“La fortuna de Pascal” Raimon Torres i Alemany / 2n de Batxillerat LLENGUA CASTELLANA_PROSA_2N PREMI Gris como el humo de un ferrocarril recorriendo los Estados Unidos en 1869 llevaban siendo esos días de febrero. Se levantaba cada día y con el desayuno ya hecho se sentaba en su terraza a leer, ya fueran los clásicos grecolatinos u obras naturalistas de Emile Zola. Como de costumbre, los restos de la comida que había preparado para desayunar iban, los más verdes y más blandos, al contenedor de los gusanos, donde estaba haciendo abono para cuando, en poco tiempo, tuviera que empezar a plantar sus pequeños cultivos. Si acaecía que empezaba a llover, su rutina matinal no variaba, él desplegaba el toldo para que este le protegiese de las gotas que incidían sobre él. Si no le llamaba su abogado con alguna noticia que lo hiciera levantar de su poltrona de mimbre todo iba bien, ya que con tantos libros vendidos, en tantos países, con tantos títulos diferentes, se había ganado la independencia de poder vivir una vida apaciguada y libre de preocupaciones. Una vida que, desde un punto de vista filosófico, se podría designar como “contemplativa”, aunque él no se dedicara más que a contemplar su renombre y todo lo que había logrado solo con el uso de su extravagante expresión escrita. Rebosaba hipocresía, siendo uno de los más educados escritores ante el público y alardeando de ser un modelo a seguir entre las juventudes y, al caer la noche, dejando en casa su faceta más racional, ir a dar consuelo a sus más estrafalarios placeres. Conocía tan bien los barrios nocturnos de las grandes capitales de Europa como si de su cuerpo se tratase, y conocía las estratagemas necesarias para mantenerse en las altas esferas de ese perverso y desalmado mundo. Su vida no consistía más que en el desarrollo de sus facetas intelectuales durante el día y el sustento de sus gozos más simples durante las horas oscuras de la noche. No llevaba una vida productiva, con sus éxitos y sus fracasos, desde hacía años, y creía no echarla de menos. Culpaba a su aparente depresión la falta de creatividad, y no se le pasaba por
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