lanza un proyectil y salpica de sangre a compañeros de lucha, representados por imágenes del mural La trinchera, de Clemente Orozco.

Figura 8.3b. Sección norte del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

La rana graduada, busca al alcanzar otro estatus y se convierte en explotadora, quiere dejar de saltar de un lado a otro y cómodamente descansa sobre una patineta, jalada por una rana soldado que a la vez es tirada por obreros representados por una imagen inspirada en la escultura Canto al sudor de Rodolfo González Goyri.

Figura 8.3c. Sección este del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

En el siguiente bloque se visualiza la represión del pueblo con la idea implantada del patriotismo, simbolizada en la imagen de la bandera guatemalteca. El pabellón impide percatarse que es conducido hacia una trampa que lo convertirá en ingrediente de una hamburguesa cubierta de cruces que simbolizan a las víctimas de la guerra que, finalmente, será tragada y triturada por la maquinaria imperialista. De los sobrevivientes surgirá un nuevo tepocate que reiniciará el ciclo.

Figura 8.3d. Sección sur del Mural al interior del Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.

El mural se completa con el parafraseo de una frase de Bertolt Brecht: “El que no conoce la verdad y la niega es un tonto… el que conoce la verdad y la niega es un criminal”.

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360. Revista Tábano, Número 2, mayo de 1975.

La publicación mantendría su presencia hasta principios de la década de los 80. Si bien la revista funcionaba como medio de difusión de diversas temáticas académicas y políticas, también serviría como instrumento para captar militantes para los movimientos sociales y políticos.

La revista Tábano tenía un formato diferente al acostumbrado en esa época, incluía estrategias de propaganda a partir de dos temáticas, una sobre las aspiraciones académicas y la otra sobre temas de política a nivel de Facultad, Universidad y externa. Era una publicación que integraba mensajes de contenido con textos y dibujos de muy buen nivel gracias al trabajo de estudiantes artistas comprometidos con los principios del grupo que, compartía en gran medida, los postulados del CRA.

Puede observarse en la Figura 8.4, que en el directorio aparecen varios de los impulsores del CRA. Para la fecha de la publicación, algunos ejercían una práctica docente. 360

Durante ese período también se impulsaban actividades musicales como festivales, principalmente cuando Oscar Conde miembro del grupo de rock Alux Nahual, ocupó el cargo de Secretario de cultura de la AEDA.

Retomando el rumbo 229

Figura 8.4 Portada y directorio de la Revista Tábano No. 2, mayo de 1975

Existieron otros grupos artísticos desvinculados de Tábano que realizaban otras manifestaciones culturales como el grupo de Teatro Avance, cuyas obras eran sobre temas sociales (Figura 8.5). El impulso estudiantil a la actividad artística y cultural fue relevante durante ese período y se convirtió en una expresión de crítica social, por lo que algunos fueron perseguidos.

Figura 8.5 Grupo de teatro experimental de arquitectura, 1973. De pie, Silvia Aguilar, Virginia Chinchilla, Byron López, Gloria Guevara, Esmirna Barrientos. Atrás a la derecha: Arturo Calderón, Willy Gil y Luis Pineda Rueda. En medio encuclillados: Federico Salcedo, Gustavo Andrino, José Yon, Sergio Duarte. Al frente sentadas Tania González y Aidé Álvarez. (los directores del grupo que no están en la imagen eran Mario Lemus y Adolfo Ulloa. Imagen proporcionada por Sergio Duarte.

Retomando
el rumbo 230

361. Castañeda, 43.

362. Consejo de Facultad 24 3.1/1974 de 17 de noviembre.

363. FARUSAC 460 /1975 de 13 de enero.

364. FARUSAC 470 5.2/1975 de 13 de mayo.

Inicia la nueva gestión

La gestión de Méndez Dávila inició dando seguimiento a los preceptos establecidos en el CRA, uno de los más importantes para el desarrollo del proyecto era la consolidación de un gobierno compartido.

La estructura organizativa se había constituido por cuerpos paritarios. Para ese momento se habían definido algunas funciones: Al Consejo de Facultad le correspondía la toma de decisiones en todo lo concerniente a lo académico como la formulación y aprobación de los planes de estudio, los temas de evaluación, programas de integración docente, programas académicos, EPS, extensión, entre otros. La Coordinación Académica por su parte coordinaría e implementaría las políticas definidas por el Consejo de Facultad; se constituirá además en la junta evaluadora de docencia y administración y en el comité de bibliotecas. Los Comités de Área definirían la política educativa del área, con base en la política educativa para la Facultad; coordinaban su aplicación; constituían el comité evaluador de docencia y administración, con calidad de asesor de la coordinación académica sin autoridad de sanción, y, finalmente, sería el organismo de primera instancia para la resolución de problemas administrativo-docentes.

En noviembre de 1974 ya se había elegido el primer Consejo de Facultad, que según Castañeda había quedado compuesto precisamente, por opositores del Decano. 361 Para marzo de 1975 se terminarían de definir los integrantes de la Coordinación Académica y se formarían los diferentes cuerpos de gobierno paritario (Tabla 8.1).

Inicialmente las reuniones de la coordinación académica fueron presididas por el Decano, el Secretario de Facultad también fungía como Secretario de este organismo. Posteriormente ambos dejarían de formar parte de la coordinación académica. La conducción sería definida al inicio de cada sesión y el Secretario sería el coordinador de la Unidad Técnico-Académica de Arquitectura (UTA-Arq.) que tendría voz, pero no voto. 362

El Arq. Gilberto Castañeda sería nombrado Coordinador de la UTAArq. 363 pero se mantendría como Secretario hasta el 1 de marzo cuando lo sustituiría, de manera interina, el Arq. José Rodolfo Cuevas hasta que se graduara de arquitecto Julio Fonseca. Este renunciaría a la Vocalía 4 de Junta Directiva y sería nombrado Secretario de la Facultad. 364

Retomando el rumbo 231

Consejo

Arq. Lionel Méndez

Arq. Darío Menéndez

Arq. Miguel Ángel Santa Cruz

1. Arq. Erwin Solórzano

1.1 Lic. Fernando Noriega

1.2 Arq. Jorge Escobar

1.3 Arq. Eduardo Eskenassy

2. Arq. Roberto Morales 2.1 Arq. Rodolfo Portillo

2.2 Arq. Miguel Ángel Santa Cruz

3. Arq. Eduardo Sosa

3.1 Lic. Fernando Pepió

3.2 Arq. Darío Menéndez

3.3 Arq. Eduardo Aguirre

Br. Fernando Rodríguez, Br. Sergio Duarte Br. Luis Estrada Br. Wolfang Gómez Br. Elmer Cifuentes Br. Gladys Mendizábal Br. Roberto Leal Br. Mario Sánchez Br. Hugo Meza Br. Manuel Gálvez Br. César Vera Br. Marco Antonio Rivera Br. Marco Tulio Ordóñez Br. Jorge Mario cordón

Retomando el rumbo 232
ÁREA 1 ÁREA 2 ÁREA 3 Catedráticos Coordinación Académica
de Facultad Estudiantes
Fuente: Acta 465 de Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura del 11 de marzo de 1975. Ver en anexo nota de la AEDA del 24 de febrero de 1975.
Facultad
Tabla: 8.1. Integrantes de los órganos paritarios de la
de Arquitectura en 1975

365. Pedro Asturias, entrevista personal. Me ofrecieron una plaza como catedrático, pero no acepté. No iba a caer en la trampa. Si yo había criticado la improvisación de catedráticos no iba a aparecer ahora como especializado.

Pedro Asturias

La nueva administración pronto comenzó a encontrar dificultades, la mayoría se originó desde las bases del mismo modelo. Las estructuras paritarias comenzarían a mostrar indefiniciones importantes; el cambio del plantel docente había dejado vacíos que harían mella en el desarrollo académico. Los nuevos procedimientos no estaban totalmente establecidos, además, el exceso de cursos estaba afectando el desarrollo académico. En general, la percepción estudiantil era que se tenía una mayor carga y una desvinculación hacia el quehacer del arquitecto, que se manifestaba en la reducción del tiempo dedicado a la práctica del diseño, que era la columna en la formación del arquitecto.

Las dificultades encontradas se iban enfrentando poco a poco, por ejemplo, el número de asignaturas del nuevo pensum había llevado a tomar la decisión de impartir una gran cantidad de cursos trimestrales, más del 60% del total de cursos de la carrera.

A pesar de que la mayoría de los profesionales que iniciaron la nueva gestión no habían pertenecido al anterior claustro, pocos habían participado en este proceso y no se podía establecer la afinidad que tenían hacia los fundamentos del CRA.

Para compensar esta situación la administración, aparte de ir colocando a las principales figuras del CRA en cargos administrativos, había implementado la estrategia de crear plazas de Profesores Auxiliares que daba la oportunidad a estudiantes para que incursionaran en el ambiente docente. Aproximadamente el 45% de las plazas académicas en 1975, fueron asignado a personal no graduado. Muchos de estos espacios serían ocupados por dirigentes y simpatizantes del CRA y no todos tenían el perfil necesario para impartir docencia. En la Tabla 8.2 se identifican los profesores graduados y los auxiliares contratados durante 1975.

En entrevista, Pedro Asturias, enfáticamente reflexionó: «Al elegir a Lionel yo dije que me retiraba, me faltaba el examen público, pero no saqué el título en ese momento. Me ofrecieron plaza como catedrático, pero no acepté. No iba a caer en la trampa. Si yo había criticado la improvisación de catedráticos, no iba a aparecer ahora como especializado. Me fui en el 74, habíamos dicho un discurso y había que cumplirlo. Si no, uno no era auténtico». 365

Retomando el rumbo 233

Tabla 8.2 Nómina de catedráticos de 1975 por Áreas y Unidades

Arq. Erwin Solórzano (T) (Coordinador Área)

U. 1.1 Matemática y Estadística

Lic. Fernando Noriega (Coord. Unidad) Ing. Jorge Peláez (T) Lic. Antonio Vera Ing. Saúl Osorio Prof. Francisco Leal Br. Gloria Almengor Br. Glenda Rodríguez Br. Jorge Valenzuela

U. 1.2 Física y Estructuras

Ing. Jorge Escobar) (Coord. Unidad) Ing. Rafael Santiago (T) Ing. Hugo Galindo (T) Ing. Juan Torres Prof. Héctor Jiménez Br. Miguel A. Herrera Br. Magaly Soto Br. Juan Fernández Br. Fernando Masaya

U. 1.3 Tecnología de Construcción

Arq. Luis Eskenasy (T) (Coord. Unidad) Arq. Erwin Solórzano (T) Arq. Julio Corea (T) Arq. Rubén Bailey Arq. Eduardo Aguilar Br. Roberto Palomo Br. Roberto Palomo Br. Erick Yllescas Br. Edgardo Cuevas Br. Daniel Duarte

Arq. Roberto Morales (T) (Coord. Área)

U. 2.1 Teoría e Historia de la Arquitectura

Arq. Rodolfo Portillo (Coord. Unidad)

Arq. Mario Hugo Rosal (T) Art. Roberto Cabrera Br. Roberto Godoy Br. Ramiro Soria Br. Sergio Búcaro Br. Hugo Meza Br. Rufino Alvarado Br. Marco Antonio Flores

U. 2.2 Ciencias Sociales y Planeamiento

Arq. Miguel A. Santacruz (T) (Coord. Unidad) Dr. Jorge Solares (T) Arq. Roberto Morales Lic. Hugo Recinos

Prof. Gilberto Morales Br. Anne Arévalo Br. Fernando Rodríguez Br. Luis Estrada

Arq. Eduardo Sosa (Coordinador Área)

U. 3.1 Medios de Comunicación

Arq. Fernando Pepió (Coordinador Unidad) Arq. Alfredo Rivera Arq. Ricardo Córdova

Br. Sergio García Br. Jorge Rousselin

U. 3.2 Taller Síntesis

Arq. Darío Menéndez (T) (Coord. Unidad) Arq. Carlos Brichaux Arq. Francisco Piloña (T) Arq. Ricardo Alonso (T) Arq. Guillermo Gomar (T) Arq. Francisco Chavarría (T) Arq. Francisco Méndez Arq. Manuel Pinelo Arq. Randal Recinos Arq. Carlos Mazariegos

Br. Julio Fonseca Br. Luis Benítez Br. Mario de la Cerda Prof. Gilberto Morales Prof. Mario René Villagrán

U. 3.3 EPS

Arq. Eduardo Aguirre

Fuente: Acta de Junta Directiva 459 5.1/1974 de noviembre (Ver Anexo en el acta).

234 ÁREA 1 ÁREA 3 ÁREA 2 ÁREA
Retomando el rumbo
2

366. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977.

La Unidad Técnico-Académica de Arquitectura

Las Unidades Técnico-académicas a nivel universitario que se crearon con la finalidad de contribuir a la superación de la docencia, investigación y servicio en todas las Facultades de la Universidad que serían coordinadas a través de un organismo central universitario constituido por las unidades de educación, investigación y extensión y los coordinadores de cada una de las UTA facultativas. El Secretario de Arquitectura elaboró un proyecto particular para la Facultad. Este se ajustó a los lineamientos del proyecto general para la Universidad y fue sometido a discusión durante el IV Seminario: El estudiante de Arquitectura. La UTA fue aprobada el 17 de octubre de 1974.

La UTA tenía como objetivos promover la superación de la actividad académica facultativa y el establecimiento de acciones encaminadas a incidir en el proceso de transformación de la realidad guatemalteca, a través de actividades que, entre otras buscaran la integración y superación de la docencia la investigación y el servicio; propiciar el intercambio de experiencias teóricos académicos entre las áreas y unidades docentes de la Facultad y de la Universidad y, contribuir al uso racional de recursos universitarios mediante la adecuada planificación de la actividad académica y facultativa. 366

La UTA-Arq. quedó constituida como un organismo cuya acción estaba dirigida por el Consejo de la Facultad y la Coordinación Académica era su principal vehículo de acción.

Retomando el rumbo 235

Reacondicionamiento del currículo

367. Coordinación Académica FARUSAC. Memoria de Labores 19741975, 11.

368. Informe de Labores del Coordinador de la UTA, 3.

La mayoría de las acciones de la nueva gestión habían sido iniciadas por la CDA, la nueva administración les iría dando seguimiento. La Coordinación Académica había promovido un estudio sobre la necesidad y conveniencia de realizar un reacondicionamiento del currículum de estudios. Las hipótesis más importantes que daban base a dicho análisis se relacionaban con la sobrecarga académica en varios ciclos de la carrera; la existencia de prerrequisitos ficticios y la ubicación inadecuada de algunas asignaturas dentro de los ciclos. 367

Las unidades técnico-académicas de la Universidad habían realizado un diagnóstico de la situación de la docencia, la investigación y el servicio en la institución. La parte correspondiente de la Facultad fue realizada en noviembre de 1974. Como resultado se identificaron algunos aspectos que se mantenían desde antes del CRA:

a) Predominio de la clase magistral sobre otras formas de docencia. Ello indicaba la necesidad de poner en contacto a profesores y estudiantes con otras técnicas y modalidades docentes para evitar las limitaciones que el predominio de una sola modalidad causa al proceso; b) Predominio del profesor como origen de los principales componentes del proceso educativo (programas, métodos docentes, sistemas devaluación, etc.) en detrimento de alternativas más prometedoras y consecuentes con los objetivos de la Universidad de la Facultad, como sería la participación profesor-estudiantecolectividad o al menos de profesor-estudiante, enmarcados dentro de una política educativa claramente definida por la Facultad. c) Falta de integración de la docencia, la investigación y el servicio con detrimento en la formación de estudiantes y de profesores; d) Falta de actividades de extensión y de servicio en la totalidad de los ciclos de la carrera, con excepción de algunas asignaturas y del Ejercicio Profesional Supervisado -EPS-, hecho lamentable si se comparte el criterio de que la extensión y el servicio constituyen el principal factor de integración académico y de toma de conciencia y responsabilidad sobre la realidad del país; y e) Falta de una política definida para la investigación, dando como resultado esfuerzos importantes pero aislados e inconexos, muchas veces repetitivos o contradictorios, de una asignatura a otros. 368

Con base en el borrador del trabajo realizado por el arquitecto Morales y con la inquietud por traducir a hechos prácticos sus conclusiones, se

Retomando el rumbo 236

elaboró una “Propuesta de redistribución curricular” para corregir las fallas encontradas. 369

El trabajo se discutió con varios profesores y estudiantes a inicios del primer semestre de 1975 con vistas a su presentación en el Primer Coneval. Sin embargo, como se explica más adelante, la propuesta sería trasladada a una Comisión paritaria específica, pero ante las contradicciones que se presentarían en el Coneval, no llegaría a concluirse en nada definitivo.

Otro aspecto seguido durante ese período fue el “Análisis del grado de integración del proceso educativo de la Facultad” que cubriría la totalidad de la actividad académica. Para concentrar esfuerzos el análisis se aplicó inicialmente en la unidad 3.2 (Taller Síntesis). De acuerdo con el Plan de Reestructuración se propiciaba un método para fomentar la búsqueda de nuevos conocimientos por medio de la integración teórico-práctica de los conocimientos adquiridos en las distintas disciplinas de la carrera, para resolver problemas comunes a ellas o a las que tuvieran relación directa con el problema tratar. El principal resultado fue la división de Taller Síntesis, en tres niveles: inicial, que trataría la arquitectura como fenómeno de comunicación; medio que consideraría a la arquitectura como fenómeno constructivo y, de profundidad en el que la arquitectura se analizaba como realidad social. (Fig. 8.6)

NIVEL INICIAL NIVEL MEDIO NIVEL PROFUNDIDAD

Retomando el rumbo 237

La

369. Informe de Labores del Coordinador de la UTA, 5
La arquitectura como fenómeno de comunicación
arquitectura como fenómeno constructivo
La arquitectura como realidad social
Figura 8.6 Organización por niveles para la Unidad 3.2.

370. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 6

La organización del Taller Síntesis buscaba reducir el conflicto que representaba la integración vertical de todos los talleres y asumir el taller como un todo continuo y coherente que fuera dando dominio al estudiante para la formación que requeriría como arquitecto «del conocimiento y diseño del espacio pasa a la concepción del sistema constructivo que pueda materializar dicho espacio hasta llegar al conocimiento e interpretación de la realidad social que da vida al espacio que lo realiza». 370

La reorganización se aplicó por primera vez durante el segundo semestre de 1975. Se dio seguimiento en el nivel medio para verificar en la práctica los postulados teóricos y apoyar la realización de tales conceptos mediante la elaboración de gran parte del material preparado en esa oportunidad. Finalizado el análisis en la unidad 3.2, se intentó, pero no se logró, trascender a otras unidades debido a la desintegración que se daría de la Coordinación Académica.

Retomando el rumbo 238

Nuevas contradicciones

La dimisión del presidente Nixon y la derrota sufrida en Vietnam habían cambiado notoriamente el escenario político y la percepción que se tenía sobre el país del norte. En Guatemala el presidente Laugerud había abierto espacios a la organización social, pero descuidaría la lucha contrainsurgente lo que crearía condiciones que no se habían dado y no se volverían a dar en un gobierno militar de esa época.

La tendencia internacional de respetar los derechos humanos y los giros de los gobiernos en distintas partes del orbe fueron generando un panorama que se veía alentador para los movimientos sociales y revolucionarios en los países en vías de desarrollo.

En la Universidad se aprobaban nuevas escuelas que se identificarían como las más militantes dentro de los movimientos estudiantiles. La extensión universitaria estaba proliferando y los valores de solidaridad hacia las clases más necesitabas se volvían parte de la proyección universitaria.

Los gobiernos universitarios habían ido adquiriendo mayor consciencia de los postulados que orientaban el quehacer de la Universidad Nacional y mantenía un franco apoyo a los sectores estudiantiles y sociales. Emergían nuevos grupos estudiantiles que se identificaban con la causa sociales, algunos se vincularían con la acción revolucionaria. La música, el muralismo y la expresión artística en general, se hacían parte del escenario estudiantil como una muestra de reivindicación y crítica social de las juventudes universitarias.

En la Facultad de Arquitectura se pretendía consolidar el gobierno nacido de las entrañas del CRA y sus propulsores confiaban en que la transformación seguiría por el derrotero trazado. El nuevo decanato había empezado a accionar según lo esperado al convocar a la elección de los organismos paritarios que era una de las estrategias fundamentales emanadas del CRA. La integración del esperado modelo paritario fue relativamente sencilla, la coordinación académica y los comités de áreas, permitieron una mayor fluidez y comunicación en la participación de las decisiones académicoadministrativas. Pero comenzarían a surgir algunas diferencias entre los órganos de dirección y se irían revelando otros problemas que poco a poco se harían más intensos.

Retomando el rumbo 239

371. R. Soria. Entrevista. 372. Ídem.

El cambio total del plantel docente había provocado deficiencias notorias. El señalamiento de los propulsores de la transformación era que muchos de los nuevos docentes no compartían los fundamentos ideológicos del CRA debido a que no fueron parte de ese proceso, lo que no propiciaba la coherencia con el planteamiento original. Para resolver ese tema se había promovido la práctica docente de estudiantes de últimos años afines a la filosofía del CRA. Sin embargo, la falta de experiencia profesional y pedagógica, de algunos de los que ocupaban distintas posiciones docentes, estaba creando inconformidades. Ramiro Soria se refirió al respecto:

«Cometimos el enorme error de no estructurar adecuadamente la evaluación de los maestros. Se generó lo que he calificado como una estafa académica. Ese diálogo de sordos que se formaba cuando un estudiante calificaba bien a un maestro porque le había permitido ganar el curso, aunque no hubiera aprendido. Normalmente lo hacían maestros mal preparados con poca ética, que sencillamente, generaban un soborno al estudiante a cambio de estar bien calificados. Había catedráticos de diseño que nunca habían diseñado ni ejecutado una obra de arquitectura ni habían participado como auxiliares de un proyecto de arquitectura. Eso pasó muchas veces y decayó la calidad académica. 371

Para Soria la inclusión de estos profesores era consecuencia de dos circunstancias, la primera fue que «al quedarnos sin catedráticos muchos tuvimos que asumir la responsabilidad de cubrir la docencia, porque no había profesores y la universidad no tenía la capacidad económica para traer profesores de fuera. La segunda porque varios de los que se habían enquistado en el grupo del CRA buscaron ubicarse como profesores para vivir con el salario de los maestros, aunque no estuvieran bien preparados». ¿por qué los eligieron? Bueno, puede ser por compadrazgos o por la actividad política estudiantil durante el CRA. Fue una forma equivocada, no tiene nada que ver la actividad estudiantil con la academia. Pero así se fueron ocupando varios puestos de docencia y muchos estudiantes comenzaron a ganar cursos sin tener los conocimientos, ni haberse preparado para ello: la estafa académica. 372

Retomando el rumbo 240

Tabla: 8.3.

Algunas críticas a los actores y el proceso

◊ El oportunismo nos dejó un mal sabor. (Víctor Cohen)

◊ Me di cuenta de que muchos de los dirigentes se aprovecharon del momento y las circunstancias. (Glenda Rodríguez)

◊ La selección de los maestros por compadrazgos, o por actividad política estudiantil. (Ramiro Soria)

◊ Lo dejaron en manos de gente que no tenía las condiciones. (Glenda Rodríguez)

◊ Hay que reconocer que a los docentes les faltaba experiencia. Desafortunadamente había impro visaciones. (Darío Menéndez)

◊ La cosa se radicalizó. Así como antes había una élite que no dejaba entrar a otros, se replicó a la inversa. (Julio Fonseca)

◊ Entre más poder tenían más abusivos se ponían, no se habían graduado, pero ellos mandaban en la facultad, mandaban a los profesores y manda ban a los graduados. (Eduardo Aguirre)

◊ Lionel tuvo la oportunidad de hacer mucho, pero se dejó llevar por asesores radicalizados. (Eduardo Aguirre)

◊ Un gran problema fue la improvisación de cate dráticos. (Pedro Asturias)

◊ Había dirigentes sectarios que apañaban la posi ción del decano. La Facultad se volvió una aper tura para los amigos. (Darío Menéndez)

◊ Fueron ocupando puestos de docencia que no merecían y muchos estudiantes comenzaron a ganar cursos sin tener los conocimientos, ni pre paración. (Ramiro Soria)

◊ No se contaban con los profesores suficientes para echar a andar los nuevos cursos. Ante esta necesidad se decidió incorporar a estudiantes de últimos años de la carrera, para ocupar las plazas de maestros. (Jorge Cordón)

◊ Un enorme error fue no estructurar adecuada mente la evaluación de los maestros que creo firmemente deben ser evaluados constantemente Ahí se generó lo que yo he calificado como una estafa académica. (Ramiro Soria)

◊ Es típico de gente que asume el poder y no sabe lo que está haciendo. A la hora de la hora se per dieron. (Eduardo Aguirre)

◊ Como pasa en todo movimiento revolucionario no se logra llenar todas las expectativas con un modelo tan experimental. (Darío Menéndez)

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistados que se especifican al final de cada párrafo

Retomando el rumbo 241

Conforme fue avanzando el proceso varios actores comenzaron a asumir que se pretendía un adoctrinamiento ideológico más que lograr la formación teórico-práctica que la carrera demandaba, en tanto que, para otros, todavía había que fortalecer la proyección social.

Los estudiantes que habían ingresado para aprender diseño y arquitectura se vieron envueltos en temas que si bien, se consideraban fundamentales en la estructura académica, restaban atención al eje central de la profesión. A eso se sumaba la gran cantidad de cursos que en gran parte eran trimestrales. Esto sería adversado hasta por los mismos docentes que se preocupaban por el escaso tiempo de dos períodos de 45 minutos en cada una de las ocho semanas del trimestre, lo que equivalía a 12 horas de docencia directa por curso, lo que no permitía cubrir los contenidos de la manera adecuada.

El diagnóstico elaborado para las unidades técnico académicas de la Universidad había puesto en evidencia que en la Facultad de Arquitectura se mantenían algunos de los aspectos criticados previo al CRA, tales como, el predominio de la clase magistral sobre otras formas de docencia, la jerarquía del profesor dentro de los distintos procesos académicos, la falta de integración entre docencia, investigación y extensión, la falta de actividades de proyección y vinculación social en los distintos ciclos de la carrera y la falta de una política definida para la investigación. Si bien se mantenía esfuerzos importantes estos eran aislados e inconexos, muchas veces repetitivos o contradictorios entre las asignaturas. A eso se sumaba el planteamiento respaldado por la Coordinación Académica sobre las hipótesis más importantes que marcaban: la situación de la sobrecarga académica en varios ciclos de la carrera, la existencia de prerrequisitos ficticios y la ubicación inadecuada de algunas asignaturas.

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Uno de los aportes más interesante en este período fue la propuesta de ordenamiento conceptual a la estructura de la carrera en la que se planteó la división de la unidad de Taller Síntesis en tres niveles: el inicial que trataría la arquitectura como fenómeno de comunicación; el medio que consideraría a la arquitectura como fenómeno constructivo y, el nivel de profundidad en el que la arquitectura se analizaba como realidad social.

La UTA-Arq. había sido una buena opción para comenzar a enfrentar las problemáticas académico-administrativas. Se tomaron decisiones aisladas para resolver de manera inmediata algunos problemas y se preparó una “Propuesta de redistribución curricular” para corregir las fallas encontradas. Se esperaba que en el Primer Coneval pudiera profundizarse sobre el reacondicionamiento del currículo y revisar la propuesta, de manera integral, para hacer los ajustes pertinentes.

Aunque no se estaban dando todos los resultados, se hacían esfuerzos por construir un panorama que fortaleciera el proceso de transformación iniciado en 1972 pero, muy pronto, el horizonte cambiaría.

Retomando
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el rumbo
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FISURAS EN EL NUEVO PARADIGMA

Entre 1973 y 1975, se generó la sensación de estar “arando en el mar” y que en lugar de arquitectos se estaba formando “sociólo gos”, lo que era contrario a la vocación y a la opción profesional hecha por los estudiantes al ingresar a la Facultad.

Gilberto Castañeda. 373

373. Castañeda, 43. 374. Ídem.

Al principio de la implementación del Plan de reestructuración comenzó a notarse cierta insatisfacción de los estudiantes debido a la falta de alinea ción de la carrera hacia la práctica del diseño y la arquitectura. El esfuerzo principal del Taller Síntesis se había estado dirigiendo al trabajo en áreas populares de la capital, lo que demandaba experiencias y conocimientos para el diagnóstico de las necesidades en el campo urbano y arquitectóni co útiles para generar diseños apropiados. De manera que la mayor parte del tiempo del semestre era absorbido por las etapas de investigación y análisis, por lo que el período para la fase de diseño se reducía y con esto se mermaba el desarrollo de la capacidad de plantear respuestas efectivas de diseño. «Los primeros años del proceso de restructuración dieron por resultado que -como la ironía estudiantil señalara- los cursos se aprobaran con la máquina de escribir y no con la mesa de dibujo, aludiendo a la sobre carga de análisis socioeconómico». 374

El Consejo de Facultad había sido concebido como un organismo parale lo a la Junta Directiva para decidir sobre aspectos académicos por lo que pretendía mantener un mismo nivel en la jerarquía institucional. Las confrontaciones estaban comprobando lo dicho durante la aprobación de la nueva organización sobre la inconveniencia de duplicar funciones y de dividir las líneas jerárquicas en un mismo nivel. Se abriría una disputa por delimitar y diferenciar las funciones entre el Consejo de Facultad y la Junta Directiva, una lucha de poder poco probable de superar de manera positi va, que traería lamentables consecuencias. A pesar de que el modelo había mantenido la figura del Decano en los dos organismos, había dificultad de tomar las decisiones colegiadamente. Los enfrentamientos entre ambos entes directivos eran cada vez mayores, cualquier situación o diferencia era aprovechada para disminuir la autoridad del otro.

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La renuncia del Consejo de Facultad

375. FARUSAC 474 2/1975 de 18 de junio. No existe en el acta ni en sus anexos, referencia directa que detalle el conflicto o defina los puntos acordados.

376. FARUSAC 475 4.6/1975 de 24 de junio.

El accionar de cinco de los miembros del Consejo de Facultad era granítico y muchas veces no era congruente con la orientación o criterio del sexto miembro, el Decano, por lo que éste prefería tratar algunos temas en donde tenía mayor respaldo, en la Junta directiva.

En junio de 1975 explotó un problema en el Taller Síntesis. En el registro del acta no se detalla la situación, pero la Junta Directiva consideró que los elementos que había tenido a la vista permitían confirmar que existía una crisis a nivel docente, en el seno del Taller Síntesis que había llevado al claustro a dar por finalizado el semestre. Según se sugería, la responsabilidad era del Consejo de Facultad que había conocido este problema sin haberlo resuelto. Se objetaba que uno de sus miembros hubiera actuado como juez y parte, lo que había imposibilitado que el asunto llegara a una pronta resolución y que la petición no se resolviera en forma concreta de acuerdo con las exigencias institucionales y los intereses académicos. 375

El hecho y su tratamiento era un indicador de las diferencias entre la Junta Directiva y el Consejo de Facultad. Tanto es así que el problema expuesto por el Taller Síntesis, según se informó en la siguiente sesión de Junta Directiva, había sido resuelto por el Consejo de Facultad. 376 Pero la problemática había hecho mella e incrementado las diferencias entre ambos órganos.

El enfrentamiento que existía entre los dos entes directivos aparentemente partía de que no se habían definido con claridad, hasta dónde llegaba el alcance de las acciones de cada uno. En ese contexto y debido a diferencias de criterios de cómo se orientaba la Facultad, mantenían un continuo ataque entre sí, para deslegitimar al otro. Se suponía que los integrantes de ambos organismos estaban comprometidos para impulsar los designios del CRA. Pero al parecer, el trasfondo era por las diferencias entre la JD y el CF sobre las visiones políticas.

La AEDA envió una nota a Junta Directiva de la Facultad en la que se especificaba que, entre el 23 y el 25 de julio de 1975, se había realizado una Asamblea General de Estudiantes para conocer y resolver la situación del Taller síntesis. Observaban que en realidad lo que se hizo fue «un

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377. FARUSAC 479 5.1 /1975 de 5 de agosto. Ver en Anexo nota de AEDA del 31 de julio de 1975.

378. FARUSAC 481 3.2 /1975 de 19 de agosto. Ver en Anexo de acta nota del presidente del Claustro, del 8 de agosto.

379. FARUSAC 483 4.9 /1975 de 26 de agosto.

380. FARUSAC 477 5.3/1975 de 29 de julio. Debe recordarse la paridad del Consejo de Facultad y que el único de los que había quedado, que tenía voz y voto dentro del Consejo Académico era el Decano.

cuestionamiento marcadamente parcial a los representantes estudiantiles por no estar alineados a criterios sectarios, única manera en que se explica lo dicho y actuado por una fracción estudiantil; además de su negativa a una evaluación amplia y objetiva que tiene la oportunidad de un proceso legal y justo», resaltaban la actitud clara y consecuente con los «principios del CRA y con los intereses estudiantiles, intereses claros y que pretenden lograr una formación ideológica y política amplia y desde ningún punto sectaria y oscura».377

Las discrepancias llevarían a que, en medio de las acusaciones y ante la proximidad del CONEVAL, los miembros del Consejo de Facultad renunciaran. El 25 de julio, último día de la Asamblea de Estudiantes los tres representantes estudiantiles ante el CF, Sergio Duarte, Fernando Rodríguez y Luis Estrada, renunciaron.

El lunes 31, ante la Asamblea del Claustro renunciarían como representantes ante el Consejo de Facultad, los arquitectos Darío Menéndez y Miguel Ángel Santa Cruz. La renuncia planteaba varias razones, pero se resaltó el señalamiento sobre la hegemonía que quería mantener la Junta Directiva en las decisiones. El claustro aceptó la renuncia, pero dejó sentada la inconformidad por la actuación de los renunciantes.378

La Junta Directiva consideró «Que siendo el Consejo de Facultad un organismo de igual jerarquía que la Junta Directiva y siendo la situación creada muy delicada, debía ser tratada cuidadosamente ya que está implicada en ella el mantenimiento del principio de paridad alcanzado por nuestra Facultad ante la Universidad». 379

La imposibilidad de continuar con el Consejo de Facultad inicialmente obstaculizó los trámites pendientes y ordinarios que eran tratados por ese organismo. A la Junta Directiva le preocupaba la interpretación que pudiera hacerse acerca de la renuncia. Por lo que acordó nombrar una comisión formada por las personas que consideraba más vinculadas con ese Consejo, los arquitectos Leonel Méndez, Gilberto Castañeda y Julio Fonseca, con el fin de que presentaran un informe amplio y objetivo sobre la gestión realizada por los dimitentes.380

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381. Comunicado: A la Comunidad de Arquitectura, del 24 de septiembre de 1975. Firmado por Arq. Miguel Ángel Santa Cruz, Arq. Darío Menéndez, Br. Sergio Duarte, Br. Fernando Rodríguez y Br. Luis Estrada. Anexo al Acta 492 del 5 de noviembre de 1975.

Pero aparte de la preocupación por el impacto político, la renuncia representaría un respiro para la Junta Directiva que retomaría el control absoluto de la actividad académica y administrativa. Pronto se acostumbraría a subsistir sin este organismo y el Consejo de Facultad entraría en un receso total de sus actividades durante catorce meses hasta cuando, en medio de otra crisis y otras condiciones, se haría necesario volver a integrarlo.

A las dimisiones del CF se sumaría las renuncias que, por diversas razones, presentarían varios miembros estudiantes de la Coordinación Académica, entre ellos Wolfang Gómez, César Vera y Mario Sánchez. Lo que llevaría a que este organismo también dejara de funcionar.

Pero la renuncia tendría repercusiones y cumpliría objetivos políticos. El 24 de septiembre de 1975, los cinco renunciantes, publicaron un comunicado en el que denunciaban que las condiciones de la Facultad de Arquitectura se tornaban particularmente difíciles a medida que transcurría el tercer año de iniciado el proceso de reestructuración. Creían oportuno, luego de presentar su renuncia, manifestarse sobre los últimos hechos que habían vivido. Hicieron un amplio planteamiento de lo que los había llevado a esa decisión y sobre la situación que se vivía en la Facultad. 381

Afirmaban que el cambio de estructuras en la escuela respondía a un plan político que se fue trazando en el transcurso de la propia práctica de la restructuración. El primer tropiezo había sido la misma base jurídica de la Universidad de San Carlos y sus organismos burocráticos que impidieron un cambio radical en el gobierno de la Facultad. El hecho de que no se pudiera asumir el concepto de efectiva paridad de manera formal mediante el cogobierno, implicó la necesidad de qué las personas que participaran en los puestos de decisión fueran una garantía para que el proceso proporcionara desde sus inicios la paridad de hecho, asunto que solamente se lograría con la unificación de criterios dentro de un punto central de lucha: la consolidación de la reestructura.

El carácter discordante entre las relaciones de docencia en la Facultad de Arquitectura se seguía centrando en la contradicción estudiantecatedrático (condición que impedía dilucidar a corto plazo el autogobierno). De ahí la crítica a quienes «hoy detentan el poder», a su multiplicidad de calidades y funciones, y a su insistencia en generar división estudiantil.

Fisuras en el paradigma 250

Recalcaban en la necesidad de atacar los problemas de fondo en un medio altamente contradictorio y las constantes actividades de algunos sectores facultativos tendientes a desvirtuar el sentido del proceso a través de enfrentar directamente a estudiantes y catedráticos.

Denunciar esa situación significaba esclarecer las implicaciones políticas que se presentaban en un momento coyuntural y que se manifestaba a través de posiciones claramente antagónicas. Se hablaba de intereses políticos y del surgimiento del concepto de paridad como contradicción manifiesta en el antagonismo entre los intereses profesionales y los estudiantiles. La paridad había servido como bandera política desde hacía tiempo para actividades que no tenían vinculación con los intereses facultativos ni mucho menos estudiantiles.

No se podía ocultar a la Comunidad de Arquitectura, afirmaban, que un sector de la escuela pretendía atribuirse el CRA como propiedad elitaria, controlada a través del aparato administrativo institucionalizado, que pretendía confundir el proceso de consolidación de la Reestructura con el de consolidación en el Poder.

Sostenían que el acaparamiento de poder se mostraba, cuando una misma persona era a la vez, representante del Consejo de Facultad ante el Claustro de Catedrático y del Claustro ante la Junta Directiva de AEDA, coordinador de la UTA y Catedrático de Taller Síntesis. Pero además pretendía tener atribuciones en la Asamblea General de los estudiantes con base en su calidad de exlíder estudiantil y miembro del Consejo Asesor de la Junta Directiva de AEDA.

También, sostenían que se hacía evidente cuando otro profesor era a la vez, representante Catedrático ante el CSU, Coordinador de Unidad, Catedrático y Vocal ante la Junta Directiva de la Facultad. A eso, agregaban, un Decano cuyos intereses y posición defendía aferradamente, nombrando catedráticos que respaldaran su postura personal, que alentaba el surgimiento de un grupo elitario de docentes entronados en la Unidad de Taller Síntesis y que, con el oportuno manejo de algunas circunstancias, había tratado de dividir y obstaculizar el movimiento estudiantil.

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Figura 9.1 El reino de la oportunidad, crítica a las autoridades de la Farusac. Ilustración de Ramiro García.

Sostenían que el clímax de esa lamentable situación se había mostrado en el enfrentamiento provocado entre un sector de catedráticos de Taller Síntesis y los representantes estudiantiles en una Asamblea General de Estudiantes cuyo objetivo era conocer el Problema de Taller. Pero en la reunión se solapó, con el pretexto de defender la representatividad estudiantil y la paridad, la arbitrariedad y oportunismo con que se manejaban los puestos en Taller, lo que, a la vez impidió evaluar objetivamente la actividad de esta área en el primer semestre.

Los exrepresentantes ante el Consejo de Facultad defendían que habían mantenido constantemente su posición en contra del elitismo, pese a que se obstaculizaba sistemáticamente su trabajo y efectividad. Denunciaban que se les había tratado de desprestigiar hasta el extremo de pretender marginarlos descaradamente en las labores que les tocaba desempeñar como docentes.

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382. Comunicado: A la Comunidad de Arquitectura, del 24 de septiembre de 1975. Firmado por Arq. Miguel Ángel Santa Cruz, Arq. Darío Menéndez, Br. Sergio Duarte, Br. Fernando Rodríguez y Br. Luis Estrada. Anexo al Acta 492 del 5 de noviembre de 1975.

Finalmente, justificaban que por las condiciones mencionadas se habían visto obligados a presentar su formal renuncia con el objeto de realizar el proceso de consolidación de la Facultad, pero resaltaban que el Consejo no debía morir.

