A 500 años de Evangelización y 200 de Independencia denunciadas por nuestro Santo Obispo y Mártir! Cayendo el mismo bajo las balas de ese poder acaparador que camina sobre estas tierras haciendo mucho daño. Rogamos a Dios que la avaricia y la usura no sigan provocando más dolor a este país, y que los problemas de violencia que hoy nos azotan sean superados más pronto que tarde. C. San Agustín 237. Este santo Padre y Doctor de la Iglesia ha legado a los cristianos la comparación entre el amor de Dios y el amor privado; o si se quiere, la caridad y el amor a las riquezas, fundamentando su mensaje en 1Tim 6, 10: La raíz de todos los males es la avaricia. Y define avaricia como: El acto por el que alguno apetece algo más de lo que, por su excelencia, le conviene, y cierto amor a las cosas propias, al cual dio nombre, sabiamente, la lengua latina, al llamarlo privado194. 238. El avaro para el Obispo de Hipona, tiene un espíritu a quien la miseria oprime y desea saciarse por medio de la iniquidad195. Junto a él convive el hombre lleno de caridad; pero, no son lo mismo porque uno pertenece al anti reino, mientras que el segundo al Reino que desde el ya-todavía no, da frutos aquí en la tierra permitiendo gozar los rayos de luz, para más tarde, en la Jerusalén celestial disfrutar de la fuente de esa luz. Dos amores que compara de la siguiente manera: El uno es santo y el otro impuro; el uno social y el otro privado; el uno que busca la utilidad común para alcanzar la sociedad celestial, el otro que incluso transforma el bien común en provecho propio, por el arrogante deseo de dominio; el uno sometido a Dios, el otro émulo suyo; el uno tranquilo, el otro turbulento; el uno pacífico, el otro sedicioso; el uno que prefiere la verdad a las alabanzas de 194 San Agustín, “Del Genesis a la letra”, n. 1571. En: Sierra Bravo, óp. cit. 195 Ibidem, n. 1572.
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