V Carta Pastoral sufrir martirio en su cruz; pues solo hay resurrección con cruz; sin cruz no hay gloria. Consecuencia de lo cual será: Que en esa cruz seremos uno con Cristo; y las divisiones de la humanidad, los odios, rencores, ambiciones, etc., serán superados en Él, por Él y con Él. - El banquete 193. Y la figura que privilegia ese ser uno en Cristo Jesús es el banquete que cuando fue anunciado por los profetas; y por el mismo Cristo parecía fuera de sentido. Para el mundo antiguo – como para el resto de etapas de la historia – los invitados a una fiesta deben ser distinguidos. El biblista Karris O.F.M., recoge el sentir de aquella época: Tanto la sociedad judía como la grecorromana rechazaban… de participar en el banquete escatológico a los siguientes individuos: Todo el que está contaminado en su carne, paralizado en sus pies o en sus manos, cojo, ciego, sordo, mudo, o contaminado en su carne con una mancha visible a los ojos, o el anciano tambaleante que no puede mantenerse firme en medio de la asamblea164. El egoísmo humano era tan grande que, no acabando en la tierra llevaba su rechazo por las víctimas de este mundo al plano escatológico. 194. Isaías; en cambio, anuncia que: El Señor Todopoderoso ofrece a todos los pueblos en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos añejados, manjares deliciosos, vinos generosos (Is 25, 6). Al banquete divino “todos” están invitados. No hay exclusión. El único que no entrará será quien no quiera entrar. Una vez más, Dios respeta la libertad humana: Porque esta es la voluntad del Padre, que todo el que contempla al Hijo y crea en él 164
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Robert J. Karris, O.F.M., “Evangelio según Lucas”. En AA.VV.: Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino, Navarra España, 2005, n. 180.