Esperaban que el documento fuera una constancia de los motivos de su re nuncia y un señalamiento a la tendenciosa intención de un reducido sector, que había acaparado los puestos claves y que gozaba de impopularidad, de desvirtuar el trabajo que habían efectuado. Asimismo, hacían un llamado a la organización estudiantil a mantenerse unidos para defender sus intereses.382

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Figura 9.2. La loba, crítica a las autoridades de la Farusac. Ilustración de Ramiro García.

383. Declaración del Claustro de la Facultad de Arquitectura con relación al Volante aparecido bajo el nombre: “A la Comunidad de Arquitectura”, del 29 de septiembre de 1975. Firmado por el Arq. Francisco Méndez Dávila. Anexo al Acta 492 del 5 de noviembre de 1975. 384. Ídem.

El comunicado fue publicado pocos días antes de iniciar el Primer Coneval. Era evidente que las connotaciones políticas serían utilizadas para la discusión de la problemática en el Congreso. El escrito generaría reacciones previas y durante el evento.

Cómo respuesta se publicó una Declaración del claustro de la Facultad de Arquitectura en que se exponía que el viernes 26 de septiembre en sesión general, el Claustro había conocido el documento aludido y dado oportunidad a los compañeros firmantes para que expusieran y ampliaran las razones de su publicación, pero no se hicieron presentes. No obstante, se resolvió rechazar categóricamente la actitud negativa y desorientadora que los exmiembros del Consejo de Facultad habían asumido en su escrito, en el cual, sin elementos objetivos se denigraba la integridad, idoneidad y seriedad del Claustro de catedráticos de la Facultad de Arquitectura. 383

También denunciaban ante la comunidad de Arquitectura que el comunicado contenía la deplorable e insidiosa intención de generar una situación antagónica entre estudiantes y profesores, asunto que el Claustro rechazaba «por ser falso; pues todos conocían el espíritu democrático que animaba a la Facultad». Consideraban que resultaba evidente el oportunismo y los fines desorientadores que la publicación de ese documento conllevaba ya que los firmantes lo habían hecho público y dirigido a un evento de trascendencia académica, el Primer Coneval.

Pretendían aclarar que los vocales catedráticos ante el Consejo de Facultad no presentaron su renuncia por las razones que aludían, algunas de estas fueron posteriores pues no existían en ese momento como hechos concretos y ni siquiera se podían presuponer. Por el contrario, por criterios éticos en la Asamblea se les solicitó que renunciaran antes que el claustro tuviera que verse obligado a tomar medidas de hecho, ya que su ineptitud ya no representaba los intereses de quienes los eligieron.

Como consecuencia el claustro había decidido nombrar una comisión para analizar la problemática y dar una respuesta a esas aseveraciones tendenciosas y solicitar a la Junta Directiva de la Facultad conociera la situación y aplicara, a los firmantes del documento mencionado, las sanciones correspondientes en el orden académico y docente. 384

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385. Comunicado: Nuevamente a la Comunidad de Arquitectura, del 1 de octubre de 1975. Firmado por Arq. Miguel Ángel Santa Cruz, Arq. Darío Menéndez, Br. Sergio Duarte, Br. Fernando Rodríguez y Br. Luis Estrada. Anexo al Acta 492 del 5 de noviembre de 1975.

386. Nota de Junta Directiva del Claustro de Catedráticos de la Facultad de Arquitectura, dirigida a la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, del 4 de noviembre de 1975.

387. FARUSAC 492 /1975 de 5 de noviembre. No se especifican las actas, ni su contenido.

Las acusaciones de unos y otros siguieron. Los renunciantes publicaron “Nuevamente a la comunidad de Arquitectura”, en la que buscan aclarar «una serie de inexactitudes y falsedades que contenía la declaración emitida por un grupo de catedrático cuyos nombres aparecen representados por el presidente del Claustro». Afirmaban que de 75 catedráticos sólo 30 participaron en la toma de decisión por lo que exigían que se publicaran las firmas de los que estaban de acuerdo con esa declaración. Denunciaban que luego de emitir con la libertad que les asistía su opinión analizando los conflictos de la Facultad y los motivos de su reciente renuncia, resultaba que en nombre del claustro se les amenazaba con que la Junta Directiva de la Facultad conociera la situación y aplicara las sanciones a que se hicieran acreedores, después de qué en un párrafo anterior indicaran «que de todos es conocido el espíritu democrático que actualmente anima a la Facultad». Razonaban que «si los señores catedráticos que avalan la Declaración del Claustro sienten que “se denigra la integridad, idoneidad y seriedad del claustro…”, creemos que el estudiantado debería enjuiciar esas tres calidades en sus profesores y denunciar lo correspondiente para elevar realmente el nivel académico de la Facultad». Concluyeron que de ninguna manera estaban tratando de propiciar una división del movimiento estudiantil, sino que, ante el momento crucial que vivía la Facultad exhortaban a todos los estudiantes a presentar un frente unido para lograr erradicar los vicios politiqueros y crear un verdadero ambiente de formación política. 385

Pero el ataque continuó, la directiva del Claustro pidió la intervención de Junta Directiva en relación con el comunicado del 24 de septiembre. Plantearon una situación de rechazo y una iniciativa de acción “por los epítetos plagado de infundidos y tendenciosos contenidos en el volante mencionado” y dirigidos a miembros del Claustro en general, así como a profesionales que ocupan cargos específicos dentro de la Escuela. 386

La nota no sería conocida en esa sesión. No obstante, se conocería un expediente sobre el Arq. Darío Menéndez que había sido asignada a una comisión específica que se trataría en próxima reunión, pero se solicitó al Coordinador Administrativo que, con base en las actas, procediera a enviarle una primera amonestación. 387

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388. FARUSAC 475 4.6 /1975 de 24 de junio.

Primer CONEVAL

Dentro de las normas establecidas en el CRA se había definido que se daría un constante cambio y replanteamiento de lo resuelto en dicho congreso. Para ello era necesaria la evaluación periódica de la actividad académica facultativa en la que participarían de manera conjunta, estudiantes y profesores. El instrumento diseñado para tal efecto era el Congreso de evaluación de la Actividad Académica de la Facultad de Arquitectura (CONEVAL) que debía efectuarse cada dos años a partir de la puesta en marcha del plan.

El 15 de abril de 1975 el coordinador de la UTA-ARQ había sometido a consideración del Consejo de Facultad una propuesta para el Primer Congreso.

Figura 9.3. Cartel promocional del Primer Coneval, programado inicialmente para mayo de 1975. Imagen proporcionada por Sergio Duarte.

El Consejo de Facultad que había iniciado sus actividades en enero de 1975 tendría como una de sus atribuciones la organización y realización de dicho evento, por lo que el 8 de mayo hizo una convocatoria en la que fijaba los objetivos, justificación y contenidos. Con el aval de la Junta Directiva, se dispuso inicialmente que el Coneval se realizara en agosto de ese año.388

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389. FARUSAC 478 3.8 /1975 de 31 de julio.

390. FARUSAC 479 5.2 /1975 de 5 de agosto.

391. Comisión organizadora. Convocatoria al primer Coneval, Guatemala, 1 de septiembre de 1975.

Pero los sucesos ya señalados, que llevarían a la renuncia de cinco de los seis integrantes del Consejo de Facultad a finales de julio, provocarían que se postergara la realización del Coneval. Por esa razón Junta Directiva trataría de retomar el tema desde una nueva organización con la participación de representantes del Claustro, de la AEDA y de la UTA, con quienes se comenzaría a definir nuevamente el congreso.

Los puntos de atención del sector estudiantil fueron planteados por el bachiller Enrique Barrascout, quien dio lectura a la transcripción del acta de Asamblea General de Estudiantes que solicitaban que, durante el Coneval, fueran evaluados el funcionamiento del Taller Síntesis, la representación estudiantil y la eficiencia de los catedráticos de taller. También insistieron en la necesidad de integrar una comisión paritaria. 389

El 1 de agosto la Junta Directiva comunicó la comunidad de Arquitectura que las fechas previstas inicialmente habían quedado sin vigencia y que había nombrado una paritaria para la implementación, formulación y ejecución del congreso. La Comisión para la planificación y desarrollo quedaría integrada por el Arq. Francisco Méndez Dávila presidente del claustro, el Br. Horacio Mendizábal presidente de AEDA, el estudiante Francisco Anleu Vocal 5 de Junta Directiva y el Lic. Hugo Recinos Guerra representante del Claustro. 390

El planteamiento, congruente con los objetivos iniciales, buscaba generar una acción de cambio constante en la actividad académica facultativa haciendo más acorde dicha actividad con la formación de un nuevo profesional de la arquitectura que respondiera a las necesidades de nuestro medio. También perseguía identificar a la comunidad de Arquitectura con el proceso de reestructuración, para establecer una actitud crítica frente a este, sobre la base de una información amplia de su contenido. Así como contribuir a que la actividad académica, partiendo de un conocimiento científico de la realidad se encaminara a su transformación.

El Coneval constaría de tres etapas, la primera durante la semana del 29 de septiembre al 2 de octubre en que se realizarían tres asambleas de información y se expondrían las distintas ponencias. La segunda en la semana del 6 al 10 de octubre, se abrirían dos días de mesas de discusión de las ponencias presentadas. Por último, a partir del miércoles 8 de octubre se tendrían tres días de asambleas. 391

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Figura 9.4a. Primer carnaval, crítica al primer Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura, Coneval. Aparecen algunos personajes como Gilberto Morales, Francisco Piloña, entre otros. (La imagen se dividió). Ilustración de Ramiro García.

Gracias a la creatividad de Ramiro García, el huiteco, miembro de Tábano, que fue asesinado a finales de 1979, se muestran una serie de dibujos que ilustran la percepción sobre este evento que, como parodia de Primer Coneval, Ramiro bautizó como Primer Carnaval.

392. Circular de Secretaría de la Facultad de Arquitectura del 2 de octubre de 1975.

393. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 8.

El evento inició de acuerdo con lo planeado, pero debido a la baja participación, el 2 de octubre la Secretaría de la Facultad envió una circular a los catedráticos para recordarles el compromiso de asistir regularmente al Coneval e informarles que a partir del inicio de actividades se aplicaría un estricto sistema de control. 392

En el congreso se presentaron como ponencias centrales: “Conclusiones y recomendaciones del segundo seminario de evaluación del EPS” del arquitecto Eduardo Aguirre; “Propuesta de redistribución curricular” por la UTA; “Propuesta para la reorganización y redistribución del currículum” del arquitecto Carlos Brichaux y el documento para discusión “La educación y la reproducción de las clases” del profesor Gilberto Morales. 393

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Figura 9.4b. Primer carnaval, crítica al primer Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura, Coneval. Aparecen algunos personajes como Luis Estrada, Mario René Villagrán y Eduardo Aguirre, entre otros. Ilustración de Ramiro García.

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Figura 9.5a. Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. Aparecen algunos personajes de la época como Héctor Jiménez, entre otros. (La imagen se dividió). Ilustración de Ramiro García.

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Figura 9.5b. Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. Aparecen algunos personajes de la época como Héctor Jiménez, y Anne Arévalo, entre otros. (La imagen se dividió). Ilustración de Ramiro García.

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9.6a.

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Figura Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. Se identifica a Gilberto Castañeda, Jorge Ramírez (el mono), Gilberto Mo rales, Mario René Villagrán, Ricardo Alonso, Anne Arévalo, Regina Rivera, entre otros. (La imagen se dividió) Ilustración de Ramiro García.

El Coneval buscaba la participación de los profesores y estudiantes en la decisión de los cambios y acomodos del plan de estudios que la prácti ca demandara. Sin embargo, como se anticipó, debido a la confrontación existente, el congreso se convirtió en la arena para dirimir las trifulcas que se venían desarrollando.

No sólo se mostrarían las discrepancias sobre la orientación del Taller Síntesis y la integración de conocimientos entre los distintos cursos y propiamente del ejercicio del diseño, también se retomaría el conflicto que había surgido entre los exmiembros de Consejo de Facultad y otros sectores.

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Figura 9.6b. Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. Ilustración de Ramiro García.

Figura 9.7a. Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. En la imagen se incluye a Mario René Villagrán, Gilberto Castañeda, Ricardo Alonso, Carlos Brichaux, entre otros. (La imagen se dividió). Ilustración de Ramiro García.

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Figura 9.7b. Primer carnaval. Crítica al primer Coneval. En la imagen se identifica a Gilberto Castañeda, Ricardo Alonso, Carlos Brichaux, entre otros. Ilustración de Ramiro García.

394. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 8.

Finalmente, el clima del evento no fue propicio y los resultados que se pretendían no se lograron, además, la Comisión de Síntesis no presentó el informe correspondiente. 394

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395. FARUSAC 492 /1975 de 5 de noviembre. Puede verse la convocatoria completa en el Anexo del Acta.

396. Nota de AEDA recibida por Junta Directiva el 11 de noviembre de 1975, firmada por el presidente Horacio Mendizábal. Anexo al Acta 493 del 14 de noviembre de 1975.

Los reclamos estudiantiles

Entre las discrepancias generadas por la renuncia del Consejo de Facultad y de otros miembros de la Coordinación académica, así como las divergencias evidenciadas en el primer Coneval, la apreciación estudiantil comenzaba a generar reacciones. A finales de año la Junta Directiva había acordado convocar a concurso de selección de plazas docentes, que incluían a catedráticos y auxiliares para 1976. 395 La percepción era que no se estaba cumpliendo con la visión de paridad propiciada durante el CRA y no se les daba la participación esperada.

Estaba concluyendo el primer año de la administración de Méndez Dávila cuando la AEDA envió una nota a Junta Directiva. En ella expresaba la preocupación por la futura integración del cuerpo docente de la Facultad para el primer semestre de 1976. Solicitaban que a la mayor brevedad posible se les informara con base en qué criterios se había formulado la tabla de plazas de docentes que se publicó para realizar los concursos de méritos; cuál fue el mecanismo de consulta de la opinión estudiantil para la elaboración de la tabla mencionada; cuáles habían sido los criterios que se fijaron para la calificación de las plazas en concurso y para la selección de los jurados calificadores. También pedían que se les indicaran las razones por las que, a pesar de estar claramente reglamentado en el Estatuto de la Carrera Docente, no se había convocado a concurso de oposición ni a la elección del Comité de Evaluación Docente. Además, solicitaban que se les explicara por qué no tenían respuesta sobre la convocatoria para la elección del Consejo de Facultad que habían hecho desde el 18 de agosto de 1975. 396

La Junta Directiva de la Facultad respondió que las contrataciones se hicieron con base en las necesidades de docencia estimadas y en las recomendaciones del primer Coneval, y consideraba que la mecánica es un asunto puramente técnico. Que, si no fue posible consultar a organismos paritarios, era porque en ese momento no existían. No obstante, señalaron que los criterios a utilizar para la calificación estaban en discusión y que cuando estuvieran se consideraría la posibilidad de informarles al respecto.

El Coordinador General para la constituyente de AEDA, Sergio Duarte, también dirigió una nota en la que se argumenta que la efectiva paridad no estaba dada únicamente por la posibilidad de opinar en los organismos subalternos, sino que, además, debía contarse con la intervención en el nivel de toma de decisiones final.

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397. Nota de la constituyente de AEDA recibida por Junta Directiva el 11 de noviembre de 1975, firmada por el Coordinador General de la Constituyente, Sergio Duarte. Anexo al Acta 493 del 14 de noviembre de 1975.

En ese sentido, les interesaba participar en la coordinación académica y los comités de unidad siempre y cuando las decisiones últimas fueran tomadas por el organismo paritario, es decir el Consejo de Facultad y no por la Junta Directiva en la que, de siete miembros, sólo dos eran estudiantes. Se consideraba que las disposiciones inmediatas en la administración docente de la Facultad no debían ser avaladas con la participación estudiantil cuando ni siquiera existía una convocatoria formal para la integración del máximo organismo de decisión paritaria, el Consejo de Facultad. 397

Fisuras en el paradigma 267

Figura 9.8. Miembros de la constituyente de AEDA, 1975. Integrada por Eduardo Rottman, María Teresa Leiva, Rolando Gallardo, Domingo Valle, Byron López, Sergio Duarte y Jorge Cordón. 1975. Imagen proporcionada por Sergio Duarte.

398. Nota de la constituyente de AEDA recibida por Junta Directiva el 11 de noviembre de 1975, firmada por el Coordinador General de la Constituyente Sergio Duarte. Anexo al Acta 493 del 14 de noviembre de 1975.

Efectivamente, como se ha descrito, se habían desintegrado los cuerpos paritarios de la Facultad y no se convocaba a elección del órgano más importante. La constituyente de AEDA (Figura 9.8) exhortaría a la comunidad de Arquitectura a abstenerse de participar en las elecciones de representantes estudiantiles ante la coordinación académica y comités de unidad, en tanto no se conocieran los resultados finales del trabajo efectuado por la constituyente, venciera su plazo o se llegara a la integración del Consejo de Facultad. Solicitó a los representantes estudiantiles ante Junta Directiva que se solidarizaran con las decisiones tomadas y se pronunciaran por la pronta integración del Consejo de Facultad y la suspensión de elecciones para la integración de organismos paritarios subalternos, hasta que se cumpliera con las condiciones necesarias para su formación. También se solicitó a Junta Directiva copia del informe que enviaría al CSU con respecto al Consejo de Facultad, debido a la intención de pronunciarse por la pronta integración de dicho organismo ante el CSU. 398

Fisuras en el paradigma 268

Un paradigma en crisis

El paradigma generado en el CRA estaba siendo puesto a prueba. Las fisuras que comenzaron a aparecer se hicieron paulatinamente más grandes. Por un lado, había insatisfacción de un sector que consideraba que se formaban arquitectos sociólogos que no respondían al perfil que debía poseer un arquitecto y, por el otro, quienes pensaban que no se daba respuesta a lo que, según los postulados de la reestructuración, la sociedad demandaba.

Pero la conflictividad de la Facultad de Arquitectura surgía también entre los actores que debían apoyar el mismo proyecto, pero que mostraban diferencias sustantivas en las formas de abordarlo. Se estaba haciendo tambalear el escenario y, la incertidumbre y la discordia, emergían entre los distintos actores.

Lo más nocivo organizativamente, había surgido por la falta de coordinación, delimitación de las funciones y luchas de poder entre la Junta Directiva y el Consejo de Facultad. Los integrantes de este Consejo creían que por ser el órgano paritario debía tener la hegemonía en las decisiones académicas, pero la Junta Directiva, como órgano directivo tradicional, mantenía que sus funciones estaban definidas dentro de un marco más amplio y conservaba el poder real de la Facultad. Los conflictos entre ambos organismos, acompañados de señalamientos e intereses personales, posturas y reclamos políticos, estaban siendo el caldo de cultivo para un nuevo ciclo de enfrentamientos que se convirtió en un hábito en la unidad académica.

Había quienes seguían sosteniendo que la culpa de la situación se debía a que el modelo de autogobierno propuesto, que eliminaba la figura del Decano, no fue aprobado por el CSU. Otros suponían que la causa era que el Consejo de Facultad lo integraban personas contrarias al Decano. La falta de consensos, las diferencias, los bloqueos, los intereses particulares y las inculpaciones, habían llevado a que finalmente, el primer CF, renunciara en pleno.

Fisuras en el paradigma 269

Los renunciantes no midieron las consecuencias para la Facultad, para el CRA o para ellos mismos. No percibieron la magnitud que tendría la renuncia, el valioso espacio de decisión que estaban dejando libre que, sin embargo, les dejaba poca opción de maniobra. Un ámbito que, además de propiciar el equilibrio paritario, brindaba legitimad y protección para su accionar político académico. En fin, de manera similar a cuando el Arq. Asensio dejó por decisión propia, un margen abierto para sus contendientes, con lo que facilitó él mismo su caída y la de sus aliados, parecía que ahora lo hacían también los miembros del Consejo de Facultad.

Si a eso se suman los otros factores revisados, había indicios suficientes de que el proyecto del CRA no estaba teniendo los resultados esperados y según lo que ocurriera en los próximos meses, podría perder el rumbo. Si bien, el paradigma del CRA había tenido un proceso en el que se conciliaron fundamentos claros con una sólida base ideológica y se definieron estrategias cuyo principio fundamental era la paridad en la toma de decisiones, su desarrollo todavía no estaba asegurado.

Por eso también se concibieron mecanismos para monitorear y corregir, entre los que se consideraba al Coneval como el instrumento principal para mediar, mantener el rumbo y reforzar los criterios formulados en la reestructuración. Pero debido a la confrontación registrada, antes y durante el evento, no se llegó a resoluciones integrales que definieran orientaciones precisas para retomar la senda, es más, ni siquiera se divulgó un informe sobre el congreso.

Fisuras en el paradigma 270

Los conflictos con el sector estudiantil también habían comenzado a surgir, en gran medida por la demanda de paridad en las decisiones y la exigencia de integrar de manera inmediata un nuevo Consejo de Facultad. Pero ya se había demostrado los conflictos generados por la existencia de dos organismos de igual jerarquía en una misma organización, más aún, en una cultura en que las grandes contradicciones, aunadas a los intereses individuales, suscitaban severos obstáculos por superar. La administración evitaba volver a reintegrarlo, pero recibía fuertes presiones que lograría ignorar por más de un año.

En general 1975, el primer año de gestión como Decano electo de Méndez Dávila, había terminado en preocupantes condiciones. El nuevo año ofrecería otras circunstancias, se vería marcado tempranamente, por un suceso natural que revelaría nuevos retos y perspectivas, daría la oportunidad de demostrar la amplia proyección social que podía tener la Facultad y se constituiría en una nueva coyuntura para recobrar el rumbo.

Fisuras en el paradigma 271

El sismo abrió una senda alterna 274

EL SISMO ABRIÓ UNA SENDA ALTERNA

399. Asociación de Amigos del País (2004). Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala. Guatemala. Editorial: Amigos del País, Guatemala.

400. Prensa Libre. 10 de marzo de 1976. Año 25. No. 7507.

401. ASIES. Compendio de Historia de Guatemala, 51.

El 31 de enero de 1976 se celebró el tricentenario de la fundación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Nadie habría imaginado que pocos días después, un súbito evento telúrico de grandes proporciones agobiaría a la mayoría de los guatemaltecos. El hecho conmovería a la ciudadanía y pondría en evidencia los contrastes socioeconómicos y las carencias que afectaban a la generalidad de la población.

El primer lunes de febrero de 1976 se iniciaron formalmente las actividades académicas en la Facultad de Arquitectura. Dos días después en la madrugada, un fuerte terremoto devastaría una gran parte del territorio nacional. Era el 4 de febrero de 1976, una fecha que quedaría grabada en todos los guatemaltecos.

El movimiento telúrico de magnitud de 7.5 en escala Richter y de 9 en la escala de Mercalli se registró a las 3:03:33 horas. Durante los 39 segundos del principal sismo, fueron destruidas más de 250,000 viviendas y quedaron sin techo más de un millón de personas. El costo de la reconstrucción se estimó en más de mil millones de dólares. 399

Según informe del ministerio de Salud, se determinó que el área afectada fue de 39 mil kilómetros del país en la que había tres millones de habitantes. Hubo más de Veintitrés mil muertos y setenta y seis mil heridos. En la capital de la república los mayores daños materiales y en vidas ocurrieron en la zona 3 (antiguo barrio el Gallito), y en las zonas 5 y 6. En el interior del país, los daños de mayor magnitud se produjeron en Salamá, Baja Verapaz, San Pedro Ayampuc y San Juan Sacatepéquez y en el departamento de Guatemala. Pero los destrozos serían mayores y abarcarían otras áreas. Chimaltenango sería el área más afectada. Sólo en los departamentos de Retalhuleu y Petén no se reportarían daños. 400

El gobierno decretó el estado de calamidad pública en toda la República. El presidente Laugerud, en un mensaje difundido en la cadena de radio y televisión la noche del 4 de febrero, subrayó: «Toda Guatemala está golpeada mas no herida de muerte; hemos sido castigados mas no vencidos».

El sismo tuvo repercusiones tanto políticas como económicas. La afluencia de la cooperación económica internacional dio un respiro al Gobierno que había perdido el apoyo financiero de los Estados Unidos. Pero el enorme déficit presupuestario que se venía arrastrando ocasionaría que la inflación fuera incontrolable. 401

El sismo abrió una senda alterna 275

402. Comisión para el Esclarecimiento Histórico CEH. Guatemala: Causas y orígenes del enfrentamiento armado interno. (Guatemala: F&G, 3ª Ed. 2019) 203

403. Cazali, 408

404. CSU 9/1976 de 12 de marzo.

El manejo de la emergencia rendiría créditos políticos al presidente, las críticas sobre su cuestionada elección quedarían en el pasado. Pero el esmero para enfrentar la crisis incrementaría la desatención sobre la contrainsurgencia, lo que favoreció la reestructuración que se estaba dando en la guerrilla para reencauzar las estrategias y los objetivos revolucionarios.

La situación encaminó a que muchas de las personas que habían perdido todo con el terremoto se integraran a las filas guerrilleras. La crisis fue aprovechada por las organizaciones insurgentes para su trabajo político en el que se mezclaban las reivindicaciones sociales con las propuestas de lucha armada.402

La Universidad constituyó un comité de emergencia orientado a socorrer a las víctimas de los sectores populares y a coadyuvar a resolver sus necesidades más inmediatas. Se formaron brigadas de socorro integradas por profesores y estudiantes que trabajaron en diversos municipios del país y áreas marginales de la ciudad de Guatemala. En el tema académico el terremoto motivó a que se celebrarán seminarios de estudios que enfocaron el problema desde diferentes ángulos. «Se hizo notoria la necesidad que existía de qué la investigación y la docencia se readecuarán a la realidad nacional para ser más fructífera la misión educativa de la Universidad».403

Las acciones humanitarias, la vinculación social de los universitarios y las operaciones políticas cambiarían nuevamente el escenario nacional y universitario. Pronto las intervenciones universitarias serían interpretadas por algunos sectores como amenazas contra el sistema. Diversos grupos estudiantiles se habían entregado a la tarea de socorrer a las clases más necesitadas, pero dicha labor se interpretaría como acción subversiva por parte de las fuerzas opresivas del país. Esto llevó al asesinato, intimidación y privación de libertad de algunos estudiantes, por lo que el CSU exigió al presidente de la República y las autoridades el cese de actividades represivas.404

En la Facultad de Arquitectura algunos docentes y estudiantes, además de las acciones emergentes, propondrían una visión más integral para enfrentar la situación por medio del Plan de Integración Académica 1976.

El sismo abrió una senda alterna 276

Tabla 10.1

Nómina de catedráticos de 1976 por Áreas y Unidades

Arq. Erwin Solórzano (T) (Coordinador Área) Arq. Eduardo Sosa (Coordinador Área)

U. 1.1 Matemática y Estadística

Lic. Francisco Leal (Coord. Unidad) Ing. Jorge Peláez (T) Br. Gloria Almengor Br. Glenda Rodríguez Br. Jorge Valenzuela

U. 1.2 Física y Estructuras

U. 3.1 Medios de Comunicación

Arq. Alfredo Rivera (Coordinador Unidad) Arq. Fernando Pepió Arq. Ricardo Córdova Br. Sergio García Br. Jorge Rousselin

U. 3.2 Taller Síntesis

Ing. Vicente Mazariegos (T) (Coord. Unidad) Ing. Rafael Santiago (T) Ing. Hugo Galindo (T) Arq. Jorge Escobar Prof. Héctor Jiménez Br. Miguel A. Herrera Br. Magaly Soto Br. Juan Fernández

U. 1.3 Tecnología de Construcción

Arq. Luis Eskenasy (T) (Coord. Unidad) Arq. Erwin Solórzano (T) Arq. Julio Corea (T) Arq. Rubén Bailey Arq. Eduardo Aguilar Br. Roberto Palomo

Arq. Marcelino González (T) (Coord. Área)

U. 2.1 Teoría e Historia de la Arquitectura

Arq. Francisco Méndez (Coord. Unidad) Arq. Mario Hugo Rosal (T) Art. Roberto Cabrera Br. Roberto Godoy Br. Ramiro Soria Br. Sergio Búcaro Br. Hugo Meza Br. Rufino Alvarado Br. Marco Antonio Flores

U. 2.2 Ciencias Sociales y Planeamiento

Arq. Roberto Morales (Coord. Unidad) Arq. Miguel A. Santacruz (T) Dr. Jorge Solares (T) Arq. Roberto Morales Lic. Hugo Recinos Prof. Gilberto Morales Br. Anne Arévalo Br. Fernando Rodríguez

3

ÁREA 1 ÁREA

Prof. M. René Villagrán (Coord. Nivel Inicial) Prof. Gilberto Morales (Coord. Nivel Medio) Arq. Carlos Brichaux (Coord. Niv. Profundidad) Arq. Francisco Piloña (T) Arq. Ricardo Alonso (T) Arq. Guillermo Gomar (T) Arq. Francisco Chavarría (T) Arq. Francisco Méndez Arq. Manuel Pinelo Arq. Randal Recinos Arq. Carlos Mazariegos Arq. Darío Menéndez (T) Arq. Julio Fonseca Br. Luis Benítez

U. 3.3 EPS

Arq. Eduardo Aguirre

Arq. Gilberto Castañeda (T) (Coord. UTA-ARQ)

Arq. Rodolfo Cuevas (T) (Coord. Administrativo)

Se agregaron a la nómina del año anterior:

Ing. Carlos Cabrera Ing. Máximo Letona Arq. Adolfo Figueroa Dr. Luis Padilla

Br. Arturo Villagrán Br. Marco A. Rivera Br. Edgar León Br. Víctor Mejía Br. Jorge. R. Zuchini Br. Julio Guerrero Prof. Alfonso Campo Br. Jorge Figueroa

Dr. Luis Ferraté Dr. Rodolfo Castillo Lic. Mario Roberto Morales Lic. Julio Hernández

Br. Horacio Mendizábal Br. Jorge Ramírez Br. Eduardo Pérez Br. Saúl Cárcamo Br. Oscar Henry Br. Oscar Velásquez Br. Rolando Caballeros Br. Rolando Monzón

Fuente: Acta de Junta Directiva 498 2/1975 de 10 de diciembre. Se reconstruyó la distribución por unidades debido a que en el Acta no se indica por lo que puede haber algunas inexactitudes en la ubicación. (T)= Titular.

El sismo abrió una senda alterna 277

ÁREA
2

Las primeras acciones de Arquitectura

Puedo dar el testimonio de que se nos preparó, a toda esa generación para afrontar el desafío que representó para Guatemala la emergencia Nacional en 1976 a consecuencia del terremoto que afectó a más de la mitad de la población, especialmente en el área rural en la que ya estábamos inmersos. Es, en ese momento en que el arquitecto se identificó con diferentes sectores de la sociedad, fueran campesinos u obreros.

405. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 8.

406. La comisión quedó integrada por Mario René Villagrán, Gilberto Morales, Carlos Brichaux, Roberto Cabrera, Roberto Morales, Gilberto Castañeda, Rodolfo Castillo, Fernando Rodríguez, Julio Fonseca, Erwin Solórzano y Eduardo Aguirre.

La comunidad de Arquitectura respondió a la emergencia de manera inmediata gracias a que varios profesores se reunieron, por iniciativa propia, en el edificio de la Facultad. Definieron algunas actividades prioritarias, entre ellas, la elaboración, impresión y distribución de un manual para descombramiento y otro para auxilios básicos y organización mínima de la población afectada por los sismos. El instructivo se envió a la AEU y a la Facultad de Ingeniería para que lo proporcionaran a las brigadas que se trasladaban a las áreas perjudicadas. También diseñaron un refugio de emergencia que podría construirse con cartón corrugado y polietileno. Lograron obtener algunos materiales de construcción y los enviaron a diversas zonas afectadas acompañados del instructivo gráfico para facilitar su montaje.405

El 5 de febrero se convocó al personal docente y estudiantes mediante la cadena de radio que operaba en el país con el objeto de integrar las brigadas de emergencia. Para el siguiente día ya se habían constituido diversas comisiones, entre ellas para el descombramiento que salieron a las áreas afectadas con apoyo del Comité de emergencia Universitario.

Los propiciadores de la iniciativa solicitaron al Decano de la Facultad y al presidente del claustro convocar a una asamblea general de profesores el 10 de febrero para definir la política educativa a seguir ante la crisis nacional. En la reunión se integró una comisión encargada de elaborar un proyecto para la acción académica ante la situación que se vivía.406

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407.

El 17 de febrero se realizó una asamblea general en la que se comunicó la situación de emergencia, las acciones voluntarias realizadas por estudiantes y profesores, las ideas preliminares formuladas por el claustro para la readecuación académica y las disposiciones del Consejo Superior Universitario.407

El claustro debía evaluar la propuesta contenida en el proyecto elaborado por la comisión específica, así como definir los criterios para agilizar la toma de decisiones y su implementación.

El sismo abrió una senda alterna 279

Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica..., Figura 10.1. Un descanso durante las tareas de descombramiento en Santiago Sacatepéquez, 1976. Marta Ayala (de pie) y Alba Pinzón. Fotografía: Roberto Mata.

408. Claustro de Arquitectura, Actas 1, 2 y 3/1976 de 9, 11 y 12 de febrero.

409. FARUSAC 503 /1976 de 1 de marzo. Presentación del Plan de Integración Académica.

El claustro acordó pronunciarse en favor de una transformación de la docencia, de manera que respondiera a las acciones que demandaba la situación derivada de la catástrofe sufrida por la mayoría de las clases populares del país; integrar una comisión docente para hacerse cargo de las tareas de organización y dirección de las actividades que habrían de desarrollarse dentro de la nueva forma y contenido docentes; reunir a los profesores por áreas para discutir ampliamente los pormenores de la propuesta, y luego proceder a la redacción del documento final que sería presentado a los estudiantes en la asamblea general que convocaría la Junta Directiva. 408

El 1 de marzo la Comisión paritaria de docencia envió una nota en la que presentaba a la Junta Directiva el Plan de Integración Académica que había preparado en atención a la resolución del Consejo Superior Universitario contenido en el punto 4 del acta 3-76, que incluía los lineamientos básicos para adecuar las actividades de las Facultades a la emergencia mediante la modificación de la forma y contenidos académicos.

En la nota se solicitaba que fuera aprobado el plan mencionado, así como su aplicación inmediata. Se sugerían algunas medidas complementarias, entre ellas informar a las autoridades civiles militares y religiosas en cada una de las poblaciones en que se trabajaría; autorizar el Ejercicio Profesional Supervisado a todo aquel estudiante que hubiera cubierto el Taller síntesis y que se encontrara pendiente como máximo, de la aprobación de dos asignaturas; también se requería apoyo financiero para los estudiantes que tuvieran dificultades para realizar su EPS.409

El sismo abrió una senda alterna 280

El Plan de integración Académica 1976

410. Plan de integración Académica 1976. Facultad de Arquitectura. 1976.

411. Ibid, 1.

La Comisión Paritaria de Docencia encargada de formular y desarrollar el Plan de integración académica 1976 (PIA), calificaría el daño causado por el terremoto como «un fenómeno político social, resultado del sistema de dominación y explotación imperante y no un simple resultado del movimiento telúrico».410

En la introducción del Plan se señalaba que este era un medio para que la docencia, la investigación y el servicio, se orientaran a las tareas relacionadas con la catástrofe. Se perseguía vincular a la Facultad con la población por medio de un trabajo conjunto que permitiera producir teoría acorde con la realidad y superar la forma y contenidos académicos.

Se establecían los sustentos teórico-políticos que consideraban primordial contribuir a develar la realidad y aportar a la superación de sus contradicciones fundamentales. Se consideraba necesario apoyar la organización de la población para que se defendiera de la especulación y el abuso, así como denunciar y evidenciar la manipulación ideológica que, en torno al siniestro, se tejía. Se pretendía hacer conciencia de que, si bien el fenómeno natural había sido el activador, el elevado costo humano y social no era producto directo del daño, la responsabilidad radicaba en la estructura económica que se traducía a nivel físico, en factores condicionantes de la catástrofe tales como vivienda de mala calidad, áreas habitacionales hostiles a la subsistencia, deficientes servicios públicos, saneamiento del ambiente deficiente y vías de comunicación escasas e inadecuadas.411

Además del fundamento político, para la ejecución del plan se preveían seis niveles de prácticas técnicas secuenciales apegadas a los procesos académicos:

La Práctica I. Anclaje, buscaba establecer comunicación con la población del asentamiento por atender. Se planteaba hacer un censo y contribuir a la ejecución de labores de demolición, descombramiento, recuperación de materiales y dotación de servicios inmediatos. La Práctica II. Análisis del espacio, pretendía establecer las pautas de organización y consumo del espacio por parte de la población, tanto en el nivel general como de las viviendas, para dar base a las futuras propuestas de diseño y construcción.

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412. Plan de integración Académica 1976. Facultad de Arquitectura. 1976.

413. Castañeda, 45. 414. CSU 11 /1976 de 24 de marzo. Plan de Integración Académica 1976. La solicitud fue firmada por el Coordinador General Arq. Gilberto Castañeda, con copia a Junta Directiva. Presentaron ante el CSU los estudiantes Alberto Horacio Flores, Jorge Luis Ramírez, Mario René Villagrán y Gilberto Morales (Tábano).

Se tomaba en cuenta que la región afectada era habitada predominantemente por pueblos indígenas cuya cultura difería de la que estaba acostumbrada a considerar la Facultad y de la propia cotidianeidad citadina de profesores y estudiantes. La Práctica III. Correspondía a la fase de Diseño. La Práctica IV. Pretendía la Producción de materiales con vías a la construcción de lo diseñado. La Práctica V. Construcción, daría apoyo y asesoría a la población en las tareas de autoconstrucción y, a la vez, participación directa en el trabajo y la Práctica VI. Consistía en la Evaluación del proceso. 412

Se había organizado la participación de cada nivel de formación de la carrera para responder a los requerimientos en función de los conocimientos adquiridos y los que debían adquirir en ese momento los estudiantes. La coyuntura brindaba una oportunidad para experimentar la transformación de la Facultad, en especial para «romper con el currículum disgregado en diversas asignaturas y, sobre todo, lograr la integración de conocimientos y la relación con los sectores populares, aquellos a los cuales se dirigía el plan de estudios 1972».413

La propuesta fue presentada al CSU el 24 de marzo, con una solicitud de apoyo para continuar con las acciones generadas a través del Plan de Integración Académica. Se informó que, hasta esa fecha, la intervención se había hecho en Sumpango, Santiago Sacatepéquez y Antigua Guatemala en coordinación con Extensión Universitaria, en un trabajo a tiempo completo durante toda la semana con aproximadamente 350 estudiantes de todos los niveles; en San Andrés Itzapa, Patzicía y Comalapa con estudiantes del Ejercicio Profesional Supervisado y, en la zona seis de la capital en coordinación con la municipalidad, con alrededor de 650 alumnos de toda la carrera. Se recalcó que el plan contemplaba la integración de la docencia, la investigación y el servicio por medio de la práctica en la realidad y, por tanto, a la par de los servicios de dictamen técnico, demolición, descombramiento, recuperación de materiales, reparación y construcción de albergues temporales, letrinización, entre otros. Se desarrollaban contenidos teóricos, que se pretendía llegaran a realizaciones concretas a través de dicha práctica, es decir llegar a la construcción de los modelos teóricos. El CSU luego de escuchar la propuesta indicó que en próxima reunión analizarían las solicitudes que al respecto se tuvieran de las distintas unidades.414

El sismo abrió una senda alterna 282

Las dificultades para implementar el PIA 76

El Plan fue captando de nuevo las diferencias y problemas que se habían acumulado a finales de 1975, que se relacionaban con el cogobierno, la visión para enfrentar la problemática social y la orientación de los procesos formativos. En poco tiempo se visualizarían una serie de inconvenientes y oposiciones para la ejecución del PIA. Se harían evidentes los intereses y las posiciones que se defendían por los distintos sectores.

La AEDA solicitó la suspensión de labores para realizar el “Seminario de evaluación” a partir del 20 de abril de 1976. La opinión de la comisión paritaria fue que el seminario debía realizarse, pero sin suspender la actividad académica, en especial, lo relativo a las prácticas dado la rapidez con la que estaba transformando la realidad a la que se trataba de responder. Sin embargo, la Junta Directiva, en contra de esa opinión, resolvió autorizar la suspensión de labores.

