FERNANDO VALERIO VALERIO HOLGUÍN FERNANDO HOLGUÍN 14 Año 21 Nacional Pedro Mir Cuadrivium o la construcción del Poeta
Pedro Mir o la construcción del Poeta Nacional
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Qué es un poeta nacional? Según Bruno Lavalle, “Llamamos poeta nacional al que es aclamado por la nación, ya como el gran cantor de sus glorias, ya como el gran cantor de sus sentimientos; al poeta, a quien, más que su obra misma, la colaboración nacional llega a inmortalizar” (38. El énfasis es mío). Habría que diferenciar entre “aclamar” y “nombrar”, ya que el poeta nacional dominicano Pedro Mir, si bien fue un “aclamado” poeta por sectores populares, estudiantiles, democráticos e intelectuales de izquierda, fue el Congreso Nacional el que lo “nombró” Poeta Nacional en 1982. Aunque muchas veces “la obra” es menos importante que el prestigio social y político del nombre, en el caso de Pedro Mir, su poema “Hay un país en el mundo” fue decisivo en la “colaboración nacional” para el “reconocimiento” del mismo como Poeta Nacional. Lavalle agrega que “.... el poeta nacional es casi siempre el que encarna el sentir de la multitud, no la verdad de la multitud” (42). En el caso de Pedro Mir, ¿existió una multitud?, y si existió, ¿cuál era el sentir de esa multitud? Entre la realidad y el mito, se dice que Mir convocaba multitudes de hasta seis mil personas (Labastida xii). En ese sentido, Lavalle cita al ensayista norteamericano Ralph Waldo Emerson para quien “The poet is the sayer, the namer… namely, poets, are natural sayers…” [El
poeta es el que habla, el que nombra…. Los poetas, son de manera natural los que hablan....] (42). En otras palabras, el poeta nacional es la voz de la nación. El poder de decir, de nombrar lo importante, lo necesario para la nación. Esto es lo que lo hace acreedor de tal título. Pero, ¿qué es lo importante, lo necesario para la nación? ¿Qué es lo que la nación quiere escuchar? Como “la voz poética de la República Dominicana”, Pedro Mir estaba llamado a decir lo que la “multitud” quería escuchar, a nombrar “lo importante” de la nación en un momento determinado. Pedro Mir (1913-2000) se da a conocer en el país con un gesto canónico de parte de nadie más y nadie menos que el Maestro Juan Bosch, quien en 1937 trabajaba como editor de la página literaria del periódico Listín Diario y al recibir los poemas de un joven llamado Pedro Mir, anuncia la posibilidad de la llegada del poeta-mesías con las siguientes palabras: “Aquí está Pedro Mir. Empieza ahora, y ya se nota la métrica honda y atormentada en su verso. A mí, con toda sinceridad, me ha sorprendido. He pensado: ¿Será este muchacho el esperado poeta social dominicano?” (Bosch 9). Veinte y seis años más tarde, en 1963, el poeta y filósofo mexicano Jaime Labastida lo “descubre”, a través del poema “Hay un país en el mundo” y queda “deslumbrado” con su poesía. En 1972, Labastida gestiona la publicación,
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