SEMANA SANTA OSUNA 2019
Nuestra Señora de la Piedad: la Dolorosa ausente de la Semana Santa de Osuna
L
a jornada del Miércoles Santo se libra como una batalla de las flores en cada uno de nuestros templos. Claveles, lirios, liliums, rosas y especies cada vez más exóticas son dispuestas con maestría en pasos y monumentos entre el trajín de los cofrades, languideciendo la tarde por el cansancio y el nerviosismo ante los días grandes venideros. El silencio nocturno, que impera en las calles por las horas del sueño, se interrumpe excepcionalmente por el redoble de un triste tambor que marca el paso de los costaleros del soberbio Crucificado de Juan de Mesa.
El silencio acalla las palabras y en el caso de Osuna las transforma u olvida. “El silencio” era uno de los apelativos con los que popularmente se conocía a la Cofradía de la Misericordia, ante la ausencia de una banda de música en su cortejo. En diciembre de 1948, al elegirse como hermano mayor a don Francisco Olid Maysounave, abogado y catedrático de Geografía e Historia, se incorporaron un gran número de estudiantes del instituto de bachillerato Rodríguez Marín, de donde fue director. De este modo, se empezó a conocer como “los Estudiantes” y siguió el modelo de la homónima sevillana1. En este sentido, fue nombrado hermano mayor honorario el Magnífico y Excelentísimo Señor Rector de la Universidad hispalense2. Desde los últimos años del siglo XX y hasta nuestros días ha imperado la denominación de “la Misericordia”, en alusión al titular cristífero con el que realiza estación de penitencia, consolidándose a partir del Jubileo de la Misericordia convocado por el papa Francisco entre 2015 y 2016. En este ir y venir de apelativos quedó, absolutamente olvidado, el de Nuestra Señora de la Piedad, la advocación y la escultura de la titular mariana de la cofradía que nos ocupa. El diccionario de la Real Academia Española recoge cuatro acepciones para definir la palabra piedad: - Virtud que inspira, por el amor a Dios, tierna devoción a las cosas santas y, por el amor al prójimo, actos de amor y compasión. Amor entrañable que se consagra a los padres y a objetos venerados. - Lástima, misericordia, conmiseración. - Representación en pintura o escultura del dolor de la Virgen María al sostener el cadáver de Jesucristo descendido de la cruz. Ante la primera y segunda definición, viene a colación la cita de la Epístola de los Gálatas 3, 26.28: pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío
Misterio de Nuestra Señora de la Piedad con San Juan Evangelista y María Magdalena
ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Este sentimiento de filiación divina y de hermandad cristiana, que se manifiesta con fuerza en los Evangelios, se expresó en latín con el término pietas, una virtud, derivada de la virtud cardinal de la justicia, por la que el hombre reverencia a Dios con filial afecto y extiende ese amor, no sólo a padres y superiores, sino también a los hermanos. La piedad nos hará vivir con toda confianza en la providencia del Padre: Él conoce nuestras necesidades y cuida de nosotros. No debemos, pues, inquietarnos por nada: los paganos andan tras todas estas cosas (comer, beber, ropa), pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas (Mt 6,32-34). El vicio contrario a la virtud de piedad es la dureza de corazón, que procede de un desordenado amor a sí mismo. El don de piedad, por el contrario, perfecciona el ejercicio de la caridad, y sacando al hombre de su propio egoísmo, lo orienta continuamente hacia Dios y a los hermanos por el amor como medio de perfección humana. >
1.- PASTOR TORRES, Álvaro: “Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestra Señora de la Piedad y San Juan Evangelista”, en Crucificados de Sevilla IV, Sevilla, 2002, pp. 160-162. 2.- RIVERA ÁVALOS, Juan J., “Programa de la Semana Santa de Osuna de 1950”. El Defensor. Folleto de información local. 22, abril 1950, p. 4.
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