La Comisión no quiso aceptar la responsabilidad de las consecuencias de tal decisión ya que argumentaba que se escaparía de su control. Esto, se sumó a otras diferencias que habían ido surgiendo, también se evaluó que era necesaria una mejor organización de la Comisión Paritaria para que respondiera a la nueva situación académica, por lo que la mayoría de los integrantes hicieron efectiva su renuncia a partir del 20 de abril. En ese momento ya eran notorios los desacuerdos e insatisfacciones, pero prevalecía el deseo de corregir las circunstancias que se estaban dando por lo que la mayoría se reintegraría a la nueva paritaria.

415. Seminario de evaluación del Plan de Integración Académica 1976, Informe Final de Resoluciones. Realizado del 20 al 22 de abril.

Del 20 al 22 de abril se realizó el Seminario de Evaluación del Plan de Integración Académica 1976. Los temas que se abarcaron incluían la Docencia teórica, la Docencia en la práctica, el Plan de financiamiento, la vinculación con otras instituciones, la Comisión Paritaria y la calendarización, sobre los que se analizaron algunas deficiencias y se hicieron propuestas concretas. La Junta Directiva luego de la evaluación acordó aprobar lo que se refería a la docencia teórica y práctica y puso especial atención a la comisión paritaria. Sin embargo, decidió diferir la aprobación de temas de financiamiento, vinculación y calendarización. 415

El sismo abrió una senda alterna 283

416. FARUSAC 518 5.4/1976 de 20 de julio.

417. Castañeda, 45.

La coyuntura había favorecido la integración de la Comisión paritaria de docencia que, además de dirigir el PIA, se le asignarían las funciones de Coordinación Académica. También se nombraría una subcomisión constituida como un organismo técnico de consulta con capacidad de formular iniciativas, que podría ejecutar, previa resolución o sanción de Junta Directiva.

Transitoriamente, la Comisión Paritaria, cumpliría con las funciones de Coordinación académica en tanto se estudiaba y formulaban consultas al CSU para investir a este organismo de las atribuciones que le competían al Consejo de Facultad. La nueva comisión debería integrarse con un representante catedrático y uno estudiantil, electos en cada comisión paritaria de asentamiento. Esto presuponía la existencia de comisiones por asentamientos, pero en caso de que no existieran deberían integrarse. La Junta Directiva daría posesión a la Comisión Paritaria de docencia el 26 de julio.416

Pero no todos estaban de acuerdo con el papel que estaba jugando la Facultad ante la crisis. En algunos sectores del claustro y a nivel estudiantil, se generarían posturas adversas al criterio de continuar con el PIA. Lo interesante es que los opositores se congregaron en torno a dos posiciones político-ideológicas contradictorias.

Por un lado, un sector del estudiantado encabezado por el Grupo Tábano, que consideraba que la participación de la Facultad se convertiría en una colaboración inadmisible hacia el ejército ya que éste centralizaba y controlaba las acciones por medio del recién constituido Comité de Reconstrucción Nacional (CRN). Por el otro lado, se encontraba la posición de algunos miembros del claustro, que según Castañeda, partían de «concepciones poco desarrolladas con relación al compromiso social que empezaba a construirse o abiertamente conservadores y que se oponían y empezaban a sabotear el trabajo de campo».417

Pero las divergencias irían en aumento. Quienes sostenían el criterio de mantener la acción en el campo argumentaban que, la magnitud del daño causado por el sismo, la numerosa población involucrada y las contradicciones profundas que se manifestaban en el proceso, hacían muy

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418.

difícil que se generara beneficios permanentes hacia el régimen, mas bien, la presencia de los universitarios contribuía a evitar el apropiamiento de un solo sector hacia el apoyo popular.

Los catedráticos que se oponían a continuar con el trabajo en el campo eran, en su mayoría los profesores de los cursos teóricos, en tanto que los del área práctica, en donde se habían congregado los propiciadores y simpatizantes del CRA, abogaban por continuar con las salidas.

A eso hay que agregar diversos sucesos que se presentaron en el proceso, como el denunciado por el coordinador del nivel inicial de taller síntesis, que hizo del conocimiento de la Junta Directiva la intimidación que sufrieron estudiantes y profesores de nivel inicial en los asentamientos de Jardines de la Asunción, por parte de un destacamento de la Policía Nacional que los acusó de realizar actividades subversivas, los intimidó e instó a retirarse. 418

Poco a poco se irían generando más argumentos para crear un ambiente poco favorable para continuar con las acciones en el campo y se generaría una batalla que alcanzaría niveles políticos además de los estrictamente académicos.

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FARUSAC 512 /1976 de 3 de junio. Ver nota en el anexo.

El Plan de Integración para el segundo semestre

419. FARUSAC 521 /1976 de 1 de septiembre. (Sesión permanente).

En agosto se hizo la presentación formal del Plan de integración académica para el segundo semestre de 1976. La Junta Directiva consideró que debían presentarse mayores elementos de juicio y analizar los problemas que se originaron en el semestre anterior debido a fallas en la planificación que habían emergido en la práctica. Si bien compartían los puntos de vista concretos de la comisión paritaria, observó que existía tendencia a la ambigüedad y a la falta de objetividad en las diversas partes de la introducción y las consideraciones generales, por lo que éstas no fueron aceptadas en toda su extensión. Esencialmente se refería a la necesidad de rectificar los errores de orientación, coordinación y trámite en que, por las circunstancias y falta de experiencia, se había incurrido en el primer semestre.

Según el punto resolutorio de la Comisión Paritaria, del 6 de agosto, se buscaba mantener el enfoque del primer semestre de 1976, concentrarse en el trabajo de las comisiones, aprovechar la experiencia adquirida para la corrección de las causas que llevaron a resultados por debajo del nivel esperado. Particularmente modificar el énfasis dado a los objetivos de servicio derivado del terremoto, y atender los objetivos de docencia e investigación. Mejorar los aspectos tecnológicos y de diseño bajo formas de realización directa en la realidad y de postulación teórica para confrontar con la realidad. Se haría la selección de áreas, con base en las finalidades de orden docente y de investigación. Debía ser condición fundamental, la planificación del trabajo de prácticas en función de las condiciones que los asentamientos ofrecieran. Se buscaría que la teoría apoyara la ejecución de la práctica y que de esta manera se realimentara el proceso académico. También se buscarían mecanismos que permitieran superar el nivel de los profesores y estudiantes.419

A la Junta Directiva le pareció procedente aprobar la propuesta, pero pidió enfocarse en varios objetivos, entre ellos, realizar una práctica técnica en la realidad, que contribuyera a las tareas que demandaban los sectores populares y el desarrollo social. Que la práctica permitiera, la formación de profesionales con preparación científica y destrezas y habilidades creativas, para la transformación de la realidad.

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420. FARUSAC 521. Ibid. 421. Ídem

Que se partiera de las condiciones de la realidad y se tomara como base el análisis científico de las contradicciones sociales y de las coyunturas políticas para superar las limitaciones y lograr la satisfacción de las necesidades espaciales de los núcleos de la población con los que se trabaja. Innovar la forma y el contenido de la actividad académica de la Facultad, teniendo como fuente de transformación la integración teórico-práctica. Generar, constantemente, juicios críticos de la realidad que caracteriza la formación social del país y los niveles y determinación que se relacionan con ella y divulgar los criterios de la Facultad principalmente los que estaban dentro de su propio nivel de trabajo. 420

También se aprobaron los Medios y procedimientos que incluirían actividades de campo y de gabinete programadas con base en los niveles de taller síntesis y que contarían con el apoyo de los cursos teóricos. En tal sentido y en congruencia con la estructura de la Facultad, cada nivel tendría su direccionalidad.

El Nivel inicial, abordaría, a partir de una visión totalizadora del problema para evitar el fraccionamiento de conocimientos, los problemas de formación básica que permitieran al estudiante actuar de manera más directa y constante en la realidad cuando pasaran a los niveles medio y de profundidad. Se enfocaría a la arquitectura como fenómeno de comunicación social y comenzaría a evaluar su relación como fenómeno constructivo. El nivel medio, tendría como constante la visión totalizadora en referencia a la arquitectura como fenómeno constructivo. Se apoyaría en los conocimientos e instrumental elaborado en el nivel inicial, en cuanto al conocimiento y utilización del espacio, buscando a la vez su conexión con los aspectos relacionados con la arquitectura como realidad social. El nivel de profundidad abordaría el enfoque de la arquitectura como realidad social, dentro del contexto urbano y rural, buscando la implementación última que capacitara al estudiante como futuro profesional para un desempeño integral y cuestionador de la realidad dependiente y, además para su desempeño en el Ejercicio Profesional Supervisado. 421

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Se pretendía contar con el apoyo de los profesores de teoría de acuerdo con las asignaturas comprometidas en cada caso. Tal soporte iría desde la atención a consultas estudiantiles, se estuviera impartiendo o no la asignatura; las respuestas, en lo posible, a las demandas de los profesores de práctica tanto como la elaboración del material escrito y/o gráfico; la participación en reuniones de discusión o conferencias y la asesoría directa a los grupos estudiantiles en el campo como en el gabinete. En todo caso, los planes generales por nivel, basarían el trabajo en programas particulares de acuerdo con las atribuciones que se hubieran asignado. Dichos programas serían discutidos previamente con los estudiantes a cargo para definir su implementación definitiva.

Además, en la medida de lo posible, debería buscarse que en todos los niveles se abordaran, tanto trabajos en la realidad, en respuesta directa a las demandas de la población, como trabajos teóricos que incluyeran estudios e investigaciones de diversas alternativas técnicas y metodológicas apoyadas en la realidad en que se trabajaba y trabajos críticos de recopilación investigación y contrastación de problemas relacionados con la práctica y la teoría de la arquitectura y el urbanismo.

El plan establecía una serie de requisitos que abarcaban la puntualidad, el cumplimiento, la elaboración de material, los horarios y las distintas asignaciones para cada uno de los sectores, así como, los mecanismos de evaluación sistemática atendiendo a un todo integral que no sólo debía cubrir la evaluación de los cursos y el currículo general sino también de los profesores y estudiantes.

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422. FARUSAC 521. Ibid.

Para el tema de la organización la Junta Directiva consideró que necesitaba contar con más puntos de vista, en especial lo relacionado con la evaluación. Consideró que si bien la Comisión Paritaria de Docencia tenía potestad de integrar internamente las condiciones que estimara pertinentes no se daba el caso en lo referente a la evaluación de la docencia y la administración. Observaba que había imposibilidad legal de su implementación en la forma propuesta dado lo establecido en el estatuto de la carrera docente. Se destacó que las propuestas concernientes a la Secretaría de la Facultad y a la integración de la Comisión de evaluación de docencia y administración no eran aprobadas dado que su procedencia carecía de fundamentos legales. Pero agregó que dejaba en capacidad de organizarse internamente a la comisión paritaria de docencia en la forma que estimara más conveniente.422

Estos dos últimos temas se convertirían en la manzana de la discordia, en especial la limitación que se estaba poniendo a la Comisión Paritaria en el proceso de evaluación y la vinculación con los órganos administrativos.

La Facultad se había involucrado en la necesidad de reconstrucción generada por el terremoto. Para algunos este evento había dado la oportunidad de responder con los principios del CRA, sin embargo, esta posibilidad no llegó a desarrollarse totalmente en la práctica y ocasionó enfrentamientos más profundos al interior del bloque de la restructura.

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423. Comisión Paritaria de Docencia, acta 1/1976 de 29 de julio.

424. Comisión Paritaria de Docencia, acta 2/1976 de 2 de agosto.

425. Castañeda. “La formación”, 45.

Exigencias y tambaleos

La Junta Directiva había dado posesión a la Comisión Paritaria a finales de julio, se había integrado por 60 miembros. Para presidir las sesiones se eligió una comisión interina, integrada por los representantes estudiantiles Hugo Barrascout y Gunther Meléndez y los catedráticos Eduardo Sosa y Gilberto Castañeda.423

Como era previsible, la gran cantidad de integrantes dificultaría establecer el quorum en las sesiones por lo que pronto se realizarían con los que estuvieran presentes. Antes de cumplir una semana la Comisión Paritaria de Docencia envió a Junta Directiva una nota en la que expuso, en términos generales, los asuntos tratados en la última reunión plenaria, así como la decisión unánime de exigir a los miembros de esa Junta, en especial al Decano, que se incorporaran de inmediato a las reuniones de trabajo que realizaba la comisión paritaria tanto a nivel general como de comisiones. Pero la Junta Directiva aclaró que la integración de la Comisión no había sido responsabilidad de eses organismo y a la vez avisó que, en la medida de sus posibilidades, asistiría a las sesiones generales.424

En medio de este nuevo modelo de dirección la línea paritaria se iba fortaleciendo, incluso se trató de llamar al orden a la Junta directiva, pero también se fue acentuando la disyuntiva de mantener o suspender las salidas al campo y las distintas posiciones dividían al órgano directivo de la Facultad.

Para ese entonces se sabía que el Decano se perfilaba como candidato a Rector en las elecciones de 1977. Por lo que, según Castañeda, se cuidaba de no enemistarse con el claustro, particularmente con los catedráticos titulares y con la asociación de estudiantes, debido al peso que ambos tenían para afectar el voto dentro del régimen universitario. Inicialmente intentó mantener una posición neutral, pero finalmente se vio obligado a tomar una decisión que apoyaba a los opositores del PIA. 425

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426. CSU 3/1977 de 19 de enero. Recurso de Amparo sobre la contratación de personal docente en la Facultad de Arquitectura USAC.

427. FARUSAC 519 6.2/1976 de 2 de agosto. Ver nota en el anexo.

428. FARUSAC 519 6.1/1976 de 2 de agosto. Ver nota en el anexo.

429. Julio Fonseca, entrevista.

Los comunicados hechos el año anterior que denunciaban que para el Decano el proyecto principal era la rectoría, se habían confirmado. Para sus aspiraciones había sido de «innegable utilidad el estandarte de la reestructura y la paridad lograda en la Facultad».426 Pero sería la falta de apoyo para la implementación del PIA, lo que incrementaría las críticas del grupo que dos años antes lo respaldó para llegar al cargo que en ese momento ocupaba.

A eso se sumó un hecho aislado. El profesor Mario René Villagrán, había participado en un incidente en un vehículo propiedad de la Facultad, por lo que la junta directiva le había solicitado explicaciones al respecto. Villagrán había sido uno de los principales impulsores del CRA y se había empoderado paulatinamente dentro de la Facultad, a tal punto que, aun siendo estudiante fue nombrado coordinador del Nivel Inicial. Sin embargo, la respuesta que dio a Junta Directiva fue irreverente y considerada como insatisfactoria, por lo que el órgano directivo decidió sancionarlo y aplicarle una amonestación.427 Villagrán era un férreo y radical defensor del proceso de reestructura, se le había acusado de faltarle el respeto a las autoridades anteriores al CRA y ahora se enfrentaba con parte del grupo que había apoyado políticamente. Este enfrentamiento no ayudaría a cerrar las grietas, fue todo lo contrario, las diferencias se harían más evidentes.

En medio de una creciente confrontación el Secretario de la Facultad Arq. Julio Fonseca presentó su renuncia. El Decano indicó que deploraba la actitud del Secretario, pero aceptó las razones y la decisión adoptada. La Junta Directiva aceptó la dimisión a partir del 31 de agosto de 1976.428 No obstante, Fonseca aclaró que su renuncia había sido presentada por las diferencias con Mario René Villagrán y el apoyo que el decano le otorgaba, que alcanzaron su punto crítico con el problema del vehículo. 429

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Las grietas que dejó el sismo

El presidente Laugerud dirigiría todos los recursos del ejército para atender la crisis del terremoto. La respuesta ante la emergencia había contribuido a una ostensible recuperación de su imagen personal y de su gobierno, pero también brindado espacio para el fortalecimiento de la organización insurgente. A esto se agregaba la cantidad de personas que habían quedado desamparados y tomaron la opción integrarse a los grupos revolucionarios. El apoyo que la Universidad estaba dando a las comunidades afectadas, así como la visión crítica y de concientización social que propiciaba, llevaría a que sectores contrainsurgentes la etiquetaran promotora de la lucha revolucionaria.

En la Facultad de Arquitectura el sismo había dado la posibilidad de mostrar la capacidad de responder a las necesidades urgentes de la población. Algunos de los promotores del CRA y otros nuevos actores elaboraron el Plan de Integración Académica, vieron la oportunidad para un reencuentro del bloque reestructurador que vendría a constituirse en un punto de apoyo para fortalecer las acciones ante el terremoto y reencaminar el proceso de reestructura.

El sismo permitió, inicialmente, la integración de toda la Facultad para responder a la tragedia. Parecía ser una eventualidad que facilitaría retomar el camino e integrar esfuerzos, no solo para atender la emergencia, también para reorientar la acción académica. Las circunstancias habían llevado a sustanciales modificaciones en los enfoques académicos y del régimen habitual de trabajo de la Facultad, pero los ánimos de los participantes se irían alterando. Muy pronto volverían las diferencias y se perdería la coyuntura para avanzar.

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El PIA se constituyó en una herramienta bien establecida con una base ideológica y técnica claramente definida por criterios similares a los que se impulsaron en el CRA. La concepción política se identificaba con el precepto inicial en el que se calificaban los efectos del terremoto como resultado del sistema de dominación y explotación. Se planteaba develar la realidad social, apoyar la organización de la población para su defensa y denunciar la manipulación ideológica presente y futura. También contenía directrices en el plano técnico académico en que se proponían prácticas secuenciales y la participación organizada por niveles de formación en la carrera.

Había sido una gran oportunidad para comprobar la efectividad del planteamiento hecho en la reestructura y de experimentar una verdadera transformación de la Facultad por medio de la integración académica en relación con los sectores populares a los que se dirigía el pensum vigente. Pero como en la mayoría de los planes, para llevarlos a cabo se requería de un compromiso de los diversos actores que involucraba y aquí, surgieron diferencias sustantivas.

En medio de la crisis varios profesores y estudiantes vieron la oportunidad de un mayor acercamiento con la población y poner en práctica sus ideas sobre el papel social de la Universidad. Para ello buscaron responder a los intereses y necesidades populares. Esto significó, para unos, politizar la emergencia y favorecer la organización de sectores que apoyaran la lucha popular contra el régimen, para otros, era un riesgo porque se podía estar colaborando para afianzar al gobierno militar y para algunos más, era una obligación contenida en los fines del Alma Mater.

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A pesar de los esfuerzos por erradicar todo vestigio del pasado académico y político de la Facultad y de que varios de los dirigentes se ubicaban en posiciones claves y dentro del sector docente, también había nuevos actores posicionados, que no estaban de acuerdo en ceder los espacios obtenidos o recuperados y no coincidían con la forma de enfrentar la docencia. Habían transcurrido cuatro años desde el inicio del CRA, las críticas hacia el modelo eran evidentes, muchos de los antiguos protagonistas ya no estaban en el escenario o habían cambiado su percepción sobre este proceso y, el resultado lógico en el nuevo contexto facultativo, fue otro enfrentamiento.

Integrantes de diversos grupos con visiones ideológicas distintas, aunque por razones diferentes, coincidieron en limitar la participación en la reconstrucción. El ala izquierda encabezada por el grupo Tábano no podía aceptar que la Facultad actuara para que el ejército recibiera los beneficios político-sociales que la acción universitaria podría generar. El otro sector encabezado por algunos docentes del área teórica tampoco estaba de acuerdo con las salidas al campo, en especial por la sustentación político-ideológica que consideraban no concernía al proceso formativo del arquitecto.

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Por su parte, el grupo constituido en el Taller Síntesis, en donde se habían integrado la mayoría de quienes estuvieron impulsando el CRA, creían que la Facultad debería seguir participando en la reconstrucción y en el desarrollo del PIA. No consideraban válido el argumento de la apropiación de un solo sector sobre las acciones tomadas, mas bien argumentaban que la presencia de los universitarios contribuiría a evitar que esto se diera.

Ante la divergencia de posiciones el Decano se vio forzado a tomar una perspectiva que le reclamaron que había encarado desde intereses políticos. La postura sería rechazada por quienes lo habían impulsado a alcanzar el decanato, que consideraron que les había dado la espalda, por lo que, seguramente habría repercusiones.

El terremoto expondría nuevamente, las marcadas diferencias que persistían dentro de la Facultad. Las razones políticas eran el fundamento primario para cualquier accionar, tanto desde el plano del sustento ideológico, como en relación con las aspiraciones políticas dentro de la Facultad y la Universidad. El PIA había sido el detonante para una nueva confrontación.

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Discordia y desencanto 298

DISCORDIA Y DESENCANTO

430. CSU 13 /1976 de 31 de marzo.

431. CSU 19, 21 /1976 de 4 y 16 de junio.

432. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 9.

Varios hechos afectarían el escenario político y la organización social durante 1976. A casi dos meses del sismo, el 29 de marzo, fue víctima de un atentado el Lic. Manuel Colom Argueta, ex alcalde de la capital y catedrático de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. El profesional fue herido cuando dejaba las instalaciones de la Ciudad Universitaria. La Universidad nuevamente, condenó la acción, manifestó su preocupación por la cada vez más caótica situación nacional y exigió a las autoridades que contuvieran la violenta represión que se había desencadenado.430

El 1 de junio se produjo otro atentado, esta vez hacia el Rector de la Universidad el doctor Valdeavellano Pinot. Un artefacto explosivo colocado en su vehículo particular hizo estallar el tanque de gasolina y las llantas traseras del automóvil. Pocos días después fue lanzada una granada de fragmentación nuevamente contra el automóvil del Rector. Ese mismo mes fueron asesinados varios universitarios. El Consejo denunció lo que ya consideraba una ola de violencia. 431

En 1976 se presentaría, por primera vez en la disputa por la AEU, un nuevo grupo político universitario ligado al PGT que se autodenominó FRENTE. La nueva organización estudiantil arrasaría en las elecciones y mantendría su influencia por varios años, pero también sería parte de la trágica historia que se aproximaba.

En la Facultad de Arquitectura el Plan de Integración Académica 1976 entró en vigor el 1 de marzo. Pero a decir de los impulsores, no se obtuvo el respaldo esperado de las autoridades. El 12 de marzo se presentó un informe de las principales actividades desarrolladas por la comisión paritaria de docencia, pero no hubo comentarios. Se optó por divulgar, un informe general para el conocimiento general de estudiantes y profesores.432

La falta de respuesta parecía ser un indicador del poco interés que la Junta Directiva daba al trabajo realizado por la Comisión Paritaria y fue generando molestias e inconformidades entre sus miembros.

Discordia y desencanto 299

Los conflictos internos se incrementan

433. Informe de Labores del Coordinador de la Unidad Técnico– académica de Arquitectura (UTA-Arq.). Presentado a consideración del Consejo de Facultad el 25 de noviembre de 1976. Anexo en Acta 537 de Junta Directiva, del 1 de febrero de 1977. 9.

434. Nota dirigida a Junta Directiva del 3 de noviembre de 1976. Con nombre, carne y firma de 57 estudiantes. Anexa al acta 529 del 9 de noviembre.

La Comisión Paritaria había propuesto en el Plan de integración académica del segundo semestre la Comisión de Evaluación. No obstante, a la administración no les pareció que tuvieran una función que les permitiría evaluar a los docentes y autoridades por lo que la Junta Directiva impidió que cobrará vigencia.

La evaluación era considerada como determinante por lo que la decisión de Junta Directiva generaría protestas y renuncias. «Nuevamente tuvimos que reconocer que nuestro trabajo se veía impedido por los obstáculos que se le oponían sistemáticamente y, no queriendo comprometernos con la situación imperante que escapaba de nuestro control, fruto de una dirección facultativa poco consecuente con las demandas del momento, optamos por renunciar».433

A lo interno de la Facultad de Arquitectura irían surgiendo otras hostilidades y ataques hacia las autoridades. La Asamblea General de estudiantes presentó su enérgica protesta a Junta Directiva por la falta de información oportuna de la suspensión de las elecciones del Consejo de Facultad y recalcaba la importancia de que fuera integrado a la mayor brevedad. Argumentaban que faltaban pocas semanas para que finalizara el año y, que «de no estar integrado el Consejo de Facultad, estas atribuciones pasarán a Junta Directiva, la cual ha demostrado con los últimos acontecimientos serias deficiencias». Su afirmación la fundamentaban en las recientes renuncias y las declaraciones hechas por Jorge Jiménez, coordinador general de AEDA y Vocal Cuarto de esa Junta Directiva, quien afirmó en la asamblea «a) Que la Junta Directiva ha dedicado su tiempo únicamente al trámite de asuntos burocráticos. b) Ha habido falta de apoyo a la Comisión paritaria de docencia, que ha derivado en las dificultades que se han presentado. c) Falta de quórum para investigar la situación del Vocal 1. d) La dualidad de funciones que el compañero Jorge Jiménez tiene porque Junta Directiva no ha tramitado la elección de Vocal cuarto. e) Que el Vocal quinto ha duplicado su tiempo en Junta Directiva...» 434

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435. Denuncia presentada al CSU en nota del 28 de enero de 1977 firmada por los arquitectos. Gilberto Castañeda y Carlos Brichaux, y los estudiantes Jorge Rousselin, Hugo Recinos, Jorge Figueroa, Horacio Flores, Rolando Monzón, Luis Benítez, Mario René Villagrán, Jorge Ramírez y Juan Fernández.

Las diferencias crecerían a tal punto que el grupo que había estado impulsando el CRA y el PIA dirigió una nota al CSU, en la que referían que los impulsores del Plan de restructuración habían ayudado a llegar al Decano a ese cargo, por lo que esperaban de él un compromiso real en el mantenimiento de la Facultad dentro de un proceso continuo de desarrollo. Con la coyuntura de la adecuación académica realizada en la Facultad a raíz del terremoto del 4 de febrero, en seguimiento del mandato del CSU, que se tradujo en el Plan de integración Académica se había puesto de manifiesto «la falta de compromiso del Decano con el proceso transformador de la Facultad que se evidenciaba en el incumplimiento sistemático dentro de la Comisión Paritaria de docencia encargada de la formulación y ejecución del plan de integración del cual formó parte».435

En el conflictivo escenario se seguirían dando diversos desacuerdos. Las protestas continuarían hasta la renuncia de un grupo de directivos académicos. Pero la crisis llegaría a su máximo nivel debido a las decisiones que la Junta Directiva tomaría a finales del año sobre las contrataciones del personal docente para el siguiente ciclo académico.

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El rompimiento con la línea directiva del CRA

436. Castañeda. “La formación”, 45. 437. Ibid, 46.

Durante el segundo semestre de 1976, la Junta Directiva había integrado nuevamente la Comisión Paritaria de Docencia y aprobado parcialmente el Plan de Integración Académica para el segundo semestre. Esto ayudaría a sostener la marcha de la docencia durante ese año. No obstante, había bloqueado la integración de la Comisión de Evaluación Docente que estaba prevista en el Plan, según los detractores del Decano, porque «se buscaba proteger a los profesores que se oponían y saboteaban el plan».436

La nueva Comisión Paritaria había brindado una renovada oportunidad para compartir el poder facultativo entre docentes y estudiantes, pero reduciría la capacidad del Decano en las decisiones académicas. El empoderamiento que la Comisión estaba alcanzando en las decisiones facultativas pronto llevaría a buscar su obstrucción. La propuesta de que esta asumiera las funciones del Consejo Académico se dejaría de lado. La forma legal de hacerlo era eligiendo a un nuevo Consejo de Facultad, que había quedado vacante desde el año anterior por la cuestionada y conflictiva renuncia de sus integrantes y cuya elección se había ido posponiendo.

La Junta Directiva, decidió convocar a la elección del Consejo de Facultad con lo que anularía a la Comisión Paritaria que estaba complicando su gestión. Según Castañeda la paritaria había sido la opción para sustituir al Consejo académico:

Ahora, dentro de la contradicción generada, se pretende anular a la Comisión Paritaria reviviendo una vieja forma de paridad -el Consejo de Facultad- que demostró su inoperancia durante su periodo de prueba, desapareciendo a los pocos meses, hundida por el peso de sus errores y se olvida también que el Seminario de Evaluación […] acordó que se le asignará a la Comisión Paritaria, dada su amplitud y representatividad, dichas funciones. El Consejo de Facultad fue un fracaso porque llevaba en su seno los mismos vicios que aquejan a la Junta Directiva: elitismo, centralización de poder, aislamiento de la base de profesores y estudiantes e incapacidad para cumplir con la totalidad de tareas que debiera haber desempeñado. 437

La nueva elección y la conflictividad imperante llevó a la renuncia de varios de los directivos que orientaban el accionar académico de la Facultad en ese momento. Entre ellos estaban algunos de los que habían propiciado el desarrollo de la reestructura y todos habían apoyado las acciones generadas por el PIA.

Discordia y desencanto 302

438. Carta de renuncia de Gilberto Castañeda a la Coordinación de la Unidad Técnico-Académica de Arquitectura. Del 22 de octubre de 1976. Anexa al Acta 529 del 9 de noviembre. 439. Ídem. 440. Ídem.

A finales de octubre de 1976 presentó su renuncia el antiguo aliado del Decano, su exsecretario y hasta ese momento coordinador de la Unidad Técnico-Académica de Arquitectura. También dimitieron los Coordinadores del área de Taller Síntesis, considerada la columna vertebral del pensum.

En su carta de renuncia del 22 de octubre de 1976, Gilberto Castañeda ratificó que uno de los logros más significativos del Congreso de Reestructuración de Arquitectura fue «la modificación de la estructura del poder facultativo haciéndolo accesible a los estudiantes quienes, por tradición, habían sido marginados de la dirección académica [...] No obstante, cuatro años después, la paridad sigue debatiéndose en la lucha por su existencia».438

La Comisión Paritaria había sido creada por la Asamblea de Facultad para la dirección del Plan de Integración Académica en circunstancias en las que la Junta Directiva, «rebasada por los acontecimientos, tuvo que delegar su responsabilidad en aquella, ante su propia incapacidad». 439

La obstrucción a la Comisión Paritaria de Docencia impidió elevar el nivel académico de la Facultad y se tradujo en anarquía, se afirmaba que el principal afectado, en el caso de que la Comisión Paritaria hubiese llegado a sustituir de manera definitiva al Consejo de Facultad, era el Decano ya que su función se habría reducido a las labores académico-administrativas y de representación de la Facultad, pero perdería el poder de influir en las cuestiones académicas.

Castañeda resaltaba que cuando asumió la Secretaría a mediados de 1973, se había dado a la tarea de desarrollar las formas administrativas consecuentes con la nueva realidad académica, pero lo sucedido en el último período no fue lo que esperaba. Con notoria amargura exponía: «…he llegado a la triste conclusión que no tiene sentido continuar en mis esfuerzos inscritos dentro del contradictorio aparato administrativo de la Facultad. […] Expreso mi compromiso con la Facultad de Arquitectura, no así con las autoridades que con tal desacierto la dirigen. Desde mi práctica académica sabré encontrar formas nuevas de acción y no permitiré descanso alguno hasta que nuestra escuela se encauce en el proceso de renovación permanente que la ciencia y la técnica de demanda en nuestro contexto social histórico».440

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441. Renuncia de coordinadores. Anexo al Acta 529 del 9 de noviembre de 1976. Estaba agendado pero el tema no fue tratado. 442. Ídem. 443. Ídem.

Dentro de la misma tónica los coordinadores del Taller Síntesis presentaron su renuncia irrevocable. En un memorándum del 26 de octubre de 1976 dirigido a la Junta Directiva, los Arquitectos Eduardo Sosa coordinador de Área 3; Ricardo Alonso coordinador del nivel profundidad; Carlos Brichaux, coordinador del nivel medio y el profesor Mario René Villagrán coordinador del nivel Inicial, expusieron sus criterios. Advertían que sus renuncias permitirían a las autoridades de la Facultad de Arquitectura «actuar con mayor libertad en el ejercicio de la arbitrariedad que se ampara en el poder que otorga una representación universitaria; y a nosotros nos librará del obsoleto aparato administrativo de esta Escuela que no se encuentra al servicio de la docencia, sino que es instrumento de las ambiciones personales por encumbrarse en la dirección universitaria».441

En lo relativo a Plan de Integración Académica expusieron que su participación había sido activa, pero se estrelló contra la inoperante administración facultativa; les había correspondido la ingrata tarea de suplicar a la Junta Directiva su apoyo en las actividades académicas, y a cambio encontraron «obstrucción, negligencia y difamación». 442

También se refirieron a la prohibición que hiciera la Junta Directiva para evaluar al Vocal 1 aduciendo que esta era ilegal; a la anómala integración de la Junta Directiva cuyo Vocal 5 había duplicado su período en el cargo; a la falta de presencia del Vocal 3; a las ausencias del Decano, a la vacancia de la vocalía 4 ocupada por el coordinador general de AEDA lo que consideraban ilegal y agregaban, que hacía más de un mes, que la Facultad se encontraba sin Secretario.

Para finalizar subrayaron: «la situación expuesta en este documento la ubicamos en el contexto de ocho meses de sistemática obstaculización a la Comisión Paritaria y a nuestras propias coordinaciones que hará entenderse la presente renuncia. No podemos permitir que la paridad sea negada, ni aceptar la obstrucción sistemática del trabajo docente, ni la irresponsabilidad, ni mucho menos el encubrimiento de las anomalías en el desempeño académico. Pero está comprobado que nuestra autoridad como coordinadores de área y de nivel poco o nada pueden hacer en tal sentido».443

El rompimiento del bloque no fue una rotura entre facciones, fue una irreconciliable brecha entre quienes querían seguir impulsando la reestructura y el decano que inició un nuevo proyecto.

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Renunciaron los principales líderes del movimiento, que eran autoridades académico-administrativas en ese momento, entre ellos Gilberto Castañeda, Ricardo Alonso, Julio Fonseca, Mario René Villagrán, Carlos Brichaux. (Figura 11.1)

También se presentaría el enfrentamiento entre los llamados técnicos y rudos. Las posiciones se reconfiguraban, «los técnicos buscaban minimizar el aspecto social y maximizar el aspecto técnico. Entre los técnicos estaba Julio Corea, Eduardo Sosa, Rafael Santiago y otros profesores de estructuras, incluso Lionel Méndez asumió esa posición en esa época. En contra estaban los rudos integrados por el grupo de Gilberto con la postura inversa». 444

Figura 11.1. Sátira con los personajes que integraban parte del cuerpo administrativo y académico de la facultad, la mayoría de ellos renunció a sus cargos directivo. Imagen de Ramiro García.

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444. Fernando Salazar, entrevista.

El desmantelamiento de la base del CRA

445. CSU 38, 2.1 /1976 de 24 de noviembre.

446. Castañeda. “La formación”, 45.

447. Erwin Solórzano, entrevista de B. Rabe, 10 de agosto de 2022.

En noviembre de 1976, luego de diversos choques entre grupos, fue electo un nuevo Consejo de Facultad que quedó integrado por los arquitectos Erwin Solórzano y Marcelino González como vocales catedráticos y los bachilleres Jaime Castellanos y Napoleón Ponce como vocales estudiantiles. 445

Castañeda se refirió a esta elección: «…el Consejo de Facultad quedó integrado por representantes del sector más conservador del claustro junto a - ¡vaya paradoja! - los representantes de una de las agrupaciones más avanzadas del estudiantado, es decir, miembros de las dos corrientes que, aunque opuestas, venían cerrando filas en contra del Plan de Integración Académica. Esta mezcla tan contradictoria traería muy pronto, nuevamente, la inoperancia del Consejo de Facultad». 446

Según refiere Erwin Solórzano, el Consejo de Facultad no funcionó debido a las contradicciones con la coordinación académica, porque no se delimitaron funciones. El CF fue mermando su participación y en pocos meses dejaría de funcionar sin que hubiera una cancelación formal del organismo.447

Las renuncias de los coordinadores llevaron a la recomposición del sector docente, especialmente en el área de Taller Síntesis, en el que se ubicaban los principales defensores de la reestructura y que ahora eran acérrimos críticos del Decano. En los nuevos nombramientos se observaría que varios miembros del cuerpo docente ya no serían contratados. Quienes se sentían afectados denunciaron que se estaba utilizando la estrategia de quitar del medio a los que discrepaban de las autoridades.

Lo que había iniciado como una acusación por la falta de contratación de personal docente afín al proceso de reestructura, se ampliaría y se convertiría en un Recurso de Amparo que haría aflorar en otras instancias los conflictos en la Facultad de Arquitectura y que, tomaría al Consejo Superior Universitario, varios meses resolver.

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El modelo transformador se desploma

1976 había dejado una huella indeleble en a la Facultad de Arquitectura, no sólo por el terremoto sino por una serie de sucesos que sellaron el derrotero académico administrativo. En la Tabla 11.1, se hace un recorrido cronológico sobre los principales hechos en ese año.

La creciente percepción de que la Junta Directiva no apoyaba el Plan de Integración Académica que se había convertido en un baluarte que afianzaba los principios de CRA, fue alejando al bloque de transformación de la administración de Méndez Dávila.

Las denuncias y amenazas, relacionadas con el activismo y organización social durante el terremoto, habían aflorado las diferencias y temores según las posiciones políticas que se perfilaban al interior de la Facultad. Las diferencias sobre la forma de enfrentar la crisis, originada durante el terremoto, había sido el rebalse para el rompimiento entre el Decano y los principales actores que lo llevaron a ocupar el cargo. Las secuelas y pugnas llevarían a desencadenar una serie de hechos que reducirían la acción impulsora del proceso de reestructura.

El Consejo de Facultad había demostrado ser un cuerpo colegiado de difícil control. Luego de quedar desintegrado en julio de 1975, por la renuncia de sus miembros, se había ido retrasando la convocatoria de elección de nuevos representantes por más de un año.

Durante un período se creyó que una solución para mantener una estructura que apoyara la gestión administrativa ante la crisis sería la Comisión Paritaria que fue electa para la emergencia. En un corto tiempo este nuevo organismo había adquirido demasiado beligerancia y las autoridades llegaron a considerarla una amenaza en el balance del poder. La salida legal sería correr el riesgo de realizar una nueva convocatoria para sustituir a la comisión. A finales de 1976 la correlación de fuerzas se estaba reenfocando debido a la pérdida de la hegemonía del bloque del CRA. La reactivación del Consejo de Facultad se perfilaba como una oportunidad para sortear la crisis existente.

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Tabla: 11.1 Descripción cronológica de los hechos que en 1976 llevaron a las renuncias de los directivos e interrupción del proceso

Terremoto en Guatemala. Varios profesores asistieron por iniciativa propia a la Facultad y elaboraron diversos instructivos para atender la emergencia.

Se diseñó un refugio de emergencia y se acudió al Comité de Emergencia Universitario.

Fernando Rodríguez, Edwin Solórzano, Gilberto Castañeda, Mario René Villagrán, Rodolfo Castillo, Roberto Cabrera, Carlos Brichaux, Gilberto Morales, Julio Fonseca, Eduardo Aguirre y Roberto Morales participan en la Comisión para formular un Plan básico de acción aca démica.

Se integra la Comisión paritaria de docencia, junto con el Decano, los coordinadores de área, los coordinadores de nivel e igual número de estudiantes electos en la Asamblea General realizada ese día. Inician actividades para coordinar a las unidades académicas en los planes de adecuación a la emergencia nacional.

17 de febrero 20 de abril 22 de octubre

Se presenta el Plan de Integración Académica a Junta Directiva que entró en vigor inme diatamente.

A solicitud de la Comisión paritaria se preparó el documento Consideraciones sobre la situa ción de la organización administrativo docente y la Facultad en relación con el apoyo que precise el plan de integración académica, debido a los obstáculos que había presentado para entonces, pero no se obtuvo respuesta de Junta Directiva.

Se presentó a Junta Directiva un informe sobre las principales actividades desarrolladas por la Comisión paritaria a esa fecha, tampoco se recibió respuesta.

8 de abril 5 de octubre

4 de febrero 8 de marzo 26 de agosto 26 de noviembre

10 de febrero 5 de febrero 12 de marzo 31 de agosto Noviembre y enero

Se preparó a solicitud de la Comisión paritaria un informe general de las principales activi dades desarrolladas dentro del Plan de Integración Académica.

Renunciaron a la Comisión paritaria el Coordinador de UTA, el coordinador de área, los tres coordinadores de nivel y varios estudiantes. Con esta renuncia se facilitó la reorganización de la Comisión Paritaria.

Los renunciantes volvieron a integrarse a la Comisión Paritaria dentro de la nueva modalidad acordada en el seminario de evaluación en abril. Su participación sería más confrontativa y contundente.

Se presentó a la Junta Directiva el Plan de Integración Académica para el segundo semestre.

