V Carta Pastoral
EXHORTACIÓN 342.
A manera de conclusión quiero exhortar:
343. Al Clero diocesano y religioso; en primer lugar, para agradecerles por su “sí” incondicional al llamado de Dios y por ese trabajo silencioso por el Reino muchas veces ignorado por quienes nos rodean; pero, nunca desapercibido para Dios. Y, en segundo lugar, para exhortarles a continuar en la misión que Dios nos ha confiado desde el día de nuestra consagración. En estos casi 500 años – próximos a cumplirse – tenemos muy buenos modelos de vivencia del diaconado. Hombres que han vivido con fidelidad y radicalidad su misión de pastorear, y evangelizar al rebaño a ellos entregado; así como, de luchar por su promoción social y la defensa de sus vidas. Hombres que entregaron desde sus bienes materiales hasta su sangre – no siempre en martirio – en el trabajo diario por hacer presente el Reino. Que las sombras de aquellos pocos que no supieron valorar el don inapreciable del sacerdocio no sean repetidas en nuestro sagrado ministerio. Que esas sombras tampoco detengan nuestro trabajo pastoral por el peso de la vergüenza. Antes bien, que para nosotros el pasado sea un desafío a fin de que sepamos estar a la altura de lo mejor de nuestra historia y seamos capaces de responder, con fidelidad creadora, a los retos de nuestro tiempo latinoamericano (cf. DP 10). En fin, pidamos a Dios que nos ayude a santificar nuestro sacerdocio todos los días hasta el fin de nuestras vidas; y que muramos en servicio misericordioso y alegre del pueblo de Dios. 344. A los religiosos y religiosas, para que juntos agradezcamos a Dios por cada uno de sus fundadores; ya que, fueron ellos quienes, al fundar sus respectivas congregaciones, órdenes religiosas o institutos de vida consagrada han permitido que hombres y mujeres respondiendo al llamado 182