No se necesita mucho para ser el mejor MARCELA VIVIANA LUGO VALENCIA
Hace un par de días mi padre nos invitó a comer a mi madre y a mi, de repente en el transcurso empezamos a hablar sobre el aumento del pasaje en el estado de Hidalgo, de donde es originario mi papá, por lo cual va de visita muy seguido y se dio cuenta que subió el pasaje, un número considerable desde que inició el año y que probablemente iba a subir un poco más. Entonces mi papá nos empezó a contar sobre su infancia, lo cual a mi en particular me pareció interesante y me sorprendió un poco ya que nunca había tocado ese tema. Por lo que comenzó algo así: "Recuerdo cuando yo era niño y antes nos íbamos caminando de un pueblo a otro, no eran metros si no kilómetros. Cuando eres niño todo se te hace relativamente cerca, ahora míranos tomando taxi o camionetas para ir casi a la vuelta de la esquina”. Me acuerdo de que una vez mis hermanos y yo fuimos ha acarrear agua al pozo, al otro lado del pueblo siempre íbamos con nuestros botes o cubetas. Nos parábamos desde temprano para que no nos agarrara el sol, un día nos mandaron como ya era costumbre a traer agua y como siempre íbamos jugando, de regreso nos veníamos empujando y echando carreritas, de repente mi hermano José (el más chico) se calló con una piedra, ya que antes no estaban pavimentadas las calles y habían muchas piedras grandes y pequeñas, además algunas eran lisas y otras más eran filosas y porosas, mi hermano al momento de caer se abrió la pierna y se
75