Se integró la Comisión evaluadora de la comisión paritaria de docencia con los arquitectos Gilberto Castañeda y Oscar Henry, y los estudiantes Byron Soto y Gunter Meléndez.

Renuncia el Secretario Arq. Julio Fonseca

Se recibió notificación de la Junta Directiva en la que dejaba sin efecto la Comisión de Evaluación Docente.

Renuncia el coordinador de UTA-ARQ, Arq. G. Castañeda a partir del 1 de noviembre.

26 de octubre

1 de marzo 26 de julio 23 de noviembre

Renuncia el coordinador de área 3.2 y los tres coordinadores de nivel de Taller Síntesis.

Después del nombramiento emergente como Secretario accidental del Arq. Rolando Anleu es nombrado oficialmente el Arq. Carlos Lobos Klemp.

Se elige un nuevo Consejo de Facultad integrado por los arquitectos Erwin Solórzano y Marcelino González y los estudiantes Jaime Castellanos y Napoleón Ponce.

En los nombramientos del cuerpo docente para 1977 se excluye en las contrataciones a la mayoría de los profesores auxiliares que formaron parte del CRA y manifestaron su oposición y crítica abierta al Decano.

Fuente: Construcción propia, con base en informes y actas de Junta Directiva.

Discordia y desencanto 308

La desarticulación de la Comisión Paritaria, la elección del nuevo Consejo de Facultad, la reclamada falta de voluntad para apoyar el PIA, así como el bloqueo a la Comisión de Evaluación, serían las principales razones esgrimidas, para que un importante sector de la dirección académica, que había mantenido su interés en dar continuidad al proceso de transformación, renunciara de sus cargos. Los que otrora fueron los indiscutibles aliados del Decano estaban dejando el barco como muestra de su indignación por la falta de compromiso con su gestión.

Un fuerte desasosiego invadía el espíritu de quienes propugnaron la lucha por una reestructura profunda de la Facultad de Arquitectura. A estas alturas se sentían traicionados. Llegaron a concluir que ese proceso no había sido más que un peldaño para la búsqueda de objetivos personales y no estaban dispuestos a seguir en esta línea. La base del CRA no sólo retiraría su apoyo al Decano, sino que estaba realizando un ataque contra este y algunos miembros de su Junta Directiva.

Las renuncias tuvieron un alto impacto político dentro de la Facultad y ocasionaron también un giro en la visión académica. Pero las dimisiones y denuncias no serían olvidadas por las autoridades. Una nueva purga estaba por realizarse y se reduciría el fuerte nivel de incidencia que, hasta hacía poco, habían mantenido los antiguos aliados del CRA.

y desencanto 309

Discordia
Postrimerías de una época 312

POSTRIMERÍAS DE UNA ÉPOCA

Durante el primer semestre de 1977 se libraría la última batalla para mantener en el escenario a los principales actores que formaban la base del CRA. Una serie de sucesos se desarrollarían desde el principio del año.

448. Recurso de Amparo sobre la contratación de personal docente en la Facultad de Arquitectura USAC, del 26 de enero de 1977, anexo al Acta 3-77 del CSU. Firmado por Mario René Villagrán, Hugo Recinos, Horacio Flores, Anne Arévalo, Jorge Rousselin, Luis Benítez, Jorge Ramírez y Rolando Monzón, y los arquitectos Gilberto Castañeda y Carlos Brichaux.

En la tercera semana de enero, se presentó ante el CSU un Recurso de Amparo 448 en el que se argumentaban diversas anomalías en los procesos administrativos de nombramientos docentes. En esta acción legal se hicieron una serie de señalamientos que destapaban las diferencias que se habían estado dando a lo largo de los años que llevaba el proceso de reestructura, pero en especial durante el año anterior. Los firmantes se oponían a la cancelación de varios contratos y denunciaban como un procedimiento ilegal el concurso por méritos para otorgar las plazas de docencia. Lo consideraban un paso atrás en el proceso de reestructuración de la Facultad y un mecanismo de eliminación de opositores. El documento incluía una serie de acusaciones adicionales que también serían analizadas por el CSU. En la Tabla 12.1 puede observarse que ya no aparecen profesores auxiliares ni ayudantes de cátedra en la Unidad 3.2, en donde se ubicaba la mayoría de los defensores de la reestructura.

Postrimerías de una época 313

Tabla 12.1

Nómina de catedráticos y ayudantes de cátedra de 1977 por Áreas y Unidades

U. 1.1 Matemática y Estadística

Ing. Rafael Santiago (Coord. Unidad)

Ing. Jorge Peláez (T) Ing. Máximo Letona Arq. Gilberto Castañeda (T)

U. 1.2 Física y Estructuras

Arq. Jorge Escobar (T) (Coord. Unidad)

Ing. Vicente Mazariegos (T) Ing. Rafael Santiago (T) Ing. Hugo Galindo (T) Lic. Oscar Castañeda

Br. Carlos Oliva, Br. Felipe Castañeda, Br. Eugenia García, Br. Gloria Almengor, Br. Juan Fernández Br. Roberto Zuchini, Br. Juan Pablo Pastor Br. Roberto Palomo Br. Francisco Leal Br. Ever Sánchez, Br. Julio Guerrero Prof. Héctor Jiménez Br. Magaly Soto Br. Elmer Cifuentes

U. 1.3 Tecnología de Construcción

Arq. Luis Eskenasy (T) (Coord. Unidad)

Arq. Erwin Solórzano (T)

Arq. Julio Corea (T)

Arq. Ramiro Soria Arq. Rubén Bailey Arq. Arturo Molina Arq. Víctor H. Hernández

Br. Pedro Lukota, Br. Víctor Jáuregui, Br. Fernando Guerra, Br Raúl Molina Br. Fernando Salazar Br. Daniel Duarte

U. 2.1 Teoría e Historia de la Arquitectura

Art. Roberto Cabrera (Coord. Unidad)

Arq. Mario Hugo Rosal (T) Arq. Francisco Méndez

ÁREA 2

U. 3.1 Medios de Comunicación

Arq. Carlos Lobos (Coordinador Unidad)

Arq. Randall Recinos Arq. Héctor Díaz Arq. Eduardo Quemé Arq. Eduardo Sosa Arq. Francisco Méndez Arq. Hugo Armas Arq. Alfredo Rivera

Br. Víctor Mejía, Br. Fernando Burmester, Br. Luis Arriaza, Br. Marco A. Rivera, Br. Otto Spinelli

U. 3.2 Taller Síntesis

Arq. Julio Fonseca (Coord. Unidadl)

Br. Enrique Barrascout Br. Roberto Godoy Br. Sergio Búcaro Br. Ernesto Godoy Prof. Marco A. Flores

U. 2.2 Ciencias Sociales y Planeamiento

Arq. Miguel A. Santa Cruz (T) (Coord. Unidad)

Dr. Luis Ferraté

Ing.Carlos Lemmerhofer Arq. Roberto Morales Lic. Rolando Ortiz Dr. Luis Padilla Licda. Margarita Matta Ing. César Castañeda

Br. Saúl Cárcamo, Br. Eduardo Pérez Br. Fernando Rodríguez Br. Rodolfo de León Br. Teresa. Montenegro

U. 3.3 EPS

Lic. Julio Hernández Sifontes (Coord. Unidad)

Arq. Manuel Pinelo, Arq. Alfredo Rivera, Arq. Carlos Mazariegos, Arq. Guillermo Porras Arq. Mario Bendfeldt, Arq. Eduardo Aguirre, Arq. Eduardo Aguilar, Arq. Adolfo Figueroa, Arq. Mario A. López, Arq. Roberto Burbano, Arq. Roberto Cárcamo, Arq. Rufino Alvarado, Arq. Ramiro Soria. Arq. Antonio León Arq. Roberto Calderón Arq. Carlos Martini Arq. Roberto Morales Arq. Miguel A. Santa Cruz Lic. Julio Sifontes

Coordinadores de Nivel

Nivel inicial Arq. Rodolfo Portillo Nivel medio Arq. Erwin Solórzano. Nivel Profundidad Arq. Marcelino González.

Arq. Roberto Morales (Coordinador Académico)

Fuente: Acta de Junta Directiva Acta 536 4/1977 del 6 de enero, 537 6/1977 del 1 de febrero y 538/1977 del 14 de febrero. Se puede observar que no hay ayudantes de cátedra en las Unidades 3.2 y 3.3. Catedráticos titulares (T)

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ÁREA 3
ÁREA 1

449. Recurso de Amparo sobre la contratación de personal docente… ,

Recurso de Amparo

En el recurso se expuso que la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura había convocado a Concurso por Méritos para otorgar plazas de docencia; que el 14 de julio de 1975 el Claustro había rechazado enérgicamente el mencionado Concurso en un documento dirigido a la Junta Directiva en el que se manifestaba la imposibilidad de evaluar por este mecanismo al personal docente de la Universidad de San Carlos o de cualquier otra institución educativa. El 8 de diciembre de 1976, veintiún profesores de la Facultad de Arquitectura habían presentado un Recurso de Enmienda ante la Junta Directiva de la Facultad en el que exponían «las múltiples razones por las que el concurso por méritos constituía un procedimiento ilegal e inadecuado para evaluar y seleccionar a los profesores que impartirían docencia en la escuela de Arquitectura». Consideraban que ese procedimiento violaba las leyes universitarias y los derechos laborales. Expresaban que luego de 49 días desde la petición, la Junta Directiva no había resuelto nada al respecto, por lo que recurrían al amparo ante el Consejo Superior Universitario.449

El planteamiento adquiría especial relevancia por que se constituía en un referente sobre el pensamiento de un grupo que participó activamente, durante y después del Congreso de Reestructuración, y ponía al descubierto las percepciones que sobre este proceso tenían a casi cinco años de iniciado.

El grupo estimaba que la situación había llegado a una crisis en 1976 cuando se formuló el Plan de integración Académica, que buscaba la adecuación de la Facultad a la emergencia derivada del terremoto, en la que se propició un 50% de trabajo de campo y otro 50% de trabajo en el aula. La práctica había quedado a cargo del Área 3 (Integración) y la teoría a cargo del Área 2 (Teórico conceptual) y del Área 1 (Científico tecnológica). Insistían en que la diversidad de criterios sobre el proceso de reestructura de la Facultad y la ausencia de una política educativa explícita, se sumó a los conflictos propios de una actividad nueva, extremadamente compleja, que puso en evidencia las deficiencias formativas e informativas de los estudiantes, particularmente en el campo tecnológico.

La clásica confrontación académica entre la teoría y la práctica se había extrapolado a una contradicción entre profesores de teoría y profesores de Taller Síntesis. La práctica generada para atender la emergencia había exigido la asignación de responsabilidades docentes de manera directa a los ayudantes de cátedra de Taller Síntesis.

Postrimerías de una época 315

450. CSU 3/1977 de 19 de enero. Recurso de Amparo sobre la contratación de personal docente en la Facultad de Arquitectura USAC.

El documento reseñaba que el CRA fue fundamentalmente, una lucha estudiantil que había llevado a la sustitución de la mayoría de los catedráticos, que se opusieron a esa causa. Con los concursos de oposición realizados en 1974, la mayoría de las titularidades fueron ocupadas por profesionales que simpatizaban con la causa, pero muy pocas por los impulsores de la transformación que se encontraban aun cursando asignaturas o recién habían cerrado currículo. Reprochaban que el Claustro de la Facultad hubiera quedado integrado por un cuerpo docente extremadamente heterogéneo en relación con las diversas expectativas que cada uno tenía del proceso de reestructura. Esto, señalaban, podría haber sido positivamente orientado, si se hubiera contado con una política educativa explícita elaborada por las autoridades facultativas, que debió mantener el criterio de incluir a los participantes del CRA en los cargos docentes y administrativos para reducir la diversidad y mantener una unidad ideológica que orientara el accionar político académico de la Facultad.

Se insistía en que era necesario apropiarse de la actividad académica para continuar con los criterios que lo sustentaron. Sin embargo, integrarse a la docencia había sido posible sólo para algunos y la situación estaba cambiado con las nuevas posiciones políticas manifiestas en las autoridades del momento. Ahora reclamaban que, tras años de esfuerzo, la mayoría de ellos estaban siendo despojados de su posición en la docencia.

En un confuso planteamiento los impugnantes consideraban que «la deficiencia se atribuyó a que los ayudantes de cátedra impartían docencia, equívoco singular dado que, según tal expresión, el título universitario por sí y ante sí, tiene propiedades importantes como dado de capacidades inexistentes en estudiantes que han cerrado currículum y que, por tanto, se encuentran a escaso margen de obtener dicho galardón».450 Esto como se confirmará posteriormente, se refería a que la falta del título no debía haber sido un impedimento para optar a la docencia.

Los demandantes habían estado esperando la intervención de Junta Directiva y del decanato para reencauzar el trabajo y definir mecanismos de mejor coordinación. Sin embargo, interpretaron que Junta Directiva no asumió tal responsabilidad, mas bien, «sistemáticamente obstaculizó el trabajo de campo alentando la oposición de los profesores de teoría». Era notorio, para ese entonces, que el Plan de Integración Académica formulado un año atrás había repercutido en la concepción y proyección de la Facultad de Arquitectura, pero no había logrado los objetivos fijados.

Postrimerías de una época 316

451. CSU 3/1977 de 19 de enero. Recurso de Amparo. 452. Ídem

453. Ídem.

Declaraban que el Decano había evidenciado desde hacía mucho tiempo sus pretensiones a la rectoría universitaria y según los acontecimientos que examinaron, «resultaba ser que su consecuencia había sido mayor con esta pretensión, que con el proceso de reestructura, con el cual supuestamente se encontraba comprometido. Para la satisfacción de esta ambición personal le había sido de innegable utilidad el estandarte de la reestructura y la paridad lograda en la Facultad».451 Pero al interior de la Facultad ambos elementos le habían resultado negativos y se había visto precisado a actuar contra ellos para garantizar la posibilidad electoral mencionada.

La otra denuncia era hacia el Vocal 1 o vicedecano, que según afirmaban, desde un principio, había manifestado su oposición al Plan de integración académica, no sólo con su participación en Junta Directiva sino con su actuación como catedrático de Taller Síntesis. Además, censuraban su múltiple responsabilidad universitaria, una como Vocal 1, otra como representante catedrático ante el CSU, una tercera como Catedrático Titular de la Facultad y una cuarta como jefe de Planificación Física de la Universidad de San Carlos. Pero su imputación específica era que el Vocal 1 se había ausentado «inexplicablemente de sus labores docentes, sin que mediara el permiso correspondiente, cobrando sus salarios durante el primer semestre de 1976. Indicaron que dicha situación había sido denunciada ante la Comisión paritaria de docencia encargada de la ejecución del Plan de integración académica, la cual trasladó el caso a la Comisión evaluadora. Sin embargo, con fecha 5 de octubre la Junta Directiva había prohibido la integración de dicha comisión aduciendo falta de “fundamento legal”, por lo que la investigación y la evaluación no se llevó a cabo y «tampoco fue realizada por Junta Directiva, encubriendo abiertamente al Vicedecano, faltando a las responsabilidades que le compete como máxima autoridad facultativa según las leyes universitarias».452

Cerraron con tres planteamientos que exponían como lógicos. Primero, aunque la actitud del Decano de la Facultad y su Junta Directiva era contradictoria, resultaba lógica a la luz del proceso electoral que se avecinaba, que requería de la correlación de fuerzas para un voto efectivo dentro de la Facultad y para el logro de «las ambiciones del señor Decano y de su inconsecuencia con un proceso que, fatalmente, resulta ser, simplemente utilizó para escalar la posición que ocupa, misma que emplea para destruir el proceso de reestructuración de la Facultad de Arquitectura».453

Postrimerías de una época 317

454. Ídem. 455. Ídem. 456. Ídem.

En segundo lugar, consideraban lógico, que los profesores de la práctica hubieran denunciado anomalías como la desintegración de la Comisión paritaria en el primer semestre de 1976, la renuncia del coordinador de la UTA en octubre de 1976 y la posterior renuncia del coordinador del área tres y de los coordinadores de los niveles inicial, medio y de profundidad de Taller síntesis. Así como la denuncia presentada ante el claustro por profesores, en su mayoría integrantes del Taller Síntesis, en relación con la situación del Vocal 1. Argumentaron que el conocimiento de dicha denuncia «fue impedido a través de diversas maniobras, como el rompimiento del quorum y la posterior oposición de Junta Directiva a autorizar la suspensión de actividades docentes para realizar sesión de Asamblea General del Claustro». 454

En tercer lugar, remataban, que resultaba lógico «que la Junta Directiva, basada en una política educativa inexistente, o al menos no explícita, ni del conocimiento generalizado de la Facultad, hubiera cancelado la totalidad de plazas de ayudante de cátedra del Taller Síntesis, (un total de 16 plazas) pues ello constituye un subterfugio, cuestionable desde cualquier punto de vista, pero sumamente efectivo para la eliminación de los profesores que han mantenido una actitud crítica y beligerante, hacia la conducción desafortunada, si no funesta, que de la Facultad de Arquitectura ha hecho Méndez Dávila y su Junta Directiva».455

El Amparo en su parte final planteaba varias peticiones concretas, entre las que resaltaban la solicitud de que no se hicieran efectivos los nombramientos acordados por Junta Directiva con base en los concursos por méritos; que se explicara de inmediato con copia al Consejo Superior Universitario la razones que fundamentaron tales decisiones; que no se estableciera ninguna modificación en la nómina de personal docente vigente en 1976; que para efecto de las contrataciones del personal docente para 1977 se estableciera como criterio fundamental la permanencia de aquellos profesores a los que no se les encontrara falta en el cumplimiento de sus obligaciones o falta de capacidad mediante el proceso de evaluación correspondiente y, por último que, en consideración con las graves anomalías denunciadas, se integrara una comisión del CSU que dictaminara sobre las denuncias presentadas y luego se dedujeran las responsabilidades de quienes se encontraran comprometidos.

Concluyeron el Recurso de Amparo con la siguiente frase: «Todo lo aquí denunciado constituye un peligroso precedente en la Universidad si no es adecuadamente sancionado por ese Honorable Consejo Superior Universitario».456

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457. CSU 3, 6/1977 de 19 de enero. Constancia presentada por el Decano Arq. Lionel Méndez en nota manuscrita.

458. Asistieron los arquitectos Gilberto Castañeda y Carlos Brichaux, y los estudiantes Jorge Rousselin, Luis Benítez, Horacio Flores, Hugo Recinos, Rolando Monzón, Anne Arévalo, Jorge Ramírez y Mario René Villagrán.

459. Participaron los bachilleres Jorge Jiménez, Francisco Rodas y Edgar Estrada, miembros de la Junta Directiva de AEDA.

460. CSU 3, 6/1977 de 19 de enero. Nota anexa al acta.

La opinión de otros actores

Al proceso se agregó la solicitud de audiencia de la AEDA. El Decano presentó una constancia en la que expresaba su apoyo a la solicitud de la AEDA para ser escuchados por el CSU, pero también solicitó que se escuchara a otros sectores. Indicó que era portador de las delegaciones del organismo paritario de Arquitectura, del Consejo de Facultad y de la Junta Directiva. Pidió que se escuchara también al presidente de la Junta Directiva del Claustro de catedráticos. Apuntó que con esto se daría la oportunidad de conocer distintos ángulos del problema y de las contradicciones que lo caracterizaban y lo provocaban. Finalizó: «Estoy seguro de que hoy tendremos amplia oportunidad de observar este aserto fundamental que aquí seguramente se presentará con mucha agudización». 457

El CSU escuchó a los representantes de los tres distintos grupos. El primer grupo fue el ponente del Recurso de Amparo ya expuesto.458 El segundo Grupo incluyó a miembros de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura AEDA459 que leyeron una nota en la que sostenían que la crisis por la que atravesaba la Facultad de Arquitectura, no era «más que el reflejo de la despreocupación de quien es el responsable directo de la administración de la Facultad el señor Decano arquitecto Lionel Méndez Dávila, el cual haciendo uso de su ubicación jerárquica en los diferentes organismos de decisión, ha antepuesto en diferentes coyunturas sus intereses personales en menoscabo de la superación académica». Consideraban que ello quedaba demostrado en la poca colaboración para aportar a un trabajo efectivo en la lucha por elevar a planos superiores el nivel académico, la falta de definición de una clara política académica que había permitido desde que se iniciara el proceso de reestructuración un funcionamiento y orientación inestable.

Esa situación había traído como consecuencia que quienes coyunturalmente detentaban el poder formal en los organismos de dirección de la Facultad, impusieran sus criterios partiendo de la defensa de sus intereses y concepciones personales, sin un análisis objetivo de la realidad facultativa y nacional. Ante tal situación rechazaban «cualquier disposición de las autoridades de la Facultad que se impulsen bajo criterios subjetivos y revanchistas, que traigan consigo desviaciones que atenten el contenido ideológico político establecido en el Congreso de Reestructuración de Arquitectura en 1972».460

Postrimerías de una época 319

461. Participaron los arquitectos Marcelino González y Manuel Pinelo y el bachiller Jaime Castellanos miembros del Claustro de catedráticos de la Facultad de Arquitectura.

462. CSU 3, 10/1977 de 28 de enero.

463. La Comisión fue integrada por los doctores Víctor Manuel Orellana y Pietro Marroquín y los bachilleres Sergio Linares y Rodolfo de León.

464. CSU 3, 10/1977 de 28 de enero.

Seguidamente ingresarían tres miembros del Claustro de catedráticos de la Facultad de Arquitectura que hicieron una amplia exposición de los motivos de su solicitud en el seno del Consejo Superior Universitarios, vale indicar que no se incluyó ningún documento y en el acta no se expresa lo que dijeron. 461

Debido a la hora y lo prolongado de la sesión, el CSU suspendió la discusión, la que reiniciaría el viernes 28. Entonces se escucharían las argumentaciones del Decano de la Facultad de Arquitectura que, inicialmente daría lectura a un documento de Junta Directiva. En su parte conducente solicitaba que el Consejo no diera trámite al recurso de los señalados catedráticos ya que, las actuaciones de Junta Directiva se ajustaron a las leyes universitarias y a las disposiciones del Consejo Superior Universitario.462

Al concluir el Decano, intervino el bachiller Oscar Álvarez dando lectura a una nueva nota de la AEDA en la que avalaban todas las peticiones hechas en el Recurso de Amparo.

El Consejo pasó a hacer una amplia deliberación del tema y finalmente acordó rechazar el recurso de amparo presentado por improcedente y ratificar lo actuado por Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura por estar apegada a las normas estatutarias de la Universidad. También, a solicitud de los arquitectos Lionel Méndez y Francisco Piloña, Vocal 1 y representante ante el CSU, señalado por los recurrentes, se acordó nombrar una comisión que efectuaría una investigación de lo actuado por la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura en relación con las denuncias hechas en contra de miembros de la Junta Directiva.463

El Consejo rechazó el recurso de amparo por improcedente

El Decano dejó la siguiente constancia: «rechazo las alusiones y sindicaciones que se me hicieran, las que no se sustentan en la crítica, ni en la posición constructiva, sino, lejos de eso -como los miembros de este alto organismo pudieron comprobar- en la emocionalidad y subjetivismo propios de la inmadurez y el individualismo, posiciones que los sectores amplios de la Facultad de Arquitectura han categóricamente rechazado, así como este alto organismo». 464

Postrimerías de una época 320

Investigación y dictamen de la Comisión

465. Dictamen de la Comisión encargada para analizar la no contratación de catedráticos en la Facultad de Arquitectura. Guatemala, 10 de mayo de 1977.

La comisión realizaría las investigaciones y presentaría su informe en mayo de 1977. Para hacer la indagación citó a todos los sectores involucrados y requirió información a diferentes oficinas de la Universidad.

Acudieron inicialmente los recurrentes que aportaron algunos elementos entre los que resaltaban el criterio de que, a pesar de existir en la Universidad un Estatuto de la Carrera Universitaria en la Facultad de Arquitectura, el Decano y su Junta Directiva, habían «reeditado un mecanismo de evaluación y selección de personal docente llamados Concursos por Mérito rechazado con anterioridad por el claustro». Señalaron que el objetivo fundamental de las autoridades de la Facultad era la eliminación del grupo de profesores que habían mantenido una actitud crítica a su administración, lo que había llevado a que se cancelara de forma antojadiza la totalidad de plazas de auxiliares de cátedra de Taller Síntesis, unidad medular de la carrera, en tanto se conservaron plazas similares en otras unidades docentes. Con ello, sostenían, se vulneraba el proceso de reestructuración de la Facultad y el Estatuto de la carrera universitaria el que buscaba promover la superación académica mediante la formación del personal docente desde la base estudiantil. Además, enfatizaban que, en el plano laboral, se desprestigiaba a la Universidad y se contradecía su espíritu democrático, haciéndola parecer un ente empresarial con típicas actitudes patronales de coacción y represión de cualquier intento de expresión organizada de los trabajadores. Por último, sostenían que, de acuerdo con la exposición hecha por la Junta Directiva, la razón de eliminar tales plazas estriba en la «consideración de lo que en la práctica ha venido a constituirse el trabajo que han realizado los profesores auxiliares ya que, en efecto, se les ha conferido atribuciones de adjuntos contraviniendo así las disposiciones del estatuto» pero se olvidaba o se ocultaba, la disposición del CSU que crea las plazas de Auxiliares de Cátedra 1 y 2, con autorización para impartir docencia directa y con único requisito el de haber cerrado currículo. Y eran precisamente de este tipo las plazas del Taller Síntesis que fueron eliminadas, con lo que tal argumento perdía validez.465

Como elementos de apoyo a su argumentación presentaron las renuncias de los diferentes coordinadores y un informe sobre el incumplimiento docente del Vocal 1 durante el año académico 1976.

Postrimerías de una época 321

466. No fueron contratados los estudiantes Miguel Ángel Herrera, Horacio Flores, Anne Arévalo, Jorge Ramírez, Luis Benítez, Rolando Monzón, Jorge Figueroa, Oscar Henry, Jorge Rousselin, Mario René Villagrán, el licenciado Hugo Recinos y el Arq. Carlos Brichaux.

Ese documento había sido firmado por 18 profesores que fueron los afectados por las faltas de contratación. Dos de ellos eran titulares, los arquitectos Ricardo Alonso y Gilberto Castañeda que permanecieron. Resaltaron que era evidente que el objetivo perseguido no era otro que la eliminación de dicho grupo.466

Luego de atender a los demandantes, se escucharía también a la Junta Directiva del Claustro de catedráticos que, desde un ángulo diferente, expresó que estimaban acertada la medida del Consejo de Facultad de crear las plazas de Catedráticos Adjuntos para Taller Síntesis, con base en la necesidad de que dichas cátedras fueran servidas por profesionales con experiencias, dado el carácter integrador de conocimientos que define al Taller Síntesis. Aunque lamentaban que las limitaciones presupuestarias hubieran impedido contar con plazas de Ayudantes de Cátedra para estos cursos. También indicaron que consideraban que la actuación de la Junta Directiva de la Facultad había estado basada en cumplimiento de sus funciones administrativas.

Por su parte la Junta Directiva de la AEDA que fue citada para el efecto no concurrió y no remitió ninguna excusa o explicación.

Por último, la comisión celebró una reunión con la Junta Directiva de la Facultad en la cual las autoridades presentaron un documento que explicaba su actuación en relación con el personal no contratado para 1977. En esa misma oportunidad los miembros de dicha junta ampliaron sus puntos de vista y respondieron a los interrogantes que plantearon los miembros de la Comisión investigadora. La Junta Directiva proporcionó un documento con los elementos que consideraba probatorios entre ellos indicó que el Consejo Superior Universitario de acuerdo con sus últimas resoluciones establecidas en el Punto 6 del Acta 27-76, no permitiría que impartieran docencia directa las personas no calificadas o que no tuvieran la calidad de profesionales legal y debidamente colegiados. Dentro de ese marco la propuesta presentada por el Consejo Académico no incluyó el nombramiento de estudiantes y no contrató arquitectos infieris ni a un profesional que no estaba incorporado a la Universidad. Dicha propuesta había sido avalada por la Junta Directiva.

Postrimerías de una época 322

467. Dictamen de la Comisión encargada para analizar la no contratación de catedráticos en la Facultad de Arquitectura. Guatemala, 10 de mayo de 1977.

468. CSU 19, 2/1977 de 15 de junio. Se encuentra en el acta una extensa la argumentación presentada por la comisión para tomar la decisión.

En lo que correspondía a las denuncias hechas en contra de miembros de la Junta Directiva, indicó que desconocía concretamente cuáles eran los elementos probatorios en que se fundamentaban, por lo que solicitó a la Comisión investigadora entregarle copia de los antecedentes y documentos que obraran en su poder para proceder a estudiarlos y sustanciar una posición al respecto.

La Comisión dictaminó que, en el caso de los recurrentes propuestos para catedráticos adjuntos, sin estar graduados, la Junta Directiva había actuado de conformidad con las disposiciones del Consejo Superior Universitario y dentro de sus capacidades de decisión técnica, al resolver que en el caso de Taller Síntesis impartieran docencia únicamente catedráticos graduados con una experiencia establecida de su profesión. Por lo tanto, concluyó que los resuelto por el honorable Consejo, en el sentido de ratificar lo actuado por Junta Directiva, fue lo procedente y debía ser mantenido. 467

Posteriormente la Comisión incluyó un complemento referido al incumplimiento del arquitecto Francisco Piloña en sus funciones como catedrático titular del área de Taller Síntesis. Indicó que se citó a los recurrentes para que ratificaran los cargos y aportaran las pruebas respectivas. Se dio audiencia al acusado quien aportó pruebas de descargo. Asimismo, se escuchó a los estudiantes coordinadores de grupo del área de Taller Síntesis nivel profundidad durante el primer semestre de 1976 quiénes ratificaron, ante la comisión, haber sido alumnos y recibida docencia con el arquitecto Francisco Piloña. Con base en lo anterior y después de un detenido análisis sobre los distintos elementos que, para el efecto tuvo a su disposición, la comisión concluyó que el referido arquitecto cumplió con sus obligaciones como docente y que las imputaciones que le fueron formuladas carecían de fundamento.

Luego de conocer los dictámenes antes mencionados el Consejo acordó aprobarlos en su totalidad, es decir, confirmar la decisión de declarar sin lugar el recurso de amparo presentado en lo referente a las contrataciones docentes para 1977 y rechazar la denuncia presentada contra el Vocal 1 de la Facultad de Arquitectura.468

Postrimerías de una época 323

469. Castañeda. “La formación”, 46.

470. FARUSAC Actas 550, 556 y 559 /1977 de 28 de julio, 20 de septiembre y 17 de octubre.

En definitiva, no se contratarían a los auxiliares de cátedra en el Taller Síntesis. Según refiere Castañeda, los catedráticos por titularidad, «fueron ubicados en posiciones de confinamiento forzado, dedicados a actividades poco relevantes o escasamente relacionadas con la dinámica principal de la Facultad. Había que esperar tiempos mejores y, en la espera, generar condiciones para continuar el esfuerzo. Durante la segunda mitad de 1977 varios nos retiramos de la Facultad y volvimos al año siguiente».469

Posteriormente se trataría de evitar la contratación del excoordinador de la Unidad de talleres. También se trató de iniciar un proceso para sancionarlo a él y a los otros coordinadores que habían renunciado debido a las acusaciones hechas contra algunos funcionarios y la misma Junta Directiva, pero no hubo consenso, ni consecuencias adicionales.470

Postrimerías de una época 324

Una cruda realidad

En la primera sesión de febrero de 1977 de la Junta Directiva, se incluyó en la agenda el informe del excoordinador de la UTA-Arq. La Junta dio por recibido el documento y acordó realizar un estudio y evaluación posterior. No obstante que el informe se incluyó en el anexo del acta, no se registró ninguna evaluación posterior. El documento revisado es bastante amplio e incluye algunos aspectos tratados a lo largo de la discusión sobre el período. Por su trascendencia se presenta una síntesis:

… es dable reconocer que muchos de nuestros esfuerzos no han dado los frutos apetecidos o, al menos, de la calidad deseada. Muchos factores intervinieron, por una parte, evidentemente nuestra propia capacidad y experiencia, pero también, de manera significativa, la falta de una definición clara en cuanto al sentido que debe tener la acción facultativa por parte de las autoridades responsables de la dirección: a la fecha no existe, adicional al Plan de Restructuración -CRA- que en gran medida ya ha sido rebasado, ningún elemento de juicio que oriente el trabajo de los que deseamos un mejor futuro para la Facultad. De hecho, en la práctica cotidiana, la expresión se traduce en los obstáculos y problemas que se traducen de este informe. De hecho, nuestra creencia de que el Congreso de Reestructuración de Arquitectura había constituido el cambio radical en las estructuras de poder de la Facultad, constituía garantía para la transformación buscada, ha resultado errónea: el CRA, y lo difícil de su realización, no sólo no pudo formular a plenitud la transformación académica que se requería, sino tampoco logró el cambio estructural buscado. Como ayer debemos luchar contra vicios similares que deben ser erradicados: el elitismo en la dirección de la Facultad, la improvisación y la falta de apoyo a los programas de superación académica, el irrespeto a las inquietudes y expectativas de la base de profesores y estudiantes, etc.471

Se hacía énfasis en la falta de apoyo hacia el Plan Integración Académica, una experiencia llena de obstáculos que pudieron superarse y que no debía repetirse. Se incluyeron diversas recomendaciones como «evitar que la actuación del Consejo de Facultad se convierta en hereditaria, merced a un trabajo aislado de la base de profesores y estudiantes y que, por tanto pueda, como en mi opinión ha ocurrido con Junta Directiva, oscurecer el buen juicio de sus integrantes y abocarnos a decisiones parcializadas normadas por criterios personales desarraigados de las inquietudes y aspiraciones de la base».472

Postrimerías de una época 325

471. Informe de Labores del Coordinador de la UTA, 13 472. Ídem.

La Comisión Paritaria de docencia debía ser una expresión ampliada, representativa de la Coordinación Académica y con la autoridad necesaria para cumplir los cometidos enmarcados dentro de la política académica establecida. Debía mantenerse integrada por los coordinadores de nivel, el coordinador de UTA e igual número de estudiantes, según la modalidad establecida por el plan de integración académica.

En ese momento la complejidad de la problemática facultativa había llegado a un punto en el que no se identificaban caminos viables a seguir con el modelo. No obstante, permanecía el criterio de que la preparación académica en la Facultad podía fortalecerse, siempre y cuando, se fijaran objetivos y metas claras y se apoyaran de manera consecuente y responsable los programas que surgieran.

Quedaban menos de dos años para que terminara la que en su momento fue una ansiada gestión, pero el modelo por el que se había luchado desde 1972 se estaba desmoronando. Habría que observar cual sería la nueva política y esperar para retomar el camino o replantear un nuevo paradigma. Mientras tanto, el panorama nacional y universitario que se aproximaba podría avivar o terminar de destruir los criterios impulsados por el CRA.

Postrimerías de una época 326

Hacia el final de una difícil gestión.

473. FARUSAC 537/1977 de 18 de enero. Estuvieron presentes por la Junta Directiva los arquitectos Leonel Méndez Dávila, Decano; Francisco Piloña, Vocal 1; Francisco Chavarría, Vocal 2; el Vocal 5 Br. Francisco Anleu; los arquitectos Carlos Lobos Klemp, Secretario y Rolando Anleu asistente del decanato y la Secretaría. Por el Consejo de Facultad participaron el arquitecto Erwin Solórzano y los bachilleres Jaime Castellanos, Napoleón Ponce y Byron Soto (el arquitecto Marcelino González se excusó de asistir). Por la AEDA participaron el coordinador general Jorge Jiménez, Edgar Estrada Quemé y Katy Ocampo.

474. FARUSAC 536 3 /1977 de 6 de enero.

475. FARUSAC 537 2.1 /1977 de 18 de enero.

A principios de 1977 se realizó una reunión Conjunta Extraordinaria entre la Junta Directiva y el Consejo de Facultad, con la presencia de Junta Directiva de AEDA. Con esto se pretendía retomar la participación de los distintos sectores con nuevos actores y dar un nuevo impulso a la actividad académica. 473

El Secretario Arq. Carlos Lobos, puso a consideración el nuevo calendario de actividades del primer semestre y sometió a discusión los períodos de clases trimestrales que tendrían un tiempo máximo de duración de ocho semanas. Según indicó, al sumar los períodos de descanso por vacaciones, exámenes y feriados, así como por la situación del inicio de actividades que se habían postergado debido a los problemas derivados del terremoto del año anterior, se eliminaba la posibilidad de cursos en Escuela de vacaciones a mediados de año. Los cursos trimestrales no podían tener menos de ocho semanas porque se generarían serias deficiencias en el proceso de aprendizaje. El semestre iniciaría el 24 de enero y terminaría el 27 de junio.474

En la siguiente reunión se revisarían algunos de los aspectos que habían estado afectando el desarrollo de la carrera. Se señaló que a partir de la implementación del pensum del CRA, el horario de clases de la Facultad se había ido complicando debido a que en el plan original los cursos eran de régimen semestral y se repetirían anualmente. Se recordó que la mala preparación obtenida en la educación media, especialmente en el campo de las matemáticas había obligado a introducir un curso extracurricular de matemática preparatoria y a remediar la baja promoción en cursos técnicobásicos como física 1 y 2, provocando la necesidad de ofrecer dichos cursos durante los dos semestres del ciclo lectivo, lo que hizo que se modificaran varios de los criterios iniciales.

Las complicaciones señaladas habían reducido el tiempo para cubrir el pensum en el plazo normal esperado y afectaron la posibilidad de dedicar mayor atención al Taller Síntesis. Estos aspectos fueron estimados para aprobar una nueva propuesta de horario que tendría aplicación progresiva y afectaría inicialmente sólo a los estudiantes de primer ingreso.475

Postrimerías de una época 327

476. FARUSAC 562 /1977 de 4 de noviembre. Los titulares que participaron en la elección fueron: Doctor Jorge solares, arquitectos Miguel Ángel Santacruz, Francisco Chavarría, Erwin Solórzano, Julio Corea, Gilberto Castañeda, Leonel Méndez Dávila, Marcelino González, Ricardo Alonso, Darío Menéndez, Francisco Piloña; ingenieros Jorge Peláez, Rafael Santiago, Hugo Galindo, Vicente Mazariegos.

477. FARUSAC 566 /1977 de 18 de noviembre.

478. Nota de la AEDA a la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura del 18 de abril de 1978, Anexa al Acta 581.

A finales de año se dieron diferentes movimientos. El 4 de noviembre se realizó la elección del representante docente ante el CSU, participaron el Arq. Ricardo Alonso del Valle y Arq. Francisco Piloña que no sería reelecto.476 La elección de representante Estudiantil ante el CSU, se hizo el 18 de noviembre, resultaría ganador Marco Antonio Rivera.477 El Arq. Carlos Lobos renunciaría como Secretario de Facultad a partir del 1 de noviembre de 1977 y sería sustituido por el Arq. Jorge Escobar.

El último año de la gestión de Méndez Dávila tomaría posesión un nuevo Rector. Surgirían diversas inconformidades por la falta de representación estudiantil y protestas contra algunos docentes, lo que llevarían a una huelga de estudiantes.

A mediados de abril de 1978 la AEDA dirigió una nota a la Junta Directiva en la que planteaba que veía con suma preocupación las faltas, tanto administrativas como docentes, en la que se encontraba la Facultad, por lo que solicitaba la pronta convocatoria a elecciones de representantes estudiantiles ante Junta Directiva, convocar a elección de un representante estudiantil del Consejo de Facultad, cargo se encontraba vacante desde octubre de 1977, así como el traslado de las actas aprobadas para que estuvieran al alcance de todo el estudiantado. 478

Postrimerías de una época 328

Figura 12.1. Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Archivo fotográfico: Oscar Eduardo Barillas.

479. Nota de la AEDA a la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura del 4 de mayo de 1978. Anexa al Acta 581.

A principios de mayo la asociación informaría que en magna Asamblea de Estudiantes de Arquitectura se habían tomados como resoluciones la cancelación inmediata de los contratos de los arquitectos de Taller síntesis que habían sido denunciados; la revisión de los cursos desde Teoría del diseño 1 hasta el Taller Síntesis 9. También se exigía a Junta Directiva que rindiera un informe inmediato de la distribución del presupuesto aprobado para la Facultad; la compra inmediata de mesas y bancos de dibujo y finalmente, se demandaba el impulso inmediato del segundo Coneval que debió realizarse desde 1977. 479

La junta Directiva publicó un Comunicado a los estudiantes de Arquitectura, en el que respondió que había iniciado una investigación sobre los profesores denunciados. Que, en relación con la separación de los cargos planteada por AEDA, se procedería con estricto apego a las leyes y estatutos de la Universidad.

