Número 10
Coincidencia
Carmen
Martínez Marín
Las coincidencias nunca vienen solas... CLARA ES UNA MUJER sencilla, sin pretensiones ni ambiciones lejanas. Vive en una ciudad donde el sol nunca falta a su cita diaria, sólo en los escasos días de lluvia que trae el suave invierno. Esta mañana de primavera le han soplado el título de un libro que le ha parecido interesante. A pesar de tener las estanterías de su biblioteca llenas desde hace ya algún tiempo, y sabiendo que materialmente no tiene espacio para más libros, no se resiste a seguir comprando. Piensa siempre «para mis hijos». Por la tarde se ha dirigido a la librería de costumbre para hacerse con él. El librero la conoce. —Hola, buenas tardes. Le dice el título y la editorial. Del nombre del autor sólo sabe un apellido. Andrés teclea en el ordenador el nombre de la novela y dice: fulanito… Clara le confirma: sí, ese es. —No lo tenemos. ¿Te lo pido?
—Sí. Hola, ¿qué tal? —saluda a la otra dependienta que, sin conocerla mucho, sólo de ir por allí de vez en cuando, es muy amable y atenta con ella. Cuando Clara se dispone a darle el número de teléfono para que le avisen al recibir el ejemplar, el librero un tanto sorprendido, le dice aseverando: —Yo sé quién te ha recomendado este libro. —¿Sí? ¿Quién? —pregunta un tanto extrañada. Ha sido perenganito… El otro día vino por aquí y me dijo: «Quiero este libro y ya puedes pedir unos cuantos ejemplares, que lo voy a recomendar a un grupo de amigos». Y mira tú por dónde, ahora llegas y me lo pides. ¿Tú lo conoces? —No —contesta Clara aún más extrañada si cabe. Cuando Andrés empieza a tomar nota del teléfono, se para y le dice: —No, espera, ayer pedí unos cuantos 155