IGNACIO F. F. RODEÑO RODEÑO ITURRIAGA IGNACIO ITURRIAGA Cuadrivium 14 Año 21 viaja en “La guagua aérea” Luis Rafael Sánchez y Ernesto Quiñonez: lo pícaro
Luis Rafael Sánchez y Ernesto Quiñonez: lo pícaro viaja en “La guagua aérea”
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Es la reclamación legítima de un espacio, furiosamente, conquistado. ¡Es el espacio de una nación flotante entre dos puertos de contrabandear esperanzas! –La guagua aérea
n el mundo de las letras americanas, y especialmente en los estudios de frontera, es imprescindible tener en cuenta la obra del escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez (1936). Así, en su ensayo “La guagua aérea” (1994), a partir de la imagen de la guagua como espacio intersticial que se desplaza entre dos mundos y que los conecta como si de un puente se tratara, el autor construye un contra-espacio dentro del discurso narrativo donde todos aquellos lugares que se pueden encontrar en una cultura están simultáneamente representados, contestados e invertidos. Se trata de un espacio diferente del espacio al que el texto interpela pero que marca un lugar culturalmente definible que actúa como un microcosmos que refleja patrones culturales y órdenes sociales más extensos. Es a través de esta heterotopía foucaultiana que Luis Rafael Sánchez interpela a un concepto de identidad puertorriqueña que permite verse reflejados a los neorrican, así como a otros puertorriqueños afincados en los Estados Unidos. Es precisamente esta noción de identidad compartida la que nos facilita el reconocer la importancia de la obra escrita de Sánchez dentro de los estudios de literatura latina en los Estados Unidos, aunque a este se le considere un
escritor puertorriqueño y no neorrican. Además de en “La guagua aérea”, Sánchez nos presenta una heterotopía similar en su novela La guaracha del Macho Camacho (1976), y es lógico pensar que los neorrican se vean también reflejados de alguna manera en esa conciencia identitaria. Ernesto Quiñonez (1969), un escritor neoyorquino de ascendencia ecuatorianopuertorriqueña se describe a sí mismo como un producto de El Barrio, insertándose de lleno en la literatura hispana de los Estados Unidos. Mientras que todo lo publicado por Quiñonez hasta ahora se ha desarrollado en ese ámbito del Barrio, el autor prefiere que se piense que su obra podría desarrollarse en cualquier espacio intersticial, sea este el universo latino de los Estados Unidos o no. De la misma manera que lo que ocurre a bordo del avión que traslada a los pasajeros de Puerto Rico a Nueva York podría darse en cualquier otro microcosmos que se desplace entre dos realidades, Ernesto Quiñonez quiere postular que, aunque sitas en El Barrio, sus narrativas se ocupan de problemáticas que podrían desarrollarse en cualquier microcosmos urbano sujeto a las mismas pulsiones. Es por esta razón que en una entrevista concedida a Minnesota Public Radio en 2004, Quiñonez, en respuesta a un comentario que lo encasilla
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