Postrimerías de una época 329

Figura 12.2. Huelga estudiantil en la Facultad de Arquitectura, mayo de 1978. Archivo fotográfico: Oscar Eduardo Barillas.

480. Comunicado General a los Estudiantes de Arquitectura, publicado por la Junta Directiva de la Facultad. Anexo en Acta 581 del 4 de mayo de 1978.

481. Ídem

También se puntualizó en dar un irrestricto apoyo a la celebración del segundo Coneval cuyas fechas de realización debían fijarse de común acuerdo entre los dirigentes estudiantiles, el claustro y la Junta Directiva. En lo que correspondía al mobiliario de dibujo se informó que el problema estaba en vías de solución. En cuanto al presupuesto de la Facultad estaría a disposición una copia en lugar visible. 480

Las autoridades administrativas y docentes de la Facultad no se responsabilizaban por las consecuencias por la huelga asumida en Asamblea General y recalcaban que todos los puntos solicitados podían ser resueltos sin ningún tipo de presión. Prueba de ello era que varios temas se habían solventado previo al movimiento. En tal virtud se invitó al estudiantado a reanudar sus actividades normales y que los cursos regulares se impartieran como de costumbre.481

Postrimerías de una época 330

Figura 12.3. Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Archivo fotográfico: Oscar Eduardo Barillas.

Pero los problemas de la Facultad llegarían nuevamente, a conocimiento del CSU. El Decano informó al Consejo que se había declarado una huelga estudiantil que demandando la destitución de dos catedráticos y la dotación de mobiliario y equipo. En tal sentido indicó que la Junta Directiva y el Consejo de Facultad de Arquitectura por este medio se dirigía respetuosamente al Consejo para solicitarles una asignación inmediata de la partida de inversiones de la USAC para contribuir a resolver el problema. El CSU indicó que se haría una evaluación sobre el particular. 482

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Figura 12.4. Asamblea general de estudiantes de Arquitectura, mayo de 1978. Archivo fotográfico: Oscar Eduardo Barillas. 482. CSU 88/1978 de 10 de mayo.

483. Memorial de la AEDA al CSU del 20 de septiembre de 1978. Acta 38-78, punto séptimo del 20 de septiembre.

484. CSU 38/1978 de 20 de septiembre.

485. E. Aguirre, entrevista.

A mediados de septiembre los estudiantes se dirigirían nuevamente al CSU denunciando que habían sido suspendidas las elecciones de los vocales 4 y 5 ante la Junta Directiva de la Facultad, así como la de un representante estudiantil ante el Consejo de Facultad convocadas para el 8 de septiembre. Agregarían otra serie de reclamos por la falta de atención a sus solicitudes incluyendo la asignación de fondos para el mobiliario y equipo solicitado desde mayo. 483

Fue una tristeza porque mi gran profesor de teoría, como decano, no dejó nada más que problemas. Lionel tuvo la oportunidad de hacer mucho, pero se dejó llevar por asesores radicalizados. 485

La AEDA también denunció que a pesar de que en agosto de 1978 ese organismo había instruido a Junta Directiva a convocar a elecciones de Decano, esa instrucción no había sido cumplida.484 El Decano debía entregar su cargo a principios de octubre de 1978 pero lo haría hasta el año siguiente.

Un fatídico 20 de octubre restaría atención a los problemas académicoadministrativos de la Facultad y llevaría a preocupaciones mucho más agobiantes.

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Figura 12.5. Huelga estudiantil en la Facultad de Arquitectura, mayo de 1978. Archivo fotográfico: Oscar Eduardo Barillas.

La segunda purga y sus consecuencias

La crisis había llegado a su máximo nivel al hacerse público que un grupo de profesores auxiliares del Taller síntesis no sería contratado en 1977. Las decisiones de la Junta Directiva lograron cambiar la configuración de la base docente de la Facultad y eran apoyados por un sector docente que protestaba por la forma como se conducía la estructura docente. Se buscaba reducir el respetable nivel de influencia otorgado a profesores alumnos vinculados con el CRA que se habían vuelto en contra de las autoridades de ese momento.

Los afectados no cederían fácilmente. En anteriores oportunidades ese mismo grupo había tenido un amplio apoyo del CSU, pero las circunstancias y actores en ese momento eran distintos. Era claro que las aguas habían cambiado, ya no era el grupo que luchaba por que se aprobara un proyecto innovador que había logrado un sólido respaldo político. En ese momento la situación era otra, buscaban permanecer en el escenario, pero ya no contaban con la simpatía de las autoridades, ni con representación política que los respaldara.

Al igual que cuando se había expulsado a los profesores opositores al CRA, los procedimientos realizados estaban amparados en las normas universitarias. Quizás si no hubiera existido el conflicto no se hubiera llegado a la decisión de erradicar a los antiguos aliados del CRA, pero el enfrentamiento había llegado a niveles que la administración de Méndez Dávila consideraría intolerables.

Paradójicamente la cuestionable estrategia, la purga, que fue usada años atrás para deshacerse de quienes no apoyaban el CRA, parecía repetirse. En el caso anterior fue en contra de profesionales de reconocida trayectoria. Ahora la purga, era en contra de estudiantes de los últimos años que ejercían docencia, con plazas de auxiliares de cátedra, que argumentaban su compromiso hacia los preceptos del CRA. En ambos casos había jugado un papel determinante quien ocupaba el decanato en ese momento.

Postrimerías de una época 333

486. E. Aguirre, entrevista.

Para el bloque del CRA, fue difícil aceptar la situación que se había generado. La complejidad de la problemática facultativa había llegado a un punto en el que no se identificaban caminos viables para seguir con el modelo de transformación. Les tocó reconocer que no se había obtenido los resultados esperados, aceptar que parte de eso se debía a las capacidades y falta de experiencia de algunos de sus miembros, pero sostenían que gran parte de los resultados se debía a la falta de una definición de la acción facultativa por parte de las autoridades.

La percepción era que la anhelada implementación de la reestructuración de Arquitectura no había podido generar la transformación académica esperada y que tampoco había alcanzado el cambio estructural tan defendido en los inicios del proceso. Parecía que lo que en su momento había sido una gran victoria, un innovador modelo académico por el que se había luchado desde 1972, con la salida voluntaria de algunos que estaban en los puestos claves y la falta de contratación de los que impulsaban el proceso, todo se desmoronaba.

Luego de la cancelación de los contratos, la administración trataría de continuar con su gestión, pero también comprobaría que había perdido gran capacidad de acción. El último período presentaría diversidad de inconvenientes, acusaciones y hasta una huelga estudiantil. Se demandaba la realización del segundo Coneval, pero, a pesar de los ofrecimientos, ni siquiera llegaría a programarse. También se reclamaba la falta o retardo de las convocatorias a elecciones incluyendo la de Decano.

Se comenzó a comentar que había que rescatar a la facultad y decidimos apoyar para el decanato a Gilberto Castañeda, era más técnico, además era un buen administrador.

Eduardo Aguirre

Según indica Eduardo Aguirre, se comenzó a comentar que había que resca tar a la facultad y decidimos apoyar para el decanato a Gilberto Castañeda, era más técnico, además era un buen administrador. 486 Se preparó un pro yecto político con una visión más moderada, impulsada por los fundamentos iniciales del CRA que perseguiría retomar el rumbo. Esta propuesta logró el apoyo necesario y se presentó como única opción. Esta vez podría ser diferente, más estructurada y quizás ahora, sí podría lograrse con la par ticipación de todos.

Postrimerías de una época 334

Tabla: 12.2. Percepción sobre los resultados académicos del CRA

De estar alejados de la realidad nacional nos fui mos al otro extremo como si hubiéramos estudia do para ser geógrafos, demógrafos, sociólogos y esto rompió el esquema que se había tratado de implantar. (Héctor Jiménez)

◊ La falta de mesura en la balanza de cuánto pesa cada área para sacar un profesional que respon diera a lo que se pretendía. (Julio Fonseca)

Al no existir una teoría de la arquitectura el con cepto no llegó a volverse común y presente en el pensamiento de la comunidad, algunos la enten dían de diferente modo. (Gilberto Castañeda)

La tendencia a nivel latinoamericano puso de moda estudios de sociólogos y antropólogos de izquierda intelectual y fueron los libros de texto que se utilizaron. (Héctor Jiménez)

◊ Es cierto que había excesos, demasiado cono cimiento de la realidad nacional, debían hacer investigaciones socioeconómicas antes de reali zar el proyecto. Los estudiantes se quejaban por la dificultad para graduarse. (Darío Menéndez)

◊ Se dejó por un lado el diseño. Se pasaron en la parte teórica y se olvidaron del diseño. Tergiversaron el CRA en el camino. (Glenda Rodríguez)

Los famosos talleres integrales para que los nue vos aprendieran de los viejos fue tristemente una farsa porque académicamente era imposible y era inviable hacer esos trabajos masivamente como se quería. (Eduardo Aguirre)

La integración vertical que buscaba la participa ción de todos los semestres en un sólo proyecto. Recuerdo el proyecto de Chinautla, pero lo con sidero un año perdido. (José Asturias)

◊ El CRA cambió a la facultad, no la hizo retroce der, pero no avanzó como debía haber avanzado. Dejó heridas profundas que hasta la fecha per sisten. (Héctor Jiménez)

Lástima que se dio una gran improvisación y cuando se llevó a programa de cursos se tergi versó totalmente el origen de las modificaciones y empezaron a dar cursos de sociología a morir y a descuidar los cursos de diseño. Pienso que ahí se perdió bastante. (Jorge Escobar)

◊ El gran pecado del CRA fue el mito de la paridad como la solución a la problemática académica y administrativa en la que se asumía que todo el mundo sabía un tema y aunque no lo supiera podía decidir sobre él. (José Asturias)

◊ Yo sentí que la facultad perdió mucho a raíz de los conflictos […] el movimiento estaba muy en focado en cosas que no tenían nada que ver con el mejoramiento de la facultad. (Víctor Cohen)

◊ Los talleres que se volvieron diagnóstico de diag nósticos que paraban en nada. La gente salía a analizar y hacer diagnósticos, pero no sabía ha cer otra cosa. (Eduardo Aguirre)

◊ Sería distinto en una escuela de sociología, psi cología o filosofía. Por ejemplo, los doctores te diagnostican, pero te saben curar. Aquí apren dieron a diagnosticar, pero no sabían diseñar, ni a nivel urbano ni arquitectónico. (Eduardo Aguirre)

◊ Se quitaron elementos importantes como la rela ción de la arquitectura con las artes, se redujeron materias relacionadas con el dibujo y la expre sión artísticas. (Fernando Salazar)

◊ La metodología era importante, pero creo que se volvió rígida. Y los profesores luego repetían y repetían. (Gilberto Castañeda)

◊ Como todo venía de la filosofía masiva sobre el tema ideológico, el pensum quebró la cali dad académica de la Facultad de Arquitectura. (Eduardo Aguirre)

◊ En el CRA se perdió la oportunidad de ver moder nizado los estudios de la facultad de arquitectura por dos razones: La polarización posterior del evento, la pérdida de catedráticos y los nuevos que llegaron que no tenían experiencia. (Héctor Jiménez)

Postrimerías de una época 335

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas, según se identifica al final de cada párrafo. Escenarios inciertos 338

ESCENARIOS INCIERTOS

487. Historia de El Salvador, Tomo II, 215.

Entre 1977 y 1979 se dieron varios cambios que afectaron el escenario político, social y académico. Entre ellos, la nueva presidencia de los Estados Unidos que inició a principios de 1977 y llegaba con variantes sustantivas en las políticas del gobierno que afectarían a Centroamérica. En Guatemala, en 1978, asumiría un gobierno militar de ultraderecha que evidenciaría su poca simpatía hacia la Universidad. Ese mismo año, llegaría a la Universidad un Rector relacionado con el partido comunista que, desde un principio, marcaría su oposición hacia el gobierno militar, posteriormente en 1979, asumiría un Decano de Arquitectura que intentaría levantar la bandera social del CRA.

A este panorama se sumarían dos sucesos dentro del istmo centroamericano, el triunfo de la revolución Sandinista en Nicaragua, en julio de 1979 y el golpe de Estado al presidente de El Salvador, general Carlos Humberto Romero, en octubre de ese mismo año. Ese golpe tenía condiciones particulares, había sido dado por un grupo de militares que redactaron una proclama con una de las más categóricas denuncias de las injusticias que se había conocido en El Salvador. La proclama de la Junta Militar se comprometía a detener la violencia, anunciaba medidas para lograr una distribución equitativa de la riqueza nacional, que incluían una reforma agraria, a la banca y al comercio exterior, que coincidían con las banderas de la izquierda.487

Todo matizaba desventajas para el gobierno militar en Guatemala y vaticinaba una consolidación de las fuerzas de izquierda en la región.

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488. Carlos Sabino, Guatemala la Historia silenciada (1944-1989).

Tomo II, El dominó que no cayó. Guatemala: Grafiatec. 2018. 298.

489. ASIES. Compendio de Historia de Guatemala, 53.

El nuevo presidente de los Estados Unidos, James Carter, sostenía que enfrentar al comunismo mundial y los movimientos subversivos latinoamericanos, con medios de lucha, no haría sino avivarlos. La política exterior de Carter se basaba en dos ejes: defender los derechos humanos en especial contra las acciones de los gobiernos del continente que más actividades represivas realizaban y, promover una serie de reformas que pretendían quitar la razón de ser de la insurgencia comunista. «Realizaba parte de su programa contra lo que el Departamento de Estado percibía como el dominio de una cerrada oligarquía insensible a los justos reclamos populares».488

El Departamento de Estado elaboró un informe en el que señalaba a Guatemala como uno de los países del continente americano en donde más se violaban los derechos humanos. Esto generó una fuerte presión sobre el gobierno guatemalteco. El general Laugerud García no estuvo dispuesto a aceptar los condicionamientos, por lo que renunció a la ayuda militar estadounidense y denunció la Doctrina Carter como una intervención. 489

Durante los primeros años del gobierno de Laugerud se había favorecido la apertura hacia la organización social y reducido los ataques contra los universitarios, pero la situación comenzó a cambiar en la última parte del período.

El 8 de junio de 1977 fue asesinado el licenciado Mario López Larrave cuando salía de su oficina y se dirigía a sus labores docentes en la Facultad de derecho. López Larrave había sido Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

El CSU se pronunciaría indicando que el asesinato Mario López Larrave y el de otros ciudadanos y profesionales, habían sido grotescas maniobras,

Escenarios inciertos 340

490. CSU 18/1977 de 8 de junio.

491. Ídem.

ya conocidas en los círculos políticos, que trataban de distraer la opinión pública de los problemas de fondo que afligían al pueblo, y además constituían expresiones sangrientas destinadas a aterrorizar a las fuerzas democráticas, que trataban de luchar por la libre expresión de sus ideas. 490

El CSU con un categórico planteamiento manifestó la posición que la Universidad mantendría durante los años siguientes. Hizo un llamado a los universitarios (profesores, estudiantes y profesionales), a todos los organismos y entidades representativas de tales sectores, a los trabajadores universitarios, a los obreros y campesinos del país, y en general a la ciudadanía, para que cerraran filas en defensa de sus derechos, y no se dejaran amedrentar por ese nuevo hecho sangriento que enlutaba a la institución y al pueblo guatemalteco. 491

Pero ese comunicado no evitaría nuevos hechos de sangre. Ese año serían asesinados los estudiantes Aníbal Caballeros y Robin García. El cuerpo de García sería descubierto el 4 de agosto de 1977, con heridas de bala y evidencias de haber sido salvajemente torturado. El nombre de este último sería utilizado para designar a una nueva agrupación universitaria, el Frente Estudiantil Robin García (FERG) que se relacionaría con el movimiento guerrillero. El FERG se vincularía con un radical colectivo estudiantil de Arquitectura, el grupo Tábano.

A veces pienso que nuestro ánimo disminu yó y la problemática del país consumió lo poco que aún nos quedaba. Luis Estrada

El 31 de marzo de 1978 asumiría como nuevo Rector, el Lic. Saúl Osorio, que continuaría con el acompañamiento de los movimientos sociales y debería afrontar las crecientes presiones del gobierno militar. En tanto que el 1 de julio asumiría como presidente de la República el general Romeo Lucas García, dando inicio a una gestión que sería cuestionada por las políticas de represión y violencia dirigidas a diversos sectores de la población.

Escenarios inciertos 341

Las nuevas vinculaciones de Tábano

492. Vázquez, Militantes clandestinos, 9.

493. Ibid, 10.

Ese mismo año un grupo enfrentado internamente con el Comité central del Partido Comunista creía que se estaban dando las condiciones históricas para cambiar el enfoque político del partido hacia acciones encaminadas con la lucha armada. Los principales criterios que defendían esa tesis incluían el proceso democrático seguido por Chile, que había sido violentamente interrumpido por Pinochet, lo que había puesto en evidencia lo inoperante de la estrategia política de la vía democrática; el surgimiento y fortalecimiento de diversos grupos guerrilleros en Latinoamérica y África; la derrota de Estados Unidos en Vietnam y la nueva orientación de la política de Carter que vaticinaban un panorama favorable para llegar al poder por la vía revolucionaria.

Ante este contexto, los jóvenes comunistas consideraban «el liderazgo del Comité central del Partido Comunista de Guatemala como una banda de burócratas estalinistas, a quienes no les importaba dejar el pueblo sin armas para hacer la revolución, o mínimamente para defenderse y responder a la acción represiva estatal. En sentido contrario, para los comunistas los guerrilleros eran bandas de terroristas, aventureros, divertidos, mesiánicos, cookies, con ninguna idea de la estrategia de guerra, cuyo accionar iba a llevar al país un baño de sangre».492

A partir de octubre de 1978, este grupo se lanzó a construir una organización que adoptó el nombre de su antigua casa: Partido Guatemalteco del Trabajo PGT, agregándole las siglas del Partido Comunista PC, PGT-PC. En su definición, disputarían al partido comunista el nombre, pero lo reencauzarían hacia lo que consideraban su verdadera transformación como una organización armada, política y militar. También iba a ser conocido como la Comisión Militar del Partido Comunista, el PGT-COMIL.493

Durante la segunda parte de la década de los 70, el grupo Tábano de Arquitectura, se había convertido en un colectivo con fuerte presencia en la Universidad. La activa participación del grupo llamaría la atención de diversas organizaciones universitarias y extrauniversitarias. En el ámbito político interno había establecido comunicación con FRENTE que, si bien estaba realizando un trabajo de organización social y estudiantil, no participaba de la lucha armada y tenía vínculos con el ala conservadora del PGT.

Escenarios inciertos 342

494. Vázquez, 150.

495. Ídem.

496. Ibid, 157.

Posteriormente iniciaría un vínculo con el FERG, identificado como el ala estudiantil del EGP y relacionado con una práctica política más radical. Estas dos posiciones, la visión política y la visión armada, estaban generando diferencias importantes entre las organizaciones universitarias.

Tábano se había vinculado con FRENTE, pero ante los movimientos y esperanzas que se estaban poniendo en la lucha armada, un importante sector de la agrupación de Arquitectura se identificaría con la ideología del FERG con el que establecieron una coalición. Esto llevaría a que parte de los integrantes de Tábano rompieran con FRENTE, lo que dividió al grupo.

El grupo estudiantil había tenido una etapa de transición anterior a la ruptura de la Comisión militar del PGT con el comité central. Durante los siguientes años la radicalización sería estrepitosa, según lo advierte el estudiante de Arquitectura, Marcel Arévalo: «Tábano, se involucró de lleno en la parte política con el FERG y en la parte clandestina con la COMIL. […] Ellos, me parece, que tuvieron, digamos, un proceso de “clandestinización” mucho más radical y más rápido. Pero a la vez que pasaron a un trabajo clandestino, pasaron a un trabajo militar más intenso».494

Varios de los participantes iniciales en Tábano, se retirarían de la organización por no coincidir con las nuevas orientaciones del grupo. Otros, por el contrario, se mantendrían y aportarían activamente a la nueva estrategia. «Los estudiantes y profesores de Arquitectura, miembros de la asociación, participaron de manera activa en los procesos políticos de la USAC, y muchos de ellos militaron clandestinamente en alguna organización revolucionaria, principalmente en el PGT y en el EGP».495

«El acercamiento con la Comil, y el radicalismo con que se condujeron muchos miembros de Tábano fueron esenciales para mantener el trabajo cuando se fundó el PGT- PC, pues la labor que desarrolló la Universidad la extendió al aparato de propaganda del partido, al cual varios miembros de la organización estudiantil se incorporaron y desempeñaron tareas adscritas a esa comisión, incluida la creación del periódico Claridad». 496

Escenarios inciertos 343

497. CSU 13/1977 de 28 de septiembre.

498. CSU 2/1978 de 18 de enero.

499. CSU 11/1978 de 16 de marzo.

500. Cazali, 410.

Asumen nuevas autoridades

El 28 de septiembre de 1977 el CSU acordó hacer la convocatoria para las elecciones de Rector para el período 1978-1982 las cuales se realizarían el 23 de enero del siguiente año.497

Participaron en el proceso cuatro candidatos, uno de ellos era el Decano de Arquitectura. El proceso de elecciones a Rector estuvo lleno de conflictos en los que surgirían recriminaciones y acusaciones. Debido a eso el Rector, Dr. Valdeavellano, indicó que «no acepta que para llegar a ese fin se atropelle la dignidad de nadie ni se ejerzan actos coactivos», aclaró que no se quedaría un minuto más del período para el que fue electo. 498 Y así lo hizo a pesar del retraso que se daría en el proceso.

Los resultados fueron claros, de 154 votos emitidos, 80 fueron para Saúl Osorio y 59 para Bernardo Lemus. Los otros dos contendientes obtendrían un voto cada uno y el resto se distribuyó entre votos nulos, votos en blanco y abstenciones.499 El principal candidato opositor, Bernardo Lemus, sería asesinado el 29 de enero de 1981.

El 31 de marzo de 1978 asumiría el Licenciado Saúl Osorio Paz. Había sido Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de 1974 a 1978 y pertenecía a las generaciones universitarias formadas durante la década de la Revolución de Octubre en las que participó como dirigente estudiantil. 500 A Osorio Paz se le relacionaba directamente con el Partido Guatemalteco del Trabajo PGT, lo que fue considerado por las organizaciones sociales como un factor favorable para la lucha que se estaba impulsando, en tanto que, para el gobierno militar constituiría un claro frente de oposición.

Escenarios inciertos 344

501. CSU 43-78/ de 21 de octubre.

La represión se intensifica

En cumplimiento con sus fines la Universidad publicó varios estudios sobre temas de interés social, entre ellos el alza al precio del pasaje y la creación de una Secretaría de minería de hidrocarburos y energía nuclear cuyos sustentos, consideraba, podrían afectar los intereses nacionales.

Pero la participación de la Universidad no quedaría sólo en estudios. Tuvo una importante intervención en las luchas populares, destacando la relativa a impedir el aumento del precio del pasaje en el transporte urbano en la capital que concluyó con la revocación de la decisión del Concejo Municipal y que fue asumido como un triunfo político del movimiento popular.

Las luchas y el apoyo a las acciones sociales tuvieron como respuesta el incremento de la persecución y asesinato de universitarios y líderes sociales. En los círculos académicos se sabía que esta serie de atentados respondía a la posición ante los temas sociales. Tal fue la preocupación que el 18 de octubre el CSU constituyó una comisión específica para la seguridad de los universitarios compuesta por el Rector, el Secretario general y los Decanos, que se encargaría de trazar las políticas de comportamiento y medidas de seguridad que permitieran el libre desenvolvimiento de las actividades docentes. Pero tan sólo dos días después de esa resolución, los universitarios serían atacados directamente en medio de una creciente impunidad.

El 20 de octubre sería asesinado, en pleno día y ante cientos de personas, el Secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios, Oliverio Castañeda de León. El Consejo Superior Universitario decretó cinco días de duelo, exigió que las autoridades procedieran de inmediato a poner a disposición de los tribunales a los responsables de ese vil hecho criminal y protestó enérgicamente contra las fuerzas del gobierno que «muestran indiferencia ante los hechos de represión criminal que vive el país». El Consejo también consideró diversas amenazas contra sus miembros, provenientes de organizaciones clandestinas. 501

Dos semanas después sería desaparecido el sucesor de Oliverio Castañeda, Antonio Ciani García. También serían amenazados, perseguidos y asesinados miembros de distintas asociaciones estudiantiles, así como otros universitarios entre autoridades, profesores y estudiantes que, en poco tiempo y debido a amenazas y asesinatos, tendrían que abandonar el país o desconectarse de la actividad universitaria.

Escenarios inciertos 345

502. CSU 43-78/ de 14 de noviembre. Aclaraciones del Rector.

503. CSU 4-78/ de 15 de febrero. Manifiesto.

En sesión del CSU del 14 de noviembre de 1978, el Rector informó sobre las aclaraciones hechas al presidente de la República, que había declarado que la Universidad de San Carlos era un foco de subversión y que pretendía derrocar al gobierno:

…la Universidad de San Carlos ante las declaraciones del general Fernando Romeo Lucas presidente de la República hace las siguientes aclaraciones: 1. Cómo norma de comportamiento, la Universidad de San Carlos es partidaria del diálogo y de la paz nacional, al tenor de sus normas éticas, científicas y culturales; 2. Desde el inicio de la actual administración universitario se ha impulsado el diálogo con el señor presidente de la República como medio de intercomunicar los puntos de vista del Estado y su principal institución cultural, como es la misma Universidad […] 3. En la historia de Guatemala jamás puede hablarse de la Universidad como foco de subversión y mucho menos de asumir una actitud “berrinchuda”. Los hechos violentos ocurridos en el país han sido promovidos por sectores ajenos a la Universidad; 4. La Universidad de San Carlos es una institución pluralista en la que se dan las distintas formas de pensamiento, ya que no constituye un cenáculo cerrado a las opiniones de quienes la dirigen, por el contrario, su más alto orgullo en materia científica, filosófica y cultural es contemplar en su comunidad una múltiple riqueza de opiniones de las que pueden atestiguar sus graduados o estudiantes que trabajan dentro o fuera del gobierno de la República.

5. Las gestiones de carácter financiero que ante el Organismo Legislativo, en su carácter de uno de los organismos del Estado, ha formulado la Universidad de San Carlos, tiene como sentido positivo y esencial atender la formación de recursos humanos que el país necesite. Cualquier negativa en este sentido sólo sería en perjuicio de la formación de esos recursos y consecuentemente contra el desarrollo nacional; la colaboración de la USAC, en ese desarrollo, puede constatarse con los servicios que viene prestando a través de sus egresados y estudiantes. 502

En los primeros meses de 1979 serían asesinados dos líderes social demócratas. En enero el Dr. Alberto Fuentes Mohr y en marzo, el Lic. Manuel Colom Argueta. En febrero también sería asesinado del Lic. Manuel Lisandro Andrade Roca que había aparecido en la lista de los universitarios amenazados de muerte. El CSU manifestó su preocupación por que las amenazas dirigidas a los universitarios se cumplían en la forma más vil, cobarde, alevosa y con garantizada impunidad. Se tenía clara la conjura que existía en contra de la Universidad. 503

Escenarios inciertos 346

Un oscuro panorama

El nuevo gobierno guatemalteco había asumido el poder en un escenario afectado por diversos hechos en el contexto internacional, como la reciente derrota en Vietnam y la llegada del presidente Jimmy Carter. A eso se sumaría el triunfo de la revolución Sandinista en Nicaragua, el golpe de Estado en El Salvador por una Junta Militar que hacía proclamas de izquierda, en tanto que se fortalecía la lucha guerrillera en el hermano país.

A nivel interno había que agregar que, durante el gobierno de Laugerud García, se había favorecido la apertura hacia la organización social que mostraba un franco desarrollo y que la gestión se había centrado hacia la atención de la crisis del terremoto de 1976 que favoreció la disminución de la lucha contra la guerrilla. Además, la cancelación de la ayuda militar de EE. UU. habían dejado una sensación de fragilidad en el ejército.

El surgimiento del ala militar, proveniente de un grupo disidente del PGT y de sus vinculaciones con organizaciones guerrilleras estimuló la participación de grupos estudiantiles que proclamaban una pronta victoria del movimiento revolucionario en Guatemala. Los movimientos guerrilleros de la región confiaban en que la teoría del dominó se aplicaría y que podrían llegar al poder por medio de las armas. Pero la respuesta del régimen militar fue endurecer más las reacciones y generar estrategias de represión y terror para evitar lo que consideraba como el avance del marxismo en el país.

A partir del asesinato del Secretario general de la AEU en octubre de 1978, se rompieron los patrones que hasta ese momento se había dado en este tipo de atentados. Se incrementaría la persecución y el asesinato de líderes estudiantiles, profesionales e intelectuales que apoyaban a los distintos movimientos y sectores sociales. Se divulgarían las listas negras de las siguientes víctimas con claras amenazas de muerte, que tristemente se constataría, no eran simples amenazas.

Ante la escalada de persecución y muerte, el movimiento social, la representatividad estudiantil y la respuesta institucional universitaria se iría reduciendo. Se podía observar el efecto creciente de la intimidación, las organizaciones populares fueron desmanteladas, la AEU actuaba en la clandestinidad, las asociaciones estudiantiles estaban sin sus lideres, las autoridades y profesores se ausentaban, pedían permiso o salían al exilio, muchos estudiantes se ausentaban o se retiraban. Se estaban reduciendo las fortalezas académico-políticas provenientes de la Universidad.

Un nuevo Decano llegaría en un momento que se mostraba poco favorable para impulsar las políticas propias de la filosofía del movimiento de transformación, pero de igual manera iniciaría la gestión con el impulso de planes concretos.

Escenarios inciertos 347
El afán por la reestructura 350

EL AFÁN POR LA REESTRUCTURA

Desde los años 60 en diferentes universidades de América latina se había presentado periodos de crisis académico-políticas, enfrentamientos estudiantiles y docentes, denuncias y búsqueda de destitución de las autoridades y pugnas que reclamaban cambios sustantivos. En la Facultad de Arquitectura de la USAC se había ido gestando un movimiento estudiantil desde finales de los sesenta, que se fue fortaleciendo hasta destronar de la dirección a los creadores de la carrera.

El movimiento del CRA se convirtió en un ejemplo de organización estudiantil para plantear propuestas innovadoras que se vincularan con el desarrollo social y rompieran con los tradicionales paradigmas educativos. Pero el célebre movimiento había tenido una serie de altibajos que no le permitieron alcanzar los objetivos formulados. En algunos casos esto se debió a los bloqueos sistemáticos de estudiantes y docentes; en otros, los mismos generadores del proceso dejaron el escenario, redujeron el impulso inicial o cambiaron de intereses; pero, en especial fue la permanente tendencia a las confrontaciones, que se hicieron tan intensas las que impidieron avanzar.

Habían pasado seis años desde el comienzo de la implementación del CRA, varias evaluaciones se intentaron o se hicieron a medias. Se incrementaron las críticas, surgieron protestas estudiantiles y oposiciones de los docentes y muchas de las situaciones que habían generado el movimiento permanecían iguales. Aunque se tenía una distinta concepción de la arquitectura y su función en la sociedad, había suficientes indicadores de que el proceso tenía problemas que debían ser solucionados.

El rompimiento que se había dado a finales de 1976 hasta el momento no había sido debidamente atendido, pero se esperaba que con el cambio de autoridades pudiera darse una nueva oportunidad al proceso transformador.

El afán por la reestructura 351

Figura 14.1 Arq. Gilberto Castañeda, Decano 1979-1980. Foto: archivos Farusac.

El afán por la reestructura 352

Asume el Decano para el período 1979-1983

504. CSU 10/1979 de 28 de marzo.

El Arq. Gilberto Castañeda asumiría como Decano de la Facultad de Arquitectura para el período 1979-1983. 504 Al igual que su antecesor, había llegado sin la participación de ningún otro contendiente. Ahora tendría la oportunidad de retomar los principios del CRA por los que había luchado desde su época estudiantil, pero su orientación hacia las causas sociales en un contexto de alta conflictividad y represión no vislumbraba buenos augurios para la ejecución de los proyectos que deseaba seguir impulsando.

A la llegada del Decano lo acompañaban en la Junta Directiva, los vocales 1 y 2, arquitectos Miguel Ángel Santa Cruz y Francisco Chavarría Smeaton y asumirían como vocales 4 y 5 los estudiantes Conrado Leal y Edgar Estrada. El Secretario de la nueva Junta Directiva sería el Lic. Fernando Noriega quien era profesor de Física en la Facultad.

En otros niveles fungían como representante estudiantil ante el Consejo de Facultad Miguel Ángel Zea y como representantes estudiantiles ante el Comité evaluador de la Facultad de Arquitectura Héctor Hernández y Álvaro Hernández.

El nuevo Decano había sido uno de los estudiantes que impulsó el proceso de reestructuración y luego, ya graduado, ocupó diversos cargos en la primera etapa de su implementación. Estas responsabilidades le fueron proporcionando distintas experiencias, conocimientos y mayor amplitud para el análisis de los fenómenos políticos y académicos de la Facultad de Arquitectura, lo que brindaba una nueva oportunidad para poder impulsar la reestructura según los principios del CRA.

Al igual que con el anterior Decano, se habían creado muchas expectativas. El período recién iniciado parecía un nuevo momento para reencauzar un proceso que demandaba una evaluación objetiva y transparente. El Decano mostraba que estaba consciente de ello y tenía el interés de retomar la senda.

El afán por la reestructura 353

505. Castañeda, 47.

Lo primero que hizo fue someter a la discusión de toda la Facultad, una propuesta de plan general de trabajo que, luego, al tomar posesión y conocer las observaciones y diferencias aparecidas a lo largo de la discusión se traduciría en la estrategia para orientar el plan de trabajo. En la introducción del documento se señala: «debemos tener claridad que el compromiso asumido requiere de un trabajo importante, colectivo y solidario, entre todos los integrantes de la Facultad y estar compenetrados de su papel y futuro, de manera tal que este trabajo nos lleve a precisar y fijar en la práctica una posición clara ante país, la que -tal como el Congreso de Reestructuración de Arquitectura (CRA) lo planteará- se inscribe en una visión crítica de la realidad». 505

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506. FARUSAC 604 /1979 de 17 de abril. Anexo Estrategia para orientar el Plan de trabajo 1979-1983.

La evaluación del CRA

El CRA había iniciado el llamado proceso de transformación que buscaba abandonar la visión elitista de la arquitectura y realizar la práctica profesional consecuente con los intereses populares en respuesta a las necesidades y demandas de esos sectores mayoritarios. Se había logrado alcanzar una reorientación teórica conforme a la filosofía de la USAC, pero todavía no se habían logrado los propósitos inicialmente planteados.

Seis años después se hacía preciso revisar los lineamientos para la formación profesional del arquitecto, así como de los mecanismos y contenidos para llevar a cabo dicha formación. Esos temas constituían, en ese momento, una seria preocupación en el seno de la Facultad de Arquitectura. Para dar respuesta a las diversas inquietudes, se impulsó una primera evaluación que formaría parte del Plan de trabajo que se pretendía promover. 506

Desde que se inició el plan de estudios en 1973, se habían hecho una serie de evaluaciones y propuestas, pero no se había logrado una interpretación integral. Uno de los esfuerzos más significativos, fue el primer Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura en 1975. En este primer Coneval surgieron algunas propuestas, revisiones parciales de la estructura académica, del funcionamiento y de los distintos mecanismos para orientar las acciones formuladas durante el congreso de restructuración, así como, de la orientación y resultados a nivel académico. No obstante, el evento de evaluación se convirtió en la palestra para el enfrentamiento entre diferentes sectores, de tal manera que no se llegó a profundizar en las causas esenciales de la problemática, aunque se observaron algunos de los efectos materializados en acusaciones y contracusaciones. El segundo Coneval que debía realizarse en 1977, se fue retardando por distintos motivos y, a esas alturas no había podido concretarse.

En 1979 se pretendía superar las diferencias y deficiencias que tenía el proceso evolutivo del plan de transformación y para ello se necesitaba tomar algunos criterios del planteamiento inicial, entre ellos el proceso de evaluación permanente.

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507. FARUSAC 623 5.4/1979 de 24 de julio. Anexo, 3.

En ese momento se tenía la percepción de que los postulados del CRA, visibilizados durante terremoto de febrero de 1976, continuaban vigentes. La reacción ante la catástrofe había demostrado la potencialidad del modelo para responder a los requerimientos sociales. Sin embargo, en los últimos años no se había tenido la misma proyección ni capacidad organizativa que se dio durante el terremoto, mas bien, había sido un período de estancamiento, tanto a nivel de proyección externa como de desarrollo interno, que fue marcado por enfrentamientos e intereses políticos que robaron la atención de lo esencial para el desarrollo integral de la Facultad.

La evaluación realizada al inicio de la gestión recabó algunos de los informes ya elaborados y actualizó diversos elementos de la problemática. En general se refería al modelo de gestión, al desarrollo docente, a la problemática estudiantil, a la estructura curricular y a la respuesta ante la realidad social vigente. 507

Lo primero que se mencionaba era la incompatibilidad que existía entre el modelo creado por el proceso de reestructura y el modelo aprobado, así como sus propósitos y contenidos. Se señalaban errores de inicio y errores de proceso, desde la frustrada estructura del autogobierno, hasta el desempeño de los organismos paritarios, sus distintos momentos y evoluciones. La relación entre profesor-estudiante que se propugnaba dentro de un marco de libertad, responsabilidad y compromiso mutuo, había sido sustituida por una oposición entre profesor y estudiante. Esto había contribuido a la ineficacia de la paridad en un sentido amplio, y bloqueado la potencialidad del trabajo conjunto. Fue por eso por lo que los organismos de gestión paritario, en especial el Consejo de Facultad, afectados también por la falta de una clara dirección, habían carecido del empuje y de la visión que se esperaba.

Se apuntaba que, a lo largo de esos años del proceso de transformación, no se habían generado los mecanismos y condiciones apropiadas para la formación y promoción del personal docente dentro de la concepción del proyecto de restructura. En tanto que el estudiante, considerado como el elemento humano que daba sentido a la Facultad, era mayoritariamente trabajador y el tiempo que dedicaba al estudio era limitado, al igual que el rendimiento que alcanzaba.

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508. FARUSAC 623 5.4/1979.

509. Ídem

Se resaltaba que, en ese momento, la realidad del país difería notablemente de cuando se inició el proceso de reestructura. Por lo que, en un marco de desarrollo capitalista con nuevas facetas y requerimientos, la Universidad y la Facultad no podían permanecer impasibles y debían evaluarse y dimensionarse estos temas.

El documento exponía los síntomas de lo que se llamaba la crisis por incompatibilidad, entre ellos la apatía estudiantil y docente ante la incomprensión y desconocimiento del proyecto de restructura; la sensación de pérdida del oficio, el conflicto entre lo social y lo técnico; la falta de una evaluación del producto del proceso formativo, es decir del profesional egresado y, el funcionamiento de un plan que había obedecido a la incapacidad de su conducción, a la anarquía e irracionalidad verificables en el contenido, régimen trimestral, traslapes curriculares y horarios, repeticiones temáticas, sobrecarga académica, entre otros. 508

En cuanto al pensum, no se había logrado expresar la coherencia necesaria, ni el nivel de contenido que le demandaban los objetivos de la Facultad. No se había logrado, en los niveles requeridos por el proyecto de restructura, la síntesis entre lo técnico y lo social y, entre la teoría y la práctica. Los propósitos no siempre se habían traducido en una secuencia lógica. Algunas asignaturas parecían no corresponder al ciclo en que se encontraban ubicadas y no respondían a las demandas que los niveles de integración solicitaban. Además, el Pensum creaba una recarga académica y no ofrecía las condiciones para el adecuado desarrollo de algunas asignaturas, ni para las líneas de especialización que se ofrecían.

Año con año, de manera creciente, se hacían propuestas en relación con las necesidades de modificación del pensum, que incluían los contenidos de los cursos, los créditos, los trimestres, modificaciones al taller síntesis, el EPS y otros temas relacionados. Se admitía que de 1973 a 1979 dichos intentos «habían proliferado aun cuando también, fracasado, por lo que se debía comprender que algo subyacía en la concepción del proyecto original que meditaba un replanteo, pero también se percibía que los mecanismos que podrían dar validez a tales iniciativas no existían, no se daban o habían sido bloqueados». 509

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510. FARUSAC 623 5.4/1979 511. Ídem.

