Historia y Desastres en América Latina (Volumen I)
Migraciones y desastres sísmicos En los primeros años de existencia de San Salvador, la actividad sísmica se habría convertido en un elemento explicativo de los movimientos migratorios de la ciudad hacia las áreas rurales. Sin pretender afirmar que fue éste el elemento de mayor importancia, resultan notables los virtuales abandonos de San Salvador que desencadenaron los primeros desastres sísmicos durante la época colonial. A consecuencia del terremoto de 1575, la ciudad de San Salvador, que en 1570 tenía cerca de 130 habitantes,() para el año de 1576 había quedado "prácticamente deshabitada".() Nuevamente en 1594 se repitió la actividad sísmica y se presentó la misma reacción migratoria. Ha podido establecerse que, después de este último evento, se registró una fuerte emigración de la población, llegándose a estimar que la ciudad pasó de 750 habitantes en 1586,() a sólo 300 para el año de 1594; más del 50% menos en sólo ocho años.() Si bien estas evidencias señalan a los terremotos como factor explicativo del abandono temporal de la ciudad, no puede soslayarse que la forma en que se organizaba la producción en aquella época mantuvo un crecimiento demográfico urbano relativamente lento entre los siglos XVI y XVII. Ello obedeció, mayormente, a la necesidad de los encomenderos de permanecer cerca de las poblaciones indígenas para controlar los cultivos y el trabajo de sus encomendados;() así, las actividades económicas básicas se llevaban a cabo principalmente en las haciendas, mientras que las que se realizaban en San Salvador tenían una importancia relativamente menor. Esta relativa independencia permitió que, después de un terremoto, existiera la capacidad de trasladarse a otras regiones sin poner en peligro los propios medios de subsistencia. Con todo, no puede negarse que las migraciones de 1576 y 1594 fueron extraordinarias, aun considerando las grandes tendencias migratorias de la época. El retorno de la población a la ciudad, empero, levanta importantes interrogantes sobre las motivaciones para hacerlo. No es descabellado sugerir que pudo deberse a la influencia de las autoridades coloniales y eclesiásticas, las cuales promovieron el retorno a la zona destruida pues, como se mencionó antes, después de los terremotos se llevó a cabo la reparación y construcción de nuevas edificaciones y continuó manteniéndose en la ciudad la sede del poder colonial. Adicionalmente, esta zona se encontraba muy cerca de una de las más importantes áreas agrícolas de la época. EVOLUCIÓN DE LA RESPUESTA A LOS DESASTRES Durante los eventos posteriores a la independencia, fue posible detectar algunas modificaciones importantes en la forma en que se dio respuesta a situaciones de desastre e, inclusive, el surgimiento de algunas medidas que involucraban obras físicas de considerable magnitud. Si comparamos la naturaleza de estas medidas con las adoptadas en la época de la Colonia apreciamos, más que un considerable cambio cualitativo, un cambio de énfasis. En alguna medida, lo anterior pudo haber obedecido al tránsito de una percepción eminentemente religiosa de los desastres, promovida por la Iglesia católica, a una en la que existía mayor conciencia de las opciones para mitigar los efectos de los desastres provocados por actividad sísmica.
Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina http://www.desenredando.org
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