Historia y Desastres en América Latina (Volumen I)
una constante entre los pueblos americanos, antes y después de la conquista. La Serenísima Reina de los Ángeles o Virgen de los Terremotos fue invocada en San Salvador para que cesaran los terremotos en 1594 (Romano), mientras que una imagen de la misma madre de Dios sudó misteriosamente y lloró lágrimas de sangre advirtiendo los sismos peruanos de 1687 en Lima, y en Ambato y Patate en 1698 (Musset). La misma Santa Rosa de Lima había profetizado maremotos y terremotos (Aldana). En algunos casos, la presencia de la imagen permitía que amainaran los movimientos y, de no ser así, era sustituida por otra divinidad que ofreciera resultados más efectivos. Particularmente interesante al respecto resulta el ensayo de Lupe Camino, que analiza la concepción andina de los desastres a partir de una crónica clásica del siglo XVI. Más que datar o identificar determinados fenómenos destructivos, se dedica a revisar lo que denomina "la forma en que son concebidos los desastres" y si dichas concepciones acrecentaron la vulnerabilidad de la población andina. Relata actitudes o incluso medidas concretas adoptadas de manera comunitaria para prevenir o bien afrontar los desastres cotidianos y relaciona este tipo de relatos y prácticas de esa época, con otros similares aún presentes en la población campesina andina del norte peruano, es decir, concepciones y prácticas que se han mantenido constantes por centurias entre los pueblos andinos. Si bien la presencia divina asociada con fenómenos naturales destructivos parece una constante en diferentes culturas y en diversos momentos históricos, ninguno de los ensayos aquí reunidos hace referencia a ciertos agüeros que sabemos aparecen con regularidad tanto en el pasado lejano como en el presente. Eclipses, cometas o cielos rojos anunciaban y anuncian males por venir. La ciencia moderna parece desementir tales asociaciones; sin embargo no ha logrado extirparlas del todo. Desde la llegada de las ideas ilustradas a América se inició un proceso de análisis e interpretación de la naturaleza, fuertemente influido, incluso hasta el siglo XX, por ideas aristótelicas que, según muestran algunos ensayos de este libro, no están tan alejadas de la "verdad científica" actual. Los eventos. Todos los ensayos están relacionados con uno o varios eventos o amenazas de origen natural. Fueron en su mayoría temblores o erupciones volcánicas los que desataron el desastre o los desastres relatados, pero encontramos también inundaciones y sequías y, en menor medida, epidemias, plagas, ciclones, granizadas y heladas. En algunos casos, la asociación de varios eventos provocó situaciones verdaderamente críticas. En todos los ensayos es evidente que, como mencionábamos, el evento natural constituye el "pretexto" para describir y analizar procesos más amplios que revelan las diversas vulnerabilidades acumuladas por años. Sin embargo, es importante resaltar que las amenazas naturales, en sí mismas, con frecuencia influyen de manera importante en la forma en que se manifiestan dichos procesos. Los ensayos muestran claramente las variaciones provocadas ante la presencia de los dos tipos de eventos que incluyen: de impacto súbito (temblores, erupciones volcánicas, inundaciones, maremotos, ciclones, granizadas o heladas), y de impacto lento (sequías, epidemias y algunas inundaciones. Véase cuadro 2).
Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina http://www.desenredando.org
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