Por otro lado, no se revelaba, de manera consciente y amplia, mayor impulso a los programas de investigación y extensión. Parecía que la Facultad se encontraba ajena al acontecer diario del país y al movimiento de la sociedad, salvo en algunos cursos y programas, como el EPS.

También se hacía énfasis en la generalizada ineficiencia de la administración, las limitaciones para la acción y los recortes presupuestarios.

En conclusión, el informe señalaba que aparte del lastre que todo lo anterior representaba, se estaba ante una escuela sin escuela, que carecía de una corriente de pensamiento que orientara, diera coherencia y que tradujera el ideario de la Reestructura, a la práctica académica y administrativa, en el quehacer de la Facultad como institución responsable de la formación de arquitectos orientados hacia un compromiso con el desarrollo que requiere el país. El futuro de la Facultad dependería de una concepción clara y correcta de la arquitectura y de su práctica profesional que diera coherencia a sus acciones. 510

Sin embargo, no se trataba sólo de definir las particularidades que el proceso había tenido, esta evaluación era el punto de partida para la consecución del compromiso con los intereses populares y la comprensión de la realidad que se vivía para realizar un trabajo, “por lo menos consciente y por tanto responsable”.

La filosofía institucional debía jugar un papel preponderante y sostenerse en el criterio de que la Universidad tiene la responsabilidad primaria de formar cuadros profesionales útiles al desarrollo del país dentro de la realidad que este ofrecía.

El planteamiento pretendía retomar la visión ideológico-política en la que se sostenía que el desarrollo del país debía significar, además del crecimiento económico que evidentemente existía en Guatemala, una correcta y adecuada distribución de la riqueza que garantizara el bienestar y el mejoramiento constante y permanente de las condiciones de vida de la población.

Ante esta realidad se debía reconocer que, a la Universidad y la Facultad en particular, no le queda otro recurso, al menos a nivel institucional, que denunciar la injusticia, oponerse a ella y propugnar por su desaparición. Ese nivel de compromiso debía ser el principal acicate para alcanzar una mayor capacidad profesional, entendida dentro de esta comprensión de la realidad. 511

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512. Estrategia para orientar el Plan de Trabajo 1979-1983. Facultad de Arquitectura, USAC. El Plan fue incluido en el punto 5.4 del Acta 623.

El Plan de Trabajo 1979-1983

El 1 de agosto de 1979, el Decano, por medio de un comunicado compartió un documento en el que se recogía la estrategia que habría de orientar el trabajo de la Facultad durante el período 1979-1983. 512

Planteaba que era resultado de las discusiones en torno al Plan general de trabajo que, en su versión preliminar, había sido sometido a la consideración de todos los integrantes de la Facultad, con la participación, especialmente valiosa, de profesores y estudiantes y que había sido sancionado favorablemente por la Junta Directiva.

El ambicioso plan de trabajo definía los distintos criterios para el período de gestión y formulaba los elementos de partida enfocados en el compromiso, la participación y la solidaridad, pero, sobre todo, en los principios emanados del CRA. Se constituía en un instrumento que requería de un trabajo importante, colectivo y solidario, entre todos los que integraban la Facultad y estaban compenetrados de su papel y futuro con una posición clara ante el país y una visión crítica de la realidad.

La coyuntura mostraba algunas condiciones que favorecían la implementación de la nueva estrategia. Entre ellas una optimista percepción de que, por primera vez en el proceso de reestructuración, la correlación de fuerzas al interior de la Facultad permitía hablar de la confluencia de un sector amplio de estudiantes, profesionales y personal administrativo y de servicio, con posibilidades crecientes de incidir positivamente en los organismos de decisión.

Además, se había comprendido que en el transcurso se había generado una estructura formal relativamente precoz, que había obstaculizado las posibilidades de enriquecimiento y desarrollo. Las condiciones indicaban que era el momento, para reorientar el proceso y la organización institucional de la Facultad, sobre la base del análisis y replanteo de las funciones establecidas dentro de la estructura de gobierno definidas por el CRA.

La actualización y desarrollo de la restructuración eran determinantes al igual que el fortalecimiento del gobierno paritario.

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513. Facultad de Arquitectura, USAC. Estrategia para orientar el Plan de Trabajo 1979-1983, agosto de 1979, 10.

Esto requería de un deslinde claro de las funciones de Junta Directiva, como organismo de representación y administración institucional y, del Consejo de Facultad, como responsable del fortalecimiento y desarrollo del plan de reestructuración. Esta demarcación se había tratado de promover, sin éxito, desde que fuera autorizada la figura paralela para la dirección académica.

A estas alturas se razonaba que el poder formal y el poder real en la Facultad, por la naturaleza de sus organismos, la dinámica del proceso, así como por su estructura organizativa, no podía ni debía ejercerse sino sobre la base de una dirección orgánica y centralizada (no sobre personas), bajo el concepto de participación y responsabilidad generales compartidas. Esta centralización debía ser resultado de criterios y directrices ampliamente debatidas y mayoritariamente apoyadas, es decir, mediante una participación con responsabilidades aceptadas.

El principal objetivo del Plan general era el desarrollo del proceso de reestructuración iniciado en 1972. Se pretendía alcanzarlo sobre la base de una acción consciente, sistemática y sostenida que considerara, simultáneamente, el avance logrado con el CRA, que ofreciera condiciones favorables para orientar a la Facultad dentro de un compromiso con los intereses populares, considerando que la situación del país ya no era la misma que en 1972.

Para alcanzar el objetivo central era preciso orientar la gestión administrativa de la Facultad en el periodo 1979-1983; hacer explícitas las principales acciones a realizar en dicho periodo, procurando la mayor racionalidad, tanto en su conjunto como en las secuencias en que debían darse y, facilitar el establecimiento de un compromiso conjunto entre quienes participaran de la actividad de la Facultad para el cumplimiento de tales acciones, desde su concepción e implementación, hasta su desarrollo y evaluación.

Se había diseñado una estrategia que demandaba la definición de una política de dirección, de una política educativa, la actualización del Plan de Estudios y la revisión del Plan General de Trabajo. 513

El afán por la reestructura 360

La política de dirección debía ser concebida como una orientación sostenida y a largo plazo, que definiera a la vez, los mecanismos para su evaluación constante. Su finalidad era el mantenimiento de una orientación ideológica y de un cumplimiento orgánico y funcional de la Facultad para garantizar el adecuado apoyo a su política educativa. Demandaba interpretar el papel de los órganos de dirección, coordinación y administración y del análisis de los niveles jerárquicos, atribuciones y funciones de dichos organismos.

La política educativa al igual que la política dirección sería sostenida y a largo plazo y, principalmente, su evaluación descansaría en la consulta y confrontación permanente con la realidad, para una realimentación constante. La reorientación educativa se haría con el concurso de estudiantes y profesores, así como, de los profesionales de la arquitectura. Por tanto, era importante el establecimiento y desarrollo de los vínculos entre la Facultad y sus egresados.

Para el desarrollo de la política educativa era necesario establecer la relación con el plan de estudios y la necesidad de su actualización, se requería del estudio de las tendencias de desarrollo del capitalismo en Guatemala, del desarrollo de la rama de la construcción y de las distintas formas de ocupación del territorio; así como del estudio de la práctica profesional de la arquitectura en Guatemala y la determinación del perfil profesional del arquitecto, de la naturaleza de su práctica y sus contradicciones.

Se consideraba necesario también, la caracterización del claustro de la Facultad y sus criterios en relación con el proceso formativo y la situación del país y, la caracterización de los estudiantes de la Facultad y de sus expectativas en relación con el proceso formativo y su futuro desempeño profesional.

Además, se consideraba determinante la interpretación del proyecto de reestructura y su desarrollo conceptual actualizado sobre la arquitectura; la definición de objetivos de comportamiento profesional en función de los distintos desempeños posibles para el arquitecto, según las características del momento y previsibles para el futuro inmediato.

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514. Facultad de Arquitectura, USAC.

Estrategia para orientar el Plan de Trabajo 1979-1983, agosto de 1979, 8, 9 y 10.

La actualización del plan de estudios comprendería, principalmente, el análisis de los objetivos generales y específicos de la Facultad; de su organización y funcionamiento; la definición de las áreas de conocimiento y de los niveles de integración, su expresión en las formas de enseñanza aprendizaje; así como la posibilidad y conveniencia de establecer carreras técnicas intermedias y estudios de posgrado. Se le daba particular importancia, al apoyo a la investigación y la extensión, entendidas como actividades particulares y específicas de la Facultad y complementarias entre sí, y a la generación de conocimientos. Con base en estos análisis, se haría una descripción general del currículo y se establecerían los recursos necesarios y el grado de compresión y cumplimiento que debía tener y darse a los objetivos de la Facultad.

La revisión del plan general de trabajo 1979-1983 se haría con base en el establecimiento de la compatibilidad de los aspectos anteriores y las necesidades y requerimientos planteados para la implementación de los programas. La revisión del Plan se haría definiendo los programas permanentes y los proyectos por realizar.

Para implementar el Plan se plantearon tres fases. La primera fase, de transición, constituía la base del trabajo a desarrollar en la Facultad y que sería definido con precisión en la segunda fase, esta debería estar alcanzada en 1979. En esta se debería abarcar los diversos estudios y diagnósticos. La segunda fase, de definición, fijaba la posición de la Facultad en relación con la formación del arquitecto y la realidad del país, entendida como una realidad dinámica y por tanto para reflexión permanente, y debía estar definida en 1980. Para esto se recurriría, a la definición de la política de dirección de la Facultad; la política educativa; el plan de estudios, y la revisión del plan de trabajo para introducir los requerimientos de implementación que las acciones anteriores determinaran. La tercera fase, de desarrollo, constituía la puesta en marcha de la totalidad de directrices definidas en las fases anteriores. Se realizaría de 1980 en adelante.514

La planificación realizada, la experiencia acumulada en el ámbito académico político y administrativo a lo largo de la última década y la coyuntura a lo interno de la Escuela, anunciaban resultados categóricos para el proceso de desarrollo de la Facultad de Arquitectura. Sin embargo, condiciones externas a la Facultad afectarían directamente en la actividad políticoacadémica de la Universidad, y dificultarían el desarrollo del Plan trazado y alcanzar los resultados esperados.

El afán por la reestructura 362

515. FARUSAC 604 /1979 de 17 de abril.

516. FARUSAC 1-80 5.3/1980 de 17 de enero.

517. FARUSAC 10-80 5.1/1980 de 17 de marzo

518. Castañeda, 48.

La reforma curricular de 1980

Con un norte definido se abrirían procesos de comunicación con los distintos sectores de la Facultad. La primera reunión sería con la Junta Directiva de la AEDA el 17 de abril de 1979, fecha en que los estudiantes solicitaron se les concediera un tiempo semanal para reunirse con los estudiantes dentro del horario de actividades y así estimular la permanencia de los estudiantes, se les brindara colaboración para retomar el segundo Coneval y realizar el tercer Congreso de Estudiantes de Arquitectura de Centroamérica. 515

En enero de 1980 la Coordinación Académica planteó algunas modificaciones al pensum de estudios que llamó Reforma Curricular para 1980. La Junta Directiva considerando las diversas deficiencias confrontadas en el Pensum de estudio y buscando realizar las correcciones mínimas necesarias que, dada su naturaleza, resultaban urgentes, acordó realizar una serie de cambios curriculares que tendrían vigencia a partir de esa fecha. 516

En esencia la llamada Reforma Curricular consistió en trasladar cursos a otra ubicación dentro de la red, convertir algunos de trimestrales a semestrales, integrar varias materias, cambiar nombres y establecer nuevos prerrequisitos. Salvo el curso de Métodos de Investigación, los contenidos o enfoques continuaron siendo los mismos. A mediados de marzo se aprobó el anteproyecto de Normas y procedimientos para las propuestas de puntos de tesis. 517

El 2 de mayo de 1979 se integró una Comisión de Trabajo que haría la revisión de los materiales producidos por la Facultad en torno al proceso de restructuración, sistematizándolos y analizándolos en un primer nivel. Sobre esa base se buscaba sentar condiciones para futuras discusiones sobre la política educativa y de dirección de la Facultad. «El trabajo estaba prácticamente finalizado a mediados de 1980, pero dada la escalada represiva que el gobierno del general Lucas lanzó contra la Universidad, en el marco de una ofensiva general contra el pueblo organizado, el documento final ya no se elaboró». 518

El afán por la reestructura 363

519. FARUSAC 13-80 7.11980 de 22 de abril.

520. FARUSAC 10-80 4.8/1980 de 17 de marzo.

521. FARUSAC 14-80 5.2/1980 de 28 de abril.

522. Acuerdo de Creación del Centro de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura (CIFA) Disponible en el Anexo del Acta de Junta Directiva 14-80 del 28 de abril.

523. FARUSAC 12-80 4.1/1980 de 19 de abril.

En abril la Junta Directiva aprobó el Programa de Práctica Profesional en el área Metropolitana de Guatemala PPM, que fue presentado a Junta Directiva por el arquitecto Eduardo Aguirre Cantero, a quien nombró coordinador solicitándole preparar el reglamento correspondiente para su conocimiento y posterior envío al CSU. 519 Previamente, en forma experimental se había aprobado que el estudiante Obdulio Villeda realizara el primer PPM. 520

También se analizaría el proyecto de creación del Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura (CIFA), presentado por el Arq. Roberto Morales Juárez, coordinador del Programa de Investigación Territorial, que sería aprobado por Junta Directiva. 521 El CIFA se constituiría en la unidad académica de la Facultad a la que correspondería la realización y coordinación de la investigación que en los campos de la arquitectura se realizaran. Se enfocaría, principalmente, en temas sobre la ocupación territorial, la transformación del ambiente, la producción de objetos arquitectónicos, las teorías del diseño y, las tecnologías y materiales de construcción. Estos temas debían estar enmarcados en el contexto de la realidad nacional con una perspectiva histórica y con una visión crítica. Para la implementación de la investigación se plantearon cinco programas permanentes de investigación: sobre el territorio; la problemática metropolitana; materiales y técnicas de construcción, la problemática de la vivienda y de los asentamientos humanos y sobre la teoría e historia de la arquitectura y el diseño. Cada programa se organizaría con un enfoque interdisciplinario y estaría a cargo de un coordinador y del personal profesional especializado y auxiliar necesarios. 522

En medio de este marco de propuestas para el desarrollo académico, la Junta Directiva dejaría constancia de la inusitada escalada de represión desatada contra la Universidad, especialmente a partir de febrero. Se informó que el Consejo Superior Universitario había hecho varias publicaciones sin que aparentemente hubieran contribuido a disminuir dicha escalada. 523

En la Facultad, el jueves 10 de abril, se había celebrado una asamblea general para tratar la situación de la violencia. También se dejó constancia del secuestro y asesinato del arquitecto Horacio Flores García,

El afán por la reestructura 364

524. FARUSAC 12-80 4.1/1980 de 19 de abril.

525. FARUSAC 631/1979 de 25 de octubre.

526. Análisis crítico de la situación actual de la Facultad de Arquitectura y su perspectiva futura: el papel de la unidad de planificación en dicho proceso. Facultad de Arquitectura, USAC. Marzo de 1980. Disponible en el Anexo del Acta de Junta Directiva 11-80 del 25 de marzo.

coordinador del programa de EPS de esta Facultad. La Junta Directiva acordó «mantener e intensificar la actividad docente facultativa para evitar que el propósito de los enemigos de la Universidad de San Carlos pueda cumplirse». 524

La Unidad de Planificación de Arquitectura (UPA) había sido creada por acuerdo de Junta Directiva en octubre del año anterior. 525 Pero inició su funcionamiento en marzo de 1980, constituyéndose como un organismo asesor de la Facultad con carácter permanente, cuyos fines, objetivos y funciones apuntaban a brindar lineamientos y criterios para orientar la actividad global de la escuela y explicitar las decisiones y medidas a tomar. La UPA presentaría un documento que contenía una propuesta para el diagnóstico de la Facultad y su perspectiva futura. 526

El documento planteaba que luego de las primeras evaluaciones que habían sido realizadas, se reconocía que el sentir general en ese momento era que el modelo educativo trazado durante el CRA había presentado diversas dificultades y que, en algunos casos, las limitaciones estaban en relación con su aplicación práctica. Además, se observaba que las nuevas promociones de estudiantes y el mismo personal docente, mostraban un desconocimiento e incomprensión del proceso de restructuración. Esto no era posible resolverlo únicamente brindando información, porque el problema no era estrictamente técnico, también tenía componentes de orden teórico y político.

Con base en esos criterios la primera tarea que debía realizar la UPA, consistía en la elaboración de un diagnóstico preliminar de la Facultad. Esto se valoraba como condición básica, tanto para la definición de su papel en el proceso de transformación de la escuela, como para la realización del segundo Coneval en el cual se demandaría la participación de todos los niveles y sectores facultativos.

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527. FARUSAC 17-80 /1980 de 2 de junio.

Otro frustrado Coneval

Se planteó que era urgente y prioritario crear las condiciones necesarias para impulsar el Coneval y contar con información sobre la situación de la Facultad y su perspectiva futura. Para lograrlo se propusieron varios objetivos. Entre ellos, elaborar el diagnóstico preliminar de la Facultad de Arquitectura. Esto sería a partir de la elaboración de diagnósticos sectoriales y haciendo un análisis crítico de su tendencia histórica, su situación actual y sus implicaciones futuras. El otro objetivo perseguía formular, con base en ese diagnóstico preliminar, los criterios y lineamientos estratégicos para incidir en los aspectos negativos y reforzar los positivos. Dichos lineamientos constituirían las bases para la fundamentación del plan de desarrollo de la escuela que se presentaría para su análisis en el siguiente Coneval, que se consideraba realizar a mediados del año.

Había una clara intención de realizar el segundo Coneval por lo que se había realizado una convocatoria para iniciarlo el 14 de julio de 1980. 527 Pero ante diversos atrasos y falta de participación, la Junta Directiva recibiría un informe del comité organizador, en el cual se advertía que en ese momento se estaba terminando la labor docente del semestre y estaban próximas las vacaciones de medio año. A eso se sumaba el cansancio y el ambiente de violencia que se vivía en Guatemala y la incertidumbre sobre la validez del evento, lo que había limitado que la comisión se reuniera con la eficacia requerida.

El afán por la reestructura 366

528. Informe de la Comisión Organizadora del II CONEVAL. Anexo en Acta 20-80 del 10 de julio de 1980.

529. FARUSAC 20-80 5.3/1980 de 10 de julio.

La comisión reunida con cuatro de sus miembros tomó la determinación de plantear a la Junta Directiva la inconveniencia de efectuar el referido evento en las circunstancias vigentes. Entre las causas explicadas estaban la falta de interés y colaboración de los docentes para integrar las comisiones. Además, las características propias del evento generarían una amplia participación y concentración de personas, lo que podría favorecer una manipulación política externa al evento o la posibilidad de una confrontación interna entre sectores. Asimismo, se tenía la responsabilidad por la integridad física de los organizadores, ponentes y personal administrativo que participarían.

Se argumentaba que cualquier resolución a que llegara el congreso sería caduca a corto plazo, ya que la realidad que se estaba viviendo rebasaría cualquier esquema con una rapidez casi inmediata. 528

En atención a la situación explicada la Junta Directiva acordó realizar el segundo Coneval en una futura oportunidad, solicitando que se evaluara la situación nacional y facultativa permanentemente. Se pidió a la comisión organizadora presentar una propuesta para la realización del segundo Coneval a más tardar el 31 de julio. La Junta Directiva también manifestó la preocupación por la falta de colaboración e interés de las personas nombradas para integrar las diferentes comisiones y convocó a una reunión del claustro que debía celebrarse 15 de julio para informar sobre estas resoluciones. 529 Pero esta asamblea ya no sería posible debido a el terrible suceso que tendría lugar un día antes.

El afán por la reestructura 367

Un freno al acelerado arranque

Gilberto entró con mucha fuerza, con mucho entusiasmo, comenzamos a reorientar la facultad combinando el tema social con lo técnico. Creo que se hizo un buen trabajo. Eduardo Aguirre.

A finales de marzo de 1979 había tomado posesión como Decano, el arquitecto Gilberto Castañeda que en sus propuestas planteaba corregir las deficiencias padecidas durante el proceso de reestructura. Partiría de evaluaciones exploratorias hechas durante los años anteriores, que se fueron enriqueciendo durante los primeros meses de su gestión. Contaba con un plan de trabajo, estrategias para implementarlo, claridad sobre lo que se quería hacer para retomar los principios originales del CRA y adaptarlos al nuevo contexto. Además, se tenía la percepción de una mayor apertura de los distintos sectores y se anunciaba la voluntad política de la nueva administración.

Las evaluaciones realizadas habían permitido elaborar algunos perfiles sobre la situación identificada. Se mantenía el criterio de que los temas principales a atender eran el modelo de gestión, el desarrollo docente, la problemática estudiantil, la estructura curricular y la forma en que se estaba respondiendo a la realidad social.

El afán por la reestructura 368

Para revisar y hacer las modificaciones al modelo y llegar a planteamientos consensuados, sobre los diversos temas, era preciso formalizar el segundo congreso de evaluación que debía haberse realizado dos años antes. En tanto esto sucedía la administración avanzaba aceleradamente con sus propuestas y proyectos.

Durante 1980 se habían aprobado diversas modificaciones al pensum, fijado las normas y procedimientos para la aprobación de propuestas de puntos de tesis, se había instituido la Unidad de Planificación de Arquitectura UPA, creado el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura (CIFA), se había realizado una evaluación del EPS y aprobado el Programa de Práctica Profesional en el área Metropolitana de Guatemala PPM, y se estaba organizando el segundo Coneval que debería llevar a niveles más específicos, los criterios de evaluación y reorganización del proceso de transformación de manera participativa y paritaria.

No obstante, el proceso no mantendría el apoyo esperado. Las condiciones que se vivían afectaban el ánimo de los actores y el Coneval comenzó a tener tropiezos lo que fue retrasando su inicio. Parecía que la fortuna no se prestaba para acompañar la ansiada evaluación con la que se suponía se lograrían los consensos necesarios para continuar con la transformación.

La violencia y la represión alterarían la ruta trazada y desvincularían a la comunidad facultativa de los objetivos académicos del CRA. Pronto las preocupaciones serían de otra índole y distraerían el quehacer facultativo de manera significativa. Otras terribles situaciones estaban por venir.

El afán por la reestructura 369

Entre el asedio y la barbarie 372

ENTRE EL ASEDIO Y LA BARBARIE

Al inaugurarse la década de los ochenta Nicaragua se encaminada por el rumbo socialista en tanto que Panamá se mostraba como un fuerte aliado del nuevo régimen nicaragüense. En El Salvador se robustecía la ofensiva marxista que, tendría efectos en el ánimo revolucionario guatemalteco, que, con una guerrilla unificada, incrementaba su optimismo sobre tomar el poder en poco tiempo.

El gobierno militar se había visto afectado por el escaso apoyo externo y un creciente aislamiento que había sido acentuado por su política de intensa represión a los sectores sociales. El país lidiaba con una difícil situación económica que no se había presentado en varias décadas. En ese momento era difícil predecir el futuro favorable para el gobierno del general Lucas. Todo parecía conjugarse para que la reiterada teoría del dominó, se hiciera realidad y, finalmente, cayera el ejército guatemalteco.

Sin embargo, lo que parecía ser un camino trazado, fluiría por diferentes sendas. Los acontecimientos enardecerían a los movimientos contrainsurgentes que, en una estrategia de violentas respuestas y acciones de anticipación, respondieron con un incremento del terror, represión y desconcierto que se orientaría a los movimientos sociales y universitarios. La Universidad advertiría como, de manera descarada y cruel, crecían los ataques en su contra.

A los universitarios los marcaría la angustia, la incertidumbre y la muerte. La represión minaría las resistencias de varios sectores universitarios. Finalmente, ante la protesta y resistencia de los sectores más combativos, la violentada universidad y sus autoridades, serían comprometidas a modificar las bases académico-políticas y a evidenciar cambios en su posición institucional en el enfrentamiento, con tal de reducir la agresión y la sangre universitaria.

Entre el asedio y la barbarie 373

Inicia otro año de delirio y muerte

Durante la lección inaugural del primer semestre de 1980 en la Facultad de Arquitectura, se dio espacio para que varios campesinos indígenas fueran oídos. El 31 de enero estos mismos campesinos acompañados de estudiantes universitarios ocuparían la Embajada de España. Esta toma sería de trascendencia internacional y tendría serias repercusiones políticas y económicas para el gobierno guatemalteco. Las fuerzas de seguridad intervinieron en la Embajada, lo que provocó el incendio del recinto diplomático y la muerte de quienes se encontraban dentro, incluyendo dos conocidos profesionales, estudiantes universitarios, personal de la embajada y los campesinos que habían ocupado la sede de esa misión extranjera.

El 1 de febrero el único sobreviviente de la toma del Embajada Gregorio Yuxá fue secuestrado. Posteriormente, su cadáver apareció en la ciudad universitaria, con perforaciones de bala en el cráneo, como un claro mensaje hacia los académicos. El siguiente día fue asesinado el presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, Gustavo Adolfo Hernández y el estudiante de derecho Jesús España.

La violencia contra la Universidad se extendió al interior del país. En la madrugada de 16 de febrero fue allanado el Centro universitario de Oriente -CUNORI-, con sede en la ciudad de Chiquimula. Un grupo de individuos portando ametralladoras penetraron al recinto y se dedicaron a destruir mobiliario, sustraer documentos y pintar rótulos con amenazas de muerte a docentes y estudiantes.

Otros casos que revelaron la pretensión de las fuerzas represivas de desestabilizar a la Universidad fue el asesinato de licenciado Hugo Rolando Melgar, asesor jurídico de la institución. El director del Instituto de investigaciones económicas y sociales, licenciado Julio Alfonso Figueroa y su esposa la Trabajadora Social Margarita de Figueroa fueron ejecutados durante la última semana de marzo.

Entre el asedio y la barbarie 374

Tras la Semana Santa no se hizo la calma

530. Siete Días en la USAC, 21 de abril de 1980.

531. Siete Días en la USAC, 21 de abril de 1980.

La Semana Mayor había dado un respiro. Pero al renovarse las labores universitarias, también reinició la matanza. El 8 de abril fue asesinado el presidente de la Asociación de Estudiantes de Humanidades, Marco Antonio Urízar. El día siguiente fue el catedrático universitario y asesor de organizaciones campesinas, Johny Dahinten. El jueves 10 fue perseguido y acribillado el estudiante Mario Roberto Toledo. El viernes 11 fueron secuestrados el arquitecto Horacio Alberto Flores, coordinador del EPS de Arquitectura y el ingeniero Víctor Hugo Valdés, sus cadáveres se encontraron un día después, con evidencias de tortura y una nota que decía «así comenzaron y así terminaron los del EGP y PGT». 530

Marzo y abril dejarían un saldo trágico para la Universidad. El órgano informativo de la Universidad hizo un recuento de 24 universitarios que sufrieron la violencia en aquellos dos nefastos meses. 531

Este clima de violencia producía alarma y desconcierto en la población universitaria, generaba incertidumbre sobre las labores académicas y administrativas y pronto afectaría la cabeza del gobierno de la Universidad.

Las amenazas hacia el Rector y la persecución y asesinato de algunos de sus colaboradores cercanos harían que, a finales de abril, intempestivamente, Osorio dejara el país y solicitara al Decano más antiguo, el Lic. Leonel Carrillo Reevs, que se hiciera cargo de la rectoría e informara al CSU de la situación.

El 1 de mayo, fecha en que las organizaciones populares celebran el día del trabajo, varios universitarios y dirigentes sindicales fueron asesinados o secuestrados.

El 19 de mayo el profesor de la Facultad de Arquitectura, arquitecto Otto Diemek, fue asesinado. Este hecho tenía connotaciones distintas ya que la víctima era hijo del exjefe de la Policía Militar Ambulante el coronel

Entre el asedio y la barbarie 375

532. Álvarez, 253. 533.Cazali, 419.

Julio Oscar Diemeck. «…para algunos parece ser el inicio de una respuesta violenta de los sectores más radicales de la izquierda ante lo que ellos consideraban los agentes del enemigo. Si este fuera el caso tendríamos ya una muestra el proceso degenerativo al que el movimiento popular había llegado: hacer justicia con sus propias manos, utilizando para ello los mismos medios y mecanismos de los cuerpos represivos». 532 Los asesinatos de estudiantes y profesores continuarían durante mayo y junio.

Otro crimen que indudablemente tenía como propósito amedrentar al personal administrativo fue el del licenciado Luis Felipe Mendizábal, director del Departamento del Registro y Estadística, ya que este no participaba en actividades políticas. El mensaje era que cualquier funcionario de la Universidad estaba expuesto a ser asesinado, por el simple hecho de trabajar en la institución. 533

Como parte de las actividades intimidatorias contra la Universidad fue allanada la sede de la Facultad de Veterinaria por supuestos integrantes del Ejército Secreto Anticomunista que dejaron una nota con amenazas firmada por las siglas ESA.

Entre el asedio y la barbarie 376

Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil

534. Juan Carlos Vásquez, Militantes Clandestinos, 191. 535. Prensa Libre, 12 de junio de 1980. 2. https:// www.prensalibre.com/ hemeroteca/desconocidoes-linchado-y-quemado-encampus-de-la-usac/ 536. Comunicado de Gobierno, del 11 de junio de 1980.

El 10 de junio de 1980 el estudiante Víctor Valverth, representante de ingeniería ante el CSU, fue víctima de un ataque armado en las instalaciones de la USAC. Mientras era atendido en el Centro Médico de la Universidad, un grupo de encapuchados detuvo a dos individuos, a quienes señalaron como responsables del atentado en contra de Valverth. En la avenida Petapa, a un costado de la Universidad, una turba prendió fuego a uno de los detenidos.

Posteriormente, el ejército disparó contra las instalaciones del Centro médico universitario, mientras la policía iniciaba un cateo para detener a Víctor Manuel y a tres estudiantes más. «Valverth fue recluido en un centro médico de la zona 10, custodiado por miembros del Tercer Cuerpo de la policía, y consignado al juzgado tercero de paz penal, bajo los cargos de plagio, vejación y asesinato. El estudiante herido fue asilado por el gobierno de Costa Rica para salvar su vida». 534

En los medios se publicó que un supuesto confidencial había muerto tras ser linchado y lanzado a una hoguera en la avenida Petapa frente a la Universidad de San Carlos. El autodenominado grupo “Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil” se atribuyó el atentado e identificó a la víctima como confidencial de la Zona militar general Santa María. 535

El gobierno por medio de un comunicado condenó enérgicamente lo que destacaba como «repugnante y ominoso crimen perpetrado la tarde del pasado martes en las instalaciones de la Universidad de San Carlos cuando una turba de estudiantes extremistas golpeó y quemó viva a una persona a la que antes vejaron y “sentenciaron” al estilo de los tribunales populares comunistas». Consideraba repudiable la salvaje actitud asumida por los subversivos estudiantes universitarios al haber cometido un crimen, con características salvajes e inhumanas, nunca ocurrido en historia de la criminalidad del país. Rechazaba las acusaciones de que la víctima hubiese sido miembro de un cuerpo de seguridad del Estado y advertía que agotaría los medios a su alcance para capturar a los responsables del hecho tan cruel cometido en la ciudad universitaria, que ponía en muy mal predicado la categoría moral de quienes diciéndose estudiantes y profesores de un centro de enseñanza superior actuaban sin consideración a elementales principios de los derechos humanos. 536

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537. Prensa Libre, 12 de junio de 1980. 2. https:// www.prensalibre.com/ hemeroteca/desconocidoes-linchado-y-quemado-encampus-de-la-usac/ 538. Ídem.

Los medios estudiantiles afirmaron desconocer la identidad de los integrantes de las Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil que lincharon y luego causaron las quemaduras de Adán Melgar.

La Asociación de Estudiantes Universitarios y la Asociación de Estudiantes de Ingeniería emitieron comunicados en los cuales condenaban el ataque contra Valverth, estudiante de último año de ingeniería eléctrica, expresidente de la Asociación de Estudiantes de Ingeniería y representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario. Ambas organizaciones calificaron a las Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil «como grupo extremista que busca comprometer la autonomía de la Universidad, ya que este tipo de acciones únicamente servían de provocación para el cierre de la Universidad». 537

Posteriormente un hombre se comunicó por vía telefónica a la redacción de un diario y dijo ser miembro de las unidades de autodefensa de la Universidad de San Carlos de Guatemala afirmando «daremos el mismo tratamiento, o sea ajusticiaremos a todos los orejas que capturemos en la USAC». 538

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539. USAC 31-80 /1980 de 14 de julio. 540. Ídem.

Las secuelas de una masacre

En la mañana del 14 de julio, alrededor de las 8:45 horas, cuando era mayor la afluencia estudiantil, un grupo de individuos armados, que se movilizaban en varios vehículos, penetraron hasta el frente de la rectoría de la Universidad y ametrallaron indiscriminadamente a los estudiantes que en ese momento bajaban de los autobuses urbanos. Fallecieron 8 Jóvenes universitarios y varios resultaron heridos. La matanza no sólo indignó a los universitarios y grupos sociales, también a la comunidad internacional.

El CSU, se reunió de emergencia para analizar la situación para lo que escuchó a distintos sectores. Una delegación del claustro de la Facultad de Ciencias Médicas planteó el cierre total de la Universidad. También propuso paros a nivel hospitalario y exhortar a otros sectores a acuerparlos. Los dirigentes del STUSC, plantearon que no estaban de acuerdo con el cierre temporal de la Universidad porque esa acción no suspendería los ataques y las fuerzas enemigas de la Universidad podrían jugar un papel de salvadores de la institución al procurar su apertura. En todo caso, si se aprobara un cierre temporal, exigían que se hiciese, previamente un referéndum de todos los sectores que componían la comunidad universitaria. No obstante, advertían que lucharían porque la Universidad siguiera abierta. Consideraban que una solución era la búsqueda de la participación conjunta de todos los sectores universitarios en la defensa de la autonomía, la cual podría ser la organización de comités de defensa, a nivel interno. 539

Pero el Consejo decidió que se hiciera una declaración pública en la cual se aclararan las noticias deformadas que emitieron varios órganos de comunicación; un paro de labores de 48 horas en señal de duelo; solicitar al gobierno de la República que para el miércoles 16 diera la respuesta a las interrogantes de la comunidad universitaria entre ellas, qué garantías se ofrecían a los trabajadores y estudiantes universitarios, cuál era la opinión del gobierno sobre la masacre perpetrada en la Ciudad universitaria y si estaba el presidente en disposición de dialogar con la Universidad de San Carlos por medio de sus autoridades. 540

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541. El Decano de ingeniería, asumió 14 de julio de 1980, el mismo día de la masacre y entregaría el cargo al Lic. Romeo Alvarado el 1 de agosto.

542. USAC 32-80 3/1980 de 16 de julio.

En la sesión del 16 de julio de 1980, el Rector en funciones, Ing. Raúl Molina, 541 informó que la conferencia de prensa se había realizado ese día por la mañana y que las interrogantes que se habían hecho al gobierno no habían tenido respuesta. Luego se dio audiencia a representantes de la AEU y del STUSC que propusieron la formación de comisiones de emergencia en todas las unidades académicas y centros regionales para coordinar las tareas necesarias ante la crisis. Impulsar jornadas universitarias, un seminario sobre la situación de la USAC y sus perspectivas inmediatas y la promoción de diversos pronunciamientos. Impulsaban la organización y participación de toda la comunidad universitaria en la discusión de la situación actual y en la actuación futura como la única forma de asestarle efectivas derrotas a la política terrorista gubernamental contra la Universidad. Para el movimiento revolucionario hubiera sido un momento propicio para la organización estudiantil a todo nivel dentro de la USAC.

Pero el Consejo estaba teniendo permanentes cambios en su estructura y dirección, se reflexionaba sobre los ataques sufridos y la participación que se debía tener como institución. Luego de una amplia y prolongada discusión, el Consejo resolvió no llevar a cabo, por el momento, ningún referéndum o seminario; solicitar a la Comisión Coordinadora del Consejo entablar un diálogo con la AEU y el STUSC; que se publicara y diera a conocer que, concluido el periodo de duelo y protesta decretado por el Consejo, se reanudarían las labores, por lo que no habría cierre de la Universidad o suspensión de actividades. 542

No se aprobarían las comisiones de emergencia, ni se promovería la organización interna para repeler la violencia, pero se iniciarían acercamientos con el gobierno para establecer un posible diálogo. La represión había hecho efecto y las autoridades ya no deseaban que continuara el baño de sangre de los universitarios.

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543. Nota del Rector en funciones al director general de la Policía Nacional coronel German Chupina, del 7 de agosto de 1980. Ref. R.441-80.

El 6 de agosto dentro de la Ciudad Universitaria, desde las 10 horas hasta después de las 6 de la tarde un grupo de unos 12 individuos a bordo de dos o tres vehículos se dedicó a escandalizar, provocar y amenazar a las personas. Uno de ellos vestido de mujer, algunos con armas de fuego y los demás con machetes. Esporádicamente hacían disparos al aire por lo que las autoridades universitarias solicitaron la intervención de la Policía Nacional.

El nuevo Rector en funciones envió una nota al director de la Policía Nacional en la que informaba que cuando se llamó a las radiopatrullas, respondieron «que tenían órdenes superiores para no ingresar a la Ciudad Universitaria porque “corrían riesgo de ser quemados vivos” […] el incidente no tuvo mayores consecuencias que, posteriormente, todos hubiéramos tenido que lamentar y que habría causado un mayor distanciamiento entre instituciones que, felizmente han llegado al punto de abrir las puertas de un diálogo franco y constructivo. […] La negativa de colaboración, o de cumplir con su deber por parte del cuerpo de radio patrullas, podría conducir a males mayores que, tanto las autoridades universitarias como usted, deseamos fervientemente evitar. En consecuencia, creemos conveniente que, de suscitarse hechos semejantes, el personal de esa dirección general nos preste su pronta y eficaz cooperación». 543

Esta nota llama la atención por varias razones, entre ella la solicitud que se hiciera para el ingreso de la policía a la ciudad universitaria, luego el sarcasmo de la respuesta de que “corrían riesgo de ser quemados vivos”, y finalmente el recordatorio de que, “felizmente se había llegado al punto de abrir las puertas de un diálogo franco y constructivo”. Sin duda, algo estaba cambiando al interior de la Universidad y no agradaría a muchos de los actores universitarios, a los movimientos sociales y a las fuerzas revolucionarias.

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Las resistencias se asfixian

Los triunfos y luchas de la izquierda a nivel mundial fueron generando esperanzas en las organizaciones sociales y revolucionarias guatemaltecas, muchos miembros de las organizaciones guerrilleras llegaron a vaticinar un triunfo revolucionario en corto tiempo. El supuesto auge que tendría el movimiento guerrillero apoyado en la teoría del dominó, más que doblegar al gobierno militar, hizo que tomara acciones represivas que generarían el suficiente terror para reducir el apoyo social de los distintos sectores involucrados.

Pocos pudieron anticipar la vorágine de violencia que se venía. El gobierno militar no estaba dispuesto al avance socialista en el país y tomarían las acciones necesarias para impedirlo. La supuesta debilidad del gobierno luquista sería reivindicada con acciones de mano dura y violencia extrema.

La contrainsurgencia consideró fundamental bloquear las acciones políticas de la guerrilla, como la toma de la embajada de España, por medio de acciones que rompían los cánones aceptados internacionalmente. También consideraron determinante mermar la participación de la Universidad, que, por su calidad institucional, daban un invaluable apoyo a las luchas sociales. Se perseguiría a cualquier líder que se opusiera al modelo vigente, a cualquier intelectual que hiciera planteamientos con base en pensamientos de izquierda. Los asesinatos contra los universitarios proliferaron y el liderazgo estudiantil sería minado. La organización y el apoyo universitario se estaba desmoronando.

No era para menos, la Universidad fue atacada cruelmente y sin consideraciones de ningún tipo, no importó su institucionalidad, no importó su trascendencia, no importó nada. Se convirtió en un objetivo estratégico para debilitar la lucha armada y política que se había fortalecido desde los últimos años de la gestión de Laugerud.

Las repuestas de los grupos rebeldes como el linchamiento de un supuesto oreja o confidencial, o el asesinato de representantes de la derecha, generarían reacciones más duras hasta llegar a la fatídica fecha del 14 de julio de 1980. Esta fecha fue el punto de quiebre. El terror haría mella, el sacrificio de inocentes no podía continuar y comenzaría un proceso reflexivo de reajuste para reducir los ataques hacia la institución.

