[ 1879 juNIo 7 ] EL EMPRÉSTITO NACIONAL. El 20 de mayo de 1879 el gobierno aprobó pedir un empréstito a la ciudadanía. Un editorial de El Comercio del 7 de junio informa que: "La suscrición (sic) al empréstito no arroja hasta ahora una cifra considerable. Lo que se ha reunido, no se debe ciertamente al concurso de los capitalistas, sino al esfuerzo generoso de las clases menos acomodadas de nuestra sociedad, que se han apresurado a llevar al Tesoro una parte de sus ahorros de muchos años, o a empeñar sus rentas para pagar los primeros dividendos de un empréstito destinado a salvar al país, al que deben sin duda mucho más, los que hasta ahora nada han hecho de su parte para cubrirlo, que aquellos que se han esforzado con noble desinterés por suscribirse a él".
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PERÍODO 4
[ CAPÍTULO 4 ]
totalidad, la ley autorizó el aumento de la emisión de billetes fiscales por la suma que faltase para completar 8 millones efectivos. Es decir, el Congreso abrió la puerta que por otra ley había cerrado, para el aumento de la moneda de papel. El empréstito nacional produjo en la República solo las siguientes sumas: Soles Plata Lima Lambayeque Liber tad Piura Huánuco Cuzco Puno Arequipa Apurímac Loreto Ica Huancavelica Cajamarca Callao Áncash Ayacucho
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_____ S/. 233
Billetes 922.126.33 27.886.00 25.295.00 18.590.00 13.145.00 10.723.20 10.484.65 5.406.90 3.516.24 3.336.80 3.224.00 3.015.00 2.658.85 1.408.00 1.350.00 550.40 ___________ 1.052.716.37
El Comercio de 7 de junio de 1879 criticó editorialmente que suscribieran el empréstito sobre todo las gentes de poca fortuna y no los fuertes capitalistas como se había pensado.
[ II ] RENUNCIA DEL MINISTRO IZCUE.- El 15 de julio de 1879 fue aceptada por el vicepresidente La Puerta la renuncia del ministro de Hacienda José Rafael de Izcue. El historiador Paz Soldán explica esta dimisión del siguiente modo: "El Vicepresidente (La Puerta) por una de esas aberraciones, por desgracia tan frecuente en nuestra vida política, llevado por sus ideas propias o de las que le eran sugeridas por otros, creía que, aparte de buenamente dejar a un lado la ley sobre emisión de papel, podía proporcionarse fondos suficientes y oportunos por otros medios; y una vez que, agotados ya los recursos y sus combinaciones financieras, el ministro de Hacienda le manifestó la ineludible decisión de apelar a otros arbitrios y que en su concepto no había otro, fuera de la emisión, que satisficiera las exigencias de la actualidad, le contestó por medio de una carta oficial diciéndole que 'estaba resuelto a no acudir a la emisión de papel por muy graves y urgentes que fueran las necesidades de la guerra' (junio 8). Esta carta, publicada en los diarios de la capital, produjo profunda sensación en todos los círculos políticos y comerciales. Despreciado oficialmente el último medio circulante, subieron, por consiguiente, los precios de todas las mercaderías y se cerraron las arcas de los particulares que ya sabían el insignificante valor de los billetes fiscales. El ministro de Hacienda recibió como un reto la carta y su publicación; y si hasta entonces en fuerza del patriotismo había expuesto su salud, notoriamente quebrantada, al servicio de la nación, con tal incidente resolvió retirarse. En vano se intentó convencer al Vicepresidente de la necesidad de ocurrir al único medio expedito para pagar al ejército y hacer otros gastos urgentísimos; a falta de razones un no era su respuesta".