A 500 años de Evangelización y 200 de Independencia de laicos entre los cuales se contaban catequistas, agentes de pastoral, músicos y miembros de los coros. No importó la edad ni el sexo, solo importó ser un seguidor de Cristo. Las Iglesias fueron víctimas de actos sacrílegos, nuestro mismo Señor en la Eucaristía fue flagelado en varias ocasiones; bombas colocadas en el Seminario Mayor, en escuelas parroquiales y la universidad UCA, la Radio YSAX dinamitada hasta acabar con ella del todo; los centros de formación obrera como Los Naranjos o Fe y Alegría también sufrieron atentados; esto solo por poner unos cuantos ejemplos. 125. La Iglesia, esposa del Cordero, fue herida mortalmente; y a su lado los pobres que muchas veces ni la fe cristiana conocían. Fueron cruelmente matados, por el mero hecho de exigir sus derechos, o por el único pecado de ser pobres o tal vez por el pecado de tener conciencia de su dignidad humana. Es así como fueron masacrados los indígenas de Izalco en 1932; o los campesinos del Sumpul, y del Mozote; sin mencionar las otras tantas masacres registradas en la historia. 126. En la actualidad, nuestra Iglesia brilla gracias a sus mártires: San Oscar Arnulfo Romero; y muy pronto los Beatificados Padre Rutilio Grande; Fr. Cosme Spessotto, Don Manuel Solórzano y Nelson Rutilio; pero, todo el calvario y la muerte sufrida por la persecución y represión a la que este pueblo fue sometido, no se puede olvidar. Máxime porque la justicia de los tribunales nunca llegó y todos esos crímenes quedaron impunes, en espera de que las nuevas autoridades reabran los casos lo más pronto posible y hagan justicia. F. Siglo XXI 127. El presente siglo no aparece muy distinto de los anteriores. Los crímenes antes cometidos continúan sin justicia; los pobres en El Salvador sienten sus derechos
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