Para responder a la masacre se generaron diversidad de propuestas, entre ellas un referéndum para el cierre de la Universidad, la formación de comisiones de emergencia en todas las unidades académicas, la realización de seminarios de análisis, elaboración de pronunciamientos y

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otras acciones que permitieran asestar una efectiva derrota a la política terrorista gubernamental contra la Universidad. Pero el CSU no aprobó ninguna de las propuestas y la Universidad seguiría abierta.

A pesar de los llamados a la resistencia por parte del sector organizado estudiantil y laboral, se terminó realizando un cuestionado diálogo, que muchos afirmaron se convertiría en una muestra de la debilidad de la institución.

Numerosos universitarios fueron marcados, amenazados, secuestrados o asesinados. La mayoría lo sería por sus ideales y no porque participaran en la lucha armada. Algunos partieron al exilio y otros más se incorporaron a guerrilla como única forma de sobrevivir o de responder a los ataques sufridos. En este panorama de abandono y con la pérdida de líderes y de la base intelectual, se había socavado la resistencia institucional y la Universidad sería obligada a cambiar su política de abierta participación en el movimiento social.

El movimiento de izquierda, que había dominado en los últimos años, estaba perdiendo el control político del CSU. Luego de diez años de lucha y de la pérdida de intelectuales, docentes, estudiantes y funcionarios, la Universidad había sido herida y se encontraba exhausta. Pronto los líderes que todavía se oponían abiertamente al gobierno saldrían al exilio o del panorama universitario y se irían minado los pocos focos de resistencia académica que iban quedando.

A partir de ese momento trató de retomarse un enfoque académico y deslindarse de la acción política. Las “negociaciones” que se tuvieron con el gobierno no fueron públicas, pero se hizo evidente la merma en la participación institucional de la Universidad en las luchas sociales al igual que los ataques sistemáticos hacia esta.

Las batallas que se seguirían dando en la Universidad serían más de índole individual o sectaria. La institución seguiría rechazando la violencia como medio de alcanzar el poder. Pero la violencia no había terminado. Ahora se acrecentarían las confrontaciones a lo interno de la Universidad, por sectores que buscaban retener o recuperar el control. Seguirían las revanchas e incluso los asesinatos, que en algunos casos afectarían también a quienes no apoyaban el movimiento social y revolucionario.

Era inminente la dimisión del Rector en el exilio, al igual que de otros funcionarios en distintos niveles. Renunciaría el Decano de Veterinaria y también se iría, negándose a renunciar otro Decano.

Entre el asedio y la barbarie 383

Del sueño al letargo 386

Figura 16.1 Mural: Hay un camino que recorrer, la revolución. En Ciudad Universitaria, zona12. Archivo Fotográfico de Oscar Eduardo Barillas.

DEL SUEÑO AL LETARGO

El auge de la violencia y las crecientes amenazas habían impactado fuertemente en el ánimo de la comunidad de Arquitectura. El 11 de abril de 1980 había sido secuestrado, torturado y asesinado el Coordinador de EPS, Arq. Horacio Flores. El 19 de mayo también fue asesinado el catedrático Arq. Otto Diemeck en la entrada de la ciudad Universitaria. A uno se le acusaba de ser parte del EGP y al otro de apoyar al Gobierno.

Varios docentes y estudiantes de Arquitectura estaban siendo amenazados y comenzaron a intimidarse ante los distintos sucesos que el terrible año había traído consigo. Algunos directivos y profesores renunciaron a sus cargos, otros pidieron permiso, otros más se ausentarían de sus labores. Muchos estudiantes abandonarían las aulas y otros más, que contaban con los recursos suficientes, cambiarían de Universidad para continuar con sus estudios.

544. Castañeda, entrevista.

Según Castañeda los militares habían aprendido de la experiencia de El Salvador: «Cuando intervinieron la universidad nacional se les vino un paquetazo enorme para administrarla. El ejército guatemalteco, mucho más inteligente, decidió que no se iba a meter. Lo que hizo fue que los mismos universitarios hiciéramos la chamba. ¿y cómo lo logró? matando, secuestrando o ahuyentando a la gente para que se fuera al exilio. Esa esa era la fórmula: Al opositor encierro, entierro o destierro. Y lo aplicaron con mucha eficiencia». 544

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Una escalada de ausencias, permisos y renuncias

...su vida, como la de las personas que giran a su alrededor corren la suerte que nosotros dispongamos, pues en nuestras manos está disponer el momento justo de la ejecución, en vista de que tenemos control absoluto de sus movimientos. 545

545. Amenaza escrita al coordinador de la Unidad de Planificación de Arquitectura.

546. FARUSAC 22-80 5.2/1980 de 5 de agosto. Ver nota en el Anexo firmada por los arquitectos Guillermo Porras, Eduardo Aguirre, Olivia Chan, Carlos Palacios, Manuel Pinelo, Mario Benfeldt, René de León, Luis Fernando Pepió, Edgardo Torres y Julio Fonseca.

547. FARUSAC 23-80 5.6/1980 de 7 de agosto.

La Junta Directiva había estado conociendo diversas solicitudes individuales de permiso. Al inicio de junio de 1980 el Arq. Guillermo Roldán renunció al cargo de Vocal 3 de Junta Directiva. En la sesión del 5 de agosto se conoció y aprobó la renuncia del coordinador de la Unidad 2.1, arquitecto Marcelino González.

También se conoció la suspensión de actividades docentes de diez profesores del Taller Síntesis de Nivel Medio y se revisó la petición que hicieran por medio de una carta colectiva. Denunciaban que varios integrantes de ese claustro habían sido objeto de amenazas de muerte si no interrumpían sus actividades docentes. Por lo que solicitaban que se suspendieran las actividades docentes de la Facultad durante un mes en tanto durara esa incierta situación. 546

Ante la peculiar solicitud de suspender las actividades de toda la Facultad, la Junta Directiva consideró que el tema debía seguirse evaluando y consultar con el personal administrativo y de servicios, la coordinación académica y la AEDA.

Fue un pánico total, a mi mujer y mis hijos los entrenaba para resguardarse ante un ataque. Amenazaron también a Fernando Pepió, a Julio Fonseca y otros que no recuerdo. Mas bien, la amenaza fue a nuestras esposas a quienes les dijeron que si poníamos un pie en la universidad nos mataban.

Eduardo Aguirre

La Junta Directiva reconoció que era innegable el derecho de toda persona a buscar la preservación de su vida, principalmente si se consideraba el terror generalizado que había provocado la violencia contra la Universidad. Sin embargo, opinaba que la medida adoptada por los catedráticos de Taller síntesis era unilateral e inconsulta y con efectos negativos que podrían trasladarse a otros sectores además de que constituían incumplimiento de las normas universitarias. Por otra parte, dada la importancia de las asignaturas involucradas y de los ciclos afectados con dicha medida, incidía en la Facultad como un todo, debilitando las posibilidades para continuar en el desempeño de las actividades académicas. Agregó que, al haber sido adoptada sin previo conocimiento y discusión de alternativas de solución, se habían dificultado y retardado la toma de decisiones en virtud de las consultas que habían tenido que hacerse y la complejidad que la situación había creado. 547

Del sueño al letargo 388

548. FARUSAC 24-80 4.1/ de 12 de agosto.

549. Ídem.

550. FARUSAC 25-80 3.1/ de 18 de agosto.

Se consideraba que la propuesta de que el paro fuera extendido a toda la Facultad no resolvía más que, el problema particular de un sector de la Universidad, que no daba salida a la crisis de acoso y represión de que era objeto y podía constituir otro motivo de conflicto para la institución.

La Junta Directiva con base en las reflexiones, así como el consenso recogido de los diversos sectores de la Facultad, acordó pedir a los profesores de Taller Síntesis de Nivel Medio que, a más tardar el lunes 18 de agosto, definieran su situación en relación a su responsabilidad docente con la Facultad; pedir a los estudiantes y personal docente y administrativo en general que, en atención a las consideraciones hechas, brindaran su aporte positivo para la solución definitiva del problema planteado; hacer público el acuerdo informando, tal como lo solicitaron los catedráticos, al Consejo Superior Universitario. 548

En la misma sesión se dio lectura de una nota enviada por otro grupo de catedráticos, esta vez de la Unidad de Medios de Comunicación, que, debido a la inseguridad personal de sus miembros, solicitaban permiso para ausentarse de su actividad docente por un mes. Junta directiva con base en lo determinado en el caso de los catedráticos de Taller Síntesis, no autorizó el permiso. 549

A partir del 18 de agosto sería el Decano el que dejaría de asistir. El Vocal 1, arquitecto Miguel Ángel Santa Cruz asumió la conducción de Junta Directiva. En dicha sesión Castañeda presentó la primera solicitud de permiso del lunes 18 al viernes 22 de agosto. En su nota expresaba: «sin intención de abundar en razones, mismas que he explicado en extenso al arquitecto Miguel Ángel Santa Cruz, Vocal primero de esta Junta Directiva, circunscribo las mismas a la necesidad que tengo de tomar distancia en relación a la grave crisis en que se encuentra sumida actualmente nuestra Universidad y como causa de la misma, nuestra Facultad». 550

Nos comenzamos a llamar y nos dimos cuenta de que había sido a varias personas y concluimos que era una estrategia para cerrar la Universidad y generar bochinches.

E. Aguirre.

Castañeda hizo referencia a los acontecimientos relacionados con la decisión de varios catedráticos de Taller Síntesis, de no continuar con su actividad docente por la amenaza de muerte recibida, así como de otros casos similares con otros miembros de la Facultad. Puntualizaba: «me conducen a hacer un análisis sereno de nuestra condición como autoridades facultativas universitarias enfrentadas a un fenómeno cuyas

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551. Nota del Decano Castañeda a la Junta Directiva, fechada agosto, 13 de 1980. Anexa en FARUSAC 25-80 3.1/ de 18 de agosto.

552. FARUSAC 25-80 3.2/ de 18 de agosto.

553. Amenaza dirigida al Arq. Francisco Arce Pellecer, fechada 5 de agosto de 1980.

554. Comunicado General, Aclaración e información. De Catedráticos de Taller Síntesis nivel medio. 14 de agosto de 1980. Anexo a Acta 25-80/1980 de 18 de agosto.

causas escapan del ámbito que nos corresponde dentro de la institución. Por tales razones, espero la compresión de Junta Directiva en relación a este asunto y, por tanto, su resolución favorable». 551

En esa misma fecha presentó su renuncia el Coordinador de la Unidad de Planificación por evidentes amenazas. 552 El anónimo que le fue enviado decía:

En vista de su notoria participación en actividades subversivas; tanto dentro, como fuera de la USAC, lo cual hemos detectado con seguridad absoluta; usted pasa a engrosar la lista de ENEMIGOS de nuestros intereses y los de Guatemala. Es URGENTE su retiro de esas actividades, por lo que se le da un plazo prudencial para que abandone el país; en caso contrario, su vida, como la de las personas que giran a su alrededor corren la suerte que nosotros dispongamos, pues en nuestras manos está disponer el momento justo de la ejecución, en vista de que tenemos control absoluto de sus movimientos. Si desea conservar su vida, y si aprecia a las personas allegadas a usted, salga de Guatemala a más tardar treinta (30) días después de la fecha del presente comunicado. 553

Entre tanto, los profesores de Taller Síntesis de Nivel Medio publicaron un documento titulado Comunicado General, Aclaración e información, que reflejaba su disgusto por la decisión de Junta Directiva. Estimaban que era deplorable que ante las amenazas de muerte recibidas por los catedráticos la Junta Directiva de la Facultad, respondiera públicamente con otra amenaza, aunque de distinta índole. Sostenían que el comunicado general de Junta Directiva había sido malintencionado por lo que estimaban necesario aclarar ante la comunidad de Arquitectura. No obstante, en deferencia a los estudiantes del Nivel Medio y tratando de buscar una solución a esta problemática, como informaban que ese claustro establecería reuniones con el Decano, si este lo tenía a bien, a fin de superar la crisis lo antes posible. 554 Pero los profesores ya no podrían reunirse con el Decano.

Del sueño al letargo 390

555. FARUSAC 25-80 4.1/1980 de 18 de agosto.

556. FARUSAC 26-80 4.6 a 4.11/1980 de 25 de agosto.

557. FARUSAC 30-80 /1980 de 19 de septiembre.

558. Entre quienes presentaron su renuncia están el Arq. Meir Steiner catedrático auxiliar de la unidad de medios de comunicación; la arquitecta Frida Engelberg, catedrática auxiliar de la unidad de medios de comunicación; la bachiller Angélica Alarcón auxiliar de investigación; el arquitecto Hugo Armas profesor adjunto de medios de comunicación; el bachiller Virgilio Ramírez ayudante de cátedra en el nivel inicial de taller síntesis; el Br. Luis Fernando Mexicano Díaz auxiliar de la unidad 1.3, el Arq. inf. Luis Flores Cordón auxiliar de la Unidad de Medios de comunicación; El Arq. Roberto Morales, docente y Coordinador del Proyecto de Investigación Territorial. El Arq. Eduardo Eskenasy, prorrogaría su permiso hasta final de año; además en las Unidad 3.1 Medios de Comunicación, se dio la ausencia continuada de varios catedráticos. Todo lo anterior consta en Actas de la Junta Directiva de la FARUSAC 26, 27, 30 y 31, de sesiones realizadas entre el 18 de agosto y el 25 de septiembre de 1980.

La Junta Directiva resolvería solicitar a los catedráticos definir su situación en forma personal antes del 25 de agosto y recordarles que ya habían transcurrido 25 de los 30 días solicitados por ellos. 555 Los docentes se reintegrarían a sus labores el 25 de agosto, aunque luego tendrían que enfrentar repercusiones administrativas por sus ausencias.

El Decano solicitó que se ampliara su permiso hasta el último día de agosto. En su nota expuso: «lamento tener que pedir esta prórroga, pero la misma se basa en la situación difícil que se está presentando y que viene a afectar el desempeño que venía teniendo como Decano. Como deseo tomar una decisión definitiva sobre el particular, sin prisa alguna, perfectamente meditada, requiero de la cooperación de esa Junta Directiva autorizándome esta ampliación». 556 El permiso sería autorizado.

En las siguientes sesiones presentarían ante Junta Directiva su renuncia varios directivos, entre ellos los Arquitectos Mario Hugo Rosal, Coordinador Académico; Ricardo Alonso, coordinador de Nivel Profundidad de Taller Síntesis y Mario Ceballos, Coordinador de la Unidad de Medios de comunicación. Por su parte el Secretario de la Facultad, Lic. Fernando Noriega solicitó ampliar su permiso hasta finales de año y el Arq. Eduardo Aguirre solicitaría permiso por dos meses. 557

Aunque no se puede aseverar que todas las renuncias o permisos hayan sido producto de intimidaciones o temores por la situación prevaleciente, era notorio que se dieran durante el mismo período en que se incrementaron las amenazas a autoridades, docentes y estudiantes. Durante agosto y septiembre se presentaron varios permisos y renuncias por diversas razones. 558

Para ese momento sólo tres miembros de Junta Directiva participaban en las sesiones, el Vocal 1, Arq. Santa Cruz; el Vocal 2, Arq. Chavarría y el Vocal 5, Br. Carlos Romero. Se sumaba el Secretario adjunto, Arq. Rolando Anleu, que sustituía al Secretario de Junta Directiva para lograr el quórum requerido.

Del sueño al letargo 391

559. Nota de Gilberto Castañeda dirigida al CSU, 25 de agosto de 1980.

La rebelión del Decano

La revolución es una necesidad no sólo para las grandes masas desposeídas, sino para todos aquellos que quieran vivir y pensar libremente. Nuestra Universidad deberá florecer como una Universidad del pueblo y para el pueblo, y para eso necesitamos absolutamente, de la revolución.

Gilberto Castañeda estaba meditando una difícil decisión que afectaría su vida personal y profesional, pero también tendría repercusiones para la Facultad de Arquitectura. Había iniciado con permisos desde mediados de agosto y continuaría con una serie de notas y planteamientos que lo llevarían finalmente a rebelarse y declarar su posición públicamente. Una decisión que lo conduciría por un camino sin retorno.

La primera nota que, sobre el tema dirigió al CSU, data del 25 de agosto de 1980. En ella planteaba algunas ideas que posteriormente desarrollaría con mayor amplitud. En esa misiva revelaría su pensamiento y centraría su ataque en el gobierno, pero incluiría reclamos al mismo Consejo.

Es cierto que el ataque y hostigamiento sistemático que hemos sufrido hasta el 14 de julio de este año pareciera haber cesado pero no debemos engañarnos, la finalidad de lograr la intervención indirecta de nuestra Universidad vulnerando su autonomía real, aún cuando formalmente se le mantiene en el plano legal, persiste. Por ahora sólo deseo dejar constancia de mi preocupación por el sesgo que se le ha dado a la iniciativa de diálogo que se viniera impulsando a partir del 14 de julio […] En ningún momento se pretendió establecer un diálogo con el Poder Ejecutivo, el cual se ha manifestado siempre y en diversas ocasiones, renuente a dialogar con la Universidad, ha proferido ofensas diversas contra la institución y ha dado elementos de juicio que en última instancia no sólo constituyen señalamientos equivocados sobre nuestra Universidad, sino que además, convalidan la actuación de los matones a sueldo que se han dado a la tarea de asesinar, secuestrar, torturar y desaparecer a los universitarios. 559

Resaltaba que la intención de la iniciativa era hacer evidente la posición agresiva y contraria a todo interés nacional del ministro de Gobernación Donaldo Álvarez en relación con la Universidad. Sostenía que impulsar un diálogo de ese tipo era equivocado y claudicante, máxime cuando paralelamente a la concertación y realización del diálogo se continuaba con el ataque a la Universidad, (ponía como ejemplo el secuestro del director de la Escuela de Ciencias Psicológicas, Lic. Julio Ponce). También reclamaba que el Consejo se hubiera negado a presentar un documento oficial que respaldara a quienes habían tenido la responsabilidad de asistir a ese diálogo. «Nos parece que continuar por ese derrotero no conducirá a

Del sueño al letargo 392

560. Nota de Gilberto Castañeda ..., 561. Ídem.

562. CSU 40-80 1/ de 3 de septiembre.

salir del abismo en que nos están hundiendo. Debe tenerse claro quiénes son los que nos atacan, qué persiguen con ese ataque, por qué nos atacan y, entonces, con perspectiva de largo plazo y no sólo pretendiendo resolver el ahora, asumir las posiciones que correspondan». Recalcaba que en lo personal no había querido avalar ese diálogo, que se había estado informando, pero no había asistido a las reuniones que con tal fin se habían hecho. «Si me hago presente quedan sólo dos posibilidades aceptar con mi silencio lo que ahí se diga o, consecuente con mi hacer y pensar, entro en un franco, desventajoso e inútil enfrentamiento con quienes no comparten mis puntos de vista. Las respuestas a las interrogantes planteadas me han conducido a fijar esta posición y me han conducido también, a reflexionar profundamente sobre el asunto. Invito a ustedes a hacerlo». 560

El Decano seguiría madurando su intención, de tal manera que una semana después dirigiría otra nota, en este caso al Rector en funciones Lic. Romeo Alvarado, en la que expresaba que «las presiones y hostigamiento que de manera directa e indirecta he venido teniendo en las últimas fechas me han obligado a solicitar permiso en la Junta Directiva de la Facultad, en la quincena próxima pasada, para ausentarme de mis labores habituales». Resaltaba que había meditado sobre la situación que vivía, en lo personal y como autoridad universitaria, y que había tomado una resolución que debido a su naturaleza requería del conocimiento urgente del Consejo Superior Universitario. Por lo que respaldado en el artículo 12 de los Estatutos, pedía que se convocara a sesión el siguiente miércoles. 561

El Rector en funciones atendió la solicitud. En la apertura de la sesión el Secretario hizo del conocimiento del Consejo que se había sido convocado a solicitud del Decano de Arquitectura a quien cedió la palabra para que explicara las razones de la reunión extraordinaria de emergencia. 562

El Decano indicó que consciente de los riesgos que corría, dispuso presentarse a ese organismo para relatar que era objeto de ostensible hostigamiento, lo cual incidía en la imposibilidad de realizar un trabajo o una vida normales. Expuso que esos hechos se enmarcaban en el ataque sistemático que había sufrido la Universidad que lo habían llevado a meditar detenidamente sobre la situación, sus causas y consecuencias previsibles. Estaba convencido de que la posición democrática y progresista, para lograr una Universidad científica comprometida con los intereses nacionales y las causas de las mayorías populares, ya no tenía cabida en ese momento. Seguidamente, el Decano dio lectura de la Carta al pueblo y a los universitarios de Guatemala contenida en seis páginas, de la cual se muestran algunas partes:

Del sueño al letargo 393

563. Gilberto Castañeda.

Carta al pueblo y a los universitarios. Fechada el 4 de septiembre de 1980. Anexo 1, del Acta 40-80 del 3 de septiembre de 1980. 2.

En el momento actual, las masas populares ya no soportan las miserables condiciones de existencia que le son impuestas, ni tampoco la opresión y represión de que son víctimas al plantear sus justas reivindicaciones. Asistimos a una verdadera rebelión popular, frente a la cual el gobierno no tiene otra respuesta -y así lo ha demostrado- que la intensificación de la represión. Dentro de esta ofensiva antipopular se enmarca la represión en contra de la Universidad, la que tiene, por supuesto, características específicas. El régimen actual ha visto en la Universidad -autónoma, científica, consciente de su deber constitucional de participar en la solución de los problemas nacionales- un elemento de oposición que es necesario eliminar. Pero esta eliminación no significa forzosamente el cierre o la intervención descarada y abierta, sino que reviste formas más sutiles: el gobierno no pretende cerrar la Universidad y abrirla de nuevo por su cuenta; lo que pretende, y en cierta forma lo está logrando, es forzar a las autoridades universitarias a aplicar su política. Cerrarla acarrearía mayor descrédito, aunque el prestigio no parece preocuparle mayor cosa y abrirla por su cuenta sería una tarea que rebasa su capacidad. El objetivo es, entonces, que las propias autoridades de la Universidad, en su afán de sobrevivir como tales y de mantener una autonomía cada vez más ficticia, abandonen la función crítica y científica que le corresponde a la institución, que se anule la libertad de cátedra por la autocensura impuesta por el terror, y que la Universidad ya no cumpla en absoluto con el mandato constitucional de participar en la solución de los problemas nacionales. 563

Las palabras de Castañeda tenían respaldo. La represión contra la Universidad la estaba obligando al abandono paulatino de las posiciones que se venían sosteniendo. La expresión más clara del terror hacia la institución fue la matanza indiscriminada del 14 de julio, pero el hostigamiento había comenzado mucho antes por lo que hace una narración de diversos asesinatos y hechos de violencia que afectaron a la población y a los universitarios, y que se convirtió en terror sistemático a partir de 1978. Ese año cuando el presidente de la República se había negado a considerar un incremento del presupuesto universitario argumentando que la Universidad era un centro subversivo. Castañeda consideraba que habían sido consecuentes con su espíritu democrático y habían tratado de contribuir a una salida viable para la institución.

Del sueño al letargo 394

564.

Pero que no sólo habían fracasado en el intento porque las condiciones objetivas no lo permitían, sino que como respuesta habían obtenido más represión, persecución y hostigamiento. Hizo referencia a que el último acto para continuar en ese esfuerzo había sido el apoyo inicial a la iniciativa del diálogo impulsada por el Consejo Superior Universitario, a raíz de la matanza el julio. En su nota del 25 de agosto dirigida al CSU señalaba que no había querido avalar ese diálogo. Sobre esto en su Carta al pueblo recalcó que mes y medio después de iniciado el diálogo estaba convencido de qué tal iniciativa había quedado bloqueada a la luz de los acontecimientos y, en cierto sentido, revertida, al ser asimilada por el sistema y transformada para articularla a su campaña ideológica contra quienes luchamos por una sociedad mejor. Señaló que la iniciativa de diálogo había servido para:

…crear una falsa tranquilidad y para que nuestros verdugos tomaran clara conciencia de los efectos que sus golpes han tenido en la institución. Mientras nosotros éramos incapaces de dar el golpe político que hubiera significado la suspensión de labores universitarias, como un acto de protesta que hiciera evidente la indefensión en que nos encontramos, el enemigo observó todo el destrozo causado y concluyó que su plan intervencionista ya no requería el salvajismo indiscriminado que había venido aplicando. Se encontró ante un cuerpo social amedrentado, asustadizo y timorato; cuadros de dirección diezmados por el asesinato, el secuestro y el exilio y, lo más importante, todo esto dentro de un clima de aparente normalidad. 564

Para Castañeda ya no era necesario continuar con la represión indiscriminada, además los sucesos del 14 de julio habían puesto al descubierto la responsabilidad del gobierno en el asunto. A esas alturas la Universidad se estaba desmoronando sola, poco a poco. Sólo era cuestión de tiempo y de que le aplicaran las presiones adecuadas en los puntos propicios. Si los ataques habían decrecido, era porque el gobierno estaba logrando sus propósitos. Pero recalcaba que la represión era una característica permanente del régimen. Sentenciaba:

Del sueño al letargo 395

Castañeda. Carta al pueblo. 4.

565. Gilberto Castañeda. Carta al pueblo y a los universitarios. Fechada el 4 de septiembre de 1980. Anexo 1, del Acta 40-80 del 3 de septiembre de 1980. 5 566. Ídem.

...estamos convencidos de que la posibilidad de derrocar al gobierno actual y sustituirlo por un gobierno de este tipo, nunca ha estado tan cerca como ahora.

G. Castañeda

Mientras la Universidad o los universitarios continúen siendo independientes de alguna manera y políticamente consecuentes con nuestra patria, continuarán siendo blanco de la represión. […] Además, el gobierno cree también que en la Universidad se encuentran los dirigentes de las organizaciones revolucionarias, ya que subestima al pueblo y no puede concebir que las ideas revolucionarias surjan de él. Por eso pretende que la crisis no es el resultado de la ineficiencia del sistema y del descontento generalizado, sino de la simple acción agitativa de líderes políticos, por otra parte, ante su incapacidad de contener las luchas del pueblo, intenta presentar como éxitos los asesinatos de universitarios y ciudadanos desarmados y pacíficos, de esta manera, exhibirse ante los grupos de poder y el de las fuerzas que lo apoyan, como una alternativa contrarrevolucionaria eficaz. 565

Castañeda aseguraba que la respuesta a toda esta situación no podía darla la Universidad aislada como institución, sólo sería posible con el pueblo organizado y combativo con el que debían estar los universitarios. La crisis de la Universidad formaba parte de la crisis nacional y junto con ella debía solucionarse:

El problema de la educación superior sólo podrá resolverse bajo otro régimen y con otro gobierno; con un gobierno capaz de emprender las transformaciones revolucionarias que solucionen la crisis del sistema, representativo de los intereses mayoritarios del pueblo guatemalteco, por consiguiente, con un gobierno que sea auténticamente democrático. Y, para eso, estamos convencidos de que la posibilidad de derrocar al gobierno actual y sustituirlo por un gobierno de este tipo, nunca ha estado tan cerca como ahora. […] Tenemos ante nosotros un futuro promisorio que se está construyendo ya, día con día en las heroicas luchas de nuestro pueblo. Es imposible seguir tolerando la opresión de un régimen enemigo de la razón, que nos persigue y nos asesina por el único delito de intentar utilizar nuestras facultades intelectuales en beneficio de nuestra patria. La revolución es una necesidad no sólo para las grandes masas desposeídas, sino para todos aquellos que quieran vivir y pensar libremente. Nuestra Universidad deberá florecer como una Universidad del pueblo y para el pueblo, y para eso necesitamos absolutamente, de la revolución. Sólo así podremos cumplir por primera vez, cabalmente sus elevados fines. La lucha no puede reducirse, entonces, a los recintos universitarios, sino que debe fundirse plenamente con el conjunto de las luchas de nuestro pueblo. 566

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567. Gilberto Castañeda. Carta al pueblo, 5.

568. Ibid, 6.

En ese momento se tenía la percepción triunfalista que invadía a la guerrilla ante la caída del gobierno de Somoza en Nicaragua y el crecimiento de la lucha en El Salvador. Con la última declaración Castañeda había quemado los puentes para permanecer en el escenario institucional, no obstante, parecía seguro de que volvería con un nuevo gobierno revolucionario a retomar su cargo bajo condiciones más promisorias.

Por todo eso, y porque soy consecuente con la lucha que hoy se libra en nuestra patria; porque estoy convencido de que la Universidad ha quedado rebasada por la crisis; porque soy fiel al espíritu universitario que me animó a asumir el cargo de Decano; porque creo que es posible lograr una Universidad científica y progresista y veo en el presente obstáculos enormes para su desarrollo; porque se me oprime y reprime por mi manera de pensar; porque se me persigue por la posición inclaudicable mantenida en defensa de nuestra Universidad, y se me presiona de diversas maneras intentando instrumentarme al servicio del régimen; por saberme víctima de la injusticia y merecedor de una condición de vida mejor, y porque este desangramiento que hemos vivido en la Universidad me ha indicado el verdadero camino a seguir, por todo eso, sin renunciar a mi posición de Decano, asumo el compromiso de ausentarme temporalmente del recinto universitario, para dar mi aporte decidido a la tarea de imponer con la fuerza de nuestro pueblo un Gobierno Revolucionario, Popular y Democrático, que establezca las bases para el cambio de nuestra sociedad. Contribuiré de esta manera y por añadidura, a la resolución definitiva de la crisis universitaria que vivimos, y sólo entonces ejerceré con propiedad y el cargo que ocupo. 567

... sin renunciar a mi posición de Decano, asumo el compromiso de ausentarme temporalmente del recinto universitario, para dar mi aporte decidido a la tarea de imponer con la fuerza de nuestro pueblo un Gobierno Revolucionario, Popular y Democrático, que establezca las bases para el cambio de nuestra sociedad.

G. Castañeda

Su estructurado y apasionado discurso concluía con una exhortación a todos los compañeros con quienes había compartido «este esfuerzo universitario ahora fracasado en su expresión tradicional, para que mediten sobre lo que aquí digo y que, consecuentes con el espíritu democrático que los anima, sepan asumir el compromiso de lucha que el momento actual demanda de todos nosotros como personas conscientes y capaces de participar en el proceso libertario que gesta nuestro pueblo». 568

Al concluir la lectura de la Carta al Pueblo, Castañeda terminó de leer la nota de presentación al CSU en la que expresaba que su intención no era crear dificultad alguna a la Universidad, y consideraba conveniente dejar algunos elementos adicionales para consideración del Consejo.

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569. Nota de Gilberto Castañeda dirigida al CSU, 3 de septiembre de 1980.

En primer término, afirmaba que no renunciaba a su cargo porque consideraba que la represión y el hostigamiento no eran argumentos válidos para alterar una decisión democrática, unánimemente respaldada por su Facultad en su elección a Decano. Además, tenía la convicción de que su ausencia significaba seguir al servicio de la Universidad y su futuro, en condiciones más favorables y con resultados concretos, en un plazo relativamente corto. Aseguraba que se ausentaría temporalmente para cumplir las tareas que ese momento demanda en ejercicio de la posición democrática y progresista que había mantenido; el triunfo en tal empresa significaría, indudablemente, la salida definitiva de la crisis que vive nuestra Universidad. Estaba consciente de que sus acciones lo colocaban fuera de la base legal del país que en consecuencia podrían causar alguna dificultad administrativa al Consejo, lo que no era su intención.

Finalmente, buscando viabilizar la situación administrativa, solicitó «permiso sin goce de sueldo, a partir del mes en curso, por el tiempo más amplio posible atendiendo al espíritu democrático y de compromiso con la patria que me anima, dentro de una comprensión integral del sentido universitario que nos ha orientado siempre». 569

La Carta al pueblo y a los universitarios de Guatemala sería difundida por distintos medios de comunicación y tendría un gran impacto en la población guatemalteca y la comunidad universitaria, en especial, en arquitectura.

Del sueño al letargo 398

570. Aguirre. Entrevista.

571. Castañeda. Entrevista.

El Arq. Eduardo Aguirre resalta la impresión que les dejó esta decisión: «Yo era coordinador de nivel medio y estaba viendo todavía el EPS cuando salió en el periódico que el decano se iba a la montaña. Eso nos indignó a todos. Nos traicionó a los catedráticos, a sus coordinadores y nos dejó una racha de amenazas. Varios catedráticos nos tuvimos que ir. Yo me fui un buen tiempo a los Estados Unidos». 570

Durante años se habló del decano guerrillero, 42 años después de su salida del cargo se tuvo la oportunidad de preguntarle al respecto y respondió:

Yo nunca participé en el movimiento armado. En las noticias decían que miembros de las FAR declararon que yo era de sus integrantes, pero eso no era cierto.

Gilberto Castañeda

«Yo nunca participé en el movimiento armado. En las noticias decían que miembros de las FAR declararon que yo era de sus integrantes, pero eso no era cierto. Debí haber explicado mas claramente cómo me sumaba a la lucha del pueblo. Yo estaba pensando en el movimiento obrero, campesino, estudiantil, en los universitarios. Por eso sentí un golpe al día siguiente, estuvo muy fuerte el titular que sacó un periódico: “Decano de arquitectura se suma a la guerrilla”. Y me dije, si yo nunca hablé de la guerrilla. Yo dije que me sumaba a la lucha del pueblo. De hecho, ya tenía el plan de venirme a México y trabajar en la solidaridad y ayudar en lo que fuera necesario.. 571

Del sueño al letargo 399

Las respuestas del CSU y la Junta Directiva

572. CSU 40-80 3/ de 3 de septiembre. 573. Ídem. 574.Ídem.

Luego de evaluar los distintos planteamientos presentados, el Consejo entró al debate del tema. Se presentó una cuestión de orden, por cuanto las solicitudes de permiso debían ser resueltas en primera instancia, por las juntas directivas. Luego del amplio debate el Consejo resolvió que el planteamiento y manifiesto del arquitecto Castañeda se conociera en sesión extraordinaria, la cual sería convocada para el viernes 5 de septiembre, con los dictámenes correspondientes. A iniciativa de varios miembros del Consejo se acordó recomendar a todos los organismos y dependencias de la Universidad que se pronunciaran sobre el planteamiento del arquitecto Castañeda; que se pidiera especialmente la opinión de la Junta Directiva y del Claustro de la Facultad de Arquitectura y se invitara al arquitecto Castañeda para que estuviera presente en la sesión extraordinaria en la que se trataría el dictamen sobre su manifiesto. 572

En la sesión del 5 de septiembre se conocieron los dictámenes de la Comisión de Política Universitaria y Planeamiento, y del Departamento Jurídico de la Universidad. El Consejo resolvió, por unanimidad aceptar y aprobar los dos dictámenes presentados. En consecuencia, declaró que «Los planteamientos del arquitecto Gilberto Castañeda constituyen lisa y llanamente la expresión de una voluntad muy personal. En nuestra comunidad universitaria, integrada por más de cuarenta mil personas, cada quien tiene la libertad de expresar la suya». El Consejo también estimó que, no obstante que el arquitecto Gilberto Castañeda utilizó papelería con el nombre oficial de la Facultad de Arquitectura y por ende de la Universidad de San Carlos de Guatemala, eso no constituía un acto oficial de la institución. 573

Acto seguido, el Consejo aprobó por unanimidad trasladar la solicitud de licencia del arquitecto Gilberto Castañeda a la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, acompañado de los dictámenes y puntos de actas pertinentes, para lo que tuviera a bien resolver, informando oportunamente al Consejo. Asimismo, elaboraría un documento en el que daría a conocer públicamente la posición de la Universidad y lo publicaría en un campo pagado en los principales medios de comunicación. 574

En sesión del 24 de septiembre el Consejo conocería el oficio 572-80 de la Junta Directiva de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura de fecha 12 de septiembre, en la que se transcribe lo resuelto sobre la solicitud

Del sueño al letargo 400

575. FARUSAC 29-80 3/ de 10 de septiembre.

576. En entrevista personal Castañeda comentó que evalúo la decisión de no renunciar, «eso fue muy complejo porque puse en un aprieto al CSU y a la Facultad».

577. CSU 44-80 6.2/ de 24 de septiembre.

578. M.A. Santa Cruz. Entrevista personal.

579. E. Aguirre. Entrevista.

del arquitecto Gilberto Castañeda. En la nota se expresa que, dadas las implicaciones de la solicitud planteada, solicitar al Arq. Castañeda Sandoval que presentara su solicitud ante esta Junta Directiva o que se hiciera presente para ocupar su cargo, no era más que retardar la toma de decisiones. Con base en la revisión de la documentación, el análisis de las consecuencias y luego de una amplia discusión, Junta Directiva acordó:

3.1) No conceder la licencia solicitada por el arquitecto Gilberto Castañeda, por considerar que la razones y los propósitos para solicitarlas son ajenos a los fines y objetivos de la Universidad; 3.2) Solicitar al Honorable Consejo Superior Universitario que resuelva la separación del cargo; y 3.3) Que, declarada la vacante por dicho organismo se convoque a elecciones de Decano, según lo establecido en el artículo 45 de la Ley Orgánica de la Universidad. 575

El Consejo vistas las razones invocadas por la Junta Directiva acordó declarar vacante el cargo de Decano titular de la referida Facultad con efectos al 24 de septiembre del año en curso y, convocar a elecciones de Decano. 576 En la misma sesión el CSU aprobó la renuncia del Decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Dr. Max Figueroa Ruiz quien también fue objeto de amenazas. 577

De acuerdo con la legislación universitaria, los Decanos serían sustituidos por el Vocal 1 de la Junta Directiva. El arquitecto Santa Cruz ocuparía el cargo hasta el 19 de mayo de 1981 cuando asumiría un nuevo Decano. Al respecto este comenta: «La salida de Gilberto fue sorpresiva. Aunque me molestó la decisión la comprendí porque él tenía riesgos, vivía en un ambiente muy peligroso. Tuve que quedarme a cargo del decanato. Enfrenté escenas desagradables como cuando a Rolando Anleu le quemaron su carro en la Facultad, a Miriam Siekavizza la balearon o a Marco Antonio (el bolo) Flores lo agredieron físicamente». 578

Tras la destitución de Castañeda, Miguel Ángel se quedó como decano. Platicamos que había que recuperar la facultad y reorientarla en un punto intermedio que tomara en cuenta las variables sociales, pero también las técnicas. Luego llegó Marcelino y me nombró coordinador académico, tratamos de borrar la época de diagnósticos y pronósticos y regresar a una unidad académica de calidad y a partir de eso empezamos a impulsar un nuevo cambio curricular. 579

Del sueño al letargo 401

580. CSU 21-81, 6/ de 10 de junio.

La definitiva salida del Rector

Las crecientes amenazas e intimidaciones habían llevado a que en abril de 1980 el Rector Lic. Saúl Osorio Paz abandonara el país y se exiliara en México. Había solicitado al Decano más antiguo que asumiera el cargo interinamente. Pero a seis meses de su salida y en medio de los sucesos que se estaban dando, se llegaría finalmente a admitir que el Rector no regresaría.

Dos meses después de la salida inicial de Osorio, el CSU había evaluado si el Rector estaba en posibilidades de reasumir sus responsabilidades. Pero ya se planteaba que, al vencer el plazo legal de los permisos, lo que procedía sería convocar a nuevas elecciones. Pero el CSU, en ese momento, había considerado que lo más conveniente era ampliar el permiso inicial de Osorio.

El Rector en funciones, Lic. Carrillo Reeves, no estuvo de acuerdo con la decisión del Consejo, por lo que declinó al cargo y fue relevado por el Decano que le seguía en antigüedad, el Ing. Raúl Molina quien tomaría posesión el 14 de julio, el mismo día de la masacre frente al edificio de rectoría. Quince días después, el 1 de agosto al vencer su período como Decano de ingeniería, Molina haría entrega del cargo al Lic. Romeo Alvarado, Decano de Ciencias Sociales y Jurídicas.

La presión a la que estaba sometida la Universidad era intensa y había forzado a abrir un diálogo con el gobierno. El sector progresista consideró que Alvarado había ablandado el enfrentamiento en su búsqueda por normalizar las actividades y orientarse a la academia. Alvarado debía entregar el cargo de Decano el 5 de mayo de 1981, pero se vería obligado a salir exiliado en noviembre de 1980. 580

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581. USAC 44-80, 4.1/1980 de 24 de septiembre.

El 12 septiembre el Lic. Osorio solicitó licencia con goce de sueldo por el término de tres meses más. Esta vez el CSU, por unanimidad resolvió denegar la solicitud. 581 Saúl Osorio, luego de seis meses de ausencia en medio de diferentes confrontaciones al interior de la Universidad y ante la negativa de un nuevo permiso, renunciaría al cargo. Unas semanas después de la salida del Decano de Arquitectura, concretamente el 22 de octubre el CSU aprobó la solicitud de retiro presentada por Osorio y declaró vacante la rectoría de la Universidad.

