La mañana del Jueves Santo, la mañana de la Esperanza, del verde en las calles. Mañana de peineta y mantilla, de tradiciones, promesas y oraciones. La Virgen de la Esperanza sale a la calle, Ella es emblema y seña de identidad de Zamora, soberana, Madre nuestra. Las campanas del Convento de las Dominicas Dueñas repican el último Jueves de Cuaresma en el que La Virgen es modelo y premisa en este tiempo de conversión para despojarnos de lo que fuimos y revestirnos del Señor. El luto de las damas acompaña el sufrimiento de la Virgen, que cruza el puente ante la mirada del Duero. Y se dibuja en las calles la devoción con la que se alza el corazón de la ciudad que LA LUZ DE LA ESPERANZA aguarda la llegada del mansara pérez tamames to que es abrigo y cobijo de tantos que claman su misericordia. La tradición se escribe en cada rincón en esta mañana de Esperanza en la que Zamora ruega al cielo que la Virgen escuche sus oraciones. La Saeta en Balborraz, la Salve en el atrio de la catedral, tantos instantes que acarician el alma vividos en la intimidad del espíritu. Cierra los ojos Zamora, que sólo tú sabes eso que sientes cuando Ella sale a la calle, solo tú conoces ese vínculo cosido por emociones que nació la primera vez que la Virgen de la Esperanza recorrió tus calles, un vínculo eterno y visible tan solo a los ojos del alma. La esencia de lo que somos, la vida, la dulzura, la Esperanza nuestra.
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el itinerario 2021