Cosas difíciles de hablar MARIELA GRISEL MENDOZA GÓMEZ A mi padre Hola papá, lo que estás a punto de leer es un resumen de las cosas que quisiera decirte y que me cuesta mucho expresarlo personalmente porque para empezar siempre se me ha complicado hablar abiertamente de mis sentimientos y porque nuestra comunicación no ha sido la mejor. Los primeros recuerdos que tengo de ti los tengo registrados desde que tenía dos o tres años, no los tengo claros, pero tengo presente algunos momentos cuando me cargabas, fui creciendo y me di cuenta de que no siempre estabas en casa porque trabajabas y cuando llegabas a casa me emocionaba mucho y corría a abrazarte, por ese entonces vivamos en el Estado de México junto con mi madre. Después nos mudamos al estado de Hidalgo cerca de la casa de mis abuelos paternos, de ahí tengo recuerdos más claros en los que jugabas conmigo, haciéndome caballito y me subías a tu espalda mientras yo me sostenía fuerte e intentaba no caerme, o que me tomabas de las manos y me dabas vueltas hasta marearme, también tengo presente que tenía muchos juguetes y bastante ropa, solo que a diferencia de cuando vivíamos en el Estado de México solo te veía los fines de semana y no diario como antes lo era, pues trabajabas en el entonces DF y por eso me emocionaba más cuando te veía llegar porque no te veía en días. Crecí otro poco y comencé a notar los problemas que tenías con mamá, las discusiones en voz elevada que tenían, y las quejas de mi mamá; comúnmente los adultos suelen pensar que los niños no entienden las cosas porque están pequeños y por eso lo hablan sin problema, pero no son tontos y aunque haya cosa que no comprendan al cien, claro que comprenden. Lamentablemente de mi madre no tengo los mejores recuerdos, me tocó ver cosas
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