Sería Leonel Carrillo quien, nuevamente, ocuparía interinamente el cargo desde el 1 de noviembre, hasta que un nuevo Rector electo tomara posesión en junio de 1981. Carrillo había mostrado una visión muy diferente a la de Osorio, consideraba que la Universidad debería distanciarse de la confrontación que había generado muerte y pérdida de importantes cuadros académicos.

La reducción del apoyo institucional a la lucha social se hacía notoria. Esta postura marcaría el accionar de la Universidad de San Carlos e influiría en los hechos que se desencadenaron dentro del movimiento social guatemalteco. Pero también incrementó el enfrentamiento a lo interno de la Universidad y llevaría a cambios en la estructura del poder universitario. La vinculación entre estudiantes y autoridades afines al movimiento social que se había mantenido por más de una década llegaría a su fin.

El movimiento revolucionario seguiría expandiéndose y mantendría el apoyo de grupos universitarios que, de manera independiente, participarían en nuevas estrategias sociales o de lucha guerrillera a nivel urbano y rural.

Del sueño al letargo 403

El retorno que no llegaría

A finales del periodo de Gilberto Castañeda, se desarrolla plenamente la guerra civil que se ponía peor. Mucha gente participó en ella, hubo armas y muertos, cateos en la Facultad de Arquitectura y esto prácticamente llevó al final del movimiento del CRA.

José Asturias

La Facultad de Arquitectura también había sido atacada. Varios de sus integrantes serían asesinados y muchos amenazados. Las intimidaciones habían alterado la calma y el estrés confinaba la aportación fluida de la academia. Algunos coordinadores y docentes renunciaron a sus cargos, otros pidieron permiso, otros más se ausentarían de sus labores. Numerosos estudiantes abandonaron las aulas o cambiarían de Universidad. La situación de tensión y angustia amplificaba las diferencias y se expresaban nuevos altercados a lo interno. El ambiente era de inestabilidad e incertidumbre.

La exasperante situación fue mermando voluntades, la prudencia o el desinterés influirían para que el ya atascado Congreso de Evaluación, se interrumpiera nuevamente. La intimidante situación llevaría al pánico, a la ausencia, a las protestas, a los lamentos, a las renuncias. Pero la más polémica y visible reacción había sido la postura pública del Decano de Arquitectura.

El ataque sistemático que había venido sufriendo la Universidad, las miserables condiciones de existencia, la opresión y la continua persecución, serían los argumentos centrales que llevarían al Decano a una decisión que liquidaría una carrera de propuestas y búsqueda de nuevas posibilidades para la Universidad y su relación con la sociedad.

Durante los últimos días de agosto y los primeros de septiembre de ese nefasto 1980, las alocuciones del Decano habían subido de tono, reprocharía la forma de lucha contra el movimiento social, criticaría al gobierno, a los funcionarios, al presidente y hasta al mismo Consejo Superior Universitario.

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582. En entrevista

Castañeda indicó: Lo primero que hice fue buscar contactos con guatemaltecos que estuvieran ligados con la universidad. En Puebla empecé en el primer semestre del 81 y luego en la UNAM, en arquitectura en el modelo de autogobierno, después me incorporé a posgrados.

El Decano defendió su oposición a un diálogo que consideraba equivocado y claudicante, y sostuvo que, para mantener una ficticia autonomía, las autoridades estaban abandonando la función crítica y científica de la Universidad y el mandato constitucional de participar en la solución de los problemas nacionales, además se había aceptado la anulación de la libertad de cátedra y la autocensura impuesta por el terror. No sólo se había fracasado en el intento de contribuir a una salida viable para la institución, sino que, la Universidad se retraía y sometía sin poder evitar que continuaran la represión, la persecución y el hostigamiento.

A pesar de sus reclamos, comprendió que se encontraba ante un cuerpo social amedrentado, con cuadros de dirección barridos por el asesinato, el secuestro y el exilio y, lo que más lamentaba, dentro de un escenario de aparente normalidad al que ya no pertenecía y en el que no podría sobrevivir. Para Castañeda era cuestión de tiempo para que la otrora pujante y combativa Universidad se desmoronara.

Para revertir la catástrofe total de los universitarios recalcaba, que debían salir de las aulas y fundirse con el pueblo organizado y combativo. Veía cercana la posibilidad de derrocar al gobierno militar y sustituirlo por un gobierno revolucionario, pero se necesitaba “absolutamente, de la revolución”. No matizó su convicción de que era preciso imponer, por la fuerza del pueblo, un gobierno revolucionario que estableciera las bases para el cambio social. Por lo que hizo un postrer llamado para que se asumiera el compromiso de lucha y participación en el proceso libertario que se gestaba.

Pero la respuesta fue la solicitud de la JD de separarlo del cargo y convocar a nuevas elecciones, en tanto que el CSU publicó un comunicado público en el que la institución se desvinculaba totalmente de la postura de Castañeda resaltando que este, había expresado su voluntad y opinión.

A casi año y medio de haber asumido y después de años de lucha, dejaría el cargo de Decano al que todavía creía que podría volver después del triunfo revolucionario. Pero ese día no llegaría. De manera oficial no se sabría más de Gilberto Castañeda, ni de su participación en la lucha revolucionaria. 582

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La guerra interna se recrudecería en los siguientes años sin la participación abierta de la USAC. Las intervenciones de universitarios se darían sin el apoyo institucional y serían igualmente reprimidas, seguirían los secuestros, los asesinatos y las desapariciones de universitarios. La Universidad sufriría cambios radicales, se generarían nuevos enfrentamientos, habría otras muertes y más sangre se derramaría a partir de nuevos modelos de confrontación.

Tabla 16.1

Algunas lecciones que dejó el proceso

Cuando empezás a percibir un malestar o una inquietud de que algo se quiere salir del cauce, hay que prestarle atención. (Julio Fonseca).

Me dí cuenta de que la arquitectura no solo era espacios y formas. Había que desarrollar la sensibilidad social. (Enrique Matheu)

Lo que más me preocupa es que le estemos dando la espalda a la realidad nacional, a la sanidad ambiental, a las contradicciones que existen en los pueblos y ciudades secundarias. Hay personal calificado, pero no potenciamos el amor a la realidad. (Darío Menéndez)

El estudiante comprendió la necesidad de ser sujeto de su propia educación. Todo esto solo se podía lograr mediante la participación, de expresar sus ideas, y darse cuenta de que su voz y opinión cuenta. (Jorge Cordón)

Nos desarrollaron el pensamiento crítico y nos orientaron para no actuar con los ojos cerra dos. (Enrique Matheu)

Los guatemaltecos, pero especialmente la de recha, tienen la cualidad de despedazar cual quier paso de avance democrático. En menor escala fue lo que pasó con la Facultad y mu cho mayor con los acuerdos de paz, se trabajó mucho en ellos, se les puso mucha dedicación, pero quién se recuerda ahora del CRA, quién se recuerda de los Acuerdos de Paz. (P. Pablo Palma)

Se hubiera escuchado más cabezas como Adol fo Lau y José Asturias. (Julio Fonseca)

Depende de quien se elige para dar el segui miento, así serán los resultados planeados. (Glenda Rodríguez)

Estoy seguro que la experiencia valió la pena y es bueno que se recoja la historia para con siderarla en el futuro cuando sea posible una reforma universitaria profunda y coherente con nuestra realidad nacional. (Sergio Duarte)

Se perdió una buena oportunidad, el proceso fue traumático y no satisfizo todas las aspi raciones que algunos teníamos. Nos frustró también, no fue lo que esperábamos. (Héctor Jiménez)

Hay que percibir a tiempo y mejorar. Hay que hacer evaluaciones permanentes. Hacer selec ciones conscientes y genuinas sobre méritos y necesidades. (Julio Fonseca)

La unión hace la fuerza. Hay que involucrarse. (Glenda Rodríguez)

Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas, según se identifica al final de cada párrafo.

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Figura 16.2. Mural: No era tras la muerte a lo que fuimos. !Es tras la vida! Archivo Fotográfico: Oscar Eduardo Barillas.
Reflexiones 410

REFLEXIONES

Los movimientos estudiantiles que se fueron fortaleciendo desde los años sesenta sostenían que las estructuras universitarias necesitaban adaptarse a las nuevas realidades en las que tomaban un papel preponderante la lucha por las reivindicaciones sociales.

El CRA se insertó como un designio revolucionario y se convirtió en un símbolo que posicionó la participación de los estudiantes en las directrices de su propio desarrollo académico, que brotaría de sólidos planteamientos ideológicos coherentes con los movimientos sociales de la época. Con una visión política que se fue aclarando conforme avanzaba el movimiento se irían construyendo herramientas para garantizar, no sólo su aprobación inicial, también su implementación.

El cierre de la Escuela de Estudios Generales incrementó el número de aspirantes que provenían distintos estratos socioeconómicos y generó cambios en la base de la estructura estudiantil y serios conflictos administrativos y académicos que llevaron a medidas impopulares para subsistir en los nuevos escenarios.

Eventos como los tres seminarios sobre El Estudiante de Arquitectura (en 1966, 1970 y 1971), El Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura en 1969, así como el pronunciamiento que la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura en 1970 contribuyeron a la concientización de la comunidad estudiantil de que la orientación de la Facultad no correspondía al momento que se estaba viviendo

La poca participación que se daba a los estudiantes, la percepción que estos tenían de que no se daba respuestas a sus propuestas e inquietudes y la apreciación de estar en una carrera elitista y discriminativa, iban generando crecientes resentimientos que eran alimentados por unos y por otros.

La poca disposición de las autoridades para hacer cambios al paradigma de la Facultad de Arquitectura, la posición de mantener criterios académicos tradicionales y la indiferencia para afrontar de manera participativa la problemática del pensum 1969 fueron síntomas de que la tendencia se mantendría.

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Las autoridades desdeñaron las señales que se estaban emitiendo, no previeron las transformaciones que se acercaban, ni asimilaron los cambios que se estaban teniendo al interior de la universidad. Podría argumentarse que en ese momento la izquierda no estaba posicionada por lo que los dirigentes no lograron prever los alcances de las transformaciones que se acercaban. Pero el movimiento no fue producto de un día para otro, se fueron dando indicios durante la década de los sesenta. En fin, no se ponderó el riesgo, no se escucharon los tambores de cambio que retumbaban al interior de la universidad que, tarde o temprano, harían insostenible el rígido modelo académico administrativo que se seguía implementando.

Ya para entonces los cuatro puntos cardinales mostraban los negros nubarroness que se acercaban. De manera imprudente e inoportuna, desafiaron el clima con la propuesta de normas de evaluación. Esto fue aprovechado para destapar la tempestad y se inició un temporal que haría tronar los cimientos de la joven facultad.

La represa se fue llenando de argumentos y argucias que favorecieron el fortalecimiento de la organización estudiantil y la construcción de vínculos con algunos actores de los movimientos sociales que, sumado a la llegada de un nuevo rector de pensamiento afín, favorecerían las posturas del sector reaccionario.

Conforme se avanzaba era notorio que el bloque de la reestructura daba pasos de manera fluida y firme. Había logrado colocar representantes en puestos claves y promover simpatías dentro de las autoridades universitarias. Esto favoreció inicialmente, la instalación del Congreso y más adelante la consolidación del proceso.

Luego de la crisis inicial generada por los movimientos de abril del 72, parecía que se había superado la inicial resistencia y se habían acordado planteamientos razonables que podían aceptar todos los sectores que participaron durante la inauguración del CRA. Pero el proceso fue tomando cauces ideológicos y esto comenzó a inquietar a algunos de los actores.

El Decano no sería partidario de la reforma, no sería parte de una posible transformación que concibió con tintes políticos y no toleró la presión que esto le generaba. Se consideraba utilizado y no soportaba que se le estuviera haciendo responsable de decisiones que no compartía. A meses de concluir el período para el que fuera electo, se encontraba en una incertidumbre no conocida antes en la Facultad, en un consciente espejismo de conducir un

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barco institucional que se dirigía, imparable, por rutas que desconocía y con una tripulación ingobernable. Tanto así que, con veladas acusaciones de interferencia externa de tintes políticos, presentó su renuncia.

Algunos señalaron que fue un movimiento calculado porque la renuncia no la presentó como irrevocable lo que dio al CSU la opción de no aceptarla y conminarlo a retomar su cargo. Lo que originó, por cuenta del propio Consejo, un vaivén de decisiones y una de las confrontaciones universitarias más delicadas de la época, que además encendería el fuego entre conservadores y progresistas que mantendrían una creciente hostilidad, azuzada por las confrontaciones ideológicas que se daban a nivel nacional.

A finales del convulsivo año, contra viento y marea, sería aprobado el Plan de Estudios de 1972. La estructura curricular sería modificada sustantivamente con un enfoque marxista orientado a la vinculación social de la arquitectura que no cuadraba con la línea dura de los conservadores que luchaban por subsistir.

Para consolidar el movimiento se eliminaría cualquier fuerza que pudiera interponerse en la transformación. En una cuestionada evaluación docente se logró eliminar al cuerpo de profesores con contrato temporal que no servían a los propósitos de la reestructura. En la nómina de 1973 la configuración docente había cambiado totalmente, sólo quedarían unos pocos que habían manifestado simpatía por el proceso. Pero aún quedaban los 17 profesores titulares, la mayoría con un punto de vista en contra de la visión ideológica de la reestructura.

Durante un frustrado proceso para elegir decano se dieron una serie de manipuleos políticos. Finalmente, en junio de 1973, el candidato que se suponía había ganado las elecciones no sería confirmado por el CSU. Pero tampoco sería aprobada la propuesta de autogobierno. Aun así, se creó una figura alternativa que se conocería como el Consejo de Facultad, un órgano paritario en el mismo nivel de la Junta Directiva para tratar aspectos académicos.

Y eso fue todo. Ante las nuevas condiciones el decano renunció en definitiva y se desarticuló totalmente la Junta Directiva. La

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Facultad administrativamente se encontraba en el limbo. La situación sería subsanada con el nombramiento de la Comisión de Dirección y Administración que haría una intervención totalmente favorable a la reestructura. Y tal como esperaban los partidarios del CRA, ya no se convocaría a elecciones hasta que hubiera condiciones favorables para el movimiento.

Con la intervención de la CDA dirigida por personas con la misma orientación ideológica del CRA, se logró desbaratar la poca resistencia que quedaba. Para marzo de 1974, la comisión con el auxilio del bloque de reestructura, lograría consolidar la primera purga con el respaldo del CSU para destituir a un sector de los catedráticos titulares que estuvieron en contra del proceso. Esta decisión llevaría una reacción de repudio en los demás titulares del modelo conservador, que presentarían su renuncia.

Los estudiantes trabajaban por una revolución total dentro de la estructura facultativa y, sin el Decano conservador, sin los miembros de la Junta Directiva que lo respaldaban y sin un claustro que hiciera oposición, sus posibilidades de accionar se habían fortalecido. Con esto la represa estaba llena y los procesos serían desempantanados a conveniencia de los dirigentes. Era el momento de reducir la presión e iniciar un proceso que contaba con todas las condiciones favorables.

Como corolario a esta fase, se lograría integrar un cuerpo de nuevos catedráticos titulares, que apoyaron la participación de un sólo candidato a Decano proveniente de las filas del CRA. Así las cosas, el Decano interino, se convertiría en el Decano electo en octubre de 1974. Con este resultado se esperaba consolidar un gobierno facultativo emanado de las mismas entrañas del CRA, que aseguraría que la transformación siguiera por el derrotero trazado.

El nuevo Decano empezaría a accionar, desde noviembre de 1974, según las estrategias definidas. Convocaría a la integración del Consejo de Facultad, de la coordinación académica y de los comités de áreas. Organismos que permitieron, inicialmente, una mayor fluidez y participación en las decisiones académico-administrativas.

Durante el primer año de gestión se irían revelando algunas oposiciones al modelo.

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Varios de los nuevos docentes no compartían los fundamentos ideológicos del CRA, lo que no favorecía la coherencia con el planteamiento original. Algunos consideraban que el enfoque parecía más un adoctrinamiento ideológico que un impulso a la formación teórico-práctica que la carrera demandaba.

Por un lado, había insatisfacción de un sector que consideraba que se estaban formando arquitectos sociólogos que no respondían al perfil que debía poseer un arquitecto y, por el otro, quienes consideraban que no se daba respuesta a lo que, según los postulados de la reestructuración, la sociedad demandaba.

Parecía que el cambio total del plantel docente no había logrado su objetivo. Se habían perdido valiosos docentes que no pudieron ser sustituidos. A cambio se propiciaría la práctica docente de estudiantes de últimos años afines a los nuevos dirigentes. Pero la falta de experiencia profesional y pedagógica estaba creando diversas inconsistencias e inconformidades.

Por otra parte, estudiantes que habían ingresado para aprender diseño y arquitectura se vieron envueltos en temas que restaban atención al eje central de la profesión. A eso se sumaba la gran cantidad de cursos trimestrales, que serían adversados por los mismos docentes. Además, la concepción de un pensum abierto favorecería el desorden secuencial en la lógica académica del principio de integración, que se había planteado originalmente, y tendría repercusiones contrarias a las esperadas de graduar a los estudiantes en menos tiempo.

Mientras tanto el diagnóstico elaborado por las Unidades técnicoacadémicas de la Universidad había puesto en evidencia que se mantenían importantes aspectos criticados previo al CRA. A eso se sumaba el planteamiento respaldado por la Coordinación Académica sobre la sobrecarga académica, la existencia de prerrequisitos ficticios y la ubicación inadecuada de algunas asignaturas.

En corto tiempo surgirían diferencias sustantivas entre los actores que debían apoyar el mismo proyecto, pero que mostraban discrepancias en las formas de abordarlo. Nuevamente se haría tambalear el escenario y la incertidumbre y la discordia comenzarían a emerger.

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Lo más señalado era el modelo organizativo, en el que se mostraba falta de coordinación y luchas de poder entre la Junta Directiva y el Consejo de Facultad. Los integrantes de este Consejo consideraban que por ser el órgano paritario debía tener la hegemonía en las decisiones académicas, pero la Junta Directiva, como órgano directivo tradicional, mantenía que sus funciones estaban definidas dentro de un marco más amplio y conservaba el poder real de la Facultad. Los conflictos entre ambos organismos, acompañados de señalamientos e intereses personales, posturas ideológicas y reclamos políticos, estaban siendo el caldo de cultivo para un nuevo ciclo de enfrentamientos que se volvía un hábito en la unidad académica. La falta de consensos, las diferencias, los bloqueos, los intereses particulares y las inculpaciones, llevarían a que, a finales de julio de 1975 renunciara en pleno, el primer Consejo de Facultad.

El primer Coneval realizado en octubre, resaltó las diferencias que se habían ido tejiendo. No obtuvo los resultados esperados para la evaluación y realimentación del proceso e impulso del CRA. El primer año de la administración de Méndez Dávila terminaría en preocupantes condiciones.

Los conflictos con el sector estudiantil también habían comenzado a surgir, en gran medida por la demanda de paridad en las decisiones y la exigencia de integrar de manera inmediata un nuevo Consejo de Facultad que la administración ignoraría por más de un año.

El terremoto de febrero de 1976 dio nuevas oportunidades para retomar el proceso. Permitió, inicialmente, la integración de toda la Facultad para responder a la tragedia. Parecía ser una eventualidad que facilitaría encontrar el camino e integrar esfuerzos, no solo para atender la emergencia, también para reorientar la acción académica. Las circunstancias habían llevado a sustanciales modificaciones en los enfoques académicos y del régimen habitual de trabajo y formular el Plan de Integración Académica, PIA.

El PIA calificaba los efectos del terremoto como resultado del sistema de dominación y explotación. Se consideraba una gran oportunidad para experimentar una verdadera transformación y dar a los profesores y estudiantes la coyuntura de un mayor acercamiento con la población y poner en práctica las ideas sobre el papel social de la Universidad.

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A pesar de los esfuerzos por erradicar todo vestigio del pasado académico y político de la Facultad y de que varios de los dirigentes se ubicaban en posiciones claves y dentro del sector docente, también había actores que no estaban de acuerdo con la forma de enfrentar la docencia durante la emergencia.

A cuatro años del CRA, muchos de los antiguos protagonistas ya no estaban en el escenario o habían cambiado su percepción sobre este proceso y, el resultado lógico en el nuevo contexto facultativo fue otro enfrentamiento. Por eso las disímiles percepciones del accionar de la Facultad durante la emergencia. Para unos se estaba politizando la situación y se favorecía la organización de sectores que apoyaran la lucha popular contra el régimen, para otros se podía estar colaborando para afianzar al gobierno militar y, para algunos más, era, esencialmente, una obligación contenida en los fines del Alma Mater.

El apoyo que la Universidad estaba dando a las comunidades afectadas, así como la visión crítica y de concientización social, llevaría a que sectores contrainsurgentes la etiquetaran como promotora de la lucha revolucionaria. Las denuncias y amenazas relacionadas con el activismo y organización social durante el terremoto habían aflorado las diferencias y temores según las posiciones políticas que se perfilaban al interior de la Facultad.

En este panorama el PIA se convirtió en el detonante para una nueva confrontación. Las diferencias sobre la forma de enfrentar la crisis había sido el rebalse para el rompimiento entre el Decano y los principales actores que lo llevaron a ocupar el cargo. Las secuelas y pugnas llevarían a desencadenar una serie de hechos que reducirían la acción impulsora del proceso de reestructura.

1976 dejaría una grieta profunda, no sólo por el sismo, también por la serie de sucesos que sellaron el derrotero académico administrativo de arquitectura. La percepción de falta de apoyo de la Junta Directiva hizo que el bloque se sintiera traicionado y no sólo retiraría su apoyo, también denunciarían al Decano y algunos miembros de su Junta Directiva.

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Renunciaría un importante sector de la dirección académica, que había perseguido la continuidad del proceso de transformación. Los indiscutibles aliados del Decano dejarían el barco como protesta y muestra de su indignación por la falta de compromiso de esa gestión. Pero no hubo un rompimiento al interior del bloque de reestructura, fue un rompimiento entre el bloque y el Decano.

Las afrentas no fueron olvidadas por las autoridades. Paradójicamente la cuestionable estrategia de la purga, que había sido usada años atrás para deshacerse de quienes no apoyaban el CRA, se replicaría y aplicaría a los ahora antiguos aliados, la mayoría estudiantes de los últimos años que ejercían docencia, con plazas de auxiliares de cátedra.

La complejidad de la problemática facultativa había llegado a un punto en el que no se identificaban caminos viables para seguir con el modelo. Hubo que reconocer que no se había obtenido los resultados esperados, aceptar que parte de eso se debía a la falta de experiencia y a la falta de acciones congruentes de las autoridades. A la postre, la percepción era que la anhelada implementación de la reestructuración de Arquitectura no había podido generar la transformación académica y que tampoco había alcanzado el cambio estructural tan defendido en los inicios del proceso. Lo que en su momento había sido una gran victoria, un innovador modelo académico por el que se había luchado desde 1972, se estaba desplomando.

La opción de consenso y recuperación tendría una nueva oportunidad con un proyecto que se preparaba para las nuevas elecciones de Decano que buscaría enderezar el rumbo. El nuevo decano llegaría en un momento que se incrementaría la persecución y el asesinato de líderes estudiantiles, profesionales e intelectuales que apoyaban a los distintos movimientos y sectores sociales.

Ante la escalada de persecución y muerte, el movimiento social, la representatividad estudiantil y la respuesta institucional universitaria se iría reduciendo. Se pudo observar el efecto creciente de la intimidación y la merma de las fortalezas académico-políticas provenientes de la Universidad.

Reflexiones 418

En ese conflictivo escenario, un nuevo Decano asumió a principios de abril de 1979. El arquitecto Gilberto Castañeda buscaba corregir las deficiencias sufridas durante el proceso de transformación, pero el conflictivo escenario se lo impediría.

Las acciones de grupos violentos como el linchamiento de un supuesto oreja frente a la ciudad Universitaria o el asesinato de adversarios del movimiento revolucionario, generarían reacciones que alcanzarían su clímax fatídico el 14 de julio de 1980. Esta fecha fue el punto de quiebre. El terror haría mella. El sacrificio de inocentes no podía continuar y comenzaría un proceso de reacomodo institucional para aminorar los ataques.

La Universidad estaba herida y exhausta. El movimiento de izquierda, que había dominado en los últimos años, perdería el control político del CSU. Los pocos líderes que todavía se oponían abiertamente al gobierno saldrían del escenario y se terminaría de socavar la poca resistencia que iba quedando. En un panorama de desánimo la Universidad suspendería su participación en el movimiento social y se deslindaría totalmente de la acción política revolucionaria, al mismo tiempo que se observaría la reducción de los ataques hacia la institución.

La Facultad de Arquitectura también había sido atacada. Varios de sus integrantes fueron asesinados y muchos amenazados. Las intimidaciones habían alterado la calma y se confinaba la participación fluida de la academia. Algunos coordinadores y docentes renunciaron a sus cargos, varios pidieron permiso, otros más se ausentarían de sus labores. Numerosos estudiantes abandonaron las aulas o cambiarían de Universidad. La situación de tensión y angustia amplificaba las diferencias y se expresaban nuevos altercados a lo interno. El ambiente de inestabilidad e incertidumbre llevaría al pánico, a la ausencia, a las protestas y a las renuncias.

El Decano de Arquitectura sostenía que era preciso imponer, por la fuerza del pueblo, un gobierno revolucionario; que estaba cercana la posibilidad de derrocar al gobierno militar y que, para revertir la catástrofe total, los universitarios debían salir de las aulas y fundirse con el pueblo organizado y combativo.

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El Decano haría un último llamado para que se asumiera el compromiso de lucha, pero la respuesta fue un comunicado público en el que la institución se desvinculaba totalmente de esa postura y su posterior destitución y convocatorias a elecciones para sustituirlo. No se sabría más del exdecano, ni de su participación en la lucha revolucionaria.

La guerra interna se recrudecería en los siguientes años sin la participación abierta de la USAC. Las intervenciones de universitarios se darían sin el apoyo institucional y serían igualmente reprimidas, seguirían los secuestros, los asesinatos y las desapariciones de universitarios. La Universidad sufriría cambios radicales, se generarían nuevos enfrentamientos, habría otras muertes y más sangre se derramaría a partir de nuevos modelos de confrontación.

La Facultad de Arquitectura terminaba un capítulo iniciado a principios de los años setenta, que seguiría siendo referencia de la lucha estudiantil universitaria en Latinoamérica. Por un tiempo permanecería la estructura curricular con los ajustes que se habían hecho durante el proceso y se mantendría la orientación hacia la práctica social como parte de una acción legitimada de la Facultad ante la sociedad. Otros fundamentos propios del modelo, como el gobierno paritario, se diluirían. El pensum 72 se conservaría durante los siguientes dos años con pocas modificaciones, hasta que, la administración de un nuevo Decano electo iniciara un proceso de actualización curricular que se conocería como el Pensum 82.

Se habían creado dos Facultades en otras universidades, quizás más adaptadas al pensamiento del bloque de fundadores. No obstante, en muchos de los actores prevalecía la duda y el sentimiento de pérdida al haber permitido que se fueran profesores de alto nivel como Roberto Aycinena, Pelayo Llarena, Adolfo Lau, José Asturias, Guido Ricci y otros más. La llegada de docentes con perfil adecuado fue lenta y no sería suficiente para hacer frente al proyecto que se había planteado.

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50 años después del inicio de un histórico movimiento, corroboramos que, indiscutiblemente, el CRA llevó a la transformación de la Facultad de Arquitectura. Una Escuela que ha seguido evolucionando y adaptándose a distintas realidades y que mantiene los principios impulsados durante ese período, que son totalmente congruentes con los fines de la Universidad Nacional.

Entre tanto, en la distopía de un planeta pospandémico, que padece las repercusiones en una guerra que ha desdibujado el mapa geopolítico y que amenaza con una escalada bélica en un mundo agobiado con caóticas realidades, con avisos de nuevas calamidades y alarmas de diversa índole; en el que se mantienen de manera creciente múltiples problemas socio económicos, una crisis climática que ha modificado las realidades en diferentes partes del orbe; seguimos viendo que en Guatemala permanecen los problemas de la pobreza, de vivienda, de falta de planificación y de desorden urbano que se plantearon hace medio siglo en los diagnósticos del CRA.

Y en ese devenir nos vemos inmersos en una universidad afectada por problemas políticos y académicos, que han trastocado las fibras de la institución a partir de la transgresión de sus fundamentos legales y éticos de una manera que no corresponde con los valores que a través de la historia se han ido construyendo. Con un régimen universitario deslegitimado e impuesto con acciones inéditas e irreflexivas que han afectado y ensombrecido a los universitarios.

Ante esta deleznable realidad, nos cuestionamos, ¿hacia dónde va nuestra facultad, hacia dónde nuestra Universidad, hacia dónde va Guatemala?

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Entrevistas

Realizadas por el autor durante el segundo semestre de 2022:

Eduardo Aguirre. Elaboró el proyecto de creación del EPS. Participó en el Plan de integración para atender el terremoto de 1976. En la década de los 80 fue Coordinador Académico y Decano. (22 de agosto de 2022)

José Asturias. Entró como docente durante la gestión de Carlos Asensio. Coordinador Académico durante 1972 y 73. Fue parte del Grupo Técnico que elaboró el Proyecto de Reestructura. Se retiró en 1973 durante la intervención de la facultad. (9 de agosto de 2022)

Pedro Asturias. Fue Presidente de la AEDA en 1969. Activo impulsor del proceso del CRA. Se retiró de la Facultad luego de la elección de Lionel Méndez como decano. (3 de agosto de 2022)

Gilberto Castañeda. Presidente de la AEDA, Representante estudiantil ante el CSU. Participó en el Plan de integración para atender el terremoto de 1976. Coordinador de UTA-ARQ, Secretario de la Facultad y Decano de 1979 a 1980. (9 y 10 de agosto de 2022)

Jorge Cordón. Fue miembro de la Constituyente de AEDA que exigía al decano la integración de los organismos paritarios en 1975. Realizó el EPS durante el terremoto y puso en práctica los criterios del Plan de integración Académica. (8 de agosto de 2022)

Sergio Duarte. Miembro de la Junta Directiva de AEDA. Representante estudiantil ante la coordinación académica en 1974. Integrante del primer Consejo de Facultad en 1975. Coordinador general de la constituyente de AEDA en 1975. (3 y 4 de agosto de 2022)

Luis Estrada. Vocal 5 de Junta Directiva en 1972. Fue parte del Grupo Técnico que elaboró el Proyecto de Reestructura. Profesor auxiliar en los cursos de Realidad Nacional. Integrante del primer Consejo de Facultad en 1975. . (3-9 septiembre de 2022)

Mario Flores. Vocal 5 en 1961 y Vocal 3 en 1969 ante JD. Profesor de composición. En un cuestionado proceso ganó las elecciones a decano en dos oportunidades, pero en ambas el proceso fue anulado por el CSU. (15 de agosto de 2022)

Julio Fonseca. Representante estudiantil ante el CSU en 1971. Vocal 4 de JD en 1974. Participó en el Plan de integración Académica de 1976. Secretario de la Farusac de 1975 a 1976. Profesor auxiliar, profesor de Taller Síntesis y Coordinador de Taller Nivel medio. (2 y 3 de agosto de 2022)

Enrique Matheu. Miembro del grupo Estudiantes de Arquitectura EDA. Apoyó la campaña de decano del Arq. Mario Flores. Fue promotor de la creación de la Carrera de Arquitectura en la Universidad Rafael Landívar a la que se trasladó. (16 de agosto de 2022)

Darío Menéndez. Presidente de la AEDA 1967-1968. Catedrático Titular de la Facultad desde 1974. Coordinador de la Unidad de Taller Síntesis. Integrante del primer Consejo de Facultad en 1975. Era representante catedrático al CSU en 1980 cuando salió Gilberto Castañeda. (26 de julio de 2022)

Pedro Pablo Palma Lau. Electo representante estudiantil de primer año en 1972. Escribió un polémico documento La encrucijada de la Facultad de Arquitectura. En 1975 dejó la Facultad para vincularse de lleno con la guerrilla, en 1979 se fue a la montaña y permaneció en el movimiento revolucionario hasta la firma de los Acuerdos de Paz. (6 de septiembre 2022)

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Guido Ricci. Fue de la primera promoción de estudiantes que ingresaron en 1954 al Departamento de Arquitectura en la Facultad de Ingeniería. Catedrático Titular de diseño y Coordinador del Departamento de Edificación. Renunciaría durante la crisis del CRA en 1973. (11 y 12 de agosto de 2022)

Glenda Rodríguez. Colaboradora del Grupo Técnico que elaboró el Proyecto de Reestructura y asistente del congreso. Profesora auxiliar de la unidad de Matemáticas y Estadística desde 1975. Posteriormente sería profesora Titular. (23 de agosto de 2022)

Miguel Ángel Santa Cruz. Profesor de Planeamiento desde 1973. Coordinador de la Unidad de Ciencias sociales y planeamiento. Integrante del primer Consejo de Facultad en 1975. Vocal 1 de Junta Directiva. Se quedó a cargo del decanato a la salida de Gilberto Castañeda en 1980-81. (3 de agosto de 2022)

Fernando Salazar. Ingresó a la Facultad en 1972 cuando se inició el movimiento de reestructura. Fue auxiliar en la Unidad de Tecnología de la Construcción y de Medios de comunicación. En 2022 sigue siendo catedrático Titular del Área de Construcción. (2 de agosto de 2022

Erwin Solórzano. Catedrático Titular. Coordinador de Área 1. Coordinador de Nivel Medio. Participó en el Plan de integración para atender el terremoto de 1976. Integrante del segundo Consejo de Facultad a partir de 1977. (14 de agosto de 2022)

Ramiro Soria. Miembro de la Junta de Administración del CRA. Profesor auxiliar en el área de Teoría e historia de 1974 a 1976. Coordinador de grupos del área de occidente durante el terremoto. De 1977 a 1982 fue profesor en tecnología y construcción y taller síntesis. (30 de julio de 2022)

Entrevistas obtenidas de: Avendaño, A. Historia de la Facultad de Arquitectura de la USAC, (2008):

Carlos Asensio (†). Catedrático titular y Decano de 1969 a 1973 durante el estallido del movimiento del CRA.

Julio Corea (†). Catedrático Titular desde 1974. Posteriormente sería decano de 1994 a 1999.

Víctor Cohen. Electo Vocal 3 ante JD por el Colegio de Arquitectos. Estuvo presente cuando estalló la crisis en 1972 y 1973.

Jorge Escobar. Docente y Coordinador de la Unidad 1.2 de Física y Estructuras. Ocupo el cargo de Secretario de la Facultad del 1 de noviembre de 1977 hasta la salida de Lionel Méndez.

Héctor Jiménez (†). Presidente de AEDA en 1972. Miembro de la Comisión 3, para evaluar a los docentes que continuarían en 1973. Profesor auxiliar del área de Estructuras desde 1973. Representante estudiantil ante el CSU en 1974.

Jorge Montes (†). Fundador de la carrera de arquitectura en la Facultad de Ingeniería en 1953 y luego de la Facultad de Arquitectura en 1958. Sería catedrático titular y el segundo decano electo de 1965 a 1969.

Augusto Vela. Catedrático titular. Secretario de la Facultad de Arquitectura durante el período de Carlos Asensio, 1969-73.

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Entrevistas

6min
pages 443-446

Bibliografía

5min
pages 438-442

La definitiva salida del Rector

2min
pages 416-417

La rebelión del Decano

15min
pages 406-413

El retorno que no llegaría

24min
pages 418-437

Las respuestas del CSU y la Junta Directiva

4min
pages 414-415

Una escalada de ausencias, permisos y renuncias

9min
pages 402-405

Las resistencias se asfixian

5min
pages 396-401

Las secuelas de una masacre

5min
pages 393-395

Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil

2min
pages 391-392

Tras la Semana Santa no se hizo la calma

2min
pages 389-390

Inicia otro año de delirio y muerte

1min
page 388

Un freno al acelerado arranque

3min
pages 382-387

Otro frustrado Coneval

2min
pages 380-381

La reforma curricular de 1980

5min
pages 377-379

El Plan de Trabajo 1979-1983

7min
pages 373-376

La evaluación del CRA

7min
pages 369-372

Asume el Decano para el período 1979-1982

2min
pages 367-368

La represión se intensifica

4min
pages 359-360

Un oscuro panorama

3min
pages 361-366

Las nuevas vinculaciones de Tábano

3min
pages 356-357

Asumen nuevas autoridades

1min
page 358

La segunda purga y sus consecuencias

10min
pages 347-355

Hacia el final de una difícil gestión

7min
pages 341-346

Investigación y dictamen de la Comisión

6min
pages 335-338

Una cruda realidad

3min
pages 339-340

La opinión de otros actores

4min
pages 333-334

Recurso de Amparo

8min
pages 329-332

El desmantelamiento de la base del CRA

1min
page 320

El rompimiento con la línea directiva del CRA

6min
pages 316-319

Los conflictos internos se incrementan

3min
pages 314-315

Las grietas que dejó el sismo

6min
pages 306-313

El Plan de integración Académica 1976

4min
pages 295-296

El Plan de Integración para el segundo semestre

6min
pages 300-303

Exigencias y tambaleos

3min
pages 304-305

Las dificultades para implementar el PIA 76

4min
pages 297-299

Las primeras acciones de Arquitectura

4min
pages 292-294

Un paradigma en crisis

9min
pages 283-291

Los reclamos estudiantiles

4min
pages 280-282

Con el camino despejado

7min
pages 232-239

Primer CONEVAL

6min
pages 270-279

La renuncia del Consejo de Facultad

13min
pages 262-269

Tábano

5min
pages 240-244

Nuevas contradicciones

9min
pages 253-261

La Unidad Técnico-Académica de Arquitectura

1min
page 249

Las nuevas elecciones

8min
pages 227-231

Reorganización académica

4min
pages 224-226

La purga de los catedráticos titulares

5min
pages 221-223

Los permisos de los catedráticos titulares

4min
pages 217-218

Nuevos cambios a nivel nacional y universitario

3min
pages 219-220

Asume la Comisión de Dirección y Administración

6min
pages 212-216

Insatisfacciones y alternativa

3min
pages 206-211

Reclamos, anulaciones y renuncias

3min
pages 202-203

El CSU toma el control de la Facultad

2min
pages 204-205

La decisión sobre el sistema de gobierno

7min
pages 197-201

Se cierra el cerco

5min
pages 190-196

Cambio de la directiva del Claustro

5min
pages 183-184

El bloqueo de las elecciones

10min
pages 185-189

Sustitución de los cuadros docentes

4min
pages 180-182

Una cuestionada evaluación docente

18min
pages 171-179

El Plan de Estudios 1972

18min
pages 151-164

El inicio del nuevo Plan se retrasa

2min
pages 165-166

Dos permisos que aturden

2min
page 170

El modelo de autogobierno

4min
pages 148-150

El CSU aprueba el Plan de Estudios

2min
pages 146-147

Reinician las clases y el movimiento avanza

3min
pages 142-145

El Proyecto de Reestructuración de Arquitectura

7min
pages 138-141

La negativa ante otra decisión del CSU

6min
pages 124-126

Entre estira y encoge

6min
pages 129-137

Rechazo a la exhortación de renuncia

4min
pages 127-128

La toma de rectoría y el cambio de decisión

5min
pages 121-123

La búsqueda del retorno a la normalidad

5min
pages 118-120

Renuncia el Decano

8min
pages 105-108

Reacciones ante el rechazo de la renuncia

17min
pages 109-117

Las causas del rompimiento

12min
pages 86-95

La instalación del CRA

14min
pages 96-104

Un acelerante para el rompimiento

12min
pages 73-78

El cerco político académico

7min
pages 69-72

Un plan de cambio acompaña la toma del edificio

6min
pages 79-83

El espaldarazo del Consejo Superior Universitario

4min
pages 84-85

El escenario interno

6min
pages 66-68

El nuevo contexto universitario

3min
pages 64-65

Fundación de la Facultad

4min
pages 39-42

Se suspenden los Estudios Generales

7min
pages 50-53

Inician los años sesenta

3min
pages 43-44

Los Estudios Generales

8min
pages 45-49

Los acomodos urgentes

13min
pages 54-63

Presentación

10min
pages 15-24

El origen

5min
pages 35-38

Introducción

11min
pages 25-34
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