A 500 años de Evangelización y 200 de Independencia A) MEDELLÍN 272. En Medellín, los Pastores de nuestro continente – leyendo los signos de los tiempos – descubrieron que el problema en América Latina y el Caribe es antropológico. Sus palabras: El origen de todo menosprecio del hombre, de toda injusticia, debe ser buscado en el desequilibrio interior (DM 1, 3), lo pone en claro. Problema para el cual aportaron posibles soluciones en las 16 temáticas que estudiaron; remarcando en todas, su interés por el hombre (o ser humano en lenguaje más incluyente). 273. Los obispos, anclados en la realidad, comienzan el documento mencionando la existencia de diversos estudios sobre la situación del hombre latinoamericano (cf. DM 1, 1); y desde ahí pasan a una serie de valoraciones importantes de rescatar. Primero, ponen a Cristo por meta para el desarrollo del hombre para que desde él y con Él: Alcancemos todos la estatura del hombre perfecto (DM 4, 9). Crecer en humanidad es: reproducir la imagen del Hijo (DM 4, 9) confirmando con ello que es el Primogénito entre muchos hermanos (cf. DM 4, 9). Ningún otro hombre puede dar sentido a la vida de otro hombre: Solo a luz de Cristo se esclarece verdaderamente el misterio del hombre (DM 1, 4), y solo en Él, puede encontrar la humanidad la motivación para la promoción humana. Cuantos hombres y mujeres han conocido e imitado a Cristo han comprendido que el dinamismo que debe mover al ser humano es el amor. Un dinamismo con una fuerza tal que lleva a los cristianos a realizar la justicia en el mundo (DM 1, 5). Por amor, la humanidad reconoce y respeta en la faz del prójimo, la imagen de Dios; por amor, la humanidad trabaja en beneficio del prójimo y en su promoción; y por ese amor se asemeja a Dios.
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